Pido disculpas por la demora. Pero no podía obligarme a escribir porque no tenía ni el contenido ni la motivación para escribir; esto último se puede explicar.
En primer lugar, les agradezco por hacer que la historia supere la marca de 200 seguidores, pero la triste ironía es que las reseñas que he recibido siempre han sido de un solo dígito en cada capítulo; en el último capítulo solo fueron tres.
Así que te insto a que, al menos, dejes una reseña de una sola palabra. Seguramente ayuda.
Descargo de responsabilidad : - No soy propietario de Dragon Ball ni de series o productos relacionados.
"Estás segura niña, ¿estarás bien?"
"Ya Erasa", Videl asintió muy pronunciadamente a la chica sentada a su lado. "Es sólo una ligera vigilancia que sólo estoy haciendo porque estamos en el área, de lo contrario, me habré tomado mi tiempo".
A decir verdad, tenía un sentimiento extraño al respecto. Era difícil lidiar con la pandilla del tiburón rojo por sí sola y ahora tenían un aliado en los francotiradores que gritaban peligrosos .
Estaba segura de sus propias habilidades, pero involucrar a las rubias no sólo las pondría en riesgo sino que también la obstaculizaría. Además, no estaba segura de encontrar nada digno de mención. Entonces, ¿por qué hacerles perder el tiempo a las rubias?
"¿Qué tal? Te acompaño. Cuanto más, mejor".
"Ya conoces los protocolos". Hablando, bajó el avión al suelo, el viaje desde la casa de Gohan hasta la frontera del Monte Paozu había tomado media hora.
El musculoso rubio gruñó algo en voz baja mientras salía del avión, aunque se dio cuenta de que la situación estaba fuera de su control ya que no era como un fenómeno natural leve donde los voluntarios serían aceptados con entusiasmo.
Aunque de mala gana, cedió sabiendo que sólo volvería para morderlos a ambos. Deberías haberlo pensado dos veces antes de llevar a un civil a una misión tan peligrosa. Sí, eso era totalmente lo que les diría el jefe.
Además de revocarle la licencia a Videl.
Después de todo, una vez que Mr. Satán se había ido, no había nadie para rescatarlos si las cosas iban mal. Más vale prevenir que lamentar.
Al ver las miradas aún inseguras en los rostros del dúo rubio, Videl juntó sus manos. "No te preocupes. Si el tiempo llama, siempre puedo llamar a Gohan". Eso inmediatamente alivió sus preocupaciones. Después de la esclarecedora jornada de hoy , nadie podría negar la fuerza del Hijo de Goku.
"Bien", la chica rubia también cedió con un suspiro. "Pero ten cuidado, hn." Junto a ella, el rubio asintió seriamente.
"Seguro."
Después de un abrazo de Erasa y un intento de Sharpner, la chica de la camiseta sin mangas descapsuló su jet, las rubias abordaron él antes de despegar hacia la ciudad.
Muy bien chica. Vamos a hacerlo. Videl entró en su jet y también despegó hacia el cielo, el sol ya se había puesto, matizando el azul con un tono naranja.
A pesar de todo, no podía negar su buen humor. Hoy en día, el trabajo policial era, en el mejor de los casos, esporádico. Ella solo obtuvo este por estar en el área correcta y la aparente suposición del jefe de que para cuando terminara su trabajo, sería de noche, el momento perfecto para detectar cualquier actividad no deseada.
Al alcanzar la altitud adecuada, observó el área debajo de ella, la vista de pájaro le dio un punto de visión perfecto de varios kilómetros de área.
La zona fronteriza del Monte Paozu era mayoritariamente rocosa en contraste con la exuberante vegetación cerca del centro. Las rocas de color tierra brillaban con el mismo tono naranja que el cielo.
En general, fue una vista bonita: otra cara de la misma moneda que era la naturaleza.
Satisfecha, dirigió el avión hacia el este mientras observaba las actividades que se desarrollaban debajo. Mientras tanto, decidió dirigir sus pensamientos hacia el enigma: Son Gohan.
Incluso ahora, su mente era un torbellino de emociones, aunque totalmente positivas. Asombro de que un niño de su edad estuviera tan avanzado en artes marciales que bien podría ser equivalente a un niño pequeño.
El conocimiento, las habilidades y el control que tenía eran simplemente impresionantes. Y, sin embargo, era humilde hasta la médula, contradiciendo los dichos centenarios de que el poder corrompe a quien lo ejerce.
Era realmente difícil de creer a pesar de verlo con sus propios ojos. Además, era hijo del legendario Son Goku y del igualmente prominente Son Chichi y, sin embargo, tenían un estilo de vida tan simplista.
Bastante diametral a su yo pasado.
Junto con abundante asombro, la determinación también se apoderó de su ser para no sólo alcanzar a Gohan sino también superarlo. No importa lo que hiciera falta. Al igual que en ese show ninja, he decidido que seas mi eterno rival: Son Gohan.
Aparte de eso, sentía pura gratitud porque la familia Son no sólo la había perdonado sino que también la había aceptado incluso después de la continua peyoración a manos de su padre.
Mientras todavía estaba absorta en sus pensamientos, Videl se dirigió hacia un par de vehículos en el camino debajo de ella. Rápidamente hizo una ambulancia con una pintura ligeramente descolorida y un par de coches de policía, pero se encogió de hombros como si fuera un control policial normal.
Siguiendo su ruta, retomó sus cavilaciones.
Quince minutos, y Videl no había observado ni una sola actividad que pudiera remotamente merecer su atención. La vía única y un par de ramificaciones estaban totalmente vacías.
Sin embargo, también estaría mintiendo si hubiera esperado algo más. ¿Cuáles eran las probabilidades de que el día que decidiera inspeccionar el área, apareciera algo?
Además, según el jefe, los avistamientos se habían producido durante las últimas dos semanas y, junto con la inesperada alianza de francotiradores y tiburones rojos, era muy probable que esos bastardos apuntaran a algo grande.
Dos semanas no fueron suficientes para eso. Era tan simple como eso si su experiencia tuviera algo que decir.
Decidió cambiar de dirección y apenas había tirado del volante cuando una furgoneta negra llamó su atención y entró en su línea de visión justo debajo de su jet.
Aparte del hecho de que este tipo de villanos a menudo preferían el color negro, fue la conducción frenética lo que despertó del sueño al detective que llevaba dentro.
El vehículo iba a un ritmo absurdamente rápido como si el conductor llegara tarde a cualquier propósito que tuviera.
Muy bien amigo. Tu tienes mi atención. Decidiendo que era el mejor curso de acción, Videl inmediatamente comenzó a perseguir el vehículo, una parte de ella emocionada ante la perspectiva.
Ella igualó el ritmo por ritmo, cada curva por curva, diablos, incluso hizo un ciento ochenta cuando el vehículo tomó una curva cerrada, mientras mantenía una distancia segura para que no pudiera ser vista.
Sin embargo, unos minutos después de la persecución, Videl comenzó a sospechar que de alguna manera el conductor sabía que ella estaba detrás de él. Al fin y al cabo, este tipo de conducción se hacía normalmente con el fin de perder al perseguidor. Sin mencionar que el conductor ahora estaba fuera de la carretera.
¿Pero cómo?
Había mantenido una distancia segura, su avión estaba casi en silencio y, sin embargo, parecía que no había tenido tanto éxito como pensaba. Pero no hay manera de que me rinda.
Sus cavilaciones se detuvieron cuando la camioneta pareció reducir la velocidad. Finalmente
Después de unos momentos, la furgoneta se detuvo por completo en medio de la nada. Una rápida mirada a su alrededor reveló que se habían aventurado en las zonas rocosas del monte Paozu.
Un escenario perfecto para un acto nefasto. De acuerdo con la respuesta que le dio su mente, se concentró en el vehículo mientras se abría la puerta del conductor.
Una pierna salió y fue colocada temblorosamente en el suelo. Una mano siguió al traje antes de que el conductor lograra salir.
Sólo para caer de rodillas.
¿Está herido?
Luego se levantó tambaleante antes de girarse.
El ojo de Videl comenzó a temblar.
El bastardo era un viejo y obviamente un borracho, si la botella en su mano tenía algo que decir. Y ella era una tonta que había emprendido una persecución a ciegas porque su mente demasiado paranoica había llegado a algunas conclusiones estúpidas.
Cualquier duda que tuviera se desvaneció cuando el hombre abrió la puerta trasera y ella no vio nada más que un contenedor de combustible que él, tambaleante, recogió y comenzó a llenar la camioneta.
Suspirando profundamente, inmediatamente giró el volante en la dirección opuesta y decidió continuar la inspección durante otra media hora antes de partir hacia Orange Star City.
No surgió nada.
Toda la encuesta de una hora fue una pérdida de tiempo. Un vistazo rápido a la cabina mostró que el reloj digital marcaba las seis.
Hmm... Si vuelo a un ritmo suave, puedo llegar fácilmente a la ciudad a las nueve. Añade diez minutos para una comida para llevar, veinte para una ducha rápida y otros diez para cenar, y puedo acostarme a las diez.... suficientemente bueno.
Con su mentalidad, la chica de ojos azules dirigió su helicóptero hacia la ciudad. El jefe puede esperar hasta mañana... ¿qué es... eso?
Deteniéndose en el movimiento, sin querer en absoluto seguir otra persecución a ciegas pero aún tratando de confirmar el vehículo aparentemente familiar que se dirigía hacia el este, usó la cámara en la cabina, ajustando el avión mientras hacía zoom sobre el vehículo en movimiento.
Sus ojos se entrecerraron. Era la misma ambulancia de antes, con la pintura descolorida. ¿Qué hace aquí?
Hasta donde ella sabía no había ni siquiera una localidad y mucho menos un centro de salud en la dirección en la que se dirigía la ambulancia.
Aún así, al ver una pequeña divergencia un poco más adelante de la carretera que, estaba segura, se uniría a la carretera principal a Orange Star City, decidió reservarse su juicio.
Aunque las alarmas ya habían empezado a sonar en su mente. Para que el conductor de la ambulancia haya viajado tan lejos sin tomar ningún desvío previo, era muy poco probable que tomara el último.
Los últimos pensamientos de partir hacia la ciudad se fueron por la ventana cuando la ambulancia evitó totalmente el desvío y continuó por la misma ruta.
Bueno, el deber llama. Suspirando un poco, comenzó la persecución.
No había ni la más mínima duda de que se dirigían hacia la orilla del mar, el azul del cielo se encontraba con el igualmente azul de las aguas en el horizonte.
Pasaron un par de minutos más y Videl comenzó a ver algo de movimiento en la orilla del mar, lo cual, nuevamente, era extraño debido a la falta de una localidad en millas.
Y, por el camino singular y la adherencia de la ambulancia al mismo, también era evidente que el objetivo de su objetivo era la orilla del mar.
Contemplando por un momento, comenzó a bajar el helicóptero mientras seguía persiguiéndola. El espionaje no era posible desde tal altitud e incluso si la cámara incorporada tuviera un micrófono, no habría sido factible.
Aterrizó bajo la cubierta de rocas de pedestal que afortunadamente abundaban en el área, salió del avión antes de capsularlo y colocarlo en el kit de cápsulas.
Tomando el que estaba al lado, lo decapsuló, apareciendo el humo habitual antes de alejarse con la brisa, revelando el objeto.
Inmediatamente su mente trajo al frente los recuerdos de su undécimo cumpleaños, cuando su madre le había regalado esta bicicleta flotante silenciosa, pero inmediatamente los alejó. Nunca pensé que serías tan útil.
Sin perder más momento, la chica de cabello negro condujo hacia la orilla del mar, tomando la ruta diagonal fuera de la carretera para ahorrar tiempo.
Como esperaba, ambos vehículos llegaron a la orilla del mar al mismo tiempo, la ambulancia, afortunadamente, dirigió la atención de los demás hacia allí, permitiéndole capsular su viaje y refugiarse detrás de un pedestal de roca de tamaño promedio.
Veamos qué tienes ahí.
Cinco hombres salieron de la ambulancia, dos por delante y tres por detrás, de los cuales uno vestía ropa de paciente. Otro grupo de tres hombres caminó desde la orilla del mar. Una mirada detrás de ellos reveló una serie de lanchas a motor.
Si el destino remoto de la ambulancia no fuera prueba suficiente, entonces el hecho de que el paciente con la pierna enyesada se moviera sin ninguna preocupación en el mundo, era bastante connotante.
"¿Está hecho?" La voz era profunda y áspera.
¿Qué? Apartando su atención de los demás hechos, inmediatamente se centró en la conversación.
"Sí. Lo apilé lo suficiente". Esta voz era comparativamente suave.
"Hmmm... ¿y el tiempo?"
"Exactamente dos horas."
"Bien. Los demás comenzarán sólo después de eso."
"Oh, será una gran señal". Hubo un coro de risas.
Las alarmas en su cabeza ahora gritaban. Lo que sea que estos tipos estuvieran planeando era definitivamente algo enorme y malo.
Inmediatamente, presionó el botón negro de su reloj. Un segundo después vibró en su muñeca y la pantalla parpadeó con la respuesta del jefe.
"¿Está seguro?"
Como si fuera a iniciar una llamada de socorro a toda la ciudad por capricho. Conteniendo el impulso de poner los ojos en blanco, presionó el botón verde para afirmar, agradeciendo al CC por inventar una tecnología tan excelente.
Ahora, con suerte, el jefe al menos evacuaría las áreas sensibles y también transmitiría la misma orden a las autoridades en el Monte Paozu mientras...
La sensación fría de un metal apareciendo en la parte posterior de su cuello la dejó congelada, deteniendo sus pensamientos, los signos reveladores junto con su experiencia, inmediatamente le dieron un nombre al arma: Longslide. Mierda
"Ahora, ¿qué tenemos aquí?" La voz del hombre era lo suficientemente fuerte como para resonar en los alrededores, el silencio absoluto en el área tampoco ayudaba en su caso.
"¿Qué pasa Rado?" Preguntó bruscamente el hombre de la voz más profunda.
El hombre detrás de ella soltó una risita áspera. "Oh, sólo una niña jugando a espías."
"¡¿Qué?!" Hubo un ligero movimiento por un momento. "¿Quien se atreve?" El hombre casi siseó.
El hombre le clavó el cañón en el cuello. "Vamos, no los hagamos esperar". Ella lo ignoró, buscando en su mente cualquier oportunidad. Un segundo después, se escuchó un sonido familiar del arma. " Ahora."
Cerrando los ojos por un momento y resignándose a su destino, lentamente se levantó y caminó hacia el claro, con el arma moviéndose hacia su cabeza.
Inmediatamente, otros dos la rodearon, apuntando con sus rifles. Cualquier plan audaz que su mente estuviera cocinando se esfumó.
El que iba a la cabeza entrecerró los ojos un poco antes de que la comprensión apareciera en su rostro. Una ligera rabia apareció en su rostro por un momento antes de que el humor la reemplazara. "Ah. La hija del campeón de los fraudes."
Él la miró de arriba abajo y se pasó la mano por el bigote. "Tienes muchas agallas femeninas... espiándonos aquí", agitó la mano para darle énfasis. "Ni siquiera por una vez podría haber esperado esto. Sin embargo, funciona mejor para nosotros. Ahora... "
RRRIIINNNGG
Con una ligera irritación en su rostro, tomó su teléfono de mano. "Hazlo rápido."
La confusión apareció en su rostro después de un par de momentos antes de mirar a Videl. "No tontos. El plan continuará... Sí, lo entiendo, pero es sólo un pequeño revés... ¿qué está diciendo?... exactamente... adelante".
Cualquier confusión que Videl sintió ante sus palabras fue eclipsada por su mente paranoica que trajo la señal de socorro que le había transmitido al jefe; ambas cosas estaban definitivamente relacionadas.
"¿Jefe?" Preguntó el que estaba detrás del jefe ahora confirmado.
Con una mirada cada vez más pronunciada, el jefe habló con los dientes ligeramente apretados. "Esos comedores de donas han pedido una evacuación de toda la ciudad".
Se le hizo un nudo en el estómago. Lo que sea que estos bastardos estuvieran planeando, definitivamente estaba relacionado con la ciudad de Orange Star. Y, con ella estando aquí...
"¿Qué? ¿Cómo es eso posible?" Era Rado, el que estaba detrás de ella.
"La perra aquí es de alguna manera responsable de eso". El jefe gruñó antes de respirar profundamente. "No te preocupes, han comenzado la operación. Dos horas no harán la diferencia".
"Hmmm... ya veo", se rió Rado. "Sin ella, esos idiotas son prácticamente incompetentes."
Esa fue una insinuación bastante correcta, reflexionó Videl para sí misma. Aunque la policía mejoraba día a día, todavía no se la podía considerar autosuficiente. Sin embargo, incluso yo seré ineficaz contra una operación a tan gran escala.
El jefe volvió a reírse. "Bien. Ahora vayamos a la base", la miró de nuevo. "Ya sabes qué hacer con ella".
Incluso antes de que Videl pudiera comprender sus palabras, el dolor estalló en la parte posterior de su cabeza.
"Tira la ambulancia al mar".
Esas fueron las últimas palabras que escuchó antes de que su visión se oscureciera.
Con un ligero latido presente en su cabeza, Videl regresó a la tierra de la conciencia, la necesidad inmediata de abrir los ojos y soltar un gemido parecía demasiado tentadora.
Sin embargo, al comenzar a entrenar las habilidades del curso policial, ella efectivamente rechazó ambos impulsos, concentrándose en sus otros sentidos para tener una idea de su entorno.
Lo primero que notó fue que tenía la boca cubierta, aparentemente, con cinta adhesiva, sus manos y pies atados también con la misma, la falta de textura áspera de la cuerda, lo delataba.
Inmediatamente después, un fuerte hedor a alcohol invadió su nariz mientras sus oídos se adaptaban a la voz que ahogaba a los demás.
"... en los últimos diez minutos hemos comenzado a recibir informes de Orange Star City sobre un asalto de pandillas en toda la ciudad..."
El temor inundó su ser cuando la gravedad de la situación se hizo conocida. Su casa fue atacada y ella estaba prácticamente inútil. Sin embargo, la confusión inmediatamente reemplazó la sensación de frío cuando registró las palabras iniciales.
El periodista decía diez minutos. ¿Pero cómo fue eso posible? No podría haber permanecido inconsciente durante tan poco tiempo, no después de un golpe directo en la cabeza. Además, el dolor en su cabeza era leve, lo que no podría haber sido posible en el lapso de diez minutos.
Entonces también pudo reconocer la voz de la reportera de la ciudad del Oeste. ¿Por qué no era uno de los canales de noticias de su ciudad natal?
"... han tomado las agencias de noticias para entorpecer la cadena de comunicación..."
Oh.
Esto fue malo. ¿Cuántos pandilleros había para llevar a cabo una operación tan masiva? Y por qué...
"Cuarenta minutos más y habrá fuegos artificiales". Risas e hipo siguieron a las palabras.
Los ojos de Videl se abrieron en shock, su cuerpo se sacudió y golpeó algo, cuyo sonido seguramente alertaría a sus captores.
Pero a ella no podrían importarle menos. El bastardo acaba de decir cuarenta minutos... ¡ Cuarenta minutos! Podía recordar claramente que habían dicho dos horas... significaba que estuvo inconsciente durante más de una hora.
Las fotografías de los civiles que podía recordar, Erasa, Sharpner, el jefe de policía y muchos otros pasaron por su mente. ¿Quién sabía en qué condiciones se encontraban ahora?
Luego estaban los...
"Jefe, la perra está despierta."
La chica de ojos azules inmediatamente miró al bastardo que apareció en su línea de visión y él se estremeció un poco. Un momento después otros la rodearon, claramente borrachos.
"Me alegro de que estés despierto", el jefe arrastrando las palabras ligeramente con fingido alivio, "Por un momento, sentí que nos habías dejado solos en este mundo cruel", hubo risas de los demás. "De todos modos, vamos a ponerte al día."
Señaló hacia la pantalla detrás de él. "En este momento, tu preciosa ciudad está bajo ataque. Nuestros hombres la están destrozando y, como siempre, esos comedores de donas son incompetentes y tú no puedes hacer una mierda. Así que dime, ¿cómo se siente?"
'¡Para! ¿Por qué estás haciendo esto? Son civiles inocentes. Todo eso fue lo que quiso decir pero sólo salió como sonidos incoherentes.
La desesperación y la impotencia se transformaron rápidamente en frustración, y una infinidad de emociones destellaron en su rostro, abiertas a la vista del mundo.
Poco a poco, la furia empezó a invadirlo.
Apretó los dientes y dirigió una mirada feroz a los bastardos responsables de toda la situación. ¡Estas escoria! ¿Quién les dio el derecho de jugar con la vida de los demás?
"Esta perra tiene muchas agallas", se rió el jefe. "Pero no te ayudará."
Por el momento, lo único que quería era darles una paliza, hacerles suplicar clemencia, hacerles darse cuenta dolorosamente del error de sus caminos.
Demonios, una parte de ella también quería bombear sus cuerpos con todo el plomo que podía ver a su alrededor... escoria como esta no merecía una oportunidad en la vida.
"Ya sabes jefe, hay dichos reales sobre ella en la ciudad".
"¿Eh? ¿En serio?"
"Sí. Algunos dicen que tiene voluntad de hierro. Otros dicen que morirá pero no se romperá ni se doblará", una sonrisa apareció en el rostro del hombre calvo y flaco. "Me pregunto qué tan ciertas son".
"Hmmm..." El jefe se acarició el bigote por un momento. "Probemos eso, ¿de acuerdo?" Sus ojos inmediatamente comenzaron a vagar por su figura.
Se le heló la sangre cuando las implicaciones rápidamente se dieron a conocer. ¡No no no! Como si la situación no fuera suficientemente mala, y ahora esto...
Mientras ella todavía estaba congelada en shock, el jefe se bajó los pantalones deportivos con un movimiento suave, su pene semierecto desnudo para que el mundo lo viera.
Videl comenzó a agitarse.
"Traigan a sus muchachos."
De repente, dos brazos musculosos agarraron sus brazos, doblándolos detrás de su cabeza, inmovilizando efectivamente su cuerpo contra el suyo antes de colocarla sin esfuerzo en una posición agachada.
Videl gritó y gruñó, pero la cinta impidió cualquier sonido antes de que su cabeza fuera repentinamente levantada, el hombre detrás de ella tiraba bruscamente de su cabello.
Las lágrimas comenzaron a aparecer en el rabillo de sus ojos, pero miró al bastardo, sin querer darle ni una pizca de satisfacción por su difícil situación.
El jefe solo le sonrió antes de agarrar la parte superior de su camisa y...
¡Aporrear!
¡CHOCAR!
Ella parpadeó, el agarre de su cabello se aflojó debido al momento repentino, antes de cambiar su visión hacia la pared en el lado opuesto donde ahora estaba desplomado el cuerpo del hombre.
"¿Estás bien, Videl?"
Las palabras se registraron más tarde antes de que la familiaridad de la voz se activara, la chica de ojos azules instantáneamente giró la cabeza para ver una figura familiar frente a ella.
Puro alivio llenó su cuerpo, calmando sus frenéticos sentidos. Las lágrimas que ella estaba tratando vehementemente de contener, comenzaron a filtrarse por sus mejillas.
Aun así, logró asentir.
"Atrapa al bastardo."
La voz de Rado sacó a los demás de su estupor, los matones se apresuraron a agarrar cualquier arma que pudieran conseguir, el ruido de pasos y maldiciones resonaban en el área similar a una cueva.
Sin embargo, su salvador fue mucho más rápido que lo mejor que eran capaces de hacer. Su figura se desdibujó sólo para reaparecer uno o dos segundos después.
Los sonidos de los choques siguieron antes de que el grupo de diez hombres cayera como marionetas cuyos hilos acababan de cortarse, algunos chocaron contra las cajas junto a la pared rocosa, uno incluso se estrelló contra la pantalla del televisor.
Al momento siguiente, la presión de sus ataduras desapareció repentinamente y la sensación la hizo concentrarse en sus extremidades desatadas. Sin perder ningún momento, se arrancó la cinta adhesiva de la boca y tomó una profunda bocanada de aire.
Levantándose, hizo una profunda reverencia. "Gracias maestro." Ella derramó tanta gratitud como pudo en esas tres palabras, y lo habría abrazado si su maestro fuera el indicado para ese decoro habitual.
Tien se limitó a asentir y miró a su alrededor. "¿Cómo terminaste aquí?"
Videl suspiró. "Una ligera vigilancia me llevó a espiar su reunión y fui descubierto y atrapado".
Tien abrió la boca pero se detuvo cuando Videl sacudió la cabeza. "No tenemos tiempo, maestro. La Ciudad Estrella Naranja está bajo ataque. Nosotros..." Se detuvo cuando Tien levantó la mano.
"No te preocupes. Puedo sentir a Yamcha en la ciudad, y por sus movimientos, definitivamente está ayudando".
Al instante, la mayoría de sus preocupaciones se aliviaron. Con Yamcha allí, la situación era mucho más manejable. Pero los problemas seguían ahí. "También están en otra cosa... algo grande y sólo tenemos media hora para evitarlo. Lo siento... no conozco los detalles".
Los ojos de Tien se entrecerraron un poco. "Espera", caminó hacia el cuerpo boca abajo a su izquierda antes de agacharse. Colocando su mano sobre la frente del hombre inconsciente, cerró su tercer ojo.
Videl se encontró concentrada en el espectáculo. Esta era la primera vez que veía a Tien usando su tercer ojo, que en sí mismo era un elemento extraño en su mundo donde incluso otras especies bípedas eran comunes.
Tien permaneció quieto por un minuto antes de levantarse, y su tercer ojo se abrió mientras lo hacía. Cuando se volvió hacia ella, su rostro estaba sombrío. "Tienes razón. Equiparon el tren de pasajeros en ruta a la ciudad con explosivos que detonarían en media hora".
Los ojos de Videl se abrieron en total shock. Esto no era... esto no podía... La... la pura destrucción que seguiría, las vidas... ella sacudió la cabeza sin querer en absoluto ahondar en pensamientos tan peligrosos.
Abrió la boca pero la cerró de golpe mientras su mente conectaba los puntos. Por supuesto, la ambulancia era un señuelo para burlar el control policial de antes, y estaba segura de que esa ruta conectaba con la estación de tren en Mt Paozu. Por supuesto que lo habrían instalado allí.
"No solo eso... "
¡¿Había más?!
"... también cargaron su helicóptero con explosivos antes de enviarlo hacia la jefatura de policía".
"Tenemos que detenerlos", casi gritó, la gravedad de la situación provocó un trastorno en sus emociones. No podría perdonarse a sí misma si se perdiera ni una sola vida.
¿Pero cómo?
"Está bien Videl. Ya pedí ayuda".
"¿Tienes?"
Tien asintió. "Estarán aquí en un par de minutos. Salgamos".
Krillin se detuvo a mitad de la flexión, moviendo la cabeza hacia el cielo, sintiendo que el Ki de Tien aumentaba tres veces. Esa es la señal de socorro, pero ¿por qué está en el Monte Paozu?
Considerándolo como algo urgente, se puso de pie dando un salto antes de enfrentarse a las dos mujeres más importantes de su vida. "Hola Dieciocho, Tien está llamando. Tengo que irme".
Sin esperar ninguna respuesta, su aura surgió a su alrededor y despegó hacia el Monte Paozu.
Dieciocho lo observaron hasta que no fue más que un punto brillante en el cielo. "Muy guay."
"¡Sí! Papá es el mejor".
De pie al borde del mar, Gohan esperó, sus emociones en una profunda confusión, un fuerte impulso surgiendo de ignorar las palabras de Tien y comprobar él mismo la condición de Videl.
Sus reflexiones se detuvieron cuando sintió la señal de Tien. Sin perder un momento, se dirigió hacia el lugar.
"Gohan. Detente."
El semi-Saiyajin se detuvo en el aire, irritado por haber sido interrumpido nuevamente. "¿Qué pasa Dendé?"
"Transfórmate ahora".
"¿Por qué? ¿No puedo sentir nada grande?"
"¿ A quién vas a encontrar allí?"
"Eh. Vid... el..." ¡Oh! Frotándose la nuca avergonzado, se transformó.
"Bien. Ahora escucha aquí..."
Los nervios frenéticos de Videl se calmaron un poco al escuchar eso. Por supuesto, si Tien pudiera llamar a los demás de su grupo, la situación podría salvarse.
Asintiendo, se alineó con Tien. "Por cierto, ¿cómo me encontraste?"
"He estado siguiendo tu Ki desde ayer; estaba angustiado por decir lo menos. Como Gohan estuvo contigo ayer y lo visitaste hoy, me di cuenta de que de alguna manera debe estar relacionado con él".
"Sin embargo, hoy, por la noche, tu Ki era normal. Entonces, ¿es seguro asumir que te habló de su herencia?"
"Sí."
Tien asintió comprendiendo. "Después de eso, estaba a punto de detener la detección, pero de repente te detuviste en las fronteras del Monte Paozu antes de regresar".
"Llámalo curiosidad, pero seguí siguiéndote y luego tu Ki desapareció repentinamente. Inmediatamente, volé hacia tu última ubicación, pero aún así me tomó algo de tiempo. Cuando llegué, ya no estabas".
"Te he estado buscando desde entonces y llegué aquí tan pronto como tu Ki resurgió", hizo una pausa por un momento. "Ni siquiera pensé en buscar alrededor del mar".
¿Mar? ¿Qué hace él? Sus pensamientos se detuvieron cuando vio el paisaje frente a ella mientras salían del área de la cueva.
Hasta donde alcanzaba la vista, sólo se veía agua. Las lanchas, por supuesto. Aún así... "No puedo agradecerle lo suficiente maestro".
Tein simplemente la despidió.
Mientras seguían esperando en silencio, otro pensamiento la asaltó. Miró al Tien. "¿Gohan también está aquí?" Si Tien pudo llegar aquí sintiendo su Ki, entonces al menos Gohan debería haber sentido el Ki de Tien, si no el de ella.
Sus cabezas se desviaron en un solo movimiento cuando el Ki de Videl resurgió.
No hacía falta decir nada. Su Aura destelló a su alrededor, Gohan despegó o lo habría hecho si no fuera por el brazo de Tien que apareció en su visión.
"Quédate aquí."
Gohan miró al mayor confundido. "¿Qué? Por qué?"
"Podríamos necesitarte como Bardock."
La confusión apareció en su rostro por una fracción de segundo antes de que amaneciera la comprensión. Él asintió con la cabeza.
Tien negó con la cabeza. "Su Ki abandonó el área tan pronto como tú saliste de su casa. Actualmente, se encuentra en el otro lado del planeta".
Antes de que pudiera decir algo en respuesta, una figura cayó ante ellos. Se le cortó la respiración al ver el cabello dorado y puntiagudo, el gi azul y un rostro cincelado, los gemelos de ojos verde azulado solo enfatizaban eso.
Un sinfín de emociones surgieron en su ser pero al mismo tiempo la gravedad de la situación se reafirmó, provocando que ella reprimiera sus sentimientos.
"Tien", saludó Bardock y Tien asintió en respuesta. Luego la miró. "Videl-san."
Aclarando su mente, ella también asintió. "Bardock. Es bueno verte."
De repente, otra figura cayó junto a ellos. Vestido con su habitual gi de color naranja, Krillin caminó hacia ellos, con el rostro ya sombrío.
Sólo se intercambiaron asentimientos a modo de saludo.
"Tenemos una situación grave..." comenzó Tien...
"Dende ya me lo dijo", Krillin interrumpió al hombre más alto. Además de él, Bardock también asintió con la cabeza.
¿Dende? ¿De quién es? No, ¿dónde está si ya informó la situación? Sin embargo, ella sabía que no debía expresar sus pensamientos.
"Eso ahorra tiempo", expresó Tien. "Bardock, eres el más indicado para detener el tren en el tiempo disponible, y Krillin, quiero que vayas tras el helicóptero de Videl antes de ayudar a la policía en el distrito sur".
Ambos hombres asintieron antes de despegar hacia los cielos, la chica de ojos azules los miraba con un asombro apenas disimulado.
"Videl."
Incluso antes de que pudiera prestar atención a la voz de Tien, se encontró desafiando la gravedad y un grito ahogado escapó de su boca. Cambiando su visión hacia Tien, fue testigo de cómo su aura destellaba a su alrededor antes de expandirse repentinamente, envolviéndola a ella.
Tuvo un segundo para disfrutar de la cálida sensación antes de que su entorno se volviera borroso.
"...la operación lleva casi dos horas pero no ha habido descenso... "
Vegeta tomó el control remoto, la irritante voz de la reportera le irritaba los nervios, pero antes de que pudiera cambiar el canal, Bulma lo cubrió con sus manos, deteniendo cualquier transmisión.
"No va a cambiar de canal, señor."
"Quita tus manos, mujer".
"No," Bulma agarró el control remoto y lo colocó a su lado. "Ahora, ¿por qué no te haces útil y ayudas a esa gente?"
Vegeta levantó una ceja. "¿En serio quieres que vaya?"
"Por supuesto" fue la respuesta que se originó en su corazón, pero antes de que pudiera escapar de su boca, su cerebro la alcanzó y la detuvo.
Suspirando, ella sólo pudo negar con la cabeza.
El Príncipe Saiyajin sólo sonrió.
"¿Puedo ir?"
"¡ No! " Respondieron Vegeta y Bulma al unísono antes de que Vegeta continuara. "Sólo harás perder el tiempo."
Bulma le dio una palmada en el brazo antes de mirar a Trunks. "No será seguro Trunks."
"Exactamente, para los débiles de allí."
Trunks se rió de eso, incluso Vegeta se rió un poco.
Bulma sólo pudo agarrarse el pelo con frustración.
Por favor soporte y revisión.