Cadenas del pasado

By MaggieAv24

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Will y Nico habían conseguido la casa con acera blanca, los niños y les faltaba el perro, cuando un accidente... More

CAPÍTULO I
CAPÍTULO II
CAPÍTULO III
CAPITULO IV
CAPÍTULO V
CAPÍTULO VI
CAPÍTULO VII
CAPÍTULO IX
CAPITULO X
CAPÍTULO XI
CAPÍTULO XII
CAPÍTULO XIII
CAPÍTULO XIV
CAPÍTULO XV
CAPÍTULO XVI
CAPÍTULO XVII

CAPÍTULO VIII

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By MaggieAv24

**Una disculpita por la tardanza, me he estado volviendo loca estos días

Lo primero que hizo Nico a la mañana siguiente fue ver a Bianca, ella no estaba en su habitación, pero podía escuchar sus risitas llenas de deleite saliendo de la cocina.

Cuando entró a la cocina pudo ver a William haciendo panqueques, con Bianca como su pequeña ayudante y la cara manchada de harina, era una escena bastante doméstica y Nico iba a culpar a lo que había pasado en la madrugada, solo eran los restos de eso, pero ver esa escena tan común le hizo sentir como si su estómago estuviera burbujeando, era desconcertante.

Cuando Bianca se dio cuenta de su presencia exclamó —¡Estamos cocinando!

Nico se rió, sintiéndose más liviano que en días —¿Me vas a invitar?

Bianca asintió entusiasmada —Te voy a dar dos. Los hice yo.

La niña procedió a señalar unos panqueques que se veían bastante deformes y tal vez un poco quemados. No pudo evitarlo, miró a William.

Él inmediatamente se dio cuenta de su mirada, pues estaba haciendo lo mismo —Ella vació la mezcla, yo solo los volteé cuando me dijo.

—¿Te gustan? —preguntó la niña con algo de ansiedad.

—Sí, son los mejores panqueques que he visto en la vida —dijo Nico son sinceridad, porque ¿qué podía ser mejor que unos panqueques preparados por su hija?

La sonrisa que William le dio fue bastante suave, como si Nico le hubiera bajado la luna, lo hizo sentir un poco incómodo, pero no pensaba decir nada Agarró a Bianca y la abrazó por lo que pareció una eternidad, y al mismo tiempo solo un segundo, la niña chilló encantada.

El desayuno fue bastante tranquilo con Bianca haciendo un montón de preguntas —como siempre—, pero esta vez las preguntas también se dirigieron a Nico con entusiasmo, y él las contestó de la misma manera.

Un poco después de eso se dio cuenta que él y William necesitaban hablar como dos adultos civilizados, y aún más importante, como dos adultos a los que les preocupaba su hija. Nico seguía negando cualquier cosa que tuviera que ver con William siendo su esposo —incluso la palabra se sentía extraña—, pero su incomodidad no era tan importante como el bienestar de su hija, y al menos en eso ambos estaban de acuerdo.

Resulta que pudieron llegar a un acuerdo. Nico le dijo a William que no le parecía no tener ni voz ni voto en las decisiones sobre Bianca, al menos admitió que tenía cierta razón, así como Nico pudo admitir que William estaba siendo razonable en cuanto a tener miedo a que lastimara a Bianca.

Así que hicieron una especie de acuerdo para que ambos pudieran sentirse un poco más seguros, ya que Bianca tenía que regresar a la escuela, William la iría a dejar (a veces) y para que se sintiera un poco más cómodo y por seguridad —ya que Nico se podía perder bastante aun en el sitio donde vivían—, Rachel o Reyna pasarían por la niña y la dejaría en casa para que Nico la cuidara —por lo menos hasta que ambos se sintieran seguros por la situación—, de todas maneras ellas parecían encantadas con la perspectiva de estar más tiempo con Bianca.

Parecía bastante sensato, era un arreglo temporal y ambos lo sabían, porque al final de cuentas antes o después necesitaban tomar decisiones a largo plazo, aunque por el momento se iban a conformar con esto.

Así fue como antes de que se diera cuenta, el primer día de William de regreso al trabajo estaba llegando.

Nico estaba bastante dormido cuando escuchó el golpe en su puerta, gimió de frustración, pero en realidad no era tan temprano, abrió la puerta con una expresión asesina y con ganas de matar a William, bueno, pasaron a segundo término cuando miró al hombre parado frente a su puerta.

William se veía diferente, y vaya.

Desde que Nico lo había conocido, el hombre parecía a punto de tener un ataque, y realmente lo había visto vestido con ropa demasiado cómoda y holgada, así que verlo ahora con un pantalón de vestir, una camisa que se veía bastante ajustada y el cabello perfectamente peinado le hizo cosas raras a su mente.

No lo iba a negar, William era un hombre guapo —iba a estar condenado si alguna vez lo decía en voz alta—, pero era verdad, solo que parecía que la ropa anterior no le hacía justicia.

—Ehhh... Solo veía a decirte que tenemos que irnos —dijo William con una sonrisa y las mejillas sonrojadas.

Nico se dio cuenta que se le había quedado viendo como un completo estúpido.

—S-sí —Nico se aclaró la garganta—. Quiero decir, uh... Está bien ¿a qué hora va a regresar Bianca?

—Más o menos al mediodía están aquí —respondió William.

—Bien —dijo Nico porque no sabía que más decir.

—¿Quieres... tal vez, despedirte de ella?

Y a Nico no se le había ocurrido, pero claro que quería hacerlo, no la iba a ver más o menos por cuatro horas, bastante tiempo en su opinión. Asintió y ambos se dirigieron a la sala donde la niña esperaba.

Su opinión podía estar un poco sesgada —un poco—, pero Bianca se veía como la niña más perfecta del mundo, toda adorable con sus coletas y su pequeño uniforme escolar, la mochila de dinosaurios —claro que sí— un poco más grande que ella, y una adorable cara de sueño.

Una vez más sintió una oleada de ira porque alguien hubiera atentado contra esta niña perfecta, William pareció leer sus pensamientos porque dijo:

—Ella no es una niña abandonada, es mucho más que eso.

Y sí, Bianca lo era todo y no solo una experiencia que había pasado, de cualquier manera, Nico se alegraba que estuviera con ellos.

Sí, con ellos.

No lo iba a negar, era absurdo negarlo, William era un padre increíble y se comportaba a la altura, tenía sus momentos malos como cualquiera, pero siempre parecía hacer de todo con tal de que Bianca estuviera bien, incluido ponerle un ultimátum a Nico. Era la especie de padre que Nico quería ser algún día y que incluso hubiera deseado para sí mismo —no de una manera rara— sino esa dedicación y ese amor que le profesaba a su hija.

Por lo menos podía concederle eso al hombre.

—Papi, tengo que ir a la escuela —se quejó Bianca mirando a Nico como si mágicamente podría desaparecer la escuela, pero Nico obviamente no iba a hacer eso.

—¿No quieres volver a ver a tus amigos?

—No —dijo Bianca arrugando la nariz con disgusto, y vaya, era demasiado parecida a la expresión enfurruñada de Nico ¿cómo es que no lo había notado? Bianca definitivamente había obtenido eso de él.

Nico le sonrió —Pero te vas a divertir.

Bianca lo miró como si no estuviera tan segura de eso. —¿Y si me voy y te enfermas de nuevo? —preguntó con una voz extremadamente seria para una niña de cinco años.

William miró a Nico esperando su reacción, por supuesto, esto le tocaba a él.

—No me enfermé porque no estuvieras conmigo —explicó Nico—. Fue un accidente y los accidentes no son culpa de nadie.

Por supuesto sabía que este accidente sí había sido culpa de alguien, pero no se lo pensaba decir a Bianca.

—Como cuando me caí —dijo Bianca.

—Exacto —Nico no sabía a qué ocasión en específico se refería porque creía que la niña había tenido muchas caídas, pero pensaba que tal vez pudiera ser a la vez que él se enteró de su existencia por la llamada telefónica.

Ese día no reaccionó muy bien a la existencia de Bianca, ahora se sorprendía hasta donde había llegado, tal vez todavía no había llegado al punto de amor irracional, pero creía que estaba bastante cerca. No era mucho, pero lo consideraría un avance.

—Así que no te preocupes por eso ¿vale? Ve a la escuela, aprende muchas cosas y cuando regresas me cuentas —siguió diciendo Nico.

—¿No te vas a ir? —preguntó Bianca.

—No me voy a ir —aseguró Nico.

William le estaba dando una mirada sospechosamente brillante, pero Nico decidió ignorarla.

—Bueno —dijo Bianca—. Pero solo voy un ratito.

Nico se rió un poco —Claro cariño.

Se sorprendió por el apodo cariñoso, pero Bianca sonrió con dientes y todo, se acercó hasta él y Nico se arrodilló a su altura para darle un abrazo, la niña respondió felizmente y luego le dio un beso húmedo.

Cuando estuvieron listos, William agarró a la niña de la mano.

—Supongo que nos vemos mañana —murmuró William.

—Sí —dijo Nico porque ¿qué más decía? Y obviamente no lo iba a besar—. Que te vaya bien —al menos podía desearle un buen turno—, algo así.

—Gracias —dijo William.

Justo cuando estaban en la puerta, Bianca volvió a voltear a ver a Nico y le gritó —¡Te amo!

Nico vaciló solo un momento —También te amo —y aunque el cariño no era lo mismo que el amor, esperaba no estar mintiendo por mucho tiempo, pero la expresión iluminada de Bianca lo valió todo.

La expresión de William hizo cosas extrañas, miró a Nico un minuto más de lo indicado y luego salió por la puerta. Nico observó como William aseguró a Bianca en la parte de atrás del carro, la niña movía los pies felizmente y cuando el carro por fin arrancó, todavía podía ver a Bianca diciéndole adiós con la mano.

Nico cerró la puerta y se quedó ahí por un momento, sin entender del todo lo que estaba sintiendo.

La casa se sentía bastante sola sin Bianca, bueno, también sin William. Nunca había visto esa casa como grande, sin embargo, ahora se sentía enorme, era una sensación extraña, no pensó que le fuera a importar mucho que no estuvieran.

De cualquier manera, Nico se sentó en el sofá para pensar la inmensidad de todo esto, en dos meses las cosas habían cambiado ¿cómo sería cuando acabara el plazo del trato que hizo con su hermana? Nico le temía mucho a eso.

No quería caer en espiral —otra vez— así que en realidad se entretuvo en cosas que había que hacer en la casa, arregló incluso la habitación de Bianca, en donde de hecho pasó más tiempo del necesario, intentó ver si algo le traía algún recuerdo, pero nada, solo era una vaga sensación de familiaridad, pero no sabía si era porque ya entraba ahí o era un vestigio de su vida.

Al único lugar que no se atrevió a entrar fue al cuarto de William, se sentía demasiado íntimo y temía lo que iba a encontrar ahí, porque sabía que iba a encontrar algo y no estaba preparado, tal vez ahora que el hombre no estaba ahí pudiera echar un vistazo sin que significara nada, pero aun así se sentía mal, lo aterrorizaba profundamente que pudiera ver como había sido su vida antes, si era un completamente honesto, creía que iba a encontrar restos de como tuvo una vida feliz, pero no estaba seguro de que lo mereciera.

Las horas pasaron realmente lentas, fue una tortura tener tanto tiempo para pensar, pero cuando por fin escuchó un auto y los golpes en la puerta definitivamente se sintió como un alivio.

Cuando abrió, Rachel estaba ahí cargando a una Bianca somnolienta y despeinada.

—Hola —murmuró de manera incómoda Rachel—. Ella durmió durante el camino.

La niña le estiró los brazos de manera perezosa cuando se dio cuenta donde estaba, Nico la tomó sin dudar.

—Gracias —dijo Nico de manera sincera.

Rachel asintió —Sí, eh, no hay problema.

Nico la miró, ella se veía un poco sonrojada y extremadamente incómoda, cosa que no había pasado la primera vez que la vio, prácticamente había actuado como dueña del lugar, entonces ¿por qué...? Claro que sí, Reyna le había contado lo que Nico había pensado de Rachel y William, la iba a matar.

—Eh, tengo que irme —dijo Rachel—. Sé que Will no va a volver hasta mañana, entonces puedo pasar por Bianca en la mañana para dejarla en la escuela, quiero decir, si está bien.

Nico tuvo el deseo repentino de reírse, pero no quería que pensara que se estaba burlando de ella, cuando claramente el idiota había sido él. —Está bien, no hay problema. Gracias.

Ella sintió, acarició la cabeza de Bianca y se fue hacia su coche.

Nico no sabía que pensar de ella aún, pero Rachel parecía una buena amiga, tenía que ver cómo eran las cosas.

Cuando Rachel se fue, Nico tuvo que despertar a Bianca porque una voz en su cabeza seguía diciendo que si la dejaba dormir ahora, no podría dormirla en la noche, por supuesto, esto a Bianca no le resulto en lo absoluto divertido, lo que concluyó en algunos sollozos, afortunadamente no tan graves como la primer pataleta que había presenciado, aun así la niña estuvo enfurruñada con él como por media hora, luego se le olvidó y le pidió jugar con sus muñecas, Nico dudó, pero era estúpido caer en espiral por jugar con las muñecas de tu hija, aun así pensó en su padre burlándose de él cuando quiso jugar con Hazel.

En la noche arropó a Bianca y estuvo con ella hasta que se quedó dormida, cuando salió de su habitación de nueva cuenta sintió la soledad de la casa y no entendía por qué si la niña ya se encontraba ahí. El cuarto de William parecía que se burlaba de él, así que prácticamente apresuró su paso para no hacer algo tonto como entrar ahí.

Al día siguiente Bianca estuvo preparada a la hora que Rachel pasó por ella, si la niña llevaba un peinado un poco irregular, Rachel no comentó nada ¿quién iba a decir que peinar a alguien costaba tanto trabajo?

William llegó un par de horas después de que Bianca se fue, Nico lo supo porque reconoció el motor del carro. Estaba un poco nervioso porque no sabía cómo sería esta nueva rutina, resulta que no tenía nada que preocuparse, no cambió mucho.

—Hola —dijo William cuando entró y lo vio.

—Hola —contestó Nico.

William se veía bastante cansado, pero también relajado.

Ambos se quedaron viendo intentando ver cuál era el siguiente paso. Ninguno de los dos lo supo porque William dijo.

—Yo, s-supongo que me iré a dormir.

Nico asintió, pero se sintió un poco reconfortado de que no quisiera quedarse y evaluar sus habilidades con Bianca, si no que a pesar de que estaba en casa aun así le podía confiar el cuidado de la niña.

En casa, bueno, claro que era la casa de William.

Ese día cuando la niña llegó no iba dormida, esta vez Reyna la regresó explicándole que su novia había tenido que hacer algunas cosas para su galería de arte, Nico entendió, invitó a pasar a Reyna pero ella tenía que irse, se despidieron y Bianca esta vez no iba dormida, sino que iba con energía extra y empezó a contar su día a 500 palabras por minuto con chillidos y gritos y todo. Nico se preocupó un poco porque William se fuera a despertar, oye, no era tan mala persona ¿vale? El hombre había tenido un turno de 24 horas, podía descansar un poco.

William se unió a ellos en la hora de la comida, donde Bianca chilló de felicidad al verlo y por segunda vez contó su día, él la escuchó encantado.

El celular de Nico sonó, y se dio cuenta que tenía un mensaje de Percy, su corazón dio un vuelco, ni siquiera era la gran cosa, pero se sintió que se sonrojaba, lo había invitado a comer, y aunque eso le fascinó, no contestó inmediatamente y se sumió de nuevo en la historia de la niña.

Durante la noche contestó diciendo que si lo podían programar para después porque se estaba adaptando a estar solo con Bianca, Percy dijo que estaba bien, lo que quería decirle en realidad no era tan importante, luego preguntó por William y Nico no supo que decir.

***

Durante las siguientes dos semanas fueron perfeccionando su rutina y se volvió extremadamente fácil, como si hubiera sido algo que habían hecho un millón de veces antes —probablemente así fue—, incluso las visitas de Rachel se volvieron menos incómodas.

Y no era mucho, pero Nico a veces empezaba a recordar cosas. Como la primera vez que Bianca caminó —se sintió un poco abrumado por las emociones—, se acordó de que su hermana tenía novio —lo que de hecho le valió una conversación por teléfono, a Hazel ni siquiera le importó el reclamo de Nico, estaba eufórica porque lo hubiera recordado—, se acordó de Reyna y Rachel saliendo —lo que lo hizo avergonzarse más—, se acordó de una conversación con Percy y unas palabras como "no eres mi tipo" o algo así —no estaba seguro, lo había dejado confundido—. La mayoría de las cosas que recordaba, aunque no era mucho, empezaban a ser algo, de hecho eran un poco inconexos y a veces sin sentido, pero ahí estaban, aunque la mayoría eran pequeñas cosas de Bianca.

No había absolutamente nada sobre William, y Nico se dijo así mismo que estaba bien, no era necesario saber nada sobre él.

Se estaba volviendo un poco más cómodo estar en el mismo espacio que el hombre y sus interacciones cuando regresaba de trabajar, pero aun así no era suficiente.

Ese día en particular Nico estaba bastante aburrido esperando que Bianca llegara, Will había ido a trabajar, pero también se suponía que debía llegar después que la niña. Pronto tocaron la puerta y podía escuchar las risitas de Bianca, cuando abrió Reyna y Rachel la tenían tomada de la mano.

Bianca lo saludó efusivamente y luego salió corriendo argumentando que tenía unos dibujos que debía mostrarle a sus tías.

—Nosotros en realidad... —empezó a decir Rachel.

—Vamos Rach, la niña quiere enseñarte algo —dijo Reyna.

—No voy a morder —dijo Nico.

Rachel lo miró con escepticismo y Reyna se empezó a reír, de cualquier manera ambas aceptaron entrar.

Bianca les enseñó dibujo tras dibujo mientras también les contaba historias, incluso las obligó a que dibujaran con ella. Nico se rió ante la expresión de Bianca, sintió algo extraño y tal vez un poco triste al ver la interacción de las dos mujeres con su hija, como si faltara algo, pero no podía decir qué.

De repente, mientras Rachel se reía de algo, otro recuerdo llegó:

Rachel estaba riéndose como si la palabra "problemas" fuera demasiado graciosa para su propio bien. Reyna tenía una mirada asesina que alternaba entre Rachel y Nico, él por alguna razón también se sentía muy feliz.

—Ninguno de los dos tiene remedio —masculló Reyna maldiciendo y pasándoles un par de toallas.

Rachel y Nico se rieron como un par de idiotas, era bastante divertida la expresión de indignación de Reyna.

—Bien bien —dijo Nico tropezándose con la mesa, lo que provocó más risas y el tintineo de las copas y botellas de vino vacías—. Me iré ahora.

—Te sientas ahí y esperas a que Will venga —advirtió Reyna con una mirada determinada—. Estás increíblemente loco si crees que vas a manejar así.

—Will no va a venir, lo arruiné —dijo Nico ya no sintiéndose tan divertido.

—Lo sé, pero él lo hará. Ahora, voy a prepararles un café, no hagan nada tonto como volver a la piscina mientras están así —Reyna les dio una mirada exasperada a ambos.

Rachel hizo un puchero —Ella es sexy cuando se enoja.

—Quiero alguien sexy que se enoje —respondió Nico—. Will lo es.

Luego ambos se volvieron a reír.

La cara de Nico ardía de vergüenza, él nunca se había emborrachado, bueno, ahora sabía que era mentira, pero aun así. Afortunadamente Bianca había ido a buscar sus libros de colorear. Volteó a ver a Rachel y dijo —Dime por favor que no nos emborrachamos juntos.

Rachel lo miró con sorpresa y una lenta sonrisa se extendió —Lo hicimos, fue muy divertido.

Reyna resopló, pero veía a Nico con orgullo, como si recordar que se había emborrachado fuera lo más alto en sus estándares. Nico gimió de mortificación.

—Oye —dijo Rachel—. Soy una increíble compañera de borrachera.

—Claro —dijo Reyna rodando los ojos—. No hicieron ninguna tontería como meterse a la alberca juntos y borrachos.

—Pero no nos morimos —replicó Rachel—. Además incluso borrachos somos increíbles nadadores, hijos de millonarios y todo eso.

Nico asintió de acuerdo, aun así era bastante vergonzoso.

—¡Dios mío, que bajo pones el listón!

—Y eres muy sexy cuando te enojas —dijo Rachel con una pequeña sonrisa.

Nico se sonrojó recordando lo que él había dicho, Rachel le dio una mirada divertida que decía que ella también se acordaba.

—Lo bueno es que Will pasó a recogerte porque ustedes dos juntos y borrachos son la muerte —se quejó Reyna.

Y Nico, bueno, no pudo evitar sentirse un poco aliviado porque William había acudido, a pesar de que según su recuerdo, su yo más joven "lo había arruinado", no sabía que había pasado, pero eso de arruinar cosas era una tendencia en Nico.

—¿Y qué pasó después? —preguntó Nico antes de que pudiera pensarlo más.

—¿Entre Will y tú? —preguntó Reyna, Nico asintió—. No sé, no me lo dijiste, aunque sé que lo que hubiera pasado fue bueno para los dos, empezaron a salir oficialmente después de eso.

Nico hizo una mueca, tenía curiosidad, pero si no lo recordaba era por algo. Se dio cuenta que Rachel evitaba su mirada, lo que claramente quería decir que ella sí lo sabía, Nico la miró con intención.

—Es algo que tal vez deberías recordar tú —dijo Rachel cuando se dio cuenta—. Pero en realidad no es lo que piensas, fue solo un momento entre ambos, pero importante.

Nico le dio una mirada exasperada porque eso definitivamente no decía nada, aunque en realidad había algo rondando por su mente, pero ella dijo que no era eso y bueno, en realidad Nico dudaba que hubiera pasado algo físico entre ellos mientras estaba borracho, podía decir que William tenía más sentido común que él, pero quien sabe.

Por suerte apareció Bianca con sus libros y evitó que Nico siguiera pensando en eso.

El tiempo se les fue mientras seguían con la niña, Rachel de vez en cuando le enviaba miradas intencionadas a Nico, así que antes de que cualquiera de ellos se diera cuenta, William regresó.

Se sorprendió un poco cuando vio a todos en la sala. Bianca corrió a darle un abrazo y luego regresó a su dibujo.

—Hola —dijo con confusión—. Uh, ¿todo está bien?

—Por supuesto —dijo Reyna acercándose a saludarlo con un abrazo rápido.

—Claro que sí, solo estamos pasando tiempo con nuestra sobrina —comentó Rachel, ella fue extremadamente más efusiva que Reyna, el abrazo que le dio a William duró más de lo estrictamente necesario.

No sabía que estaba haciendo la cara de Nico, pero cuando Rachel lo miró una sonrisa divertida asomó en su expresión y un brillo malicioso apareció en sus ojos. Reyna se rió discretamente.

Mira, Nico ya sabía que ella no era material de novia para William, pero aun así era extraño ver qué tan emocionada se ponía.

—Qué bueno que nos quedamos para que pudiera verte —dijo Rachel de una manera amable y con una sonrisa realmente linda, tocó su brazo como para demostrar su punto.

William la miró con confusión, Reyna soltó una carcajada, y Nico iba a matar a Rachel.

—Así que ¿solo están pasando el rato? —preguntó William.

—Estamos hablando de las propiedades del vino —asintió Rachel.

William se le quedó mirando —A veces eres demasiado rara.

Rachel le dio una sonrisa inocente —Lo sé, pero me amas.

Reyna se tapó la cara con las manos —en un mal intentó de enmascarar su diversión—, a Nico no le gustaba hacia donde estaba yendo esto.

—Sí —dijo William fácilmente y luego bromeó diciendo—. Pero no lo digas enfrente de tu novia.

La muy traidora de Reyna murmuró —Yo no soy el problema.

Esperaba que fuera demasiado bajo como para que William la escuchara, Nico le dio una mirada furiosa a su amiga y ella solo le dio una sonrisa.

—Bien bien, sigan hablando de las propiedades del vino mientras voy a cambiarme —dijo William.

—Bueno, de todos modos tengo muchas cosas que decir —comentó Rachel.

Cuando William se fue, Nico miró a las dos mujeres y siseó —¿Qué demonios?

—¿Qué? —dijo Rachel con expresión demasiado inocente para ser verdad—. Will y yo somos buenos amigos que hacemos bromas.

Reyna asintió —Te dije que a veces parecen pegados de la cadera.

Lamentablemente William no tardó mucho cambiándose —normalmente dormía cuando llegaba del trabajo, pero obviamente ese no fue el caso—, y lamentablemente también, Rachel siguió con su jueguecito, no sabía que quería lograr, pero estaba siendo un absoluto terror mientras pasaban el tiempo en la sala.

—Tal vez deberíamos tener una noche de vino —comentó Rachel.

—No —dijeron Reyna y William al mismo tiempo.

Si William tenía idea de por qué el tema del vino, no lo mencionó, pero al menos Bianca estaba demasiado entusiasmada con sus juguetes para poner atención.

—Que aburridos —se quejó Rachel—. Como si no hubiéramos asaltado muchas veces la cava de mi papá, William.

Nico no pudo evitar mirar al mencionado con un poco de incredulidad.

—Cuando éramos adolescentes, Rachel. Hicimos muchas cosas en esa época.

—Como cuando hicimos aquel pacto donde prometimos casarnos si seguíamos solteros a los 30—asintió Rachel.

Nico no se estaba ahogando con su propia saliva, gracias.

—Dios me libre de estar casado contigo —dijo William.

Rachel hizo un sonido ofendido —Soy una excelente compañera.

—A veces —dijo Reyna.

Y ni siquiera Nico pudo evitar sonreír ante el comentario de Reyna.

Rachel le sonrió con descaro a Nico mientras se acomodaba más cerca de William, no sabía por qué creía que a él le importaba, no le importaba y menos desde la su plática con Reyna, pero aun así. Luego se dio cuenta que de hecho Rachel se estaba burlando de él, como si fuera una broma interna.

Y a Nico no le parecía tan gracioso, pero al mismo tiempo era un poco agradable, como una especie de familia —familia entrometida—, pero aun así. No había tenido esto con su propia hermana, nunca se había burlado tan abiertamente uno del otro, siempre siendo la imagen pública de la familia perfecta que todos esperaban que fueran, pero ahora aquí estaba, y precisamente con Rachel Dare, una mujer que había crecido como él y que ahora parecía libre, le dejó preguntándose si podría él hacer lo mismo.

La comida fue un poco menos terrible, se hablaron sobre temas neutros y no sobre algo que Nico no pudiera recordar, Bianca le contó a William su día y él contó el caso más extraño que había tenido, fue bastante normal y se sintió acogedor.

No mucho después ambas mujeres se fueron y se despidieron de Nico como si fueran amigos de toda la vida, cuando Rachel se acercó a él le susurró "lo que no recuerda la mente, lo recuerda el corazón, deberías escucharlo", Nico se quedó ahí parado tratando se asimilar las palabras.

—Rachel estaba demasiado rara hoy —dijo William al aire.

Nico saliendo de su impresión no pudo evitar preguntar —¿No es así siempre?

—No tanto —dijo William—. Normalmente tiene un filtro más moderado.

—¿Llega a tener filtro? —preguntó Nico con una ligera incredulidad.

—No es mucho, pero sí.

Por un segundo ambos se quedaron en la comodidad del momento, lamentablemente la pequeña burbuja se rompió y fue como si ambos volvieran a caer en cuenta de la situación en la que se encontraban.

—Entonces... Tal vez debería ir a ayudarle a Bianca con la tarea —dijo William.

—Creo que lo puedo hacer yo, al menos no me he olvidado de como iluminar sin salirme de la raya —señaló Nico antes de que pudiera pensar bien sus palabras.

Las cejas de William se alzaron, como si estuviera indeciso sobre reírse de la broma o decirle a Nico que era un idiota o probablemente ambas.

—Bien —dijo Will negando con la cabeza—. Trata de que no pierda ningún color esta vez.

Nico resopló, pero una pequeñísima sonrisa se abrió paso en su expresión.

***

Las cosas se empezaron a volver un poco más cómodas y relajadas entre ellos. Nico aún no recordaba nada sobre su relación, pero algunos otros recuerdos se iban afianzando, aunque claro, tampoco era mucho.

Esa vez Nico supo instantáneamente que algo había pasado, William llegó como si hubiera sido atropellado por un tren, se veía con ojeras, el cabello despeinado, parecía que había estado llorando y claro, estaba el hecho de que había llegado demasiado temprano de su turno.

—¿Estás bien? —preguntó Nico con genuina preocupación.

—Sí, solo... —William negó con la cabeza y un par de lágrimas se deslizaron de sus mejillas.

Nico sintió como si alguien hubiera tomado su corazón en un puño y lo hubiera aplastado.

—Lo siento, es que... —respiró temblorosamente—. Perdí una niña hoy.

—¿Quieres hablar de ello? —preguntó Nico. Sí, no se le escapó la ironía.

—Se supone que era una cirugía fácil, algo que he hecho miles de veces, pero esta vez hubo complicaciones... La cara de sus padres cuando les tuve que decir —William negó con la cabeza de nuevo—. Se supone que tienes que dejarlo atrás y seguir adelante ¿y entonces qué? Destruí a una familia.

—Lo que sea que haya pasado no fue tu culpa —dijo Nico, sentía una especie de opresión de ver al hombre tan destrozado—. Creo que eres un gran doctor, pero a veces las cosas malas pasan...

—Ella tenía la edad de Bianca —susurró William.

Y bueno, Nico por un momento no supo que decir a eso.

—Las cosas malas también les pasan a las personas más inocentes y eso no quiere decir que sea tu culpa, las cosas simplemente pasan y creo que tienes derecho a llorarla, pero no a culparte por lo que pasó.

William suspiró —Lo siento, sé que no te inscribiste para escuchar mis problemas.

Nico no dijo que en realidad no sabía para que se había inscrito, pero agregó —¿Quieres ir por Bianca a la escuela?

—Es temprano y no me la van a dar con este aspecto.

Nico lo consideró un minuto —Puedo ir por ella, solo dame las indicaciones y le avisamos a Reyna.

—¿Estás seguro?

—Creo que puede ayudar el que la veas —Nico se encogió de hombros, pero en el fondo sentía que tenía que hacerlo, era una urgencia de hacerlo—. Podemos ir en tu auto.

Nico dijo que manejaría y William ni siquiera discutió, lo que decía que tan mal se sentía. Si era completamente honesto, se sentía nervioso de estar con el otro hombre encerrado en el auto, pero William en realidad no le estaba prestando atención más que para darle indicaciones.

Cuando llegaron a la escuela le dijo que estaba registrado como tutor de Bianca para que pudiera recogerla, así que no debía haber problema. William se quedó en el auto —lo que agradeció porque en realidad se sentía avergonzado de que los vieran juntos—, el personal de la escuela le dijo que estaban muy alegres de que se hubiera recuperado y 10 minutos después estaba con Bianca de regreso al coche. La niña estaba extremadamente feliz de ser sacada temprano de la escuela.

En cuanto William la vio la abrazó como si se fuera a ir, Bianca parecía saber lo que estaba pasando porque pasó sus brazos por el cuello de su padre, y Nico no pudo evitar la pequeña sonrisa que se formó.

Después de ese día algo pareció cambiar, muy levemente y no demasiado para hacer sentir a Nico en pánico, pero bueno, tal vez si no podían ser pareja, podían ser amigos. Era una posibilidad más real.

Al menos hasta que un día su padre apareció en la puerta. 

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