Las palabras finalmente brotaron de los labios de Muriel, desatando una cascada de emociones que habían estado reprimidas durante demasiado tiempo. Con valentía y determinación, expresó sus sentimientos más profundos a John, revelando la verdad sobre su amor unilateral y el dolor que había causado.
A medida que hablaba, Muriel se dio cuenta de que estaba liberando un peso que había llevado durante demasiado tiempo. Las lágrimas fluían libremente mientras dejaba salir todas las emociones que había estado guardando dentro de ella. Aunque el dolor era palpable, también sentía un sentido de alivio al finalmente compartir su verdad con John.
Sin embargo, a medida que las palabras se asentaban, Muriel se enfrentaba a una nueva ola de arrepentimiento. Se preguntaba si alguna vez podría perdonarse a sí misma por permitirse enamorarse de alguien que nunca la amaría de la misma manera. Con el corazón roto pero con la cabeza en alto, se preparó para enfrentar las consecuencias de sus acciones y seguir adelante con su vida.