Lo que el tiempo se llevó ──...

By Mercywashere

193K 13.9K 20.6K

ㅤ ㅤ ➥ 𝖫𝗈 𝗊𝗎𝖾 𝖾𝗅 𝘁𝗶𝗲𝗺𝗽𝗼 𝗌𝖾 𝗅𝗅𝖾𝗏𝗈́ 〔 🐾 〕 ── ; Cu... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6.
Capítulo 7.
Capítulo 8.
Capítulo 9.
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17

Capítulo 13

12.4K 889 1.8K
By Mercywashere

‏️‏️ ‏️‏️ ‏️‏️ ‏️‏️ ‏️‏️ ‏️‏️ ‏️‏️ ‏️‏️ ‏️‏️‏️

Skye salió de aquel plantel y dejó salir un suspiro exhausto, estresada por el reciente suceso. Honestamente no esperaba que Chase se negara de esa forma, pero tampoco iba a detenerse por él. Aún tenía a Tracker y Rubble de todas formas.

«Cierto, Rubble. Debo ir a verlo» pensó, recordando lo que habían hablado el día anterior.

Aún era temprano por lo que estaba segura de que llegaría a tiempo. Le envió un mensaje rápido a dos de sus amigos y comenzó a caminar hacia el instituto del menor.
Daba pasos rápidos mirando la acera, mientras pensaba en el encuentro que tuvo con el pastor alemán. Había sido.. raro.

Ella juraba no guardarle rencor después de tanto e incluso se emocionó con la idea de contactarlo, pero algo al momento de estar frente a él le hizo sentirse como una presa en peligro. Con una urgencia de salir corriendo de ahí que hace años no experimentaba.

Chase era un buen chico, o eso quería creer, pero era inevitable recordar los años que fueron pareja al mencionarlo. Porque le había acostado admitirlo, pero fueron años de abuso.

"Skye, no hagas esto, no hagas lo otro", todo en base a lo que él quería. Aunque intentase buscar una ocasión donde el alemán no haya intentado controlarla - la realidad era que no podía. Eran niños, claro, ¿Qué culpa podría tener un niño de catorce años, al que nunca se le negó nada?

Cerró los ojos con fuerza mientras intentaba sacar aquello de su cabeza. Se sentía asquerosa por haber permitido aquello, y por dejarse controlar tantas veces; su miedo a ser criticada la había llevado a permanecer al lado del alemán por al menos tres años. Tres años donde se forzó a fingir amarlo, cambiando cosas tan simples de ella misma como su forma de actuar, pues todos decían que se vería mejor si fuera más femenina. Forzándose a demostrar un cariño que ella no sentía y acceder a todos los deseos del alemán, así como a fingir que no le molestaba ser tratada como su accesorio. ¿Lo peor? Todo lo había tenido que callar.

Una repulsión repentina la hizo tener que parar unos segundos para tomar aire.

No únicamente por lo horrible que la pasó durante esos años, si no también por el vago recuerdo de una husky; una que había sido la responsable de sacarla de esa situación. El problema era que jamás pudo agradecerle, y la culpa la perseguía hasta ese día.

Simplemente pensar en aquella chica de cabello lila hacía su corazón estremecer, pues ella se había sentido como la luz del sol después de una tormenta. Ella le había dado el valor y consuelo que necesitó tanto tiempo, inclusive la impulsó a amarse a ella misma; pero hace años que no sabía nada de ella.
Aunque tenía su número, jamás tuvo el valor de llamarla.

De forma inconsciente siguió caminando, sintiendo sus ojos llenarse de lágrimas ante el simple recuerdo de Everest y todo lo que pasaron juntas. Sin embargo, pronto una voz ajena la sacó de su mente.

—¡Skye! —Había llegado a la institución, y ahora Rubble se acercaba a ella con una sonrisa.

Estaba por saludarlo cuando sintió los brazos del bulldog alrededor de ella en un cálido abrazo, uno realmente lleno de cariño. Correspondió a éste sin dudarlo mientras las lágrimas comenzaban a caer. Había extrañado demasiado los abrazos de su hermano menor.

—¿Estás bien? ¿Sucede algo? —preguntó con preocupación el bulldog una vez que se separó, sacando un par de pañuelos de su mochila para dárselos después.

—No, no, sólo– te extrañaba mucho —Omitió la parte de la susodicha husky, pero no era mentira. Sintió como si la luz volviese a su vida al ver a aquel chico frente a ella—. Ya estás muy grande, Rub.

Sonrió con nostalgia mientras dirigía su mano hacia su cabello, para luego postrarla en su mejilla. Juraría que apenas ayer tenía que cargarlo para que saliera en las fotos familiares.

—Tú no has cambiado nada —Soló una risita—. También te extrañé, Skye. Sólo a ti, la verdad —confesó. Tras decir eso llevó su mano a su nuca, apenado—. Perdón por lo de la otra vez, yo.. Me asusté al ver a Rocky. Y si decía algo que a Rory no le gustara, probablemente me dejaría sin waffles una semana —terminó por decir. Skye rió ante aquello, terminando de secar sus lágrimas restantes.

—Veo que aún amas los waffles —Dijo ella y Rubble asintió, sonriente—. ¿Te parece si vamos a comer algunos? Sé de un lugar donde tienen, y seguro te gustaría ver quién está ahí.

Ella sonrió y Rubble accedió completamente a la idea. Siendo que aún era temprano, ambos caminaron hacia la cafetería donde trabajaba Skye, poniéndose al corriente de distintas cosas y hablando sobre los viejos tiempos.
Tras escuchar toda la historia de Rubble con el Cat Pack, la cockapoo le contó todo lo ocurrido desde el día que se fue hasta el último día de los "Paw Patrol". Aunque, claro, omitiendo algunos detalles en ésto último.

—Bueno, sólo quedábamos Chase, Marshall y yo al final —Siguió contándole—. Pero tras unos días Chase comenzó a ponerse... agresivo —Hizo una mueca incómoda, y Rubble nisiquiera se sorprendió; ya había visto demasiado ese lado agresivo—. Esa noche golpeó a Marshall, y lo eché a como pude por eso. Pero Marshall no me quería ahí, así que, me fuí.

—Woah —Comentó Rubble con su boca abierta en forma de "o"—. ¿De verdad golpeó a Marshall? Eso es bárbaro.

Skye rió como si no hubiese contado uno de los sucesos más traumáticos de su vida hace apenas unos segundos—. Lo fue, Rub. Pasaron un par de cosas más ese día, pero nada muy importante.

Sonrió, ocultando el hecho de que ese "nada importante" era una completa mentira.

—¡Ah! ¿Es aquí? ¡Nunca había venido! —Miró con asombro la fachada de la cafetería frente a ellos—. Ya puedo pagar yo sólo mi comida.

Skye sonrió con ternura.
—Lo sé, Rub. Pero déjame invitarte —Respondió y revolvió su cabello—. Es una cafetería bastante bien conocida en la zona, ¿No llevas mucho tiempo aquí?

—Nuh uh —Negó con la cabeza varias veces—. Hace poco tuve que transferirme aquí junto a Wild y los demás, debían mudarse por trabajo y no querían dejarme. Además —levantó los hombros—, casi no me dejan salir.

Skye frunció el ceño inmediatamente, molesta una vez más ante la idea de que aquellos gatos intentasen controlar su vida. Pero poco antes de que dijera algo más la puerta fue abierta ante ellos por una –muy notoriamente– alegre perro salchicha.

—¡Skye¡ Y– Oh por dios, ¡Rubble! —Liberty se lanzó a abrazar al chico sin previo aviso, inmediatamente iluminando el ambiente—. ¡No puede ser, qué grande estás! ¿¡Ya eres más alto que Skye?!

—¡Hey! ¿Y eso por qué importa? —Exclamó una enfadada Skye, haciendo reír al otro par.

—Vengan, vengan. Skye me dijo que traería visitas, pero pensé que hablaba de Rocky —Mencionó mientras los guiaba a una mesa; pronto notó que Rubble se había tensado ante la mención de éste, por lo que rápidamente intentó cambiar el tema—. ¡Uy! Verdad, ¿Qué van a querer? —Miró a ambos con una carita feliz y su libreta y pluma en mano.

—¡Yo quiero waffles! .. Porfavor —Sonrió Rubble—. ¿Y tienen malteadas de chocolate con vainilla? Si es así, quiero una.

—Muy biennn —Canturreó Liberty, anotando—. Waffles y malteada mixta. Y para ti Skye, lo mismo de siempre, invita la casa en tu día de descanso. ¡Ya vuelvo!

Tras unos segundos de ver a la salchicha irse, Rubble habló.
—Sigue igual de energética que antes. Supongo que ustedes siguieron siendo amigas después de.. todo lo que pasó.

—Mhm —Asintió—. Vivimos cerca, de hecho. Hace apenas un año que nos mudamos a Brooklyn, y una vieja conocida de Liberty nos ofreció trabajo aquí. Ya sabes, tiene contactos en todas partes —Dijo y rió, a lo que Rubble imitó el gesto—. Por cierto, ¿No te molesta que haya invitado a alguien más?

Rubble alzó una ceja, mientras Skye lentamente dejaba escapar la sonrisa que había estado intentando tapar; Rubble conocía perfectamente aquello, era la expresión de Skye cada que guardaba una sorpresa.

—Ese alguien es alguien que conozco, ¿Verdad? —Preguntó entrecerrando los ojos, a lo que Skye asintió repetidas veces en respuesta de forma entusiasmada.

Fue justo que la puerta volvió a sonar; y esta vez a quien vieron entrar fue a Tracker, siendo lo menos discreto posible en su totalidad.

—Eyyy, ¿Quiúbole? —Entró, con una de sus típicas expresiones mexicanas que nadie entendía—. ¡Mira tú! ¿Desde cuándo andas tu acá, bichito?

—¡Tracker! —Exclamó el bulldog, y se levantó para abrazarlo también—. Perdóname por no haberte hablado antes —Skye rió al ver lo pequeño que se veía Tracker ahora a su lado.

—Ira nomás, ni me saludabas y ahora me abrazas —Contestó de forma juguetona—. No hay pedo, si ví como te traía la vieja arrastrada esa. Bien dicen, las más bonitas son las más mamonas.

Tras un pequeño regaño de Skye por el comentario del mexicano, el trío siguió hablando alegremente, hasta que Liberty volvió con el pedido y se unió a la conversación. Skye y Tracker hicieron lo posible para omitir el tema de Rocky; el otro par no podía saber que estaba en la cárcel. De pura suerte era que su rostro no estaba en las noticias.. por ahora.

—Hey, Rubble, ¿Para cuándo la novia? —Preguntó Tracker entre risas a media conversación.

—Ay, es que.. —Rubble desvió la mirada y todos posaron su atención en él—. No tengo novia, pero hay una gata que–

—¿Una gata? ¿¡Una felina?! —Liberty exclamó, llamando la atención de medio mundo—. ¡Los gatos te lavaron el cerebro!

Rubble no pudo evitar estallar en carcajadas.
—¡No son tan malos! —Miró a Skye, quien observaba con una expresión incrédula—, lo juro, es sólo que no se dan el tiempo de conocerlos.

—Ay, noo, bichito. Eso dije yo de Rex, ¡Y mírame!

Una vez más los chicos rieron ante la forma de expresarse de Tracker, y sobretodo el humor con el que tomaba su ruptura. Tras un poco de charla y bromas más comenzó a caer el atardecer; Rubble tuvo que apurarse y llegar al instituto antes de que sus cuidadores se diesen cuenta de que había escapado de clases. No sin antes claro, intercambiar números para no tener que usar el condenado pup tag otra vez.

Llegó corriendo justo cinco minutos antes de que el timbre sonara. Uno de sus amigos ya lo esperaba en el pasillo con su mochila, así cuando el timbre sonó, sólo tuvo que disimular y actuar como si hubiese tenido un día de clases normal.
Buscó el auto de los felinos con la mirada; era blanco y de lujo por lo que nisiquiera tardó. Pero cuando se dirigía a éste no vió a ninguno salir.

—¿Leo? —Preguntó Rubble tras asomarse por la ventana del asiento copiloto al ver que sólo estaba el gato anaranjado allí—. ¿Dónde están los demás?

Leo levantó los hombros.
—Dijeron que estarían ocupados pero no me dijeron con qué. No eres el único aquí con problemas de ser el menor —el felino le abrió la puerta desde dentro, y el bulldog entró.

Rubble no dijo nada más, pero tenía un muy mal presentimiento. Si nisiquiera Leo sabía donde estaban es porque tramaban algo realmente malo.

   
‏️‏️ ‏️‏️ ‏️‏️ ‏️‏️ ‏️‏️ ‏️‏️ ‏️‏️ ‏️‏️ ‏️‏️‏️
    

     
‏️‏️ ‏️‏️ ‏️‏️ ‏️‏️ ‏️‏️ ‏️‏️ ‏️‏️ ‏️‏️ ‏️‏️‏️
    

Skye emprendió nuevamente su camino a casa por su cuenta, justo un par de horas después de que Rubble partiera. Tracker entonces había decidido quedarse con Liberty un rato más. Le sorprendió lo bien que se llevaban a pesar de no haber interactuado demasiado de pequeños.

El cielo comenzaba a oscurecer, el día estaba nublado y eso le daba un toque bastante monótono que le disgustaba a la chica. Miró el cielo un par de segundos, pensativa.

No le había contado a Rubble ni Tracker, pero estaba muy emocionada por encontrar a Zuma. No más que Rocky, claro, pero el labrador y ella habían sido como hermanos durante mucho tiempo; ciertamente, Skye fue la única que estuvo ahí para él cuando Rocky se fue.

Ahí fue cuando recordó. Rocky había abandonado a Zuma. ¿Sería realmente buena idea mencionarle que Rocky era quien lo buscaba?

Una vez más, sacó el papel que Chase le había entregado para verlo con detalle. La competencia de surf era en cuatro días, por lo que debían actuar rápido si querían dar con el paradero del chico.
Serían solamente Tracker y ella. Y claro, Rubble también, si es que la manada de gatos no se lo impedía.

Skye siguió su camino y una vez que llegó a casa investigó un poco más al respecto; encontró algunas de las redes sociales del moreno, sonriendo con nostalgia al verlo en sus últimas fotos. Parecía feliz, y eso la conmovía.

Pronto un sueño repentino llegó a ella, probablemente por haberse levantado tan temprano. Tras un largo bostezo se recostó en su cama para dormir, dejando el computador como estaba, mostrando una foto de Zuma.
  
‏️‏️ ‏️‏️ ‏️‏️ ‏️‏️ ‏️‏️ ‏️‏️ ‏️‏️ ‏️‏️ ‏️‏️‏️

 
‏️‏️ ‏️‏️ ‏️‏️ ‏️‏️ ‏️‏️ ‏️‏️ ‏️‏️ ‏️‏️ ‏️‏️‏️
( . . . )

‏️‏️ ‏️‏️ ‏️‏️ ‏️‏️ ‏️‏️ ‏️‏️ ‏️‏️ ‏️‏️ ‏️‏️‏️

Marshall.. Chase, ¡Basta! —Gritó desesperada la cockapoo, observando como los chicos frente a ella comenzaban a forcejear—. ¡Sueltalo! ¡Él no hizo nada!

—¡Eres un imbécil! —Escuchó al albino gritar con una voz desgarrada.

Ella intentó intervenir, recibiendo un empujón por parte de Chase. Marshall parecía estar al borde de las lágrimas. Entonces cuando pensaba acercarse por segunda vez, observó como el alemán atinaba un golpe directo al rostro blanquecino del dálmata, tirándolo al suelo al instante.

Su corazón se aceleraba por el miedo, mientras veía a Marshall tirado. La sangre comenzaba a caer.
Y ahí fue cuando despertó.

Tocó su frente, notando humedad por el sudor gracias a la reciente pesadilla que había tenido. Apretó los ojos y se cubrió el rostro con la almohada, estresada; era simplemente otro sueño de ese horrible recuerdo que tanto la perseguía. Tal vez, era por la culpabilidad de que pudo haber hecho mucho más por aquel dálmata.

Se levantó y miró el reloj: eran las siete aún. El día de ayer tras tomar una siesta había hablado con Tracker para ponerse de acuerdo en su viaje, y así habían acordado partir esa misma noche. Ahora Skye simplemente debía ir a buscar a Rubble a su instituto una vez más para contarle su plan. Fue así que asistió a su trabajo con normalidad –más que todo para pedirle vacaciones a su jefa–, le contó de sus planes a Liberty, y salió temprano gracias a que la morena aceptó cubrir a la chica junto con otra compañera.

Skye no era la más responsable en su trabajo, precisamente. Pero era por razones justas.

—¡Hey! —Saludó al bulldog, quien una vez más escapaba de clases—. Creo que ya viste lo que te envié sobre Zuma.

Rubble asintió—. ¡Sip! Iré contigo.

Skye quedó perpleja.
—¿Qué? Pero– ¿Cómo sabes que–? Oh wow, pensé que sería más difícil convencerte.

—¡Estamos hablando sobre Zuma! —el bulldog rió, achinando sus ojitos—. Además... Hablando con Leo me di cuenta de que ya no soy un niño en realidad. Si quiero salir de casa, puedo hacerlo. Ni siquiera tienen tutoría legal sobre mi.

La cockapoo se asombró por algunos segundos ante la forma de hablar del menor; aunque si, le dolía haberse perdido su crecimiento, estaba orgullosa de lo que era ahora. Seguía siendo un chico estudioso y sobretodo, muy justo.

—Entonces, ¿nos fugamos? —Alzó una ceja de forma divertida, y el chico asintió una vez más—. Perfecto. Será hoy en la noche, ¿Crees que puedas sin que.. ya sabes, se den cuenta?

—Tienen el sueño pesado, no creo que se den cuenta —soltó una risita.

—Muy bien —Palmeó la cabeza del menor—, pero ten cuidado. No importa si debo meterme en problemas legales para sacarte de ahí, lo haré.

Miró a Rubble con determinación, quien una vez más, se sentía en casa junto a ella. Pronto él volvió a sus clases y la chica a su casa para esperar al anochecer, precisamente a las 7:00 PM, cuando apenas comenzaba a oscurecer el cielo.

Skye llegó a la locación acordada; había recibido el mensaje de confirmación de Tracker por lo que sabía que él estaría en camino pero, no parecía haber ni una señal de Rubble. Pensó en llamarlo pero se contuvo, pensando en que tal vez podría traerle problemas si alguien más veía su teléfono.

—¡Pulga! —Escuchó a Tracker e inmediatamente una sonrisa se formó en su rostro—. Ya estamos, traje una troca nueva. Sabrá dios de quien era, pero el que la encuentra se la queda —levantó los hombros con esa sonrisa fanfarrona característica de él.

—Que sepas que no estoy de acuerdo con esto —Le riñó, pero Tracker solo dejó escapar una risita—. En cuanto llegue Rubble, nos vamos.

Y enhorabuena, el bulldog apenas se aproximaba a lo lejos, trotando lo más rápido que podía con la respiración agitada. Tracker rápidamente tomó la mochila del chico y la tiró en la parte trasera de su "nueva" camioneta, junto a la suya y de Skye.

—Perdón, me tardé un poquitín. Resulta que si estaban despiertos y tuve que salirme por la ventana —Explicó, jadeando.

—¿Eso explica porqué tienes hojas de arbusto en el cabello? —Dijo Skye y rió mientras apartaba estas mismas—. Lo que importa es que viniste. Sube, ya hay que irnos.

Rubble obedeció y subió al asiento trasero, y el chihuahua se encargó de asegurar su puerta. Estaba por subir él al asiento piloto cuando una cuarta presencia salió de entre las sombras.

—Hola, chicos~ —Canturreó una voz a sus espaldas, a la que reconoció de inmediato. Era Wild—. ¿A dónde con tanta prisa?

Una chispa de coraje recorrió las venas de Skye al escucharlo. Se giró para encontrarse con nada más y nada menos que tres de los miembros del cat pack; Rory, Shade, y Wild claro. Solamente bastó con mirar de reojo a Rubble para darse cuenta de que estaba completamente aterrado, y apenado por el hecho de que seguramente lo habían seguido a él.

—¿Y este qué? —Contestó Tracker—. ¿Vienes por un autógrafo o algo? —Bufó en forma de risa.

El contrario frunció el ceño en una expresión de asco.
—Tanto ladras y no muerdes —Repuso enfadado. Caminó unos pasos y tomó a Skye bruscamente por las mejillas—. Mira, perrita, Rory te dió una advertencia.

—¿Y se supone que debía darme miedo? —La cockapoo interrumpió.

Skye no parecia intimidada, como ellos esperarían, puesto que era mucho más pequeña. Pero fue entonces que el felino levantó su mano derecha haciendo una seña, y en cuestión de segundos sintió sus brazos siendo retenidos con fuerza a sus espaldas por Shade. Ahora era Rory quien se encontraba frente a ella con una mirada asquerosamente soberbia.

—¿Qué cara–? ¡Suéltame! —Skye forcejeó, pero Shade mantuvo su agarre—. ¡Tracker, llévate a Rubble!

—¡No te voy a..! —No terminó su frase, pues la mirada de la chica le decía que hablaba jodidamente enserio. Pero antes de poder entrar al auto Wild lo alejó de éste y lo tiró al suelo con un movimiento veloz.

—Skye, querida, lamento que esto acabe así —Habló Rory en un tono falsamente triste—. Pero te dije que te alejaras.

Y tras decir aquello, le propinó un golpe en el rostro.

Shade soltó su agarre a propósito para ver a Skye caer por la fuerza del impacto; Rubble y Tracker gritaron casi al unísono por la chica. Todo su rostro dolía y las cosas le comenzaban a dar vueltas, las voces se escuchaban lejanas, y hasta podría jurar que por un momento se sintió como si fuese a desmayarse.
Fue sólo cuando abrió los ojos y vió pequeñas gotas de sangre en el suelo que volvió a la realidad.

—¿Qué esperas? ¡Levántate, mujer! —Escuchó a Rory detrás.

Llevó su mano a su nariz, sintiendo ésta misma temblar al ver la sangre en su palma. Su pulso comenzó a acelerarse y una vez más, se sintió diminuta. Tanto como si fuese una niña pequeña indefensa nuevamente. Pero eso no la asustaba, pues ya había pasado su vida entera siendo intimidada por eso; aquello sólo la llenaba de rabia.

Skye se levantó tortuosamente, observando de reojo las siluetas de las dos felinas expectantes.

—Miren, Rory, Shade —Comenzó a hablar, limpiándose la sangre mientras trataba de recuperarse del mareo—. No me gusta ser violenta —pausó—. Así que lo siento por esto.

Apenas terminó de hablar se lanzó hacia la felina blanca. Fingió que atacaría hacia arriba meramente para distraerla y después patear sus piernas, haciéndola caer. Shade lanzó el próximo puñetazo pero Skye lo detuvo a tiempo, propinándole así un golpe con la rodilla en el estómago; y para cuando Rory se levantó, Skye ya la esperaba.

Comenzaron en un vaivén donde ambas bloqueaban constantemente los golpes de la otra. Posiblemente,consecuencias de haber tenido entrenamientos parecidos durante sus infancias. Ésto perduró al menos hasta que en una pequeña distracción, un golpe fue a parar directamente en el rostro de Rory, más fuerte que el primero que había dado esta misma.

Shade se aproximaba por detrás pero fue esquivada por la cockapoo quien estiró de su brazo en una maniobra veloz, colocándolo detrás de su espalda de forma que, si lo torcía un poco más, se rompería.

—¡Alto ahí! —Gritó entonces Wild, quien ahora sostenía a Tracker por el cuello con su brazo, apretando lo suficiente para que poco a poco perdiese la respiración—. Le haces algo a Shade y despídete de tu amiguito.

—¡Ya basta! —Gritó Rubble desde dentro del auto, al borde de las lágrimas— ¡Déjenlos en paz!

—¿Y dejar que hagan lo mismo otra vez? —Inconscientemente, el líder apretó más su agarre—. ¡¿De verdad estás de su lado?!

—¡No vas a lograr nada presionándolo a elegir! —Le gritó Skye. Acto seguido su voz de apaciguó, intentando persuadir al felino—. Wild, deja ir a Tracker, y dejaré ir a Shade. Podemos dejar esto aquí, podemos–

—No —Contestó—. Ustedes —levantó su brazo, apuntando a la chica. Fue apenas ahí que Skye se percató de que tenía un arma—, por culpa de ustedes todo fue más difícil para nosotros. ¡Por culpa de ustedes, Rubble huyó cuando apenas era un niño!

La cockapoo apretaba su agarre lentamente, insegura. Sentía un nudo en la garganta ante la tensión.

Tracker estaba en sus últimas golpeando como podía el brazo de Wild para que este lo dejase ir y, por un impulso de miedo, Skye ejerció fuerza haciendo sonar un "crack".

Un gritó desgarrador salió de la garganta de Shade mientras caía al suelo agonizando en dolor, pero entonces Skye se percató de que la había cagado. Fue demasiado rápido cuando Wild levantó su arma, apuntándola a la cabeza de Tracker.

Todo pareció ir en cámara lenta. Skye, desesperada, gritó y trató de correr hacia él; pero el disparo sonó antes de que siquiera pudiese reaccionar.

Sin embargo, quien cayó al suelo no fue Tracker. Fue Wild.

—Vámonos ya, ¡Ya! —Todos los presentes se giraron para ver al dueño de la voz.

Era Rocky, portando un arma eléctrica que fue la responsable de noquear a Wild.

Y detrás de él estaba, increíblemente, Chase.

Continue Reading

You'll Also Like

362K 23.9K 95
Todas las personas se cansan. Junior lo sabía y aun así continuó lastimando a quien estaba seguro que era el amor de su vida.
3.9K 140 8
Después de la separación de la Paw Patrol...cada uno toma caminos distintos Nueva familia,nuevos amigos,nuevo trabajo,nueva VIDA...¿Que podría salir...
17.2K 2.1K 44
Baekhyun fue desplazado de su puesto por los caprichos de la amante de su padre, harto de la situación que se vive en la empresa decide trabajar a di...
36.1K 3K 24
-karl se despierta sin recordar a nadie ni lo que le paso ayer... -esta historia esta basada en una animación corta que me encontré en youtube y me d...