Un gato viviendo en la guarid...

By CarlosJewel

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Do-yeong, un "hombre gato" que está comprometido con Seo-han, el jefe de la familia Lee, la más prestigiosa d... More

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By CarlosJewel

Doyeong había salido de la habitación de cristal, con las piernas temblorosas, y regresado a su propio cuarto para encerrarse con sus bebés por lo que quedaba de la noche. ¡Incluso el olor proveniente del tigre paró durante ese tiempo en un indicio de que no había dormido allí!

Después de pelearse con el tigre de esa manera tan intensa, sus pensamientos se volvieron tan complicados que comenzó a sentirse terriblemente ansioso por su desafortunada situación actual. Tuvo pena por él, lo comprendió y entendió la razón por la que estaba enojado pero, al mismo tiempo que trataba de mostrarse comprensivo, el resentimiento que tenía por él solo se hizo más y más fuerte hasta un punto en que comenzó a insultarlo en su cabeza hasta que se hizo de día.

Y justo cuando pensaba que se estaba volviendo loco por tener tantas emociones diferentes fluctuando dentro de él en tan poco tiempo, el tigre entró en la habitación acompañado de un fuerte aroma, lo miró, dijo "Entonces estás aquí." Y le dio un breve saludo sin siquiera mirarlo a la cara. Doyeong se inclinó también, pero, todavía estaba tan enojado por el momento que solo se limito a rascarse la cabeza.

"Prepárate." Seohan, tal vez consciente de los pensamientos de Doyeong, entró y colocó comida en la mesa que estaba cerca del sofá. Luego se acercó a la cuna del bebé y le arrebató el biberón de leche de la mano. "Hoy iremos juntos al edificio principal. Vamos a juntarnos con mis padres".

Seohan habló como si hubiera preparado algo de antemano y miró hacia la cuna de los bebés mientras intentaba agitar torpemente el biberón de leche para mezclar la fórmula y el agua. Doyeong expresó insatisfacción de inmediato:

"No. No quiero ir. Y tampoco quiero comer... Dame el biberón, por favor."

Ante las palabras de Doyeong, los ojos del tigre finalmente se volvieron bastante intensos. Eran inexpresivos, completamente duros e incluso así, sin decir una palabra, la señal de "escúchame un momento", era tan clara que Doyeong se sentó a regañadientes en el sofá con una mirada sospechosa en sus ojos mientras observaba atentamente al tigre volviéndose hacia los niños.

(Estaba muy enojado ayer, ¿Estará bien si dejo que se acerque a mis niños tan como si nada?)

Doyeong no apartó la mirada. Era sincero cuando dijo que no quería comer nada porque su cuerpo seguía hundiéndose todos los días y quizá, debido a su mal humor, incluso le costaba demasiado tener apetito. Colocó la comida del desayuno, que el tigre había traído, sobre sus piernas, fingió moverla, la apartó y observó a Seohan tratando de alimentar a los niños con leche. Por supuesto, estaba atento a su espalda. Listo para saltar ante el menor problema.

"Coman ustedes también."

Esas fueron las primeras palabras de Seohan a sus hijos. Pero en lugar de parecer amable, era más bien un tono de voz que parecía determinado a hacer que comieran a como diera lugar. Algo tan extraño que hizo que la sospecha y el absurdo crecieran al mismo tiempo en que sostenía los palillos sobre el plato de comida, sin apartar todavía la mirada de él.

"¡Miaaaaaa!"

"Miuu, miuuu."

Los niños todavía parecían asustados por el tigre. Tanto, que incluso la niña se puso erguida, como si tuviera electricidad estática desde la cola hasta la cabeza, y finalmente comenzó a bufarle para que retrocediera un centímetro.

"Dije, que tienen que comer."

"Seohan... Oye, Seohan."

El primer bebé que intentó atrapar comenzó a chillar con fuerza, el segundo orinó en la cuna y el último bebé, probablemente por estrés, vomitó en la mano del tigre toda la leche y el jugo gástrico que había ingerido previamente del biberón que le había dado mamá. El hombre dibujó un tridente entre sus cejas pero Doyeong rápidamente tiró sus palillos y el plato y se levantó del sofá para rescatar a los bebés de la ira del hombre enojado.

"¡Seohan! Te dije que... ¡Demonios! Solo, haste a un lado, por favor."

Mientras corría hacia la cuna de los bebés, que no dejaban de llorar, Seohan sacó su teléfono con el ceño todavía fruncido y comenzó a hacer una llamada sin siquiera voltear a ver en su dirección ni una sola vez. Doyeong, que había rescatado a los niños, les dio unas palmaditas en la espalda como si quisiera prometerles que "no pasaba nada" y finalmente comenzó a besarles las cabecitas mientras escuchaba como el hombre empezaba a hablar con quién sabe que tipo de persona:

"¿Dónde estás, Woon?"

Seohan, que todavía tenía el ceño fruncido, le habló al tutor en un tono bastante serio.

"Un bebé está enfermo."

Doyeong levantó la ceja también.

-¿De verdad? ¿Qué síntomas tiene?

"Vomitó muchísimo y no quiere comer."

-Bueno, tal vez sea el virus del parvo o el pelito del bebé al lamerse.

La voz de Woon, que llegaba a través del teléfono, era urgente mientras Seohan asentía una y otra vez como si tomara notas en su cabeza. Doyeong suspiró y extendió su mano.

"Dámelo"

"¿Qué?"

"El teléfono, dámelo."

Como si le pareciera bien al ser la mamá, Seohan rápidamente le entregó el teléfono a Doyeong y dejó que le contara en persona sobre el vómito.

"Profesor. Soy yo."

-¿Cuándo comenzaron a sentirse enfermos los niños? Cuando llegaron por primera vez, les hice pruebas con un kit especial y no pareció que hubiera ningún problema con ellos. No conviven con nadie que pudiera transmitir un virus peligroso así que ¿Crees que es muy grave? En todo caso, voy en camino. Paso por el hospital de un amigo y tomo algunos antibióticos para...

"No. No tienes que hacer eso. Es lo que quería decirte."

-Escuché que vomitó.

"Le di leche y luego Seohan lo sujetó del torso con las manos como si estuvieras agarrando una maraca."

- ... Ya veo. Pobre bebé ¿Está bien ya?

Entonces Seohan finalmente aceptó que los niños no estaban enfermos, solo le tenían miedo.

La mano que devolvió el teléfono era diferente a la forma tranquila en la que se comportaba cuando lo tenía cerca y, temiendo que los niños, que lloraban con fuerza, pudieran provocar la ira innecesaria del tigre otra vez, Doyeong señaló la esquina más alejada de la habitación y le pidió que se quedara casi pegado a la ventana mientras trataba de solucionar todo este problema con la leche, el vomito y los niños. Seohan, que sabía que aún no habían resuelto sus sentimientos después de lo que pasó en la noche, se sentó en el sofá sin decir una palabra y asintió mientras notaba que Doyeong, que se estaba sintiendo incómodo de nuevo, dejaba a los bebés de nuevo en su regazo y los intentaba alimentar incluso aunque parecía completamente imposible. Eso significaba que no estarían tranquilos hasta que el tigre saliera de allí.

El tutor obviamente no había logrado encontrar una niñera y eso significaba que hoy también iba a tener que hacerlo todo por cuenta propia.

(Gracias por eso, Seohan.)

Y sin poder moverse debido a que Seohan lo miraba directo a la cara, finalmente se sobresaltó cuando lo escuchó decir que "al menos intentara comer un poco", e incluso comenzó a alistar lo importante que era hacerlo bien para que no llegara a enfermarse. Sin embargo, su hábito original se basaba en tomar pequeñas raciones de comida cada determinado tiempo por lo que estaba más que satisfecho justo ahora.

"Tiendo a hacer una comida a la vez. Lo hago poco pero muchas veces así que no tienes que preocuparte."

"Ya veo. Parece que los hábitos de tu cuerpo principal a veces le ganan a los del cuerpo humano ¿No? Me parece interesante".

Doyeong asintió. Seohan simplemente se arregló la ropa y dijo:

"Entonces deja a tus bebés aquí un momento y sígueme. Ah, pero quiero decirte que estoy preparado para pelear por lo que necesito que estés calmado todo el tiempo ¿De acuerdo?"

"¿Con quién vas a pelear exactamente?"

Sin embargo, Seohan simplemente caminó derecho, decidido, y no dio ninguna otra respuesta incluso aunque su acompañante, que estaba recordando las palabras de que irían juntos a la casa principal, rápidamente lo persiguió y comenzó a preguntarle de nuevo sobre "con quién iba a pelear" y "exactamente por qué iba a hacerlo." Aunque, a juzgar por lo que dijo el tigre y si su predicción era correcta, entonces podía llegar a la conclusión de que iba a discutir con sus padres incluso aunque no vio la necesidad de hacer algo tan arriesgado como eso. De hecho, en lugar de sentirse agradecido por su preocupación, estaba tan avergonzado que el sudor frío comenzó a gotearle de la frente incluso mientras seguía a Seohan por el corredor tan obedientemente como si fuera un niño. No sabía si era la fuerza de su cuerpo, por su velocidad natural al caminar, o por el miedo que estaba sintiendo sobre lo que iba a ocurrir a continuación pero, a medida que el edificio se acercaba y dejaba a los bebés más y más atrás, empezaba a sentirse terriblemente enfermo e incluso llegó un momento en que se encontró respirando a puros jadeos.

Y aunque el camino hacia el edificio principal era una rutina diaria de todas sus mañanas y todas sus tardes, tal vez porque le habían dado una golpiza impresionante frente a los otros empleados la última vez, los susurros y las miradas de desprecio que siguieron a sus espaldas no parecieron hacerse esperar y comenzaron a sentirse como puñales muy afilados.

Doyoung apresuró sus pasos y agarró la muñeca del tigre cuando llegaron a centímetros de la casa

"Dame algo de tiempo para recuperar el aliento... Por favor."

Seohan miró a Doyeong, que estaba jadeando como loco, y luego buscó en su bolsillo y sacó una caja de pastillas que todavía tenía guardadas en una bolsa de plástico de una tienda departamental muy conocida de la zona. Murmuró mientras leía las instrucciones escritas en el exterior del empaque:

"Tomar una pastilla de estas debería ayudarte a asimilar un poco mejor las feromonas externas. Es algo así como, un supresor."

Ni siquiera tuvo tiempo de preguntarle al tigre, que abrió la caja y sacó la medicina, qué tipo de pastillas eran o por qué las necesitaba porque, medio segundo después, Seohan tiró del brazo de Doyeong, quien todavía sostenía su muñeca, y le dijo:

"Abre la boca."

Le bajó la barbilla, le abrió la boca, y la pastilla que tenía en la mano cayó directamente sobre su lengua. La capa de la píldora se desprendió completamente y comenzó a sentirse tan amargado que casi la escupió de golpe así que, Seohan, que ya sabía que eso iba a pasar, agarró la parte posterior de su cabeza y juntó cara con cara hasta que sus labios chocaron en forma de un beso bastante extraño que el tigre utilizó para meter la lengua hasta el fondo e intencionalmente, dejar que la saliva que había reunido bajara por la garganta del gato junto con la droga. Sin embargo, aunque logró su objetivo, no abandonó su boca e incluso rodeó su cintura como le dio la gana.

"Um..."

Doyeong, que estaba avergonzado por el creciente número de ojos apuntando en su dirección, levantó la mano para pedirle que se detuviera, pero el brazo del tigre solo se envolvió aún más fuerte alrededor de su cintura como si esa fuera su forma de decirle que "no le importaba dar un buen espectáculo de vez en cuando". Tomó su mano, que se había levantado torpemente, la envolvió con la suya hasta que quedaron suavemente entrelazadas y, entonces, cuando levantó la cabeza en su dirección, decidió ahuecar su mejilla como para que no fuera a separarse de inmediato, giró la cabeza, rozó la punta de su nariz con la suya y miró las largas y bonitas pestañas de Doyeong, que estaban fuertemente cerradas como si intentara no mirarlo, por un minuto que pareció increíblemente extenso. Luego se separó con un suspiro.

"No te apartes."

Cuando Doyeong se giró a tiempo para ver al tigre entrar por la puerta principal, sintió que el sudor frío fluía aún más rápido que hace un momento, y decidió abanicar su rostro con la mano en un intento por ocultar un poco lo rojas que se le habían puesto las mejillas. Luego, para tapar el olor de su cuerpo, entró, tomó el perfume que le había dado el tigre y, muy a su pesar, comenzó a rociarlo desde la cabeza hasta la punta de los pies un total de tres veces seguidas y tan desesperadamente como nunca antes. De hecho, a juzgar por el diálogo de Seohan, parecía que le habían dado algún tipo de medicamento que aumentaba la capacidad de digerir las feromonas de otras personas por lo que esto sería considerado algo muy útil si tenía planeado un movimiento agresivo en un territorio de por si completamente gobernado por los tigres.

Doyeong se apresuró a entrar al edificio principal, conteniendo la respiración ante lo fuerte que se sentía el ambiente.

"Ja. Hasta que al fin llegas. Fuiste tú quien pidió la reunión familiar así que creí que ibas a ser el primero en llegar. Tipo maleducado"

Jinhan apareció, masticando pan como si hubiera llegado a buscar un refrigerio antes de la reunión que había planeado su hermano.

Y justo como dijo, la sala resultó estar llena completamente por toda la familia del tigre. Desde personas que estaba conociendo por primera vez, como la hermana menor de Seohan, que regresó del extranjero esa misma mañana, hasta personajes que se había encontrado por los pasillos por accidente muchas veces mientras hacía su trabajo. De hecho, Doyoung, que se había familiarizado con los rostros de sus parientes a través de fotografías que su tutor le había mostrado en clases, los reconoció a todos de inmediato, tragó saliva, y comenzó a apretarse tanto los dedos de las manos que pareció como si quisiera arrancarlos de su lugar. Luego, tan pronto como Myeonghan entró y tomó asiento, Seohan, que tenía su silla lista en la parte central de la mesa, llamó a su madre Naryeong, que parecía haber llegado de muy mala gana, y dijo que necesitaba "tratar asuntos realmente urgentes antes de que fuera muy tarde". Ella miró al gato un momento.

"¿Y bien? ¿Cuál es el dichoso asunto que no puede esperar a otro día?"

Le preguntó Jinhan a Seohan, todavía masticando su pan de una manera increíblemente ruidosa. Pero el hombre que reunió a la familia no había dicho nada. Simplemente estaba golpeando, golpeando, golpeando con las uñas el duro reposabrazos de la silla, como si fuera un hábito para controlarse cuando estaba de bastante mal humor. De hecho ¿Cuánto tiempo duró ese silencio tan incómodo? Doyeong de repente sintió una energía cubriendo todo su cuerpo cuando los ojos de su familia viajaron en su dirección pero, gracias a la efectividad de la cápsula, sus orejas, sus bigotes y su cola no salieron en absoluto y de hecho, pudo estar como si nada incluso aunque la energía que estaba rondando por su piel era claramente la de alguien que estaba ardiendo de rabia.

"Pac, pac, pac".

Las uñas del cuerpo principal de Seohan crecieron de las puntas de sus dedos.

"Pac, pac, pac, pac, pac."

Y la suegra fue la primera en dejar escapar un grito:

"¿¡No puedes parar de una maldita vez y decirnos qué quieres!?"

Naryeong saltó de su asiento al mismo tiempo que unas orejas blancas y redondas se dibujaban perfectamente en la parte superior de su cabeza. Debajo del dobladillo de su abundante falda, que le llegaba hasta las espinillas, pudo ver el final de una cola de color blanco brillante con rayas negras y luego, unos bigotes excepcionalmente inmensos y preciosos. Y a diferencia de la reacción exasperada de la mujer, su hermana, que se inclinó para atrás, simplemente mostró unas pequeñas orejas amarillas en su cabeza que eran mucho más grandes y peludas que las que brotaron del joven Jinhan, que todavía parecía muy confundido por todo esto.

Transformarse era una reacción instintiva para escapar o defenderse, en la que se convocaba la forma original del cuerpo con una velocidad de reacción que variaba según la energía de la persona principal y el nivel de alcance de sus feromonas. Es decir, los más débiles se veían obligados a admitir que lo eran, haciendo que su "verdadero yo" fuera llamado por la fuerte energía del acompañante que tenían más cercano. Doyeong había mostrado partes de su cuerpo principal varias veces cuando Seohan estaba enojado con él, pero, se sintió como algo "relativamente normal" teniendo en cuenta que de por si era de una raza más baja. Al ser entre los de su propia especie, era claro que les pegaba un poco más fuerte en el orgullo.

"¡Ve al punto de una vez!"

La voz crepitante de Naryeong resonó en la sala de estar. Y, debido a la conmoción, los sirvientes y mayordomos que estaban afuera le preguntaron si "se encontraba bien" y anunciaron que estaban listos para entrar en cualquier momento si era necesario separarlos.
Jinhan, que vio la forma en que la cola de su madre estaba golpeando el suelo, se horrorizó por lo que podía suceder si bestias de rango más bajo intentaban contener a un tigre y les gritó que "no lo hicieran" y que "podían manejarlo por su cuenta", pero incluso sus ojos de tigre habían aparecido. Dorados y temblorosos.

"Madre, cálmate..."

Claramente pareció que estaba lista para gritarle a su hijo en ese momento, pero se sentó, como si estuviera abrumada y tratando de respirar.

"¿Qué estás haciendo? ¿Por qué trajiste a esa cosa aquí cuándo habías dicho que era solo familiar?"

Doyeong, que de repente se había convertido en "esa cosa", seguía arrancándose los padrastros de sus uñas mientras bajaba los ojos.

Entonces el tigre dijo:

"Él es familia".

"¿¡Cómo te atreves a decir eso en frente de mi!?"

"Es mi prometido."

"¡Es un gato!"

Doyeong tembló repetidamente mientras la energía de su suegra se hacía cada vez más y más intensa. La medicina le dio inmunidad para resistir pero, como era de esperar, no estaba funcionando adecuadamente para tantos tipos de feromonas encerrados en un lugar tan pequeño como la sala de una casa que de por si ya estaba aislada. De hecho, si la energía de Naryeong, una entidad superior, se volviera más fuerte en un momento, él también comenzaría a mostrar rasgos de su forma original y se convertiría en un gato.

En ese momento, Seohan endureció su rostro.

"¿Por qué hiciste eso, madre?"

"¿Por qué hice qué?"

"Escuché que ordenaste al mayordomo Kim que golpeara a Doyeong".

El rostro de la suegra se distorsionó ante las palabras del tigre. Naryeong inmediatamente envió la flecha hacia Doyeong:

"¿Le dijiste a mi hijo que te castigué porque hiciste algo mal? ¿Le contaste la versión completa?"

"Ya basta."

Cuando Seohan cerró los ojos y frunció el ceño, apareció un patrón en el dorso de la mano de Naryeong y también en sus brazos. Pelaje.

"... Seohan."

El tigre tomó la mano de Doyeong para que se tranquilizara mientras que su madre, que se dio cuenta de que había cambiado a su cuerpo original en contra de su voluntad, cerró la boca con mal humor y volvió a acomodarse en su silla.

Myeonghan negó con la cabeza hacia Seohan como para decirle que parara por el bien de Doyeong, que a fin de cuentas era un gato, pero Seohan solo suspiró y dijo:

"No va a volverse un tigre completo. Solo está enojada por Doyeong".

"¡Por supuesto que estoy enojada por eso!"

"Pero, de todas maneras, no tienes por qué castigar a mi prometido, con un empleado, frente a todos los demás cuando yo no estoy. No tienes ningún derecho".

"Yo... Lo que pasó es que..."

"Mi madre está muy orgullosa de ser miembro de una raza superior ¿Verdad? Quiero preguntarte por qué si ese es el caso, entonces no protegiste el orgullo de Doyoung cuando él también es un noble. Es un gato, entiendo eso, pero tú sabes bien lo importante que es su familia. Me molesta que de modos lo trataras como basura. No puedo entenderlo."

"¡Pero es que no sabes lo que pasó! ¡Yo tenía todo el derecho a hacer lo que hice!"

La voz de Naryeong volvió a hacerse más y más fuerte pero el tigre levantó la mano:

"Incluso si dices eso, sabes que una bestia de nivel inferior no puede insultar a una de un nivel más alto bajo ninguna circunstancia ¡Por favor, mamá! Eres una persona que valora las tradiciones, ¿Por qué hiciste eso?"

"..."

"Si quieres seguir considerándote miembro de una raza superior, entonces da el ejemplo y mantén tu dignidad también."

Naryeong ya no resistió las palabras de su hijo. Se sonrojó de vergüenza al ver su verdadero yo, exhibido frente a un gato, y siguió respirando de una manera exagerada como si su ira no fuera a disminuir por más que lo intentara. Entonces, al ver que la mujer no había abierto la boca todavía, el tigre hizo su asiento un poco más hacia adelante y dijo:

"No tienes mi permiso para acercarte a Doyeong de ahora en más".

"¡Soy la encargada de disciplinar a la familia!"

"Nunca he oído que el encargado de disciplinar a la familia pueda golpear a otros como le venga en gana."

"¡Porque hablas desde la experiencia con familias cualquiera! ¿Quienes crees que somos, Seohan? ¡Yo también recibí castigos corporales cuando era joven porque sabía que era por mi propio bien! Quiero decir ¿Crees que ser la nuera de alguien en una familia como esta, es algo fácil? ¡No hables si no sabes por lo que pasó tu propia madre para llegar hasta donde está ahora!"

Ante las palabras de Naryeong, Seohan preguntó como si hubiera aprendido algo nuevo:

"Ser la nuera de alguien... Ya veo. Entonces, eso significa que reconoces a Doyeong como tu nuero ¿No es cierto?"

La suegra, atrapada en la trampa que ella misma provocó, se quedó en blanco. Cuando agitó la mano, preguntando "cuándo había dicho eso", Seohan entonces borró su sonrisa y volvió a hablar:

"Dices que un nuero en esta familia debe ser disciplinado con castigos corporales para poder crecer, pero, parece que todavía no lo reconoces como uno. Entonces, si ese es el caso ¿Por qué estás ejerciendo un derecho al castigo corporal que no tienes?"

Una vez más, la suegra guardó silencio. Los músculos de su boca se contrajeron como si quisiera gritar en cualquier momento, pero, en realidad, fue obvio que ya se le habían acabado todas las excusas al respecto. Y cuando Naryeong no pudo hablar, Seohan lo hizo por ella.

"No va a haber ningún castigo corporal en el futuro".

"..."

"Doyeong es mi prometido, pero, ya que para mi madre y mi familia eso no es completamente cierto, entonces tiene que ser tratado como un invitado más. No está sujeto a disciplina familiar, no va a venir a la casa y tampoco va a limpiar o cocinar o hacer absolutamente nada de lo que le pidan porque no es su responsabilidad. Quiero que lo traten como mi huésped en todos los sentidos. Así como corresponde al honor familiar del que mi madre está tan malditamente orgullosa."

El aire frío llenó la sala de estar.

Cuando Seohan, que optó por permanecer en silencio de nuevo como si esperara una respuesta, cerró la boca, Naryeong, que había estado frunciendo el ceño durante toda su explicación, respondió. "Lo entiendo." Y se acomodó la ropa para sentarse de nuevo en la silla. Obviamente sus palabras no sonaron ciertas así que Seohan respondió que "observaría todo lo que hiciera de ahora en adelante" con una mirada que no dejaba lugar a dudas.

Doyeong se quitó el cabello de la parte delantera de su frente porque se había pegado debido a la sudoración excesiva por el nerviosismo. Seohan miró en dirección a la puerta.

"¿Mayordomo Kim? Un paso adelante."

El señor Kim, que había recibido la llamada, entró a la sala de recepción con una expresión increíblemente nerviosa sobre la cara. Era una reunión familiar organizada por Seo-han y ya había un rumor muy exagerado sobre como estaban preparados para convertirse en animales y destrozarse los unos a los otros hasta finalmente matar a Doyeong. Escuchó los gritos irritados de la madre y luego le dijeron directamente que los azotes que le había dado hace dos días eran la razón por la que ahora estaban discutiendo así que, el mayordomo Kim, sintiéndose agobiado por la atención que se centraba en su cara, se acercó vacilante a Seohan y se sentó justo como se lo estaba pidiendo.

"El mayordomo Kim será despojado de su cargo a partir de hoy".

"¿Qué?"

"¿Qué?"

El mayordomo Kim y su suegra respondieron al mismo tiempo, como si estuvieran desconcertados por las palabras que habían dicho con tanta dureza igual a si fuera una decisión final. En realidad, el señor Kim heredó el puesto directamente de su padre por lo que para Naryeong, era el segundo hombre que había sido fiel a ella y con quien pasó el tiempo más largo después de su matrimonio. Y como un personaje responsable de los asuntos de la mujer que era la cabeza de la familia, el mismo señor Kim también era el jefe de todos los asuntos relacionados con la casa. Además, como ya habían pasado cientos de años desde que él, que poseía la naturaleza del zorro, ocupó esa posición y disfrutó de un poder lo suficientemente importante como para estar sin preocupaciones desde que era un joven, las repentinas palabras de Seohan de "renunciar a su puesto" fueron como decirle que renunciara también al futuro de sus hijos, sus nietos y quiénes vendrían después de ellos.

La reacción de su suegra fue más rápida que la del señor Kim porque después de todo, él, que se había ocupado de la casa durante mucho tiempo, no sólo era bueno con las manos y los pies, sino que también sabía mucho sobre la vida personal de sus señores. La boca de Naryeong cayó rápidamente:

"¿Por qué quieres enviar lejos a mi mayordomo? ¿Qué hizo mal? Al menos dime una razón lógica para hacer lo que se te dé la gana con él."

Continuaron las preguntas urgentes y las quejas de su madre una por una. El tigre abrió la boca con expresión educada y dijo:

"Por Doyeong..."

Por lo que tan pronto como el nombre de ese gato salió de él, Naryeong volvió a ponerse increíblemente tensa.

"Le golpeó las pantorrillas hasta que le sangraron. No sé que más explicaciones quieres."

"¡Solo estaba cumpliendo mis órdenes! ¡Es completamente injusto! Es una posición que se ha transmitido durante cientos de generaciones así que, si lo echas de esa manera ¿Qué voy a decir frente a todos? ¿¡Con qué cara miraré a los miembros de su familia cuando me pidan explicaciones por su padre en la quiebra!?"

A pesar de la rápida sucesión de protestas y gritos, Seohan mantuvo la calma en todo momento. Se mantuvo firme, y esperó hasta que finalmente cerró la boca. Y después de un silencio incómodo que duró un par de minutos, el tigre finalmente se rió:

"Nunca le dije que dejara de trabajar".

Las expresiones de las dos personas cambiaron ante las palabras del tigre. Naryeong lo instó con los ojos a hablar rápidamente porque no podía entenderlo, y el mayordomo Kim levantó la barbilla como si pensara que se había perdido de algo.

"La posición del señor Kim cambiará".

"¿Qué...?

"Señor Kim, por favor, sea el mayordomo de Doyeong de ahora en adelante".

Seohan dijo que mientras permaneciera en la familia, podría tener la oportunidad de convertir a su hijo, a quien estaba entrenando, en mayordomo de la anfitriona nuevamente y que su estatus quedaría completamente impune gracias a eso. Naryeong, por otro lado, se negó. Parecía que estaba preocupada de que un día, al hombre se le fuera la lengua y confesara todo lo que le había dicho en privado.

"¡No puedo darle al mayordomo Kim a un gato! ¡Es mi personal! ¡Lleva más de 20 años cuidándome a la perfección! ¡A mí! ¡A ustedes!"

"Tiene razón. Soy el mayordomo que lleva más tiempo sirviendo a esta familia. Durante toda mi vida, he vivido con orgullo sirviendo a los tigres. ¿Por qué ahora tengo que rebajarme a un gato?"

La frente de Seohan se arrugó después de escuchar las palabras del señor Kim, por lo que él rápidamente se tapó la boca con la mano y se inclinó para pedir disculpas. El desprecio por Doyeong, que se había convertido en un hábito mientras vivía con Naryeong, salió de su boca sin filtro incluso aunque él era un individuo de menor rango. Fue, completamente sin pensar y motivado por su señora.

Los ojos del tigre se volvieron lentamente hacia el señor Kim, quien estaba avergonzado por su error, y suspiró lento y ruidosamente para mostrarle toda la ira que se estaba guardando. El mayordomo Kim seguía con la cabeza gacha.

"Las funciones de un mayordomo no se limitan simplemente a ayudar a los miembros directos de la familia."

El tigre se levantó de su asiento. De hecho, el acto de sacar un cigarrillo de su bolsillo y morderlo fue tan extremadamente lento, que se volvió evidente que era para que todos notaran que estaba haciendo lo mejor que podía para reprimirse contra él. Y cuando el hombre inhaló humo y dio un paso hacia adelante, entonces el señor Kim instintivamente se hizo más chiquito en su asiento.

"Mi madre no reconoce a Doyeong como mi prometido así que, como ya lo dije antes, es un invitado de honor."

"..."

"¿Un mayordomo puede golpear a un huésped de la familia? Tal vez fueron las órdenes de tu señora, pero, desde donde yo lo veo, eso no justifica que le destrozaras las piernas o lo hicieras sangrar. No fue un asunto trivial para ti."

Mientras Seohan se acercaba a él, paso por paso, y continuaba hablando al mismo tiempo, el rostro del mayordomo Kim se puso tan blanco que hasta fue preocupante.

"Tú también te estabas desquitando así que ¿Crees que mereces opinar de esto conmigo? ¿Crees que puedes decidir qué hacer o qué no?"

El tigre miró al mayordomo Kim, que era mucho más bajo que él, con unos ojos increíblemente fríos. El hombre se inclinó como si estuviera a punto de tirarse al suelo:

"Lo siento tanto. ¡Todo es mi culpa, señor! No hay excusas para lo que hice, de verdad lo siento".

Si esto se hacía más grande, parecía que no sólo lo echarían a él, sino que su familia, que estaban recibiendo entrenamiento para convertirse en mayordomos, también serían expulsados y condenados a la quiebra después de decir frente a la sociedad que sus habilidades habían sido deplorables cuando estuvo a cargo de una de las familias más importantes del país.

El mayordomo se inclinó aún más frente a Seohan y pensó que tenía que proteger este trabajo pasara lo que pasara, incluso si eso significaba arrastrarse como un maldito gusano.

"No lo haré de nuevo. Se lo prometo, señor."

Por lo que, después de ver esto, el tigre dio una última calada a su cigarrillo y habló.

"Entonces, a partir de hoy, le perteneces a alguien más."

"Sí, señor."

"Pídele perdón a Doyeong. Ahora él es tu señor."

"..."

El mayordomo Kim se inclinó y se mordió el labio. Ya se había dado cuenta de que un desliz de su parte conduciría a peores resultados por lo que en lugar de responder a Seohan, el hombre rápidamente se volvió hacia Doyeong y se inclinó de nuevo.

"Lo siento, señor Doyeong. Sé que debes haberte sentido ofendido por mi falta de juicio y mi mala educación en todo este tiempo. No hay excusas para lo que hice y de verdad, lo siento muchísimo."

Doyeong, que de repente era el centro de atención, abrió mucho los ojos y se sintió bastante avergonzado al respecto. Aunque creció entre empleados, nunca había ocupado un puesto en el que alguno de ellos respondiera directamente a él por lo que no sabía cómo comportarse o qué decirle. Y como todavía no tenía permiso para mezclar palabras con el personal, simplemente se quedó en silencio y ni siquiera se movió de su lugar de tal modo que pareció una piedra.

Los ojos de Doyeong se volvieron hacia el tigre. El tigre se limitó a mirarle sin decirle qué hacer por lo que el señor Kim fue quien se levantó y rápidamente se arrodilló frente a ellos:

"Soy un mayordomo incompetente pero, si Doyeong me acepta como suyo, usaré mi experiencia pasada para realizar las tareas sin cometer ningún error".

"¡Mayordomo Kim! ¿Qué demonios está diciendo?"

Ante las palabras del señor Kim, la mujer se sorprendió y se puso de pie de golpe. Sin embargo, el hombre no miró a Naryeong en absoluto y solo se quedó en ese lugar. El plan original del mayordomo era disfrutar de su poder como empleado principal todo el tiempo en que el padre y la madre de Seohan siguieran vivos y fueran tan poderosos como lo eran hasta ahora. Entonces, cuando el momento finalmente llegara, entregaría el puesto a uno de sus hijos o sus sobrinos y ayudaría con pequeños trabajos en su vejez que le permitirían tener un futuro más o menos aceptable. Y como ahora ya había fallado, podía ser despedido de la casa en un tronar de dedos y su familia condenada para siempre de modo que quedarían en la ruina total.
Y si quería seguir disfrutando de un poco de estabilidad por el tiempo que fuera necesario, entonces tenía que ser inteligente e irse por el lado de la balanza que más se estaba inclinando justo en ese momento. Después de todo, Seohan era el hijo más poderoso entre todos los tigres y era un hecho que el peso del poder de la familia había comenzado a cambiar debido a sus acciones. Ya no podía aferrarse a los hilos podridos y antes de ser despedido, someterse a Doyeong como se lo había ordenado podría ser su última oportunidad de quedarse a flote.

El mayordomo Kim inclinó repetidamente la cabeza ante Doyeong sin mirar a la madre de Seohan:

"Yo me haré cargo de Doyeong con mi vida. Se lo aseguro."

"... Yo..."

Cuando Doyeong dudó, Seohan respondió sin rodeos:

"Doyeong, tienes que ocuparte completamente de esto. Aunque fue mi recomendación, todavía tienes el derecho de aceptarlo o no."

"..."

"Te pegó. Dime que quieres a otra persona y lo sacaré de la casa de inmediato."

"¡Seohan!"

Gritó su madre.

Pero el mayordomo Kim habló más fuerte que ella: "¡Estoy seguro de que conozco a esta familia mejor que nadie! ¡Puedo ayudarte mucho, señor Doyeong! Por favor, por favor contrátame."

Ante las palabras del señor Kim, su madre comenzó a quejarse y a toser como si se hubiera atragantado con su propia saliva. Y la tos, que empezó con urgencia, duró tanto que su cara se puso roja y finalmente la hermana de Seohan, Songryeong, buscó apresuradamente entre su falda y sacó un respirador para el asma que le colocó de lleno en la boca. El señor Kim había sido jefe de los sirvientes durante toda su vida así que, incluso si ya no era el encargado de la anfitriona, estaba claro que los otros empleados, cocineros y a amas de llaves, que ya estaban acostumbrados a la gestión del hombre y que eran increíblemente fieles a él, lo seguirían de manera natural sin importarles nada.

Fue como si el puesto de anfitrión de esta casa también cayera en manos del gato.

Para Doyeong, el silencio de Seohan fue más importante que la brusca reacción de Naryeong. Y, mientras miraba en silencio al mayordomo, tomó toda la fuerza que tenía para abrir la boca y decir:

"Entonces... Por favor trabaja conmigo."

Haciendo que su suegra gritara histéricamente otra vez antes de salir casi corriendo de la sala. Jinhan también se levantó, siguiendo a su madre, y su hermana, que había estado callada todo este tiempo, lo miró sin mostrar ningún signo de disgusto antes de hacer lo mismo. Su padre caminó en dirección a la puerta como si nunca hubiese tenido voz o voto en este asunto y, diciendo que "se mudaría de inmediato en cuanto terminara de empacar", incluso el mayordomo Kim también los dejó completamente solos después de inclinarse para ellos.

Myeonghan, que estaba atento a todo el espectáculo, se levantó y habló con Doyoung por primera vez diciendo:

"Entonces, ¿Eres el hombre más poderoso de la casa ahora?"

Con una sonrisa brillantemente curvada y un tono juguetón y ligeramente sarcástico en su voz.

Doyeong bajó la cabeza torpemente mientras miraba a Myeonghan, quien le recordaba más a una oveja que a un tigre, y notó que llegaba rápidamente al lado de Seohan para decirle algo a la oreja. En ese momento, el hombre se rió de una manera que Doyeong no había visto nunca. Bajó las comisuras de los ojos tanto que no pudo ver sus iris negras como boca de lobo y, juguetonamente, golpeó el pecho de su hermano hasta hacer que su boca, que siempre estaba cerrada y recta, formara una media luna que se veía honestamente atractiva.

"..."

Ver la sonrisa del tigre era a la vez, tan sorprendente como un tanto agridulce.

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