Daylight (Sunshine and Moon)

By bonibunny07

2.9K 768 2.4K

Que dirías si te dijera que Daylight combina: Trastornos de diferente tipo, condiciones médicas, drama, poesí... More

1♥︎𝐂𝐮𝐫𝐢𝐨𝐬𝐢𝐝𝐚𝐝 𝐞 𝐢𝐧𝐭𝐞𝐫𝐞́𝐬♥︎
2♥𝐋𝐚 𝐛𝐢𝐛𝐥𝐢𝐚 𝐲 𝐥𝐨𝐬 𝐧𝐨𝐦𝐛𝐫𝐞𝐬♥
3♥¿𝐘 𝐞𝐬𝐭𝐚 𝐩𝐚𝐫𝐞𝐝 𝐝𝐞 𝐝𝐨́𝐧𝐝𝐞 𝐬𝐚𝐥𝐢𝐨́?♥
4♥¿𝐍𝐨 𝐬𝐨𝐦𝐨𝐬 𝐚𝐦𝐢𝐠𝐨𝐬?♥
5♥𝐔𝐧𝐚 𝐜𝐮𝐫𝐢𝐭𝐚 𝐫𝐨𝐬𝐚 𝐲 𝐮𝐧 𝐜𝐞𝐥𝐮𝐥𝐚𝐫♥︎
6♥𝐔𝐧 𝐫𝐞𝐜𝐮𝐞𝐫𝐝𝐨, 𝐮𝐧𝐚 𝐚𝐠𝐮𝐣𝐚 𝐲 𝐭𝐢𝐧𝐭𝐚♥
7♥¿𝐂𝐚𝐬𝐮𝐚𝐥𝐢𝐝𝐚𝐝𝐞𝐬 𝐲 𝐬𝐞𝐧𝐭𝐢𝐦𝐢𝐞𝐧𝐭𝐨𝐬?♥
8♥𝐔𝐧𝐚 "𝐜𝐨𝐧𝐟𝐞𝐬𝐢𝐨́𝐧" 𝐲 "𝐜𝐞𝐥𝐨𝐬"♥
9♥𝐌𝐞𝐧𝐭𝐢𝐫𝐚𝐬 𝐛𝐥𝐚𝐧𝐜𝐚𝐬 𝐲 𝐥𝐚́𝐠𝐫𝐢𝐦𝐚𝐬♥
10♥𝐔𝐧 𝐫𝐞𝐭𝐨 𝐞 𝐢𝐦𝐩𝐮𝐥𝐬𝐨𝐬♥
11♥𝐔𝐧 𝐚𝐛𝐫𝐚𝐳𝐨 𝐛𝐚𝐣𝐨 𝐥𝐚 𝐥𝐥𝐮𝐯𝐢𝐚♥
12♥¿𝐓𝐞 𝐯𝐚𝐬 𝐚𝐥 𝐩𝐢𝐬𝐨 𝐨 𝐚𝐥 𝐬𝐨𝐟𝐚́?♥
13♥𝐔𝐧 𝐬𝐚𝐜𝐫𝐢𝐟𝐢𝐜𝐢𝐨 𝐲 𝐞𝐥 𝐫𝐞𝐟𝐥𝐞𝐣𝐨♥
14♥𝐐𝐮𝐞 𝐡𝐞𝐫𝐦𝐨𝐬𝐨 𝐧𝐨𝐦𝐛𝐫𝐞♥
15♥𝐔𝐧 𝐝𝐨𝐥𝐢𝐝𝐨 𝐲 𝐮𝐧 𝐠𝐫𝐮𝐩𝐨 𝐥𝐨𝐜𝐨♥
16♥𝐕𝐞𝐧𝐞𝐧𝐨,𝐦𝐮𝐜𝐡𝐨 𝐯𝐞𝐧𝐞𝐧𝐨♥
17♥𝐂𝐚𝐬𝐭𝐢𝐠𝐨 𝐲 𝐚𝐛𝐫𝐚𝐳𝐨 𝐞𝐧𝐭𝐫𝐞 𝐥𝐥𝐚𝐧𝐭𝐨♥
18♥𝐔𝐧𝐚 𝐩𝐢𝐧𝐭𝐮𝐫𝐚 𝐲 𝐮𝐧𝐚 𝐫𝐢𝐬𝐚♥
19♥𝐔𝐧𝐚 𝐩𝐢𝐧𝐭𝐮𝐫𝐚 𝐝𝐞𝐬𝐭𝐫𝐮𝐢𝐝𝐚♥
20♥¿𝐔𝐧𝐚 𝐝𝐢𝐬𝐜𝐮𝐥𝐩𝐚?♥
22♥𝐔𝐧𝐚 𝐜𝐮𝐫𝐢𝐭𝐚 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐞𝐥 𝐜𝐨𝐫𝐚𝐳𝐨́𝐧♥
23♥¿𝐔𝐧 𝐚𝐦𝐢𝐠𝐨, 𝐭𝐫𝐞𝐠𝐮𝐚?♥

21♥𝐔𝐧𝐚 𝐜𝐚𝐫𝐭𝐚 𝐲 𝐮𝐧 𝐚𝐭𝐚𝐫𝐝𝐞𝐜𝐞𝐫♥

44 7 38
By bonibunny07

✦☆♥︎𝐃𝐚𝐲𝐥𝐢𝐠𝐡𝐭♥︎☆✦

(••••)

La confusión en mi ser se acrecienta cada día que pasa, la inseguridad que hay en mi corazón encuentra la manera para hacerme tambalear, el miedo de intentar hacer que algo suceda no se compara con todos esos pensamientos que se desataron en cuanto mi percepción sobre él comenzó a cambiar.

✰𝐒𝐡𝐚𝐧𝐧𝐞𝐥✰

Mis días no habían tenido ningún tipo de variación, desde que fuí castigada mi rutina era la misma día tras día. Nada cambiaba, todo era monótono y aburrido para ser honesta.

Siempre era lo mismo: Despertarme, ducharme, cambiarme, ir a estudiar, regresar a casa e intentar adelantar algo de mi maravillosa tarea.

Tarea que simplemente consistía en: contar una historia a través de una coreografía hecha completamente por mí, lo difícil no era eso... Lo más complicado era que debía tener personas externas que tuvieran alguna especie de participación en el baile.

Obviamente mi primera opción era Eva, aunque vainilla no sea de bailar sé que ama cantar y que le encantaría ayudarme. Sin embargo, no sé que voy a hacer con todo lo demás.

Cualquier persona puede aportar algo y estar dentro de la pequeña escenificación mediante el baile mientras no sea de la facultad de danza.

Sinceramente no me parece nada maravilloso tener que buscar a otras personas... ¿A quién podría arrastrar conmigo en esto? La respuesta es simple: Eva, sólo a ella podría llevarme conmigo ya sea por voluntad propia o en contra de su voluntad, chantajeada o por sus propias ganas pero de que me ayuda me ayuda.

La tarea no fué lo único que me ha mantenido algo ocupada últimamente, cada vez y sin importar lo que haga no puedo dejar de pensar en Paulo.

Desde aquel día en el parque de atracciones me dejó muy confundida, no logro entender qué se supone que sucede con él... Todo en él parece "normal" pero hay algo que no descifro, esas noticias con títulos amarillistas de hace cinco años, ese comportamiento el día en el parque de diversiones, esa reacción ante una provocación sin sentido (bueno, al menos no lo tenía para mí).

¿Qué pasó con él hace cinco años?

¿Por qué cortó la comunicación entre nosotros?

¿Fuí tan insistente para hacer que se cansara de mí?

¿Se aisló de mí porque ya se cansó de jugar conmigo?

¿Acaso para él fuí un juego que desechas cuando ya no hay nada nuevo en él?

Demasiadas preguntas y pocas respuestas.

La puerta de mi habitación se abrió de par en par dejando ver a mis padres con un semblante de preocupación.

Sin entender mucho sólo me acerqué lentamente hacia ellos buscando en sus gestos alguna pizca de información.

—Shannel—dice mi padre—Seré lo más directo posible contigo.

—¿Qué pasa?—le pregunto.

—Eva acaba de ser llevada al hospital, aún no sabemos el motivo pero Dalilah y David se escuchaban muy preocupados—esta vez fué mi madre la que habló, cómo si quisiera hacer sonar la noticia lo más sutil posible.

Me desconcertó un poco... ¿Eva en el hospital?

¿No se suponía que todo estaba bien?

¿Mintió cada vez que le preguntaba sobre su bienestar?

¿Acaso me ocultó el estado de su salud?

No importa, lo único seguro es que Eva ya no es una opción para mí tarea, pero por otro lado... Estoy un poco molesta por el hecho de que me ocultara cosas tan importantes o les restara importancia siempre que tenía la oportunidad.

—Tú padre y yo hemos decidido que lo más sensato es levantarte el castigo—mi madre suspira—Creo que necesitarás tener algo de libertad para poder visitar a Eva, ¿No lo crees?

—Cambiate, no pienso dejar que vayas tú sola al hospital en ese estado—dice mi padre antes de sonreírme y abandonar mi habitación.

(••••)

—Shasha... ¿Harry está bien?—me pregunta Eva haciendo que mi atención se fije en ella completamente.

Suspiré y asentí.

—Dale un tiempo, sabes que prefiere huir cuando está molesto antes que enfrentar las cosas directamente y de forma inmediata.

—No es tan simple, creo que fuí un poco lejos esta vez con él—me dice.

—Evita, tú no hiciste nada malo... Harry sólo está haciendo un drama cómo siempre—le respondo para intentar calmarla un poco con ese tema.

—¿En serio lo crees?

—Si, recuerda que una vez nos dejó de hablar por dos meses porque no lo invitamos a ver una película con nosotras.

—Creo que tienes razón, debería dejar de darle vueltas al asunto... ¿verdad?

Asiento y la abrazo con fuerza, aunque quisiera hacerlo me resutaba imposible enojarme con Eva.

—Me encantaría quedarme un poco más pero debo empezar a desarrollar una idea para mí baile.

—Te amo shasha—dice extendiendo sus brazos para abrazarme.

Ver qué aún estaba ahí esa Eva juguetona y tierna me hacía sentir un poco más tranquila.

Después de asegurarme de que Eva se quedara en la cama salí de la habitación, sin perder el tiempo comencé a anotar una que otra idea para hacer la historia y lo que quería transmitir a través de mi coreografía.

Al haber avanzado un poco ví a Paulo frente a mí, se veía muy perturbado (inclusive mucho más que aquel día en el parque de diversiones), su nariz y mejillas estaban enrojecidas, el brillo de sus ojos no estaba y su expresión no me decía nada bueno que digamos.

Verlo así causó muchas emociones, tenía miedo por su estado, estaba confundida de verlo así, me preocupaba no haberlo visto desde hace un tiempo, me molestaba que no respondiera  mis mensajes ni mis llamadas.

Sus ojos se encontraron fugazmente con los míos, intenté ignorar lo mejor posible lo que estaba pasando y continúe con mi camino. Creo que Paulo no quería hablar... O al menos no iba a hacerlo conmigo.

Salí del hospital con la mente hecha un completo desastre, ver a Paulo así me había afectado más de lo que hubiera querido.

En cada rincón verde de la ciudad veía sus ojos, en cada rayo de luz veía su sonrisa, en cada partícula de color naranja vizualizaba su cabello naranja brillando y moviéndose por el viento de forma delicada.

Tenía ganas de quemar, destrozar, rostizar, pulverizar, eliminar y aniquilar cada partícula de color verde y naranja que había en la ciudad.

¿Así acabarán las cosas?

¿En serio Paulo era cómo decía la gente?

No... Paulo no podía ser un idiota, yo había visto al menos un poco de la humanidad que tenía, debe haber un motivo para todo esto... ¿Cierto?

No importa... Quizás deba buscar respuestas por mí cuenta ya que sé que él mismo no me las va a dar.

(••••)

Un mar me retroceder, la desesperación me hace caer cada vez un poco más, me refugio en una leve sensación de calidez que a mí cuerpo y alma hace levemente arder, el frío congela cada pensamiento y ni razonamiento por completo, no me permito actuar, hablar, llorar y mucho menos hago algo para evitar seguir cayendo.

♥︎✦𝐄𝐯𝐚✦♥︎

Una enfermera me estaba colocando el tratamiento correspondiente mientras yo sólo veía en dirección a la puerta.

—La doctora Chevalier se va a poner muy feliz de ver tu mejoría—dice con una sonrisa gentil.

No dije nada... No le iba a decir:

"Claro, un rubio tan amargo como una cebolla me chantajea para que coma todos los días".

Negué con la cabeza levemente y miré cómo el líquido bajaba desde la bolsa de plástico y se deslizaba hasta llegar a mis venas.

Sentí una leve molestia pero nada que fuera del otro mundo para ser honesta.

—Vendré nuevamente en un rato, hasta luego—dijo la enfermera.

—Hasta luego...—le dije observando cómo se perdía después de salir por la puerta de la habitación.

Mi estadía en el hospital no había sido muy distinta a las otras veces. La única variación para ser sincera era Noé y su chantaje.

—Estephania, ¿Te llevas bien con la doctora Chevalier? —pregunta mi padre.

—Lo normal, al fin y al cabo somos doctora y paciente—le respondí.

—¿Hay algo que no nos has dicho a tú madre y a mí?

Tragué saliva y miré en dirección a mi padre.

—No... ¿Eso no sería algo que yo debería preguntar?

—Y aquí vamos... No me respondas una pregunta con otra, necesito respuestas no más interrogantes—dice riendo.

—Ya lo he dicho antes, no hay nada que ocultar porque no he hablado de nada que tú y mamá no sepan.

Mi padre me mira de reojo y sólo suspira.

—Más te vale porque si tú madre se entera de que ocultaste algo no quisiera ser tú.

—Pues si mamá se entera que te quedas dormido en vez de cuidarme, no quisiera ser tú .

—Definitivamente eres idéntica a tú madre, hasta tienes su agresividad a la hora de responder... Eres una versión más explosiva y pequeña de ella.

—Pues si no me lo dices no me entero.

Extrañaba mucho tener este tipo de conversación con papá, escucharlo decirme que era una copia o un clon de mi madre pero con más maldad era una de mis cosas favoritas de pasar tiempo con él, mi madre por otro lado prefería ponerse a hacer desastre conmigo y hacer mini sesiones de pintura entre madre e hija.

Pero actualmente mamá sólo se asegura de que esté comiendo y no me rehúse a recibir el tratamiento correspondiente (cómo en ocasiones anteriores), sin embargo extrañaba mucho eso, extrañaba sus abrazos, sus mimos, sus caricias y sobretodo extrañaba que me cantara hasta conciliar el sueño.

—Ya que Harry vendrá un rato iré a descansar un poco en casa.

—Deberías hacerlo incluso si Harry no viniera, ya les he dicho que no sería la primera vez que estoy sola.

Mi padre me abrazó y desordenó mi cabello para luego desaparecer de mi vista.

Se sentía un poco extraño estar yo sóla en la habitación después de mucho tiempo, me había acostumbrado a tener a Paulo haciendo chistes, Shannel quejándose de sus compañeros, Mateo peleando con los enfermeros, María llamando a la doctora Chevalier cada vez que me veía "enferma" y por supuesto... Me he acostumbrado a que Noé me obligue a comer, me acostumbré a tener esos bellos ojos azules atentos a cada uno de mis movimientos y no es que me disguste.

La puerta se abrió y la figura de Harry apareció ante mí, su cabello estaba recogido en una coleta,diversos mechones de cabello caían sobre su rostro, su ropa negra oversize lo hacía ver mucho más grande de lo que era.

Sin decir ni una sola palabra se sentó junto a mí y me ofreció un tupper lleno de comida.

No otra vez por favor.

—Esta vez es un postre—manifiesta dejando ver un trozo de tarta de cereza y arándanos.

—Paso...—le digo—No te lo tomes personal pero no tengo nada de hambre...

Una risa llena de enfado se hizo presente mientras cerraba nuevamente el tupper.

—Otra vez te estás comportando cómo una niña mimada e insoportable—me dice poniéndose de pie.

—¿Crees que lo hago a propósito?—pregunto.

—Eso pareciera, rechazas cada cosa que te preparo... Es increíble que no quieras comer nada hecho por mí—me responde molesto.

—No quiero comer nada... No importa si lo haces tú, mi mamá, lo trae la doctora o simplemente Shannel  lo compra—le digo y un nudo en mi garganta se forma.

—Me sorprende lo egoísta que estás siendo—murmura—No te importa que alguien se preocupe por tí, ni que sufran por tú culpa, sólo piensas en tí y no tienes consideración por los demás.

»Es increíble qué simplemente no te importe nadie más que tú, dices que no tienes hambre pero no intentas hacer algo para tratar de cambiar eso. No te interesa ni siquiera tratar de cambiar algo en tú vida para mejorar.

»Sólo estás haciendo un drama innecesario, deberías de dejar de actuar cómo una inmadura. Madurar no es muy complicado y mucho menos sentir empatía por quienes se preocupan por tí y velan por tú bienestar.

—¿Crees que soy egoísta?

—Lo eres.

En ese momento sentí cómo si algo dentro de mí se hubiera quebrado y hubiera hecho crack.

—Déjame decirte que ya no he descuidado los horarios de mis medicamentos, no he consumido alcohol, dejé de ir a fiestas, ya no tomo caminos peligrosos, estoy más concentrada en mis estudios,  duermo más que antes y sobretodo... Ya dejé de fingir que todo está bien.

Lágrimas empiezan a caer por mis mejillas, Harry se acerca hacia mí pero se detiene al ver el llanto.

—He cuidado más de mí últimamente, ya no dependo de que alguien controle que tome mis medicinas o no, no es necesario que me estén recordando qué debo hacer y que no debo hacer...

—Eva yo ...

—Si crees que soy egoísta por querer cambiar pequeñas cosas por mí misma y permitirme sentirme triste entonces sí, quizás para tí si estoy siendo egoísta.

—Increíble—murmura—Ahora yo soy el malo aquí, mejor me voy para que puedas permitirte estar deprimida en paz.

Harry salió de la habitación y yo me quedé procesando lo que había pasado.

Me lastimaba mucho que alguien al que consideraba un medio hermano se comportara así, entiendo que esté bastante enojado conmigo pero no comprendo cuál era la necesidad de decir todo eso.

Mi corazón empezó a latir con fuerza, mi respiración se volvió errática y acelerada. Sentía que no podía respirar y una gran desesperación se adueñó de mí, quería gritar pero no podía, quería moverme pero mi cuerpo no respondía, sólo podía llorar sin parar.

Muchos recuerdos se apoderaron de mí para hacerme sentir en lo más profundo del abismo de emociones en el que había caído.

Quizás no te quieren porque estás enferma.

¿Por qué debería hablarle a niña sin padres?

¿Que puede saber ella si vive sola desde los 15?

No eres especial, sólo te tienen lástima.

No importa cuánto trates de engañarte a tí misma, sabes perfectamente que siempre serás una llorona mimada.

Cada recuerdo era más doloroso que el anterior, las palabras se incrustaban cada vez más en mí cómo si quisieran apuñalarme hasta dejarme sin ni una sola gota de sangre.

¿En serio estoy haciendo un drama?

¿Soy una inmadura por simplemente sentir tristeza?

¿Todos sólo sienten lástima por mí?

¿No querer depender de nadie es egoísta?

El llanto se intensificaba cada vez más, esa sensación de ahogamiento se apoderaba de mí, la desesperación aumentaba cada vez más y el miedo a que algo pasara era descomunal.

Sentí cómo algo me daba calor, intenté enfocar bien mi visión y ví a Paulo frente a mí, me estaba abrazando con fuerza y me decía una que otra cosa que no distinguía.

Mi visión se volvió más clara pero aún me sentía desesperada y asustada sin motivo.

—¡Respira!

Intenté hablar pero no podía, pareciera que mí voz se había ido.

—Inhala despacio y exhala lentamente—decía.

Le hice caso, inhale lentamente según sus palabras contuve el aire en mis pulmones unos segundos y lo solté sin prisa alguna. Repetí ese proceso por un tiempo.

—Tú puedes.

Mi respiración volvió a la normalidad y mi mente y cuerpo quedaron exhaustos, ya no me sentía aterrada si no más bien cansada.

Paulo continúo abrazándome hasta que me vió más tranquila.

—Gra... gracias—le dije.

—No me agradezcas...—respondió—¡Tú mano!—exclamó tomándola entre las suyas para observarla.

Miré hacia mi mano y noté que estaba llena de sangre, en lugar de tener la aguja de la vía intravenosa estaba una herida mientras que lo que antes se encontraba en mi brazo estaba tirado en el suelo.

No sentí en qué momento se salió la mariposita de su lugar, no sentí mucho menos cuando la sangre comenzó a brotar de la herida y no sentí nada cuándo me la hice.

¿Estaba tan inmersa en esos recuerdos que no lo noté?

—¿Qué pasó aquí?—preguntó un poco alarmada una enfermera.

—Yo... yo no lo sé, no sé cómo ocurrió—le respondí mientras ella trataba la herida con mucho cuidado.

Al terminar de hacer su trabajo la enfermera me miró con mucha preocupación y luego miró de reojo a Paulo... No sé si es idea mía pero pareciera que se hubieran visto antes.

—No le digas nada a la doctora Chevalier por favor—le rogué a la enfermera y esta sólo me abrazó antes de salir de la habitación.

Paulo sólo me miraba con preocupación.

—Estoy bien—le dije.

—No, no lo estás y conmigo no te funciona mentir.

—No fué nada...

—Eva... Estabas temblando mientras llorabas... Sin mencionar que te encontré arrodillada en el suelo.

—Sí lo dices así suena mal.

—Suena mal sin importar cómo lo diga, ni siquiera sentiste cuándo te lastimaste.

—Perdón por preocuparte...

—No te disculpes, no es tú culpa.

Apoyé mi cabeza sobre el hombro de Paulo.

—¿Qué pasó contigo?—le pregunté.

—¿Conmigo?—respondió confundido.

—Sí... sé que algo pasó contigo antes pero no sé qué fué, el día que ví cómo te derrumbaste confirmé que te había pasado algo.

—Creo que debería decírtelo porque eres cómo una hermana fastidiosa de la cuál no me puedo deshacer.

—Sí, pero tú para mí eres como un hermano molesto al cual le tengo el mínimo afecto y cariño.

Paulo sonrío con tristeza y después de suspirar se abrió conmigo.

Me dijo muchas cosas de su infancia, habló de cómo había dejado de cantar frente a los demás y empezó a hacerlo sólo cuando estaba solo, me dijo por qué empezó a practicar boxeo y la razón por la cuál lo dejó... También mencionó que el y Noé aprendieron a tocar la guitarra juntos.

No pensé qué Paulo había soportado tanto... Y ahí fué cuándo me dijo que intentó suicidarse, me contó que fué ingresado en la misma habitación en la que yo me encontraba y comprendí qué él estaba esforzándose para poder estar aquí.

—Nada de lo que sucedió fué por tú culpa... Sé que lo sabes pero en serio quiero decírtelo... Tú no tuviste la culpa, no fué tú culpa.

Abracé a Paulo con fuerza y noté cómo sus ojos se cristalizaron, él me abrazó y comenzó a llorar.

Me dí cuenta de qué ambos luchabamos una guerra con nosotros mismos sin nadie que nos entendiera.

(••••)

—¿Qué es eso?—preguntó Paulo señalando el pequeño paquete rectangular rosa en la mesita.

—Un regalo de Noé.

—¿No piensas abrirlo?

Paulo tomó el presente y me lo dió, examiné el envoltorio y lo abrí con cuidado de no dañarlo. Mis ojos se abrieron hasta más no poder, pasé con cuidado la yema de mis dedos sobre la portada del libro y las ganas de llorar se hicieron presentes.

Las cartas de Van Gogh a Theo... No puede ser.

Miré cómo algo caía al suelo y con la ayuda de cierto pelirrojo logré tomar una carta.

Paulo giró su cabeza en otra dirección y yo me dispuse en leer el contenido del sobre.

"Petit diable"

"No soy el mejor con las palabras y mucho menos expresándome por lo que decidí escribir."

"Mis disculpas no van a hacer que tú cuadro aparezca milagrosamente intacto pero de igual manera quería expresar mi arrepentimiento, no me suelo disculpar con la gente y para ser honesto me resulta muy complicado tener que hacerlo mediante esto pero al menos es algo ¿No?"

"No podré pintarte un cuadro ni mucho menos arreglar tu sufrimiento pero al menos déjame intentar ayudarte, me preocupas Eva y nunca pensé que llegaría a admitirlo... Déjame ser tu musa, déjame intentar arreglar todo lo que pude haber destruído en tí... Sólo permíteme disculparme adecuadamente"

"Noé"

Lágrimas empezaron a descender con rapidez sobre mis mejillas, un sentimiento cálido se alojó en mi pecho y una tierna frescura inundó mi mente, era la primera vez que alguien me hacía sentir así... Él simplemente me escuchó cuando me expresé libremente frente a él.

(••••)

La preocupación aumenta, el miedo se ausenta mientras este extraño sentimiento no deja de aumentar, sin importar cuánto tiempo pase, cuántos días se esfumen ni cuántos encuentros se efectúen mi corazón siempre latirá con descontrol y yo siempre pensaré en alguna forma de todo poder arreglar.

✧❛𝐍𝐨𝐞́❛✧

Se había vuelto costumbre esconderme de todo el personal del hospital cada vez que venía a visitar a Eva. Esto de estar yendo de un lado a otro cómo si fuera un delincuente no me está gustando ya, pareciera que fuera el criminal más buscado del país.

Después de asegurarme más de cuatro veces que los padres de Eva no estuvieran, me acerqué de forma silenciosa y entré con cautela a la habitación.

Eva estaba dormida, la expresión en su rostro era nada más y nada menos qué de cansancio, su cabello estaba desprolijo y pequeños mechones caían sobre su rostro, tenía unas ojeras muy notables y su piel se veía un poco pálida.

Suspiré y tomé asiento en la silla junto a la cama, la miré con mucha atención, su pecho subía y bajaba con lentitud.

Me fijé mejor en ella y sonreí al darme cuenta de que se había dormido abrazando el libro, creo que debo agradecerle a Shannel por darme una pequeña ayuda.

Eva se movió entre las sábanas haciendo que una pequeña risa se me escapara. Abrió los ojos y luego de bostezar se dió cuenta de que yo estaba en la habitación, se sobresaltó tanto que casi se cayó de la cama, si no hubiera sido por mí ella hubiera quedado en el suelo.

—¿Qué haces aquí?—murmuró sentándose en la cama y poniendo el libro con cuidado en la pequeña mesa de madera.

Mi atención viajó hasta a su mano al ver que tenía dos curitas en ella.

—¿Qué te pasó en la mano?—le pregunté.

—No fué nada, sólo hubo un mínimo inconveniente—me respondió restandole importancia.

—¿No me lo piensas decir?

Eva sólo se mantuvo en silencio con la mirada fija en la nada, estaba algo pensativa y callada... Eso no era para nada normal.

¿Que si estaba preocupado por Eva?

Joder sí, Ella suele ser muy energética, habladora e impulsiva. Estoy seguro de que algo pasó más no tengo la menor idea de lo que pudo haber sido para que quedara así.

—Ven conmigo—le dije tomándola de la mano, ella sólo me miró fijamente—Sólo déjate llevar—concluí y la hice salir de la cama,ella se peinó lo más rápido que pudo para poder dejarse guiar por mí.

Cómo el porta sueros era movible y contaba con ruedas no tendría problema alguno en escaparse ya que seguiría recibiendo el tratamiento mientras estuviera afuera.

Con cuidado conduje a Eva hasta una de las puertas de cristal que daban con el patio y los jardines del hospital, después de caminar un poco (no mucho ya que vainilla no estaba en condiciones de andar caminando por todo el hospital).

En el patio abían muchas flores: Rosas, lirios, lavandas, gardenias, margaritas, claveles y por supuesto... Tulipanes.

Nos detuvimos frente a una pequeña sección dedicada por completo a los tulipanes, era un pequeño jardín lleno de tulipanes de todos los colores.

Eva miró con un poco de asombro el jardín y pasó con delicadeza sus dedos sobre los suaves pétalos de las flores, cómo una sutil caricia.

—Son hermosas ¿No crees?—dijo con su total atención sobre las flores.

—Sí... Bellísimas—respondí mirándola a ella.

Ayudé a Eva a sentarse en una banca, ya casi era hora del atardecer por lo que el cielo tenía una coloración naranja.

Eva colocó su cabeza sobre mi hombro mientras observaba la belleza de los rayos del sol encima de los vibrantes colores de los pétalos del sinfín de flores.

La puesta del sol fué algo mágico para decir verdad, al estar a punto de irse el sol el cielo se tiñó con tonos rojizos, anaranjados, violáceos, y hasta tenía un toque de rosa... Los colores tan vivos se fusionaban con el tinte natural de los pétalos del jardín haciendo que la vista se viera magnífica.

Eva sólo se quedó viendo cómo el sol se escondía y la luna aparecía, estaba muy concentrada en observar aquel fenómeno tan simple como maravilloso.

—Fué hermoso—murmuró y yo sólo sonreí.

—Quería que lo vieras... sabía que te iba a gustar.

—Quizás sólo necesitaba disfrutar de la sencillez y belleza de lo que la naturaleza nos da.

Aunque aún se escuchaba un poco desconectada e ida podía percibir que ella no estaba en el estado en que la había encontrado en la habitación.

Su cabeza comenzó a deslizarse por mi hombro, rápidamente la sostuve para que no se cayera... Eva se había desmayado.

La puse en una posición un poco más cómoda mientras esperaba a que recuperara la conciencia y regresara en sí.

Supongo que fué demasiado hacerla cambiar de ambiente de una forma tan drástica... Pero al menos pudo respirar otro aire y disfrutar de otra perspectiva el entorno en el cuál estará sabrá Dios hasta cuándo.

Eva empezó a moverse un poco, sus hermosos ojos se encontraron con los míos y los latidos de nuestros corazones se volvieron uno, descontrolados, salvajes, acelerados pero impulsados por la cercanía que teníamos el uno con el otro.

—Lo mejor será regresar a la habitación—le dije ayudándola a sentarse.

—Sí... creo que eso sería lo mejor—respondió en voz baja.

—¿Puedes caminar?

Eva negó.

—Si me pongo de pie terminaré en el suelo.

Suspiré y con cuidado la cargué en mis brazos, con mucho cuidado rodeé su cintura y aseguré mi agarre colocando el brazo libre debajo de sus rodillas.

Eva se apoyó en mi pecho y sostuvo  el objeto metálico tan fuerte como pudo.

La llevé nuevamente a su habitación, vigilaba que no hubiera alguna persona entrometida en mi camino antes de moverme con libertad por los pasillos del hospital.

La coloqué en la cama con cautela y delicadeza, Eva parecía estar atravesando por un momento de vulnerabilidad en el que no sólo su cuerpo se veía perjudicado , si no también su mente.

—Gracias...

—No es necesario agradecer, lo digo en serio.

—Yo te agradezco si me da la gana—me responde cruzándose de brazos.

—Bueno, muéstrame tú gratitud comiendo.

—Mejor vete a jugar con tú guitarra.

—Nah, es más divertido molestarte.

Y así empezó una pequeña pelea entre ella y yo, pero al fin y al cabo la terminé obligando alimentarse.

«⟨[Nota]⟩»

¡Holis!

No pienso hacerme responsable de nada (cómo siempre), estoy muy feliz con este cap en particular... Me divertí mucho escribiéndolo.

Byeeeeee, nos leemos pronto.

Bonibunny fuera <3

Continue Reading

You'll Also Like

5.2M 454K 83
Nunca debí caer por él. Sin embargo, tampoco detuve mi descenso. Nada logró apaciguar las maliciosas llamas de deseo que se prendieron dentro de mí. ...
32K 1.9K 54
Ulises Webster debía haber muerto esa noche. En cambio, ese accidente automovilístico sí que le había dejado heridas, y no sólo físicas. Su vida ant...
42.3K 2.4K 21
La vida universitaria no es buena para todos, he oído, pero para mí es perfecta, te preguntarás por qué, y es fácil. Estoy descubriendo la carrera de...
493K 24.5K 48
Una historia que promete atraparte desde el principio hasta el final. Camila es una chica humilded, Ignacio Besnier es el heredero de un imperio empr...