Un pequeño rayo de luz caia sobre sus ojos, haciendo que comenzara a despertarse. Era otro dia mas, o mejor dicho un dia menos, en el que deseaba que algo malo pasara y fuera el ultimo.
Se despertó poco a poco y vio que un día más, se encontraba durmiendo en el sofa.
Siempre llegaba tarde de la comisaría, rellenando informes, o a veces haciendo tiempo para no llegar a su solitaria casa, donde caia rendido en el sofa antes de llegar a la cama y ni siquiera cenaba antes de dormir.
Se sentó en el sofá, mirando fijamente la televisión apagada unos minutos, hasta que una irritante alarma en el móvil lo despertó de aquel trance en el que aun se encontraba medió dormido. Rápidamente, se metió al baño a ducharse, con cuidado de no mojar las heridas que tenia en el abdomen por las misiones de dias anteriores, salió de la ducha, se vistió y salió de casa para empezar un nuevo dia de trabajo.
Estaba tan seguro de que hoy sería un dia como cualquier otro, que no se esperó lo que le pasó o mejor dicho quién le paso cuando llegó a comisaria.
Estaba escuchando Hit the Road Jack, una de las pocas canciones que le gustaban, cuando estaba llegando al parking de comisaría, iba tranquilo tarareando la canción mientras se disponia a aparcar su coche, cuando otro coche que venia a la misma vez que el, se posicionó en el estacionamiento, en SU estacionamiento.
Cabreado, tuvo el impulso de hacer el coche hacia delante y chocar el morro de su coche contra el de la otra persona, joderia su propio coche, pero que le importaba, el solo queria joder a ese o esa imbecil.
Así que se impulsó hacia delante y impacto el morro de su coche con el otro.
Tranquilamente, dio la vuelta y buscó otro aparcamiento, aparcó su coche despacio , aun tarareando la canción, y se bajó para salir.
se dirigió hacia el maletero para sacar unos papeles con informes que debia llevar a su despacho, cuando escucho a alguien gritándole desde lejos, sin ver quien era.
-Escúchame, chupapollas me has destrozado la parte de alante del coche, me la vas a pagar y me da igual quien coño seas, me escuchas pavo?
Conway seguia con la cabeza metida dentro del maletero, sin ver quién le chillaba, mas era imposible para el no reconocer aquella forma de hablar y ese acento gallego que tanto echaba de menos. Sacó la cabeza lentamente del coche, con miedo a que hubiera sido una alucinación por el cansancio o algo asi, pero cuando lo vio alli parado, supo que era real.
Los papeles que Conway llevaba en la mano, cayeron al suelo esparciendose por el, pero igualmente Conway no les prestó atención, estaba atonito de ver a la persona que tenia delante.
-Conway?-. Pregunto Freddy sorprendido, sus ojos estaban abiertos de par en par y examinaba todos los detalles de la persona frente a el.
Conway nunca creyó que estaría tan contento de ver a aquel hombre, llevaba sin saber nada de el desde antes del enfrentamiento con Pogo, el gallego decidió irse a Brasil junto con su mujer y su hijo, cosa que Conway al principio no llevo bien, pero obviamente al gallego le hizo creer lo contrario.
-No puede ser que seas tu de verdad-. Dijo incrédulo Conway, acercandose unos pasos al más alto, pero dejando cierta distancia entre ellos.
-Pues ya ves que si soy yo pavo, ven aquí-. Y con las mismas, Freddy agarro a Conway en un fuerte abrazo, al que Conway a pesar de odiar el contacto fisico, no se resistió.
El resto, es cuanto menos importante. Ambos se dirigieron a comisaria, mientras Freddy pasaba su brazo por los hombros de Conway y le hablaba de las pituquiñas que habia en brasil y de los chismes que se cocían en su pueblo de allí.
Llegaron al despacho de Conway, donde ambos se pusieron al día.
-Y que es exactamente lo que haces aquí, Freddy? -. Le preguntó Conway con curiosidad, si estaba feliz con su mujer y su hijo en Brasil, que hacia volviendo a los Santos, el lugar donde tantas cosas malas le habian pasado.
Conway se encontraba sentado en su silla, moviendo nerviosamente la pierna, no sabia si que el gallego estuviera aqui, seria bueno o malo para él.
Freddy, que se encontraba sentado al otro lado de la mesa, podia notar este nerviosismo en el más mayor, y esbozó media sonrisa.-A ver, es que las cosas entre Andreiña y yo, no estan muy bien que digamos, y mientras tramitamos el divorcio y vemos como nos organizamos con Nick etc, pues me e venido aqui para no tener que pelearnos más con el niño delante-. Estas palabras, salieron como si fueran completamente verdad, cuando más bien la mitad de esas palabras eran ciertas, si bien Freddy y Andrea se pasaban el dia discutiendo y Freddy no aguantaba mas, debía hacerlo por Nick, además en estos años le habia cogido demasiado cariño a la rubia y no quería hacerle daño.
Conway sintió un alivio despues de que Freddy dijera eso, menos mal que no era lo que el pensaba, por un momento temió que algo les hubiera pasado a su mujer y a su hijo.
-Entiendo, y que buscabas en comisaría? Si querias un sitio donde dormir, podrias haberme buscado en casa directamente, sigo viviendo en el mismo sitio-. Dijo Conway tranquilamente, Freddy sabia donde él vivía y era una de las pocas personas a las que nunca les negaria la entrada a su casa.
Freddy cambió la expresión de su cara, dejo de sonreir. Lo que estaba por decirle a Conway, y como el se lo tomara, serian dos elementos clave en esta misión.
-Pues, la CIA se entero de lo de Andreiña Conway, y me dijeron que ya que venia a los Santos, podria ayudarte con la comisaria, ya sabes que para ellos somos como perros que pueden manejar-. Dijo seriamente Freddy, mirando fijo a los ojos de Conway.
Este, no pudo sostenerle la mirada a Freddy, el era el superintendente de los santos, el más temido y al que nadie siquiera se atrevia a alzar la mirada, mas la unica persona capaz de hacer que el superintendente bajara la cabeza, era Freddy trucazo, siempre lo lograba.
Aun recuerda aquella vez, que eran altas horas de la madrugada y ambos se encontraban volviendo de una misión, una de las ultimas antes de que Freddy se marchara.
Freddy le confesó que se iria a Brasil la proxima semana, y Conway le dio la enhorabuena, aunque algo de esto no le cuadraba. "Conway, por si no nos vemos después, quiero que sepas algo". Habia dicho Freddy mientras miraba fijamente a los ojos de Conway, quien se sorprendió un poco por la repentina revelación, curioso, pero cuando los ojos de Freddy comenzaron a intercalar entre su vista y sus labios, no pudo evitar apartar la mirada.
"Anda, seguro que no es tan importante", le soltó ignorando completamente lo que había pasado apenas unos segundos, y río cambiando de tema.
"Tienes razón neno, no era tan importante". Y así, ambos continuaron con su camino esa anoche, sin decirse todo lo que realmente hubieran querido, pero Conway no podía aceptar lo que podía llegar a significar la mirada del pelinegro, y tampoco quería atar a este a los Santos.
-Conway? Estas bien neno?
Conway despertó del pequeño trance del que estaba y vio a Freddy, levantado haciendole aspavientos con las manos.
-Si, solo estaba recordando algo-. Se tocó la frente apoyandose en la mesa, pero recordo de lo que hablaban y se volvio a incorporar.
-Que hijos de puta los de la puta CIA, pero bueno, ya sabes que aquí siempre tienes sitio, vas a estar de comisario entonces?-.Preguntó Conway aun medio confuso por el flashback que habia tenido anteriormente.
-Si neno, podria empezar mañana y hoy nos ponemos al día un poco, no?-. Inquirio Freddy, esperando una afirmativa por parte del mayor.
-Esque tengo muchisimos informes de mierda....Pero bueno esta bien, vamos un rato-. Dijo Conway levantandose de su silla, para salir del despacho.
-De puta madre neno, no esperaba que me fallaras-. Dijo mientras de nuevo, echaba su brazo sobre los hombros de Conway.
Ambos, se montaron en el coche, donde la radio se activó al arrancarse este; Como no, sonó una de estas canciones que escuchaba siempre Conway, concretamente Love yourself.
A Freddy nunca le disgustó el estilo de musica que escuchaba Conway, de echo compartían gustos por algunas canciones, pero tampoco iba a negar que a el le gustaban también las canciones mas movidas, como él regaeton, algo que Conway odiaba.
Freddy con total confianza, acerco su dedo a uno de los botones de la radio, y rápidamente hizo que la musica que estaba sonando cambiara por "Donde están las gatas".
-Que coño has puesto, gilipollas?-.Frunció el ceño Conway, mientras intentaba mantener la vista en la carretera.
-Musica marchosa neno, lo que a ti te falta-. Sonrió Freddy, mientras se ponia a cantar la canción en voz alta y bailaba haciendo movimientos raros con las manos.
Conway río. -Que coño haces?-. Y así, ambos fueron todo el camino, hasta el uwu café.
Al llegar, ambos se quedaron asqueados de ver aquel lugar, era rosa, bonito, y encima los trabajadores parecian muy alegres.
"Que asco". Dijeron al Unísono.
Se dirigieron hacia una de las mesas que habia al lado de la ventana, ya que a Conway obviamente le gustaba mucho fumar, y sabian que seria un problema si fumaba dentro del establecimiento, bueno mas bien, Freddy lo sabia.
Llegó la camarera, y ambos le pidieron un café. Mientras este no llegaba, Freddy supuso que era buen momento para "echar un meo", y aviso a Conway de que iría al baño.
Al llegar al baño, cerro la puerta con pestillo y sacó su telefono, una llamada perdida de un numero oculto, probablemente un agente de la CIA se podia ver en la pantalla. Apretó un par de botones y devolvió la llamada.
-Que pasa neno, quien eres?-. Dijo Freddy, pese a saber la respuesta.
-Tienes 4 días para cumplir la misión, de lo contrario tu hijo lo va a pasar muy mal, Trucazo.
Y con esto mismo, la llamada se cortó, sin dar posibilidad de responder a Freddy, y dejandolo con un enorme mal cuerpo y sin ganas de continuar en aquel lugar, solo quería ir a la sede de la CIA, matarlos a todos y recuperar a su hijo.
-Freddy piensa, no puedes hacer eso, no servirá de nada, os mataran a los dos-. Dijo así mismo autoconvenciendose, y se echó un poco de agua en la cara para olvidarse de todo y volver a su papel.
Llegó a la mesa, donde ambas bebidas estaban servidas, y ambos pasaron el resto de la tarde recordando anecdotas del pasado y riendose de los chistes malos de Freddy o de los intentos de imitarlo de Conway.
Cuando se quisieron dar cuenta ya era muy de noche, y ambos debían volver a sus casas, asi que Conway se ofreció a llevar a Freddy a su apartamento.
-Venga, vamos que te acerco a tu casa-. Le dijo Conway, levantandose de la silla y cogiendo su chaqueta, para salir.
Freddy lo observó gracioso, sabia que no se podía negar.
-Tu no preguntes ni nada eh neno-. Dijo Freddy, a lo que Conway solo respondio con un característico sonido que hacia "bah".
Conway acerco a Freddy hasta su pequeño apartamento el cual habia alquilado. Esta vez el camino fue mas tranquilo, estuvieron escuchando canciones que Conway tenia en discos ochenteros, y Freddy estuvo a nada de quedarse durmiendo por la musica y la comodidad de aquellos asientos del coche de su compañero.
-Bueno ya hemos llegado-. Mencionó Conway, esperando a que Freddy saliera del coche.
-Gracias neno, hasta mañana-. Le dijo Freddy somnoliento, y se bajó del coche.
Conway esperó con el coche hasta qué vio que Freddy entraba dentro, y se fue hasta su casa, otra vez.
Era un nuevo día, ambos se despertaron somnolientos y cansados, por lo poco que habian dormido debido a que estuvieron hasta altas horas de la madrugada en el uwu café.
Un Conway cabreado de buena mañana, llego primero a comisaria, donde ya estaban molestandole los alumnos con tonterías.
-Supeeeeh, el minguito me atropello el otro dia mientras patrullabamos, y me dejo tirado sin llevarme al hospital, lo van a sancionar o que?-. Se quejaba Leonidas molesto.
Mientras Leonidas se quejaba, aparecieron varios agentes, también buscando al superintendente.
-Supeeeer-. Le llamaba Filadelfo, mientras venía cabreado con un papel en la mano.
A su vez, llegaba Lexie, con el ceño fruncido.
-Perdone Conway, pero...
A Conway ya le dolía la cabeza de tanto chupapollas, cuando un pelinegro, llego para salvarlo.
-Hola Paco, si, ya se que me buscabas urgente para lo del seguro de la comisaría, vamos a mi despacho urgentemente, es un tema muy importante que tratar-. Dijo Conway mientras agarraba a un confundido Freddy del brazo, y lo llevaba arrastras subiendo las escaleras de la comisaría.
Cuando por fin llegaron a su despacho, Conway soltó el aire que llevaba contenido en los pulmones. -Buffff, menudos gilipollas. Dijo mientras se encendía un cigarro.
Freddy, que se había soltado, lo miraba curioso.
-Que? No me mires asi, tenia que hacer algo para que me dejaran en paz-. Renegó Conway.
Freddy río.
-No, si no cuestiono nada neno, nada de nada.
Y ambos tomaron asiento para hacer papeleos que Conway tenia atrasados, con los cuales Freddy quiso ayudarle.
Después de un rato, Freddy ya estaba aburrido de tantos papeles, y comenzó a molestar a Conway.
Subió sus dos pies sobre el escritorio, y comenzo a bufar, apartandose del papeleo, mientras hacia aspavientos con las manos.
-Se acabo neno, no puedo más, prefiero salir a la puta calle a multar coches mal aparcados pavo-. protestó.
Conway le miro por el rabillo del ojo y siguió rellenando papeleo. - Si quieres irte a patrullar ve tu, pero yo tengo que terminar estos informes-. Le respondió Conway, cansado.
Freddy le miró, pensativo.
-Se acabó neno, vamos a descansar-. Dijo Freddy, mientras recogia todos los papeles que habian sobre la mesa, pese al ceño fruncido de Conway, que parecía un niño pequeño cuando le quitaban una piruleta.
Freddy, se levantó y fue al pasillo, donde había una maquina expendedora. Sacó algo de comida y dos cafés para los dos, y volvió al despacho con las provisiones.
-Toma neno-. Freddy le dió un cafe y una especie de bollo a Conway.
Este, lo acepto a regañadientes, y ambos comenzaron a merendar.
-Bueno neno, yo ya te he contado que e estado haciendo por Brasil, pero tu no me has contado que paso después de que me fuí-. Dijo Freddy curioso.
Conway se sorprendió ante la cuestión, a pesar de que sabia que tarde o temprano llegaría. Dejo el bollo sobre la mesa y bebió un sorbo de café.
-Pues que es lo que quieres saber, gilipollas?
Freddy pestañeo varias veces rapido.
-Pues que voy a querer saber neno, como te hacias las pajas? Pues claro que te estoy preguntando que paso con la mafia y el payasito ese-. Dijo Freddy mientras subia de nuevo ambas piernas sobre el escritorio y le pegaba un bocado a su bollo.
Conway lo miró con mala cara y comenzó a hablar. - Haber,pues después de que te fuistes, Volkov, Horacio, Evans y yo, nos reunimos con Pogo y el resto de la mafia de mierda, y bueno después de varias cosas, terminamos en la iglesia-. Conway hizo un parón y se aclaro la garganta.
-En fin, que intente decirle allí a Gustabo que era mi hijo, y hablar con el, pero era Pogo y saltó la iglesia por los aires, conmigo y Horacio dentro.
Freddy cambio su expresión, fingiendo sorpresa, el ya lo sabía.
-Y que pasó con Gustabo y Horacio?-. Preguntó curioso Freddy, esto realmente no lo sabía.
Conway abrió los ojos ante la pregunta y miro fijamente a la mesa, como si fuera lo mas interesante del mundo.
-El paradero de Horacio es desconocido, me dijeron algo de que estaba vivo pero que no quería volver aquí ni por asomo, asi que no se nada más. Y en cambio Gustabo...
A Conway se le quebró levemente la voz.
-Lo ingresaron en un psiquiátrico, sin posibilidad de visitas, ni siquiera se en que psiquiátrico esta internado. - Dijo Conway con una expresión de devastación en su rostro.
Freddy no sabía como reaccionar, sabia lo que es que te quitaran a tu hijo, y el dolor que conlleva, cree que por eso reaccionó asi.
Se levantó de la silla y se acercó hacia la de Conway, donde se encontraba este, mirando aun a la mesa, en silencio.
Colocó su mano sobre la de Conway, y coloco la otra mano en su barbilla, haciendo un leve movimiento para que este lo mirara.
-Escuchame neno, se que es muy dificil para ti esto, pero no estás solo. Estoy aquí para ayudarte, encontraremos a Gustabo.
Y así, Freddy le hizo una promesa a Conway, que sabia que nunca podría cumplir, por su plan. Aunque de este último se había olvidado durante esa tarde, mientras miraba los tristes ojos de su compañero.