Charlotte Harrison
Me sobresalto al escuchar su voz, Farid sonríe y me suelta en cuanto ve a la mujer frente a nosotros. Giro sobre mi eje sintiendo una punzada de culpa, porque sé de quién se trata perfectamente. Volteo la mirada hacia Leister quien se encuentra sonriendo burlón, y yo me pregunto: ¡¿Que mierda hace aquí mi madre?!
—Mami, no sabía que estabas aquí —es lo único que sale de mis labios.
—Señora Harrison, mucho gusto —interrumpe el hombre detrás de mí caminando hacia mi madre —. Farid Leister.
Estrecha su mano hacia ella, y ésta la toma dudosa pero firme.
—Bueno, creo que ya se conocieron —la voz de Neron aparece, y pareciera que me dan una bofetada.
—Un gusto Farid Leister —responde mi madre por cortesía. Claramente está molesta —Hija, no me habías dicho que en tu apartamento había un nuevo inquilino.
Escudriño con la mirada a Neron que nos observa divertido. Farid agacha el rostro para no soltar la carcajada frente a mi madre, estando seguramente consciente de que también es por su culpa.
—Te lo iba a decir —respondo acercándome a ella dejándole un beso en la mejilla.
—La vergüenza que tuve que pasar...
—Descuide señora, Declan no muerde —le dice Farid.
Lo golpeo en el hombro para que guarde silencio. Mi madre no le hace mala cara, al contrario, esboza una media sonrisa dispuesta a reírse, pero conociéndola sé que no lo hará. Quiere mostrarse firme ante el hombre que pronto será mi marido y ella ni siquiera está enterada de ello.
—¿Que te trae por acá madre? —le pregunto, tomándola del antebrazo, caminando con ella hacia el coche.
Me mira a los ojos, suspira y yo simplemente le hago un gesto.
—Tenemos que hablar.
Asiento. Camino con ella buscando el coche de Neron, quien se queda distrayendo a Farid. Para cuando llegamos, me recargo en el capó del coche y mi madre se posiciona frente a mí. Va vestida con ropa formal y gabardina mitigando el frío que ahora hace.
—¿Y bien? —pregunto.
—¿Qué pasa con tu vida? —me reprocha —. ¡Te divorcias, y ahora me enteró que te casaras!
—Lo dices como si fuera un delito —me defiendo.
—No digo que lo sea, solo que no ha pasado el tiempo suficiente como para volver a casarte...
—Oliver y yo terminamos bien madre, así que no necesito de la aprobación de nadie para casarme nuevamente. Además, ¿quien te lo dijo? Tu no...
Suelto con pesadez un suspiro al voltear a ver a mi hermano, sonriente con mi prometido.
—Neron —digo.
—Si, fue él. Pobre de Oliver...
—Deja de defenderlo madre. Sé que hice las cosas mal, pero ya estábamos forzando la relación.
—¿Él o tú Charlotte?
—¡Suficiente! —espeto con fuerza —. Siempre lo defiendes, y no tengo dudas del porque, pero yo soy tu hija no él.
Me altero, el coraje me arrasa con fuerza en el cuerpo entero y las manos comienzan a picarme. Entiendo que haya querido a Oliver como un hijo, pero no es justo que conmigo no se compadezca ni un poco, que piense que la culpable de todo fui yo cuando... cuando...
—Solo venia a invitar a tu prometido y a ti en Navidad, tu padre los espera con ansias, a su niñita adorada.
Estoy por oponerme y decirle que se vaya y que no iremos, pero Farid interviene.
—Muchas gracias señora, ahí estaremos MI prometida y yo.
—Perfecto —responde mi madre con una sonrisa—. ¡Neron, vámonos!
Mi hermano se despide de ambos, y sube junto a mi madre al coche. Farid me toma de la mano y yo la aprieto mitigando el coraje que siento en estos momentos. Le cuento lo que acaba de suceder con ella de camino al coche, así como le cuento lo mucho que mi madre quería a su ex yerno. Después de un rato, durante el camino de regreso, me doy cuenta que no he parado de hablar sobre Oliver y mi madre, y siento pena por Farid al darme cuenta de ello.
—Supongo que me tendré que esforzar más con ella —comenta.
—No, no lo veas así, además, si no te has dado cuenta ya somos tres aquí —le digo tocándome el vientre.
Farid estaciona el coche al llegar al edificio, se baja para abrirme la puerta y cuando salgo de éste, me rodea la cintura con sus manos, acercándome a sus labios para besarme. Un beso delicado, húmedo y candente. Me fascina éste hombre, es lo que pienso, y sin dudarlo se lo digo al oído. Su cuerpo se estremece, y el mío se calienta cuando la palma de sus manos viajan a mis glúteos y los azota. Suelto una risita nerviosa, volteando después a todos lados procurando que no nos haya visto algún vecino del edificio.
—¿Qué te preocupa, ricura? ¿Que te azote así? —dice, volviendolo a hacer.
—¡Leister! —exclamo quitandole las manos de mis gluteos —. Alguien podría vernos.
—¿Y? Que vean lo que le hago a mi mujer —responde con una sonrisa burlona.
Suelto una risa nerviosa, lo tomo de la mano y caminamos juntos al elevador del estacionamiento. Vuelve a enfrascarme en un beso apasionado y gimo en su boca cuando toca mis senos. Suspira cuando me separo de sus labios por unos segundos, y mirandolo a los ojos, noto el perfecto y claro color azul.
—¿Crees que será niño? —me pregunta sin dejar de mirarme.
—Una niña —le respondo con una sonrisa —. ¿Qué harás con dos mujeres en tu vida?
—Amarlas, claro está.
Sonrío.
Las puertas se abren, salimos del ascensor y caminamos hacia el departamento donde Nay ya nos espera con los invitados. Leister finge sorpresa cuando nos adentramos a la sala del apartamento, y mi mejor amiga se acerca a mi prometido para felicitarlo. Después de ella le sigue el príncipe encantador, Declan, Brandon y su hermana Antonella.
—Mis padres ya sabes dónde están —le dice Antonella cuando lo abraza y le deja un beso en la mejilla.
—Seguramente cuidando a los monstruos.
—Ya sabes que siempre se tardan. Y no, los monstruos están con su papá.
Saludo a su hermana y a Brandon, el tiempo pasa, y a la velada se le suman sus padres y mi amigo Izan quien viene acompañado de Mercedes. La pasamos hablando de tonterías e historias de Leister cuando era niño. Sonríe, y aunque ya se sabe que nos hemos comprometido, lo que nadie sabía era que seríamos padres. Leister se levanta de la silla y les anuncia a todos los presentes que estoy embarazada, y para cuando acordamos, sus padres ya se encuentran felicitándonos y deseándonos lo mejor. Después de unos minutos camino hacia la cocina para dejar los platos en el lavavajillas. Siento una mirada recorriendo mi cuerpo, y cuando me doy la media vuelta veo a Brandon recargado en la encimera de la cocina. No le sonrio, mucho menos porque noto lo molesto de su gesto brusco.
—Felicidades —me dice mirándome con sus fríos ojos verdes.
—Gracias, pero lo del embarazo tu ya lo sabías. —Respondo.
Mi mente viaja a ese momento en el que Brandon supo lo de mi embarazo, se suponía que era una sorpresa que les daríamos a todos en persona, pero el muy maldito vio la hoja sobre la encimera en una de sus visitas.
Le paso por un lado, pero éste me toma con fuerza del brazo sin importarle que la mayoría se encuentre a unos cuantos metros de nosotros.
—¡¿Qué te pasa?! —gruño por lo bajo, volteando con disimulo hasta donde se encuentra Farid. Lo veo riendo con Declan, seguro de alguna broma.
—¿Cuándo se lo dirás a tu prometido? —me pregunta.
Comienzo a temblar, quiero salir corriendo y vuelvo la vista hacia Brandon nuevamente. Siento su calor, y el aroma que emana de su ser; una combinación de perfume amaderado y el mentol en su aliento. Trago duro mirándolo a sus ojos verdes, las pupilas se le dilatan y cuando le hago un gesto retira la vista apresuradamente.
—Estás advertida preciosa, que si no se lo dices tú, se lo terminaré diciendo yo.
Me suelta. Camina hacia los demás y Nay se me acerca con el gesto fruncido.
—¿Qué mierda Charlotte? Estás embarazada, porque permites que Brandon te agarre a su antojo —espeta llevándome a la cocina.
—Nada, no pasa nada.
Respondo. Nay insiste, pero me opongo a contarle a mi mejor amiga la verdad.
Lamento mucho la demora mis adorables Perversas ♥ Les debo una disculpa ENORME! Pero ya me encuentro de regreso. Por cuestiones personales me tomé un descanso LARGUISIMO, pero poco a poco vuelvo para seguir y darles lo que se merecen a tan larga espera :')
Un capítulo corto, pero es una probadita de lo que vendrá para ésta novela L_L
LES AMO TRES MILLONES MIS PERVERSAS ♥
Y diganme, ¿extrañan a Farid Leister?
Una pregunta más, ¿les gustaría precensiar el nacimiento del bebé? L_L