Sukha||Taegi.

By xNevilux

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Min Yoongi tiene varias regresiones después de morir por diferentes razones, por lo que decide en su trigésim... More

[Prólogo]
[Personajes]
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By xNevilux

Yoongi había salido de su cuarto aquella calurosa mañana, por lo que se decidió dar un descanso bajo la pérgola de uno de los jardines, el omega caminaba con tranquilidad y tras él sus servidores, en eso se detuvo al ver a lo lejos a la segunda concubina que jugaba con su pequeño de dos años, quien trataba de correr lo más que podía como sus pequeños pies se lo permitían, puso su mano sobre el vientre de forma inconsciente, recordando la pérdida de sus embarazos, pasó saliva con dificultad y siguió caminando erguido. Aquella mujer al verlo, se detuvo y tomó a su pequeño, para hacer una reverencia de respeto.

—Saludo al príncipe consorte, deseando un buen dia a su alteza—ella notó el rostro gélido sin sonrisa de Min Yoongi, se fijó que el omega había puesto su mirada sobre su hijo, por lo que la concubina, tomó a su pequeño y lo puso adelante para presentarle, le dio una sonrisa al rubio—, es el primer hijo de su alteza, su nombre es Hansol Vernon Chwe—habló un tanto nerviosa, sabía que tener la aprobación de la pareja principal de su alteza, y su pareja Kim Taehyung, era importante.

Ella era una concubina, si el señor de la casa tomaba la decisión de adoptar a su hijo, el futuro del pequeño estaría asegurado, protegido y amado. Pasó con saliva su dificultad al notar que el rostro del esposo principal no mostraba ningún gesto.

—Se ve que es un niño sano ¿Tiene alguna enfermedad?

—No, es un niño sano, como puede verlo es juguetón y es inteligente.

Yoongi solo afirmó, notando la temblorosa mano de la concubina, ella le sonrió, esperando algo más.

—¿Ya empezó sus estudios?

—Aún es muy pronto; pero la nodriza le ayuda con el lenguaje—la concubina notó la vestimentas un poco desgastadas del Consorte principal—. Mi señor, hace una semana que ingresó a este pequeño palacio, tal vez, cuando tenga tiempo puede pasar a tomar el té con Jennie y conmigo, siempre antes del atardecer nos reunimos, algunas veces bordamos.

—Gracias por la invitación, lo tomaré en cuenta—quitó la mirada del niño y sin decir más, solo hizo un leve cebeceo.

Han SoHee hizo una reverencia, despidiendo al príncipe consorte y contempló a su hijo, para acomodar un poco mejor sus cabellos, con sumo pesar.



Cuando era más tarde, la segunda concubina ingresó al cuarto de la primera, ambas al verse se saludaron con respeto, mientras las doncellas de aquel cuarto, preparaban los postres y el té de la tarde. Han SoHee se sentó y miró a su alrededor, tomando una galleta de arroz, un tanto pensativa. Kim Jennie, la primera escogida como amante del General, notó aquel rostro de preocupación.

—¿Sucede algo? no estás muy animada hoy.

—Hoy el Príncipe consorte conoció a mi hijo—su amiga afirmó esperando que ella siguiera contando—, el rostro del joven señor, seguía serio sin ningún gesto, es como ver un gran muro que no puedes traspasar, no sabes que piensa o como debes actuar frente a él para no dar ningún paso en falso, se mostró tranquilo y se fue.

—¿Lo invitaste a los té de la tarde como te dije? no se te habrá olvidado—le miró de forma juzgona.

—Se lo comenté, dijo que lo pensaría...estaba pensando que podríamos darle de regalo una tela para que pueda hacer algún traje, los que tiene se le ven desgastado. No son ni siquiera hechos de tela.

—Si, es un pesar que vista así, me enteré de unos rumores sobre su familia. Su madrastra, la esposa del primer ministro, no solía tratarlo bien, ya que es un hijo bastardo, además de eso tenía mucha preferencias con los hijos, por lo que solía comprarle trajes ya hechos de baja calidad, de los que usan los sirvientes. Respecto a tu hijo, ten paciencia, recién es un esposo y ha ingresado al palacio, debe acostumbrarse y que vea que no somos un peligro para él.

—Nosotros solo somos simple concubinas, la señora de la casa nos escogió del palacio principal porque vio que éramos buenas en la costura, pero fuimos doncellas del palacio, si el señor decide criar a mi hijo, estará protegido—comentó con tristeza—, se convertirá en el nieto del primer ministro.

—Sohee, tu hijo ya es descendiente de un príncipe, no tienes que preocuparte de eso. Es del General de la guerra, nadie se atrevería a hacerle daño, estás pensando mucho.

—Aunque nos hayamos convertido en concubinas, no cambia el hecho que seguimos siendo plebeyas—, puede que nuestros hijos lleguen a ser de un príncipe, pero el joven Min, el esposo consorte, principal señor, es de la nobleza.

Un silencio se quedó entre ambas, al darse cuenta de su pobre situación, ser concubinas plebeyas, no es como si pudieran hacer mucho, solo mejorar un poco la vida de su familia, por suerte, el General le daba un dinero cada mes de ingresos y además, tenían un techo, comida y buen trato de parte de los que trabajan en el palacio del Príncipe Kim Taehyung.

—El General puede ser un poco distante, pero no nos ha tratado mal, había escuchado rumores de que la rama de su familia, provenían de descendientes de demonios, uno de sus antepasados hizo un pacto con demonios, de allí proviene la fuerza del General y la inteligencia para la guerra.

—Dicen que su fuerza sobrehumana no es normal, que la sangre del demonio recorre sus venas...¿En serio vas a creer en esos rumores absurdos? ¿No significaría que también la sangre de Su majestad, y el hermano de su majestad, que es el padre de nuestro señor, tiene esa sangre? serían considerados malditos...si alguien te escuchara, te cortarían la lengua—sentencio en bajo dando un suave pellizco a su amiga.

—¡Ah! solo decía, es que no es normal que-...

—¿De quién hablan y por qué no es normal?—preguntó una voz fuerte detrás de ambas mujeres.

Las dos concubinas se sobresaltaron, al girarse vieron a su alteza. Kim Taehyung enarcó ambas cejas, ellas hicieron una reverencia, agachando sus cabezas y nerviosas de que el hombre haya escuchado la conversación.

—Saludamos con respeto a su alteza, bienvenido—dijeron en coro aquellas hermosas mujeres.

—Me dijeron que la señorita Sohee quería hablar conmigo, fui a buscarla a su cuarto pero no estaba, me dijeron que pasan la tarde juntas, por lo que vine...hasta aquí. Dígame que es lo que deseaba comunicar.

—Su alteza—Sohee respiró con profundidad, aun teniendo su rostro agachado y manos juntas—, se que usted me regaló unas telas en mi cumpleaños pasado. Sin embargo, aun me sobró, pensaba darselos al Príncipe Consorte como regalo para que pueda hacerse un traje bonito y-...

—No será necesario, guarde esa tela para usted—ordenó aquel hombre con tono serio y desvió la mirada—, lo dice por sus trajes ¿Cierto?—ella afirmó con lentitud—, ya me encargué de eso. Si eso es todo lo que tenía que hablar conmigo—el hombre contempló a Jennie, la cual al sentir la mirada sobre ella, alzó el rostro un tanto apenada.

—¿Hace cuánto estas conmigo?

—Hace...10 años, mi señor—habló aquella concubina—ingresamos juntas cuando cumplimos los 18 años.

—Ah, es así...ha pasado mucho tiempo—Taehyung solo afirmó un poco y se giró sobre sus talones, saliendo de aquel cuarto.

Ambas fruncieron el ceño sin entender que quiso decir aquel hombre, se contemplaron entre ellas y se sentaron con lentitud.

—¿Ya pasó tanto tiempo?—Sohee estaba muy sorprendida y rió un poco—, a pesar de la bebida que tomabamos de fertilidad, me costó quedar embarazada—suspiró algo abatida—, aún falta que tu tengas tu hijo.

—No es como si pudiera hacer mucho, en estos diez años, solo me ha favorecido cuatro veces y he tomado esa medicina amarga—se sacudió al recordar el sabor e hizo una mueca.

—Ten cuidado, no quedes embarazada al mismo tiempo que el príncipe consorte. Tienes que esperar por lo menos un año.

Una doncella que había escuchado lo que aquellas mujeres hablaban, depositó las nuevas jarras de té caliente, siendo la sirvienta personal de la señorita Jennie.

—No creo que el Príncipe Consorte quede en estado rápido, escuché de unas sirvientas de ese palacio que el General no lo favoreció la primera noche.

—¿Qué dijiste?—ambas preguntaron al mismo tiempo, consternadas de lo que esa servidora acaba de soltar de sus labios.

Ella les contempló un poco nerviosa, pensativa de si sería buena idea comentar al respecto.

—Una doncella de ese palacio, nos comentó al respecto...que el ahora principe Consorte rechazó en la primera noche ser favorecido.

—¡Sirvienta, lengua suelta!—gritó Han Sohee que la señaló, se levantó golpeando la mesa—¿Crees qué puedes andar diciendo eso solo por qué sí?

—¡Perdóneme mi señora, por favor, pido perdón!—exclamó nerviosa aquella ayudante, que se hincó rápido y casi entre lágrimas al darse cuenta de lo que no fue buena idea hablar al respecto.

Ambas concubinas se contemplaron en silencio y miraron en dirección de la puerta principal.

Kim Taehyung que no había aún salido del todo de aquel cuarto y se había quedado afuera para escuchar mejor la conversación, solo entrecerró los ojos y miró a su soldado que se mantenía lejos, conversando con un sirvienta que buscaba coquetear, sin éxito alguno.


Yoongi soltó un largo suspiro mientras tomaba un té frio y Hani le daba aire con un abanico de plumas, el omega fijó su mirada en las flores de aquel jardín, en sus vidas pasadas, era el lugar que mas le gustaba estar, usualmente las concubinas pasaban en otros lugares.

—Mi señor—habló aquella ayudante un tanto preocupada—, hace una semana que vino usted a este palacio, pero desde la noche de bodas, su esposo no ha llegado a favorecerlo.

—Dijo que lo haría cuando mi celo llegara.

—¿Cúando su celo-...aún faltan dos meses para algo así. Mi señor, usted debe asegurar su posición.

—No importa, no quiero ser favorecido por el General, haré que me libere.

Un silencio se hizo presente, la doncella miró a los lados un tanto preocupada al escuchar aquellas palabras.

—Se refiere a que se separe de usted, pero si lo hace, usted volvería a la casa del señor Min—el omega negó en silencio—, tiene un plan...¿Dónde piensa ir?

—Lejos de aquí. Este casado o no con el General, es cierto que a mi padre le da cierto poder; pero también recuerda que mi quinta hermana, está casada con otro sobrino de su majestad, que es muy favorecido, por lo tanto, mi posición no es muy importante, más cuando soy un hijo bastardo. No hay problema si me llego a separar del General, supongo que si lo hago...tal vez pueda vivir—musitó con pesar de último.



Cuando era mas tarde y Yoongi se encontraba en el cuarto, haciendo una flor con hilo, logró escuchar unos pasos que ingresaron a su palacio, el omega miró a su derecha, por que se mantenía afuera del cuarto, sentado y sintiendo un poco la brisa en el pasillo abierto, su ceño se frunció, viendo entrar a cinco empleadas de buen vestir que le ofrecieron un saludo de respeto, en medio de ellas, apareció un eunuco.

—Saludamos con respeto al príncipe consorte. Le traemos como regalo unas diez telas de colores vistosos, hechas de seda pura,como regalo de bodas.

Min Yoongi se levantó y bajó los pequeños escalones, notando como en bandejas de plata venían telas que eran hechas de seda de gusano, que se tardaban mucho tiempo en hacerlo y por supuesto, sabía muy bien quien le mandaba aquel regalo; pero debía fingir no saberlo.

—¿Quién me manda este regalo de bodas?

—Lo manda la princesa Kim Taeyeon, la hermana del General Kim Taehyung, mi señor—habló con respeto aquel eunuco.

Yoongi afirmó, Hani se acercó, recibiendo con las otras empleadas aquellas telas, las cuales usarían para hacer sus prendas.

—Supongo que debo ir a agradecer a su alteza por el regalo, me gustaría reunirme con ella unos de estos días—comentó Yoongi tratando de forzar una sonrisa.

—Le haré saber que el regalo fue de su gusto.

Por supuesto, Yoongi conocía a la hermana de su esposo, siempre fue una joven educada y amable con él, no le dio problemas en ninguna de sus vidas pasadas y tal vez, podía considerarla una amiga, sin embargo, era un mujer enfermiza y murió muy joven, días antes de su boda, eso sería en dos años. Es una lástima que no podía evitar la muerte de aquella joven, ya que solo en una vida pudo sobrevivir cinco años, aunque no fue mucho, en sus vidas pasadas no llegó lo suficiente para enterarse de aquella muerte que le dolió mucho.



Kim Taeyeon se giró a ver su hermano con el ceño fruncido y tosió, sosteniendo un pañuelo de seda en su mano, la princesa se sentó sobre una silla de madera, acolchada de abajo con ayuda de su ayudante.

—¿En serio usaste mi nombre para mandar unas telas de regalo a tu propio esposo?—inquirió ella sorprendida.

—Me disculpo hermana—comentó aquel hombre con tono serio al notar como su hermana mayor tosió y suspiró, cansada.

—Aunque eso me favorece a mí, no pude ir a tu boda por mi mala salud, además, no sabía que regalo darle a tu esposo consorte. Tengo visitarlo lo más rápido que pueda, pero sabes como es madre que no me deja salir de mi palacio e ir a conversar con las chicas de tu harén. Este palacio muy lejos—ella extendió su mano y su hermano se le acercó, entrelazando ambos sus dedos.

—El doctor dice que has mejorado de tus pulmones, tienes que seguir tomando la medicina que te ha recetado.

—Da igual, siempre me enfermo cuando el invierno está por llegar, no importa la medicina que tomé, soy débil. No he podido verte crecer bien...¿Madre te ha estado dando problemas? escuché que no estaba conforme con tu esposo.

—Sabes como es ella, me habían comprometido con la quinta hija del ministro pero resultó que la casaron con uno de nuestros primos, no estoy molesto en la verdad—sonrió un poco.

Ella también sonrió, feliz.

—Vi la pintura que mandaste a hacer de tu esposo, gracias por dejarme ver el rostro de tu esposo ¿Es ese joven que siempre me hablabas cuando eras un niño? —notó que su hermano menor afirmó con lentitud—, es bueno que te hayas casado con la persona que amas. Debes protegerlo y cuidar de él.

—Tu también encontrarás una persona de la cual quieras proteger y cuidar, hermana.

—Con mi salud y cuerpo débil, ni siquiera haré feliz a mi esposo, no serviré como una esposa; pero no estamos aquí para hablar de mí, cuéntame sobre tu esposo.

Kim Taehyung recostó la mano de aquella hermosa mujer sobre su mejilla, mirándola con ojos cálidos, empezó a conversar de cada aspecto del joven Min, en como aquellos cabellos rubios se ondeaban con el aire y la luz del sol, alumbraban el cuerpo y el rostro del omega como si fuera una estrella nacida en aquellas tierras, que le recordaba al verano y a la frescura de las flores del crisantemo que crecían sobre los valles, afuera de la ciudad.

Min Yoongi alzó el rostro viendo como las estrellas alumbraban aquella noche, recostó su rostro sobre el marco de la puerta y frunció el ceño al recordar una memoria del pasado, en su primera vida, cuando conoció a Kim Taehyung.

«Las manos de Min Yoongi temblaban cuando había llegado al final del altar y su rostro sería descubierto, no le había visto el rostro a su esposo, ni siquiera sabía quien era Kim Taehyung, su futuro alfa, solo conocía lo que había oido por partes de su madrastra, su padre, hermanos y sirvientes de la casa del ministro. Su velo fue levantado y la mirada oscura, profunda de aquel tipo quedó sobre la suya. Se sorprendió, no imaginó que aquel General fuera un tipo muy atractivo a primera vista, alto y de piel un poco bronceada con unos cabellos largos y una mandibula marcada. Min Yoongi tembló al darse cuenta que el hombre no hizo ningún gesto y puso su espada rápido sobre su cuello, como si hubiera visto algo de no creer.

—¿Eres real?—interrogó aquel General de la Guerra.

Min Yoongi rompió a llorar al sentir que sería asesinado de esa forma por haber engañado a ese hombre.

—S-señor...p-porfavor, tenga piedad—Yoongi cayó hincado del miedo, sus piernas no cedieron y escuchó los murmullos de las personas de la par.

Aquel alfa se agachó y volvió a subir el velo, el cual cayó al suelo con delicadeza, Min Yoongi limpió sus lágrimas, notando los ojos amarillos que relucian ahora sobre aquel estoico rostro.

—Si eres real—susurró aquel hombre que tomó de las mejillas del omega con una de sus grandes y tocas manos, apretujando—¿Qué haces tú aquí, dónde se encuentra tu hermana?

—S-se casó la semana pasada...señor,m-me mandaron a mí ¡Yo, no quise hacerlo, mi padre me obligó y-...

—Deja de llorar—ordenó frunciendo el ceño y algo molesto, suspiró y se levantó, extendió su mano y miró al omega que se mantenía hincado y temblando del terror—, proseguiremos con esta boda.

Yoongi extendió aquella mano y se ayudó a levantarse, al ver al frente, notó el rostro serió de casamentero, que solo carraspeó para proseguir en lo suyo.

En la noche de aquella boda, él esperaba que la fiesta terminara afuera, esperando en el cuarto, mientras los invitados felicitaban al novio, a su futuro alfa. Su cuerpo no había dejado de temblar y sus manos sudaban en frio, pensando que tal vez su esposo no tardaría mucho para castigarlo y mandarlo a asesinar por haber engañado a un principe de la dinastia.

Entonces escuchó los fuertes pasos que se acercaron a su cuarto, su doncella, Hani, le miró con suma preocupación y cuando su esposo ingresó, todas las personas en el interior salieron en silencio, ni siquiera el sonido de sus pasos se escucharon, solo los del General de la Guerra.

Min Yoongi apenas podía ver a través de su velo rojo, solo escuchaba y sentía la respiración del hombre cada vez mas cerca, hasta que pudo ver los zapatos por debajo de aquella tela. Unas manos se asomaron y subieron su velo, con cuidado.

—¿Qué le pasó a tu rostro?—preguntó aquel alfa de un solo sin un gesto.

—Me lo hice practicando la espada, nunca fui bueno pero quería aprender y...solo sucedió. P-puedo ocultarlo con maquillaje y...p-prometo que no lo molestaré con mi prescencia...¡Ahg!

Min Yoongi fue acostado sobre la cama y pasó saliva con dificultad. No es como si fuera ignorante de lo que sucedía en la primera noche de bodas, antes de casarse, la instructora matrimonial le indicó todo lo necesario, para complacer a su esposo y además, el proceso de hacer un bebé.

—Me da igual que exista o no—susurró Kim Taehyung c

Yoongi comprendió que su existencia le daba igual a su esposo, sintió como las manos de él se ubicaron sobre sus prendas, empezando a quitar las partes de la tela, hasta dejarlo en ropa interior. Las manos de aquel hombre se deslizaron sobre su blanca y suave piel, el omega solo mantuvo su mirada sobre el techo, tenebroso sin ver a su esposo, se dejó manejar por el alfa hasta que su cuerpo y el de hombre quedaron en completa desnudez.»

Yoongi hizo una mueca, su primera vez, fue un poco dolorosa, pero Kim Taehyung lo trató con cuidado, aunque el omega se sintió avergonzado ya que lloró toda la noche en el acto, por miedo y vergüenza. Entonces al día siguiente de haber pasado la noche con ese hombre, el General fue al palacio del emperador y sin decir más, se fue a la frontera del norte por un mes, hasta que volvió. Fue así en sus vidas anteriores; pero en las otras vidas, solo lloró las primeras tres vidas, hasta que se fue acostumbrando.

"A Kim Taehyung, no le importaba su existencia, si el Vivia o no, le daba igual" Pensó el omega para levantarse de la silla donde descansaba y se dirigió a su cama para acostarse y esperar otro día.

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