Mientras el sol se encontraba en lo más alto e iluminaba con sus rayos, un ave planeaba a lo ancho del páramo con la ayuda de la brisa veraniega que el aire brindaba. Aleteaba para volar alto y avanzar para llegar a su destino.
El batir del ave era observado con asombro por Namjoon, un ángel joven con un pequeño defecto, un ala no le había crecido en su totalidad, tenía un pequeño muñón en su omóplato izquierdo, mientras que en el lado derecho tenía una magnífica y hermosa ala negra.
Vio pasar al ave sobre él y se sintió un poco mal por no poder volar como ese pájaro. Pero no podía hacer nada así había sido creado con un ala sin desarrollarse. Siguió observando como el ave mantenía su vuelo hasta llegar a un frondoso árbol en medio de ese prado
Namjoon estaba cerca de ese mismo árbol, decidió caminar hacia él y cuando estaba a pies de las ramas vio con antojo el fruto rojo que crecía en este. Un manzano era lo que estaba enfrente del ángel, mostrando su fruta pero muy lejos del suelo y del acceso de Namjoon. Brincaba y brincaba para alcanzar la manzana más cerca pero ni así pudo obtenerla. Un segundo intento de brinco junto a un aleteo, pero fue un fracaso, su ala imperfecta hacía difícil el poder elevarse para recoger el fruto rojo.
Namjoon vió su muñón moverse y nuevamente volteo a la rama donde yacía la manzana que lo llamaba para tomarla y comerla. Al lado de esta se situó la ave de plumaje blanco que minutos antes el moreno contemplaba volar por el manto azul del cielo y los rayos solares.
El pájaro al verse en la mirá de Namjoon alzó su vuelo para ser libre y aletear.
En ese momento Namjoon sintió un poco de impotencia y tristeza de no ser capaz de volar como el ave lo hizo hace unos minutos. Pero un ruido llamó su atención, en una rama más arriba de dónde se encontraba la fruta que el moreno quería, estaba un chico rubio acostado sobre ella, era un joven ángel al igual que él, solo que sus alas eran de diferente color, de un blanco resplandeciente.
El rubio fue testigo de los intentos de Namjoon por conseguir la manzana del árbol y también de sus fallos, volteo a ver al moreno y bajo de su lugar de descanso, consiguió llegar a una rama más abajo y sin pensarlo tomo la manzana y estiró la mano junto con el fruto para ofrecersela al ángel de alas negras.
- Toma, esto es lo que querías.
Namjoon vió como el rubio tomó la manzana y se la brindaba con una mano mientras que con la otra se aferraba a la rama para no caer. No estaba seguro de tomarla, indeciso jugó con sus manos, casi no conocía a otros ángeles jóvenes.
Todavía sin saber si tomar el fruto o no, observó como el viento jugaba con los cabellos rubios del otro ángel y este le brindaba una sonrisa mientras seguía ofreciéndole la manzana.
- Tomá, andá es para ti. -Dijo el rubio para que Namjoon la recogiera de su mano.
Namjoon al ver la acción del ángel se animó a tomarla y estiró ambas manos, al momento de hacer ese acto, el rubio no pudo evitar sonreír y sonrojarse un poco por ver lo tímido que era el moreno, así que a escasos centímetros de distancia que se encontraban sus manos el ángel de cabellos dorados decidió dejar caer el fruto y así quedar en propiedad del moreno.
Sin poder evitarlo Namjoon se sonrojo, y atrajo al fruto hacia su pecho mientras sonreía y se ruborizaba aún más por el acto del ángel de alas blancas. Mientras era contemplado por el rubio.
•••
Al día siguiente, Namjoon fue hacía el mismo manzano con la esperanza de volver a encontrar al ángel rubio, no le había dicho su nombre y quería nuevamente agradecerle por el acto que tuvo con él.
El viento nuevamente soplaba y revolvía su cabello negro, al llegar a la raíz del árbol miró hacia arriba a las ramas y ahí estaba el chico nuevamente en una de ellas pero en está ocasión no tan alta.
- ¡Hola! -Lo saludo el rubio cuando se dió cuenta de la presencia del moreno. Agitaba su mano en forma de saludo mientras sonreía y sus ojos se achicaban al punto de parecer que desaparecerían.
Namjoon intimidado, regresó el saludo solo con su mano, le era difícil hablar con un extraño, aunque este haya sido amable con él.
- ¿Quieres subir?
Fue una pregunta que el rubio no tardó en hacerle al ángel de alas negras, quería que el moreno subiera junto a él y se conocieran y platicarán, le pareció tan tierno; pero ayer no pudo preguntarle su nombre así que no podía llamarlo por este.
- S-si, -fue la respuesta tímida de Namjoon, parecía como un susurro que el moreno temió que no lo hubiera escuchado el rubio- si me gustaría -esta vez Namjoon se animó a decirlo más alto.
- ¡Genial! Te ayudo a subir.
El rubio no quitó de su hermoso rostro la sonrisa que se le formó al oír la respuesta del moreno. Le fue indicando como subir y dónde pisar para que no cayera y pudiera llegar hasta donde él se encontraba.
Una vez logrado el cometido, uno al lado del otro, sentados en una gruesa rama bajo la sobra de las hojas del árbol, empezaron a conversar. Se presentaron como era debido y Namjoon le pudo dar las gracias a Jimin, el cual era el nombre del rubio que le brindo la fruta.
Jimin platicaba y platicaba sin parar mientras sonreía, haciendo pasar el tiempo tan rápido que Namjoon se sentía en una burbuja.
El moreno contemplaba al rubio como se expresaba, como sonreía, como sus ojos lograban cerrarse por el enorme gesto, como el viento revolvía el dorado cabello. Apreciaba la hermosura y perfección de Jimin, pero algo en el ángel llamó su atención, del lado derecho en su espalda había un muñón blanco, Jimin también tenía un ala defectuosa, mientras que su ala izquierda era grande y hermosa.
El viento soplo tan fuerte que instintivamente saco de sus pensamientos a Namjoon y se cubrió con sus antebrazos sus ojos.
Una parvada de aves pasaron arriba de ellos mientras planeaban con la brisa y se elevaban al hermoso cielo azul. Namjoon contempló con fascinación su vuelo. Pero un sonido de convicción lo hizo voltear a Jimin.
Miró como el rubio se levantó de la rama y se quedó de pie en ella. Su cara era de determinación. Sus manos las hizo en puño, gesto que le hizo saber al moreno que algo iba a hacer, Jimin estaba totalmente convencido de efectuarlo y era algo que Namjoon no comprendía todavía.
- ¡Voy a hacerlo! -Fue lo que salió de la boca de Jimin.
El rubio hizo un movimiento de impulso contra la rama y empezó a aletear, levantó su vuelo mientras Namjoon estaba aún asombrado por la acción de Jimin, en su estupor el moreno veía como el ángel de ala blanca trataba de alcanzar a una de las aves que volaban en la bandada pero sin lograrlo aún.
Jimin seguía aleteando, estaba decidido en lograrlo y alcanzar al ave y demostrar que a pesar de su ala imperfecta podía ser feliz volando, disfrutando del aire.
Pero no había equilibrio, su ala pequeña no podía ayudarlo y era difícil solo para un ala. Subía y bajaba un poco por el movimiento de la aleteada.
Namjoon sólo podía ver cómo Jimin no tenía equilibrio, estaba asustado de que el rubio callera y se lastimará, pero Jimin estaba cerca del pastizal y aterrizó de pie, alegre volteó a ver a Namjoon y grito de alegría.
- ¡Lo hice Namjoon! ¡Lo hice, logré volar Namjoon!
El moreno ante ese festejo solo pudo poner su puño en su acelerado corazón y dar gracias a qué Jimin estaba bien.
- ¡Vamos Namjoon hazlo, tú puedes. Se que quieres volar al igual que yo, se que lo lograrás!
Fueron las palabras que le dió Jimin al moreno, con sus nervios a flor de piel y su corazón acelerado, Namjoon quiso intentarlo, se paró de la rama e hizo lo mismo que Jimin minutos antes. Se quedó de pie en ella, pero sin soltarse del tronco. «¡Estoy loco!» Eso es lo que pasaba por su mente, su corazón palpitaba a mil por hora pero algo en él quería hacerlo.
Sin pensarlo se impulso en la rama, extendió su ala derecha y empezó a aletear, temeroso del mal equilibrio, no permitio que su ala negra y brillante dejara de batir.
Movimientos de arriba y abajo por el vuelo y por la falta de equilibrio, no dejo de permitirle el sentirse fascinado por la nueva experiencia, en sus pupilas se reflejaba el hermoso color del cielo, veía las nubes en lo alto, seguía planeando junto al viento. Hasta que su intento llegó a su fin, miró hacía abajo y vio como Jimin lo contemplaba y extendía sus brazos para recibirlo por si llegaba a fallar y caer.
Mientras Namjoon se encontraba abrazado a Jimin intento calmar a su alocado corazón por la nueva experiencia que había realizado.
- Gracias. -Le susurro Namjoon al rubio por recibirlo en sus brazos y animarlo a hacerlo.
- ¡Vamos Namjoon! Hay que hacerlo de nuevo.
Decía Jimin mientras se alejaba corriendo en la dirección del árbol. El rubio llegó a la raíz del enorme manzano y subió a sus ramas.
- Jimin -susurro Namjoon cuando vio la acción del rubio y contempló como subía al árbol- Si.
Namjoon sin pensarlo y por la adrenalina que sintió por volar por primera vez, no quiso no intentarlo, siguió los pasos de Jimin y se dirigió al manzano, subió el tronco y sintió la corteza en sus manos y pies mientras escalaba para llegar al lado del ángel de ala blanca.
Vio que Jimin no se encontraba en la misma que cuando intentaron volar, se encontraba sentado en la rama que lo vio por primera vez, así que decidió ir hasta allí. Jimin se percató de esto, sabía que Namjoon era nuevo en trepar árboles, pero a pesar de observar su cara de angustia, vio determinación en su mirada. Y como pisaba firme en las ramas, decidió estirar su mano hacia Namjoon y ayudarlo a llegar a su lado.
El moreno miró delante de él una pequeña mano que le brindaba ayuda, no dudo en tomarla pero aún estaba un poco lejos.
- Vamos Namjoon, tú puedes. -dijo Jimin mientras estaba acostado en la rama con una mano abrazado a esta y la otra se la ofrecía al moreno para ayudarlo.
Namjoon alargo su mano para alcanzar la del contrario. Pero sin querer su pie se resbaló un poco, haciendo que la rama temblará y cayera una manzana al suelo; pero logro mantener el equilibrio abrazándose al tronco.
- ¿Namjoon estás bien? -Con voz preocupada Jimin interrogó al pelinegro.
El moreno sintió un poco de miedo que hizo retirar un poco su mano pero el rubio no se iba a dar por vencido.
- Vamos Namjoon, tú lo lograrás, yo te ayudo, dame tu mano. Inténtalo una vez más.
Los dos estaban tan absortos que no escucharon el crujir de la rama donde se encontraba el rubio.
- Si, estoy bien, yo puedo. -Fue la respuesta de Namjoon.
Estiró una vez más su brazo y logró rozar la mano de Jimin, sin embargo al momento de que pudieron tocarse, la rama no aguanto el peso y se rompió, haciendo caer al ángel rubio.
Namjoon contempló todo desde dónde estaba sintiendo que su corazón se le salia del pecho.
- ¡Jimin! -El moreno grito y sin razonar su accionar se impulso de la rama dónde estaba parado y se lanzó a tomar a Jimin en sus brazos para que no cayera.
Cuando Jimin sintió que caía y veía como Namjoon se quedaba en el árbol y él descendía no pudo reaccionar y aletear, se quedó en shock y simplemente cerró sus ojos esperando sentir el golpe que recibiría cuando llegara al suelo. Pero ese momento no sucedió, no se explicaba que fue lo que pasó.
Transcurrieron unos segundos y abrió sus ojos para simplemente quedar estupefacto por ver cómo no estaba en el suelo, ¡él estaba volando!. Vio hacía el pastizal y pudo visualizar su silueta dibujada pero no estaba solo, Namjoon estaba arriba de él abrazándolo y aleteando, sintió como descendían pero nuevamente se elevaron poco al momento que también extendía su ala grande.
Jimin no podía creerlo, se viro un poco y contempló el hermoso rostro de Namjoon y este le daba una sonrisa junto a un par de hoyuelos, el rubio no se resistió y estiró su mano y alcanzo a rozar el pasto mientras volaban.
- ¡Yay! -Expreso el rubio junto a una risa de felicidad.
Namjoon mantenía firme su agarre en la cintura del rubio y los hizo girar un par de veces en el aire, los dos no podían dejar de reír, sentían la brisa entre sus plumas. Gracias a qué cada uno tenía una ala grande de un lado y uno del otro podían volar como lo habían anhelado hace tanto tiempo.
- Namjoon, ¡Estamos volando! -Jimin no podía ocultar la excitación que sentía al haber logrado uno de sus sueños-. ¡Estamos volando Namjoon!
- Si Jimin, estamos volando, por fin lo estamos haciendo. -No dejaba de sonreírle al rubio.
Con cuidado de no caerse y perder el equilibrio, Jimin se giro en los brazos de Namjoon y quedó de frente, se miraron con felicidad en sus pupilas y unieron sus manos y extendieron su alas grandes, un ala negra y una blanca se veían en el firmamento mientras en el fondo un color azul claro en el cielo iluminado por el sol los enmarcaba.
Era una bella imagen, gracias a sus imperfectas alas, al miedo de que se lastimaran por el accidente del árbol, su anhelo de volar, ambos ángeles se unieron y se dieron cuenta que juntos con sus defectos eran la... ¡Perfección!
✨✨✨
Lectores les traigo este One-shot de mi propia autoria, espero les guste, me inspire en un vídeo animado que ví y me encantó de que se trataba y lo quise plasmar al MiniMoni.
Espero que le den su apoyo como lo han hecho con las demás historias que subo en mi perfil.
Nos leemos pronto!
Abrazos y besos...
CHERRY 🍒