Caminos a Ti.

By Kaos_Salv

391K 36.4K 24.5K

Madison sentía que su vida era bastante común y corriente, al menos, hasta el día en que su novio decide term... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34

Capítulo 18

14.1K 1.1K 928
By Kaos_Salv

NOAH

⏳⌛️

—Es raro verte en menos de una semana, Noah. —Mi psicólogo acomodó sus anteojos mientras me sentaba.

—He tenido días difíciles, más de lo normal.

—Soy todo oídos.

—Golpee a alguien, alguien con dinero y terminé llamando a Madison para que me salvara.

—Okay. —Noté como empezó a escribir en su libreta. —¿Por qué golpeaste a alguien?, no eres del tipo de persona con conductas violentas.

—Hay gente que a veces se lo merece, además fue en defensa. Que haya sido una defensa desmedida es otra cosa. Pero tranquilo, ya hice mi reflexión y no es algo que planeo repetir, fue un error y no es la manera de reaccionar. —Dije lo último para evitar ser juzgada por él.

—Okay. —Repitió. —¿Y cómo te has sentido con lo de Madison?

—Me sentí una idiota. Una verdadera y gran idiota.

—No deberías hablar así de ti.

—No debí llamarla estando con Anastasia, sus ojos claramente estaban juzgándome y estaba incomoda, pero ella se quedó pese a ello para ayudarme. Traté de hablar con ella, pero la idea de hacerlo me hace sentir mal.

—¿Por qué te sientes así?

—La culpa. No debí pedirle un favor como ese, se ve que ella esta bien, hasta parece estar saliendo con alguien y si no lo está, de seguro podría encontrar a otra persona. A alguien que pueda cumplir con lo que ella necesita, ya que yo no puedo cumplir ese rol.

—¿Cómo sabes lo que ella necesita?

—Bueno, pues me refiero a lo que cualquier persona necesita en una pareja. Yo solo le traería problemas, su vida sigue y parece estar bien, ¿por qué hacerla cargar con un peso?

—¿De qué peso hablas?

—Sabes de lo que hablo. —Sus ojos me miraron. —No es algo fácil salir con una persona como yo.

—Bueno, las relaciones no tienen por qué siempre ser fáciles. Muchas personas enfrentan diferentes problemas, incluso de salud mental, en sus relaciones y buscan las maneras de solucionarlos en base a la comunicación.

—Si, eso para mi es un gran problema. —Admití. —Pero, aún creo que es difícil, siento que si le dijese todas las cosas que pasan por mi mente ella podría verse atrapada en una relación por pena. Cuando quiera terminar la relación temerá que mi vida se ponga en riesgo, o un día podría agotarse de verme mal, o bien no entender por qué a veces tengo tantas energías.

—¿Por qué te pones en todos esos escenarios antes de que siquiera sucedan?

—Es mi método de autodefensa, digamos que pienso que Madison podría entender hasta mis pensamientos más oscuros, pero en el momento en que le diga las ganas que tengo de morir empiece a sentir que deba cuidarme, que no podría dejarme sola. Yo no quiero que me cuiden, ya he tenido suficientes relaciones de ese tipo.

—Quizás, deberías verlo como actos de amor más que de lastima. —Él me sonrió. —El amor es también sobre cuidarse uno a otros, es parte de este el preocuparte por la otra persona, así como te preocupas por tus amigos, o por tus padres. Tú también querrías cuidarla y protegerla, ¿no? —Asentí. —Entonces es casi lo mismo, Noah. No porque quieras cuidar de Madison significa que lo hagas por lastima o que crees un sentimiento de dependencia hacia ella. Sé que todas estas ideas que pasan por tu cabeza vienen del creer que no puedes ser amada, pero ya lo eres. Por tus padres, por tus amigos que te han acompañado en todo esto y perfectamente puedes encontrar una pareja que también quiera estar en esa posición contigo.

—No sé si estoy lista para abrirme a esa idea.

—No tiene por qué ser hoy, pero en un momento mientras sigamos trabajando juntos podrás abrirte a esa posibilidad, ¿no lo crees? —Asentí, la presión que sentía en mi pecho al entrar aquí se estaba yendo poco a poco. —Recuerda que esto es un paso a paso, a veces se siente algo lento, pero tenemos muchas cosas que trabajar y me gusta saber que hoy has podido ser más transparente con tus miedos. —Su sonrisa me tranquilizaba. —Ahora bien, ¿por qué no hablas un poco con Madison?, podrías intentar expresarte a grandes rasgos sobre lo que te pasa.

—Suena como una gran tarea.

—Lo es, pero puedes intentarlo. No tienes que decirle todo, pero quizás sería un buen acto para ti también soltar un poco de todas las cosas que te guardas para ti. Quizás hablar un poco con ella te hará bien, lleva las cosas lento mientras ella lo permita.

⏳⌛️

Madison me besaba de una forma que solo me confirmaba que ella quería esto tanto como yo, sentí su peso en mi cuando se sentó para quitarse su camisa ante mis ojos, ver su cuerpo de esa forma nuevamente me hizo sentir en un sueño, quería ver de cerca sus lunares y tratar de descubrir si había alguno nuevo. Cuando iba a posar mis manos sobre su cintura, ella tomó mis muñecas antes de inclinarse para obligarme a poner mis manos sobre mi cabeza, ella estaba sobre mi de esa forma y fue suficiente para sentir como me había mojado. Madison era una de las mujeres más sexys que he conocido, sus ojos azules me miraban con una intensidad que bloqueaba mi cuerpo.

Sus labios besaron con cuidado mi cuello, cuanto intenté soltarme de su agarre para volver a intentar sentir su cuerpo, ella solo presionó con más fuerza.

—Madison, por favor. —Murmuré.

—Si te portas bien y me obedeces te dejaré hacerlo. —Mi boca se secó. No esperaba este tipo de juego, pero me gustaba. —¿Me entiendes?

—Todo lo que tú me pidas. —Le sonreí y noté como sus mejillas se sonrojaron levemente antes de que ella me volviera a besar.

Madison se las arregló para tomar mis muñecas con una de sus manos para poder tocar la piel descubierta que tenía con cuidado. Mi piel se erizó bajo su tacto, sus dedos rozaban mi abdomen mientras subían poco a poco hacia mi pecho, cerré mis ojos para disfrutar de los besos que bajaron a mi cuello.

Su teléfono sonó.

—Mierda, es Xavier. —Ella me soltó y se inclinó sobre mi para alcanzar su teléfono que estaba en su mesa de noche. —Xavier, hola. —Madison iba a quitarse de encima mío, pero tomé su cintura con algo de fuerza para evitarlo. No quería dejarla ir ahora mismo. Sus ojos me miraron en forma de advertencia, pero no me importó. —Si, sabes no me estoy sintiendo bien ahora mismo... —Me senté sorprendiéndola, pero antes que reaccionara bajé un poco su sujetador para besar su pecho, vi como sus mejillas se ponían rojas. —Sé que fue una reservación difícil de conseguir, pero podemos reagendarla, yo lo arreglaré. —La mordí y ella de manera inmediata apartó el celular para tapar su boca mientras llevaba su pezón a mi boca. —Noah, basta. —La pelirroja podía apartarme, pero no lo hacía. —Xavier, te lo compensaré. —Tomé con cuidado su pezón con mis dientes y lo apreté suavemente. —Adiós. —Colgó tirando el teléfono lejos para luego tomar mis hombros y volver hacer que mi espalda tocara el colchón. —Te dije que debías portarte bien.

—No era yo quien hacía cosas indebidas. —Sonreí y ella tomó mi rostro con su mano apretando un poco mis mejillas.

—Sabías bien lo que hacías, Noah Dubois. —Se inclinó para acercarse a mi oído. —Sabes muy bien cómo provocarme.

Definitivamente Madison sabía cómo provocarme a mí.

Sentí su lengua tocar un poco mi oreja antes de bajar a mi cuello, pronto una pequeña mordida se sintió y supe que dejaría fácilmente una marca por mi dermografismo. Pero no me quejaría, la sensación fue increíble.

—Tómalo como un pequeño castigo. —Cuando pude ver su rostro ella se veía algo tímida. Descubrí entonces que Madison quería adoptar ese rol dominante, pero no parecía tener mucha experiencia en esto.

Que linda es.

—Me portaré bien —Tomé una de sus manos y la atraje a mi boca para besar su palma mientras la miraba a sus ojos, su cara estaba completamente roja. —, pero por favor, tócame. —Lamí uno de sus dedos. —Prometo ser buena, Madison. —Eso pareció ser suficiente para darle un poco de confianza.

Sus labios volvieron a besarme mientras sus manos iban a mi top deportivo para quitármelo y volver a lo que habíamos dejado pendiente. Madison se quitó su sujetador quedando aún con sus pantalones, era una vista hermosa. Su piel blanca y sus lunares grandes me encantaban, me encantaba cada parte de su cuerpo, y por mucho que quisiera tocarla en ese momento quise dejar que ella tomara el control de la situación.

La lengua de Madison rozó mi pezón izquierdo antes de moverse en círculos lentamente, era casi una tortura que lo hiciera tan lento, iba a pedirle que fuera un poco más rápido, pero en sus ojos había una pequeña expresión burlona. Ella sabía que esto me estaba matando, solté un suspiro satisfactorio cuando por fin succionó mi pezón, su mano derecha apretó un poco mi pecho derecho y sentí como entre sus dedos hizo un poco de presión para atrapar mi pezón estimulando junto al que tenía dentro de su boca. Se sentía jodidamente bien, estaba apretando como a mi me gustaba.

No pude evitar gemir cuando me mordió nuevamente, eso pareció motivarla para seguir siendo un poco más brusca o, mejor dicho, lo estaba haciendo un poco más rudo.

Me gustó.

—Noah, me encantas tanto. —Fue mi turno para sentirme algo avergonzada bajo su mirada. —Tu cuerpo me encanta. —Su mano derecha soltó mi pecho para empezar a bajar lentamente. —Pero lo que más me encanta —Gemí por la sorpresa de sentir como su mano bajó a mi entrepierna y uno de sus dedos acarició mi clítoris. —es saber que estas así de mojada por mí. —Llevó su mano a su boca para lamer su dedo y tragué fuerte cuando me sonrió. Se acomodó entre mi cuerpo para quitarme los shorts deportivos junto a mi ropa interior para dejarme completamente desnuda bajo su cuerpo, ella se quitó sus pantalones lo cual agradecí porque probablemente la sensación de su tela no me hubiera gustado sentirla directamente.

Su mano se posicionó en mi entre pierna mientras sus ojos seguían en mí, cuando empezó a estimular mi clítoris lo hizo con cuidado y sentí como sus ojos empezaban a analizarme asegurándose de que estuviera bien.

—Un poco más rápido. —Murmuré, cuando lo hizo una corriente pasó por mi cuerpo. —Mierda. —Gemí.

—Tus gemidos me prenden más, Noah. —Fue como una confesión que se escapó de los labios de Madison.

Su lengua acarició mi pezón derecho en círculos, se sentía caliente, como el resto de mi cuerpo. Sus dedos se movían un poco más rápido, tomé una almohada para morderla, esto se sentía demasiado bien y no quería terminar tan rápido, pero me lo estaba haciendo difícil. No sabía si era por el hecho de que llevaba mucho tiempo sin estar con alguien de esta forma o porque ella me excitaba demasiado, aunque lo ultimo era cien por ciento seguro.

—Te he dicho que me gusta escucharte. —Ella apartó la almohada de mí. —Voltéate. —Madison detuvo el movimiento de sus dedos. Yo le obedecí sin dudarlo, aunque me llevé una gran sorpresa cuando tomó mi cadera para levantar la zona y apegarla a su pelvis, había sido brusco, pero no brusco mal. Sino del que gustaba, o al menos, a mi me gustaba. —Estás tan mojada, Noah. —Una de sus manos se apoyó en mi espalda haciéndome mantener mi cabeza en el colchón, me apoyé con mis brazos para estar un poco más cómoda.

Sus dedos volvieron a mi clítoris, pero solo para buscar una lubricación natural antes de entrar con cuidado, un gran gemido escapó de mis labios al sentirla ahí. Sus movimientos al principio eran suaves, pero eso no evitaba que sintiera una corriente pasar por mi cuerpo por el placer que sentía, poco a poco la velocidad fue aumentando, la mano que estaba en mi espalda bajó para apretar mi trasero mientras sus dedos se curvaban un poco al entrar sabiendo que ahí estaba un punto sensible. Era como si ella conociera mi cuerpo, o en verdad si tenía experiencia en esto. Mis piernas empezaban a temblar, ella pareció notarlo pues su mano que estaba en mi trasero volvió a tomar mi cadera para asegurarse de que me mantuviera cerca de su cuerpo cuando ya no podía resistirlo más.

El orgasmo llegó haciendo gemir fuerte mientras ella seguía estimulando la zona, Madison aprovechó hasta el ultimo segundo para mantenerme arriba lo más posible. Solo me soltó al notar que mi cuerpo no resistiría más.

Que bien se sintió.

Cuando me acosté en la cama, Madison se levantó de la cama, yo cerré un momento mis ojos para mantener este recuerdo en mi cabeza y tratar de extenderlo lo más posible. La pelirroja volvió llevando una camiseta grande para cubrir parte de su cuerpo, se recostó a mi lado mientras me miraba en silencio. Sus ojos celestes analizaban mi rostro y yo analizaba el suyo, ver un rostro como el de Madison de cerca me parecía un privilegio.

—Noah.

—Madison.

—¿Qué se supone que haremos con todo esto? —Solté un suspiro.

—Iré por mi ropa y lo hablamos, sino me sentiré completamente desnuda frente a ti. —Traté de bromear sacándole una pequeña sonrisa, me levanté para recuperar mi ropa e ir por mi jersey al salón. Ella me siguió dejándome claro que no volveríamos a la cama. —Estamos en una situación complicada, —Expliqué mientras me sentaba en su sofá. —o más bien yo lo estoy.

—¿Qué es lo complicado, Noah? —Ella se sentó a mi lado. —Puedes decírmelo. —Podía, pero no quería decirle todo aún.

—No quiero arrastrarte a todo lo que traigo, pero tampoco me gusta la idea de dejarte. Pensé que en este año podría hacer lo posible para recuperarme, pero no estoy pasando mi mejor momento y me es difícil poder convencerme de que puedo darte una buena relación. —Sus ojos me miraban expectantes de que siguiera hablando. —Sé que quiero estar contigo, lo tengo más que claro, todo este año no he podido estar con nadie más porque tú seguías en mi cabeza. No tengo mucho que ofrecerte ahora mismo.

—Puede esperarte el tiempo que sea necesario. —Madison tomó mis manos entre las suyas. —Yo también quiero estar contigo.

—Me hace sentir mal la idea de que estés esperando algo tan incierto. —Admití, quería al menos ser honesta con mis pensamientos más superficiales hacia ella.

—¿Crees que nunca podrás salir de esto? —Quise llorar cuando dijo esas palabras.

Yo nunca podría escapar de esto, por más medicamentos que tomara, pero quería demostrarle que era capaz de tener una relación incluso cuando yo no me creía capaz de hacerlo. Quería intentarlo por Madison, quería ser egoísta y tomar este desafío junto a ella.

—Trataré de hacerlo. —No era una completa mentira. —Pero no quiero que te cierres a la idea de estar conmigo.

—¿A qué te refieres con eso?

—Sé que puede ser contradictorio a lo que te pedí hace un rato, pero quiero que tengas la posibilidad de salir con otras personas, de descubrir tus sentimientos sin ataduras.

—Yo no quiero conocer otras personas, Noah.

—Esa será tu decisión, pero quiero que puedas decidir en cualquier momento cambiarla y prefiero hacerme esa idea inicialmente. Quiero que empecemos de nuevo, quiero que me conozcas y yo volver a conocerte, quiero que puedas ser libre de enamorarte de mí, como quiero que seas libre de enamorarte de alguien más. Quiero que cuando estés junto a mi te sientas libre de tomar decisiones, sin importar la situación en la que nos encontremos. —Podía ver la confusión en su rostro. —Es lo único que creo ser capaz de pedirte, Madison.

—¿Algo así como una relación abierta?

—No, no es eso. —Aclaré rápidamente. —Tómalo como si nos estuviéramos conociendo desde cero, sin pensar en una relación formal entre nosotras.

—¿Y tú podrás ver a otras personas?

—Podría, pero no me interesan otras personas. Toda mi atención esta en ti. —Vi su cara, la idea no le gustaba demasiado. A mí tampoco, pero me parecía la única solución de liberar a Madison de cualquier cosa que pueda pasarme en el futuro. Tomé el collar en forma de corazón que llevaba en mi cuello. —Ten. Quiero que cuides de mi collar, el día en que quieras terminar con todo esto, ya sea porque encontraste a alguien más, te cansaste de esto o simplemente no quieres estar conmigo puedes devolvérmelo.

—Noah, esto es importante para ti. —Tomé su mano y dejé el collar ahí.

—Esto también es importante para mí, Madison. Y quiero que lo sepas cada vez que veas este collar. Entenderé si un día quieres devolverlo, ni siquiera trataré de discutirlo contigo. —Ella cerró su mano. —Me esforzaré en entregarte la mejor versión de mí, incluso cuando me he visto como un desastre estos meses.

—Eres una tonta, Noah Dubois. Esta idea es una de las más tontas que he escuchado. —Ella sonrió levemente. —Si esa es tu única condición para intentarlo, yo también quiero darte una condición.

—Te escuchó.

—Esta será tú última oportunidad, Noah. No puedes volver a romper mi confianza. —Sus ojos se veían algo triste, yo tenía claro que había roto una promesa implícita al romper el voto de confianza que me había dado. —Al menos debes ser capaz de ser honesta conmigo, de comunicarte conmigo, esa es mi única condición. Solo inténtalo.

—Lo intentaré, Madison. —Cuando me iba a acercar para besarla, ella posó su mano sobre mis labios empujándome a mi lugar.

—¿Besas a las chicas apenas las conoces?

—Oh, vamos. Hicimos más que besarnos hace solo unos minutos atrás. —Me quejé y ella sonrió.

—Pero si te acabo de conocer, sólo llamé a una persona para que me ayudase con mi computadora.

—¿Es un juego de rol? —Sus mejillas se encendieron.

—No, no, no.

—Oh.

—¿Por qué te decepcionas?

—No lo sé, me gusta experimentar cosas nuevas. —La molesté. Aunque no era mentira. —Por cierto, tú computadora debe de estar lista, hasta la he dejado optimizándose. No deberías tener problemas en un tiempo.

—¿Cómo puedo pagarte?

—Dalo por pagado.

—Me haces sentir sucia ahora. —Ella llevó sus manos a su cuerpo como si lo cubriera pese a que ya llevaba su ropa. —Que mal que veas a las mujeres de esa forma.

—Yo no veo a las mujeres de esa forma. —Dije rápidamente. —Para mí, las mujeres son lo más valioso que tiene el planeta tierra, luego de todo el mundo animal. —La sonrisa de Madison apareció, era grande y radiante, sus ojos brillaron un poco y me sentí algo apenada quizás por lo que dije o porque sentí que sus ojos me miraron con un poco de cariño. —Bien, será mejor que vuelva a casa antes de que Julie empieza a llamarme pensando que me escape de casa y me fui a una isla lejos de todo.

—¿Por qué ella pensaría eso?

—Son las ideas que pasan en la cabeza de Julie cuando no paso demasiado en casa, es algo exagerada. —Me levanté y fui por mis cosas a la habitación que ella usaba de estudio, cuando volví a la sala ella me miraba fijamente.

—Noah. —Cuando se levantó y se posó cerca de mí me sentí nerviosa, Madison tomó con cuidado mi rostro, pensé que me besaría, pero solo tocó la zona entre mi cuello y mi clavícula. —Creo que te ha dado alergia o algo.

—Es solo el dermografismo. —Levanté mi jersey mostrándole que aún tenía marcas de sus manos en mi cuerpo, al menos no estaba irritado.

—Dios, soy un animal en la cama. —No pude evitar reír por su reacción claramente involuntaria, mi estomago dolió al contraerse ante las heridas de Lana. Aunque hace un rato no dolía, supongo que fue por la adrenalina del momento. —Te he dejado peor que Lana.

—Se irán en un rato, no te preocupes. Por el chupetón, me las arreglaré. La próxima vez me aseguraré de tomar mis antialérgicos. —Me elevé tan solo un poco para besar su frente. —Nos vemos, Madison.

Cuando volvía a casa me sentía flotando en una pequeña nube al asumir que tendría una nueva oportunidad con Madison, sabía que esta vez no podía arruinarlo, no quería pensar en mis miedos ahora mismo porque mi sentimiento de felicidad era mayor.

Sentía que las cosas de ahora en adelante podrían ir mejor.

—Estaba por llamar a la policía, se supone que regresarías temprano del gimnasio. —Julie me atrapó en sus brazos apenas entre a casa. Sentí como me estaba olfateando. —No hueles a ti.

—Sudé.

—Tu sudor no tiene olor. —Ella entrecerró sus ojos y yo bajé la mirada para verla. —¿Dónde estabas?

—Si Noah, Julie estaba preocupada por ti. —Vi a Hunter acostado en el sofá comiéndose mis pastelillos.

—Te veo muy preocupado también. —Fui hacia él para quitarle el resto de los pastelillos que quedaban antes de que arrasara con todo. —¿No tienes una casa?

—Esta arriba, pero es demasiado solitaria. Ustedes tienen dos cuartos extras, ¿por qué no solo me aceptan aquí?

—No soportaría ver tu cara al despertar, o peor, cuando te haces esas mascaras faciales durante la noche. Tendría pesadillas. —Hunter me miró ofendido.

—Y tu sudor si apesta.

—No es mi culpa producir demasiada testosterona.

—Claro que sí. —Empecé a caminar a mi habitación lentamente. —De seguro es culpa de todo ese pollo que comes, tienen muchas hormonas, deberías tener cuidado o tus pectorales se convertirán en pechos.

—¡¿Qué?! —Él llevó sus manos a su pecho palpándolo. —¡¿Puede pasar eso?!

—Mira el lado positivo, podrías salir en esos trend's de hombres chichones o big boy's.

—No hagas llorar a Hunter, Noah. —Julie me advirtió. —Ahora ven a sentarte, no escaparás. Veo desde aquí tu reacción alérgica en el cuello.

—Solo iba por mi crema. —Mentí.

—Ven. —Terminé obedeciéndole. Desde que éramos pequeñas, Julie resultó ser más estricta que mi propia madre. —¿Con quién estuviste?

—No me digas que sucumbiste a la tentación y te acostaste con Anastasia, te dije que esa chica que muy amable y agradable, pero puede ser una prueba del diablo. —Hunter llevó dos de sus dedos a su cabeza para fingir tener cuernos. —Noah, eres una pecadora.

—Yo no estuve con Anastasia, y ella no es ninguna clase de tentación. —Dije rápidamente. —Estuve con Madison, fui a arreglar su computadora.

—Y terminaste usando tus herramientas en ella. —Tomé un cojín para empezar a golpear a Hunter con este. —¡Has el amor y no la guerra!, ¡Acabas de hacerlo con Madison, aplícalo con tu mejor amigo! —Julie me quitó el cojín y tomó mis hombros para hacer que volviera a sentarme.

—Ahora, explícame cómo pasó eso.

—Pensé que tu madre te dio la charla. —Traté de bromear solo provocando que Julie frunciera el ceño. —Es broma, es broma. Solo paso, bueno quizás tuvimos una pequeña discusión y lo arreglamos al estilo de las películas.

—Eso es una mejor respuesta, ¿entonces ustedes volvieron?

—No, no es eso. —Vi la mirada confusa de ambos. —No es que no quiera, solo le pedí que empezáramos de cero.

—¿Entonces le has contado?

—No. Planeo hacerlo, pero primero quiero asegurarme de que las cosas pueden funcionar.

—¿Entonces estás segura de esto? —Hunter preguntó con cautela.

—Yo... no lo estoy al cien por ciento, no les mentiré. Pero creo que esto puede funcionar.

—¿No estás cien por ciento segura? —Me giré al escuchar la voz de Christine. —¿Por qué le das ilusiones a Madison?

—No sabía que estabas aquí. —Miré a Julie.

—Ella estaba durmiendo, no pensé que despertaría justo ahora. —Se excusó.

—Si lo hubieses sabido no lo dirías, ¿no? —Ella estaba enojada. —¿Sabes lo mal que lo pasó Madison por tu estúpido comportamiento tan bipolar? —Me paralicé por sus palabras y su tono de voz.

—Christine. —Julie le llamó la atención.

—Lo siento, Julie. Pero no puedo solo hacer vista gorda a todo lo de Noah por ti, Madison es una de mis mejores amigas y tú harías lo mismo si los lugares fueran opuestos.

—Lo sé, pero no es momento. Además, no la trates de esa forma. Puedes decir lo mismo de otra manera.

—Si no vas a estar segura, mejor ni lo intentes y no la hagas perder el tiempo. —Christine me apuntó con el dedo. —Ni siquiera le diré de esto a Madison, espero que tú tomes la mejor decisión para ustedes dos. No seas una puta cobarde que se escapa solo por sentirse mal, todos nos hemos sentido como tú y no por eso corremos a la primera.

—Hey, para. —Hunter se levantó. —No le vuelvas a hablar así a Noah. —Ambos compartieron una mirada.

—Christine, por favor discúlpate.

—No lo haré. —Noté la intención de las palabras que escaparían de Julie, tomé su brazo y negué con la cabeza. —Te pido que te vayas por ahora, luego hablaremos.

—Te lo advierto por ultima vez, Noah. No seré amable contigo de nuevo si vuelves a dañar a Madison. —Christine hablaba desde la rabia, y la verdad la entendía. Sabía que mis amigos querían protegerme en ese momento, como ella quería proteger a Madison de ser dañada. No podía culparla por su reacción. Ella tomó sus cosas de la habitación y se marchó. Miré a Julie que se veía molesta.

—Julie, entiéndela.

—No tenía por qué tratarte de esa forma. —Dijo rápidamente. —No puede simplemente soltar todo por estar enojada, yo no le hablaría de esa forma a Madison.

—No te enfades, todos manejamos las cosas de diferente forma. —Traté de sonreírle para que se calmara.

—Siempre tan grosera. —Hunter volvió a sentarse. —Conmigo igual deberá disculparse si quiere volver a esta casa. —Ambas lo miramos. —Al menos ténganme en consideración para estas cosas.

—Bien. —Julie tomó una gran bocanada de aire antes de soltarlo. Siempre hacía eso cuando trataba de sacar la rabia de su interior. Julie siempre fue muy sobreprotectora conmigo desde que éramos pequeñas.

⏳⌛️

Miraba la sangre de mis rodillas y mordí mi labio para evitar llorar, ese niño me había empujado contra la arena y yo no se lo iba a perdonar. Me lancé para tomar sus tobillos y hacerlo caer al suelo, me trepé sobre él y tomé un poco de la arena para acercarla a su cara.

—¡Ahora discúlpate con Julie! —Le grité mientras él escupía la arena. —¡Discúlpate!

—¡No es mi culpa que parezca un hipopótamo! —Tomé otro puñado de arena y la elevé sobre su rostro. —¡Lo siento Julie, no volveré a molestarte!

—Noah, ya para. —Miré a Julie quien aún tenía lagrimas en sus ojos, él niño aprovechó la instancia para empujarme y correr para escapar antes de que lo obligara a seguir disculpándose con mi mejor amiga. —Te has lastimado por mi culpa. —Ella miraba mi rodilla, yo no quería verla para evitar la sangre. Entonces se puso a llorar.

—No llores, Julie. No me duele. —Dije rápidamente mientras me levantaba. —Además, él salió peor. —Traté de animarla.

—¡Noah, Julie! —Vi a mi padre que corría hacia nosotras. —Las estaba buscando. —Él me miró la rodilla. —Tu madre me matará. —Él llevó sus manos a su cabello rubio antes de rascar la zona trasera de su cuello.

—Tio Adrien, Noah solo me estaba defendiendo. —Asentí y él se arrodilló para quedar frente a nosotras, pese a que seguía rascando su cuello nos sonrió. Papá siempre que sonreía me hacía sentir que no tenía que preocuparme por nada.

—¿Es así, Noah? —Asentí. —¿Y no te he dicho que dejes de meterte en peleas?, algún día terminarás en la cárcel y tendremos que contratarte un costoso abogado para salvarte. —Él revolvió mi pelo. —Le diremos a tu madre que te has caído, ¿de acuerdo? —Papá extendió su mano y ambas la pusimos sobre la suya.

—Lamento siempre meterte en problemas, Noah. —Miré a Julie quien estaba a punto de volver a llorar.

—Hey, Juls. No te preocupes, si algo hacemos los Dubois es defender a las personas que queremos incluso si implica pelear un poco... no le digas a tu madre que dije eso. —Asentí.

—Cuando crezca juro que te protegeré Noah. —Julie prometió y yo solo le sonreí, una chica como Julie que apenas podía matar a una mosca no podría defenderme, papá ya me había enseñado a hacerlo.

—Claro que lo harás, Julie. Ambas siempre estarán para ambas, ahora vamos por algunas cosas para esa herida y luego las llevaré a comer helado.

—Eres el mejor papá del mundo. —Él me sonrió.

⏳⌛️

Veía a Julie que seguía algo molesta, no era buena escondiéndolo. Habíamos decidido cocinar algunas galletas, cocinar era la manera en que ella se relajase y obviamente Hunter estaría a favor de la idea porque disfrutaba demasiado robarnos nuestra comida. Me incliné para ver las galletas que se cocinaban en el horno, me gustaba ver cuando las cosas se cocinaban en el horno.

—Te apoyaré en lo que sea que decidas. —Julie se inclinó junto a mí.

—Lo sé, siempre lo has hecho. —Le sonreí.

—Sé que tú no hubieras estado dispuesta a esto sabiendo desde antes que puedes dañar a Madison, sé que no es lo que buscas. Pero en las relaciones a veces salimos algo dañados, es algo inevitable. Lo importante es no volver a cometer los mismos errores, pedir perdón y poder mejorar. —Miré a Julie quien seguía mirando el horno. —Creo que eres una persona que merece mucho amor, Noah. Deberías creerlo tú también.

—Gracias, Julie.

—¿Están planeando darme las galletas más feas? —Hunter se inclinó en el medio de nosotras. —Porque si es así, me conformo si me dan unas extras.

—No te comerás todo, no entiendo por qué tienes ese cuerpo si pasas menos horas en el gimnasio que nosotras.

—Metabolismo y testosterona. —Se encogió de hombros. —Bien, les cambio algunas galletas por una idea que ayudará a Noah.

—Podemos simplemente no darte, ¿lo sabes? —Él me miró horrorizado. —Solo dilo.

—¿Por qué no le llevas algunas galletas a Madison?, podemos hacer algunas en forma de corazón. Le podemos escribir "para mi amorcito", o "¿quieres casarte conmigo y tener 10 gatos?", quizás eso es muy largo. Mejor "vivamos juntas, ya nos hemos acostado dos veces".

—Que imbécil eres, pero en parte es una buena idea. —Admití.

—Puedes hacer algunas para Christine también. —Hunter miró a Julie. —"Para nuestra perra favorita".

—Ella se equivocó, pero no te permito hablar de esa forma de ella.

—Uy, que brava andamos. Ya no se puede bromear en esta casa, es primera vez que puedo hacerlo contra ustedes y siento que si digo algo más me vetaran de por vida.

—Probablemente. —Dijimos ambas.

—El día en que me vuelva millonario y viaje por el mundo me extrañarán, —Advirtió.

—Puede ser, de hecho, creo que es más probable que pase eso antes de que encuentres novia.

—El amor está sobrevalorado, quizás mi camino esta en la iglesia católica y pueda encontrar el amor en Dios. —Él miró al techo. —Es broma, no estoy tan necesitado.

—Mejor ven a ayudarme a preparar esas galletas. —Tomé su brazo para ir a la encimera, aún nos quedaba algo de masa.

—Podrías darle algunas flores, ya que tiraste a la basura ese pobre ramo. Pensar que cortaron rosas tan bonitas para que las botes por despechada. —Miré a Hunter. —Bromeo. En parte. Pero quizás puedes llevarle unas flores junto a las galletas.

—Gracias chicos. —Miré a ambos, sabía que para ellos todo este tiempo había sido difícil. Pero nunca me han dejado sola, en ningún momento.

El domingo busqué alguna florería abierta, fui cerca del cementerio para asegurarme de encontrar alguna que tuviera rosas rojas. Le hice el encargo para llevarlas a la oficina de Madison antes de que llegara a la oficina, así que, contra mi voluntad biológica, me levanté temprano un lunes para ir a la oficina de la firma de abogados. Claro que había hablado con Gillian para que no hubiera demasiados problemas.

Esperé en la calle frente a la firma para ver a Madison caminando con su abrigo mientras frotaba sus manos seguramente por el frio, quizás debía conseguirle algunos guantes. Me apresuré en cruzar la calle para alcanzar a ver su reacción, una vez dentro del edificio seguí su paso hasta que llegó a la oficina y vi como llevó sus manos a su boca.

—¿Qué es todo esto? —Toqué su hombro, cuando se giró me moví para evitar que me viera y reí levemente, ella se giró al lado contrario y vi sus ojos de sorpresa directamente. No pude evitar notar que en su cuello mi collar colgaba casi como si hubiera sido hecho para ella. —Debí suponer que tenías que ser tú.

—Solo venía a desearte un feliz lunes, abogada Call. Es en forma de agradecimiento por salvarme de la demanda del otro día. —Ella sonrió levemente. —¿Me excedí?

—¿Lo preguntas luego de llenar mi oficina de rosas? —Hice una mueca. —Nunca nadie ha hecho algo así por mí, Noah. Muchas gracias. —Ella besó mi mejilla y sonreí. Un punto para Noah Dubois.

—Te he traído galletas, las hice yo. Bueno, la masa la hizo Julie y el glaseado Hunter, pero la decoración la hice yo. —Le extendí la caja de galletas. —Es para cuando tomes tu café de media mañana.

—Dios, no puedo con tanto amor. —Gillian apareció con sus manos unidas y haciéndonos ojitos. —Que vivan las lesbianas. O bueno, el amor lésbico. O amor entre mujeres, como quieran llamarlo. —Me alegraba ver que ahora como abogado tenía un poco más de confianza.

—Vuelve a tu oficina, Gillian. —Él asintió rápidamente, bueno era un avance. —Noah, ¿este es una especie de plan para conquistarme?, porque lo estás logrando.

—Como buena europea soy buena conquistando territorios. —Ella rio, agradecía haberme aprendido ese chiste que se le escapó a Emily Parks hace unos meses atrás. Sabía que me serviría alguna vez ser fan de Last August. —Bueno, debo volver a mi rutina. —Que consistía en seguir durmiendo antes de irme al gimnasio.

—¿Y ahora qué hago con todas estas rosas? —Miré su oficina.

—Bueno, puedes cambiar esos tulipanes de tu florero y poner alguna de las rosas, puedo llevarte el resto a tu casa.

—Buen intento, le pediré a Gillian que me ayudé a llevarla a mi auto. Muchas gracias, Noah. —Sonreí. —Ahora vuelve a lo tuyo antes de que los viejos chismosos empiecen a hablar.

—A sus órdenes, señorita Call. —Le guiñé un ojo antes de hacerle un gesto para despedirme.

Esperaba no haberme excedido con todo esto, pero creí que era algo más común poder expresarte de esa forma. Bueno, quizás era mi forma de expresar mis sentimientos.

Supe que Madison lo aceptó cuando desperté a mediodía y tenía una foto de ella mostrándome que estaba tomando su café junto a las galletas, no pude evitar llevar mi teléfono a mi pecho sin importarme la idea de que pueda tener radiación, estaba encantada de volver a poder vivir esto.

Mi psicólogo estará muy feliz de por escuchar que algo bueno había rescatado de nuestras conversaciones.

Continue Reading

You'll Also Like

11.5K 834 17
Un viaje en carretera que termina en una mudanza repentina. Un pueblo con extrañas personas: "Es mejor no venir nunca acá", "no metas tus narices en...
147K 8.1K 41
Soledad, tristeza, odiar con toda tu alma a las personas que te hacen daño y tener un rencor tan grande al no saber cómo liberarte de ese espantoso s...
9.9M 386K 38
*COMPLETED* (Y.O.L.O stands for: YOU ONLY LIVE ONCE) *** Carter Jones, the school nerd, and Killian Henderson, the reputated troublemaker, somehow en...
234K 9.7K 54
Yo no pensaba que ese raro día en la plaza se convertiría en el mejor día de mi vida -Oye, que te pasa? -Ah, (quedo desconcertado) -Ten mas cuidado ...