Don't you know that I am righ...

By littlelittlefreak

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Martin necesita tener a alguien que le quiera. Juanjo por nada en el mundo quiere querer a alguien. O donde R... More

Capítulo 1
Capítulo 2.
Capítulo 3.
Capítulo 5.

Capítulo 4.

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By littlelittlefreak


Unas de las cosas que más emocionaban a Martin eran los cumpleaños. Bueno, no. Emocionar es poco para lo que él siente cuando llega el cumpleaños de alguno de los que le rodean. Le llenan de euforia, agitación, entusiasmo... De sentimientos enormes, vaya.

Se vuelve un niño cuando le toca comprar el regalo, o hacer la tarta, o preparar la fiesta, ¡O muchas, muchas cosas más!

Y es que daba igual la cantidad de problemas sin resolver que tuviese, porque si alguien cumplía años Martin iba a vivirlo al completo. Desde el lunes de la semana del cumpleaños de Lucas, Martin había invertido sus horas de descanso asegurándose de que la calidad de la celebración se acercase a la perfección lo máximo posible.

El tema de conversación con Ruslana en el piso mientras desayunaban, comían y cenaban había sido relacionado únicamente con el once de enero, el cumpleaños de Lucas.

Y por mucho que Ruslana quisiera poder alternar de tópicos, ver a su amigo con los ojos brillantes por primera vez en un periodo demasiado largo le había permitido tomar un respiro. Porque Martin había hablado y sonreído el triple de veces en aquella semana, que en lo que llevaba en Madrid.

Llevaba una semana dando saltos, chillando y muriéndose de ganas de que el día llegase, por lo que cuando Álvaro le dijo que Lucas había invitado a un par de amigos (sin avisar a Martin) mientras terminaba de colocar toda la comida, Martin se sintió un poco pequeño.

Obviamente, no tenía ningún problema con que su amigo invitase a más amigos a la fiesta, porque era plenamente consciente de que era su día y él tomaba las decisiones. Pero Martin había organizado ese cumpleaños con el pensamiento de que solo estarían los siete de siempre: Ruslana, Omar, Lucas, Alvaro, Bea, Chiara y él.

Así que por mucho que Alvaro le asegurase que, "Esta noche se van a comer más coños que pizzas, amor" a Martin le pareció un disparate que no hubiese comida para todos, y decidió caminar al supermercado más cercano que hubiese (estaba a 15 minutos a pie).

Volvió con las manos llenas de bolsas, el pecho con un sentimiento de alivio y una sonrisita en la boca. Se le estaba complicando meter la llave en la cerradura sin tener que dejar las bolsas en el suelo, por lo que cuando alguien le abrió la puerta lo agradeció.

Pero la decepción que se llevó cuando vio la sonrisa de Lucas al otro lado de la puerta. ¡Se había perdido la parte sorpresa de la fiesta-sorpresa!

-Lucas, ¿Tú qué haces aquí?- Comenzó a escuchar la música que se oía desde el interior del piso y frunció el ceño, se había perdido la primera de las mejores partes del cumpleaños.

-¿Es mi cumpleaños?- Lucas obvió, dándole un beso en la mejilla y quitándole las bolsas de las manos llevándolas sin ningún esfuerzo.

Martin le persiguió a la cocina, porque tenía que demostrar el desacuerdo que sentía con su puntualidad.

-¿Cómo me he perdido tu reacción de sorpresa? Era lo que más alusión me hacía.- Se cruzó de brazos, y se apoyó en la encimera.

-Martin, esta fiesta era de todo menos sorpresa. ¡Ruslana mandó la foto del pastel al grupo!- Se rio y lo abrazó, pero Martin le pegó en el pecho porque Lucas estaba mintiendo. Se había esforzado porque la fiesta fuese sorpresa, y él no sabe guardar secretos como estos.

-¡La ha borrado al segundo! Además, habías jurado no haberla visto.- Se alejó del abrazo y antes de que Lucas pudiese hablar le mandó a callar, sujetando la palma abierta frente a su cara. Le dio la espalda y empezó a sacar las cosas de la bolsa.

-¿No vas a felicitarme?- Martin dio un salto, acababa de caer en que era SU cumpleaños. Corrió a abrazarlo y le pidió perdón un millón de veces. ¿Cómo se le había pasado ese detalle?

Lucas le ayudó a poner toda la comida en platos y sacaron todos los emplatados a la mesa del salón, donde el resto de bebidas y pizzas esperaban. Cuando salieron, Martin vio cuatro caras conocidas en el sofá: Violeta, Denna, Alex y Naiara.

Todos se levantaron a saludar a Martin, y sorpresivamente no sintió ni una pizca de incomodidad. Todo lo contrario, se sintió bastante acogido.

Violeta y Denna se apretaron para dejar sitio a Lucas y Martin en el sofá, y justo cuando el chico más joven consiguió entender cuál era el tema de conversación que el grupo estaba discutiendo, escucho la puerta del balcón ser abierta; Era Juanjo, acompañado por una chica morena de pelo largo y rizado.

El caso es que desde aquella noche en la discoteca, donde ambos grupos se juntaron, habían empezado a hacer salidas; porque al parecer tenían demasiadas conexiones entre ambas cuadrillas como para no hacer quedadas. Y Martin estaba totalmente de acuerdo, de hecho, había salido varias veces con Alex, Denna y Violeta.

Seguía martirizándose por cada hora que pasaba fuera de casa, que no fuese estudiando y trabajando. Seguía apretando entre horas de estudio para trabajar más. Seguía arrepintiéndose desde su cama después de volver de quedar con alguien. Seguía contando cada céntimo que ingería en forma de comida.

Pero salir con ellos le traía frescura.

Porque por primera vez eran amigos que el había hecho independientemente de Ruslana. Los había hecho por su cuenta. Y le daba un sentimiento de acogida en el pecho ver como lo invitaban a planes, sin tener que enterarse de segundas personas.

Sin embargo, no había coincidido con Juanjo en ninguna de las quedadas. No es que lo estuviese evitando, porque no lo estaba. Claro que no. Pero seguía recordando como después del encuentro en el baño lo había ignorado por completo, como esquivaba cualquier interacción con Martin, como se despidió de todos aprovechando que el chico había ido a recoger su chaqueta.

Martin entendía que Juanjo viese reflejada la insuficiencia en él, porque el mismo Martin también lo veía. Pero la cuerda floja por la que Martin caminaba, la línea que separaba las flores de colores de las hojas secas era cada vez más delgada, cada vez más débil. Y por muy poco que Martin se quisiera, sabía reconocer lo que le convenía, por lo menos en este caso.

Y lo que le convenía era mantener las distancias con gente como Juanjo.

Por lo que compartían espacios y conversaciones, pero no tenían roces directos. Hasta que...

El grupo decidió que no tenía ningún sentido ir a una discoteca con el buen ambiente que había en el piso, y que ellos mismos se lo podían montar con toda la bebida que habían comprado y los altavoces.

Era totalmente cierto. Martin se estaba divirtiendo tanto con los chistes de Alvaro y las historias de el año en Erasmus de Violeta , que le hubiese dado pena tener que trasladarse a una discoteca. Por lo que una hora después del quorum todos estaban ya bailando en la pista de baile improvisada que era la alfombra del salón.

Martin se sentía vivo. ¡Se sentía vivo!

Sentía unas burbujitas en su abdomen y unos rayitos de emoción que recorrían todo su cuerpo, y hace mucho que no sentía. Sentía que pertenecía ahí, bailando entre Chiara y Violeta a una canción que no conocía con todo el resto aplaudiendo alrededor.

Después de un par de canciones sonó una que todos conocían excepto Martin, por lo que aprovecho y se dirigió a la cocina a por un vaso de agua. Lo que no esperaba era interrumpir una conversación con un aura tan íntima.

En la pequeña mesa de la cocina estaban sentados el uno frente al otro Naiara y Juanjo. Juanjo apoyando la cabeza en sus manos, sin emitir ningún ruido, y Naiara acariciándole el pelo.

-Tienes 20 años, Juanjo. Es normal que todo esto te pese demás. Y lo estás haciendo muy bien. No conozco a nadie que vaya a poder jamás hacerlo igual de bien que tú.

El hombre no respondió, simplemente resoplo.

- Necesitas pedir un poco de ayuda, que para eso estamos los amigos. Todos estamos preparados para coger una tarde libre y ayudarte. No es justo que lo estés haciendo todo tú solo, mientras tu hermano se toca los huevos.

Martin no sabía cómo salir de ahí. Sentía que cualquier movimiento que hiciese se escucharía en la madera del suelo. Pero sentía una incomodidad en el pecho y un calor en las orejas por miedo a ser pillado molestarle. Quería salir de ahí, pero no encontraba la forma.

Escucho a Juanjo sollozar.

-Lo sé, Naiara, lo sé. Pero, no sé. No sé cómo manejar todo esto. ¿Y qué se supone que le tengo que decir a Miguel? ¿"Oye, que se te ha olvidado un detallito a la hora de empezar tu nueva vida"?

Y derrepente el puñetero suelo de madera crujió bajo los pies de Martin.

Juanjo se tensó y se giró poniéndose de pie. Martin pudo ver la mueca de Naiara y supo que no iba a ser agradable lo que se le iba a venir encima.

- ¿Pero qué haces tú aquí, niñato? ¿Tu madre no te ha dicho que escuchar conversaciones ajenas es de putos imbéciles?- Juanjo se le acercó con pasos cortos, y le dio un empujón en el pecho. Martin no sabía que contestar.- ¿Por qué no respondes? ¿Eres gilipollas?

Naiara se puso de pie y sujeto a Juanjo de un hombro, intentando tranquilizarle.

-Te juro que ha sido sin querer. No quería escuchar nada. En realidad, no he escuchado apenas.

Juanjo se acercó hasta que el más pequeño pudo oler su colonia, apretó la mandíbula y le susurro:

-No sé que haces en esta fiesta.

Y fueron siete palabras, pero eran las siete palabras que Martin siempre temió oír. El cuerpo entero le latió, sintió el calor subir a sus mejillas y no supo como actuar sintiéndose tan humillado. Miro a Naiara y está miraba a Juanjo con el ceño fruncido, sorprendida y decepcionada a partes iguales.

El más pequeño se separó y se giró, saliendo de la cocina sin decir nada. Escuchó a Naiara decir: "¿Por qué has dicho eso después de lo que Lucas nos contó? Te has pasado."

La fiesta había acabado para Martin. Toda la ilusión que sintió desapareció y lo único que sintió fue vergüenza de sí mismo. ¿Todos pensaban igual que Juanjo? ¿Él no encajaba ahí?

No le costaba creer eso pero seguía doliendo. Dolía menos porque esa ilusión por haber encontrado un grupo agradable había durado muy poco, pero seguía doliendo.

Se acostó en la cama, con ropa y todo, y antes de siquiera registrar cuáles eran los pensamientos que su subconsciente estaba creando ante la situación, comenzó a llorar.

Se acostó llorando. Y creyó que eso era lo que merecía. Durmió odiándose una noche más.

*

Unas manos sacudían su cuerpo despertándolo. Sintió su cabeza palpitar, con un dolor de cabeza que el conocía perfectamente. Se seguía escuchando la música del salón, y eso solo incrementó su dolor.

Giró su cuerpo y vio a Lucas con un puchero sentado sobre su cama.

-Me dijo Naiara que te habías ido a tu habitación. ¿Por qué no estás con todos en la fiesta? Te vi divertirte. Chiara y Violeta están preguntando por ti.- Lucas le dio un beso en la mejilla y limpio las huellas de las lágrimas en sus mejillas.

- Perdón, Lucas. Me estaba sintiendo mal.

- Juanjo se fue. ¿Pasó algo con él?

- No ha pasado nada, de verdad. Solo me dolía la cabeza.

- No tienes porque contármelo, Martin. Pero lo más probable es que me vaya a enterar por segundas personas.- Lucas le acarició la cabeza, peinando su pelo.

- Me da igual, Luki. Simplemente, ahora no quiero hablar, solo quiero descansar.

- Pues me quedo contigo.- Lucas se tumbó junto a él, metiéndose bajo las mantas.

- ¡No! Venga, fuera de aquí. Yo estoy bien, solo quiero dormir, Luki. Vamos, vete a bailar, que te veo con ganas. Es tu cumple.

Lucas se quedó mirándolo y sonrió, pero no era una sonrisa bonita. Era una sonrisa de lástima que congeló a Martin.

- Naiara ya me dijo lo que había pasado, pero esperaba que tú me lo contases. Martin, te quiero mucho. Todos te tenemos un cariño increíble en el grupo. No tienes por qué sentirte así.

Martin se volvió a sentir vulnerable. Y sin poder controlarlo comenzó a llorar.

Lucas lo abrazó y siguió diciéndole cosas bonitas, repitiéndole que lo quería en el grupo, que les importaba a todos. Y aunque Martin no terminase de creer sus palabras, lo tranquilizó.

-Te queremos mucho, bigotes.













Bua Bua Bua. LO SIENTO.

Ha sido culpa de mi falta de organización, no mía. Creía que tenia toda esta semana libre pero resulta que en bachillerato no hay parones. PERDON. Esta semana intentare subir otros dos caps, pero entre el trabajo y los exámenes no me da.

¿Que opináis de Juanjo? ¿De Martin?

¿Que creéis que es lo que le pasa a Juanjo?

ESPERO QUE OS ESTE GUSTANDO ASKO ASKO ASKO🩷🩷🩷

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