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By itsmoonchi

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๐‚๐ˆ๐†๐€๐‘๐„๐“๐“๐„๐’ | "ยฟEn serio debo luchar por tu atenciรณn? o mรกs bien por tu interรฉs el cual me cuesta co... More

1. Happy Halloween.
2. you don't my brother.
3. You want me to love you?
5. I want him to come back.
6. Touch me.
7. Forget if it's correct.

4. You will come back?

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By itsmoonchi

Segui caminando sin rumbo, porque gracias a mi muy buena suerte, mi teléfono se quedó sin batería, y la última vez que vi la hora eran alrededor de las doce, así que estaba perdido, y no me quedaba más que probar mi propia suerte y desear que estuviera llendo por buen camino, pero todo estaba oscuro, las farolas eran lo único que iluminaban las calles, y no había nadie... Era aterrador, pero no me quedaba de otra.

Justamente, iba a pasar al lado de un callejón, pero no le di importancia, pero apenas iba pasando se escucho un ruido, el cual me hizo detenerme frente a tal lugar. Trate de ignorarlo y seguir, pero apenas volví a empezar a caminar, sentí que una mano tapaba mi boca, y otra rodeaba mi torso cargandome. Empecé a forcejear, y a tratar de quitar sus malditas manos de encima mio, pero tenía mucha fuerza. Solo sentí que me arrastró hasta el callejón, para después empujarme a una de las paredes, fue tan fuerte que caí al suelo, pero me sujeto del cabello. Alcé mi vista para ver quien coño era. No lo conocía, pero si lo reconocía como uno de esos asquerosos hombres morbosos. Trate de soltarme desesperadamente cuando vi que empezaba a desabrocharse el pantalón, pero solo me tiro al suelo, a duras penas le di una patada, y en respuesta a eso me la devolvio en el estomago, y unos cuantos golpes en el rostro, y estoy seguro que dejo mi labio hecho mierda, me había dejado mareado. Me obligo a darme la vuelta, puso mis manos en mi espalda dejándome inválido. Sentí como se coloco encima mio, y yo solo forcejeaba, pero me quedé inmóvil cuando sentí como empezaba a tocarme... Desesperado, trate de pedir ayuda, pero no había nadie por las calles a esa hora, ¿quién carajos me iba a escuchar?

Tenía mi rostro contra el suelo, y la verdad... Nunca sentí tanto miedo, terror, y asco mezclado en una sola situación. Sentí verdaderas ganas de vomitar cuando lamio mi oreja, y me quedé mirando a la pared deseando que por favor alguien me ayudará, porque no sabía si terminaría vivo, o si saldría bien exactamente. Cerré los ojos esperando lo peor, cuando todos mis intentos de librarme fallaron. Esta bien, Bill... Ya veras, saldrás de esta, y después estarás feliz como una lombriz en casa... Me daba ánimo en mis adentros, lo cual no funcionaba.

En un momento escuche algunos insultos, más el... Supongo yo, sonido de un golpe. Apenas sentí que no tenía nada encima, me aparte rápidamente, y me apoye con terror en la pared estando sentado. Vi a... ¿Tom?

No supe si alegrarme o asustarme, pero me hacía feliz no estar siendo abusado, pero me perturbada el hecho de haber estado cerca... Me quedé petrificado viendo como Tom le reventaba la cabeza a aquel hombre contra la pared hasta dejarlo inconsciente, tal vez hasta muerto por lo fuerte que lo había hecho. Soltó su cuerpo hacia otro lado como si fuera basura. Se volteo a mí, se acerco, y se arrodilló.

— Déjame ver...— Me sostuvo delicadamente de mi mandíbula, viendo los golpes que me habían dejado. Pero al reaccionar un poco sobre la situación, y de quien tenía en frente...

— ¡No me toques! — Me levante rápidamente, alejandome de él.

— Mierda, Bill. ¿Es en serio? — Se levantó también, y trato de acercarse, pero yo me aparte más. Le mire con enojo, mucho miedo, y sin haberme dado cuenta antes... Lágrimas en los ojos.

— Déjame tranquilo, y simplemente lárgate. - Nos quedamos en silencio, empezaban a caer gotas del cielo oscuro.

. . .

Tom.

— Bill, no te voy a dejar en la calle, a estas horas, con lluvia, y con posible riesgo de que te hagan algo peor.

— No necesito tu maldita ayuda.

Dios, pero que bruto era.

— Casi te violan.

— ¡A la mierda! ¡no quiero nada de ti!

Trato de empezar a irse, pero lo jale del brazo, haciéndolo verme a la cara. Yo ya llevaba una expresión de enojo por la situación.

— No estoy jugando. No voy a dejar que amanezcas en una alcantarilla... Solo quiero cuidarte. — Trato de soltarse.

— No parecías querer eso desde un principio. No eres mi maldito hermano, no te necesito, ¿que no te ha quedado claro? — Frenéticamente lo solté, haciendo que casi se cayera, pero pudo mantenerse de pie.

— ¡Bien! Quedate aquí solo, y no vengas rogando por ayuda cuando venga otra persona a obligarte que le beses los huevos. No voy a perder mi tiempo contigo, porque de todas formas... "No soy tu hermano" ¿Entonces de que me sirve? — Me miro con enojo, pero de algún modo, sentía algo que no sabría describir al ver lágrimas en sus ojos, más el maquillaje negro corrido. Se acerco, y se me quedó viendo.

— Prefiero pensar que mi gemelo está muerto, antes de pensar que él eres tú.

Todo se hizo un silencio inmenso después de que le haya metido una cachetada después de lo que acababa de mencionar... Él se coloco la mano en la mejilla. Sin volver a mirarme, se giró, y empezó a caminar. Con rabia, patee un bote de basura que había en aquel callejón, y después me dispuse a irme. Mi mente iba muy enredada, desde que dejé de ir a ese maldito lugar, es bastante raro estar en el exterior, pero no iba a regresar, sí claro, solo para que me digan que estoy loco, creo que de eso ya tuve suficiente cuando mi herma... Desde que Bill me dijo que estaba emfermo.

Era extraña la sensación de escucharlo, pero hay una diferencia entre "Estas emfermo" y "Has perdido la razón." Solo diría que... No sé siente bien, peor si te lo dice alguien que quieres... Que quería. Por mi, que se vaya a la mierda, no es mi maldito problema.

Me subí al carro. Raramente agradecía que la lluvia no fuera fuerte ni estruendosa, no me moje demasiado. Me quedé ahí sentado, mirando a la nada, pero Bill lograba llenar mi mente, y eso me molestaba. Lo más lógico que debía hacer, era regresar con Andreas, pero me venían pensamientos a la mente como... No va a estar seguro en la calle, y puede agarrar una gripe... Posiblemente sí amanezca en una alcantarilla... De todos modos, a mi no me importa. Prendí el carro, empece a manejar de regreso, puse la radio, y casualmente empezaron a contar a cuantos grados de frío se encontraba la ciudad, para colmo, que tan fuertes serían las lluvias esta noche y las siguientes... Como si estuviera muy fuerte.

Apenas pensé eso, sonó un trueno, y me pude dar cuenta de que la lluvia comenzaba a hacerse más fuerte, pero seguí... Más bien trate de no darle importancia. Cambie la estación, porque no me quería quedar en silencio, pero eso no sofoco a mi cabeza, me estaba estresando cada palabra repentina en mi cabeza. Ya estaba cerca del bar, pero me detuve a medio camino.

— Qué le diré a mamá...

Me quedé así por un momento, y después cambié de ruta.

. . .

Bill.

No tenía ni ánimos para seguir caminando, así que me quedé en el piso mientras me recostaba de lado en una pared de un local, el cual estaba cerrado. Abrazaba mis piernas, y de mis ojos seguian cayendo gotas, las cuales se mezclaban con las de la lluvia. Tenía mi cabeza apoyada en la pared. Tenia mucho sueño, me dolía el pecho, y me sentía demasiado mal... Estaba tiritando por el frío, y para que mentir, tenía miedo de que algo me pasara si llegaba a pegar el ojo un segundo, o si en cualquier momento me llegara a pasar algo... Sí, en realidad agradecía que me haya quitado a ese hombre de encima, y yo había demostrado mi agradecimiento con palabras que no sabía ubicar... Realmente aún me molestaba todo lo que ocurrió en cuestión de tan poco tiempo, no lo entendía, no quería, o simplemente no podía.

Escuche un carro parquearse en la acera, pero yo no le tome importancia, mi mente no estaba del todo despierta. Escuche como bajaba una ventanilla.

— Ya, Bill... Sube.

Pude reconocer la voz a la perfección. Le mire de reojo, y lo vi sentado en el asiento del piloto mirandome.

— Vamos, estoy tratando de hacerle caso a mamá, no lo hagas más difícil.

¿A mamá? Qué mierda habra dicho. Le mire nuevamente.

— No seas estúpido, no quieres estar aquí.

No, realmente no, me quería ir a casa, pero no pronuncie ninguna palabra, aunque él y yo sabíamos que no se movería hasta que yo me dignara a subir. Se sentó mirando al frente, como si estuviera esperando. Al pasar de algunos minutos, me levanté, y pasé por el frente del carro, podía sentir su mirada encima mio. Abrí la puerta, y me subí cerrandola nuevamente. No le mire, solo me cruce de brazos, pero a quien engañaba, tenía alto frío, y no había dejado de temblar, mi ropa estaba algo empapada, lo cual me hizo lamentarme un poco por el fino cuero de los asientos. Yo era una mierda completa.

— Estas temblando...

Le mire de reojo, pero desvíe mi mirada rápidamente a la ventana, la cual empezó a cerrarse, pude suponer que la del otro lado también, y supe que había encendido la calefacción apenas note como el frío empezó a disminuir.

. . .

Subí las ventanas, y encendí la calefacción, pero seguía temblando, desde mi asiento podia notar su cansancio, pero se hacía el indiferente. Supe que la calefacción, y las ventanas cerradas no eran suficiente, así que me quite el suerter griste que llevaba, de todos modos tenía una camisa ancha de color negro por debajo, y no me importaba mucho no llevarla. Se la di, y él la miró confundido.

— Úsala.

Pareció dudarlo un poco, pero no podía negarse, así que la agarro, y se la empezó a poner. Se le veía enorme, tal vez porque no estaba acostumbrado a verle con ropa de tres tallas más grande, a juzgar por su muy diferente estilo comparado al mío. Empecé a conducir hacia su edificio, en todo el camino se mantuvo en silencio, excepto por una parte...

— Gracias... Perdón por no haberlo dicho.

Le mire, y estaba con la cabeza apoyada en la ventana, su mirada era distante, y parecía estar a punto de dormirse en cualquier momento. 

— No te preocupes. 

No sabía si disculparme o no, realmente no sabia que más decir, así que segui en silencio durante el resto del camino.

. . .

Aparque en una acera frente al edificio.

— Ya llegamos...— Me gire a verlo, pero me di cuenta de que... ¿Estaba dormido?

— ¿Bill? — Le llame, pero no contestó. Claramente se habia quedado dormido, y realmente no quería despertarlo, después de la noche que tuvo, no quien quisiera despertar en la misma. Sali del carro, camine por el frente, llegue a la puerta de Bill, y la abrí. Lo moví haciendo que se sentará, pero su cabeza cayó para atrás, coloque sus piernas alrededor de mi cintura, después sus brazos a mi cuello, y lo cargue. Mierda, tenía el sueño pesado. Me sorprendía lo ligero que era, no pesaba nada. Se aferro a mí, y con mi pierna cerré la puerta del carro.

Se me había olvidado que Bill vivía en el penúltimo piso, gracias al cielo no pesaba. Así que me puse a subir las escaleras. 

. . .

Al llegar, supe cual era el número del apartamento, el problema eran las llaves, así que no tuve de otra que meter mi manos en los bolsillos de su pantalón, por suerte que estaba dormido. Las encontré, y abrí las puerta. Prendí una luz, y me dirigí hacia lo que yo supuse que era su habitación, y pude confirmarlo al ver el reguero de diferentes prendas en el suelo. No le tome importancia, aparte las sábanas, y sin más descargue a Bill en su cama. Mire las diferentes prendas en el piso, y se me pasó una idea que me pareció entretenida por la cabeza.

No iba a dormir cómodo con esos pantalones.

Así que en silencio, para no despertarle, empecé a buscar algún pantalón que usara para dormir que no fuera puro pantalón negro ajustado, o jeans algo sueltos. Hasta que encontré unos perfectos y cómodos. Ahora la situación era... Quitarle los que llevaba. Si se llegaba a despertar y me encontraba quitándole los pantalones, juro que lo duermo de un golpe. Mejor eso a que se ponga a hacer escándalo por algo que claramente no estoy haciendo. 

Lo hice rápido, y ahora tocaba ponerle la pijama, era como cambiar a un bebé mientras dormía, lo cual me dio gracia. Sus piernas eran blancas, al igual que el resto de su piel... Realmente era precioso. Me quedé mirándole por algunos segundos, no sentí nada que no fuera un raro sentimiento en el pecho al verle dormir tan tranquilo después de la tremenda noche... Regrese a la realidad, y segui poniéndole la pijama, en mi vida me vi haciendo esto, pero no me quejaba. Le cubrí con la sabana, pero supe que... No iba a dejarlo con la cara chorreada de maquillaje, ¿Pero cómo mierda lo limpio?

Me metí al baño y supuse que con agua y un trapo lo podía limpiar, hasta que vi un bote que decía "desmaquillante" y un paquete con toallitas redondas, porque quien coño sabra como se llamarian. Agarre una, le eche de ese desmaquillante, y me fui hasta donde Bill. Me acerque a su rostro y empece a limpiar con cuidado, aunque dudaba de que se despertara. Su piel era muy suave, y aún con el maquillaje corrido se veía bien... Eres muy raro, Bill. Terminé de limpiar y... No sabría decir si me asustaba o sorprendia el hecho de que sí teniamos mucho parecido, porque según yo no nos parecíamos en  nada como para ser gemelos.

Me quedé observándolo por un rato, era bastante calmante. Me gustaría quedarme toda la noche, pero Andreas ya debería estar preguntándose donde carajos estoy, pero me quedé un rato más.

Después de un rato, decidí que ya debía irme. Me acerque a su oído, y le susurre algo.

— Perdón... Por todo.

Quién sabe si me escucharía en lo más profundo de su sueño, pero era raro pronunciarlo. Le mire por unos minutos más, y después le deje un suave beso en los labios, para no lastimar su labio. Sin más, me aparte, me di la vuelta y abrí la puerta del cuarto cuando escuche su voz a mis espaldas.

— Tom...

Me gire. Pude notar que sus párpados pesaban, porque seguía cayéndose del sueño.

— ¿A donde vas? — Me dijo.

— Me quedaré con Andreas... Así no te incómodo.

Hubo silencio por un momento.

— ¿Volverás?

No lo quería incomodar, porque sí tenía claro que no se sentía bien conmigo, y realmente tenía desprecio, y lo menos que quería era molestarlo más.

— Volveré solo si tú quieres que lo haga.

Para que mentir, mandarlo a la mierda fue lo menos que hice, lo quiero, aunque no de una manera correcta... Era complicado que él llegara a tener mi mismo sentimiento. Me gustaba tanto muchas cosas que tenía, como tanto de lo que expresaba, aunque no tuviera una igual perspectiva.

— Buenas noches, Tom...

— Buenas noches, Bill.

Sonrei de manera leve, y él hizo lo mismo. Sin más, me fui del apartamento.

Era raro, y a la vez muy complejo el sentimiento de tener que darse la vuelta e irse, cuando en realidad no quieres hacerlo... Quería quedarme... Quería quedarme con él.

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