Sus ojos de Avellana se quedaron estancados en los dedos de Jane, y cuando el zipper terminó su carril, dejando ver su pálida piel, Gustav la miró pero ella estaba muy entretenida en cada centímetro que cubría la tela, como si lo estuviera desvistiendo con la mirada
Jane se puso de rodillas en la cama, quedando a la altura del rubio, está vez tenía la mirada en él, y este tenía el rostro serio, con la mandíbula tensa pero despreocupado, Jane recorrió uno de sus dedos por su abdomen hasta llegar a los hombros donde enseguida los descubrió, la sudadera cayó al suelo y el rubio quedó en pantalones. Jane tomó la mano izquierda de Gustav y empezó a acariciarse a sí misma con lentitud, ella cerró los ojos, sintiendo satisfacción, mientras que Gustav observaba cómo gozaba de las caricias que ella misma se hacía. Su cuerpo empezó a arder, su estómago floreció como un campo
—¿Esperas que lo haga por ti?—Susurro Jane cuando no veía movimientos por parte de él—¿Tienes miedo?—
—¿Miedo?—Contestó con una sonrisa juguetona—¿Debería?—Pregunto
Y a su vez, la tomó de la cintura con fuerza provocando en Jane un escalofríos inmenso, su dedo meñique empezó a meterse por debajo del resorte de la pijama de ella, mientras con los otro dedos seguía apretando su cintura y acercándola más para apoderarse de sus labios
—¿Debería tener miedo?—Le susurro el oído
Al mismo tiempo que pego su cuerpo de un azotón con el de el, Jane podía sentir su pene levantarse entre sus Jeans negros, ella cerro los ojos y suspiro de placer, Gustav volvió a sonreir juguetón al verla
—¿Qué te ocurre?—Le susurro mirándola con picardía
—Es....Gustav—Dijo con voz temblorosa—Esto....es mi primera vez—añadió apenada
—El mío también—Vaciló
—Mentiroso...—
Gustav sonrió burlón, luego se mordió el labio inferior y después besó los labios de Jane, ella accedió y sentía su cuerpo llenarse de escalofríos cada vez que la lengua de Gustav intentaba atrapar la suya. Como una corriente eléctrica sentía las piernas temblar y sus bragas mojarse, Gustav la obligó a ponerse cómoda en la cama mientras que el le quitaba la pijama dejando sus bragas para el mejor momento, escuchaba con claridad la respiración nerviosa de Jane y eso le provocaba una grande satisfacción
—¿Debería satisfacerte por ser tu primera vez?—Susurro Gustav mirándola a los ojos e inclinándose a ella
—Deberías quitarte los pantalones—
—¿Se te olvida que tus padres están durmiendo?—
Ella miró la puerta, se mordió el labio inferior y luego sonrió juguetona
—¿Entonces te da miedo?—Vaciló Jane al mismo tiempo que empezó a rozar la masculinidad de Gustav con la plantilla de sus dedos
—A mi no—Contesto conteniendo el placer—¿Serás capaz de aguantar y no gemir?—
—¿Por qué no lo compruebas?—
Gustav volvió a sonreír, quitó las bragas de un jalón dejando ver la intimidad de Jané, su abdomen se inflaba de la grandes bocanada de aire que respiraba de los puros nerviosa, Mientras que los labios de Gustav empezaban a dar pequeños besos por su abdomen, trataba de calmarla y hacerla sentir en confianza, por otro lado, su manos intentaban acercarse a su intimidad para tocarla y llenarla de placer
—Uhm....—musito cuando sintió los dedos fríos de Gustav muy cerca de su intimidad
Se mordió el labio inferior cuando la lengua húmeda del rubio empezó a lamerle sus muslos, en ese mismo segundo pudo ver con claridad a pesar de la oscuridad aquellas alas que decoraban su musculosa espalda
—¿Y esto?—Le preguntó tocando el contorno de la pieza—¿Alas?—
—Las mismas que te harán volar está noche—Vaciló
Ella gimió al instante cuando Gustav empezó a tocarla con intensidad, obligandola a callar, ella apretó los dientes con intenciones de no volver a soltar otro gemido, pero lo veía casi imposible ante la satisfacción que este le provocaba. Gustav al ver cómo ella se resistía decidió volver a devorar sus labios, para ayudarla a no gemir, mientras sus dedos seguían en busca de su clítoris, como un juego de escondidas
—Mmm....—Apenas musitaba con los labios de Gustav encima
Cuando se encontró la zona, las piernas de Jane empezaron a temblar, sus manos apretaron la espalda desnuda de este provocando pequeños rasguños. Con sus pequeñas manos tomó el mando para desabotonar sus pantalones, y en cuanto la prenda cayó al suelo, Gustav entró en ella cuidadosamente y con lentitud. Ella se curvó y se revolvió entre las sábanas llenas de placer al igual que Gustav
｡｡｡
Jane abrió los ojos con lentitud, un cuerpo pálido estaba a su lado, dormía como el ser más inocente del mundo, aunque por la noche no había demostrado ninguna pizca de inocencia, aquel cuerpo se movió dándole la espalda y entonces de nuevo y con claridad pudo ver aquel tatuaje decorativo, alas.... Las acarició con sus dedos, y al darse cuenta que eran las alas que ella misma había dibujado por un sueño absurdo se sentó en la cama sin control para observar mejor y saber que clase de brujería era está
—¡Jane!—
Cuando escucho la voz de su madre por el pasillo, empujó a Gustav de la cama, y este abrió los del puro sustos al pegarse contra el suelo, cuando la puerta de la habitación se abrió, dejando ver a la señora Stoepel, el rubio no dudó en meterse debajo de la cama con la sábana enrollada a su cuerpo desnudo. Mientras que Jane trago saliva y sonrió tan grande de los nervios
—¡Buenos días!—Dijo con entusiasmo
—B....bbb..buenos días—Su madre frunció el ceño un poco confundida ante la reacción de su hija—¿Despiertas de buen humor?—
—Algo así—
Su madre entró y sonrió al ver a su hija durmiendo desnuda, a pesar de tener muchas dudas se guardó todas las preguntas, su madre se agacho y el corazón de Jane latió con fuerza llena de nervios, al igual que Gustav
—Meteré a lavar la ropa sucia—Dijo tomando una blusa que se encontraba en el suelo—Anda, dúchate y baja a desayunar—
Ella asintió, y soltó una bocanada de aire cuando su madre salió de la habitación, Gustav estaba listo para salir de su escondite, pero la señora Stoepel volvió a entrar y de nuevo los nervios hicieron presencia
—Y por favor.... Trata de no dejar las bragas en medio de la habitación—
—Lo siento madre—
Su madre sonrió y le guiño un ojo como aprobatoria, de nuevo cerró la puerta y por fin Gustav salió de su escondite, aprovechó para tomar las bragas de su chica
—¿Debería bajar y decirle que fue mi culpa?—Vaciló tomando con fuerza las bragas
Ella se las arrebató de inmediato con una sonrisa juguetona, empezó a vestirse al igual que Gustav, antes de que el rubio se pusiera la sudadera Jane se acercó y volvió a contornear el tatuaje
—¿De dónde sacaste esto?—Le pregunto
—¿Por qué?—
—Ah... bueno esque—Titubeo—Talvez te suene tonto. Pero esto lo había visto en un sueño...—
—¿Un sueño?—
—Hace mucho tiempo.... Lo dibuje yo misma—Dijo buscando aquel dibujo que había guardado detrás de su ordenador
Gustav sonrió al verla, sabía que ese dibujo ahora había pasado a las cuatro paredes de su habitación
—Lo tenía por aquí, tal vez lo guarde en otro lugar—
—Uhm...—Musitó cerrando el zipper de su sudadera—Hace tres años que me hice este tatuaje, pero cuando quieras puedo volverte a mostrar lo que son capaces de hacer estás alas por ti—Dijo acercándose a ella, mordió sensualmente su labio inferior—Vayamos juntos al colegio—
Ella asintió y a los poco segundos Gustav salió por la ventana, Jane salió de su habitación, su platillo ya estaba servido, su madre limpiaba la sala pero en cuanto su hija se sentó para devorar el desayuno se puso frente a ella observándola
—¿Vas a decirme el motivo de esa sonrisa?—Preguntó
—¿Que sonrisa?—
—¿Crees que no le vi los pies?—
Jane escupió la fruta y enseguida empezó a toser, su madre se burló pero de inmediato la ayudó a recuperar la estabilidad
—Dile que para la próxima esconda muy bien esos pies—Seguía molestando
—Madre.... Lo siento, esque—
—No tienes que explicarlo Jane, está bien, hacía lo mismo con tu padre—
—¡Madre!—
Mientras tanto Gustav había entrado a su habitación, su madre no tardó en llegar con el desayuno en las manos, elevó las cejas con sorpresa al ver la cama tendida tan temprano
—¿Verdad que no es tan difícil tender la cama?—
—Pues....no...—Sonrió burlón—Madre—La llama antes de que saliera
—¿Si?—
—¿Está vez funcionará con Jane?—Le pregunto—Madre... Dime cómo ser alguien digno para ella, quiero quedarme con ella—
—Oh mi cielo—Le acarició el pelo—Lo primero que tienes que hacer es dejar de tener miedo. Deja de pelear contra el dolor del pasado, ahora estás aquí, frente a una chica maravillosa, no tengas miedo Gus, amar es un sentimiento muy valioso, no te lo prohibas, solo ama, ama como si nunca te hubieran roto el corazón—
Gustav sonrió, aquella mirada de su madre y sus palabras le causaban seguridad y tranquilidad. Había caído en un hoyo profundo que juraba que jamás podía salir de allí, pero lo había hecho, miraba hacia enfrente y lo único en que pensaba era en Jane, en una regla recta que lo mantuviera firme ante todas las decisiones que no pudieran dañarla, porque lo único que quería era hacerla feliz, y ser feliz junto a ella
｡｡｡
Las clases de Jane había terminado, caminaba al paso de sus ambos amigos, quienes no dejaban de quejarse por los exámenes, guardaron silencio cuando Ryan estaba de nuevo allí de pie frente a ellos, está vez sin boletines
—Uy...—Musito Tom
Se preparaba para escuchar la plática pero al instante su gemelo lo tomó del brazo obligándolo a partir y dejar a su amiga a solas. Jane sonrió y saludó amablemente
—Te busqué ayer—Dijo Ryan—Mira te he traído la invitación personalmente—
Ryan le extendió una tarjeta de color crema, una entrada para la subasta de dibujos, ella lo recibió y sonrió admirando las letras de la tarjeta
—Ryan....yo...—
—Se que dijiste que no estabas segura, pero de verdad Jane, esto es una oportunidad para el talento que tienes—Dijo entusiasmado—Iré contigo, si cambias de opinión claro...—
—Gracias por la invitación Ryan—La voz de Gustav interrumpió aquella conversación
Tomó a Jane de las manos y Ryan no pudo evitar ver aquel acto, sonrió nervioso y no muy contento con aquello
—La invitación era para Jane....—
—¿De verdad? Porque yo también tenía ganas de ir…—
—Seguro que puede ir ¿No Ryan?—
—Ha...he....mm...Si claro—Contesto—
—¡Entonces allí estaremos!—Contestó Jane con una sonrisa grande llena de emoción—Te veremos después Ryan, termina pronto los boletines—
Jane se marchó junto a Gustav, dejando a Ryan en medio del patio. ¿Cómo le explicaba que no había venido por los boletines sino precisamente a pasar tiempo con ella?
—Ryan me pone celoso—Hablo Gustav
—¿Así?—
—No soy tan estúpido como para no saber que le gustas...—.—¿A ti te gusta?—
—¡No!—Contestó sin preámbulos—Ryan y yo solo tenemos una amistad—
—Claro—Contestó
El miedo de ser traicionado por tercera vez estaba presente, se había vuelto alguien inseguro y fastidioso. Pero en el fondo le creía, por primera vez empezó a confiar sin muchas muestras y por primera vez quería demostrar que en verdad le importaba, estaba seguro de mostrar su lado amoroso sin importar si podía salir lastimado a pesar de tener miedo
—Gustav prométeme que esto es real—
—Lo prometo—
La miro con ternura, cada sentimiento que había intentado ahogar resurgía en ella, como si el viento más implacable cediera a la calidez de su mirada, desatando una tormenta de emociones atrapadas en el gélido abismo de su propio ser, hasta perderse en un mundo desconocido. El corazón cálido de Jane había logrado cubrir el de Gustav logrando sus mejores latidos
—Me gustaste el primer día en que te vi, pero eras fastidiosa también—
—Dijiste que no te gustaban fastidiosas e irritantes—
—A excepción de ti...—Contestó—aunque era una indirecta, claro que fue entonces que me di cuenta que eras muy torpe para las indirectas—Se burló
—¿Por qué ser indirecto cuando puedes ser directo?—Le preguntó
—Para poner las cosas más interesantes—
—Oh pues si—Contesto—Claro que sabía que morias por mi, Tom decía que eras un chulito—
—Tom me cae mal—Refunfuño—Aun no olvido que te beso frente a mi... Te juro, quería arrancarle el pescuezo hasta que suplicara por su vida—
—¿Así que estabas celoso?—
—Un poco... Si—
Jane se burló, luego enredó sus brazos al cuello de su Gustav, lo miró con ojos de amor mientras el rubio sonreía con ternura
—¿Vas a ir?—Preguntó Gustav mirando aquella tarjeta que Ryan la había dado y que Jane había sostenido en la mano durante todo el camino
—Dijiste que irías—
—La invitación no era para mí, solo quería molestar, y hacerle saber a Ryan que sales conmigo—
—Me gusta la idea de llevar mis dibujos a una subasta, pero tengo miedo—
—¿Miedo?—
—A que no sean suficientes—
—Son geniales, creme... Lo mejor de un dibujo es que en cuanto lo veas te cause escalofríos—
—Solo dibujó paisajes, y no creo que eso cause escalofríos—
—Puedes probar algo diferente—La tomó de las mejillas y la miro a los ojos—Cariño. Confia en ti, se que puedes hacerlo—
—Pero irás a verlo?—
—No me lo perdería—
｡｡｡
En la semana uno. Pasaba horas y horas, minutos y segundos observando la espalda de Gustav, cuando estaba sentado en su ordenador con la espalda descubierta mientras ella se encontraba en la cama en ropa interior, Karamela ronroneaba en el regazo del rubio.
En la semana dos. Gustav se quedaba dormido sin camisa y ella contorneaba con sus dedos la tinta negra, y este parecía no sentir nada en lo absoluto. Cuando hacían el amor en su habitación o en la habitación de Gustav veía las alas que la hacían volar tal y como él había dicho
Aprovechaba sus ratos de soledad para sentarse frente a un lienzo, entre pinturas negras y blancas. Está vez Gustav se había quedado en la cama con la espalda desnuda terminando los últimos apuntes de las materias para las calificaciones finales, mientras Jane estaba sentada en silencio dibujando en aquel lienzo misterioso, mordía el final del pincel mientras veía cada trazo que había hecho
—¿Ya vas a decirme que tanto dibujas?—Preguntó Gustav
Se levantó de la cama para echarle un vistazo pero Jane no se lo permitió, ella se puso de pie antes que Gustav, entre puntillas trato de ponerse a su altura para besarlo
—¿Has terminado los apuntes?—
—Ajam....—
Sus manos la tomaron de la cintura por debajo de la polera ancha que usaba como pijama, y con lentitud subían más arriba hasta sentir su espalda desnuda
—¿Ya vas a enseñarme?—
—No...—Le respondió con una sonrisa pequeña—Quiero que lo veas en la subasta—
—¿No debería ser el primero?—
—Lo serás...—
—Ryan ya lo vio...—Contesto Celoso
—Ryan no cuenta—
—Uhmmm... ¿Entonces debería castigarte?—Vaciló mientras hundía su rostro en el cuello de Jane
Sus manos bajaron hasta apretar sus nalgas con satisfacción, mientras Jane seguía contorneado el borde de sus alas
—Me has dicho que tiene que causar escalofríos cada vez que lo mire—
—Ajam....—
—Lo entiendo... Esto me provoca más que escalofríos, en serio.... Me revuelve el estómago con tan solo verlo—
—Esa es la idea cariño—
—Recuerdo dibujar cada uno de estos paisajes y no sentir nada al hacerlo, pero esto es diferente—
—Estoy seguro que tú lienzo será el mejor, te has esforzado tanto—
—Gracias Gust....—