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De wvsuho

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EPรGRAFE
โ›โ› ACTO I . . .
โ €โ €โ €โ € capรญtulo i.
โ €โ €โ €โ € capรญtulo ii.
โ €โ €โ €โ € capรญtulo iii.
โ €โ €โ €โ € capรญtulo iv.
โ €โ €โ €โ € capรญtulo v.
Corto - ESPECIAL 1K
โ €โ €โ €โ € capรญtulo vi.
โ €โ €โ €โ € capรญtulo vii.
โ €โ €โ €โ € capรญtulo viii.
โ €โ €โ €โ € capรญtulo ix.
โ €โ €โ €โ € capรญtulo x.
โ €โ €โ €โ € capรญtulo xi.
โ €โ €โ €โ € capรญtulo xii.
Corto - two hearts, one chance.
๐–ฅป Especial Halloween ๐–ฆน
โ €โ €โ €โ € capรญtulo xiii.
โ €โ €โ €โ € capรญtulo xiv.
Corto - aftermath.
โ €โ €โ €โ € capรญtulo xv.
โ €โ €โ €โ € capรญtulo xvi.
โ €โ €โ €โ € capรญtulo xvii.
สš Especial 30k ษž
โ €โ €โ €โ € capรญtulo xviii.
โ €โ €โ €โ € capรญtulo xix.
โ™ก - bajo el muรฉrdago
โ €โ €โ €โ € capรญtulo xx.
โ €โ €โ €โ € capรญtulo xxi.
โ €โ €โ €โ € capรญtulo xxii.
aรบn asรญ, duele verte ir.
โ €โ €โ €โ € capรญtulo xxiii.
โ €โ €โ €โ € capรญtulo xxv.

โ €โ €โ €โ € capรญtulo xxiv.

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De wvsuho

❛❛ ES ALGO RARA... PERO CREO QUE ME AGRADA ❜❜

CAPÍTULO XXIV. — "ROCKERO RUFIÁN"
temporada 1, capítulo 20.


La luz solar iluminaba la habitación ligeramente. Envuelto en la oscuridad, Deveraux dibujaba con ayuda de su lámpara de noche. Trazaba lineas y círculos que se conectaban entre sí, pero no formaban ninguna figura, simplemente eran meros dibujos sin ningún esfuerzo en ello.

Se había tomado unos días libres de clases, a pesar de las insistencias de su madre, queriendo pasar más tiempo con ésta antes de que sucediese lo inevitable.

Deveraux presionó con fuerza su lápiz en la oja, causando que éste se rompa en la punta.

El chico observó la hoja llena de garabatos, ahora manchada ligeramente por la mina, soltó un suspiro y volteó el lápiz de cabeza, usando la goma para borrar lo que no pertenecía ahí.

Su madre lo había mandado a su habitación después de pasar toda la mañana con ella y haberse negado a comer solo porque ella no lo estaba haciendo, causando que la pelirroja se enfadara y le aplicara la ley del hielo. Era injusto, pero ahora mismo Deveraux no discutiría con ella.

Intentaba distraerse con algo, cualquier cosa, pero su mente no se ponía en ello e inevitablemente empezaba a crear pensamientos uno trás otro que definitivamente harían que Noxxy le diera una buena paliza.

Miró hacía el techo de su habitación con cero emoción, recuerda haberlo pintado de negro porque creía que eso lo hacía más cool y misterioso y que las chicas al verlo creerían lo mismo (irónicamente, ninguna chica ha entrado a su habitación) pero ahora lo único que le hacía sentir era deprimente.

—¡Auch!— Un repentino grito de Noxxy llamó su atención, volteando a ver a su dirección en donde se encontraba flotando sobre Noir, cubriendo su ¿...mano?, con una mueca de dolor.

—¡Me mordió!— Habló una vez más éste, apuntando su mano hacía el gato quien le miraba con una expresión aburrida.

Deveraux alzó una ceja, girando su silla para que su cuerpo completo mirase a ambos de sus amigos, —No te puede morder, en ese caso estarías en su estómago—. remarcó el teñido con algo de aburrimiento, pero con una pizca de diversión en su tono.

—¡Hey! No soy tan pequeño, aparte digo la ver...— Antes de que Noxxy pudiese terminar, Noir usó una de sus patas y le intentó rasguñar, sacando un escandaloso grito por parte de Noxxy quien flotó rápidamente detrás de Deveraux, —¡Lo dije, es un demonio!— Noir se acomodó en su lugar, para resumir su siesta ahora que el molesto ser arriba de él había desaparecido.

—Mira como duerme tan plácidamente después de haber intentado cometer homicidio...— Gruñó el kwami por detrás de él, Deveraux soltó una pequeña risa, sacando por sorpresa al guepardo, quien trás unos segundos sonrió victoriosamente al haberle sacado una sonrisa a su portador decaído.

—Tal vez deberíamos de cambiarle el nombre... como el demonio de Tasmania—. Concluyó Deveraux, sonriendole a su kwami de lado a lado, Noxxy abrió los ojos de par en par en signo de alerta.

—¡Uh, nu-uh! ¡Eso lo haría más aterrador! El demonio de la oscuridad... brrr, no, no me gusta como suena—. Negó con rapidez el contrario.

Deveraux amplió su sonrisa, —¡Pero eso sería realmente genial! ¿No te imaginas lo que podría hacer? Imagina ésto... es de noche, estás durmiendo plácidamente mientras sueñas con ovejas saltando vayas y de repente... escuchas un susurro en tu oreja, pero cuando despiertas no hay nadie ahí, intentas volver a dormir pero sientes unos ojos mirándote, asustado, despiertas y enciendes tu luz de noche pero no te encuentras con nada... hasta que...— Deveraux se mantuvo en silencio, mirando por detrás de Noxxy, quien se tapaba los ojos con sus manos mientras temblaba ligeramente.

Trás unos segundos, Noxxy se quitó las manos de la cara, preguntándose porque su portador había dejado de hablar, y mirando al frente... no había rastro del pelirrojo, giró y miró a sus alrededores con pánico, notando que tampoco Noir se encontraba en su sitio.

Repentinamente, la oscura habitación se veía mucho más intimidante sin la luz solar o la lámpara de mesa alumbrando ésta, Noxxy se veía siendo envuelto por la imponente oscuridad, y lo único que podía hacer es irse a un rincón y empezar a soñar con ovejas saltando vayas.

Sintió una mano fría tocar su hombro, y se quedó paralizado.

La mano lo empezó a sacudir con fervor, mientras él empezaba a gritar escandalosamente, implorando no ser sacrificado al dios supremo.

—¿Noxxy? ¿Estás bien?— Preguntó la voz que le sacudía.

—¿¡Cómo sabes mi nombre!?— Cuestionó con pánico el guepardo, cerrando los ojos con fuerza y haciéndose bolita.

—¿Qué- Soy Deveraux, ¿qué te sucede?— Noxxy finalmente abrió los ojos, siendo bienvenido por los ojos lilas preocupados por parte de su portador, incluso Noir se había levantado por la conmoción y lo miraba con sus ojos verdes curiosamente.

Noxxy se sintió repentinamente nervioso, —¿Yo? Ja... ¡Ja! Caíste, estaba fingiendo—. Puso una sonrisa fingida en su cara mientras volaba hacía otra parte de la habitación.

—Si... claro—. Replicó Deveraux con el ceño fruncido, dandose la vuelta y volviendo a sus garabatos reluctantemente.

¿Qué fue eso? Fue lo único que pudo pensar el kwami, lejos de los ojos del pelirrojo.

—Ugh... ¡juguemos algo!— Exclamó Noxxy trás unas horas de no haber hecho nada y seguir en esa habitación vacía.

—¿Còmo por ejemplo?— Cuestionó Deveraux mientras se concentraba en su dibujo al que ahora si le estaba poniendo empeño, incluso si no dibujaba muy bien.

—...Hmmm, ¡ya sé! podemos jugar a fingir ser superhéroes y vencer súper malos villanos.

Deveraux giró ligeramente en su lugar, mirando a Noxxy de reojo, —...¿Qué estás implicando?

—¡Oh, por favor! Han pasado semanas y no hemos aparecido en la escena, ¡el público lo aclama!— Noxxy voló hacía el costado de Deveraux, echando un vistazo a lo que estaba dibujando, una sonrisa maligna se posó en su boca, —...Además, ¿no te gustaría visitar a alguien más?— cuestionó mientras alzaba sus inexistentes cejas múltiples veces.

Deveraux miró a su dibujo, en éste Adrien se encontraba haciendo una pose algo ridícula, pero que definitivamente agregaba a su encanto, sus mejillas se ruborizaron mientras hacía un patético intento de tapar el dibujo, ni siquiera él mismo sabía el porqué había dibujado al rubio, pero preferiría no saber la respuesta a esa pregunta.

—Lo que sea que estés pensando es un no—. Deveraux hizó un movimiento de guardar el dibujo, pero esté fue rápidamente detenido por Noxxy, quién lo tomó en un suave movimiento.

—¡Por favor! O no querrás que lo entregue yo mismo, ¿verdad?— El kwami amenazó, la sonrisa nunca saliendo de su rostro mientras Deveraux lo miraba con irritación.

—¿Te callaras si lo hago?

Noxxy se tomó la molestia de fingir que estaba pensando en su respuesta, logrando irritar aún más a su portador, —¡Si!— respondió finalmente con entusiasmo.

Deveraux dió un vistazo más al dibujo que se sostenía en el aire en las manos de Noxxy.

No recuerda cómo ni por qué empezó a dibujar a Adrien en ésto, prácticamente lo hizo con naturaleza. No era un gran dibujante, pero le gustaría decir que era decente en ello, al menos esperaba que Adrien pudiese apreciar el esfuerzo.

En un segundo al otro, Deveraux había vuelto a transformarse en Guépard Rouge, se quedó quieto unos cuantos segundos, caminano lentamente hacía ninguna dirección en concreto para ver que sucedía.

Por suerte, nada sucedió y Deveraux pudo respirar normal nuevamente.

Miró a sus pies, el dolor seguía presente pero al menos la rotura en su pierna y el destello rojo que provenía de ésta no atravesaba su vestimenta. Por ahora.

Tomó unos delicados pasos a su espejo, su apariencia era igual que cuando la observó en el hotel Le Gran París, lo cual le molestaba ya que en su apariencia normal su cabello se estaba tornando azabache, y en su forma de superhéroe se empezaba a tornar rojo.

Jaló un mechón de su cabello con algo de fuerza, haciendo una mueca ya que le dolió un poco.

Se observó a sí mismo en el espejo, miró fijamente sus ojos, extrañamente se empezaba a sentir como si su cuerpo no le pertenecía, lo cual seguramente era verdad después de que el maestro Fu le haya dicho que no era humano.

¿Entonces qué es lo qué era?

Soltó un suspiro tembloroso, desviando su mirada antes de que sus pensamientos empezaran a caer en un agujero del que no hay escapatoria.

Se acercó al escritorio en donde Noxxy había dejado caer el dibujo y lo tomó entre sus temblorosas manos, no sabía por qué temblaban, y eso le molestaba pero era un hombre de palabra y tenía que cumplir ese trato con Noxxy, incluso si se podía negar ahora mismo.

No tenía ninguna razón por la que seguir las indicaciones, y aún así lo estaba haciendo. Llamenlo tonto.

Abrió el ventanal de su habitación, se detuvo detrás del barandal y empezó a repensar sus desiciones. Algo podría ir mal y su cuerpo le fallaría y terminaría en el suelo, no muerto pero probablemente con algo roto.

Exhalo e inhalo unas cuantas veces, intentando llenarse de valor como el primer día que obtuvo su miraculous, excepto que durante esos tiempos si funcionaba.

Se puso de pie sobre el barandal y miró hacía el edificio más cercano. Estaba a unos cuantos metros, y honestamente a Deveraux no le agradaba quedar como en esa escena de Spider-Man.

—Bien, puedes hacerlo—. Se alentó a sí mismo mientras sacudía sus manos.

Es solo un salto, nada sucedera.

Teniendo un impulso de motivación, Deveraux decidió saltar antes de que éste desapareciera, también cometió el tonto error de cerrar los ojos durante la acción y terminó tropezando con el borde del techo contrario y como consecuencia, cayó de cara, comiéndose el suelo.

—¡Auch, auch, auch!— Repitió mientras se levantaba del suelo, haciendo una mueca de dolor mientras tocaba su cara, sintiendo su piel algo rasposa.

—¡Oooh! Eso debe haber dolido—. Exclamó una voz desconocida detrás de él.

Guépard Rouge rápidamente se dió la vuelta (sin mencionar como casí tropieza nuevamente), sus ojos encontrándose con una figura encapuchada, su traje consistía de un vestido negro con tonalidades moradas y rosas en éste, un corset del mismo color y unas botas negras y altas, lo cual le hacía más alta que Deveraux. Molesto.

La figura incluso estando encapuchada y con su máscara (que podría jurar que parecía un cráneo), se le podía ver su cabello siendo rosado y a la mitad de éste tornándose violeta. Sus ojos eran verdes, un verde peculiarmente extravagante con unas pizcas de rosado en éste (¿usaba pupilentes o era la magia del miraculous?, no preguntes como sabía que era un usuario de miraculous, era algo obvio), eran lindos, por no decir más.

—¿Te robe el aliento, lindo?— Preguntó la figura con una sonrisa ladina, Deveraux infló las mejillas y rodó los ojos, esperando que el rubor que se colocaba en sus mejillas debido al cumplido no se hiciese notar.

—¿Quién eres?— Preguntó Guépard Rouge con algo de desconfianza, tratando de ignorar como los ojos de la contraria parecían intentar averiguar de que estaba hecha su alma.

—Mmmm...— La chica fingió pensar, —Llámame Raven, soy nueva por aquí, ¿no te molestaría hacerme un tour?— Preguntó una vez más con esa sonrisa que empezaba a sacar a Deveraux de quicio.

Antes de que Guépard Rouge pudiese contestar, Raven colocó su vista en el dibujo que ahora yacía en el suelo, una gran sonrisa se colocó en su rostro y tomó el dibujo antes de que el contrario pudiese evitarlo.

—Adrien Agreste, ¿huh? Chico lindo, supongo—. Dijo ésta mientras observaba el dibujo, Guépard Rouge abrió los ojos de par en par e intento acercarse y arrebatarle el dibujo, pero Raven, como si hubiese predecido sus movimientos, rápidamente se movió de lugar.

—¡Oye! ¡Devuelvelo!— Exclamó Guépard Rouge con un patético intento de obtenerlo de vuelta, tropezando una vez más y casi abrazando el suelo.

—Es una pena, me hubiera gustado tenerte para mí, ¡pero ser mejores amigos está bien para mí también!— Raven se puso en cuclillas para estar en la misma altura que el azabache, otorgándole el dibujo mientras seguía sonriendo.

—Uh... él no me gusta, solo estoy cumpliendo un favor...— Se excusó con confusión el contrario, sentándose en el suelo mientras miraba su dibujo una vez más.

—Ooooh... ¿entonces estás soltero y sin intereses románticos?— Cuestionó Raven, sonriendo de lado a lado mientras inclinaba su cabeza.

Guépard Rouge frunció el ceño, pensando automáticamente en Chat Noir, —No... no realmente, por ahora...— decidió contestar.

Raven soltó un suspiro decepcionado, poniéndose de pie y mirando el atardecer con Guépard Rouge mirándola algo extrañado.

—Ah... no sabes lo mal que me siento ahora mismo, y pensar que todo ese espionaje no valió para nada.

Guépard abrió los ojos de par en par, —¿Espionaje?— empezó a pensar en sí alguna vez sintió un par de ojos vigilando sus movimientos pero se quedó en blanco, —¿¡Me estabas espiando!?— exclamó sin prueba alguna.

Raven soltó una risa escandalosa, volteando a mirar a Guépard entre carcajadas, —¡Quita esa cara horrorizada de tu rostro! No es nada malo, claro, si piensas que él que me mando a espiarte fue el maestro Fu—. explicó una vez terminó de reír.

¿Por qué necesitaría ser espiado? ¿...Acaso podría llegar a ser un peligro y por eso necesita supervisión?

Mientras estaba hundido en sus pensamientos, no notó la mirada simpática de Raven en su figura, la chica portaba una leve sonrisa en sus labios y estaba peleando contra el impulso de envolver al chico en sus brazos.

Al momento que Guépard Rouge volvió a la realidad, Raven borró rastro de su anterior expresión de rostro, colocando en sus labios nuevamente esa sonrisa molesta.

—¿Por qué no regresamos a casa? Yo puedo enviar el dibujo—. Preguntó Raven ladeando la cabeza, la sonrisa sin salir de su rostro.

Guépard Rouge frunció el ceño, —No. Puedo manejarlo yo solo—. respondió con firmeza.

El guepardo empezó a caminar al donde creía que era la casa de Agreste (en realidad no tenía ni idea en dónde vivía el rubio), Raven le seguía por detrás con pasos apresurados, mientras su voz se empezaba a escuchar algo nerviosa.

—¡Vamos! ¿Qué tal si alguien te ve? Es mejor que lo haga ya—. Raven siguió insistiendo unas cuantas veces más, empezando a irritar al contrario rápidamente.

Se detuvo en su paso repentinamente, ocasionando que Raven choque contra su espalda y pierda el equlibrio, cayendo en el suelo.

Guépard Rouge se limitó las ganas de pedir disculpas y frunció los labios, mirando a Raven fríamente, —¿Por qué estás en realidad aquí?— preguntó mientras se inclinaba a la altura de la contraria, imitando la escena anterior.

Raven finalmente rompió su actuación, luciendo patéticamente avergonzada, —Yo... el maestro Fu me pidió que cuidase de tí, ya sabes, vigilar que ningun otro akuma te ataque y que no uses tu miraculous—. admitió finalmente, desviando la mirada y mirando al suelo en lugar de ello.

Guépard Rouge se quedó mirando a los ojos de la contraria, intentando encontrar una mentira en sus expresiones, pero encontró pura sinceridad en la chica, lo cual era lo que más le aterraba.

—Él... el maestro Fu creé que soy peligroso, ¿no es así?— Raven estaba a punto de negar desesperadamente, pero al ver la decaída expresión en el otro, simplemente asintió con algo de tristeza, —Él cree que será un desastre si llegaras a ser akumatizado...— explicó Raven, levantándose de su sitio y acercándose al azabache.

Guépard Rouge miraba al suelo, apretaba sus puños lo suficiente como para encajar sus uñas en la palma de sus manos y crear ligeras medias crecientes en éstas, apretaba su mandíbula con tanta fuerza que incluso temía que se iba a partir en dos.

Después la pelea salió de su cuerpo, aceptando las situaciones, —Yo... solo quiego entregar ésto, ¿si? Puedes acompañarme si te hace sentir mejor—. anunció el azabache y sin esperar una respuesta se dirigió a la mansión Agreste, después de unos cuantos metros se detuvo, y con un rubor en sus mejillas volteó a mirar a Raven.

—Uh... ¿sabes dónde vive Adrien?— Preguntó con algo de pena, Raven, siendo aligerada con la vergüenza del otro, esbozo una sonrisa y le hizo una seña de que lo siguiera antes de saltar del techo y empezar a planear por el aire.

Guépard Rouge se quedó un momento quieto admirando los poderes de la otra, ¿cómo es que lograba ser tan cool? Agitando su cabeza, rápidamente siguió trás la chica y desapareciendo entre los edificios.

Llegando a una casa cerca de la mansión Agreste, ambos usuarios de miraculous se detuvieron.

Ahí es cuando las circunstancias de la situación fueron percatadas por Guépard, estaba a punto de entrar a la casa de alguien sin permiso, eso definitivamente era ilegal y actitud de psicópata.

—¿...Sabes? Creo que he cambiado de opinión—. Guépard Rouge intentó dar la media vuelta, pero el agarre de Raven le detuvo en su lugar.

—¡Ni lo pienses! Tienes que hacer esto o si no tu vida amorosa nunca avanzara—. Raven lo tomó de los hombros, empujandolo levemente hacía el borde, causando que Guépard Rouge tenga que saltar directo hacía el balcón de Adrien o caer directamente al suelo, olvidando completamente negar que Adrien no le gustaba.

El azabache miró al ventanal que parecía imponerse ante él, haciéndolo sentir bastante pequeño.

Inhalo y exhalo, —Bien, puedes hacer ésto, es por una buena causa—. se alientó a sí mismo, dando saltitos en su lugar.

Colocó una de sus manos en el ventanal e hizo fuerza para abrir ésta pero no hizó efecto, frunció el ceño y colocó su otra mano, haciendo más fuerza esta vez y obteniendo el mismo resultado.

Ok, ésto empezaba a ser molesto, se colocó de lado para mover la ventana hacía el costado y colocó sus pies en el suelo con firmeza, nuevamente intentando mover el ventanal. Éste no se movió ni un centímetro.

Raven, notando su predicamento, rió y fue hacía donde él en un salto, —Parece que tendremos que hacer ésto en una forma menos legal.

Deveraux jadeo un poco y se quitó del lugar, —Espera... ¿a qué te refieres?— ignorando su pregunta, Raven tomó un pasador de su cabello y lo rompió en dos, colocándolo en la cerradura para forcejear con ésta, —¿Qué haces? ¡Eso es totalmente ilegal, se supone que soy un superhéroe!— Guépard Rouge entró en pánico al momento en que la vió, ahora si estaba pensando en sí sería mejor romper algo de su cuerpo y evitar ir a la cárcel.

—¡Calma, tigre! Nadie lo notará—. Contestó Raven una vez terminó con la cerradura, abriendo el ventanal con facilidad y sonriendo victoriosamente.

—Para tu información, soy un guepardo no un tigre. ¡Y que nadie lo note no lo hace menos ilegal e inmoral!— Raven ignorando nuevamente al guepardo, lo tomó del brazo y lo metió a la fuerza a la habitación, empujandolo adentro.

—Entre más rápido coloques ese dibujo en su escritorio, menos ilegal será... Oh wow éste chico tiene demasiados pósters de tí, ¿seguro que él no es el obsesionado?

—¿Qué? Así no es como funciona, ¡y deja de ver! además nadie hablo sobre obsesión, ¿por qué me haces ver tan mal?— Exclamó Guépard Rouge mientras caminaba a pasos apresurados hacía el escritorio, ignorando todos los pósters que definitivamente eran de él de diferentes películas.

Colocó el dibujo en el escritorio, y trás unos segundos, decidió tomar un bolígrafo y dibujar un guepardo algo deforme en éste, al menos eso daría señales de vida y que no era un extraño acosador.

—¡Corre! ¡Alguien viene!— Guépard giró bruscamente y corrió hacía el ventanal, escapando con Raven, llegado a un lugar alto, Raven finalmente rompió en carcajadas.

—¡Debiste haber visto tu cara! No venía nadie por cierto—. Se burló la ojiverde mientras el contrario le miraba indignado, —¿Por qué eres así?— preguntó mientras se acariciaba el entrecejo con irritación.

—¡Cómo sea! Sé que me amas—. Dijo ésta con una gran sonrisa en sus labios, contagiando inevitablemente a Guépard Rouge y éste terminando riendo junto a ella.

Sus risas fueron una meliodosa melodía para Paris ese día.

Después de darle un paseo a Raven por París y negarse rotundamente sobre conseguirle una cita con Ladybug (¿por qué a todos les atraía Ladybug? al menos es mejor que el que les guste Chat Noir...), Deveraux llegó a casa y se tiró en su cama, sintiendo el cansancio reposar en sus extremidades, había pasado mucho desde que no sentía esa sensación y honestamente era reconfortante.

Noxxy estaba extasiado, flotaba por toda la habitación mientras decía cómo por fin el amor triunfaría y demás.

Deveraux por otro lado, estaba listo para terminar con el día, incluso si todavía no anochecia, pero un constante vibrador en su teléfono lo hizó por fin levantarse.

Tomando el teléfono en sus manos, Deveraux notó la cantidad de llamadas perdidas por parte de Juleka y Rosita, había olvidado completamente que había quedado con ellas para ver el concierto de XY, incluso si el cantante le irritaba.

Supuestamente Adrien estaría ahí, y para Rosita era una gran oportunidad de que ambos compartieran un momento romántico.

Deveraux dudaba mucho de las fuentes de Rosita, a base de su conocimiento, a Adrien le gustaba la música de de Jagged Stone y su estilo era muy diferente al de XY, era normal, como todos.

¿Pero quién era él cómo para romper la fantasía de Rosita de jugar a ser cupido?

Así que con ello en mente, se apresuro a lucir algo presentable y llegar antes de que el concierto iniciara, sin olvidar a Noxxy por supuesto, que hizo muecas de disgusto al descubrir a donde iban, no lo culpaba.

Pasando por el pasillo, Deveraux se detuvo un momento en la puerta de su madre, ahora se sentía culpable de salir a tener un rato agradable mientras ella estaba... ahí

Se acercó a la puerta, la cual extrañamente estaba libre de personal de la casa, a punto de abrir la puerta, Deveraux se detuvo al escuchar dos voces discutiendo detrás de ésta.

¿Desde cuándo su padre estaba en casa?

—Él lo sabe. Sabes que no puedes mentirle durante más tiempo—. Habló su madre.

—¿No sabrá más de lo que conoce ya, de acuerdo? Llevaremos su secreto a la tumba, nadie puede saber sobre que nuestro hijo es...

Antes de que pudiese escuchar más, Deveraux se alejó de la puerta y se apresuró a salir de la casa, no estaba listo para la verdad, tenía miedo.

Cuando salió se encontró a su chofer esperándolo pacientemente, al parecer fue el único a quien se le olvido sobre el show.

El camino a la torre Eiffel, en donde se llevaría a cabo el concierto, fue silencioso y eso no ayudaba a Deveraux a no pensar sobre la discusión de sus padres, sobre él.

¿Qué era tan importante como para que nadie supiera de ello? ¿Qué es lo que era si no era un ser humano?

Deveraux tragó en seco y cerró los ojos con fuerza, encajando sus uñas en sus muslos, intentando no pensar en ello.

Cuando llegaron a la torre Eiffel, Deveraux sintió que por fin podía respirar, salió del auto y se dirigió a la entrada, enseñando su pase que consiguió y entrando a la zona, buscando con la mirada a Rosita y Juleka.

Después de un rato, logró encontrarlas, se dirigió hacia ellas mientras navegaba en contra de la multitud, murmurando múltiples disculpas hasta llegar hasta donde las chicas.

—¡Ahí estás! Creí que no llegarías—. Rosita soltó un suspiro aliviado, automáticamente tomando la mano de Deveraux y colocándolo entre ambas.

—Pudiste haberte salvado... ¿por qué viniste?— Le murmuro Juleka, asegurándose de que Rosita no le escuchase.

Deveraux hizo una mueca, —Ojalá, pero se lo debo a Rosita, o si no probablemente alguien más pague las consecuencias.

—¿Cómo Adrien?— Preguntó la teñida con una sonrisa apenada.

Deveraux abrió la boca para después cerrarla y abrirla una vez más, —Por favor dime que no te lo dijo—. hizo señas de rogar.

—¡Se lo dije! Tenía que saber todos los detalles para ser parte de la operación—. Interrumpió Rosita con una sonrisa, mostrando claramente que no estaba afectada por ello.

Deveraux colocó sus manos en su cara, exhalando audiblemente, si la noticia salía a la luz Adrien estaría en grandes problemas, definitivamente tenía que jugar sus cartas de buena forma.

Trás unos minutos, el sol finalmente se metió y la luna salió, iluminando a París con su luz mientras la multitud esperaba ansiosamente al cantante.

Deveraux escuchó un fuerte sonido del aire moviéndose y al voltear, vió un dragón pasar por arriba de ellos.

—¿Qué...— Lo que parecía ser Jagged Stone montado en el dragón, empezó a tocar su guitarra y unas ondas empezarón a salir de ella, dirigiéndose a la multitud.

Deveraux tomó apresuradamente las manos de sus amigas y las llevó fuera de la zona de impacto, los tres se quedaron asombrados al ver como toda la gente empezaba a bailar violentamente a un ritmo inexistente.

—¿Qué les sucedió?— Cuestionó Juleka, sorprendida.

—Creo que hay una akuma... ¡oh miren, ahí van Ladybug y Chat Noir!— Exclamó Deveraux, apuntando al tope de la torre Eiffel en donde se veía a dos figuras escalar ésta, el pelirrojo se sentía algo decepcionado de no ver a Raven entre ellos.

—¡Lo sabía! ¡Adrien vino, pero en forma de su alter ego!— Exclamó Rosita mientras daba saltitos en su lugar, agitando a Deveraux repetidamente.

—¡Te dije que detuvieras ese pensamiento!— Lloriqueo Deveraux, lo único bueno es que la demás gente estaba hipnotizada y no podría escuchar las barbaridades que salían de la boca de la rubia.

Juleka solo optó por reír mientras ambos de sus amigos discutían sobre una tontería.

Minutos pasaron y la pelea parecía haber terminado, incluso después de toda la espera, el concierto fue cancelado debido a que el cantante lucía algo traumatizado por los acontecimientos.

Adrien nunca se presentó, incluso cuando Rosita hizo que tanto Juleka como él esperaran dos horas más para ver si llegaba.

Incluso si no había sido Adrien quien prometió ir ahí, Deveraux no pudo evitar pero sentirse algo decaído y plantado.

Al día siguiente en el colegio, Deveraux se encontraba comiendo una manzana con aburrimiento, sus días libres eran mejor que estudiar, aunque no debería decir eso ya que realmente necesitaba aprobar y sus notas estaban cayendo rápidamente.

—¡Sigo sin entender por qué no vino! Chloé me prometió que estaría ahí...— Balbuceo Rosita con tristeza, mientras los tres miraban a Adrien caminar hacía Marinette, seguramente pidiéndole un autógrafo por su colaboración en el disco de Jagged Stone.

—...Espera, ¿sacaste tu información de Chloé?— Cuestionó Deveraux, los cabos ahora atandose al descubrir la nueva información.

Rosita asintió repetidamente mientras Juleka se golpeaba la cara con la palma de su mano, —¡Rosita, no debes creer nada de lo que diga Chloé! Menos si se trata de Adrien, ella es como, muy posesiva sobre él—. explicó el pelirrojo con exasperación, ahora se sentía mejor de que el chico no hubiese venido.

—Creí que estaba siendo amable...— Dijo Rosita con un puchero.

—¿...Eso significa que la operación de amor se termina hoy?— Preguntó Deveraux con esperanza.

Rosita se levantó de su asiento repentinamente, con una mirada determinada, —¡Por supuesto que no! ¡Te conseguire una pareja, lo prometo y lo siento justo aquí en mi corazón!

Deveraux suspiro, al menos lo intentó.

Serían días largos.




















?!?!?!?!? un capítulo en una semana 😱😱, estoy volviendo a mi prime??!!? ;!?!?!!

bueno, hola gente, espero q este sabado se la pasen genial pq es el único día de la semana q se salva de ser culero 🫶




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|๐€๐‘๐“๐ˆ๐’๐“๐’ ๐‹๐Ž๐•๐„| ยซEl amor es el arte de crear por la sensaciรณn misma, sin esperar nada a cambio,mรกs allรก del placer mismo del acto creativo...
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