ᴍɪᴅɴɪɢʜᴛ | ᴳˡᵉⁿⁿ ᴿʰᵉᵉ

By Mishi370

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ᴴᵉ ʷᵃˢ ˢᵘⁿˢʰⁱⁿᵉ, ᴵ ʷᵃˢ ᵐⁱᵈⁿⁱᵍʰᵗ ʳᵃⁱⁿ Diecisiete años tenía Leah cuando el mundo se vino abajo. Aprender a so... More

ᴍɪᴅɴɪɢʜᴛ
ɢʀᴀᴘʜɪᴄ ᴀʀᴇᴀ
ᴀᴄʟᴀʀᴀᴄɪᴏɴᴇꜱ
ᴠᴏʟ 1 | ᴍᴀꜱᴛᴇʀᴍɪɴᴅ
ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 1
ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 2
ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 3
ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 4
ᴠᴏʟ 2 | ʟᴀᴠᴀɴᴅᴇʀ ʜᴀᴢᴇ
ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 5
ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 6
ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 7
ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 8
ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 9
ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 10
ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 11
ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 12
ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 13
ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 14
ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 15
Duda
ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 17
ᴠᴏʟ 3 | ᴍᴀʀᴏᴏɴ
ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 18
ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 19
ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 20
ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 21
ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 22
ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 23
ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 24
ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 25

ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 16

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By Mishi370

El invierno estaba cada vez más cerca y todos se preparaban ahora para vivir juntos dentro de la casa Greene, todo parecía empezar a estar mal, aunque todos querían creer lo contrario. Sentada cerca de la tumba de Dale, recordó las palabras de Rick en su funeral.

"Unión"

El grupo jamás podría tener eso. No podían ser unidos cuando se querían matar uno al otro. Observó la tumba y pensó en que tal vez que Dale ya no estuviera había sido lo mejor, quiso creerlo. Él era demasiado bueno para ese mundo.

No habían pasado ni veinticuatro horas y ya lo extrañaba. Lo extrañaba más que cuando supo que su padre las había abandonado, tal vez era porque sabía que él haría algo así.

Promesas rotas y corazones vacíos, era lo que transmitían sus palabras. Lo había amado más de lo que él merecía, más de lo que muchos lo hubieran hecho.

―Sabía que te iba a encontrar aquí ―la pacífica voz de Glenn llegó a ella como el abrazo que tanto necesitaba.

―No puedo creer que ya no esté ―susurró sin despegar su mirada la tumba ―. En las mañanas solía preparar su tonto café de meses y ver ese estúpido reloj como si aquello lo llevará a un mejor lugar.

―Ya está en un mejor lugar ―el césped se hundió a su costado y el aroma a menta llegó a sus fosas nasales.

―Lo sé ―lo miró ―, pero aun así siento que pude haber hecho más por él ―su mirada se nubló y algunas lágrimas escaparon de sus ojos.

―Hey, no llores, bonita ―susurró atrayéndola hacía él para abrazarla ―. Hiciste todo lo que pudiste, no fue tu culpa lo que pasó ―besó su coronilla con dolor, él también extrañaba a Dale ―. La vida ahora es difícil y, aunque, antes podías perder a alguien en un abrir y cerrar de ojos, ahora no es necesario cerrar los ojos para que suceda.

―O...odio saber que se fue de...decepcionado de mí ―sollozó.

―No fue así, Dale jamás se hubiese decepcionado de ti. Él te adoraba y aunque no compartían el mismo pensamiento, estoy seguro de que él entendía porque tus ideas eran diferentes.

Leah se alejó tan solo un poco para verlo, cara a cara.

― ¿En serio lo crees? ―sorbió su nariz.

―Claro que sí.

Aunque él tenía cosas que reprocharse sobre Dale, no había tiempo cuando la chica de su vida está sufriendo. Podría llorar a solas luego, ahora no.

Para Leah, aquellas simples palabras bastaron para que la calma volviera a ella, se refugió de nuevo en los brazos del primer chico que había robado su corazón sintiéndose en paz, porque solo la persona que amabas podía hacerte sentir así.

Y, sí, Leah ya había aceptado por completo que amaba a Glenn Rhee. Lo amaba; como amaba el invierno, a Taylor Swift y los videojuegos, pero, sobre todo, lo amaba como estaba segura nunca amaría a nadie.

―Gracias por ser tú ―susurró con su rostro cerca de sus labios.

Glenn la miró, sus ojos brillaron como nunca antes lo habían hecho, la felicidad casi que quería salir de su pecho, asintió feliz y sin decir ni una palabra más la beso. Un beso dulce, lleno de cariño y con promesas que intentaría cumplir.

―Deberíamos volver con los demás y ayudarles ―murmuró al separarse.

―Creo que sí.

Cuando volvieron con el resto ambos tomaron caminos distintos, no porque no desean ser vistos juntos ―al contrario, ya amaban no estar en las sombras―, sino que las tareas eran diferentes.

Leah corrió hacía Hershel y Rick tomando entre sus manos el bolso de Hershel.

―Yo te ayudo.

―No es necesario, Leah ―una sonrisa se formó en la boca del anciano.

―Lo sé, pero insisto.

―Creo que deberías aceptar la ayuda, es muy testaruda para aceptar un no por respuesta ―las palabras de su nuevo padre la hicieron sonreír.

Hershel negó dándose por vencido y Leah sonrió victoriosa tomando entre sus manos el bolso de Hershel. Ambos hombres siguieron su camino con ella a su lado, retomando el tema que segundos atrás habían comenzado.

―Veo porqué no llevas a Shane contigo. Debes saber que yo ya no le tengo más paciencia.

Ni tú ni nadie, pensó Leah.

―Pero está cambiando su actitud.

Tanto Hershel como ella observaron a Rick con ironía.

―Cambiando de piel como las serpientes ―soltó sin pensar la menor.

Ninguno dijo nada, aunque, tampoco estuvieron en desacuerdo.

―Andrea ―llamó Rick a la rubia que iba delante de ellos haciéndola detenerse ―. Cuando yo me vaya con Daryl, ayuda a Hershel a vigilar todo.

― ¿Yo?

―A Shane a veces las cosas se le van de las manos, sobre todo cuando... esta furioso.

O cuando no lo dejas ir a buscar nueces con tu mujer, de nuevo, pensó.

―A estas alturas todos estamos un poco furiosos ―quiso excusarlo Andrea.

―Si se quedaran aquí permanentemente, él tendrá que entender que se hace lo que Rick y yo digamos, no lo que él quiere ―intervino Hershel.

―Se hicieron muy amigos...

Si tú supieras, papá, pensó Leah mirando en dirección opuesta como si ella no supiera nada.

―Hablamos un poco ―se defendió haciendo a Leah reír divertida ―. ¿Qué es gracioso, Leah?

―Tú significado de hablar está algo corrompido, Andrea. En fin, ojalá pudiera borrarme de la memoria algunas cosas...

Rick la miró, entendiendo de inmediato todo. Poco le importaba, si Andrea mantenía a Shane controlado, bienvenido sea.

―Entonces sabes que no es un mal tipo ―cambio de tema―, solo es su peor enemigo.

― ¿Quieres que cuide a Shane?

―Quiero asegurarme de que cada vez que yo no esté la granja no será un infierno.

―Entonces no deberías irte.

Leah se mordió la lengua para no soltar su veneno. Odiaba a esa tipa, era más que claro que cual cariño que le pudo haber llegado a tener murio desde la carretera. La única persona que tenían en común había muerto y con él se había ido el poco respeto que alguna vez le había tenido.

Sin decir ni una sola palabra retomo su camino hasta la casa, pasando al lado de Andrea chocando su hombro con el suyo.

Sus botas hicieron eco bajo la vieja madera del granero en donde sabía estaba Randall, quería verlo, decirle que debía agradecerle a Dale por el resto de su vida. Su muerte lo había salvado.

Sin ningún tipo de compasión se agacho delante de él y de un tirón quitó la cinta adhesiva de su boca para luego quitar la venda en sus ojos. Él la miró con temor.

―Creo que no nos hemos presentado, imbécil.

― ¿Qui...quién eres tú?

―Creo que eso no importa, solo vine a decirte que agradece que sigues con vida... Dale era su nombre, solo por él sigues aquí.

― ¿Qué?

Randall no entendía nada. No entendía quién era esa linda chica que, aunque, lo intimidaba también llamó su atención.

―Escucha...

Las palabras quedaron en el aire al escuchar pasos acercarse, miró a Randall y sin pensarlo dos veces corrió a dejarlo tal y como estaba. No quería una llamada de atención, mucho menos sermones.

―Dices que estuve aquí y yo misma te asesinare, ¿entendido? ―susurró recibiendo un asentimiento como respuesta.

Corrió a esconderse detrás de una vieja pared de madera, por una de las rendijas observó a Shane entrar, frunció el ceño manteniéndose en silencio. El hombre se sentó sobre un viejo banco, por algunos instantes se mantuvo en silencio sin decir ni una palabra y, luego, simplemente enloqueció golpeando su cabeza.

Se sobresaltó cuando lo vio ponerse de pie con su arma en mano, Shane quitó el seguro de su arma y apuntó a Randall, ella pensó en intervenir, sin embargo, se contuvo.

―Sabes que sé que estás ahí, ¿no?

Escucharlo y verlo girar en su dirección le contuvo el aliento.

― ¿En serio crees que no te vi, Leah?

Su instinto le decía que gritara más su odio hacía él la hizo enfrentarlo.

No dijo nada, solo se mostró ante él sin miedo. No le demostraría nada que no fuera el odio que le tenía.

― ¿Vas a dispararme? ―soltó sin que el miedo fuera visible en su voz.

Shane sonrió bajando el arma.

― ¿Qué haces aquí?

―Lo mismo me pregunto yo. No deberías estar aquí.

―Tú tampoco. Es peligroso que una chica linda este sola aquí, ¿no lo crees?

Leah entrecerró los ojos.

― ¿Lo dices por él o por ti?

― ¿Por mí? ―una escalofriante risa brotó de sus labios como el claro indicio de que había enloquecido―. Yo no voy a hacerte nada que no quieras.

―Lo único que quiero es que salgas de aquí, Shane. Ahora.

― ¿Por qué? ¿Por qué no soy Glenn? ―se acercó a ella tomándola por sorpresa ―. ¿Qué te hace creer que no soy mejor que Glenn?

―Todo ―masculló Leah con la ira quemándole las venas ―. No eres más que un imbécil aferrado a alguien que no te quiere y un asesino; mataste a Otis y matarás a todo el que se interponga en el camino. Estás enfermo.

Quiso alejarse, quiso irse, pero el sorpresivo golpe de Shane la tiró de espaldas al suelo. Escupió la sangre de su boca y sonrió haciendo al hombre enojarse más.

―Ahora vas a matarme, ¿no?

―No, te haré mi perra. Es lo que te gusta, ¿cierto?

Quiso acercarse, sin miedo Leah le lanzó una patada desde el suelo que lo hizo retroceder pocos pasos. Intentó ponerse de pie, pero él fue más rápido sujetándola del brazo.

―Te gusta coger, no habrá diferencia.

Chilló de dolor al sentir su espalda impactar en la vieja pared de madera detrás suyo. Quiso rasguñarle el rostro, pero él parecía estar más al tanto gracias a lo sucedido con Lori.

―Vete al carajo ―murmuró al sentir el aire empezar a escasear en sus pulmones, lo miró a los ojos y con todo el odio que podía sentir un ser humano por otro, lo escupió.

Shane gruño con la ira apoderándose de él, no lo pensó dos veces antes de lanzar el pequeño cuerpo de la chica contra la pared a su costado viendo con satisfacción cómo perdía el conocimiento.

Estaba harto de todos, estaba harto de esa perra que solo lo retaba. Eliminaría los cabos sueltos, pero antes disfrutaría del proceso. Ya todo se había ido a la mierda y él no era el mismo, jamás lo sería de nuevo.

Se acercó al pequeño cuerpo en el suelo, sin delicadeza alejó los mechones del rostro de Leah, la miró por unos breves instantes. De su frente bajaba un pequeño hilo de sangre y su hombro parecía haberse dislocado.

Soltó una carcajada.

Acaricio su rostro para luego deslizar su mano hasta el cierre de su chaqueta, la abrió sin dudar. Cada embestida sería peor que la anterior, sería por cada mal trato o bien por cada mirada de odio que recibió.

Estaba por desabrochar su camisa cuando el gruñido de Randall lo hizo volver a la realidad, miro a ambos, indeciso de lo que haría. Se tomó un tiempo para pensar, alejándose de Leah.

Su mirada iba y venía de cada uno.

Se acercó al adolescente, con brusquedad lo giró para ver sus muñecas llenas de sangre; intentaba escapar. Resopló molesto, miró una última vez más a Leah aun inconsciente en el piso.

Será después, pensó con enojo.

Mataría a Rick, a Glenn y a cualquiera que se interpusiera en su venganza. Obtendría lo que es suyo le gustase a quien le gustase.

Era una promesa.

Holaa, lamento tardar tanto en actualizar. Intentaré hacerlo más seguido, pero ya saben que la universidad me consume, pero ya casi salgo a semana de descanso ♡


Por otro lado, Natalia_Directioner8 este capítulo va dedicado a ti, HBD baby, tqm ෆ

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