Min Yoongi se giró a ver desconcertado a su doncella, no podía creer la noticia que acaba de recibir.
—¿Qué acabas de decir?—las dos doncellas que se estaban encargando de ayudar a su señor con el vestuario en aquella mañana, detuvieron lo que hacian cuando el omega les dijo que se detuvieran—. No es posible.
—Yo también pensé que era imposible; pero hace unas horas ha entrado su alteza al palacio para saludar a su majestad. Ganó la guerra contra los rebeldes de la frontera.
Min Yoogi se levantó de un solo de su banco de madera, Kim Taehyung regresó más rápido de lo previsto, en sus vidas pasadas, la guerra contra esos rebeldes duró tres meses, el tiempo se había reducido: ¿Por día ser posible? ¿Qué había cambiado?
—¿Cúando vendrá aquí?—trató de indagar, de seguro el alfa iría a visitar primero a sus padres, luego de regresar del palacio de su majestad.
—De seguro en unas-...
—¡Atención, el General Kim Taehyung!—gritó uno de los eunucos que custodiaban afuera del cuarto, la sirviente pegó un pequeño grito y corrió donde su amo, el cual todavía no estaba listo por completo.
Los ojos de Min Yoongi se abrieron en par, asustado de ser visto en fachas, las doncellas tomaron a su señor y lo fueron a esconder rápido al cuarto privado, dejando el lugar de maquillaje y la sala. La puerta del lugar se abrió, siendo el alfa que ingresó buscando a Min Yoongi, al subir la mirada, pudo contemplar a la doncella personal, la cual estaba limpiando un poco el sudor de su frente, la cual estaba nerviosa por la visita inesperada; pero Taehyung pensó que era por el calor del verano, el ceño de aquel alfa se frunció, mirando a los lados.
—¿Y mi esposo?
—Oh, su alteza...mi señor aún no se encuentra presentable para darle la bienvenida.
—No importa, ordeno que salga.
—Su alteza...como decía él-...
—He dado una orden—gruñó de forma amenazante.
—¿Se puede saber cómo puede ser tan irrespetuoso?—se escuchó la voz de Min Yoongi desde el interior del cuarto.
La puerta de aquel lugar se abrió en par, apareciendo el rubio con un traje de color celeste y bordados blancos, el omega al ver al alfa, hizo una reverencia y mantuvo su rostro serio. Taehyung lo contempló, notando que ya se encontraba bien de su pie y estaba recuperado, quiso decir algo; pero sus nervios lo traicionaron, no sabía si sus palabras incomodarían a su esposo.
—¿Irrespetuoso? esta es mi casa, puedo entrar cuando quiero.
—Sin embargo, se encuentra en mi palacio—recordó el omega que se acercó al alfa—, por lo tanto, aunque usted sea mi esposo, este es mi lugar asignado.
—¿Olvidas con quién estas hablando Min Yoongi? No me puedes negar el derecho a entrar a este lugar.
—Mi doncella se lo dijo, no estaba aún listo. Además, es una sorpresa que haya regresado tan pronto, pensé que...duraría más allá fuera.
Un descomunal silencio se hizo presente. Taehyung apretó su mano y luego la bajó pasando sus dedos por una caja que tenía en la bolsa de su pantalón, respiró con profundidad, al darse cuenta que Min Yoongi no estaba feliz por su regreso, aquel rostro y mirada fría hacia él, de total desinterés, era notorio.
—Avisé que regresaría más temprano: ¿Acaso no recibió la carta que mandé? o si las recibió y optó no contestar ninguna.
Yoongi desvió la mirada un tanto pensativo: "¿Carta, de que estaba hablando ese tipo? nunca le escribió. Para empezar, era la primera vez que aquel alfa iba a verlo después de regresar de la guerra.
—Le pediré que se retire, su alteza.
Kim Taehyung sintió un nudo en su garganta y rió con amargura para salir de aquel cuarto a zancadas, Min Yoongi se giró a ver a su doncella personal, Hani entendió a que se debía aquella mirada, estaba de seguro queriendo indagar sobre las cartas; pero ella no recibió nada de mensajería.
—Su alteza—trató de defenderse aquella mujer—, no he recibido nada ¡Sabe muy bien que le hubiera entregado algo tan importante!
—Lo sé...es solo que jamás las recibí—comentó pensativo, en sus otras vidas, no hubieron cartas tampoco. Terminen de arreglarme, Hani, ve al cuarto de correo, pregunta al respecto sobre quien las recibió.
Aquella doncella afirmó con rápidez, saliendo de aquel cuarto, Yoongi se sentó y las dos ayudantes se volvieron acercar para terminar de arreglarlo aquella mañana.
Taehyung ingresó al palacio de su madre, ella se encontraba sentada en una de las bancas del jardín, al verlo entrar, una gran sonrisa se hizo presente, estiró sus brazos con unas cuantas lágrimas en los ojos. Su hijo le hizo una reverencia de respeto.
—¡Mi niño!—exclamó ella que lo abrazó con fuerza—, cuando leí que vendrías, mi corazón se sintió en paz, bienvenido de nuevo.
—Por lo menos tu si leiste mis cartas.
La señora Kim solo enarcó una ceja y tomó la mano de su hijo.
—¿Qué sucedió? no te ves muy bien.
—Mi esposo no respondió ninguna de mis cartas que le mandé estos dos meses.
—Oh hijo...¿Cómo se atreve hacerte a un lado? ese omega no te valora, mira que ser tan irrespetuoso contigo de esa forma. Deberías darle una lección, castigarlo por algo así, sabes muy bien que debes corregir a tu pareja si toma ese tipo de comportamientos.
—No me atrevería—afirmó aquel alfa y buscó a su padre, miró a su alrededor—¿Y papá?
—Se encuentra en su oficina en estos momentos, puedes ir a verlo más tarde, tomemos el té y cuentame todo—pidió aquella mujer ofreciendo una sonrisa—, me gustaría hacerte una fiesta de bienvenida, por tu sano regreso.
—¿Otra fiesta? no hoy, quiero descansar.
Taehee afirmó enrollando su brazo con el de su hijo, empezando a dirigirse ambos al interior del cuarto, empezando el joven General a contarle todo.
Hani había terminando de investigar el asunto de la cartas, al ingresar vio a su amo que se encontraba bordando y con un rostro serio, aquella mujer se acercó a pasos lentos y tranquilos.
—Mi señor, investigué lo que me pidió. Tuve que sobornar al jefe del cuarto para que me dijera la verdad, resulta que esas cartas las tomó la Consorte Noble, su alteza Taehee—Min Yoongi se giró muy serio—, fueron en total 60 cartas.
—¿Cómo se atreve esa mujer?—Yoongi se levantó de un solo—, iremos al palacio de la Princesa Consorte.
—¡Pero mi señor, su alteza se encuentra allí en estos momentos!
—¿Sabes donde pueden estar esas cartas?
—Según otra sirvienta, la consorte suele esconder sus cartas en su oficina y-...
—¿Quién esta allí en estos momentos?
—Nadie...
—Iremos primero allí.
Hani afirmó muy preocupada de toda la situación, jamás había visto a su señor en un estado de molestia total.
Cuando llegaron a la oficina de la princesa Consorte, los guardias fruncieron el ceño extrañados de aquella visita. Yoongi les miró con total seriedad e imponiendo.
—La Princesa consorte no se encuentra en estos momentos, consorte Min.
—Dejame entrar ¿No sabes quién soy?
—Mi señor...no podemos permitir que entre sin una orden de-...
—¿Entonces voy y le digo a mi esposo que me impidieron el paso? ¡Soy el Esposo Consorte Min Yoongi del General! no soy una concubina o sirvienta, ordeno que me dejes entrar.
Aquellos soldados pasaron saliva con dificultad miraron en dirección de Choi MinHo, quien era un soldado al segundo mando del General, quien solo les hizo un gesto disimulado para que abrieron aquellas puertas. Cuando la orden fue recibida, el omega ingresó con su doncella Hani y sus dos ayudantes más. Choi MinHo se puso atrás.
—Revisen este lugar y encuentren las cartas.
—Si, mi señor—dijeron en coro su sequito de sirvientes.
Una doncella de la Señora Taehee que iba de paso, al darse cuenta de la situación, salió corriendo para informa de lo que acontecía.
Taehee estaba riendo con su hijo mientras comían unos postres y tomaban el té, ella contaba al respecto sobre la reunión con las damas nobles y las jóvenes de la nueva sociedad.
—¿Y mi esposo ha participado en esos grupos?—interrogó rápido Taehyung, sabía que su esposo al convertirse en su consorte, debía ir a esos grupos ya que era ahora un Noble y persona importante. Notó que su madre se puso seria.
—No quiso ir, se lo sugerí pero el médico ordenó que estuviera en descanso, por su pie. Además, tu esposo no está interesado en esas cosas, solo pasa en su palacio, encerrado. Es muy aburrido.
—¡Mi señora!—interrumpió una de sus doncellas que era la que había visto al joven Min ingresar a la oficina sin permiso—. El joven Min ingresó a su oficina privada.
—¿Qué has dicho? ¡Nadie puede entrar a ese lugar sin mi permiso!
—Amenazó a los guardias y esta poniendo todo piernas arriba.
Taehyung frunció el ceño, viendo como su madre se levantó para ir a ese lugar, el alfa contempló a Seojoon, intrigado. Con calma se terminó la taza de té, escuchando a su madre demasiado alterada.
—Su alteza—interrumpió Seojoon—, creo que debería ir usted para calmar la situación, sabe muy bien que su madre y esposo no tienen una relación buena.
—También me gustaría saber que es lo que esta sucediendo. Vamos a la oficina de madre.
Choi MinHo pasó por una tabla de madera y bajó su mirada, dando unos cuantos golpes con su pie, notando que estaba hueca, levantó la alfombra y la tiró a un lado, mientras alrededor habían varias páginas en el suelo y cosas tiradas que las ayudantes de aquel omega habían dejado caer. El alfa se inclinó, metiendo sus manos entre la ranuras hasta que levantó aquel pedazo, viendo unas cartas atadas con unos lazos, al leer y darse cuenta de quienes eran, las sacó.
—Mi señor, he encontrado las cartas—se levantó y se acercó a Yoongi, el cual se giró y tomó aquello, tomó una y empezó a leer, dejando las demás en manos de aquel soldado, que se mantuvo quieto a su lado, las demás sirvientes dejaron de hacer lo que hacían e hicieron a un lado.
Min Yoongi abrió y cerró la boca, cada carta tenía una fecha diferente; pero no podía leerlas en ese momento, al saber la verdad, de que la madre de su esposo le había escondido algo así, sintió algo en su interior romperse: ¿Esas cartas también existieron en su vida pasadas?Logró escuchar unos gritos a lo lejos y unas zancadas, reconoció la voz de su suegra.
—¡Min Yoongi! ¿Cómo te atreves a entrar a este lugar sin alguna autoridad?
Kim Taehyung se bajó de su caballo y apresuró sus pasos, escuchando como su madre empezó a reclamar a su esposo. Cuando terminó de subir las escaleras, vio sobre el hombro de aquella mujer, el omega estaba de espaldas y se giró con unas lágrimas en la esquina de sus ojos, sobre su mano, estaba una carta que le resultó familiar y parecía que el soldado, tenía otras.
—¿Me puede explicar...qué es esto?—Yoongi tomó la cartas y la tiró enfrente de aquella mujer, sintiendo una rabia interna—¡Estas cartas eran para mí!
Taehyung ingresó e hizo a un lado a su madre, se agachó tomando aquellas cartas, ni siquiera estaban abiertas y se giró viendo a su progenitora, la cual al darse cuenta que fue descubierta, pasó saliva con dificultad.
—Pensaba entregarlas cuando te sintieras mejor—ella se trató de excusar, juntando su manos para que no notaran su temblor.
Taehyung las empezó a recoger, con ayuda del soldado MinHo y Seojoon. Yoongi limpió sus lágrimas y miró a su esposo.
—No las había recibido, por eso no contesté ninguna—gruñó entre dientes.Taehyung se levantó y se dio cuenta que no era porque su esposo haya sido un irrespetuoso con él—. Es cierto que no estoy conforme con este matrimonio; pero aun así le debo respeto, su alteza.
Taehyung se acercó a Min Yoongi y se puso enfrente de él, el omega alzó el rostro, el alfa acercó su mano, notando como el rubio tembló, temeroso y cerró sus ojos. Yoongi sintió como el dedo pulgar de aquel hombre limpió sus lágrimas, por lo cual abrió sus ojos, mirando a su alfa, bastante sorprendido.
—Vete antes de que te metas en problemas—ordenó.
—Su alteza.
—Es una orden, retirate.
Yoongi afirmó e hizo una reverencia. Se movió e hizo a un lado, sus sirvientes, también se despidieron de su señor y de la señora de aquella casa. Seojoon había terminado de reunir las cartas que cayeron, las puso sobre el escritorio con cuidado para terminar atando con la soga. La señora Taehee tomó a Yoongi del antebrazo.
—¿¡Dónde crees que vas y sin hacer una reverencia a mi-...
—¡Madre, sueltelo!—alzó la voz aquel alfa, causando temor en aquella mujer, que le miró con los ojos muy abiertos cuando su propio hijo le alzó la voz. Yoongi se liberó y le miró con desprecio.
—¿Acaso usted merece mi respeto, señora?—susurró y se fue alejando a pasos silenciosos.
Taehyung respiró con profundidad para no tratar mal a su madre, Taehee juntó sus manos y desvió la mirada, tratando de no encontrarse con los ojos amarillos de aquel alfa, que le hacían sentirse como alguien inferior.
—¿Cómo pudo hacer algo así?
—Las estaba guardando para dárselas cuando él se recuperara.
—No mientas...¡Las escondiste a propósito! madre...—se acercó a ella y apretó sus dientes—, me has decepcionado.
—Hijo...¿Piensas tratarme así solo por ese omega?
—Es mi omega, madre...es el esposo que acepté. Guardias—aquella mujer se giró al darse cuenta que su hijo parecía hablar en serio—, La princesa Consorte Kim, estará castigada y encerrada en este palacio por dos semanas, se le dará solo dos raciones de comida, pescado y arroz, se le prohibe los dulces y postres o poner una pie fuera de su cuarto ¡Es una orden!
—Soy tu madre ¿Cómo puedes tratar de esta forma a la mujer que te dio a luz?
—¿Cómo pudiste tú caer tan bajo?
Kim Taehyung salió de aquel cuarto y la señora Kim empezó a respirar con dificultad y cayó desmayada ante los brazos de su sirvienta, que pegó un grito. Aquel alfa no miró atrás, siguiendo su camino mientras Seojoon se llevó las cartas consigo. Los presentes estaban incrédulos, aquel hombre ni siquiera tenía piedad con su propia madre, darle semejante castigo era una humillación a su honor.
Yoongi había llegado a su cuarto y limpiaba sus lágrimas, si tan solo en sus vidas pasadas se hubiera dado cuenta de esas cartas, tal vez algo en su relación con ese alfa pudo haber cambiado. Pensó que nunca le importó, supo que la señora Kim recibió cartas; pero cuando el preguntó si había una para él, ella solo le dijo: "No hay ninguna" y aunque esperó en vano en su primera y segunda vida, le dejó de tomar importancia en su tercera y otras vidas. Hani se acercó con un pañuelo, limpiando las lágrimas de aquel omega.
—Mi señor, si sigue llorando, se le pondrán hinchados lo ojos, no se verá para nada bonito.
—¿Por qué esa mujer no me quiere? jamás le hice daño. Si es por mi aspecto, porque soy un omega o un hijo desdichado del primer ministro...yo jamás le falté el respeto—comentó para referirse en sus vidas pasadas.
Kim Taehyung ingreso al cuarto sin avisar, sobresaltando a los presentes en su interior, el alfa al ver a su esposo llorando, no supo que decirle, Seojoon ingresó con las cartas, saludó al esposo de su General, acomodó aquellas cartas sobre una mesa alta que tenía un jarrón de adorno con flores.
—Su alteza—se levantó aquel rubio y saludó en una reverencia, dejando su cabeza en bajo—, me disculpo por mi anterior comportamiento.
Taehyung hizo un gesto para que todos se retiraran, los sirvienta afirmaron,Hani se quiso quedar; pero Seojoon la tomó del antebrazo y casi la arrastró a la fuerza. La puerta del cuarto se cerró de un golpe. Taehyung se sentó sobre una de las sillas, que tomaba el invitado principal cuando alguien lo visitaba.
—Deberías ser castigado por entrar a la fuerza a una oficina privada de la Princesa Consorte y faltarle el respeto a tu mayor.
—Tomaré el castigo que sea necesario—musitó Yoongi aun con la cabeza agachada.
—¿Por qué no me dijiste desde el principio que no habías recibido una carta mía?
—Me había quedado absorto en mis pensamientos, su alteza. Me tomó por sorpresa.
—¿Aunqué dije que preferiste no responder ninguna carta mía? ¿Querías qué tuviera esa imagen tuya?
—Si bien mi intención era que usted pensara eso de mí, no me gustaría que creyera en una idea equivocada, una mentira sobre mí, no puedo permitirlo, tengo mi honor—el omega quiso subir su mirada, pero solo pudo ver al alfa sentado con las piernas abiertas y las manos reposando sobre los brazos de la silla.
—Me equivoqué por pensar mal de ti. Aunque eso no quita que tu mala acción de antes, lo acontecido esta mañana no tardará en recorrer por los palacios, se rumoreaba que tienes mal humor—Kim Taehyung rio un tanto divertido, una risilla escapó de sus labios.
—¿Qué le causa risa, su alteza?
—Pensé que me había casado con una piedra, pero ahora estoy mucho más interesado en tí.
Taehyung se levantó de la silla, se acercó al omega y rodeó su mano alrededor de la cintura de su esposo, el rubio soltó un pequeño quejido, su quijada fue levantada por la mano izquierda, el omega logró ver aquellos ojos amarillos intensos que lo perforaron y lo hicieron temblar. El calor en su cuerpo se empezó apoderar de todo lados hasta concentrarse allí entre sus piernas, maldijo en su interior cuando el aroma de su alfa se hizo presente.
—¿Q-qué piensa que hace? prometió que pasaría conmigo solo en mi época de celo.
—Trata de no provocarme mucho y cumpliré eso, pero si sigues así...me volveré loco y te montaré sin piedad, rompiendo por primera vez una promesa.
Las mejillas de Min Yoongi se sonrojaron, sus ojos se abrieron en par ante lo que acaba de oír: « ¿Cómo su alteza podía ser descarado y confesarle semejante palabras obscenas?»
—¡Tenga decencia, su alteza!
—¿Por qué debería? eres mi esposo.
—Aún así-...
—Ahora, daré la orden de tu castigo...¿Hay alguien alli afuera?—alzó la voz viendo en dirección de la puerta.
Hani entraó casi a tropezones, asustada y se arregló sus cabellos, notando como su señor se había girado y se sostuvo con ayuda de la pared, cubriendo su boca y no parecía sentirse bien.
—¿Su alteza, ha llamado?—la voz de Hani era muy temblorosa.
—Si, le daré un castigo a mi esposo consorte. Desde ahora...—Yoongi se giró, viendo a Kim Taehyung con las pupilas un poco dilatadas y sus mejillas aún en capas de color rojo suave. El alfa trató de contenerse de mandar todo a volar y llevarlo a la cama al ver esa imagen indefensa ante él.
—¿Su alteza?—llamó la doncella esperando la orden.
—Por un mes, el Esposo Consorte Min Yoongi, me ayudará en mi oficina por la tarde, limpiando libros, pasando documentos.
—Pero ese es mi trabajo-..—.interrumpió Seojoon sorprendido al darse cuenta que su trabajo estaba siendo quitado.
—Ya no, por un mes, el joven Min te sustituirá. Descanse joven Min, espero verlo en dos dias en mi oficina en la tarde.
Kim Taehyung sonrió gustoso, saliendo del cuarto, Seojoon contempló al consorte que se sentó en la silla, mirando asustado a su doncella. Cuando la cuerta del cuarto se cerró, Yoongi se pegó en la frente: «¡Esa no había sido la idea principal! debía mantenerse lo más lejos posible, pero el destino no le estaba ayudando, creyó que con esas acciones, ese hombre lo despreciaria y no lo iba a querer ver más»
Contempló aquellas cartas y tomó una con cuidado, la abrió y empezó a leer, por primera vez, dentro de su corazón, sintió un alivio que el General, no lo repudiara tanto como siempre pensó.
08.03.2024:
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