Caminos a Ti.

By Kaos_Salv

391K 36.4K 24.5K

Madison sentía que su vida era bastante común y corriente, al menos, hasta el día en que su novio decide term... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34

Capítulo 17

12.8K 1.3K 1.1K
By Kaos_Salv

MADISON

No podía negar que me sentí bien por un momento cuando Noah tomó mi muñeca, su rostro por un momento me recordó a la persona que conocí en el pasado. Pero ella seguía viéndose triste. Quería saber qué era lo que le pasaba, pero también quería evitarla.

Verla con esa mujer me dolía, me dolía saber que ella podía quedarse en su vida y yo no. Quizás yo nunca fui lo suficientemente buena. Pude ver a lo lejos como esa pelirroja hablaba con Noah, pero Noah solo miraba el piso de la celda, no parecía demasiado interesada, aunque era mejor que no tener nada de ella. Creo.

—Señorita Call. —Tres abogados se pararon frente a mí, a su espalda estaba el señor Smith quien llevaba una bolsa de hielo. Su ojo estaba morado y su cara estaba evidentemente inflamada. Al parecer Noah tiene excelentes habilidades para pelear. Lo cual en ese mismo momento era un problema. —Entendemos quiere llegar a un acuerdo.

—Si, vamos a la sala de interrogación, nos dejarán ocuparla para hablar un poco. —Ellos asintieron y yo le pedí al policía que pudiera sacar a Noah para hablar.

—Es una lástima que pierda su tiempo en esto, señorita Call. —El señor Smith me miró. —No debería arriesgar tanto por una causa perdida.

—No se preocupe por mí, señor Smith. —Le sonreí, aunque estaba enfadada. Solo yo podía decir que ella era una pérdida de mi tiempo. Espere a que sacaran a Noah.

—¿Él te dijo algo? —Noah parecía más enfadada.

—Nada importante.

—Si te dijo algo indebido prometo no volver a golpearlo, pero no aceptes que te diga nada fuera de lugar. —Ella murmuró empezando a caminar, cuando llegamos al pasillo la detuve.

—¿Por qué asumes que él me diría algo así?

—Así son los hombres de su tipo. —Noah no me miró.

—No te preocupes por esas cosas ahora, lo importante es que terminemos esto pronto.

—Madison, lo siento.

—¿Por?

—Interrumpir tu noche, de seguro tenías algo mejor. Además, no te he tratado de la mejor manera desde que llegaste y solo te has preocupado de ayudarme. Lamento ser una idiota. —La rubia retomó su camino y yo no dije nada. No sabía si era porque buscaba mantener esto lo más profesional posible o porque no quería pensar en que ella aún podía ser la dulce Noah del pasado.

Estaba confundida.

Pero no era tiempo para eso.

Lo primero que presenté fue el video en donde claramente el que había iniciado fue él, pero su equipo insistió en que irían a juicio. Fue algo difícil convencerlos de que no sería necesario, él solo aceptó cuando mencioné que en un juicio se sabría su interés en Anastasia y probablemente su esposa lo dejaría por algo que se hiciera tan publica, sin olvidar que arruinaría su reputación. Noah se quedó en silencio, lo cual agradecí, ella parecía más tranquila que hace un rato.

—Imprimiremos un acuerdo de confidencialidad para que esto jamás sea público. —El líder los abogados habló y Noah aceptó. Supongo que ella no quería sumar más problemas y había entendido el impacto que pudo causar su pelea en su carrera. Era un viejo asqueroso, pero también era un hombre importante en los negocios.

Al salir de la sala de interrogaciones para esperar que de su oficina trajeran el acuerdo, ya no fue necesario que volviera a la celda y vi como la pelirroja se lanzó a sus brazos, pero Noah la apartó para ir a sentarse. Pese a las palabras de Noah, me sentía celosa porque ella había sido capaz de golpear a una persona como él con tal de defenderla a ella, ¿ella en verdad lo hubiera hecho por cualquiera?, ¿ella lo hubiera hecho por mí?

Que tonta era, claro que lo hubiera hecho. Ella era Noah después de todo, no creo que todo lo que fue en el pasado se haya borrado.

—Eres Madison, ¿no? —La pelirroja se acercó a mí con una sonrisa. —Soy Anastasia, es un gusto poder conocerte.

—Anastasia. —Noah le dio una mirada de advertencia.

—Es un gusto. —Tomé asiento un poco más lejos, noté la intención que tuvo de acercarse, pero Noah tomó su brazo y la obligó a sentarse a su lado. Cuando los ojos verdes se posaron en mí, pensé que se levantaría y vendría conmigo, pero solo me miro unos segundos antes de mirar el piso.

Ella no era capaz de mirarme demasiado tiempo.

No sabía el por qué, pero eso solo me hacía enojar. Todo en ella al parecer ahora me enojaba. Bueno, quizás era porque por fin la tenía frente a mí y es todo lo contrario a lo que me imaginaba que podría pasar si un día nos volvíamos a encontrar. Solo me era un recordatorio para destruir esa imagen de luz sobre Noah, esa luz se había apagado.

Pero era también preocupante, nadie cambiaba tanto de un año para otro.

—¿Quieres un café? —Noah preguntó mirándome.

—Claro.

Pensé que había ido a comprar algo para su acompañante, pero en realidad solo volvió con mi café y una botella de agua para ella, Noah reposó su cabeza en la pared, vi sus ojos como poco se cerraban mientras Anastasia revisaba cosas en el celular. Me levanté y tomé asiento a un lado de Noah, ella me miró.

—Te hará mal dormirte con el cuello para atrás.

—¿Me puedo apoyar en ti? —Ella me miró y negué.

—No puedes dormirte tampoco, solo resiste unos minutos. Podemos hablar si quieres. —Miré a la pelirroja que estaba al otro lado de Noah.

—Llamaré a mi casa para que no se preocupen por mí. —Anastasia se levantó. Noah la siguió con la mirada.

—Lo siento.

—¿Por qué te disculpas?

—Debes estar incomoda con su presencia. Le dije que no se acercara demasiado a ti, pero ella es algo tonta al principio.

—No te preocupes por eso. —Sus ojos volvieron a mirar los míos. —Toma algo de agua para despertar.

—Sirve más si siento frio en mi cara. —Ella llevó la botella a su mejilla. —Gracias por tu ayuda Madison.

—Luego te enviaré la boleta de los costos a honorarios.

—Claro, cobra lo que quieras.

—¿Ahora eres más millonaria?

—Nunca he sido millonaria, y no lo soy tampoco ahora. ¿Qué hay de ti?

—Nada nuevo.

—Estuviste en el evento hoy, algo nuevo debe haber.

—¿Entonces me viste?

—Sería difícil no verte a donde sea que vayas. —Sus mejillas se sonrojaron. —Digo... no, si es lo que quise decir. —Había escuchado algo similar de Xavier esa noche, pero esta vez sí sentí un pequeño cosquilleo.

—Estoy a cargo de los temas de derecho económico en la firma, así que a veces tengo que ir a esas cosas.

—Espero te paguen mucho para tener que soportar estas aburridas fiestas.

—No me quejo.

—Me alegra saber que te va bien, te ves bien también.

—Si, me ha ido mucho mejor que la última vez que nos vimos. —Ella apartó la mirada.

—Eso es bueno.

—¿A ti te ha ido bien?

—Si. —La conversación se cortó ahí. Sabía que ella me mintió, tampoco se esforzó en ocultarlo como en el pasado. —¿Crees que pueda ir a fumar sin que piensen que me escaparé?

—Pensé que detestabas el olor a cigarrillo.

—Hay muchas cosas que odio y aun así lo hago. —Ella se levantó.

—Dile a un policía que huela a tabaco, te acompañara afuera si le das uno. —Noah asintió, no le costó encontrar a algún policía que fumara y aceptara el pequeño soborno para fumar.

¿A ella le habrá pasado algo para estar así?

Cuando llegó el acuerdo, lo revisé al menos tres veces para asegurarme de que estuviera todo bien antes de que Noah lo firmara aceptando de que nunca hablaría sobre nada de lo que pasó esa noche, así como ellos lo harían y no realizarían una demanda contra ella por agresión. Dentro de todo nos fue bien, pero Noah seguía desprendiendo una energía hostil cada vez que el señor Smith estaba cerca, al punto que cuando él quiso despedirse de mí, se interpuso entre los dos obligándome a solo tomar su mano. Fue algo bueno de todas formas, me daba asco aquel señor sobre todo luego de ver como intentó forzar a Anastasia. Ella podía caerme mal, pero no lo desearía algo así a nadie.

—Muchas gracias, Madison. —Noah volvió a agradecerme cuando salimos de la estación. —Mi número sigue siendo el mismo, así que puedes enviarme la boleta y me aseguraré de pagarte durante el día de mañana. —Asentí.

—Podemos acompañarte a esperar un auto. —La pelirroja se ofreció.

—No te preocupes, pueden irse.

—Bueno, gracias por salvar el trasero de Noah. —Ella me sonrió y tomó el brazo de Noah para empezar a caminar algo lejos de mí.

Me quedé mirándolas algunos segundos para ver cómo se alejaban, una parte de mi hubiera deseado que ella volviera para pedirme salir, o que hubiera insistido en acompañarme hasta casa, o siquiera se diera vuelta a verme. Pero no fue así, quizás ella había seguido adelante y quizás era momento de que yo también lo hiciera.

Aquel fin de semana no pude dormir bien, me era algo casi imposible, mi mente trabajaba a mil tratando de procesar todo lo que había pasado. Volver a ver a Noah había alterado la química en mi cerebro de diferentes maneras. Por una parte, sentí pena por la imagen que proyectaba, esa no era la chica que a mí me gustó, por otro lado, sentí rabia contra ella. Se supone que ella quería trabajar en sus cosas, en solucionar todo en su cabeza, había pasado más de un año y solo podía verla peor.

Pero quizás en realidad esta era su verdadera esencia.

No, no quería creerlo.

Nadie podía cambiar tanto en tan poco tiempo, ¿no?, menos una persona que era tan cálida como Noah.

—Madison. —Gillian se cruzó en mi camino a la oficina, vi su notorio nerviosismo.

—¿Qué pasó ahora? —Me quejé, solo había ido por un café. ¿Por qué siempre pasaba algo en esta oficina?, aunque en realidad tiene sentido si nos dedicamos a resolver los problemas de los demás.

—Tienes visitas.

—No tengo reuniones esta mañana.

—Están fuera de agenda.

—Entonces diles que no.

—Es Xavier.

—Oh, ¿entonces por qué pareces como si fuera un extraño?

—Y es que también estaba Noah esperándote, junto a su amigo. —Traté de mirar sobre su hombro, reconocí la cabellera rubia a la distancia. —Quiero escapar de esta tensión, no me pagan lo suficiente.

—No te vayas. —Tomé su brazo. —Te invitaré a almorzar, pero no me dejes en medio de esto.

—Tú te metiste en esto. —Lo miré suplicándole que se quedara, el joven abogado terminó soltando un gran suspiro. —Espero un gran almuerzo, con postre incluido. —Asentí. Cuando nos acercamos vi a Noah quien me daba la espalda junto a Hunter quien aún miraba a Xavier de una forma algo rara.

—Madison. —Xavier me sonrió y pronto note el ramo de tulipanes que llevaba en sus manos, eran de tonalidades pasteles y moradas. —Te estaba esperando.

—No te esperaba. —Me arrepentí de decir eso por la mirada que me dio. —Digo, normalmente me mandas un mensaje.

—Si, solo quería sorprenderte. Además, te traje algo que vi en el camino. —Su dentadura blanca apareció y yo miré los tulipanes que me extendió.

—Los tulipanes son tóxicos para los gatos. —Miré a la rubia que se giró a mirarme, su mirada no expresaba nada al igual que su rostro, pude notar que su nariz estaba algo morada, pero no se veía como algo grave.

—Oh, yo no lo sabía... —Xavier dijo rápidamente.

—No te preocupes, los dejaré en mi oficina. Muchas gracias, Xavier. Hace mucho nadie me regala flores. —Le sonreí buscando tranquilizarlo un poco, noté lo nervioso que estaba sobre todo por como sus ojos se movían entre Noah y yo. —Noah, ¿en qué puedo ayudarte?

—No me mandaste tu boleta para pagarte, así que vine para que lo arregláramos. Te daré un cheque.

—Dame un momento, Xavier. —Él asintió y cuando pasé entre ellos noté que Hunter llevaba un pequeño ramo de rosas. —Noah, entra a mi oficina, solucionaremos esto pronto.

—Entraré sola. —La escuché murmurar hacia Hunter quien solo asintió, él nunca pareció muy interesado en mí y esta no fue la excepción, pero podía notar su incomodidad al estar aquí. —Lamento venir sin avisar.

—Déjame prender mi computador para poder cobrarte. —Me senté en mi silla, cuando se sentó frente a mí no pude evitar notar que su postura era diferente al pasado, ella solía sentarse algo derecha, esta vez estaba mucho más apoyada en la silla y su tobillo izquierdo estaba sobre su rodilla derecha mientras me observaba. —¿Pasa algo?

—Nada.

—¿Por qué me miras así?

—Lo siento. —Ella bajó la mirada. —Debo admitir que me es raro verte luego de tanto.

—Es un sentimiento reciproco. —Admití antes de volver a mirar mi computadora que iniciaba su sesión, lentamente.

—¿Has estado bien?

—¿Te interesa la respuesta a eso?

—Si, claro que me interesa. Pero siéntete libre a ignorarme. —Una pequeña sonrisa se asomó, pero no era su sonrisa radiante. —Debo ser una gran molestia para ti, solo ignora mi pregunta.

—Me va bien. —Dije volviendo a mirar mi pantalla, era mejor que ver a Noah poniendo esos ojos de cachorro frente a mí. Solo me hacía enojar verla de esa forma, porque quería que me dejara ayudarla. —Esto puede tomar unos minutos, últimamente anda algo lenta.

—Puedo ayudarte. —Ella se inclinó sobre el escritorio para ver la pantalla, su rostro estaba cerca de mí. Ese olor cítrico combinado con la miel volvió a mí. —Puedo mejorar su rendimiento si lo necesitas. —Noah me miró. —Lo haría gratis, por ti.

—Puedo llevarla a un servicio técnico, gracias. —Ella hizo una mueca antes de volver a sentarse. Yo abrí la página web que me permitía extender boletas, no quería problemas con mis impuestos. —No te cobraré mucho.

—Cóbrame lo que corresponde, por favor. De hecho, por el horario deberías incluir un poco más.

—No necesito tu dinero, sólo lo hago por formalidades. Además, así como no quiero deberte nada, supongo que tú tampoco quieres deberme nada. —Quizás estaba siendo algo dura con ella, pero yo no podría soportar que volviera a mi vida y se fuera de esa forma. Además, no podía perdonarle el hecho de que tuviera una amistad con esa mujer.

De todas las personas en el mundo, se hizo amiga de ella.

Bien, no me molestaba por el hecho de la traición. Solo me hacía sentir insegura. Temía que ella sintiera cosas por Anastasia, eso me dejaría en un punto miserable de mi existencia. No soportaría la idea de que Noah se enamorara de Anastasia.

Quizás, de una manera muy egoísta, no soportaba la idea de Noah enamorada de otra persona. Me dolería saber que ella se hubiera dado la oportunidad con otra persona, que ella haya permitido que otra persona la amara, porque eso solo me haría sentir que yo no era lo suficiente para amar a una persona.

—Bien, dime cuanto es. —Ella sacó de su bolso su chequera, era algo de ver en alguien joven. —Espero no te moleste que te entregue un cheque.

—Enviaré a Gillian a cobrarlo.

—Él tiene su propia oficina ahora, no puedo creer que sigas tratándolo de esa forma. —Ella sonrió levemente antes de apoyarse sobre mi escritorio.

—¿Cómo sabes que ahora tiene su propia oficina?

—Él ya no está sentado en el pasillo con su pequeño escritorio, y, además, apenas me vio me puso rápidamente al día de lo que pasaba. A él le gusta hablar. —Cuando me miró vi un pequeño atisbo de la persona que conocí. —Entonces, dime la cifra. —Ella apartó la mirada de mí.

Sé que era yo quien le dejaba claro, una y otra vez, que no quería volver a tenerla cerca de mí. Pero mentía, me mentía y le mentía al resto. Yo solo quería que ella insistiera un poco para hacerme creer que ella pensó en mi todo este tiempo, incluso si fuera una mentira, yo le creería con tal de saber que podría volver a tenerla junto a mí. Pero ella no insistió, dejó un cheque a mi nombre y se marchó junto a su amigo que seguía con esas rosas, tuve una pequeña ilusión que pudieran ser para mí, pero no había motivo para dármelas.

Aunque nunca tuvo un motivo para hacer todo lo que hacía, nunca buscó algo más.

—¿Por qué me trajiste flores? —Le pregunté a Xavier mientras las ponía en el florero que estuvo vacío por mucho tiempo.

—Quiero invitarte a salir. En una cita. —Me giré a mirarlo y sus ojos estaban puestos en mí demostrando su seguridad. —Lo he estado pensando desde hace mucho, quiero que me des una oportunidad, Madison.

—Yo... ¿dices en una cita verdadera?

—Siempre he querido salir contigo y creo que ahora es el momento correcto, si es que tú quieres aceptarlo. —Observé al hombre frente a mí, se veía seguro de sí y esperaba mi respuesta con una pequeña sonrisa. Él pensaba que era el momento correcto, ¿cómo podría yo saber eso?, ¿qué era el momento correcto?, era algo difícil de contestar, pero creí que como estaban las cosas podría buscar una respuesta.

—¿Este sábado estás libre? —Él asintió feliz.

Xavier era un buen compañero en temas laborales, pero para mí no era nada más que eso hasta ese día, así que si las cosas no funcionaban daba igual. Era mejor pensar en mi cita del viernes que quedarme pensando en la mujer que volvió a mi vida.

Cuando salí de la oficina era tarde, pude sentir el frio de la ciudad y cuando me acerqué para botar la basura que había acumulado en mis bolsillos ese día, vi en el basurero que estaba afuera de la oficina el pequeño ramo de rosas.

Ella era una tonta. Quizás pude haberla rechazado, pero me hubiera gustado que lo hubiera intentado siquiera.

Agradecía que Xavier me hubiera hablado durante toda la semana el tema de la cena, me ayudó a mantener mi cabeza en lo que en realidad debería importarme, además me parecía algo lindo que se preocupara por todo para que saliera bien. Él se encargó de hacer la reserva en un lugar en un restaurante elegante, me habló sobre los vinos que vendían y que el postre era uno de los mejores, no era algo que me preocupara demasiado, pero era tranquilizador que alguien más viera todo aquello dejándome libre de seguir con mi trabajo.

Esa semana estuve trabajando para preparar una demanda que debía atender el lunes, el problema partió la mañana del sábado cuando volví a mi computadora para trabajar en los archivos, pero esta no prendía. Intenté los trucos que encontré en internet, al menos los que no implicaban practicarle una cirugía casera a la computadora, pero nada parecía funcionar. Busqué en mi teléfono algún servicio técnico, pero todos me dijeron que se demorarían unos días considerando que era sábado.

Era como si el destino estuviera en mi contra. Tuve que llamar a mi última opción para tratar de asegurarme que la computadora pudiera funcionar, o al menos poder rescatar toda su información.

—Hola, Madison. —Abrí la puerta viendo a la rubia quien llevaba pantalones cortos ajustados a su cuerpo y un gran jersey negro con algunos dibujos en este. Pero lo que me llamó la atención fue ver un dragón occidental con líneas rojas en su muslo derecho. Se había tatuado.

—Gracias por venir. —La deje entrar. —Espero no estar molestándote.

—Terminaba mi rutina en el gimnasio, así que pasé a casa a buscar mis herramientas y vine. Supuse que podría ser algo urgente e importante como para haberme llamado. —Su vista bajó a la gata que se cruzaba entre sus piernas.

Gata traidora.

—Lana. —Noah se inclinó para saludarla cuando Lana se alzó apoyándose en sus piernas, Noah ni siquiera se quejó por las uñas de mi gata.

—Por aquí. —Llamé su atención para guiarla a la habitación que usaba como un pequeño estudio para trabajar en casa.

—¿Entonces qué es lo que le pasa a tu computadora?

—Al principio no encendía, ahora lo hace, pero la pantalla sigue estando en negro. — Le expliqué. —Intenté las cosas que salían en internet, pero claramente nada funcionó. —Ella se sentó en mi silla de escritorio y la tomó para encenderla de nuevo, la pequeña luz apareció, pero la pantalla seguía en negro. Ella movió un poco todo antes de mirarme.

—¿Se te ha caído o algo? —Entonces recordé todas las veces que tiraba el bolso en donde la llevaba siempre olvidando que estaba ahí.

—No recuerdo bien, pero creo que no. —Mentí.

—Bien, la tendré que abrir.

—¿Tardará mucho?

—No sabría decirte, no sé que es lo que tiene. Pero trataré de hacerlo rápido.

—Bien, porque necesito terminar mis documentos antes de mi cita. —Vi su mirada y me di cuenta de lo que dije. No debería sentirme mal, pero quizás si había cometido un error.

—No te preocupes, puedes ir a prepararte mientras avanzo en esto. —Ella se giró para volver su atención a la computadora mientras sacaba sus herramientas.

—Noah, yo no...

—No tienes por qué disculparte, ve a prepararte mientras y yo me preocuparé por tu computadora.

El tratar de insistirle no estaba en mis planes, ella tenía razón no tenía por qué.

Pero toda mi ducha se basó en tratar de adivinar que pensaba Noah sobre todo lo que estaba pasando. Solo había pasado una semana desde que nos vimos, pero mi cabeza ya estaba hecha un verdadero lio. No debía sorprenderme demasiado considerando que desde el primer momento Noah me había hecho sentir de manera intensa. Las cosas que me pasaban con esa mujer eran simplemente algo que no podía explicar, y lo peor de todo, era algo que yo no podía controlar y para una persona que le gustaba mantener el control de las cosas era un sentimiento horrible.

Solo desperté de esos pensamientos cuando escuché un fuerte ruido afuera y un maullido fuerte de Lana, tomé una toalla y salí rápidamente de la ducha para encontrarme a Noah en el suelo de la oficina mientras Lana estaba mirándola. Noah se había quitado su jersey y solo estaba con un peto deportivo, pero mis ojos se fueron a su abdomen que tenía un poco de sangre.

—¡Te juro que ella me ataco! —Habló como una respuesta inmediata.

—¿Le tocaste su cola?

—Ella la estaba poniendo, no pensé que no le gustara. —Me acerqué y observé que Lana la había arañado bastante. —Lana, lo siento. —Ella miró a mi gata que se lamía sus patas como si nada hubiera pasado. Cuando los ojos verdes me miraron observé como bajaron a mis piernas y subieron lentamente haciéndome sentir avergonzada.

—Volveré a la ducha, dame unos minutos. Quédate aquí. —Le indique antes de correr al baño para terminar con mi ducha y ponerme algo de ropa. Me sorprendí de que, al volver, Noah se había quedado prácticamente en la misma posición en la que la deje. Me acerqué a ella y saqué del botiquín un poco de alcohol para desinfectar la herida. —Te ardera.

—Es mi castigo por pasar los limites de Lana. —Supe que ella trataba de bromear y yo apliqué el algodón con alcohol en la herida que tenía por las uñas de mi gata.

—¿Por qué estabas sin tu jersey?

—Estaba limpiando tu computadora y no quería ensuciarla, Lana vino y se sentó en mis piernas e iba todo bien hasta que toqué su cola. —Ella hizo una mueca claramente resistiendo el escozor de la herida. Lana le dejo tres grandes arañazos. Nada grave, pero de seguro dejaría marca. Noté que Noah trataba de aparentar que estaba bien, pero era obvio que estaba mordiendo su labio para no quejarse.

Trate de aplicar con cuidado el alcohol y suero para limpiar la sangre que había salido, cuando pase el antiséptico pude notar que el abdomen de Noah se veía más trabajado que la ultima vez que lo vi. Sabía que ella se ejercitaba, pero se veía más... sexy.

No.

Mentira.

No pienso eso.

Concéntrate.

Recuerda lo que te hizo llorar.

—Ya está. —Dije terminando apresuradamente mi misión. Cuando miré a Noah, tenía algunas lagrimas en sus ojos. —¿Estabas llorando?

—Soy mala manejando las curaciones. —Admitió. —Muchas gracias, Madison.

—Iré a secarme el pelo mientras sigues con mi computadora. —Asintió y yo busque la forma más rápida de escapar.

Debía ser fuerte, yo podía hacerlo.

Cuando volví con Noah y mi pelo estaba seco, ella se estaba estirando y vi la pantalla encendida, como si nada hubiera pasado.

—Lo arreglaste. —Estaba sinceramente sorprendida, no pensé que sería algo rápido. —¿Qué le había pasado?

—Solo un cable que va conectado a la pantalla se desconectó, probablemente por algún golpe que pudo pasar por accidente. —Ella me sonrió. —Toda tu información sigue bien, le di una limpieza y me aseguré de que todo estuviera bien. Te recomiendo que me lo entregues luego de que termines tu trabajo, lo dejaré mucho mejor.

—No tienes que molestarte. —Me iba a acercar, pero Lana se cruzó en mis pies haciéndome perder el equilibrio, Noah reaccionó para tomar mi cintura y yo lleve mis manos al respaldo de la silla de escritorio.

Terminamos ambas en el piso, pero al menos Noah me sirvió como una almohada para que no me doliese demasiado la caída. Lana se estaba portando peor de lo normal.

—¿Estás bien? —Me apoyé viendo como Noah murmuraba cosas que no podía entender, pese a la corta distancia entre nosotras. Claramente le había dolido por la cara que tenía.

—Me apretaste la herida. —Entonces entendí. Yo me iba a separar, pero el agarre que Noah mantuvo en mi cintura me mantuvo cerca.

—Noah, seguiré aplastándote si no me sueltas.

—Solo dame un segundo, como paga por tu computadora. —Me sorprendí cuando soltó mi cintura para abrazar mi cuerpo. No supe cómo reaccionar a eso, pero sé que mi cuerpo lo hizo de manera natural cuando pese a la incomodidad, me acomodé y cerré mis ojos para estar así unos segundos.

Sabía que no debería estar disfrutándolo, pero no era mi culpa que ella siguiera sintiéndose tan cálida.

—No vayas. —La escuché murmurar. —Por favor, Madison.

—No puedes pedirme eso. —Me separé. Casi había caído, debía resistir. Me senté para salir de encima de ella, ella también se sentó para verme a mis ojos. —No me hagas esto. No es justo.

—Sé que no lo es, pero la idea de saber que te irás con Xavier hace que mi corazón duela.

—¿Cómo sabes que es Xavier?

—Es evidente, ¿ustedes están juntos?

—No, estoy soltera, pero eso da igual. —Ella soltó un suspiro casi aliviada. —No puedes venir y pedirme esas cosas, no tienes derecho alguno a pedirme eso. Imagínate yo te pidiera algo así.

—No necesitas pedirlo, yo no lo haría.

—Lo dices como si no hubieras salido con nadie en todo este tiempo.

—No lo he hecho, Madison. —Sus ojos se veían sinceros. —Ni siquiera he pensado en la posibilidad de estar con otra persona, en cualquiera de las formas posibles, porque nadie se puede comparar contigo.

—Eres tan egoísta, Noah. —Me levanté del suelo y ella me imitó. —No me pidas algo como eso si tú no me quieres, si tú no vas a querer estar conmigo no trates de impedirme estar con alguien que si lo quiere.

—Claro que quiero estar contigo.

—Creo que no sabes expresarlo de la mejor manera.

—Pero no se trata de eso, Madison. Es más complicado de querer o no querer, hay muchas más cosas y yo sé que él es una respuesta segura, pero... si te dijera que sería feliz por la idea de que puedas encontrar a otra persona, sería una de mis más grandes mentiras. No podría estar feliz con algo así cuando mi corazón aun siente que te pertenece. Quizás todo hubiera seguido igual si no hubiera visto con mis propios ojos que tú podías estar con otras personas y verte bien, ver cómo las cosas funcionan para ti, porque quizás en verdad yo era el problema después de todo. Lo cual confirmaba mi razón por la cual creí que debíamos terminar.

—¿Y qué has hecho todo este tiempo?, ¿lamentarte y estar encerrada en ti?, ¿refugiarte en lo que odiabas?, ¿buscar a esa mujer para tratar de llenar un vacío? —Sentía mi enojo crecer. —Dímelo, Noah. Dime qué es lo que pasa contigo, por favor, dime algo. —Ella miró mis ojos antes de hacer una mueca, como si por poco la sola idea de decirme lo que pasaba por su mente hiciera que su garganta ardiera. —Por favor, Noah. Di algo.

—He ido a terapia. —Fue como un murmullo. —Sé que no lo parece, pero en serio lo he estado intentando. Ha sido más difícil de lo normal volver a sentirme como mi versión estable. Luego de terminar a los días volví a la terapia, pero todos los días es difícil.

—¿Y por qué no has vuelto a buscarme?

—Porque aún no me siento lista para pedirte tener una relación. —Eso fue como un balde de agua fría.

—¿Y me pides que detenga todo?

—Lo siento. Tienes razón. —Ella tomó su jersey y yo tomé su brazo antes de que escapara.

—Noah, si tú me pidieras que te esperara un tiempo lo haría. —La rubia no me miró. —Si te vas ahora sin decirme nada créeme que nunca más volverás a mi vida, incluso si me llamas a medianoche, no iré. —La solté. —Si eres capaz de decirme lo que piensas y lo que en verdad quieres, puedo esperarte lo que necesites. —Pasaron unos segundos antes de que ella empezara a caminar a la puerta. —Noah. —Se sintió como un deja vu. No quise ver cómo ella se iría de nuevo de mi vida, no podría soportarlo.

Pero no debí pasar por eso, sentí sus labios sobre los míos, era como si mi vida dependiera de besarla, no quería soltarla con el miedo de que se marchara luego de esto. Ella me sorprendió al tomar mis piernas para obligarme a subir sobre su cuerpo, mi espalda tocó la pared más cercana con algo de fuerza.

—Noah.

—No me pidas parar ahora mismo, no sabes cuanto te he extrañado.

—Llévame a la cama y demuéstrame lo que me has extrañado, luego hablaremos.

Continue Reading

You'll Also Like

Cry-Baby By Criss

Teen Fiction

3.3M 105K 30
I wiped my eyes once again to see deep piercing green ones looking down at me. More tears came as I saw the root of my anger, and I stood up pushing...
13.3M 438K 40
When Desmond Mellow transfers to an elite all-boys high school, he immediately gets a bad impression of his new deskmate, Ivan Moonrich. Gorgeous, my...
2.5M 117K 38
After getting caught by the police, Axis Imber is sent to a school for misfits. A school to some, a prison for most. Serpenti High is a place like n...