Efímero [✓]

By Chris_Alvarado22

5K 673 612

«Aquello que dura por un período muy corto de tiempo». *** Randy tiene una vida sencilla y tranquila, deb... More

🌴 Antes de leer 🌴
🌴 Playlist 🌴
🌴 Epígrafe 🌴
🌴 Prólogo 🌴
🌴 Primera parte: Descubrir el atardecer 🌴
01| ¿Lo peor? Esto
02| Una puñalada
03| Chico malo
04| Chico bueno
05| En el callejón
06| Un paseo nocturno
07| Manejar
08| Lugares ocultos
09| Pensamientos contradictorios
🌴 Segunda parte: Tomar su mano 🌴
10| Emociones confusas
11| Entre miedos y dudas
12| Son solo delirios
13| Confesiones nocturnas
14| El (desastroso) chico de los helados
15| Inolvidable
16| Recuerdos impregnados
17| ¿Olvidarlo o intentarlo?
18| Noche de películas
19| Tarde en la piscina
🌴 Tercera parte: Encontrar espinas 🌴
20| Perdido
21|Advertencia
22| Escape
23|Caída
24| Traición
26| Oscuridad
27| Fulgor
28| Calidez
29| Heridas
🌴 Cuarta parte: Ser parte de él por siempre 🌴
30| Luz dorada desvaneciéndose
31| Entre engaños y melancolía
32| Solo basta una caricia para sentirse libre
33| Y una horrible verdad para llegar al límite
34| Flores marchitas en el parque
35| Corazón sangrante y manos atadas
36| Luces rojas y azules coloreando la escena
37| El encuentro de dos almas rotas
38| Un momento fugaz tatuado en el corazón
39| La hora dorada
🌴 Epílogo 🌴

25| Odio

47 13 11
By Chris_Alvarado22

Carter

Estoy hecho mierda y sé que me lo merezco.

No quería que todo acabara de esta forma, sin embargo ¿qué otra cosa puedo hacer? Luego de oír las cosas que me dijo Leonardo la noche en la que se apareció en mi casa, no he podido pensar en otra cosa sino en que tengo que proteger a Randall. Aún si eso significa que debemos separarnos.

Por esa razón fui el sábado a su casa para llevarlo conmigo al otro pueblo. Quería que pasáramos un fin de semana juntos, lejos de todo, por última vez. Y el plan era explicarle las cosas estando allí, pero no tuve el valor para hacerlo. Además, no tenía en mente que terminaríamos teniendo sexo. Fue perfecto e inesperado, no obstante, ahora mismo él debe odiarme.

Entiendo que lo haga, me comporté como un miserable. Así y todo, creo que es mejor que me odie y piense lo peor de mí, será más sencillo para ambos. Esto lo hago por él, ya que no me interesa lo que pueda pasarme a mí y, a fin de cuentas, se trata de mí todo esto. Jamás me perdonaría si algo le pasara por mi culpa.

No puedo permitirme perder a alguien importante de nuevo por no haber hecho algo útil a tiempo. Eso me destrozaría.

Pero, a pesar de saber por qué lo hago, eso no hace que duela menos, que deje de sentir como si estuviera inválido en medio de un bosque en llamas, sin salvación y muriendo en agonía. Porque lo quiero como si fuera el sol en mi tormenta, o las estrellas en mi oscuridad; con necesidad, con anhelo y desespero.

Dicen que el amor es dejar ir a alguien cuando sabes que estará mejor en otra parte, aún si eso te rompe. Bueno, pues eso hago. Él merece a alguien mejor, que le ofrezca seguridad y calma, no alguien con demonios que acabarán por incendiar el paraíso en el que vivimos.

Creí que podría desafiar al destino. Me dejé llevar por los sentimientos que su sonrisa despertaron en mí cuando me creí muerto, pero nada que sea realmente bueno puede perdurar por siempre. Ahora solo debo estar alerta y prepararme para lo que sea que esté planeando el imbécil que está detrás de este circo.

Las notas, los mensajes raros y las llamadas no paran de llegar, cada vez con más frecuencia, tan solo aumentando mi ira y mi frustración por no saber cómo detener esto. Sin embargo, sé que debo guardar la compostura y esperar el golpe, porque eso es lo que quiere ese payaso, volverme loco.

Pero no será más listo que yo, eso seguro.

Guardo las llaves de la moto en mi bolsillo y me siento sobre la arena. Necesitaba un lugar silencioso y apartado del alboroto cotidiano. La playa no parece el mejor lugar, pero encontré un sitio tranquilo y vacío para mí. Por lo tanto, me quito la chaqueta de encima y me enciendo un porro.

Intento mantener la mente en blanco, concentrándome en el ir y venir constante de las olas, sin embargo mi teléfono empieza a sonar. Ya el sonido me tiene cansado, por lo que lo tomo para ver que es de un número desconocido. Cómo no.

Cuelgo.

Aun así vuelven a insistir y ahí es cuando contesto, con la ira bullendo en mi interior.

—¡¿Qué es lo que quiere?!

—Saber por qué coño decides llevarme a otra ciudad, para jurarme que me quieres, acostarte conmigo y luego deshacerte de mí como una basura, ¿estás mal de la cabeza, Carter?

Me quedo de piedra, con el cigarro a centímetros de mi boca y mi sudor enfriándose por la sorpresa. Me esperaba un grito, una risa, una maldición o el silencio de siempre, pero para nada escuchar a Randall diciéndome todo esto... Definitivamente me odia.

—¿Qué haces llamándome, Randall? —Inquiero, entre sorprendido y molesto. Sí, ya me había planteado la posibilidad de que me buscara, pero esperaba que no lo hiciera.

—¿Para qué? —Repite, ofendido—. Para que me des una explicación y actúes como un hombre y no como un niño de secundaria. Si lo que quieres es mandarme a la mierda, hazlo de frente, Carter.

Maldita sea, tiene razón.

Soy un cobarde, debo hacer esto bien.

—De acuerdo —acepto, con tono tranquilo—. ¿Tienes tiempo ahora?

—Sí, dime dónde estás e iré.

Le digo mi ubicación y él no tarda en colgarme, sin decir nada más.

Dejo el teléfono a un lado y cierro los ojos, dándole una calada a mi porro. No tardo en sentirme mareado y más ligero, necesito relajarme. Odio tener que hacer esto, meter esta porquería en mí, sin embargo, se siente como un respiro entre tanta mierda.

Además, debo tener la mente fría para cuando él llegue.

═ ═ ═ ═ ⋆★⋆ ═ ═ ═ ═

Espero durante casi una hora.

Cuando la tarde empieza a caer, el aire se enfría y el cielo se torna dorado, alguien se sienta junto a mí. Tenso la mandíbula, ignorando el cosquilleo en las yemas de mis dedos.

—¿Quieres uno? —Giro la cabeza para ver a Randall. Frunzo el ceño al notar que le cuelga un cigarro de los labios. También tiene una cajetilla de estos en una mano y una cerveza en la otra.

—¿Qué haces fumando, Randall? —Mi tono no es suave, aun así él se limita a arquear una ceja y guardar la cajetilla en su pantalón.

—¿Me vas a regañar? Si estás drogado —responde con sorna. Touché.

—¿Cómo lo sabes?

—Apestas a marihuana, Carter —suelta con hostilidad, encendiéndose el cigarro. Me guardo los comentarios y, en su lugar, me detengo a analizar su rostro.

El cabello —que siempre lo lleva peinado hacia atrás— está desordenado y le cae sobre la frente. Tiene unas ojeras muy marcadas que demuestran su insomnio, pero lo que más me llama la atención es un moretón en su mejilla.

Ahí mi burbuja de indiferencia explota.

—¿Qué te pasó en la cara? ¿Quién te hizo eso, Randall? —Pregunto, fuera de mí. Quien sea que se haya atrevido a tocarlo se va a arrepentir hasta el último de sus días.

Randall sonríe.

—Fernando. —Su mirada se concentra en el agua, mientras yo intento no perder los estribos e ir por ese desgraciado ahora mismo—. Hace un par de años tuve una novia, pero nuestra relación fue muy... Rara, la verdad, creo que confundimos la amistad con otra cosa, pero la quería igualmente —me cuenta, con un ápice de nostalgia en la voz—. Pero rompimos cuando una tarde la vi escribiéndose de una forma muy romántica con otro, por desgracia él no tenía foto de perfil y ella lo tenía como «Amor Mío».

Él gira los ojos y ríe. Yo tenso los puños, con una mezcla de celos, tristeza y curiosidad en la mente.

—¿Quieres saber por qué te lo cuento? —No me deja responder, prosigue de inmediato—: Porque hoy descubrí que no solo ella se burló de mí, sino que también lo hizo Fernando, mi mejor amigo, ¿no te parece gracioso? —Me parece que Fernando no sabe lo que le espera. No sabe con quién se metió—. La cereza del pastel es que siguen saliendo. En fin, discutimos y terminé con esto —se señala el golpe—, pero yo le dejé la nariz sangrando, ¡salud por eso!

Sonríe, orgulloso, y se lleva la cerveza a los labios. Creo que está un poco bebido... Quisiera abrazarlo, besarlo, pedirle perdón por todo, darle mi apoyo y decirle que todo irá bien. No obstante, me limito a guardar silencio y a fotografiar con mis ojos la manera en la que arruga la nariz cuando da un nuevo trago a la bebida.

—No sé cómo Fernando pudo ser tan desgraciado, si éramos tan unidos, como hermanos. —Hace una pausa y suspira—. O al menos eso pensé. Tal vez todo estuvo en mi cabeza y le di más relevancia de la realmente necesaria a nuestra amistad, si es que puede llamarse así.

Su tono bajo y lento revela la tristeza que le provoca el tema. Ver a Randall de esta manera, tan derrotado, gris y cansado hace que parezca que el chico alegre y optimista no es más que una sombra lejana. Y sé que está así por Fernando, pero también sé que yo lo conduje a esto... A fin de cuentas, no puedes adentrarte en la oscuridad sin tener que abandonar algo de luz.

—No te preocupes, tú sabes quién fue el que lo dio todo y quien nada más fue un pedante y un idiota —afirmo, recordando sus estúpidos comentarios hacia Randall a cada momento. Muchas veces quise mandarlo a lamer piedras, pero no lo hacía por respeto a él.

—Sí, pero ¿sabes? No me duele tanto perderlo a él, una parte de mí ya sabía que acabaríamos mal, pero me aferré a su amistad con fuerza, tal vez por miedo a quedarme solo. Sé que Mario y el resto preferirán quedarse con él. —Se encoje de hombros—. Me da rabia haber sido tan tonto.

—Estarás bien —le aseguro, ofreciéndole una sonrisa amistosa.

Él asiente y se queda pensativo unos segundos, para luego empezar a removerse en su lugar y suspirar con agotamiento. Posa sus ojos sobre mí y no veo a través de ellos nada bueno, tan solo rencor, dolor y confusión. Sé lo que viene a continuación.

—Carter, ¿puedes ser sincero conmigo?

Llegó el momento.

—Estoy recibiendo amenazas, Randall. ¿Recuerdas a Jhonny? —Él asiente, mirándome con cautela—. Creo que la misma persona que lo mató, ahora quiere venir por mí, y no sé por qué. ¿Recuerdas cuando me robaron antes de tu cumpleaños? Estoy seguro de que ese ''accidente'' fue planeado.

Él frunce el ceño, procesando mis palabras.

—Pocos días luego de conocerte empezaron a llegarme mensajes y notas raras, luego me enteré que Jhonny también recibía notas similares, y ya sabemos lo que le pasó. —Al decirlo en voz alta un escalofrío me recorre—. Siento que me vigilan todo el tiempo, es perturbador. Y luego de lo que me dijo Leonardo...

—¿Leonardo?

—Era el líder de la pandilla en la que estuve en mi adolescencia. Eramos muy unidos, lo admiraba mucho, ahora no sé por qué. Creía que era genial y quería ser cómo él —declaro, recordando ese tiempo. Ambos vivíamos con locura, al límite, haciendo cualquier mierda para sentirnos vivos, pero ahora todo parece tan lejano—. Luego pasó un accidente, él acabó en la cárcel, nos distanciamos y ahora volvió, no sé cómo... Me dijo exactamente lo que me está pasando y me advirtió que tuviera cuidado, pero no solo yo.

Él entiende lo que quiero decir y palidece.

—Carajo... —Murmura, desviando la vista al frente. 

Arriesgándome, pongo la mano sobre su hombro.

—No quiero ponerte en riesgo. Leonardo es alguien peligroso y que esté por ahí merodeando no es seguro, además no sé si esté aliado con el que esté detrás de la muerte de Jhonny. Todo esto es un desastre del que no puedes formar parte —recalco esto último con un tono severo.

Sin embargo, él ignora mis palabras y vuelve a mirarme con los labios entreabiertos y las manos temblorosas. La noche ha caído, por lo que las luces de los autos que pasan cerca iluminan su rostro pálido.

—Yo también he estado recibiendo mensajes y notas extrañas... Llamadas desconocidas donde nadie dice nada y creo que me vigilan también, Carter —suelta atropelladamente. Yo aparto mi mano, mientras mi estómago se revuelve y mi vista se torna roja.

Malnacidos...

Por esto tengo que mantener seguro a Randall, distanciarlo de mí, aunque ahora mismo es difícil cuando solo deseo estrecharlo entre mis brazos.

—¿Se puede saber por qué no me lo dijiste antes? —Le recrimino, con dureza. No quiero ser grosero con él, pero saber que lo están acechando es agobiante.

—¿Cómo iba a saber todo esto? Creí que solo eran tonterías de alguien aburrido...

—Como sea, tienes que protegerte, yo... No sé muy bien qué voy a hacer, pero hablaré con Nino para que esté en contacto contigo, y si notas cualquier cosa fuera de lo normal, le avisas de inmediato, ¿de acuerdo?

Él niega con la cabeza, mirándome, ofendido.

—¿Cómo que Nino? Carter, ahora más que nunca es cuando deberíamos unirnos, juntos podremos encontrar una solución, podemos ir a la policía o... —Intenta pensar en algo más, pero se queda sin opciones, al tiempo que sus ojos se cristalizan.

—Randall —lo corto, pasando una mano por mi cabello—. Sabes que lo que siento por ti es real, nunca he fingido nada, pero esto es más grande que nosotros. La policía no hará nada...

—¿Cómo estás tan seguro?

—Tú no lo entiendes. —Resoplo, frustrado. Esto es lo que no quería—. Randall, sé por qué te digo que no es seguro que estemos juntos. Ellos te quieren por mí, como venganza, si ven que terminamos lo más seguro es que te dejen tranquilo. —O eso espero, pienso—. No quiero que te hagan daño.

Él suelta una risa irónica y se levanta de la arena.

—Pues lamento informarte que de eso te encargaste tú mismo, Carter.

Me lo merezco.

—No es mi culpa, ¿sí? ¿Por qué te cuesta tanto ponerte en mi lugar? —Pregunto, alzando la voz. Mi pecho comienza a agitarse y siento que se me corta la respiración.

—Porque el imbécil que pensaba en todo el mundo ya no está. Siempre intento dar lo mejor de mí, de ser comprensivo, de guardarme lo que pienso para no incordiar, pero ¿qué tengo ahora? —Una lágrima se desliza por su mejilla golpeada y él se la limpia con ira—. Perdí el cariño de mis padres, perdí a los que creí eran mis amigos, no tengo ni la menor idea de qué va a ser de mi vida al terminar el verano y, ¿de verdad crees que a alguien le importa? —Ríe, cruzándose de brazos y mirando la nada que nos rodea—. Estoy solo y, la persona que creí que me quería de verdad me aparta porque cree que no podré soportar una situación difícil, ¡no tengo cuatro años! —escupe, con rencor. Acepto sus puñaladas verbales sin romper el contacto visual. Nunca lo había visto de esta manera.

Me levanto e intento acercarme a él, pero se aleja.

—Me importas a mí, Randall, lo sabes, por eso hago esto. No intentes ponerme como el malo, ¿o es que quieres que te maten? —Interrogo, molesto. Él rueda los ojos.

—No estaría tan mal, la verdad.

No habla en serio.

—¿Te estás escuchando? Randall, tú no eres así.

Él me ignora, lanzándome dagas por los ojos. De repente, se impulsa hacia mí y me empuja con fuerza. Por suerte, me sostengo de una palmera, pero eso no evita que sienta cómo mis cimientos internos se derrumban.

—¿Para qué carajo me ilusionaste entonces? ¿Por qué seguiste coqueteando conmigo si sabías que no podías salir con nadie por tu estúpido pasado? ¿Por qué hiciste que te quisiera si al final sería en vano? ¡¿Por qué diablos te acostaste conmigo si pensabas dejarme tirado al día siguiente?!

Para este punto, los dos tenemos lágrimas en nuestras mejillas, estamos temblando por la rabia y la frustración, estamos gritándonos como así pudiéramos deshacernos de los problemas. Estamos dejando salir todo.

No obstante, sé que no puedo seguir con esta discusión. Randall insistirá y yo, siendo el responsable de todo este lío, debo hacer que él sea el que decida alejarse de mí. Aun si eso significa que debo mentirle y ganarme su desprecio. Las circunstancias me ganan.

—Yo no te obligué a nada, Randall. No es mi culpa que me parecieras guapo y cayeras tan fácil, yo nunca te pedí que me quisieras. ¡Desde el principio te advertí que no era bueno para ti! ¿Por qué quieres hacerme sentir culpable? Solo déjame en paz —le pido, adquiriendo una actitud despreocupada. Está claro que nada de lo que estoy diciendo es cierto, pero necesito que me odie.

Él me mira, pasmado, con la boca abierta y los ojos brillantes por las lágrimas. Aunque no tarda en revivir su furia y la desata asestándome un puñetazo en la mandíbula que me hace soltar una maldición. Vaya que tiene fuerza.

Perdóname, Randall, por favor.

—Eres un ser despreciable, Carter Red.

—Ten dignidad y vete, Randall —escupo, sobándome el golpe.

Él niega con la cabeza y se aleja de mí, elevando las manos, como si yo fuera un bicho al que no quisiera acercarse. Duele como si me arrancaran la piel, pero es lo mejor para los dos.

—Maldigo el día en el que te conocí, Carter. No sabes cuánto te aborrezco.

Me mira con asco, mientras yo guardo silencio; sale voz alguna de mi garganta.

—¿Sabes? Espero que el siguiente chico que te parezca bonito para tener sexo y arruinarle la vida no sea tan ingenuo como yo y acabe enamorado de ti. —Se gira sobre sus pies y empieza a alejarse, sin darme tiempo a rechistar.

Con cada paso que da, alejándose de mí, siento cómo mi corazón se destruye. Caigo sobre mis rodillas en la arena y golpeo la palmera a mi lado repetidas veces, sin importar la sangre que empieza a manchar mis nudillos. Maldita sea, ¿qué he hecho? ¿Por qué todo tiene que ser tan difícil? ¿Por qué no podemos querernos con libertad y sin amenazas?

Enamorado... Eso dijo. Se enamoró de mí. Y yo le rompí el corazón. Todo lo que me dijo es cierto, soy un ser despreciable.

Ya conseguí lo que buscaba, que me odiara y se mantuviera lejos, y eso me mata. Jamás, desde que tenía diez años, me había sentido tan destrozado. Y todo es por mi culpa. Por mis malas decisiones. Por ese payaso que quiere verme acabado. Y lo ha conseguido.

Ahora todo se lo tragó las llamas, mi único motivo de felicidad se marchó. Ahora estoy de vuelta en el agujero de oscuridad del que no debí haber salido nunca.

═ ═ ═ ═ ⋆★⋆ ═ ═ ═ ═

Tres capítulos de golpe jeje. Espero que les hayan gustado las actualizaciones, últimamente he estado escribiendo mucho, pero yo no tengo internet y por eso se me dificulta actualizar seguido, pero haré el esfuerzo para darles los capítulos. ✨🫂

Leeré por aquí sus opiniones. 😊

Gracias por el apoyo de siempre. 🧡

—🌴

Continue Reading

You'll Also Like

37.8K 2.2K 17
Arodmy Darotski, no se enamora él se obsesiona. Su pensamiento siempre fue no perder el tiempo con crías menores que él, seres inexpertos como suele...
41K 1.9K 66
Algunas caídas son más fuertes que otras algunas no dejan cicatrices otras dejan más que eso . Me llamo Alexia pero pueden decirme alex te invito ah...
1.9K 408 19
Atom Bates sería su ángel... Y su infierno. Annie Kloss sería su perdición. Y su dolor. Dos corazones que no están destinados a colisionar... Estalla...
24.5K 1.1K 25
Laia Gonzalez, una joven de 16 años nacida el 02/07/2007, es la hermana pequeña de Pedro Gonzalez, mas conocido como Pedri, jugador del FC Barcelona...