NEMESIS | KOOKTAE

By jeonTH2

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Cinco años después de que todos lo creyeran muerto, y de dejar a su prometido Jeon Jungkook con el alma destr... More

Prólogo
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By jeonTH2

Un "lo siento", no arregla nada

La evasión es un don natural que tiene el ser humano, don que implementa según sean dadas las condiciones que lo obliguen a acorralarse en dicha acción, y que le permite encontrar formas de sobrevivir y adaptarse a situaciones difíciles. La evasión puede ser considerada como un mecanismo de defensa que se activa en momentos de amenaza o peligro, ya que el instinto de preservación impulsa al individuo a buscar modos de protegerse.

Cuando el humano experimenta un nivel de dolor que siente no poder soportar, su primer instinto es evadir lo que lo está provocando dicho sentimiento desagradable, buscando de alguna manera, dejar de sentir, porque en su interior, lo interpreta como "corazón que no ve, no siente". Y esto era justo lo que estaba intentando hacer Jungkook en este momento, la maniobra de evasión, buscando de alguna forma ya no sentir dolor. Intentando convencerse de que si no veía lo que estaba pasando, no le dolería tanto como lo estaba haciendo ahora.

— Jungkook, ¿que significa esto?, ¿te haz vuelto loco?— se levanta Taehyung de su asiento balanceando los papeles en la mano.

— Es lo que es— dice—. Señor Park, esto está en su decisión. Y si va a traer a su esposo para que esté interrumpido e opinando en cosas que no le compete, es mejor que no lo traiga.

— ¿Cosas que no me competen?— pregunta casi furioso, casi parecía salirle humo de las orejas—, ¿Su decisión?, de verdad que está confirmado, haz perdido la cabeza.

— Señor Park, ya es conocedor de este trato, le doy ocho días para que tome la decisión correcta, y por la cantidad exuberante de dinero que le estoy ofreciendo, sabe cual es esa decisión— habla como si Taehyung no estuviese ahí.

— Deja de ignorarme, Jungkook, estoy hablando contigo, no te comportes como una cría, ni mi hijo es...— se detuvo antes de terminar de decir, estas palabras alteraron aún más a Jungkook, pero como un don, siguió manteniendo la compostura.

— Ya es todo, se pueden ir— anuncia.

— No eres dueño de mi vida, y no puedes ponerle precio a mi presencia, no me moveré de aquí, no me iré de la provincia, y mucho menos dejaré a mi tía, mi tía está aquí.

— ¡Eso no te importo cuando te fuiste la primera vez!— expresa ya cansado—, así que no me vengas con estupideces de sentimientos fingidos. Te fuiste pisoteando esos mismos sentimientos, te fuiste sin mirar atrás, toma ese mismo valor que tuviste la primera vez y lárgate de aquí, vete, y no te atrevas a mirar hacia atrás.

— Taehyung— le llama Bogum intentando que se calmase, los dos ya se estaban alterando de más.

— Yo ya me voy, no tengo tiempo para perderlo en estas estupideces, suficiente e perdido ya— Jungkook sale de la sala.

— Jungkook, espera un momento, vas a tener que escucharme— intenta ir detrás él, pero Bogum lo detiene.

— Taehyung, basta, ¿no ves que te pones en vergüenza?

— ¿Vergüenza?— rie bajito— vergüenza es como te quedaste tú ahí, sentado sin decir nada como si realmente estuvieses considerando aceptar esa barbaridad.

— Tae...

— Ni-sete-ocurra, Bogum. No te atrevas a proponerme aceptar esto, jamas— toma su chaqueta y se marcha. Bogum lo sigue hasta el auto y se marchan juntos. La mitad del camino estuvo en silencio hasta que dicho silencio se rompió.

— Deberíamos aceptar, Taehyung— el ambiente se torna tenso

— No puedo creer que te estes vendiendo por miserias, esto es de no creer— suspira entre palabras.

— Taehyung, con esa cantidad de dinero podríamos hacer una vida en cualquier parte del mundo, junto a nuestro hijo.

— No sigas, Bogum, ya estás colmando mi paciencia— su mirada dirigida hacia otro punto de enfoque a través de la ventana.

— Si pudiera, firmaría ese contrato, tomaría a mi hijo e me iría de aquí enseguida.

— Pues puedes hacerlo, pero, sobre mi cadaver, alejarás a mi hijo de mi, primero muerto antes que eso— el auto se detiene en un lugar casi desolado, pero cercano al centro.

— Ambos sabemos que todo esto es por ti. No le importo yo, y tampoco mi hijo tiene la culpa de toda esta situación, eres , solo quiere que tú, desaparezca.

— Pero no lo conseguirá— expresa de manera decidida y sin planes de echar marcha atrás.

— ¡Oh, vamos, Taehyung!— golpea el volante—¿por qué insistes en quedarte en este lugar?

— Mi tía...

— ¡Patrañas!, ambos sabemos que tú tiene no fue la principal razon por la que quisiste regresar y tampoco es la principal razón por la que no quieres irte— Taehyung no responde, baja del coche cerrando la puerta del coche con fuerza, Bogum lo hace detrás de él— No puedo creer que tenga que aceptar que mi esposo ame a otro hombre. Jamás debimos volver aquí, debimos quedarnos donde estábamos, estábamos bien ahí.

— ¿Lo estábamos, Bogum?, analízalo bien, ¿realmente lo estábamos?— le da la espalda, él lo sostiene de los hombros y lo voltea hacia él, se mira le evade la mirada directa.

— Desde que llegamos aquí, ya ni siquiera me miras. Me evitas cómo si fuese un bicho raro, pareciera que no estamos casados, que no tenemos un hijo en común— su voz suena melancólica.

— ¿Yo cuando te he mirado?— su tía le había enseñado que tenía que ser sincero ante todo e evitar mal entendidos, pero aveces, la sinceridad abrupta rompía corazones.

— ¡Con un carajo!, jamás debí aceptar venir aquí— se peina el cabello ya desesperado.

— ¡Yo jamás te lo pedi!— le grita a la cara.

— ¡Si no hubiese venido, de seguro ya estuvieses en su cama! — una cachetada fue directo a su cara, provocando que voltease la cabeza.

— No vuelvas a dirigirte así a mi, jamás. Nunca te he faltado el respeto y espero obtener lo mismo.

— Ya me estás faltando el respeto al amar a otro hombre estando casado conmigo.

— ¿¡Y que esperas que haga!?, ¿eh?, no puedo evitarlo, no puedo mandar sobre mis sentimientos, no puedo hacerlo.

— ¿Entonces por qué aceptaste casarte conmigo en primer lugar si sabías que eras incapaz de amarme?

— Yo te lo advertí, y tú lo aceptaste— se señala a él y luego a Bogum.

— Porque te amaba, y pensé que enserio podía ganarme tu corazón, pero ya veo que no.

— Solo estoy contigo por mi hijo, entiéndelo, ¿cómo le iba a explicar que nació fuera del matrimonio?, que su padres no estaban juntos, ¿cómo?, tenía que asegurar su felicidad.

— Y con eso nos destruiste a los dos, Taehyung— baja la cabeza, Tae siente su tristeza.

— Esa no es mi intención, Bogum, sabes que estoy tan agradecido contigo por tantas cosas, no quiero herirte, por eso fui sincero contigo desde un inicio.

— ¿No puedes intercambiar ese agradecimiento por amor? Por favor— los ojos se le cristalizaron, Tae niega.

— Lo siento... no, no creo jamás amar a un hombre cómo lo ama a él, de verdad, lo siento.

— Ya no digas más.

— Lo siento, de verdad, lo siento. Bogum, por favor no me ames, porque yo no soy capaz de ser recíproco.

— Perdón, e perdido el juicio por un momento al llegar a pensar que podía tener tu amor. Nunca lo tuvo y es destrosante saber que nunca lo tendré. No debí ponerte a elegir si ya sabia cual sería tu elección— da la vuelta, sube al coche, y sin invitar a Tae a hacer lo mismo se marcha. Él lo ve irse sin problema, de cualquier forma, no se subiera, después de esa conversación/discusion, sería incómodo el camino hacia su casa.

Jungkook se encontraba reduciendo la cantidad inmensa de papeleo que tenía. Era el presidente de una empresa de negocios, que en resumidas cuenta se encargaba de patrocinar pequeñas empresas para a futuro obtener un porcentaje de ganancias de la misma, y bueno, también otras cosas, así que siempre tenía cosas que firmar, siempre tenía cosas que hacer, y faltar un día, significaba acumular un montón de papeleo, por eso él siempre estaba ahí, no por nada había ganado el galardonado de empresario del año. A su corta edad había conseguido convertir la empresa en una de las principales de toda corea, e Asia.

— Hola— Jungkook la escucha y alza la mirada—, se que no te gusta que haga esto, pero...

— No, no, tranquila, pasa— le indica Jungkook y ella obedece.

— Se que no te gusta que venga a la empresa porque estás ocupado, pero es que ya no sabia que hacer, ya hace una semana que no nos vemos, después que te fuiste de la fiesta..— explica ella con la cabeza cabizbaja.

— Ya te dije que no te preocupes, Hansul, no tengo problema con que estés aquí. Tampoco pedí que te aislaras de mi, no entiendo porqué lo hiciste.

— Si lo sé, pero no era necesario que lo pidieras sino de que yo lo hiciera, es evidente que toda esta situación puede llegar a ser confusa para ti, yo... debía darte tu espacio, para que pensaras.

— ¿Que es lo debía pensar?— ella levanta la mirada y choca con la de él.

— Pues, en si aún quieres casarte conmigo— dice pesadamente, arrastrando las palabras, haciendo que costara más decirlas.

— No tengo nada que pensar— exclama decidido.

— ¿Seguro?, es que entendería que...— baja la mirada y juega con sus dedos, tal vez evitando algo.

— Han Sul— llama su atención—, estoy seguro.

— Jungkook, todo esto, es demasiado para mi, paso una semana, y tal vez yo no te busque, pero muy en el fondo esperaba que tú lo hicieras— ríe bajito—, tal cual un cuenta de hadas, pero nunca fuiste.

— Han Sul...

— Mira, aún estamos a tiempo, el compromiso no se logró anunciar, y aunque algunos ya lo saben, podemos decir que todo esto fue una confusión, y...— Jungkook la interrumpe.

— ¿Por qué estás queriendo hacer esto?

— Porque— se detuvo un momento—, vi cómo cómo lo mirabas, en la fiesta, y luego cómo te fuiste, todos realmente esperan que esta boda no se ejecute después de eso.

— Pues, Hansul, todo fue una sorpresa para mí. No es un secreto que tenía casi cinco años buscándolo, y verlo frente a mi, fue... es evidente que iba a estar sorprendido.

— ¿Aun lo amas, Jungkook?

— Yo...

— No podría jamás estar con alguien que ame alguien más, Jungkook. Si sé que cuando me toques, cuando me beses, o si quiera cuando me mires, estarás deseando que fuese él, yo... no puedo vivir así— se acerca a él rodeando el escritorio—. Yo te amo con todo mi ser— alza la mano para tocarle la mejilla pero Jungkook la evita—. Ves, ni siquiera me permites tocarte.

— Sabes que no soporto el contacto físico— se pone de pie y se aleja un par de centímetros de ella.

— Si me amaras, eso no te importaría.

Jungkook sabía que tenía razón, el odiaba el contacto física, y se podían contar las personas que tenían, mentalmente, la autorización para hacerlo, o bueno, tal vez no la autorización, más bien, la aceptación.

— Te daré un mes, Jungkook— toma su bolso y lo mira fijamente.

— Ya te dije que no tengo nada que pensar.

— Es evidente que sí, tienes cosas, y muchas, en las cuales debes pensar. Si en un mes, vuelvo a hacerte la pregunta y me dices que sí, te juro que jamás, en serio jamás, volveré a cuestionar tu decisión, y nunca te dejaré ir de mi lado. Juro luchar hasta mi última gota de sangre por hacerte el hombre más feliz del mundo, y luchare por ganarme tu amor. Pero, si en un mes tu respuesta es que no, entonces respetaré tu decisión sea cual sea la razón, y me iré sin protestar. Pero si tengo alguna razón, aunque sea mínima, por la cual luchar, entonces lucharé— da la vuelta y sale. Jungkook solo la ve irse sin intentar evitar que lo hiciera.

En parte, Hansul tenía razón, tenía cosas en las que pensar. La razón por la que iba a contraer matrimonio con ella era porque su padre, una de las cabezas más pesadas en el mundo criminal coreano, era una clave para encontrar a Taehyung, eso era lo que pensaba, pero ahora, ¿cual sería la razón para casarse con ella? Él no quería hacerle daño, ella era un ser muy noble, y lo amaba, eso lo tenía clara, entonces ahí surgía la pregunta, ¿se casaba con ella sin razón?, sentía que sería todo una venganza, entonces, ¿no lo hacía para no hacerla infeliz? suspira.

Taehyung había logrado llegar al centro de Busan en un taxi, ahora, estaba a la espera de la llegada de alguien al cual había logrado contactar después de tantos años. Estaba nervioso y ansioso, no sabía que podía esperar, pero sabía que no podía dar marcha atrás. Pronto apareció una figura familiar acercándose por la acera. Los dos se miraban fijamente mientras el camino que los separaba se hacía más y más cortó.

Jimin llega y toma asiento rápidamente sin decir ni una sola palabra, el lo observa hacerlo. Estaba cambiado, su semblante estaba frío, cero sentimientos, tal vez porque no le alegraba mucho verle. También se había teñido el pelo rubio, no le negaría que le quedaba fenomenal. Estaba más delgado, pero increíblemente, aún tenía el poder de intimidar con su aura. Sexy pero endemoniado.

— ¿Cómo has estado?— pregunta para romper el hielo.

Jimin sonríe fingidamente— Ay, por favor, dejémonos de rodeos. No te importa cómo he estado, y yo tampoco te voy a preguntar, se nota que las vacaciones te sentaron muy bien.

— Solo, quería saber, cómo hacías estado todo este tiempo.

— ¿Hablas de todo el tiempo en el que fingiste que todos habíamos desaparecido de tu existencia cómo si fuera la cosa más facil que habías hecho jamás?, pues fíjate, he estado bien, feliz. Ahora ve al grano y dime, para que me has llamado.

— Eres el único que no a cambiado su número telefónico después de tantos años— dice bajito—. ¿Quieres un café o algo?

— No, Taehyung, no quiero nada, solo quiero que acabemos con esto y dar fin a toda esta falsa.

— Es agradable volver a escuchar mi nombre de ti— le mira pero Jimin le tumba la mirada.

— Ya basta, de verdad detente.

— Te extrañé, Jimin, te extrañé mucho.

— Ja, no miéntas. Tú decidiste extrañarme, tú te fuiste y nos dejaste a todos hecho una porqueria mientras te reías a nuestras espaldas.

— Yo, tengo mis razones— se inclina un poco sobre la mesa.

— Razones que no deseo escuchar— se pone de pie con la misma rapidez con la que se hacía sentado—. Si eso era todo, yo me voy.

— Espera— le sostiene la muñeca, no hay ningún tipo de forcejeo. Jimin se queda a medio sental, mirándole—. Yo necesito...

— Claro, ahí está, sabía que por nada habías recurrido a mi— le lanza una mirada filosa—. Habla, que quieres.

— Necesito la dirección de Jungkook— dice finalmente después de habérselo pensado un rato.

— Oh, no. Por supuesto que no.

— Jimin, por favor, ayúdame.

— Pero...— Jimin ya se estaba alterando. Coloca sus dedos sobre su frente—, ¿como tienes el cinismo de hacer todo esto, irte, tener un hijo con, otro, y luego querer acercarte a él?, no lo permitiré, no dejaré que acabes con lo que queda de él—. Se peina el cabello como mecanismo para concentrar el enojo que estaba sintiendo.

— Tu debes entenderme, supe que que también tienes una hija— le dice mientras asiente con la cabeza buscando confirmarcion—. Seguro Yoongi a de estar muy feliz, siempre quiso ser padre.

— ¿Qué?

El mundo de Jimin se borró en ese
instante, todo sentimiento malo o bueno se quedó en stop. Lo mira a los ojos con incredulidad, sorprendido se pondría decir, suspira para que inmediatamente se le cristalizaron los ojos.

— Vaya, ya veo que en serio te desligaste de todos nosotros— baja la mirada y contrae los labios para evitar llorar en lleno—. Yo creí que, al menos un poco, sabias de nuestras vidas, pero... ya veo que no.

— Jimin...— dice su nombre intentando preguntar el por qué de su reacción.

— Yoongi murió— dice al fin, y las lagrimas inevitablemente cayeron como cascada alrededor de sus mejillas—. Él murio en un accidente en una de sus carreras, hace dos años— el llanto casi no lo dejaba hablar.

— No...— para Taehyung fue inevitable llorar— no puede ser... no.

— No— niega con la cabeza y con la mano—, no te atrevas— se pone de pie dándole el frente y le señala—, no te atrevas a llorar, no seas tan cinico.

— Te juro que no sabia...

— Por supuesto que no lo sabías, si te fuiste y le diste la espalda a todos, te fuiste y no te importó el dolor de nadie, así que no-llores, no seas tan...

— Jimin, lo siento...tanto.

— Y para que sepas, sí, Yoongi fue muy feliz, durante la espera, y cuando nació, fue el hombre y padre más feliz del mundo, y la amó con toda su vida, mientras estuvo con ella, y sé, que donde sea que esté, la seguirá amando siempre— se limpia sus lágrimas—. Sabes, algo que nunca te voy a perdonar, Taehyung, es que ninguno de nosotros fue totalmente feliz después de tu desaparición, nunca pudimos ver un amanecer completo luego de eso.

Taehyung baja la mirada, no encontraba respuestas, ni siquiera fuerzas para decir algo. Las lagrimas caen sobre la mesa.

— Lo siento— es lo único que dice.

— ¿Lo siento?— esa fue la gota que derramó el vaso y desató la ira el Jimin— Un lo siento no arregla ¡nada!, ¿sabias que Jungkook estuvo 6 meses en un siquiatrico porque juraba y perjuraba que estabas con vida y todos lo creyeron loco, tan loco se volvió que dejó de comer, de beber, de vivir, para encontrarte? ¿¡Lo sabias!?— pregunta ya alterado, Taehyung no se atrevió a mirarlo, solo sollozaba—, ¿sabias que estuve a punto de perder mi embarazo, y tuve un embarazo completamente riesgoso por la depresión que me causó haberte, según creí, perdido? ¿Lo sabias?, ¿o sabias que Yoongi dedico la mayor parte de su tiempo ayudando a Jungkook a encontrarte, o que casi se pierde el nacimiento de su hija porque creyeron haber encontrado una pista para encontrarte? ¿Lo sabias?, no, como tampoco sabias que tu tiene sufrió tanto tu perdida que borro la mayor parte de sus recuerdos del presente porque no soportaba el dolor de no encontrarte, no ¿verdad?— se pone a un lado de la mesa y queda frente a él sin mesa de por medio— No sabias nada, por qué — lo señala— estabas feliz mientras nosotros nos jodiamos aquí. Así que que no, un "lo siento", no arregla nada de eso. Un lo siento no nos devolverá las lagrimas que derramamos por ti, mientras tú te reías a nuestras espaldas, entonces, ahórrate tus disculpas, porque a ninguno de nosotros nos sirve de nada.

Jimin saca una tarjeta de su bolso y la pone sobre la mesa con tanta fuerza que siente algo parecido a la corriente eléctrica en su mano.

— Ese es el número y dirección de Jungkook. Que sepas que le avisaré que te los e dado, así que si no contesta y no abre la puerta, o si se muda de ahí, esa será su decisión. No me vuelvas a buscar, o intentar contactar por ningún medio existente, mi decisión desde ya, es no responderte, menos acudir— se da la vuelta para irse pero da un giro de ciento ochenta grados para terminar de decir con el corazón en la mano— No tienes ni idea, de lo mucho que te necesite. Y cuando Yoongi murió, realmente— solloza— te extrañe mucho. Pero ya no, ya no te necesito— dijo finalizando la conversación y se marchó.



¿Que les está pareciendo la historia?

¡Nos vemos a la próxima!

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