Caminos a Ti.

By Kaos_Salv

290K 27.8K 19.4K

Madison sentía que su vida era bastante común y corriente, al menos, hasta el día en que su novio decide term... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28

Capítulo 21

7.1K 906 542
By Kaos_Salv

MADISON.

Me miraba al espejo, el vestido verde que me había regalado Xavier, esa noche me sentía linda, aunque me sentía algo mal porque era un vestido costoso y él no me había permitido negarme a su regalo, no me gustaba que gastaran dinero en mí, sobre todo de una manera excesiva como esta. Me recordaba al imbécil, él siempre gastaba dinero en mi para que yo me viera como él quería que me viese, como si yo fuera un adorno. Aunque no me cabía duda de que él me veía de esa forma.

Aunque cuando Noah me compraba cosas se sentía diferente, había entendido en poco tiempo que ese era su lenguaje del amor. Sus regalos podían ser algo tan simple como algo costoso, pero se sentían igual de valiosos porque podías ver la emoción en su mirada esperando la reacción que tendría. Quizás yo estaba muy estúpidamente enamorada de ella.

Le aseguro al mundo que no quiero idealizarla, pero ella no aporta demasiado a eso.

Xavier me avisó que estaba abajo así que me aseguré de que Lana tuviera todo antes de salir, aunque me hubiera gustado que mi gata me mirara con una cara tierna pidiéndome que me quedase en vez de ignorarme, pero bueno. Al bajar vi al hombre arreglando su corbata verde, él la había comprado para combinar con mi vestido. Él iba perfectamente vestido, sin embargo, no era una sorpresa, la mayoría del tiempo lo veía así.

—Dios. —Sus ojos se posaron en mi y una pequeña sonrisa apareció. —Te ves hermosa, Madison.

—Muchas gracias, tú también te ves bien. —Le di una pequeña palmada en su brazo como lo hacía con Charles, era algo que hacía con mis amigos. Esperaba que él lo comprendiera.

—Me preocupa un poco tu vestido. —Yo lo miré rápidamente, no parecía tener problemas con él hace un rato. Quizás con el abrigo se había arrugado, pero no era así. —Podrías quitarle la atención a mi hermana, y ella en serio odia eso. —Lo miré y una pequeña risa se escuchó.

—Casi me da algo, pensé que algo le pasó al vestido.

—Estás perfecta. —Sus ojos miraron directamente los míos, nos quedamos en silencio unos segundos. Bueno, más bien él no dijo nada.

—¿Nos vamos? —Él aclaro un poco su garganta antes de asentir.

—Claro. —Xavier se apresuró en abrir la puerta para mi y le agradecí.

En el camino él solo puso una estación de radio, Xavier no era el tipo de persona que disfrutara demasiado de la música. Claro que escuchaba, pero su repertorio se basaba en las canciones que pasaban por la radio, o música clásica. Al parecer él y su familia tenían bastante dinero, nunca pregunté demasiado porque no era algo que me interesara de su vida.

Aunque si lo pienso, tampoco sabía demasiado de su vida personal.

Llegamos a un gran centro de ventos que estaba algo alejado de la ciudad, sinceramente parecía un castillo, supongo que era parte del sueño de toda chica tener una boda como las de Disney, pero nunca había estado en una que en serio parecía sacada de un cuento. Esto debió costar un montón, en lo personal, me parecía algo tonto derrochar tanto dinero en una boda cuando lo importante no era el lugar ni la celebración, sino poder estar con las personas que amas. Pero cada quien disfrutaba lo que tenía como quería.

—Madison. —Miré al moreno. —Antes de entrar debería prepararte un poco.

—No me gusta como suena eso.

—Mi familia es algo... quisquillosa. En realidad, Jazmín es mi media hermana, su madre es algo difícil de tratar. Pero no te preocupes demasiado por eso, si te sientes incomoda puedes decírmelo y podemos irnos cuando tú quieras. La verdad es que solo debo cumplir con hacer una aparición para la tranquilidad de mi madrastra quien su prioridad es guardar las apariencias.

—Bien, aunque normalmente esas advertencias se hacen con algo de anticipación. —Él hizo una mueca. —No te preocupes, tengo experiencia tratando con gente complicada. —Como mi exsuegra. —Créeme que te haré saber si me quiero ir.

—Bien. —Xavier de nuevo acomodó su corbata mirándose en el espejo retrovisor de su auto, parecía ser un gesto más nervioso. Sabía lo que se sentía esa presión.

La presión de cumplir con las expectativas de tu familia no discriminaba clases ni género.

—Estaremos bien. —Posé mi mano en su hombro y él asintió. —Vamos a disfrutar.

—Vamos a disfrutar. —Asintió antes de bajar del auto, noté sus intenciones de acercarse a abrirme la puerta, pero bajé antes.

Cuando entramos al lugar confirmé que parecía sacado de un cuento de princesas y príncipes, el lugar estaba perfectamente decorado y el suelo parecía brillar, había grandes pinturas colgadas. Era como un sueño, bien, quizás si me gustaría algo así. Era como casarte en medio de una obra de arte.

Xavier acomodó su brazo con él mío para avanzar en nuestro camino, noté que él tenía su vista hacia adelante, probablemente este lugar era más común para él y por ello no se sorprendía por lo hermoso que era. Me hubiera gustado poder quedarme mirando un poco más, pero debíamos apresurarnos o llegaríamos tarde por la gran fila que había para guardar nuestros abrigos. Al entrar al salón ya había un montón de gente ahí, me parecía impresionante que pudieran conocer a tantas personas.

Quizás yo no era tan sociable como pensaba.

—Xavier. —Un hombre que era prácticamente su copia con algunas arrugas y su pelo gris nos llamó. —Por fin llegas.

—Lo siento, preferí conducir lento por el camino para mayor seguridad. —Explicó. Los ojos del hombre se posaron sobre mí, noté una mirada de abajo hacia arriba, no era algo lascivo, sino que noté que me estaba juzgando inmediatamente. El brazo de Xavier soltó el mío para rodear mi cintura sorprendiéndome, no quise prestarle demasiada atención a ello. —Ella es Madison, mi acompañante.

—Es un gusto, soy Sebastián Salazar, el padre de Xavier. —El hombre mayor extendió su mano para saludarme y no tardé en aceptarlo, iba a hablar pero Xavier se adelantó.

—Es una conocida de la universidad, también es abogada y trabaja con Connor Mill, esta a cargo de su área económica. —Sentí que él prácticamente estaba a punto de sacar una hoja con mi curriculum. Supongo que era la forma en que ellos interactuaban.

—Es un gusto, señor Salazar. —Le sonreí y él me correspondió.

—Es bueno saber que mi hijo tiene una buena compañía con él, conozco un poco a Connor Mill. Tiene una buena reputación, aunque trabaja con su pequeña firma, era uno de los mejores candidatos a ser fiscal cuando salió de la universidad. —Él aportó un dato sobre mi jefe que desconocía, ¿tenía una buena reputación como para que un hombre que exudaba poder hablase bien de él? —Tomen asiento, pronto traerán la cena.

—Pensé que empezaría con la ceremonia. —Comenté cuando Xavier movió una silla para mí, luego se sentó a mi lado.

—Fue esta mañana, era una ceremonia exclusivamente para las familias. Al parecer fue la condición del novio para aceptar toda esta gran boda. —Explicó, yo estaba mirando la cantidad de cubiertos que había, agradecía a mi madre que me enseñara sobre estas cosas de pequeña. —Esta cuchara es para...

—Sé para lo que es.

—Lo siento. —Dijo rápidamente. —No es que yo pensase que... digo... son confusas, siempre olvido todo esto. —Parecía nervioso. —Lo siento. —Repitió en voz baja.

—Está bien. —Noté con facilidad que él seguía tenso desde que llegamos. Él jugaba con sus manos bajo la mesa, no esperaba que esto le causara tanta ansiedad, se veía como una persona muy segura de si mismo.

—Por fin llegas, Xavier. —Una mujer apareció, no parecía tan feliz para estar en una boda. Xavier se levantó rápidamente para extender su mano y luego mirarme, lo imité un poco. —¿Ella es tu cita?

—Si. —Sentí que era mejor no aclararlo. —Su nombre es Madison. Ella es mi madrastra, —Xavier me miró. —la madre de la novia.

—Es un gusto conocerte, puedes llamarme Gwen. —Asentí.

—Es un gusto también. —Sonreí, una ventaja de ser abogada es que aprendes con el tiempo a aparentar y supuse que con ella cerca tendría que fingir un poco.  —Es un vestido bastante bonito.

—Muchas gracias.

—Es del diseñador que me recomendaste.

—Me alegra, es apropiado para la ocasión. —Conté hasta diez y agradecí que las puertas se abrieran para dejar vernos a la novia entrar junto al novio.

La hermana de Xavier se veía bastante bien con su vestido, ella se había tomado en serio tener una boda de esta magnitud pues su vestido se veía caro. Verla caminar hasta una mesa que se encontraba en el centro solo para ellos dos fue algo lindo, me pareció que ellos tendrían su primera cita como matrimonio.

El resto de la noche se resumió en situaciones incomodas, conversaciones sobre dinero y cómo el país esta dirigido por ineptos. Yo evitaba comentar demasiado por el miedo a volver las cosas más incomodas, Xavier trataba de incluirme siempre, pero era difícil entre tantas voces. Al menos disfrute de una gran y elegante cena, cuando debieron levantarse para el baile de los novios tomé mi oportunidad de escapar pues como familia se acercaron al nuevo matrimonio. Yo fui directamente a la barra, tendría que beber un poco para soportar un rato más la situación antes de pedirle a Xavier que me llevase.

Entendí la presión que sentía Xavier al estar en medio de unos padres que solo querían demostrar el poder que tenían, por lo que había entendido es que el padre del abogado era un empresario, pero no le preste demasiada atención cuando empezaron hablar de la situación financiera, los números no eran totalmente lo mío así que tomé la decisión de pensar si sería bueno comprarle más premios a Lana, ella no hacía muchos méritos para ganárselos. 

Bebí el trago que me prepararon y escuché como la música de ABBA empezaba, eso me recordó a Noah. ¿Qué estaría haciendo?, la verdad es que si hubiera sabido que la boda sería así me habría negado, prefería pasar tiempo con Noah. Ahora me parecía algo descortés con Xavier abandonarlo tan rápido, lo consideraba mi amigo y sería difícil para él que su acompañante escapase tan pronto. Era un sábado por la noche, tampoco tenía demasiadas excusas para darles.

—Dios, como amo esta canción. —Me giré para mirar a la chica que también sostenía un vaso, ella se giró a mirarme y reconocí su rostro como si la conociera hace años. —Esta gente es tan aburrida que ni la música de ABBA los motiva, como si nunca hubieran visto Mamma Mia. Dios, estamos en una boda. —Se quejó con una pequeña sonrisa en su cara.

Quise vomitar toda esa costosa cena.

Mi mayor problema es que manifestaba mi ansiedad gastrointestinalmente.

—Soy Carrie. —Ella estiró su mano y yo acepté por cortesía, no recordaba su nombre, pero si su rostro. Recordé como al mes luego de que Noah me dejase la publicidad con su ex recorrió las redes sociales y la tienda deportiva por la cual fue a Londres.

—Soy Madison. —La castaña entrecerró sus ojos para observarme.

—Me pareces algo familiar. ¿Nos hemos visto antes?

—No lo creo. —Ahora si me quería ir de esta boda, ¿cómo Manchester podía ser tan pequeño?

—Uhm, creo que te pareces a una chica que conocí el otro día. —Ella soltó un suspiro. —De hecho, se parecen bastante. ¿No eres modelo o algo así?

—Solo soy una abogada, vengo a acompañar a un amigo. —Carrie miró entre las personas, casi como queriendo saber de quien se trataba. —A Xavier Salazar.

—El medio hermano de Jazmín. —Asentí. —Vaya no creí verlo por acá, pensé que odiaba este lado de la familia.

—¿Son familia?

—No directamente, soy prima de la novia más que nada si hablamos técnicamente. —Una parte de mi se sintió un poco más tranquila al saber que no estaba tan relacionada con Xavier, eso podría significar que ella no estaría cerca de mí. —¿Ustedes están saliendo?

—Solo somos amigos, lo acompaño como una amiga. —Aclaré rápidamente.

—Que gran amiga. —Ella me sonrió. —Yo traté de convencer a alguien abogando nuestra antigua relación y me rechazó sin pensarlo ni un solo segundo.

—¿Una antigua relación?

—Mi ex. —Tomé del liquido de mi vaso.

—No sabía que podías invitar a tu ex a una boda.

—Bueno, son como reglas implícitas de las relaciones entre mujeres poder terminar una relación en buenos términos.

—No lo sabía. —Miré mi vaso, el liquido se había ido sin darme cuenta. —Eres una chica hermosa, podrías haber conseguido una pareja sin mayor esfuerzo.

—Lo sé. —Ella se apoyó en la barra y una sonrisa aparentemente triste apareció en su rostro. —Pero la verdad mantenía un poco mis esperanzas que ella me dijese que sí.

—¿Crees que había una oportunidad?

—Con Noah nunca se sabe, —Mi corazón dolió. —por cierto, ese es su nombre.

—¿Qué quieres decir con eso?

—Noah es una persona bastante cambiante, nuestra relación terminó hace tiempo porque yo decidí terminarla, pero hay días en que me arrepiento y espero que en sus cambios de animo intente buscarme de nuevo. —Apreté el vaso. —Debo escucharme como una tonta. —Ella rio levemente. —Pero si la conocieras lo entenderías.

—Puedo imaginármelo. —No podía estar demasiado enojada con ella, porque yo me sentí como ella cuando Noah se fue de mi vida. —¿A qué te refieres con que sea cambiante?

—Bueno, —Carrie pareció detenerse un segundo para pensarlo bien. —ella tiene cambios de ánimos cada tanto en donde pareciera que por temporadas pudiera amarte con todo su corazón, como también puede tener estos cambios en donde poco a poco te aparta de su vida. A veces es como sentirte como la persona más amada cuando estas con ella, pero también puedes sentir la decepción al ver su otro lado.

—¿Y aún así esperas que ella vuelva?

—Claro, porque entiendo por qué pasan esas cosas y solo puedo esperar. La verdad me gustaría intentar hablar con ella ahora que estaré algunos días en Manchester. —Miré a Carrie sintiendo que vomitaría mi corazón en ese mismo momento. —¿Crees que debería hacerlo?

No. Claro que no. No quería pensar en que lo que decía era verdad, pesé a que me hicieran sentido sus palabras. No quería experimentar que Noah se marchaba de nuevo de mi vida, porque Carrie tenía razón, no quería sentir esa decepción con ella. La Noah que conocía me hacía sentido en las palabras de Carrie, pero quería creer que conmigo sería diferente.

—Claro, siempre y cuando ella quiera hacerlo. —Fingí una sonrisa mientras por dentro torturaba a mi mente para que Noah no aceptase algo como eso.

Temía que Noah se fuera con una chica como Carrie, ella la verdad me transmitía buenas energías y era hermosa. Su piel brillaba, sus ojos se iluminaban al hablar de Noah y no pude evitar compararme con al notar que también llevaba un vestido verde, pero su estilo era más atrevido. Yo era algo aburrida.

Yo siempre fui así. Aburrida y sin mayores gracias. Ya me había dejado en una ocasión por otra persona, me hizo sentido al conocer a Anastasia, el imbécil se fue con alguien que se parecía a mí, pero mucho más joven, graciosa y espontanea. Llena de vida, como Carrie. Yo cada año envejecía más y seguía sin sentir que mi vida me satisfacía, había renunciado a mis sueños por la estabilidad, había renunciado a Noah fácilmente cuando quizás ella me pedía ayuda en el pasado, había renunciado a tantas cosas en mi vida por hacer lo que me parecía correcto y sin darme cuenta había terminado encerrada en una caja por mi misma. Siempre hacía lo que otras personas querían que hiciera, nunca me sentí capaz de salir de eso por cumplir con sus expectativas y, quizás, una de las cosas que me gustaba de Noah era su libertad.

Envidiaba a Noah por vivir su vida como ella quería. Un día ella decidió dedicarse a las redes sociales arriesgando todo, y le funcionó, yo nunca hubiera tenido el valor de hacer algo como ello.

—Oye, ¿estás bien? —Carrie se acercó a mí, no me di cuenta cuanto tiempo me había quedado en medio de mis pensamientos. —¿Quieres que llame a Xavier?, te ves algo pálida. —Negué con la cabeza.

—No te preocupes, creo que iré a refrescarme un poco al pasillo.

Escapé de ella. No quería verla ahora mismo, pensar en Carrie hablando con Noah me hacía temblar del miedo a que ella me dejara.

No quería pensar en eso, pero no podía evitarlo. Mi mente se torturaba a si misma, una y otra vez.

Necesitaba hablar con alguien, pero la única persona a la cual quería escuchar y ver era a ella. Lo pensé un rato antes de atreverme a hacerlo, llamé a Noah. Quería salir de este lugar, había sido una noche horrible para mi mente. Me sentí juzgada por la familia de Xavier, pero peor aún, me estaba juzgando a mi misma.

Esta sensación apestaba.

Esperé en las escaleras que llevaban al segundo piso de la edificación, ni siquiera me había causado curiosidad lo que podría encontrar. La magia del lugar se había esfumado.

Noah: Madison, ya estoy llegando.

Me levanté de mi lugar para salir, el hecho de que ella llegase me tranquilizaba un poco, ni siquiera me había percatado que me apresuré al salir y no había ido por mi abrigo, iba a volver, pero una mano se posó en mi brazo con cuidado.

—Madison. —Miré los ojos cafés que me miraban con preocupación. —Te he estado buscando desde hace un rato, desapareciste de la nada.

—Lo siento, no me sentía bien. —No quise mentirle.

—Pudiste buscarme. —Él parecía verdaderamente preocupado. —Espérame, iré por tu abrigo y por el mío. No tardaré, te llevaré a casa.

—No te preocupes, ya llamé a alguien. No quería que tuvieras que irte, es una ocasión especial para tu familia.

—Eso me da igual ahora mismo, tú eres mi prioridad ahora mismo. —Desvié mi mirada, no quería enfrentar esto. —Sé que no he sido la mejor compañía esta noche, he sido un poco idiota, pero siempre lo soy con mi familia. —Xavier se inclinó un poco buscando mi mirada. —Prometo no seguir siendo un idiota. —Él sonrió levemente y posó sus manos sobre mis hombros. —Iré por tus cosas.

—Xavier, en serio no tienes... —Mi atención se fue al auto que se estacionó en la entrada, podía reconocer ese auto. Noah bajó del auto y no dudó en acercarse, ella en el camino se quitó su chaqueta y como si Xavier no estuviera frente a mí, posó su chaqueta sobre mis hombros.

—Madison, lamento la demora. —Ella ni siquiera se había tardado demasiado. —Vamos. —Sus ojos solo estaban puestos en los míos.

—No debiste molestarte. —Entonces Noah miró a Xavier quien había quitado sus manos de mí. —Yo iba a llevarla a casa.

—Por alguna razón no te lo pidió a ti. —La voz de Noah era dura. —Puedes confiar que conmigo estará mejor.

—Hablas como si yo hubiera hecho algo. —Xavier se quejó. —¿Tienes algo contra mí?

—Disculpa, pero eres irrelevante en mi vida.

—Noah, creo que es mejor irnos. —Sabía que esta discusión podía escalar porque ambos se veían algo molestos. La rubia asintió y empezó su camino a su auto, cuando la iba a seguir, él tomó nuevamente mi brazo. Me giré a mirarlo, pero sus ojos estaban en Noah.

—Avísame cuando llegues a casa, Madison. Te llevaré tu abrigo el lunes. —Asentí y me sorprendí cuando besó mi mejilla, me había tomado por sorpresa. Cuando volví a mirar a Noah ella no tenía una buena cara mientras mantenía la puerta del pasajero abierto, sabía que no era una buena idea hacerla esperar.

Cuando subí al auto este estaba temperado, en la pantalla de la radio pude ver el GPS que la había traído hasta acá, Noah subió al auto y lo encendió en silenció. Pensé que estaba algo enojada, pero en realidad solo condujo unos metros antes de parar el auto y tomar mis manos sorprendiéndome. Sus manos se sentían cálidas entre mis manos frías.

—Tus manos están muy frías, debiste ir por tu abrigo. —Ella acercó mis manos a su boca para calentarlas más rápidas. Mi corazón se aceleraba cada vez que ella era así. —Bien, pondré un poco más fuerte la calefacción, con este frio es fácil resfriarse. —Noah me sonrió antes de acomodar su abrigo en mí.

—Pensé que estabas enojada.

—¿Quieres verme enojada? —La rubia ladeó su cabeza como siempre lo hacía cuando no entendía algo.

—Me refiero a que, parecías enojada hace un momento.

—Oh. —Noah miró hacia adelante y tomó el volante. —No puedo negar que estaba algo celosa, pero tú no tienes por qué cargar con eso.  —Ella me dio una pequeña sonrisa, aunque noté como su dedo no dejaba de dar pequeños golpes en el manubrio.

—Noah, sobre lo de antes...

—No tienes que darme explicaciones, y ¿te parece hablar sobre lo que te pasa a ti cuando lleguemos a tu casa?, no creo que nos dejen quedarnos aquí por mucho tiempo. —Ella miró por su retrovisor. —¿Eso está bien para ti?

—Si. —Noah asintió y me extendió su teléfono desbloqueado.

—Puedes poner la música que quieras, quizás te ayude un poco, te ves algo tensa. —Lo tomé y ella encendió el auto para empezar a conducir, la rubia me lo había entregado como si nada y yo entré a la aplicación de música para ambientar el auto. Ella no me lo pidió de vuelta ni se preocupó por cuanto tiempo lo tuve en mis manos, quizás era algo simple, pero me parecía un acto de confianza.

Quizás yo tuve las expectativas muy bajas por mucho tiempo.

Noah conducía con cuidado, nos tardamos más de lo que ella había tardado en llegar al lugar dejándome entender que había conducido a una gran velocidad anteriormente. Cuando llegamos a la ciudad pude ver las luces iluminar el camino, cuando me giré a mirar a la rubia, su cabello brillaba con el reflejo de la luz. Como si ella brillara pese a la oscuridad. Noah mantenía su mirada al frente y cada tanto podía ver como su dedo seguía dando pequeños golpes, fue cuando una luz roja llego que se giró a mirarme.

—¿Por qué me miras tanto?, me pones nerviosa. —Ella me sonrió levemente.

—Es más interesante mirarte a ti que mirar el camino.

—Puedes ver las estrellas en medio de las luces.

—Mantengo mi posición. —Su teléfono sonó y la pantalla del tablero del auto dejaba ver el nombre de Hunter en este. Ella contestó.

—Hey. —La voz profunda de Hunter se escuchó.

—Estas en altavoz. —Le advirtió. —¿Ya has llegado?

—Si, ya llegué al club, me pidió esperarla porque espera también a su amiga. Te costará caro, te cobraré la gasolina.

—Dile a ella que te dinero, estará muy feliz de tenerte ahí. Puedes intentar probar tus habilidades sociales.

—No es gracioso. —Noah rio levemente. —Anastasia me intimida con toda su actitud extrovertida, no tengo idea como se hicieron cercanas. Espera ahí viene. —El nombre de la pelirroja hizo eco en mi mente, noté la mirada preocupada de Noah, pero ella debió seguir el camino.

—Nos vemos, Hunter. Avísame cuando llegues a casa. —La llamada se cortó y un silencio ensordecedor llegó.

No era el mejor momento para recordar lo fácil que era reemplazarme.

—Normalmente voy por Anastasia los sábados por la noche para asegurarme de que llegue bien a su casa, es como devolverle unos favores. —Noah explicó. —Pero no pasa nada más que eso, somos... ¿amigas?

—No tienes que explicarme. —Volví a mirar a través del cristal, aunque mi atención no tardó en volver a ella cuando Noah tomó mi mano mientras seguía conduciendo.

—Claro que tengo, puedo ver cómo te hace sentir incomoda. No quiero que malinterpretes la situación, no tengo ningún interés en ella y solo la veo como una amiga, eso no cambiará.

—Pareces muy segura de eso.

—Obviamente, así como estoy segura de las cosas que siento por ti, Madison. —Su agarre se apretó un poco. —Eso no cambiará tan fácilmente. —Aunque ella me regaló una sonrisa, solo pude pensar en las palabras de Carrie.

Sus sentimientos habían cambiado con ella pese a un buen tiempo de estar juntas, si Carrie había dejado a Noah, no podía evitar imaginarme que Noah siguió sintiendo cosas por la castaña. Hubiera sido lo normal, incluso si no sabía el por qué terminó su relación, Noah admitió haberlo pasado mal. ¿Todos esos sentimientos simplemente se habían ido?, ¿de forma permanente?

¿Qué pasaba si Carrie se proponía volver con Noah?, ¿ella aceptaría?, ella era libre de intentarlo bajo las mismas condiciones que ella me había otorgado. Pero yo estaba segura de que yo solo quería estar con ella, incluso cuando Noah no parecía segura de aceptar aquello.

¿Por qué con ella si lo tuvo?, me costaba creer que Noah cambiara del día a la noche, una persona no cambiaba tanto a menos que algo le pasara. Quizás Carrie también lo sabía. ¿Qué pasaba si Noah superaba eso?, ¿qué pasaría si ella al estar mejor se daba cuenta que yo solo era una etapa?

¿Qué pasaría?

¿Qué pasaría conmigo si me doy cuenta de que Noah en realidad no siente todas esas cosas por mí y solo soy parte de llenar un vacío?

¿Noah era capaz de hacer algo así?

¿Yo podría responder a esa pregunta cuando no la conocía bien?

—Madison. —Salí de mis pensamientos notando que estábamos fuera de mi edificio. —Llevas un rato con la mirada perdida, ¿qué es lo que ha pasado? —Sus ojos verdes me miraban con preocupación.

—¿Quieres subir? —Noah me miró unos segundos antes de asentir.

Cuando subimos a mi piso le pedí que me esperara para cambiarme de ropa, ella se quedó con Lana y la verdad solo lo use de excusa para tratar de pensar de qué manera podría hablar con Noah sobre lo que me pasaba.

Temía que las respuestas a mis dudas en verdad le ayudaran a darse cuenta de algo que me aterraba.

Que yo no era lo que ella quería.

—Lana es tan cariñosa, tienes suerte de tener una gata como ella. —Noah dijo mientras acariciaba la barriga de mi gata que estaba acostada en sus piernas. Ella amaba a Noah.

—Ni te imaginas. —Me senté en el sofá a su lado mirando como la gata anaranjada ronroneaba un poco. Temía que ella estuviera enamorada de la rubia.

—Bien, te escucho. —Noah me miró. —Cuéntame, ¿qué ha pasado?

Mis palabras se atoraron en mi garganta, aún no tenía ni idea como verbalizar lo que me pasaba. ¿Sería buena idea decírselo?

—Madison, —Ella volvió a tomar una de mis manos con cuidado. —puedes decirme lo que pasa por tu cabeza. Pareces estar torturándote todo este tiempo, ¿Te ha pasado algo en la boda?, puedes decírmelo. Juro no golpear a nadie. —Bromeó un poco y yo tomé una gran bocanada de aire.

Debía comunicarme, si yo le pedía a Noah que me dijera las cosas que pasaban por su cabeza, no era justo que yo no lo hiciese.

—He estado pensado sobre nosotras. —La postura de Noah cambió, ahora ella parecía tensa.

—Bien.

—No puedo evitar sentirme insegura de tus sentimientos. —La rubia se quedó en silencio esperando que continuase, yo me detuve a pensar en cómo decirlo sin que sonase mal. —Temo que tus sentimientos cambien fácilmente cuando otra persona mejor llegue a tu vida.

—¿Una persona mejor?

—Claro, una persona más interesante, brillante y hermosa que yo. —Su cabeza se ladeo. —No puedes creer que yo sea la perfecta y mejor persona del mundo.

—Oh, claro que no creo eso. —Auch. —Me refiero a que mis sentimientos por ti son por las cosas buenas como tu increíble cerebro y la forma que piensas, por tu belleza que nunca podría comparar con otra sin darte una gran ventaja, ni lo interesante que es hablar contigo. Pero mis sentimientos por ti también son por las cosas que no te hacen perfecta, no podría sentirme así si no fuera por conocer tus cosas buenas como mis deseos de conocer esas facetas que quizás no le muestras a nadie más. No necesitas ser una persona excepcional para el mundo, ya lo eres para mí.

—Pareces tan segura de lo que dices.

—Claro, te lo he dicho. Estoy segura de mis sentimientos por ti.

—¿Y por qué no quieres estar completamente conmigo?, yo también me siento segura de lo que siento por ti, Noah. —Su mirada cambió. —¿Por qué debo confiar en tus sentimientos y tú no en los míos?, eso no es justo. Es como si tú... en realidad no estés segura de poder estar en una relación conmigo. Una cosa es tener sentimientos por una persona y quererla, otra cosa es querer estar en una relación con esa persona.

—Madison, solo fue hace unas semanas que hablamos esto. Si no he querido pedirte que formalicemos todo en una relación sigue siendo la misma respuesta que te di en su momento, no es que no quiera ser querida por ti. Por el contrario, amaría que eso pasase, pero quiero que lo hagas cuando me conozcas bien.

—Entonces cuéntame de ti, porque hay ocasiones que siento conocerte y otras que me aterra saber que quizás no te conozco tanto.

—Te dije que lo haría. —Su cabeza se acercó a mí, pensé que intentaría besarme, pero solo la apoyó en mi hombro ocultando su rostro entre mi cuello. Lana saltó para bajar de su regazo. —Solo te pido que me esperes un poco. Entendería que no quieras seguir con una incertidumbre, pero al menos puedo prometerte que si quieres esperar, cada vez que te sientas de esta forma no dudaré en venir y aclararte cada pensamiento que pase por tu cabeza, Madison. No me gusta la idea en que dudes de mis sentimientos por ti, pero entiendo que yo quizás no aporto demasiado para lo contrario. Yo también tengo miedos. Uno de ellos es que no seas capaz de amarme cuando me conozcas completamente.

—Lo dices como si fueras la peor persona del mundo, Noah. Lo dices como si una persona como tú no fuera merecedora de amor.

—No se trata de eso, solo que... soy una persona difícil de amar y no me gustaría hacerme ilusiones. Creo que ambas tenemos temores. —Aunque una pequeña risa salió de su boca, sentí una gota caer en mi clavícula.

—Podrías decirme también todas esas cosas, quiero conocerte.

—No es fácil para mí, no estoy lista aún. Por eso te pido un poco de tiempo, estoy intentándolo. —Murmuró como si no quisiera que nadie la escuchara, casi como una respuesta para ella. —Si sientes que no puedes con esto, dímelo y haré lo que necesites para tratar de intentarlo como ahora, cuando me digas que me quieres fuera de tu vida me iré. Pero quiero intentarlo, Madison. —Noah se volvió a acomodar, pese a que no había lagrimas cayendo por su rostro, sus ojos estaban cristalinos. —¿Tú quieres intentarlo también?

En el pasado cada vez que dejaba a relucir mis inseguridades y miedos las respuestas siempre eran cortas, se trataban de lo que cualquiera le gustaba escuchar. Pero Noah fue distinta, fue capaz de escucharme, tratar de tranquilizar mis miedos y mostrarse tan temerosa como yo por nuestro futuro. Ella estaba siendo sincera y se lo agradecía, porque estando frente a mi la podía ver como una humana más llena de temores, quien también pensaba que era difícil de amar y cual sea la razón de ello quería demostrarle que era una persona merecedora de ser amada.

—Si. —La abracé atrayéndola a mi cuerpo, casi pidiéndole que se quedara junto a mi también. —Lamento todo esto.

—No te disculpes, me alegra que seas capaz de contarme todo esto. —Sus manos cubrieron mi cuerpo, siempre se sentía cálido estar cerca de ella. —Madison. —Ella se separó levemente y tomó mi mano para posarla sobre su pecho. —Cada vez que sientas que esto no es real, quiero que recuerdes cómo late mi corazón por ti. —Pude sentir las pulsaciones. —Quizás no siempre esta alterado, porque la mayor parte del tiempo que estoy contigo siento una paz inexplicable. —Noah sonrió levemente. —Mi corazón está contigo, Madison.

La besé esperando que ella entendiera que, si bien yo llevaba su cadena, ella había robado mi corazón hace mucho, quizás era el único delito que podría perdonar.



Holis, lograron la meta así que deberé cumplirles con el maratón, lo que si tendrán un capítulo diario por el bien de mi salud mental 🥲 muchas gracias por todos sus cuentas falsas JAJAJAJAJA

Continue Reading

You'll Also Like

180K 18.7K 40
❝Jimin está perdidamente enamorado del atractivo y varonil hombre que hace transmisiones en vivo por medio de la plataforma onlyfans y cree que nunca...
28.4K 1.3K 19
Los accidentes suelen pasar, y cada día en el mundo muchas personas lo sufren. Tal vez su accidente no fue grave, pero la llevo a una cita a las tre...
377K 28.4K 52
Drew y Blair son excelentes amigas y aunque tienen una gran confianza entre ambas, se ocultan sus más grandes secretos entre si con el fin de no romp...
510 68 8
Irene Alcántara era una bruja buena (con una ristra de títulos muy pomposos) y Kristeva Kefta era su archienemiga. No tenían nada en común, excepto q...