Sabes llegaste en el momento preciso donde mis huesos estaban triturados la piel desgarrada el corazón laserado y el alma desmoronada.
La tibieza de tu alma dio calor a mi cuerpo la brisa cálida de tu voz conforto el alma y el corazón.
Inclinando tu cervix dio la fuerza al mío para levantarme, tus besos y cada caricia llena de ternura reconstruyó cada fisura cada fractura que tenía por dentro y por fuera.
Eres el ángel que sano cada entraña que le dio vida nuevamente, que enseñó a mirar más allá del espejo a amarse y valorarse.
Fuiste guardian cuando la obra se estaba reconstruyendo y enseño a cuidar de el sin necesidad de tener a nadie más.
Por todo lo que hiciste gracias mi querido angel mi guardian mi guía...