chaeyo.0
Minaaaaa
guess what
Chaeyoung, no sé inglés.
luego te doy clases
bueno, no va al caso
resulta que me quedé pensando en lo de ayer y
Qué cosa de ayer?
lo de buscar cosas de mi infancia
Bien, prosigue.
bueno, la cosa es que le pregunte a mi mamá
es decir, tu suegra
HAKSKSKD
Chaeyoung?
broma polinesia.
😼😼
mi mamá me dijo que cuando yo estaba bien pequeña, como a los cuatro años, yo le hablaba de una "niña arcoiris"
¿Acaso es esa una forma de salir del closet?
JAJSKS no
imagino yo que hablaba de mi alma gemela
por lo visto, sí la vi a esa edad
tenias razón, Mina.
Siempre tengo razón 💅
Y, teniendo en cuenta que era una "niña" arcoiris, suena más gay.
En fin ¿Y quién es? ¿Dónde la viste?
por qué tan interesada en lo gay? 🧐🧐
la cosa es que
no lo sé, mi mamá no recuerds mucho más
pero es un comienzo!!!
tú tienes algun avance?
Nop, sigo bien solterona y aburrida.
Como siempre.
si estás muy aburrida, podemos vernos¿
ya sabes, soy muy entretenida
podemos buscar pistas entre las dos
te ayudaré a encontrar a tu alma gemela
Bien ¿Vienes a mi departamento?
SISI, voy en camino!!! ♡
nos vemossss
Mina soltó una risita y dejó el computador de lado. Se levantó del escritorio y se estiró un poco antes de dirigirse a la sala y ordenar un poco antes de que Chaeyoung llegara. Una sonrisa permaneció en su rostro todo ese tiempo. Estaba realmente feliz de haber hecho una amiga.
Ambas chicas pasaron un rato charlando de cosas triviales, conociéndose mejor sin siquiera buscarlo. Con cada risa, su relación se volvía más estrecha. Mina sentía como si fueran amigas de años, pues hablaban con una confianza excepcional.
Chaeyoung le contó un poco sobre su familia, sobre que recientemente se enteró que sus padres no son almas gemelas pero, aún así, encontraron el amor. Mina le habló sobre la suya también, le contó acerca de su vida en japón y cómo fueron sus primeros años en Corea. Ninguna se cansaba de escuchar a la otra.
─ Chaeyoung. ─ La llamó Mina de repente. La rubia levantó la mirada con una sonrisita y soltando un suave "¿hm?".─ ¿Y si damos una vuelta?
─ Bien ¿Pero en verdad puedo confiar en tu habilidad de conducir? ─ Bromeó la menor, recibiendo un golpe amistoso por parte de la pelinegra.─ Era broma, era broma.
Mina se levantó del sofá, siendo seguida de cerca por Chaeyoung. ─ No, no. Ahora, por tonta, voy a chocar con todo lo que vea. ─ La nipona tomó las llaves de su auto y, con diversión en sus ojos, chocó su hombro con el de la menor.
─ ¿Ah sí? ─ Chaeyoung también chocó contra ella, empujándola un poco. Las risas llenaron la sala mientras se dirigían hacia la puerta.
─ ¡Vamos, vamos! ─ Exclamó Mina emocionada, abriendo la puerta y saliendo al pasillo. Chaeyoung la siguió de cerca, sintiéndose emocionada por la idea de dar una vuelta en auto con su nueva amiga.
Una vez afuera, Mina desbloqueó el auto y abrió la puerta del conductor, invitando a Chaeyoung a subir. La rubia se deslizó en el asiento del copiloto, asegurándose de ajustar el cinturón de seguridad mientras observaba a Mina con una sonrisa juguetona.
─ Espero que recuerdes cómo funciona este vehículo, ¿no quieres que revise el manual primero? ─ Chaeyoung bromeó, haciendo una mueca exagerada de preocupación mientras señalaba hacia el manual del auto.
Mina rodó los ojos con diversión, encendiendo el motor del auto y ajustando los espejos retrovisores antes de salir del estacionamiento. El motor ronroneó suavemente, llenando el espacio con un zumbido reconfortante mientras se alejaban del edificio.
─ No te preocupes, Chaeyoungie. Soy una excelente conductora, ¡te sorprenderé! ─ Mina respondió con una sonrisa confiada, girando el volante con habilidad mientras se incorporaban al tráfico.
La rubia asintió con una risa, disfrutando del aire fresco que soplaba a través de la ventanilla abierta mientras recorrían las calles. El sol se filtraba entre los edificios altos, bañando la ciudad con una luz dorada que pintaba un paisaje encantador.
─ Sería curioso, ¿no crees? ─ Comentó Chaeyoung de repente, rompiendo el silencio mientras observaba el paisaje pasar. ─ Si de repente nos encontráramos con nuestras almas gemelas mientras damos una vuelta por la ciudad.
Mina levantó una ceja, intrigada por la idea. Giró ligeramente el volante mientras mantenía la vista en la carretera, considerando las palabras de Chaeyoung.
─ Sería muy curioso, de hecho. ¿Te imaginas? De repente, simplemente nos cruzamos con esas personas que están destinadas a ser nuestro complemento perfecto, pero no tendríamos forma de saberlo ¿Verdad? ─ Mina dejó que sus pensamientos vagaran por un momento, imaginando la posibilidad de ese encuentro fortuito.
Chaeyoung asintió, perdida en sus propios pensamientos mientras contemplaba el paisaje urbano que pasaba rápidamente. El viento revolvía suavemente su cabello mientras sus ojos seguían las luces intermitentes de la ciudad.
De repente, Chaeyoung notó una pequeña pelusa en el hombro de Mina. Sin pensarlo dos veces, se inclinó ligeramente hacia adelante y la retiró con cuidado, sintiendo la suavidad de la tela bajo sus dedos.
Mina sintió como si un millón de fuegos artificiales estallaran dentro de ella en el momento en que Chaeyoung la tocó. Un cosquilleo cálido se extendió desde el lugar donde sus dedos se encontraban con la piel de Mina, creando un vínculo fugaz pero significativo entre ellas.
Un silencio confortable envolvió el interior del auto mientras Chaeyoung volvía a su asiento, con una sonrisa suave jugando en sus labios. Mina, por su parte, mantuvo la vista en la carretera, su corazón latiendo un poco más rápido de lo habitual ante la sensación reconfortante que la había invadido.
Mina se sumió en sus propios pensamientos mientras conducía, sintiendo la suavidad del roce de Chaeyoung resonar en su pecho. El murmullo del motor del auto parecía sincronizarse con los latidos de su corazón acelerado. Una extraña sensación de alegría y nerviosismo la invadió, y no podía evitar preguntarse qué significaba.
De repente, Mina rompió el silencio, y sus palabras flotaron en el aire con una ligereza que contrastaba con la turbulencia de sus pensamientos.
─ ¿No sería lindo que seamos nosotras?
Chaeyoung, sin comprender del todo, respondió con un simple "¿Qué cosa?". La tensión se instaló en el aire mientras Mina apretaba el volante nerviosa, pero una sonrisa leve jugueteaba en sus labios.
─ ¿Te imaginas que nosotras seamos almas gemelas?
El corazón de Chaeyoung dio un salto, como si una guerra se librara dentro de su pecho. No pudo evitar sentir una mezcla de emoción y confusión. Mina, apresurándose a desvanecer cualquier atisbo de seriedad, añadió con ligereza:
─ Es absurdo, lo sé. No hay forma de que sea así, ya que nunca antes nos habíamos visto...
Chaeyoung asintió, tratando de aparentar tranquilidad y darle la razón, pero en realidad, sentía algo quemar dentro de su pecho. La misma pequeña molestia que aparecía cuando Mina hablaba con Jeongyeon. Sin embargo, optó por ocultar esos sentimientos y mantener la conversación en un tono más liviano.
─ Sí, suena un poco absurdo. ─ Respondió, pero su voz delataba una cierta vacilación. Intentó despejar la incomodidad con una pequeña risa. ─ Pero, ya sabes, las historias de almas gemelas siempre son tan... impredecibles. Además, apuesto que no soportarias tener un alma gemela tan cool como yo.
Mina, aunque había tratado de restar importancia a la idea, no podía evitar sentir que algo resonaba entre ellas. El aire parecía cargado de un misterioso potencial, y el sonido suave de la música que provenía de la radio se convirtió en el telón de fondo de sus pensamientos.
El resto del viaje transcurrió entre risas y anécdotas, pero la sombra de la conversación sobre las almas gemelas persistía en sus mentes. Chaeyoung, mientras miraba el paisaje que se deslizaba fuera de la ventanilla, se debatía internamente entre la razón y esa inquietante sensación que Mina había desencadenado.
Finalmente, la nipona condujo hacia la casa de Chaeyoung y aparcaron el auto. Mina apagó el motor, y ambas se quedaron en silencio durante un momento, como si estuvieran sopesando las palabras no dichas que flotaban entre ellas.
─ Fue divertido, Mina. Gracias por la vuelta. ─ Dijo Chaeyoung con una sonrisa, tratando de disipar cualquier vestigio de tensión en el aire.
─ No hay de qué, Chaeyoungie. Siempre es divertido pasar tiempo contigo. Ya sabes, aunque seas un poco molesta. ─ Respondió Mina con una sonrisa suave, pero sus ojos revelaban una chispa de algo más.
Se despidieron, pero el eco de la conversación sobre las almas gemelas resonaba en sus mentes. Chaeyoung, mientras se alejaba, no podía evitar preguntarse si acaso Mina había sentido lo mismo que ella durante ese fugaz contacto en el auto. La idea de ser almas gemelas no tenía sentido, pero a la vez se sentía como si pudiera llegar a ser la respuesta. "Qué tonta eres, Chaeyoung", pensó la rubia antes de entrar a su casa con algo de pesadez en sus pasos.
Salió más corto de lo que esperaba. Aún así, intentaré hacerlos mas largos.