๐—ง๐—›๐—˜ ๐—•๐—˜๐—”๐—–๐—› โ”โ”โ” Felipe...

De waxrojm

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๐—ง๐—›๐—˜ ๐—•๐—˜๐—”๐—–๐—› | Like the waves passionately embraci... Mai multe

...THE BEACH
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IMPORTANTE

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De waxrojm

Su hermano abrió el paquete de las supuestas facturas que había comprado en una panadería de por ahí mientras que la chica se asomaba con el termo hacia el sofá dónde él se encontraba sentado, esperándola para desayunar.

— ¿Compraste facturas? —preguntó ella sentándose a su lado.

Agus miró la comida y se encogió de hombros. — No sé que son, solo sé que se veían parecidas a unas facturas y las traje.

Marina comenzó a cebar mates, escuchando el trayecto de la mañana movida de su hermano mayor que especialmente se había levantado temprano solo para desayunar con ella y poder pasar algo de tiempo juntos, ya que con estos últimos días de rodaje se estaba volviendo algo complicado los días.

— ¿Hablaste con mi cuñis?

— Si, dijo que extraña mucho cocinar mientras viborean juntas. —respondió él, devolviéndole el mate.

Mar cebó otro para ella. — Si, hablando de extrañar....yo seguro me vaya a ver el mundial. —Agustín la miró sorprendido—. Y de ahí seguramente me vuelva a Buenos Aires.

— Me alegro que vayas a ver el mundial porque estuviste bastante tiempo ahorrando, pero dejando eso de lado. ¿No te aceptaron?

Le extendió el mate, negando con la cabeza. — Todavía no...

— Y...¿Alguna otra?...

Se encogió de hombros pensando. — No sé, la de California capaz.

— ¿Haces algo hoy? —cambió de tema al notar la expresión decaída de su hermana—. Yo voy a salir a comer con Enzo y el Kuku, ¿Querés venir?

— Seguramente salga con los chicos. —se excusó ella.

— Está bien, pero si cambias de opinión, avísame. —Agustín le sonrió antes de levantarse y dirigirse hacia la cocina para buscar algo dónde dejar la yerba usada del mate.

Mientras Agus se ocupaba de la cocina, Mar dejó que sus pensamientos vagaran por la conversación. La incertidumbre sobre su futuro, mezclada con la nostalgia de la distancia, pesaba en su ánimo. Tomó un sorbo de mate, buscando consuelo en el cálido abrazo de la infusión.

La mañana avanzó entre charlas familiares y la suave melodía del mate. Agus compartió algunas cosas que pasaron en el set mientras ella se ausentó, tratando de aligerar el ambiente. Aunque el desayuno no resolvió las preocupaciones de Marina, al menos le brindó un breve respiro en compañía de su hermano.

Luego de un rato de estar hablando, la hora se pasó y Agustín se despidió con un beso en la mejilla, mencionando que tenía algunas cosas que hacer, pero antes de salir, le aseguró a Mar que podía llamarlo en caso de necesitar algo.
Con la casa quedándose en silencio, ella decidió tomar una ducha para despejarse y renovar su energía.

El sonido del agua corriendo llenó el baño mientras la chica se sumergía en sus pensamientos. La mezcla de emociones, desde la incertidumbre sobre su futuro hasta la compleja situación con Felipe, la acompañaba incluso bajo la cálida cascada de la ducha.

Minutos después de estar en la ducha, salió envuelta en una toalla y observó su reflejo en el espejo. Mientras dejaba que el vapor del baño se disipara, se propuso enfrentar las incertidumbres que se cernían sobre su vida. Se vistió con ropa cómoda y decidió dedicar un tiempo a sí misma, tratando de encontrar claridad en medio de la nebulosa de emociones.

Sentada en la cama, tomó su teléfono y comenzó a mirar mensajes y recuerdos. En medio de la exploración digital, se detuvo en una foto que capturaba un momento alegre con sus amigos. Una sonrisa nostálgica se dibujó en su rostro, recordando como hace unos dias todo era más sencillo.

Con un suspiro escapando de sus labios, dejó el teléfono a un lado y se dejó caer en la cama, tapando su rostro con sus manos, así largando un grito agudo de frustración e enojo por no comprenderse ni ella misma.
La explosión de frustración de la rubia resonó en la habitación, desencadenando un eco de golpes en la puerta. Intrigada y aún envuelta en la mezcla de emociones, se acercó cautelosamente y abrió la puerta, revelando las miradas preocupadas de Felipe, Matías, Juani y Fran.

— ¿Pasó algo? —preguntó el de rulos, con evidente inquietud en su voz.

Mar se quedó en silencio por un momento, mirando a los ojos de cada uno, sintiendo la presión de sus preocupaciones compartidas. Con un suspiro, decidió romper el silencio.

— Si, necesitaba sacar la frustración. —admitió, buscando una explicación que no revelara completamente el torbellino de sus pensamientos.

— Casi me da un infarto. —acotó el de cabello claro mientras llevaba una mano a su pecho.

Felipe, con gesto preocupado, intervino. — ¿Segura que está todo bien?.

La habitación se llenó de una atmósfera tensa, pero también de un sentido de apoyo entre amigos que estaban dispuestos a enfrentar cualquier tormenta juntos. Ella, agradecida por su presencia, asintió con una sonrisa forzada.

— Estoy bien. —aseguró, cerrando la puerta detrás de ella mientras se preparaba para sumergirse nuevamente en el día, sabiendo que no estaba sola en este complicado viaje.

(•••)

El grupo de chicos se encontraban jugando al truco, escuchando atentamente a Matías que les contaba como estuvo lidiando la chica con la ola de emociones esa semana. Francisco y Juani habían sido los que más insistieron con saber ya que esos días habían estado más preocupados que los otros.

— No comía nada, por eso está más flaca...

— Tampoco dormía, ¿No? —el de rulos tenía su mirada fija en las cartas—. Se le nota en la cara.

Matías suspiró. — Nada de nada. Cuando Agustín se quedaba durmiendo en el sillón, dice que Mar empezaba a llorar y no dormía.

— ¿Y vos? ¿No qué estabas con ella todos los días? —Felipe lo miró.

— Si, yo y el hermano estábamos tratando de arreglar la estupidez brava que causaste. ¿Algo más que quieras saber?

— Nadie dijo que vos arregles las cosas, yo ya lo estoy haciendo por mi propia cuenta. —dejó las cartas en la mesa y se levantó de golpe atrayendo las miradas de sus amigos—. Si te querés levantar a Marina, hacelo de otra manera porque no te está funcionando.

Evitando el tema, Matías rió falsamente—. ¿Arreglando qué? Si lo único que estás haciendo es que la pobre mina se aleje más de vos, ¿No te das cuenta, gil?

El ambiente se tensó con la confrontación entre ambos. Los demás chicos, incómodos con la situación, intercambiaron miradas preocupadas. La disputa era evidente, y las palabras lanzadas resonaban en la pequeña habitación donde jugaban al truco.

Francisco, tratando de mediar, intervino. — Chicos, bajen un cambio. Estamos acá para pasarla bien.

Pero la tensión no cedió. Matías y Felipe intercambiaban acusaciones, cada uno defendiendo su posición. Juani, viendo que la discusión no llevaba a nada bueno, sugirió una pausa en el juego.

— Mejor dejemos el truco por ahora, relajémonos un poco. No ganamos nada peleando entre nosotros.

— ¿Ustedes no se dan cuenta que Agustín trajo a Mar con la intención de hacerla sentir mejor por la presión que está teniendo desde el mes pasado? ¿No se dan cuenta de eso? —Matías los miró a todos—. No se los digo con la peor de las ondas, pero la estamos haciendo sentir peor de lo que ya estaba. En especial vos que eras el único pibe con el que se sentía más segura que con todos nosotros. —sus palabras fueron hacia Feli que rápidamente agachó la cabeza.

Las palabras de Matías resonaron en la habitación, creando un silencio incómodo que cortaba el aire. Juani, Francisco y los demás procesaban la perspectiva que acababan de recibir. La realidad de la situación comenzaba a pesar sobre ellos, revelando la profundidad de los sentimientos de Marina y el impacto de sus propias acciones en ella.

Felipe, visiblemente afectado por las palabras de su amigo, finalmente rompió el silencio. — No era mi intención hacerla sentir mal, pero me ganó el miedo en ese momento.

— Pero tenés que entender que a veces la forma en que actuas puede tener consecuencias que no anticipas. —Juani intentó calmar la situación—. Todos estamos preocupados por Mar, y lo último que queremos es hacerla sentir mal.

El ambiente se llenó de una sensación de pesar colectivo. Las cartas de truco, antes desplegadas sobre la mesa, ahora yacían olvidadas mientras los amigos intentaban asimilar la complejidad de sus relaciones y la importancia de comprender los sentimientos de Marina en medio de la tormenta emocional que enfrentaba.

— No sé que hacer para arreglar las cosas con ella...

Mati pasó su mano por su pelo mientras caminaba por toda la pieza. — Hablá con ella hermano, debe estar esperando una disculpa de tu parte y vos acá pensando en que hacer, pomelo.

La atmósfera se suavizó levemente, y decidieron tomar un respiro. Mientras intentaban recuperar la armonía, todos se dieron cuenta de que la complicada situación entre Marina, Matías y Felipe estaba afectando a cada uno de ellos, generando una grieta en la amistad que compartían.

Juani miró fugazmente a Simón para luego acercarse a Feli. — A ver, practica.

— ¿Cómo?

Simón se sentó en el borde de la cama, se cruzó de piernas y pestañeó varias veces. — Yo soy Mar, dale.

El chico miró a Matías y este solo se encogió de hombros.

— No sé, simulá que ella está ahí y hablale. —indicó Mati.

Juani alzó una ceja con complicidad. — Y bueno, ¿qué le dirías si estuviera acá ahora?

Felipe suspiró y se puso de pie. — Mar... —miró a su amigo sentado frente a él que tenía una sonrisa de oreja a oreja—. No puedo ver a Simón y imaginar que es Marina, es imposible.

El pelinegro largó un suspiro, sonriendo más. — Dale gil, me está doliendo todo de estar así. —dijo entre dientes para no bardear al chico.

— Si, dale. —el de rulos palmeó el hombro de Feli—. ¿Que le dirías?.

Respiró profundo antes del segundo intento. — ¿Viste el último partido de River?.

Matías aún manteniendose serio trató de no reír por la estúpida pregunta del pobre chico. — ¿Me estas jodiendo? ¿Cómo le vas a preguntar por River? —los demás largaron una risa por lo bajo—. Está bien que ella sea fanática de River Plate, pero le estás yendo a pedir disculpas, no a hablar de fútbol.

— Esta vez coincido con el bostero. —Blas señaló al castaño—. Dale, media pila con la pobre mina.

Tercer intento y volvió a respirar profundo. — Supongo que empezaría por decirle que lamento mucho todo lo que pasó, que no era mi intención lastimarla. Después le diría que la valoro mucho, que me importa, y que me gustaría intentar solucionar las cosas, aunque sea como amigos. Que me importa su felicidad, ¿entienden?

Matías y Juani asintieron con aprobación. — Sí, eso está bien. Andá, decíselo a ella.

— Para. —Simón se volvió a acomodar—. Eso nos lo dijiste a nosotros, ahora decilo como si tuvieras a Mar frente tuyo.

Feli tomó un momento para internalizar las palabras y, con una nueva inspiración, se dispuso a expresar sus sentimientos como si Marina estuviera presente. El ensayo de disculpas se convirtió en un discurso más genuino, mientras intentaba reflejar la sinceridad de sus emociones hacia ella.

— Mar, perdón por lo que dije el otro día. No tendría que haber llegado a este punto, y sé que te lastimé. No fue mi intención, y me duele verte así. Valorarte no es solo una palabra bonita, realmente me importa cómo te sentís. Quisiera poder arreglar las cosas, aunque solo sea para ser amigos de nuevo. Tu felicidad es importante para mí, y si eso significa que tenemos que tomar caminos separados, lo aceptó. Pero si hay alguna posibilidad de que podamos superar esto juntos, estoy dispuesto a intentarlo.

— Ay Feli...—Simón agudizó la voz—. Sos tan tierno, vení y chapemos.

Las risas resonaron en la habitación al ver cómo Felipe trataba de alejar a su amigo.

— Ella no es así. —acotó una vez alejó al contrario.

— Que no, si la petiza es bien mandada. —dijo Juani.

Feli, aunque entre risas y bromas con Simón, sentía que un peso se levantaba de sus hombros. Había compartido sus sentimientos de manera sincera, y ahora, con un dejo de esperanza, se preparaba para enfrentar la realidad con Marina. Sin embargo, sabía que el proceso de reconstrucción no sería sencillo y que requeriría paciencia y comprensión por parte de ambos.

Mientras tanto, en la habitación, Juani lanzó una mirada de complicidad a Blas. Ambos compartían la esperanza de que las palabras de Felipe pudieran allanar el camino hacia una resolución positiva. La amistad entre todos estaba en juego, y cada uno anhelaba que la tormenta emocional pudiera disiparse para dejar espacio a un nuevo comienzo.

Con las palabras expresadas, un nudo en la garganta y inspirado por el ensayo raro, él se preparó para enfrentar la realidad y ofrecer sus disculpas a Marina. Su corazón latía con fuerza, pero sabía que debía ser honesto consigo mismo y con ella, sin importar cómo resultaran las cosas.

— Yo te acompaño. —se ofreció Juani, mientras se acercaba al chico.

En el trayecto hacia la habitación de la rubia, Felipe caminaba junto a Juani con un nudo en el estómago. La incertidumbre y la tensión llenaban el aire mientras se acercaban al corazón de la tormenta emocional. Cada paso parecía más pesado, y las palabras que había practicado resonaban en su mente.

Aunque trataba de mantener la calma, el miedo de no poder reparar la amistad que compartía con ella lo invadía. Suspiró profundamente, intentando encontrar la fuerza para enfrentar la situación y expresar sus sentimientos de manera clara y honesta.

Su amigo, a su lado, le dio un ligero golpe en el hombro, como una muestra de apoyo silencioso. Aunque las palabras eran responsabilidad de Feli, Juani estaba ahí para respaldarlo en este intento de restaurar lo que se había perdido.

Finalmente, llegaron a la puerta de la habitación de Marina. La mirada del chico se encontró con la de su amigo, y ambos compartieron un instante de complicidad antes de golpear suavemente la puerta, marcando el comienzo de una conversación que esperaban llevaría a la reconciliación.

Al recibir un "pase" como respuesta, abrieron la puerta con cuidado. El cuarto estaba iluminado con una luz tenue, y se podía escuchar el sonido de la serie Rebelde Way. Al entrar, notaron a Mar sentada en el sofá junto a una chica que no conocían, ambas visiblemente emocionadas por el capítulo que estaban viendo.

Las lágrimas corrían por las mejillas de ambas chicas, y en ese momento, Marina expresó con sollozos. — No es tranzar con lo que pensas, Marizza... —pausó mientras intentaba contener su tristeza—. Pasa que los hombres no piensan con la cabeza, pero tampoco me lo dejes así a Pablito.

Sofía, al notar la presencia de Juani y Felipe, le dio un leve codazo a su nueva amiga para que notara que no estaban solas. Marina, alzando la mirada, se sorprendió al ver a sus amigos en la habitación. La serie continuaba en segundo plano, pero la tensión emocional de la escena anterior persistía en el aire.

— ¡Chicos! —exclamó ella, secándose las lágrimas y tratando de cambiar el tono de la situación—. ¿Pasó algo?.

El de rulos sonrió, intentando aliviar la atmósfera. — No sabíamos que estaban teniendo una noche de series, pero acá mi amigo tiene algo que decir.

Feli asintió, decidido a abordar el motivo de su presencia. — Sí.. —miró a la chica unos segundos antes de hablar—. ¿Podés pausar la serie y hablar un minuto conmigo?...

Las chicas se dieron una mirada, Sofia asintió y Mar negó. No quería tocar tema de algo que seguramente todavía no terminaba de procesar, pero la otra chica fue más rápida y apagó el televisor, generando un ambiente silencioso e incómodo.

— Anda Mar..—susurró Sofi dándole leve empujones a la contraria.

— No quiero hablar con él todavía...—dijo en voz baja, aferrándose al sillón.

Al notar la actitud de la rubia, decidió intervenir. — Un minuto, quiero que escuches lo que tengo para decir y después me voy..

Marina, con la mirada aún fija en el suelo, asintió levemente. Sofía, comprendiendo la situación, salió de la habitación mientras se llevaba a la rastra a Juani que quería quedarse a escuchar, pero terminaron dejándolos a solas. Felipe, a pesar de la ansiedad, optó por mantener la calma y eligió sus palabras con cuidado.

— Perdón por lo que dije, mi intención no era esa y no tendríamos que haber llegado hasta este punto en el que no nos podemos ni mirar. Me duele verte así, que por mi miedo generé esto y vos estés tan mal. Quiero que sepas que te valoro mucho, que me importa cómo te sentís, que estoy dispuesto a intentar solucionar las cosas, aunque solo sea para ser amigos de nuevo. Aunque seguramente no quieras y eso quiera decir que cada uno siga con su vida...lo acepto.

Ella escuchó en silencio, pero su expresión revelaba una mezcla de emociones difíciles de descifrar. El ambiente era tenso mientras Feli esperaba ansioso alguna respuesta, aunque fuera breve, que pudiera arrojar luz sobre el complicado panorama emocional que compartían.

— Está todo bien. —forzó una sonrisa débil, dirigiendole la mirada al chico—. Amigos, pero no prometo que todo vuelva a ser como hace unos días.

Al escuchar las palabras de la chica, una sensación agridulce lo invadió. Aunque agradecía la posibilidad de mantener la amistad, la sombra de lo que alguna vez fue y ya no sería más le pesaba en el corazón. La incertidumbre sobre el futuro de su relación, combinada con la aceptación de que las cosas no volverían a ser como antes, dejaba a Felipe con una mezcla de nostalgia y resignación.

Ambos se miraron por un momento antes de que él se retirara de la habitación, dejando a Marina con sus pensamientos y emociones enredados.

Al salir se encontró con Juani y Sofia, quienes esperaban con expresiones expectantes. Su amigo, siempre dispuesto a romper el hielo, soltó una broma.

-—¿Y? ¿Cuándo es la boda? —preguntó con una sonrisa juguetona.

Feli esbozó una leve sonrisa ante el comentario pero negó con la cabeza.

— Amigos, pero no como antes. —respondió, dejando claro que, aunque había intentado reparar las cosas, la situación aún estaba lejos de recuperar la normalidad.

Juani asintió con comprensión, reconociendo la complejidad de la situación. — Tranquilo, amigo. Todo lleva su tiempo. Estamos acá para lo que necesites. —ofreció él, poniendo una mano en el hombro de Felipe.

Antes de que ambos amigos se fueran, Sofia le hizo una seña a Juani de que trataría de hablar con Mar.

— Vamos, Pipe. —el de rulos le dió una mirada rápida a la rubia, observando como ella entraba nuevamente a la habitación.

A en el sillón pudo divisar a una Mar cubriendo su cara con sus manos, fue al instante en el que supo que debería acercarse con cautela para no molestarla. Apenas se habían conocido y no quería arruinar nada.

— ¿Segura de lo que decidiste? —preguntó sin rodeos mientras se sentaba a su lado.

Negó rápidamente. — No sé....¿Vos que opinas?

Sofía hizo una mueca, recordando todas las cosas que dijo Marina hoy. — Con todo lo que me dijiste, no sé si hiciste bien. Sinceramente yo creo que te estás lastimando a vos misma.

¿Se estaba lastimando ella misma?

En lo que ellas seguían conversando sobre el momento de incomodidad, Juani y Pipe entraban a la habitación en dónde anteriormente se encontraban con sus amigos, que en cuanto pasaron el umbral de la puerta, todas las miradas cayeron en ellos dos.

— ¿¡Pipe ya está de novio!? —la emoción en la voz de Simón era evidente.

— Pipe todavía sigue siendo el pibe rechazado por tarado. —respondió el de rulos, ganándose una mirada ofendida de su amigo que se estaba sentando en el borde de la cama.

Fran dejando su teléfono a un lado y miró a los chicos antes de hablar. — ¿Que te dijo? —preguntó él cambiando el tema de conversación.

— Me dijo que podíamos seguir siendo amigos, pero que ella no prometía que todo vuelva a ser como antes. —explicó con una mirada que reflejaba lo mal que se sentía al recordar las palabras de la chica.

— Igual Sofia me dió a entender que ella iba a hablar con Mar. —intervino Juani de la nada.

Matías, al igual que los demás, compartieron miradas confusas. — ¿Quién corno es Sofía?

— Se ve que una nueva amiga de la petiza.

Valen se levantó de su asiento de golpe. — Me re perdí yo, me quedé en cuando me contaron lo amorosos que estaban Mar y Pipe hasta que él metió la pata.

Así, entre todos explicándoles a Valentino lo que había sucedido y el por que tenían que hacer que Felipe vuelva a tener la confianza de la chica Pardella, se pasaban las horas sin saberlo.






































































Después de días volví y con un capítulo que resume mi bipolaridad.
Mil disculpas por no actualizar, hace unas semanas estoy teniendo unos días tensos en los que solo sus comentarios y mensajes me sacan una sonrisa, pero acá estamos.

Ya sé que es cortooo y por más que quisiera hacerlo más largo no puedo porque así le doy algunos capítulos más del primer acto, sino si este cap lo hacía largo, quedaban menos de cinco capítulos para finalizar.

Dejando todo esto de lado, las tensiones y demás...me queda una semana de vacaciones, eso quiere decir que no voy a actualizar tan seguido. Aunque también será por la duologia que nos estamos mandando con anttezana

Para los que no la siguen, vayan que tiene unos fics hermosos de Fran y uno en proceso de Pipe.

Sin más que decir, lxs amo !!

Continuฤƒ lectura

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