A medida que los médicos trabajaban arduamente para tratar las heridas de Wei Wuxian, se extendía una mezcla de emociones en el campamento de la Alianza. La noticia de la victoria contra Wen Ruohan se difundía, pero la atención estaba centrada en la salud del temido Patriarca Yiling.
Lan Wangji, se mantuvo en silencio en todo momento, pero no se apartaba del lado de Wei Wuxian. Su expresión reflejaba la preocupación y el anhelo por la pronta recuperación de su amado. Mientras tanto, los demás cultivadores y aliados de la Alianza compartían historias y experiencias de la batalla, recordando los momentos difíciles y agradeciéndose mutuamente por la colaboración que los llevó a la victoria.
Jiang Cheng, Jiang Yanli y Jin Zixuan, entre otros, se acercaron para expresar su gratitud a Wei Wuxian. A pesar de la alegría por la victoria, el ambiente estaba matizado por la tensión y la inquietud debido al estado del doncel.
Wen Qing supervisaba el proceso médico con determinación, utilizando su experiencia para estabilizar a Wei Wuxian. A medida que pasaba el tiempo, la noticia de la recuperación gradual del doncel se extendía, brindando un alivio momentáneo a sus seres queridos.
El campamento, inicialmente sumido en la incertidumbre, comenzó a transformarse en un lugar de esperanza mientras la noticia positiva se propagaba. La guerra había llegado a su fin, y ahora la atención se centraba en la recuperación y la reconstrucción, con Wei Wuxian como un símbolo de resistencia, perseverancia y compasión.
Mientras Wei Wuxian se recuperaba y descansaba adecuadamente, Mo Xuanyu también se recuperaba en otro lugar del campamento. A pesar de las heridas que había sufrido al interponerse entre Wen Ruohan y el cultivador enfurecido que había intentado atacar al Wen, el joven doncel estaba en proceso de recuperación.
Los médicos y cultivadores presentes brindaban sus cuidados a Mo Xuanyu, asegurándose de que su salud mejorara día a día. Afortunadamente, el doncel había recobrado la conciencia y mostraba signos de mejoría, al igual que su hijo que continuaba creciendo en su vientre.
La noticia de la recuperación de Mo Xuanyu se sumaba a la sensación general de alivio en el campamento. La guerra había dejado numerosas cicatrices, pero también abría paso a la esperanza y a la posibilidad de un futuro más pacífico.
Después de varios días de cuidados y recuperación, tanto Wei Wuxian como Mo Xuanyu se encontraban en un estado más estable. Ante la mejora de su salud, fueron trasladados a la secta del Patriarca Yiling para recibir los cuidados adicionales necesarios.
Con la situación bajo control, los demás cultivadores y líderes de sectas se dirigieron a Yunmeng, donde se llevaría a cabo una conferencia de discusión. El tema principal en la agenda era decidir el destino de Wen Ruohan y sus aliados. La reunión prometía ser crucial para establecer las bases de la paz y la reconstrucción en la región.
Mientras los líderes se preparaban para discutir el futuro de los derrotados, los donceles recién recuperados esperaban en la secta del Patriarca Yiling.
Una vez que todo estuvo listo, los líderes de las diferentes sectas se acomodaron en las instalaciones de la secta, mientras que los demás cultivadores se hospedaron en las posadas cercanas. El ambiente estaba lleno de expectación y tensión.
Wei Ying, Mo Xuanyu y la familia del primero se trasladaron en barcos hasta el muelle de Loto. Mientras tanto, Wen Ruohan y sus aliados más cercanos fueron transportados en carretas especialmente diseñadas para traidores, asesinos y tiranos. Estas carretas tenían barras de Hierro extremadamente resistentes para limitar cualquier intento de escape.
Wen Ruohan fue transportado en una carreta individual, mientras que los demás fueron apiñados por lo menos diez personas en una sola, dejando así poco espacio para moverse.
Con esto intentaban mostrar su victoria y el fin de la tiranía de la Secta Wen. Algunos de los líderes aliados abogaban por la exterminación de la secta junto a su líder, como una medida para erradicar el mal que por mucho tiempo acechó el mundo de la cultivación.
Pero nada estaba decidido aún pues todo ello se decidiría finalmente, en Muelle de Loto.
Lan Wangji al llegar fue por su amado doncel y juntos se dirigieron a la habitaciób de este último, pues allí se encontraba su amado hijo.
Wei Ying corrió hacia la cuna en la que se encontraba su bebé, afortunadamente el pequeño se encontraba despierto, era Wen Ning quien lo estaba cuidando, pero agotado se quedó dormido a su lado.
El Wen despertándose de golpe al oír pasos en la habitación, se levantó rápidamente dispuesto a proteger al pequeño, pero solo logró ver a Wei Wuxian y Lan Wangji. Entonces hizo una profunda reverencia hacia la pareja. El doncel sonrió amablemente y asintió en reconocimiento, agradecido por la protección y cuidado brindado a su hijo.
Lan Wangji, siempre serio, pero con un brillo cálido en los ojos, se acercó a la cuna para observar al pequeño. Wei Wuxian levantó al bebé con ternura y se lo mostró a su esposo.
— Lan Zhan, mira qué hermoso es nuestro hijo — dijo Wei Wuxian con alegría, sosteniendo al bebé entre ellos.
Wen Ning, al presenciar ese tierno momento, no pudo evitar sonreír ante la felicidad de la familia finalmente reunida.
El semblante sereno y usualmente imperturbable de Lan Wangji se transformó en una expresión de pura felicidad y ternura al sostener a su pequeño hijo en brazos. Una sonrisa suave y sincera se dibujó en sus labios, iluminando su rostro con un brillo especial que reflejaba la profunda emoción que sentía en su interior.
Los ojos del jade brillaban con un resplandor único, lleno de amor y admiración por su familia. Cada mirada dirigida hacia su hijo era como una promesa de protección y cuidado eterno, un compromiso inquebrantable con el bienestar de aquel pequeño ser que había traído luz a sus vidas.
Aunque el jade era generalmente reservado en sus emociones, Lan Wangji no podía contener la alegría que sentía en ese momento. Ver a su hijo allí, en sus brazos era un regalo invaluable que llenaba su corazón de gratitud y felicidad.
En ese instante de intimidad y dicha familiar, Lan Wangji se sentía completo. Observó con amor al pequeño en sus brazos, maravillándose con cada gesto y cada sonrisa que el bebé le ofrecía. Era como si el mundo entero se detuviera en ese momento, dejando solo espacio para el vínculo especial entre padre e hijo.
Wei Ying, observando la escena con una mirada llena de ternura, se acercó aún más a Lan Wangji, rodeándolo con su brazo con delicadeza, cuidando de no lastimar al bebé.
En la habitación, el ambiente estaba impregnado de calma y felicidad, como si cada rincón estuviera lleno de la alegría que emanaba la nueva familia.
Aunque Wei Ying y Lan Wangji anhelaban disfrutar de más tiempo con su hijo en brazos, sabían que una situación tensa se estaba desarrollando en la sala de reuniones. Ambos compartían el deseo de poner fin a cualquier enfrentamiento y derramamiento de sangre innecesario. Después de todo, la guerra había cobrado demasiadas vidas y había dejado a incontables familias devastadas. Era hora de detener ese ciclo de violencia y dolor.
Wei Ying se detuvo un momento antes de entrar en la sala de reuniones. Sabía que debía hablar con Mo Xuanyu antes de abordar las discusiones sobre el destino de Wen Ruohan y sus seguidores. Después de todo, Mo Xuanyu estaba casado y esperaba un hijo del derrotado líder Wen.
Con determinación en su mirada, Wei Ying se dirigió hacia donde estaba Mo Xuanyu, decidido a ofrecerle su apoyo y encontrar la mejor manera de abordar la situación que enfrentaban.
Aunque Wei Ying se sentía culpable por haber empujado a Mo Xuanyu hacia los brazos de Wen Ruohan, sabía que esa había sido la decisión del doncel Mo en ese momento. Inicialmente, la motivación de este pudo haber estado centrada en su venganza contra el hijo menor de Wen Ruohan, llevándolo a hacer lo que sea para poder cumplirla, Sin embargo, con el tiempo, esa relación había evolucionado hacia algo más profundo, algo que parecía ser compartido tanto por el líder Wen como por Mo Xuanyu.
Wei Ying reflexionaba sobre la complejidad de sus propias acciones y sentimientos, pero su prioridad en ese momento era brindar apoyo a Mo Xuanyu y encontrar una solución que pudiera beneficiar a todos los involucrados.
Al llegar respiró hondo y tocó la puerta, al recibir una confirmación decidió ingresar a la habitación, al entrar Wei Ying observó a Mo Xuanyu recostado sobre la cama, acariciando suavemente su vientre. Notó que el doncel estaba arreglado, lo que indicaba su intención de participar en el juicio de su esposo.
— Mo Xuanyu — se acercó — ¿Cómo estás? — preguntó parándose al pie de la cama del doncel.
Mo Xuanyu levantó la mirada al escuchar la voz de Wei Ying y le dedicó una pequeña sonrisa cansada.
— Estoy bien, solo un poco cansado ¿Y usted joven maestro Wei? ¿Cómo se encuentra después de todo lo que sucedió? — preguntó el doncel Mo.
Wei Ying asintió, mirando con ternura al doncel acostado.
— Estoy bien, gracias por preguntar, pero ahora, más importante que mi estado, es el tuyo. ¿Estás listo para enfrentar lo que viene? Sabes que el juicio de Wen Ruohan será difícil, y aunque él es tu esposo, has sufrido mucho a causa de sus acciones y... —
— Me siento listo para enfrentar lo que sea necesario en el juicio de A-Ruo — respondió con determinación — Se que ha cometido una infinidad de errores, ha hecho sufrir a demasiada gente entre ellos inocentes, quizá no todo por gusto propio, si no a causa de su padre, n-no me malentiendas no pretendo excusarlo de sus acciones, pero ahora que ha perdido todo incluyendo su núcleo dorado, sé que no será capaz de hacer nada en contra de las sectas, sé que m-me quiere y también a nuestro hijo, por favor no dejes que le hagan daño, y-yo yo lo amo — respondió mientras gruesas lágrimas bajaban por sus mejillas.
Wei Ying se conmovió ante las palabras de Mo Xuanyu y se acercó para colocar una mano reconfortante sobre el hombro del doncel.
— Entiendo tu posición, Xuanyu, aunque no sé en qué momento ustedes se enamoraron, sé que debes estar pasando por momentos difíciles, pero ten por seguro que haremos todo lo posible para protegerte tanto a ti como a tu hijo. Pero sabes que Wen Ruohan deberá enfrentar las consecuencias de sus acciones — miró al doncel esperando una reacción — Sin embargo, lucharemos por un juicio justo y equitativo —
— Lo entiendo joven maestro Wei y estoy dispuesto a aceptar lo que sea necesario para asegurar un futuro mejor para mi hijo y para todas las personas afectadas por las acciones de A-Ruo — dijo con firmeza.
— Muy bien, es hora de irnos — dijo el doncel, dándole una mirada amable.
Mientras tanto, en la sala de reuniones, los líderes se sentaron en los lugares que les fueron preparados con antelación, listos para discutir y tomar decisiones importantes referente al final de la guerra y las consecuencias para aquellos que debían pagar a causa de sus actos.
Entre esos líderes y figuras importantes que destacaron en la guerra, se encontraban caras conocidas como Jiang Cheng, Lan Xichen, los líderes Jiang y Lan y otros representantes de sectas clave en la lucha contra Wen Ruohan.
Algunos abogaban por la erradicación total de la secta Wen, argumentando que era necesario eliminar cualquier rastro de la oscura influencia que habían ejercido sobre el mundo, para así evitar en un futuro un levantamiento y nuevamente derramamiento de sangre.
Otros, sin embargo, abogaban por una solución más pacífica, sugiriendo que la secta Wen y sus seguidores podrían ser reintegrados al mundo de la cultivación bajo supervisión estricta. Argumentaban que la erradicación total podría llevar a más derramamiento de sangre y perpetuar un ciclo interminable de violencia y venganza.
El debate era intenso y las opiniones estaban divididas, reflejando la complejidad del dilema moral que enfrentaban. Algunos líderes abogaban por un enfoque de justicia restaurativa, mientras que otros insistían en la necesidad de justicia retributiva.
La tensión en la sala aumentaba a medida que las discusiones continuaban, con cada líder defendiendo firmemente su postura. El destino de Wen Ruohan y sus seguidores pendía en el equilibrio, y la decisión que se tomaría tendría profundas implicaciones para el futuro del mundo de la cultivación.
Entre tanto bullicio la puerta del salón se abrió, dejando ver a Wei Wuxian, Lan Wangji y Mo Xuanyu, la pareja entró con su pequeño hijo en brazos, mientras que Mo Xuanyu caminó solo a un costado de ambos padres.
La presencia del Patriarca Yiling, el Gran Hanguang-Jun y Madame Wen en la sala de reuniones causó un revuelo momentáneo. El trio caminó hacia el centro, la pareja de padres iba sosteniendo a su hijo como símbolo de esperanza.
Wei Wuxian habló con determinación y compasión, abogando por una solución que permitiera la redención y la coexistencia pacífica. Lan Wangji, aunque generalmente reservado, respaldó las palabras de su amado con su presencia serena pero firme.
La atmósfera en la sala cambió gradualmente, y muchos cultivadores empezaron a considerar la posibilidad de dar una oportunidad a aquellos que estaban dispuestos a cambiar. La discusión continuó, pero ahora con un matiz diferente, más inclinado hacia la comprensión y la reconciliación que hacia la venganza despiadada.
Fue el turno para hablar de Wen Ruohan, quien en todos esos días no pudo comunicarse ni ver a su esposo, pues después de que este fuera salvado del peligro, el líder Wen fue llevado a las mazmorras del clan Jiang donde esperó encerrado hasta ese día, el día de su juicio.
Aquel día Wen Ruohan fue llevado ante los líderes de las diferentes sectas, enfrentando las acusaciones y cargos en su contra. Se encontraba solo y despojado de todo su poder, ahora era simplemente un hombre enfrentando las consecuencias de sus malas acciones. Los líderes escucharon atentamente mientras se presentaban pruebas y testimonios que detallaban los crímenes cometidos por Wen Ruohan y su secta.
A pesar de las evidencias abrumadoras en su contra, Wen Ruohan mostró una sorprendente calma y dignidad durante el juicio. Aceptó la responsabilidad por sus acciones y expresó su remordimiento por el daño que había causado.
Aunque algunos líderes abogaban por su ejecución inmediata, otros estaban inclinados hacia una sentencia más indulgente, reconociendo que Wen Ruohan ya no representaba una amenaza directa para las sectas, puesto que sin un núcleo dorado para cultivar este no podría hacer nada en contra suya.
Mo Xuanyu, con voz temblorosa pero firme, casi suplicó clemencia para Wen Ruohan, padre de su hijo. Reconoció los crímenes del líder Wen y entendió la necesidad de una justicia adecuada, pero abogó por una sentencia que permitiera la redención del hombre y la posibilidad de que con esta se pueda crear un futuro mejor, intentando reparar todo lo que dañó.
Propuso que Wen Ruohan fuera recluido de por vida, alejado del mundo y de cualquier oportunidad de volver a causar daño.
Argumentó que la pérdida del núcleo dorado de Wen Ruohan lo había dejado indefenso y sin poder, por lo que representaba una amenaza mínima. Además, propuso que las sectas mas importantes de la alianza puedan poner guardias en el lugar de reclusión así que cualquier intento de escape sería imposible, ya que estaría bajo estricta vigilancia. Mo Xuanyu también recordó el vínculo entre Wen Ruohan, su hijo y él mismo, destacando que la muerte del líder Wen, causaría sufrimiento, mucho sufrimiento para un pequeño ser que no tenía la culpa de nada, además Mo Xuanyu fue clave en la guerra, es por ello que varias personas estaban confundidas.
Finalmente la súplica conmovió a algunos de los líderes presentes, quienes comenzaron a reconsiderar la severidad de la sentencia. Después de una cuidadosa deliberación, se llegó a un consenso y se aceptó la propuesta de Mo Xuanyu, Wen Ruohan sería recluido de por vida, privado de su libertad para que este ya no pueda causar más daño a la sociedad y que así logre pagar por sus crímenes el resto de su vida.
Aún así contaría con la oportunidad de buscar redención y el perdón de todos, además sería despojado de su posición como líder de la secta Wen, de los privilegios y riquezas que el puesto ofrecía, lo que serviría como una forma de despojarlo de su poder y autoridad y no solo eso si no que sería obligado a contribuir financieramente a la reparación de las víctimas y las comunidades que fueron afectadas por sus acciones.
Al ver la situación del liderazgo de la ahora caída de la secta Wen, Wei Ying propuso que Wen Qing asumiera el lugar de líder, argumentando que ella poseía las cualidades necesarias para liderar de manera justa y compasiva. Reconoció las habilidades de Wen Qing como médico y su dedicación para ayudar a las personas más necesitadas, lo que demostraba su compromiso con el bienestar de los demás.
Además, Wei Ying destacó la valentía y determinación de Wen Qing durante la guerra, así como la capacidad de esta para tomar decisiones difíciles y mantener la calma en situaciones de crisis. Consideraba que Wen Qing era la persona más adecuada para guiar a la secta Wen por un camino que lleve a la redención y reconstrucción del mundo del cultivo.
Su propuesta fue recibida con interés por parte de los líderes presentes, quienes reconocieron la sabiduría en sus palabras y la idoneidad de Wen Qing para el cargo, pues ella no solo los había ayudado en la guerra curando a los heridos, si no que había sido muy útil en otros aspectos de la guerra, demostrando así su capacidad para liderar la secta Wen.
Después de una discusión adicional, se llegó a un acuerdo y se decidió que Wen Qing sería la nueva líder de la secta Wen, después de todo ella también era parte de la familia Wen, quizá de la rama secundaria pero aún así seguía teniendo la sangre Wen de su antepasado y fundador de secta Wen Mao, ella contaría con la responsabilidad de llevar a su secta por un camino de paz y reconciliación con las otras sectas, buscando así mejorar las relaciones e incluso recuperar la confianza que antes le tenían a su secta.
Wen Qing no esperó dicha decisión, pero por su hermano, su gente y todos aquellos que creían y confiaban en ella decidió aceptar este reto, les demostraría que no se estaban equivocando al volver a confiar en los Wen.
Esta responsabilidad la lleva a un compromiso crucial, guiar a su secta hacia un camino de paz y reconciliación con las otras sectas, con la esperanza de restablecer relaciones y recuperar la confianza perdida.
La secta Wen, con su historial de causar tanto sufrimiento, indudablemente ha sembrado dudas sobre si merece ser perdonada. Sin embargo, entre sus filas hay muchos, como Wen Qing y su familia, que pertenecen a la rama secundaria de medicina y no tuvieron participación alguna en las decisiones destructivas de los antiguos líderes. Aquellos inocentes casi fueron arrastrados a pagar las consecuencias de los errores que ni siquiera cometieron. Con la designación de Wen Qing como líder, se establece el fundamento para una nueva era en la historia de la secta Wen.
Al principio, Madame Yu mostró una fuerte resistencia a la idea de que Wen Ruohan fuera castigado con menos indulgencia. Incluso se opuso firmemente cuando su hijo sugirió interceder por el desgraciado Wen. Después de todo, Wei Ying había sido uno de los más afectados por las acciones de ese hombre y el malnacido ya muerto Wen Taoli, algo que debía agradecer a Wen Ruohan era que había matado a ese perro desgraciado que casi había asesinado a su Wei Ying y a en ese entonces aún no nacido nieto.
Madame Yu, estaba furiosa tanto que, si Zidian estuviera aún en su mano, seguramente estaría soltando chispas violetas y emitiendo un aura oscura, aunque de todas formas lo estaba haciendo, solo que desde otra mano.
Sin embargo, al final, Madame Yu fue convencida por la determinación de Wei Ying. Él mencionó que, a pesar del daño que Wen Ruohan le había causado, él mismo había llegado al punto de perdonarlo. Esta revelación conmovió a Madame Yu y le hizo reconsiderar su posición, reconociendo que tal vez el perdón era una opción que valía la pena explorar, incluso en un caso tan complicado como este.
Después de reflexionar por un momento más, Madame Yu comprendió que definitivamente no iba a perdonar a Wen Ruohan tan fácilmente como lo hizo Wei Ying. Reconoció que su hijo tenía un corazón noble y era capaz de perdonar incluso a aquellos que le habían hecho mucho daño, aunque eso significara ser visto como ingenuo, es por lo que pidió ser quien castigue al Wen, propinándole cien golpes con Zidian a aquel hombre ya desdichado.
La audiencia quedó un tanto sorprendida ante esta propuesta, ya que un solo golpe con Zidian era extremadamente doloroso y tres de ellos requerían al menos un mes de descanso para recuperarse. Imaginar recibir cien golpes con ese castigo desconcertó a muchos, e incluso sintieron compasión por Wen Ruohan, dado que sin un núcleo dorado, sanar un solo golpe podría llevar mucho tiempo, y con cien golpes... quizás ni siquiera sobreviviría.
Mo Xuanyu se horrorizó, pues había escuchado lo dolorosos que eran los golpes de Zidian, suplicó piedad para que se redujera el castigo. Aunque Madame Yu inicialmente rechazó la idea, finalmente accedió al ver la súplica en los ojos de Wei Ying. Aceptó reducir los latigazos a la mitad, pero insistió en ser ella misma quien los administrara.
Se aceptaron los términos, con algunos presentes esperando que Wen Ruohan sobreviviera al castigo, mientras que otros no. Después de todo, el Wen se merecía ese castigo.
Mientras tanto, Jiang Cheng estaba igualmente furioso con su hermano por perdonar fácilmente los actos de Wen Ruohan. Salió de la habitación después de un rato, necesitando tomar aire para no caer en la tentación de regresar y golpear a su hermano hasta romperle las piernas por ser tan indulgente. El Jiang estaba furioso, mentiría si dijera que no.
Aún se veían las chispas saltando de Zidian, la respiración del doncel estaba agitada, hasta que sintió como alguien le tomaba la mano, esto lo sobresaltó primeramente, pero al ver de quien se trataba se calmó, resulta que el primer jade de Gusu había salido tras él, algo que no pasó desapercibido por los demás, se veían como un gato enojado saliendo del lugar mientras que otro gato más tranquilo lo seguía.
El jade sabía que Jiang Cheng estaba enojado, después de todo, Wei Wuxian había sufrido muchísimo a causa de Wen Ruohan y así como él sabía que estaba preocupado muy en el fondo, después de todo lo entendía, puesto que su hermano Lan Zhan también estaba de acuerdo con Wei Ying. Fue por eso que salió tras el doncel y al ver que Zidian aun chispeaba decidió tomar la mano del Jiang así eso signifique que arriesgaba su vida en el proceso.
Lan Xichen estaba preparado para aceptar el golpe que seguramente vendría, pero afortunadamente, Jiang Cheng estaba más sorprendido que enojado cuando Lan Xichen tomó su mano. Esto resultó ser beneficioso, ya que evitó que el primer jade fuera duramente golpeado.
Los ojos de Jiang Cheng se abrieron ampliamente al sentir la mano de Lan Xichen tomando la suya. No podía negar que le gustó ese gesto, aunque en otras circunstancias podría haberse ruborizado, pero ahora estaba ya rojo por la ira y en lugar de ruborizarse palideció.
Al ver la reacción de Jiang Cheng, Lan Xichen se sorprendió y trató de calmar al doncel acariciando suavemente su mano.
El doncel de Yunmeng se dejó llevar por el momento y no se dio cuenta de cuánto avanzaron hasta que chocaron con un gran árbol de dátiles. En un impulso repentino, Jiang Cheng se giró y abrazó a Lan Xichen, sorprendiéndolo en el proceso. Sin embargo, Jiang Cheng se recompuso rápidamente y se apartó con una velocidad impresionante, dejando a primer jade momentáneamente desconcertado.
Aquel acto incluso logró que Jiang Cheng olvidara por un momento el motivo de su ira anterior.
Lan Xichen quedó sorprendido por la acción del doncel. A pesar de que habían compartido muchos momentos juntos durante la guerra con los Wen, nunca habían tenido un acercamiento más allá de simples toques entre sus manos, sonrisas cómplices y, por supuesto, ahora tenían una conexión más profunda de lo que solía tener antes.
La espontaneidad del abrazo tomó a Lan Xichen por sorpresa, pero también lo dejó con una sensación cálida y reconfortante en el corazón, que no pudo evitar reconocer como algo especial, ya que el doncel Jiang era una persona que no acostumbraba a demostrar muestras de afecto con cualquier persona, el jade estaba seguro de que iba por buen camino.
Calmándose un poco, Lan Xichen regresó a la sala donde se llevaba a cabo la reunión. Al llegar, vio al doncel sentado junto a su familia por lo que al ver al jade hiso que se ruborizara ligeramente, aquello no fue desapercibido por Wei Ying, este encontraría la forma de molestarlo luego.
Por supuesto, Lan Xichen no pudo evitar sonreírle al ver al usualmente arisco doncel en ese estado, le encantaba verlo así. Sin embargo, el doncel desvió la mirada hacia otro lado al notar la sonrisa de Lan Xichen, lo que hizo que el jade volviera a sonreír y se dirigiera a su lugar.
La conversación se centraba en el juicio de Wen Zhuliu, quien había sido hasta hace poco el fiel subordinado de Wen Ruohan y por ende, el protector de sus hijos, especialmente de Wen Chao. Sin embargo, quizás habría seguido siéndolo hasta el final si no se hubiera enterado de la verdad detrás de lo que sucedió en su secta, la muerte de sus padres, compañeros, ancianos de la secta y otras personas inocentes, incluyendo civiles y niños que no tenían forma de defenderse, todos fueron asesinados sin piedad.
A pesar de que los crímenes de Wen Zhuliu eran en algunos casos imperdonables, se reconocía que su situación era diferente a la de Wen Ruohan. Si bien había sido cómplice de los horrores perpetrados por su líder, también había sido víctima de él. La complejidad de esta situación planteaba un dilema en cuanto a la naturaleza del castigo que Zhuliu debía recibir.
No podían permitir que sus acciones pasaran desapercibidas ni que quedaran impune por sus crímenes. Sin embargo, castigarlo de la misma manera que a Wen Ruohan podría ser considerado injusto dadas las circunstancias particulares en las que se vio envuelto antes de que todo ocurriera.
Por lo tanto, se requería un enfoque diferente en su caso, se debía buscar una forma de justicia que reconociera tanto su culpabilidad como su condición de víctima. Esta era una tarea delicada y desafiante, pero necesaria para asegurar que se hiciera justicia de manera equitativa y compasiva, es por ello que se tomaron en cuenta tanto sus acciones como las circunstancias que lo llevaron a cometerlas.
Se le ofrecería la oportunidad de arrepentirse, con la esperanza de que pudiera encontrar la manera de contribuir positivamente al mundo del cultivo.
El castigo que se le impuso a Wen Zhuliu fue la reclusión en un lugar designado por un período determinado, donde tendría la oportunidad de reflexionar sobre sus acciones.
Además, se le asignaría una tarea comunitaria una vez que cumpliera su tiempo de reclusión, con el objetivo de que pudiera contribuir de manera constructiva al mundo del cultivo y así reparar, en la medida de lo posible todo el daño que causó con sus acciones.
Continuaron los juicios y se impartieron los castigos adecuados a todos los involucrados en la guerra. W Wei Ying y Lan Zhan, con el pequeño A-Yuan en brazos, salieron del lugar con un sentimiento de paz, sabiendo que habían cumplido su propósito de ayudar y evitar más sufrimiento. Ahora, su atención se centraba en construir un futuro mejor y más brillante para ellos y para aquellos que los rodeaban.
Los padres se encaminaron hacia el muelle y subieron a uno de los botes, Wen Ning estaba cerca así que subió con ellos, después de todo Wei Ying debía ser precavido y no hacer esfuerzos para así recuperarse completamente, pero algo que el doncel no podia dejar de hacer era eso mismo.
Wei Ying estaba ansioso por mostrarle a Lan Zhan y a su pequeño bebé sus lugares favoritos en el Muelle de Loto. Por eso, el doncel los guio hacia un lago rodeado de plantas de loto, donde las semillas estaban listas para ser recolectadas. Wei Ying comenzó a pelar las semillas y se las entregó a su amado jade, Lan Zhan aceptó gustoso, tampoco es que pudiese negarle algo a su Wei Ying.
A-Yuan se había quedado dormido mientras paseaban, por lo que Wen Ning ofreció llevarlo de vuelta y asegurarse de abrigarlo y hacerle dormir adecuadamente, ya que el frío empezaba a intensificarse.
Mientras la pareja exploraba otra parte del muelle, decidieron entrar al mercado. Allí, Wei Ying compró tanghulu, unas frutas confitadas en palitos, y un vino de arroz muy suave ya que el Lan no quiso que beba para no afectar su salud.
A pesar de que Lan Wangji no tenía hambre y simplemente disfrutaba viendo a Wei Ying comer, reír y jugar, Wei Ying no quería sentirse como un glotón, así que también compró un poco de pastel de arroz glutinoso para Lan Wangji, quien aceptó gentilmente la oferta y compartió el bocado con su amado doncel.
Poco a poco llegaron a un gran árbol de nísperos, en el cual Wei Ying trepó con gran habilidad, recogiendo algunos frutos en el proceso, volvió hacia las ramas bajas y le lanzó algunos al jade, quien los atrapó inmediatamente.
Luego, sin previo aviso, Wei Ying se lanzó sobre Lan Wangji, quien lo atrapó sin dificultad. En ese instante, Wei Ying se sintió seguro y reconfortado, sabiendo que había elegido a la persona perfecta para compartir su vida. La calidez del abrazo y la certeza de tener a Lan Wangji a su lado le recordaron lo afortunado que era de tenerlo como compañero.
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