Summer observo el techo de su habitación con aburrimiento acostada sobre su cama mientras a sus pies, sentada en el piso, se encontraba Leila entretenida comiendo gomitas mirando con atención la tonta pelea de las hermanas Marsh.
― ¡¿Por qué dices que no puedo ir al acantilado con ellos?! ―exasperada Beverly caminaba de un lado a otro en la habitación.
―Ya hablan mucho de lo golfa que eres y, aunque, sabemos es mentira hay que evitar que más rumores lleguen a los oídos de papá... y eso dejando de lado la estupidez que hiciste con tu cabello.
Aunque aquello era un buen punto, no era la verdadera razón. Summer no quería tener que acompañarla, no quería pasar tiempo con los perdedores del pueblo.
―Pero tú vendrás conmigo, nadie dirá nada.
Summer dejó de mirar el techo para esta vez mirar a su hermana.
― ¡Estás loca! Tengo una reputación que mantener, Beverly ―ser llamada zorra era lo último que deseaba―. Y tengo cosas que hacer con Leila mañana.
― ¿Cuáles? ―su traidora amiga habló―. Yo también puedo ir a la cantera... ¿irá Stanley?
Molesta, Summer se sentó en la cama.
―No hablarás en serio... ¿Cómo puede gustarte el judío ese?
Leila se encogió de hombros con una tímida sonrisa en sus labios. Había cruzado algunas palabras con el chico, aunque nada significante aún. Le gustaba su cabello y sus mejillas sonrojadas al exponerse al sol.
―Su cabello es lindo.
―Es un perdedor ―miró a Bev haciéndola callar ―. Y tú ya supera a Bill, ¿no has visto como mira a Mía Roberts?
Beverly bajó la mirada con enojo, lo sabía, claro que lo sabía, sin embargo, no perdía las esperanzas de que Bill dejará de ver a Mía con amor para verla a ella. Reconocía que la niña era linda... demasiado linda, de buena familia y con muchos talentos, pero ella también podía ser así.
―Ella solo es una niña tonta ―murmuró molesta.
― ¿Mía Roberts? ―Summer rio ―. Sabes que no es así, incluso, antes de saber que a Bill le gustaba te caía bien... ella nunca se ha metido contigo al contrario te ha defendido.
―Nunca se lo he pedido...
―Beverly, ya supéralo y también supera que no iremos a la cantera.
Leila miró a las hermanas, sus expresiones en el rostro eran tan iguales, pero tan diferentes. Sabía que su amiga terminaría cediendo, siempre era así solo era cuestión de tiempo.
―Díganme ¿por qué siempre termino cediendo a sus caprichos? ―masculló entre dientes Summer bajando de su bicicleta, su amiga y hermana rieron a su lado.
―Porque nos quieres ―respondieron ambas a la vez entre risas.
―Las voy a dejar de querer pronto, esto es una estupidez.
―Solo disfruta un poco, Sum ―Bev sonrió al ver a los chicos al frente, sin embargo, su sonrisa no duró mucho al ver a Mía al lado de Bill.
―Sí tú también disfruta ―susurró Summer pasando por su lado junto a Leila.
― Hola perdedores ―los saludó sin ninguna expresión―. Hola Mía ―sonrió.
― ¡Hola, chicas! ―Mía se acercó a abrazarlas.
Aunque ambas no eran amigas de cierta forma se tenían estima al ser compañeras en clases.
―Aunque ya la deben de conocer ella es Leila ―todos asintieron ante las palabras de Summer.
Para sorpresa de todos, Stanley dio dos pasos para acercarse a saludarla de forma más formal.
―Es un gusto verte de nuevo, Leila.
―Lo mismo digo, Stanley.
―Puedes llamarme; Stan.
―Ok, ¿me darías tu mano para saltar? Odio las alturas.
―Por supuesto.
― ¿Por qué mejor no se casan y tienen diez hijos? ―bramó Summer haciendo a Richie reír ―. ¿Y tú quién eres cuatro ojos? Aparte de ser el baboso que me hizo caer el otro día.
―Hola... soy Richie, pero puedes llamarme; el amor de tu vida.
―Te llamaré; tarado, ¿te parece bien? ―camino abriéndose paso entre todos hasta llegar a la orilla ―. ¿Tú eres el niño nuevo no? ―Ben asintió―. Bienvenido a este pueblo de mierda.
―Oh, rayos ―exclamaron todos al verla lanzarse al agua.
Estática, Beverly miró como cada uno fue saltando, molesta, desvió la mirada al ver las manos de Bill y Mía entrelazadas al momento de saltar. Su hermana tenía razón.
Suspiro.
No podía irse, aún no. Tragándose todo el dolor y enojo corrió hacia el abismo y se lanzó deseando que el viento se llevará todo su sentir, pero no fue así.
―Quieres dejar de mirarlos ―susurró Summer tomando asiento a su lado en una roca.
― ¿Por qué ella? ―murmuró haciendo caso omiso a la petición de su hermana.
A la distancia Mía y Bill jugaban en el agua ajenos a el sentir de la pelirroja.
― ¿Por qué no? ―aunque odiaba el contacto físico, Summer tomó la mano de su hermana―. En el corazón no se manda Bev. Siempre has sabido que Bill adora a Mía, no sé porque creíste sería diferente.
―La puede adorar como una hermana...
―Pero no es así ―la cortó―. No. Es. Así.
― ¿Por qué lo puede tener todo y yo no?
―Tal vez estén destinados, tal vez en otra vida no lo tiene todo o tal vez algún ser supremo los bendijo con encontrarse en cada vida diferente. Suena estúpido lo admito, pero el otro día leí algo así en la biblioteca.
―Estás loca ―por primera vez desde que llegaron Bev rio.
―Y tu demasiado cuerda. Vamos con los demás, será una tortura para ambas.
Se quedaron durante varios minutos ahí sentadas hasta que observaron a todos salir del agua para tomar asiento en unas rocas detrás suyo. Ambas sabían que era hora de volver, se colocaron de pie y emprendieron su regreso con el resto.
―Cuando me mude aquí no conocía a nadie con quien salir ―Ben contó ―. Y, empecé a ir a la biblioteca.
― ¿Ibas a la biblioteca? ―Richie lo miró ―. ¿A propósito?
―Me sorprende que no solo seas ciego sino también tarado ―Summer se abrió paso para sentarse entre Richie y Ben, Leila rio al lado de Stan.
―Quiero ver ―soltó Beverly haciendo lo mismo entre Bill y Mía.
Summer rodó los ojos.
Nunca va a aprender, pensó molesta.
― ¿Qué es el Black Spot? ―preguntó Stan.
―Era un club nocturno que se quemó hace varios años ―respondió Eddie.
― ¡¿Qué?!
― ¿No ves las noticias?
Mía miró a Beverly, sonrió al notar su nuevo corte de cabello.
―Te hiciste un nuevo corte, te ves muy bonita Beverly.
No lo suficiente, pensó Bev.
―Gracias, Mía.
―Tú cabello se ve hermoso, Beverly ―se entrometió Ben.
Beverly sonrió.
―Sí... gracias.
En el fondo deseo que esas palabras fueran dichas por Bill.
―Oye ―Richie atrajo la atención de Summer y los chicos a su lado ―. Pásalo ―pidió.
Aunque lo odiaba, la curiosidad por ver que había en el folder en sus manos era mayor. Se acercó más a él para ojear las hojas en su interior.
―No lo pases tan rápido, tarado.
―Aquí solo hay homicidios y niños perdidos ―contó lanzándole el folder a Stan y Leila.
―Para ver las fotos de tu abuela puedes irte a tu casa, tarado.
Richie negó divertido.
―Derry no se parece a ningún lugar que haya visitado ―Ben atrajo la atención de todos ―. Hicieron un estudio y resulta que, personas mueren o desaparecen seis veces más que en todo el país.
― ¿Dónde viste eso, Ben? ―Bill se colocó de pie para acercarse a Mía y tomar su mano.
―Y habló de adultos con los niños es peor, peor. No se imaginan.
―Vaya mierda ―murmuró Summer mirando sus manos.
―Tengo más cosas si quieren ver ―invitó Ben.
Ojalá se hubiese negado y marchado a casa con Leila cuando ella lo hizo... Tal vez su pesadilla no se hubiera hecho realidad.
Holaa.
Espero les guste como va la historia, de momento no hay mucha interacción entre los chicos, pero les aseguro que pronto la habrá ♡
¿Qué les parece Summer?