La Maldición de los Potter (O...

By siriusblack33

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Serie de One-Shots de los fanfics "Amelie Moore y la Maldición de los Potter" y "Albus Potter y la Maldición... More

Mecanismo
La no-cita || AM.
La novedad del año (1) || AL.
El plan de Paris ||AL.
Una historia de amistad || AL.

Una historia de amor || AL.

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By siriusblack33

No leer si no leyó "Albus Potter y la maldición de los Potter".

Segunda parte del one shot anterior "Una historia de amistad". En este capítulo hay tres saltos de tiempo: el primero es aprox 4 meses después del relato anterior en Navidad. Los dos siguientes ocurren al inicio del próximo año escolar, es decir después de las vacaciones de invierno, 6 meses después de Navidad. Los últimos saltos de tiempo coincidirían con el inicio de la historia de Albus aunque no hay ningún dato o suceso que ocurra en los mismos que se vea acá. 

Espero que les guste, hagánmelo saber en los comentarios ❤

Personajes:

Lysander Scamander: Gryffindor. Durante la primera parte está cursando su quinto año en Hogwarts, a partir del segundo salto de tiempo ya está en sexto año. En la segunda parte, ingresa a sexto. Hijo de Luna Lovegood y Rufus Scamander. Gemelo de Lorcan. Es relator de los partidos de Quidditch al estilo Lee Jordan.

Lorcan Scamander: igual a su gemelo. Enamorado de Lily. A finales de cuarto, ocurre el capítulo "Tercera, la vencida" del libro de Amelie donde besa a Lily y Amelie los interrumpe. Es cazador del equipo de Quidditch.

Lily Luna Potter: bueno no voy a hablar de su familia. Gryffindor. En esta historia está cursando su cuarto año al principio, en la segunda parte estará en quinto año. Es decir, es un año menor a los gemelos. Es buscadora del equipo de Quidditch.

Nathaniel Abercrombie: Gryffindor. Golpeador del equipo. Tiene la misma edad que Lily: está cursando cuarto año y en la segunda parte estará en quinto. No sale mucho en las demás historias, conocerán más de él en este one-shot.

Hugo Weasley: hijo de Ron y Hermione. Gryffindor. Guardián del equipo y es nombrado capitán cuando James deja la escuela. Misma edad que Lily: está cursando cuarto año y en la segunda parte estará en quinto.

Juliette Tate: mejor amiga de Lily. Gryffindor. Misma edad que Lily.

Ives y Elliot Peyton: Ravenclaw. Misma edad que Lily. Hermanos de Paris Peyton.


Otros personajes a recordar nombrados en el one-shot anterior: 

Tyra Collingwood: ex de Lysander, desde tercero hasta finales de quinto. Tiene su misma edad, es Gryffindor. 

Teddy Lupin: hijo de Remus y Nymphadora. Actualmente profesor de transformaciones de Hogwarts. Es metamorfomago. 


No son importantes pero se nombran todos los Weasley y Potter. Por las dudas, les recuerdo que:

Paris Peyton es la coprotagonista de la historia de Albus (sí, terminan juntos)

Amelie Moore la coprotagonista del libro de James Sirius (sí, terminan juntos, me gustan los finales felices).



*************


UNA HISTORIA DE AMOR

La navidad no era su época favorita del año. No se lo dijo a sus amigos.

Le encantaba cualquier cosa que fuera festejar, pero en cuanto empezaban a decorar el castillo, sus cosas desaparecían. Lo mismo pasaba todos los años.

Mientras aquel 18 de diciembre sus amigos aprovechaban para hacer las maletas, Lysander caminaba rápida y torpemente hacia la torre de astronomía. No le gustaba llegar tarde a ningún lado, pero menos le gustaba a Nathaniel, quien tenía sus cronogramas de estudio tan estrictamente trazados que tardaría en perdonarlo si se atrasaba tan solo un segundo.

Hacía seis meses que eran amigos. Bah, no sabía exactamente si eso era ser amigos. Estudiaban juntos en un silencio sepulcral uno frente al otro todas las tardes. De tanto en tanto, su amigo le hacía alguna pregunta aprovechando que era un año mayor. Era la primera vez que realmente habían acordado juntarse y era posiblemente la primera vez que entablarían más de 2 oraciones fuera de la biblioteca.

Lysander no entendía muy bien por qué estaba tan consciente de esto. Quizás porque se había acostumbrado tanto a la presencia de Nathaniel que le sorprendía notar lo poco que coincidían en los pasillos del colegio.

—¿Acaso evitas cruzarte conmigo? —le soltó, nada más llegar a la torre.

Su amigo estaba recostado sobre el piso con una mano tras la cabeza y los ojos cerrados. Sin mucho interés, solo lo espió con uno.

—Buenas noches a ti también. ¿A qué viene eso?

—Es que me di cuenta que pocas veces te cruzo por ahí. Es decir, excepto en los partidos, que la verdad que nunca me hablas. ¿Acaso te da vergüenza ser mi amigo?

Ahora sí, Nathaniel se apoyó sobre sus codos y le prestó plena atención. Lysander estaba bromeando pero cuando aquellos oscuros ojos lo enfocaron se sintió culpable de preocuparlo.

—¿Somos amigos?

Una leve risita escapó de los labios de Lysander. ¿Lo estaba jodiendo?

—¡Obvio! Nos juntamos todos los días a estudiar, Nate, por favor. Te veo más que al resto de mis amigos.

—Lo siento, tenía que preguntar, no soy para nada parecido al resto de tus amigos —se encogió de hombros y volvió a acostarse despreocupadamente sobre el piso con los ojos cerrados—. Qué bueno saber que no soy un acto de caridad.

—No, un idiota, eso es lo que eres.

Lysander se recostó sobre el piso junto a él.

Deberían haber estado estudiando las estrellas, pero por alguna razón que desconocía, por primera vez vio a Nate disfrutando de perder el tiempo. Le parecía bien, se sentían como unas cuasi vacaciones y sería algo raro pasar un par de semanas sin ir a la biblioteca para compartir el último artículo de su mamá y ver la cara de su amigo cubierta de su cabello rubio ceniza cada vez que reía.

Luego de quince minutos echados sin ningún ánimo de abrir un libro, Lysander se sentó y perturbó el momento al abrir el cierre de su mochila.

—Tengo algo para ti.

—¿Y eso por qué?

—Es navidad.

Tomó una cajita forrada de papel navideño y se la extendió. Nate se sentó rápidamente intrigado, fue ahí que Lysander notó que estaba sin zapatos y le dieron ganas de quitarse los suyos sin dudarlo.

—No puede ser... ¡Esto es perfecto! —tomó con cuidado el contenido de la caja y apreció cada detalle como un niño pequeño.

Eran unas espectrogafas de edición especial. Fue algo difícil que su mamá las consiguiera, pero Lysander dudaba que alguien lo mereciera más.

Quiso abrazarlo. Lysander no tenía drama con abrazar a ninguno de sus amigos, ese término de la masculinidad frágil era algo que por suerte nunca había sufrido. Sin embargo, Nate era muy reservado y arisco, temió que se incomodara si lo hacía.

—¡No sabes cuánto las busqué! ¡Siempre quise unas! —se las puso—. ¡No hay ningún torposoplo aquí!

Claro que no. Los torposoplos son criaturas invisibles que flotan en el aire y se meten en tus oídos. La única forma de disiparlos es pensando cosas positivas. Estaba seguro de que allí, en ese momento, entre Nate y él no había ni una sola pizca de negatividad.

Su amigo finalmente se quitó las gafas con una sonrisota... y entonces comenzó a carcajearse en cuanto vio los pies de Lysander.

—¡Vamos! ¡Ya calla! —ordenó divertido, intentando ocultar como sus dedos pulgares asomaban por sus raídas medias—. ¡Se desaparecieron todos mis pares nuevos! ¡Fueron las únicas buenas que encontré!

—Oh, fueron los nargles, ¿cierto? —preguntó Nate dejando de reír.

—Sí, está lleno de muérdagos por todos lados —se quejó.

Puede que sus amigos no entendieran por qué odiaba las navidades en Hogwarts, pero en su casa no se colgaban esas decoraciones: se preferían rábanos flotantes, guirnaldas de corcho de cerveza de mantequilla y escarabajos colgados como perlas del árbol de navidad.

Quizás Nate si lo entendiera.

—Casualmente, yo también te tengo un regalo —ahora él sacó un pequeño envoltorio de su mochila y se lo extendió.

Eran unas medias blancas que por encima del tobillo llevaban bordadas un snorkack de cuernos arrugados. La primera criatura mágica que su madre había podido demostrar su existencia en su trabajo como magizoologa. Lysander creía recordar contarle que eran su criatura favorita.

—Eres el mejor. Los amo.

Se quitó rápidamente los que llevaba puestos y se los colocó. Fue la única vez que los uso, luego de eso los llevó en el bolsillo hasta que volvió a su casa para las navidades. Bajo ningún punto de vista permitiría que los nargles le arrebataran su regalo de navidad favorito.


(***)


Sexto año no había empezado con una buena racha para los hermanos Scamander.

Lily Potter seguía enojada con Lorcan y le gritaba un tanto más fuerte cada vez que recordaba que se había pasado todo el año anterior de novio: primero Psique Davis, después otra rubia de la que su hermano ni siquiera se acordaba el nombre. Y eso que posiblemente solo conociera la mitad de las chicas a las que había besado de tanto en tanto.

Lysander realmente no se esforzaba en tratar de entender a su hermano. Puede que supieran terminar las oraciones del otro y cómo hacer para que hasta un partido de snap explosivo se convirtiera en una borrachera, pero por suerte los impulsos más primitivos de su gemelo no llegaban a su radar de telepatía.

Luego de aquella primera ceremonia del año, su grupo de amigos se quedó un rato más largo al frente de la chimenea de la Sala Común.

—¿Y tú Etti qué hiciste este año? —inquirió Lysander.

Juliette Tate se había hecho amiga de Lily a finales del año pasado e inmediatamente la había integrado al grupo. Quizás se debiera a que estaba hasta la coronilla de ser la única chica entre una parda de hormonados o quizás lo vio necesario porque la chica era terriblemente tímida y callada. Nadie negaba que su grupo necesitaba un suspiro de tantos extrovertidos.

—Emmm... me fui de vacaciones a California —contó. Lysander recordó a Nate pero intentó borrarlo de su mente.

—¿Conociste un lindo yankee?

—Si es lindo seguro se parecía a mí —obviamente Lorcan no perdía oportunidad de responder a las preguntas de Lily aunque no fueran dirigidas a él.

—No hay chance, no hay gente más linda que los franceses.

Ives y Emmerick Peyton estaban allí, lo que no tenía sentido porque eran de Ravenclaw. Le habían robado la capa de invisibilidad a Albus Potter de su mochila y planeaban esconderla bajo la cama de Paris Peyton, su hermana, a la mañana siguiente antes de que despertara. Con ella no se enojaría.

—Cuando a tu novia le deje de interesar la torre Eiffel me avisas, ¿sí?

—¡Ya quisieras!

Hugo recibió un almohadón en la cara. En vez de parecer enojado, Ives estaba un poco disfrutando de la situación.

—¿Y eso? —se alteró Lorcan—. ¿Acaso no somos... 

—... lo suficientemente privilegiados como para saber que tienes novia? —terminó Lysander.

Entonces, como si hubiera estado esperando a que le dieran pie, Ives comenzó. Fue todavía un suplicio mayor que tener que escuchar a Lorcan admirar a Lily. Principalmente, porque el gemelo sí que estaba enamorado de la pelirroja, mientras que Lysander dudaba de que la historia que estaba contando Ives fuera realmente de amor.

—Es que está buena, ¿la viste? —insistía, Hugo asentía con la cabeza cuando no lo miraba—. O sea, yo no sé si la veo con un vestido de novia... pero no te niego que le haría un buen cu...

—Bueno, basta —lo cortó Lily—. Podrá ser muy linda, pero no más que yo.

—En eso tienes razón— Lorcan siempre se quedaba sin dignidad pero nunca sin palabras.

Elliot Peyton miró a Lysander como si fuera un reflejo. La telepatía de los hermanos nacidos en el mismo día a veces podía llegar a intercambiarse con amigos que también tuvieran el privilegio. Ambos mutuamente entendían que era momento de zanjar el tema.

Aun así, Juliette habló por primera vez bajo decisión propia:

—Claro, pero no nos dijiste ni su nombre.

—¡Oh cierto! —recordó Ives como si fuera un detalle menor—. Tessa Abercrombie.

—¿Y podría modelar ropa interior para mí? —se atrevió Hugo, refiriéndose a la marca muggle de nombre homónimo. Se ganó un nuevo coscorrón.

Lysander se excusó con que tenía sueño para volver a su habitación. Aquel apellido le había generado un dolor en la panza y estaba seguro de que no era por lo mucho que había comido en la cena.

Había visto a Tessa un par de veces. Tenía unas piernas largas y esbeltas y un cabello envidiable que le llegaba a la cintura... de color rubio ceniza, tal como su primo.

Después de las navidades, su relación con Nate se había hecho más y más estrecha. No tan solo estudiaban y leían "El Quisquilloso" sino que los encuentros en la torre de astronomía se hicieron más frecuentes y hasta cedió a compartirle secretos de los que solo Lorcan sabía.

Sus amigos no lo conocían, aún cuando Lysander lo había invitado a unirse al grupo múltiples veces. A Nate siempre le ganaba la timidez y le ponía múltiples excusas. Un poco le dolía guardarse a la asombrosa persona que era su nuevo amigo, pero tenía que admitir que un poco de inseguridad le generaba el que encontrara a sus amigos más maravillosos que él (porque lo eran) y ya no volvieran a compartir tardes en la biblioteca.


¿Me quieres contar qué pasa?

¿Hice algo malo?

Lysander.


En esos momentos le hubiera gustado tener la letra perfecta de Tyra Collingwood. Cortó el margen escrito de la hoja y lo envió con su lechuza.

Esperaba que Nate contestara esta vez. No como las otras cinco cartas que había ignorado durante todo el verano. Tuvo que desistir en los intentos cuando se dio cuenta de que hasta Lorcan había recibido respuesta de Lily.

A diferencia de sus amigos, no tenía ninguna historia de amor o desamor que contar de su verano. Su separación de Nate le estaba doliendo mucho más que con su ex. Quizás había amistades más fuertes que el amor...

O quizás Nate sabía legeremancia y se había enterado de lo mucho que Lysander pensaba en sus labios.


(***)


El primer partido de la temporada era Gryffindor vs. Hufflepuff. Lysander se estaba aclarando la voz sobre los espejos del vestuario de su casa una hora antes. No solía ponerse nervioso antes de sus relatos, pero todavía no había resuelto si debería llamar Nathaniel o Nate a su golpeador estrella. Tras un tiempo sin mencionar su nombre, temía que su garganta lo traicionara.

Por suerte, los encantamientos de belleza le habían salido excelentes aquel día. Por primera vez había logrado cubrir todos los poros de su nariz y hasta su cabello estaba colaborando: lo había peinado hacia atrás lo suficiente como para parecer bien arreglado y despreocupado a la vez. Dudaba mucho que una persona despreocupada realmente se esforzara tanto por su imagen pero posiblemente sea la primera vez en el año en que pudiera volver a tener la atención de su amigo, aunque sea a la distancia...

O eso creyó.

La idea de pasar por los vestuarios tan temprano era no cruzarse con el nerviosismo e hiperactividad de Lorcan y Hugo previo a cada partido. Quería aprovechar la soledad del lugar para apaciguar el torbellino de pensamientos que era su mente pero escuchó el ruido metálico de alguien abriendo un casillero mucho antes de que su cumpliera la hora de llegada.

Permaneció en el baño, inmóvil y silencioso, como si alguien le hubiera echado un "Inmobulus". Deseó con todas sus fuerzas que el universo le presentara a cualquiera de los otros seis jugadores del equipo y no a...

—Nate.

Se le escapó su nombre por los labios en cuanto lo vio por el reflejo del espejo. Estaba sobre el umbral de la puerta y le costó disimular su breve estupefacción antes de dirigirse a otro de los espejos del baño compartido.

A Lysander un poco le urgía escuchar su nombre en sus labios.

—Perdóname, te juro que no era mi idea venir aquí para cruzarte —se le enredaron un poco las palabras y esperaba que no se le enredaran también los pies mientras se acercaba lentamente a él—. Sé que llevo la misma sangre de Lorcan, pero no soy tan acosador como él.

Nada. Ni una sonrisa.

Mirándose al espejo, Nate comenzó peinar sus rulos estirándolos hacia atrás. Eran movimientos un tanto bruscos y con demasiada concentración para el simple hecho de hacerse una coleta.

—Creo que me merezco saberlo, Nate —insistió—. Llevo todo el verano queriendo saber qué pasó para que me menosprecies así.

A su amigo le tembló un poco la mano. Tenía los labios presionados en una recta línea cuando se volteó a verlo, pero lo único que podía ver Lysander eran sus ojos. Tan inexpresivos que sentía que él no estaba realmente allí.

Siguió sin contestarle.

—¡Vamos! ¿Qué fue lo que hice? Quiero arreglarlo.

—Me lastimas.

—¿Cómo?

—Me lastimas pero no es tu culpa —repitió Nate, esta vez un poco más fuerte de lo que hubiera deseado—. Nunca quise ser tu amigo.

Que él le sostuviera la mirada duró como una eternidad.

Un nuevo ruido metálico desde los casilleros lo sobresaltó. Y antes de que cualquiera de los recién llegados pudiera verlo llorar, escapó de los vestuarios de la manera más rápida posible.

"Nunca quise ser tu amigo". Y a Lysander nunca le habían dicho algo tan doloroso.

Los alumnos de Hogwarts iban a empezar a salir del castillo para ir a las gradas. No quería cruzarse a nadie así que eligió dirigirse hacia el Lago Negro, donde probablemente quedaran solo dos o tres chicos a los que no les interesara el partido.

¿Cómo iba a relatar así? ¿Cómo iba a tener la fuerza de solo presentar al equipo de Gryffindor sin que se le quebrara la voz?

Cuando llegó al haya donde siempre se encontraba con sus amigos le sorprendió que aún quedaran rastros de ellos: la cabeza de Lily pacíficamente recostada sobre el hombro de Lorcan. En cuanto los vio, su instinto primitivo actuó y se dio cuenta que prefería ser consolado por gente que lo quería antes que volver a la soledad de su habitación.

—Perdón por interrumpir —murmuró.

Lysander pensó que debía tener un aspecto espantoso, porque Lorcan y Lily no comenzaron a gritarse en cuanto los descubrió. De hecho, se irguieron en sus lugares con un semblante tan preocupado que las lágrimas finalmente brotaron de los ojos de Lysander sin que pudiera controlarlo.

—Hombre, ¿qué pasa? —Lorcan se puso en pie de un salto y lo abrazó. Lily se paró frente a ellos, no muy segura de si era su lugar, pero Lysander la quería tanto que lo último que podría sentir junto a ella era incomodidad.

—Nathaniel —murmuró y enjuagó su nariz sonoramente.

Lily y Lorcan compartieron una mirada conocedora que a Lysander se le escapó. Comenzó a relatar lo que había pasado en los vestuarios lo más rápido posible porque necesitaba compartirlo, pero tampoco quería retrasar a sus amigos cuando había partido.

A los lejos ya se podía escuchar el murmullo en aumento de voces extasiadas dirigiéndose a los campos de Quidditch. Lysander no podía recordar ni una vez en su vida que hubiera estado triste antes de un partido.

—Espera, espera, espera. ¿Cómo fue que te dijo?

Miró a su hermano con cara de pocos amigos y aunque le arañara la garganta repitió:

—"Nunca quise ser tu amigo".

—No, no, antes de eso.

—¿"Me lastimas pero no es tu culpa"?

Lily y Lorcan volvieron a mirarse. Eran su pareja favorita pero un poco le molestaba que compartieran un conocimiento del que Lysander no tenía ni idea.

—Bueno Lys, hay muchas interpretaciones para esa oración... —la pelirroja lo miró vacilante pero finalmente lo enfocó con toda la intensidad propia que la caracterizaba—. No has pensado que quizás, no sé, ¿le gustas?

A Lysander lo recorrió un escalofrío de pies a cabeza. Aunque no sabía si describirlo así porque fue la sensación más cálida que hubiera sentido alguna vez.

El mundo le estaba dando vueltas a su alrededor mucho más rápido de lo que deseaba. Deseó con todas sus fuerzas que aquella pregunta encajara con las actitudes hostiles de Nate.

—Tiene lógica, ¿alguna vez te hablo de alguien en particular o solo lo evitaba?

Lysander estaba un poco pasmado como para contestarles. Su mente intentaba recabar información a una velocidad desbordante. De hecho, no recordaba haber tenido conversaciones sobre su pasado amoroso con Nate..., pero era Lysander quien las evitaba: no le interesaba mucho saber si su amigo alguna vez había amado a alguien porque el solo pensarlo le oprimía el pecho.

La única vez en sus conversaciones en que la palabra gustar había sido referida a una chica fue con su hermano presente, cuando quiso desesperadamente saber si era un rival o no para su futura novia.

—Además —volvió a hablar Lorcan, que posiblemente por telepatía descubrió lo que estaba pensando—, dijo que Lily no le gustaba. ¡Eso es imposible! ¡Mírala, cualquier persona que diga eso es gay!

Lily se dio vuelta a punto de despotricar contra él. Se detuvo cuando vislumbró la expresión asustadiza de Lysander ante la palabra que había elegido su hermano. Se dio cuenta más bien de que quizás se estaban enfocando en la versión equivocada de la historia.

—Con esa lógica... ¿Alguna vez te guste, Lys? —Lily lo miraba tan seriamente que el aludido esta vez no pudo reír ante su egocentrismo—. ¿Alguna vez te gustó Tyra Collingwood?

Lysander había intentado negárselo todo este tiempo. Creía que realmente se había sentido atraído por su ex pero en los últimos meses se dio cuenta que no había cosa que le gustara más de ella que todo eso que él no podía tener: encantamientos de belleza perfectos, piel perfecta, buena jugadora, muchos chicos a los que enamoraba fácilmente...

Y recordó a Teddy Lupin inexplicablemente y lo poco que se podía concentrar en clases desde que era su profesor. ¡Y lo mucho que lo respetaba aunque nadie lo hiciera!

Nunca le había gustado Tyra, solo la admiraba. Nunca había perdido su habilidad para transformaciones, solo tenía un crush con Teddy Lupin.

—¿Qué pasa si lo soy? —preguntó en un hilillo de voz— ¿Qué pasa si yo tampoco quiero ser amigo de Nate?

Vio la expresión de orgullo en el rostro de Lily.

—Mientras seas feliz... —su hermano se encogió de hombros sin borrar aquella sonrisa gigantesca que probablemente le confesaba que sabía esto mucho antes que él.

Lysander los estrujó en un abrazo y les dijo que los amaba. Les pidió que le dijeran a McGonagall que se había intoxicado con las verduras del almuerzo y esperaba que consiguieran un nuevo relator como que no volvieran a servir espinaca nunca más en la historia de Hogwarts.

Tenía una lista de secretos propios que desenmarañar y un plan que preparar.


(***)


Ives Peyton le iba a estar cobrando favores hasta el día que muriera.

No podía culparlo, había terminado tan mal con su ex (sí, no habían durado ni un mes) que tener que pedirle un favor a ella era descabellado. Aun así, Lysander se lo había solicitado tan pero tan desesperadamente que al Ravenclaw no le quedó otra que aceptar, aún cuando su amigo no quiso contarle los motivos.

A Lysander realmente no le preocupaba contarlo, pero creía que aún se debía un tiempo a solas para amigarse con la oración "soy gay". Su cabeza se lo había susurrado un par de veces pero sus cuerdas vocales siempre habían estado atemorizadas.

Una semana después de la victoria de Gryffindor, había estado ordenando sus ideas. Su vida no se sentía diferente pero había un brillo de claridad en cada deseo y actitud que cruzaba por su mente. No había vuelto a ver a Nate, solo había escuchado los comentarios de su horrible desempeño en el último partido y se había tenido que aguantar la golpiza que se merecían cada uno de los cotillas.

Como sea, en cuanto llegó el viernes a la medianoche alcanzó todos los pasadizos secretos hacia la torre de Astronomía. Lily y Lorcan le harían el favor de distraer a Filch con la capa de invisibilidad en la otra punta del castillo para que nunca lo cruzaran.

Era un plan bueno, pero estaba repleto de fallas. Como que, por ejemplo, Tessa Abercrombie optara por no cumplirle ni un mísero favor a su ex novio y que de aquella manera, su primo nunca se enterara de que había alguien esperándolo en la torre de Astronomía.

—Lo supuse —una voz lo sobresaltó a las 12:12.

Lysander casi cae por la barandilla del susto, pero se aseguró de que sus pies seguían en tierra firme cuando lo vio tras de sí. Su inusual impuntualidad le renovó todas las esperanzas: Nate llevaba unos jeans y una camisa a cuadros, tenía un deje de insomnio en los ojos que ni sus rulos podían ocultar. No se podía deducir si estaba decepcionado o no de verlo.

A Lysander le hubiera gustado controlar sus expresiones igual de bien, pero definitivamente no era una cualidad que se heredara en su familia.

—No quiero hablar —dictaminó Nate.

—Está bien, no te invite a hablar —esperaba que los latidos tan fuertes de su corazón no ocultaran sus próximas palabras—. Esto es una cita.

Y señaló hacia el rincón más alejado de la habitación, en donde había extendido un mantel de picnic, una velas flotantes y un vino muggle que había conseguido con los contactos de contrabando que tenía en el exterior (o sea, Lee Jordan).

Por primera vez en estos meses pudo ver en Nate un semblante que no era desinteresado. Estaba tan sorprendido como aquella primera vez que se conocieron y Lysander se atrevió a jalarlo del buzo para que golpeara a su hermano con una bludger.

—Nunca quise lastimarte. Si yo hubiera sabido que... Es decir, tampoco te estoy culpando por no contarme. Pero yo siempre quise ser tu amigo porque me gusta tenerte cerca —le confesó con la voz duplicando sus nervios por cada paso que Nate daba hacia él—. Me encanta pasar tiempo contigo. Y... y... bueno, los sentimientos que tengo por ti no los tengo por mis amigos.

No era la mejor declaración de la historia, pero se le dificultaba pensar cuando tenía la cabeza embotada de pensamientos negativos.

Cuando finalmente Nate estuvo frente a él, se llevó una mano a los bolsillos y sacó las espectrografas que le había regalado.

—Por Merlín, Lysander. Estás lleno de torposoplos.

Se las quitó con una sonrisa y se las entregó. Sin saber muy bien qué hacer e intentando no distraerse con sus labios, Lysander se las puso. Toda su vista adquirió un tinte amarronado, excepto por las millones de lucecitas amarillas que revoloteaban en torno a su cuerpo y eran las causantes de que su razón estuviera tan nublada.

Entonces vio la silueta de Nate más cerca de él y con sus otros sentidos apreció el calor de su presencia. Lo besó. Y no se sintió a nada que Lysander hubiera podido experimentar antes. Se preguntó si los torposoplos tenían la capacidad escondida de hacerte flotar o era él a quien le costaba creer que no estaba en un sueño.

Cuando Nate se separó, todas las lucecitas amarillas se habían disipado.

—Te quiero mucho, Nate. Y yo tampoco quiero ser tu amigo. 




*********************

Holuuu, bueno acá está la parte final. Espero que les haya gustado!!! 

Siempre quise escribir sobre estos personajes. Tarde, pero seguro ah. 

Ahora sí, si quieren refrescarse la memoria o saber como terminan estos personajes pueden leer un poco de ellos en la historia de Albus: 

- Dulce, virgen e inocente --> donde se pelean por problemas de Nate para salir del armario. 

-Ridículo --> POV HUGO en donde Lysander se confiesa 

-EXTASIS con los Cudley Cannons--> donde lo presenta con sus amigos. 

-Epílogo--> breve última aparición de la pareja. 


Les mando un saludo grande, cuidense ❤ esperemos que no tarde otros 5 años en volver a aparecer. 

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