Amar(T) en el Alfabeto | Luck...

Oleh WitchyBast

12.4K 1.5K 1K

Quackity vive solo en un departamento en conjunto a otro. Su rutina cambia cuando por accidente, en medio de... Lebih Banyak

Capítulo 1 | Rutina
Capítulo 2 | Entrevista
Capítulo 3 | ¿Pijamada?
Capítulo 4 | Amigos
Capítulo 5 | Cita
Capítulo 6 | Heridas
Capítulo 7 | Besar(T)
Capítulo 8 | Confusión
Capítulo 9 | Call out my name

Capítulo 10 | Lady

629 106 84
Oleh WitchyBast

Las lágrimas le caían de forma agresiva por las mejillas. Escleras que antes habían sido de blanco ahora se teñían en un rojizo agresivo que daba evidencia del maltrato que llevaba rato sufriendo, un maltrato injustificado, violencia que solo se había generado por ser él mismo.

–¡Te dije que te vistieras bien, hija de la chingada!– la mujer gruñó furiosa, en su mano sujetaba el cabello azabache mientras mantenía de rodillas al jovén que lloraba de impotencia. Lo había zarandeado y golpeado contra el tocador cuando por error entró sin tocar la puerta, viendo las evidencias de la primera decisión importante en la transición del chico.

No toleraba saber que su niña, era un chico.

Déjame en paz.– sollozó bastante cansado de la situación, le hería que ni siquiera su propia madre, la mujer que le había dado la vida, lo aceptara.– Solo... Sueltame, basta.

Pero aún cuando la mujer le vio llorar y rogar con dolor no lo soltó, porque no era suficiente el desprecio. Aún tenía que humillarlo y recordarle "quién era".

–Debiste quedarte con tus tíos, estoy harta de ver tu jodida cara en mi casa. Manchando nuestra imágen con tus juegos de machito maricon.– escupió las palabras como dagas, una tras otra enterrandose en su pecho.– Eres una abominación.

Y Alex solo pudo bajar la mirada, estaba tan cansado que simplemente aceptó lo que le decía. Lo era, era una abominación que no se quería ni a él mismo, estaba harto de no poder ser felíz siendo quien realmente quería.

Voy a vestirme bien.– dijo con la voz quebrada, le daba asco siquiera imaginar el ponerse la ropa que usaba antes, no era propio de él. El agarre en su cabello se aflojó dándole la oportunidad de "volver a intentar".

De encajar al menos unos días en aquel infierno llamado "casa".

–Te espero en la sala.

-❤️-

Se acomodó por milésima vez el corto vestido blanco que apenas cubría sus muslos, había sido lo más "cómodo" que había encontrado y aún así era bastante incómodo de usar. La parte de arriba tampoco ayudaba pues las mangas estaban a los hombros, se sentía expuesto. Estaba exponiendo un cuerpo del cual no estaba orgulloso.
Se pasó el dorso de la mano por la mejilla limpiando una pequeña lágrima que había bajado sin querer. Un poco del maquillaje se fue en esa acción por lo que tuvo que revisar su imágen en el pequeño espejo que cargaba en un bolso. Una mueca de dolor le atravesó el rostro, las rizadas pestañas cargadas en un rimel negro resaltaban sus "femeninos" y coquetos ojos—palabras de su madre—, junto a unos labios entintados y cargados de un gloss que sabía a cereza. Su cabello iba recogido con pequeños moños blancos.

No era él.

No se parecía en nada a él.

–¿Bro? ¿qué te pasó?– Cochi, uno de sus primos se había sentado junto a él en medio de su "retoque".

–Mi madre pasó. Me obligó a cubrir el moretón que me hizo en el ojo con maquillaje.– murmuró en voz baja, apenas empezaba a formarse el hematoma y dolía bastante.– Sabes que odio estas cosas.

–Es increíble que mi tía sea la única enferma que no te acepta cómo eres.– el chico se estiró mirando con lástima a su primo, era uno de los pocos "amigos" cercanos y el haber estado tanto tiempo lejos le había hecho olvidar lo mucho que lo extrañaba.

–Te extrañé cabron.

Cochi sonrió acercándose para abrazarlo.

Una de las pocas personas preciadas que le quedaban en aquel lugar.

Ambos chicos fueron llamados interrumpiendo el lindo encuentro, aunque eso no les impidió ponerse al corriente con chismes, amigos y nuevos ligues. Quackity decidió omitir a los dos castaños que empezaban a jugar con su cordura y que le orillaban a tomar las peores decisiones. Aún no estaba listo para sacar el tema del poliamor, ya era bastante difícil que aceptaran su transexualidad.

Saludó a sus dos abuelos con un beso en la mejilla y, aún cuando recibió una mirada extraña de ellos decidió ignorarlo. No armaría un problema entre la familia, no cuando aún estaban cerca de las fechas importantes.

La mesa se sirvió, con sonrisas falsas y una que otra conversación sincera.

Cómo la familia disfuncional que eran.

El humo de su cigarro de flores se disolvió en el aire fresco de la noche, aún cuando era invierno el clima se mantenía bastante cálido. Extrañaba un poco el frío de su nuevo hogar.

Su hogar.

–¿Por qué la obedeces?– la voz de su abuelo le sacó de la ensoñación, este tomó un cigarro del bolsillo de su camisa y lo encendió mirandolo en espera de una respuesta.

Quackity no sabía si su respuesta sería correcta.

O si, siquiera había respuesta correcta.

–Es mi madre.

–No.– le detuvo soltando el humo al lado contrario tratando de no molestarlo con el aroma, sabía que a su nieto no le gustaba nada el tabaco.– No tiene un gramo de respeto por ti, cariño.

Quackity hizo una mueca sintiendo como se le irritaban los ojos, no quería llorar, no de nuevo.

–Estoy cansado de pelear. Solo quería verte a ti y a la abuela.– confesó.

Solo tenía que sobrevivir.

No tienes que hacerlo, no puedo dejar que sigas haciéndote ésto.– le regañó.– No es sano, Alex.

–La próxima vez rentare un lugar.– dijo tratando de aliviar un poco la tensión y pareció funcionar pues su abuelo relajó los hombros.– ¿Ya se fue mi madre?

El hombre asintió dando una calada al cigarro.– Cochi te está esperando, tienen mi número y si algún idiota quiere sobrepasarse... Pateale los huevos.– se quedó pensando un momento antes de proseguir.– Puedes tomar mi ropa.

El azabache negó, la verdad ya se había acostumbrado al vestido. No habría mucho problema si iba con su primo, además... Su voz no era precisamente la de una chica.

–Estoy bien, probablemente me quede a dormir con Cochi.– apagó su cigarrillo y se acercó para darle un beso en la mejilla a su abuelo.– Te amo abuelo.

-❤️-

Su primo se había desaparecido por ahí con un chico bastante bonito de cabello castaño y ojos rubíes. Un chico que por un momento le había recordado a Luzu, del cuál no tenía noticia alguna.

Se abrazó a si mismo contra la pared, se había terminado la bebida un par de minutos atrás y empezaba a sentirse bastante mareado, asqueado... Incluso comenzaba tener bastante sueño.

Hey señorita, ¿no quiere compañía?— otro de los cientos de idiotas que se le habían insinuado a lo largo de la noche se encontraba a su lado.

No estaba de humor para imbéciles.

–Pierdete, cabrón.– gruñó con bastante rabia descolocando al desconocido, quién se esperaba cualquier cosa menos que la "señorita" tuviese voz grave.

Mierda, asqueroso travesti.— y seguido de aquello se alejó dejando a Quackity tiritando en su lugar.

Ni siquiera hacía tanto calor pero... ¿Por qué se sentía tan caliente?

Todo se sentía bastante lejano y borroso.

–Ugh, ¿dónde está mi teléfono?– rebuscó en su vestido como un idiota, recordando que Cochi se lo había llevado en el bolsillo de su pantalón.– Puta madre, Cochi.

Decidió salir de ahí, probablemente alguien había puesto droga en su vaso cuando no se dio cuenta y si no quería terminar en la cama de algún extraño o secuestrado por ahí tenía que salir antes de que la droga lo enviara a dormir. Se abrió paso entre la gente de forma torpe, golpeando a las personas sin importar nada y deseando salir ya.

Las luces neón le cegaban y el sonido se volvía cada vez más insoportable.

Su pie dio un tropiezo con el de otra persona obligandolo a caer sobre la espalda de alguien más, un cuerpo del que tuvo que sujetarse para no tocar el suelo.

Lo siento...

¿Quacks?

La mención de aquel apodo le hizo levantar la mirada rápidamente, unos ojos rubíes le miraban con confusión bajo la luz neón del lugar. Parecía estar analizando la situación, buscando una explicación coherente a porque llevaba vestido, maquillaje y broches en el cabello.

–No.– soltó incrédulo, mirando detrás de él.

¿Cómo lo había encontrado? ¿qué mierda hacía ahí?

–Quacks qué... ¿Por qué llevas esa ropa? ¿qué te sucede? te ves pálido.

Pero Quackity sentía que sus piernas tocarían el suelo, el mareo había empeorado considerablemente.– ¿Qué haces aquí?

–Tu primo me ayudó a encontrarte, dijo que estarían aquí.– declaró sosteniendo el hombro del pelinegro.– ¿Seguro que te sientes bien?

Se permitió flaquear frente a él, era el único en el que podía confiar.

–Alguien puso droga en mi bebida.– ante los ojos de pánico de Luzu no pudo evitar sentirse igual.– Ayúdame.

-❤️-

Estaba en un hotel, lo sabía por las luces brillantes y la gente fina de bonita ropa. Probablemente Luzu se estaba hospedando en ese lugar.
Fácilmente ignoró las miradas curiosas de los huéspedes, estaba más preocupado por el calor creciendo en su cuerpo y el como Luzu lo había cubierto con su chaqueta empeorando la situación. No sabía cómo decirle que quería arrancarse la ropa porque se estaba volviendo insoportable llevarla encima.

¿Qué mierda me dieron en la bebida? hace muchísimo calor.– se quejó en voz baja jadeando en busca de aire fresco, sentía las mejillas arder en fuego.

Luzu se quedó callado mientras abría difícilmente la puerta de la habitación, como pudo cerró la puerta tras de él y depósito al menor en la cama.

–Iré por paños húmedos y un poco de agua fría, espera aqu-

Quackity había tirado de la mano de Luzu tumbadolo en la cama, ni siquiera le dio tiempo a pensar cuando ya se encontraba sobre su cuerpo con el rostro de un animal desesperado.– Tócame.

–No sabes lo que dices, te dieron un afrodisíaco.– el castaño forcejeo con las manos del pelinegro que había comenzado a tratar de quitar el botón de su pantalón.

Ya ni siquiera pensaba claramente.

Se lo que quiero.– gruñó molesto, no podía lograr su meta si Luzu se lo impedía constantemente.– Quiero lo que hay ahí debajo.

No, no cuando estás así.

Lo apartó de encima y se levantó de la cama buscando aliviar la situación, pero Quackity solo tenía una cosa en mente y era arreglar el calor en su cuerpo y la excitación que solo parecía aumentar.
Podía sentir su entrepierna húmeda, tan húmeda que seguramente su ropa interior ya estaba mojada.

Viendo a Luzu de espaldas a él en la cocina mientras llenaba un vaso de cristal se escabulló en silencio, se había quitado los zapatos mientras daba pasitos silenciosos hacia él.
El cuerpo del castaño dio un saltito de susto cuando una de las manos subió por su espalda de forma coqueta hasta detenerse en su hombro.

No me hagas rogar, Luzu... No sabes las ganas que tengo de coger contigo desde que te vi.– no pensaba y la clara evidencia era la estupidez que estaba a punto de hacer, de la cual se arrepentiría.

–Quacks, tienes que para-

Se había girado justamente cuando el pelinegro había dejado caer el vestido al suelo.

Los rubíes impresos en pánico miraron el cuerpo semidesnudo frente a él, notando la falta de un bulto y las cicatrices en el pecho repleto de pequeños lunares.

No. No podía estarle pasando a él.

Retrocedió un paso con el vaso de cristal en la mano, había tanto que pensar.

No retrocedas.– rogó el menor con un gesto adolorido, estirando la mano a la mejilla del más alto. Sus delicados dedos acariciaron el rostro que le veía con pánico, confusión.

No había asco, pero Quackity por alguna razón podía sentir el rechazo.

–No me veas así, me estás haciendo daño.– dijo tembloroso mientras se acercaba para rozar sus labios con los del otro, quería que Luzu lo aceptara como Cellbit lo había hecho.

Quería saber que podía confiar en él.

–No es... No quiero herirte.– Luzu parecía tener una batalla interna, había dolor en su mirada pero también anhelo.

–Entonces... ¿Por qué me miras así?– sus ojos se quedaron expectantes a la respuesta, quería saber porque Luzu lo veía como si fuese a hacerle daño.

El castaño suspiró apartando el cuerpo más bajo por los hombros.– Vamos a ducharte y te lo cuento.

–¿Te ducharás conmigo?

–Deja de pensar en sexo, Quackity.

–No puedo, estoy caliente como el infierno.– ronroneo abrazándose a la cintura de Luzu que se mantenía un tanto tensó mientras buscaba una toalla y su camisa más grande para que la usara de bata.– ¿Vas a tallar mi cuerpo?

–Solo si te mantienes quieto y no me pides que te coja de nuevo.

Quackity sonrió dando asentimientos mientras se iba corriendo hacia el baño, seguramente a llenar la tina.

El baño le había sentado bien a Quackity pues ahora se mantenía acurrucado en el hombro de Luzu, con solo una camiseta negra cubriéndole el cuerpo junto a los boxers más pequeños que el castaño poseía. Tenía la mirada fija en un punto de la habitación pensando en que había hecho una hora atrás, y en porque incluso le había permitido ver su cuerpo completamente desnudo. Sus mejillas de sonrojaron levemente al recordar como Luzu desvío la vista completamente rojo al verlo desnudo en el agua, seguramente avergonzado.

–Pensé que me odiarías al enterarte.– confesó con la mejilla en el pecho del mayor, este le acariciaba el hombro con cariño.

Luzu solo suspiró, buscando las palabras correctas para lo que estaba a punto de decirle.

–Mi hermano era como tú. Un chico trans, bastante alegre.– el tono nostálgico le hizo saber a Quackity casi de inmediato que ese chico ya no se encontraba con vida.– Él, tenía un novio, amigos, era bastante apuesto. Pero, la sociedad enferma y los jodidos pervertidos no supieron quedarse quietos al enterarse que era...

Lo siento.

Abusaron de él, tallaron en su piel palabras degradantes y aún cuando vieron que ya no podía más no se detuvieron ellos... Hicieron cosas horribles con sus genitales, lo mutilaron y yo- yo fui el que lo encontró en ese estado.– había comenzado a sollozar en medio de la anécdota.– Cuándo lo encontré ya estaba muerto.– hubo un silencio antes de que continuara hablando.– Y no quiero que me malentiendas, cuando te vi solo, sentí pánico pues las imágenes vinieron a mi mente una tras otra. Recordé tu rostro pálido de horas atrás y no pude evitar pensar en qué habría pasado si no hubiera estado allí.

–Pero estoy bien, me salvaste.– se había estirado en su lugar para ver a los ojos al mayor, limpiando con su pulgar las lágrimas que le bajaban por las mejillas.– ¿Puedo saber su nombre?

–Su nombre era Arin.

–Lindo, seguramente era bastante guapo como tú.– su sonrisita fue imitada por el castaño que asintió.

–Yo creo que él te habría amado.

–¿Por qué soy trans?

–No, porque eres precioso.– la declaración hizo que las mejillas de Quackity se tiñeran de rojo. Una de las manos del mayor se detuvo en su cabello acercándolo a él, y cuando el pelinegro estaba dispuesto a preguntar que hacía fue silenciado por un beso.

Un dulce beso, tan pero tan delicado que creyó que iba a derretirse en ese preciso instante; cientos de mariposas volaron en su interior al mismo tiempo que llevaba la mano a la mejilla del castaño para besar mejor sus labios. Suspiró atolondrado por el momento, respiraba de una forma pesada y que dejaba en completa evidencia que estaba hecho una gelatina humana.
No dijeron nada, solo se miraron con una sonrisa cargada de palabras que ni siquiera tenían que decirse.

Se necesitaban tanto uno al otro y no había duda de eso.

Finalmente podía decirlo en voz alta.

Luzu le gustaba.

¡Hey, aquí Bast!

Finalmente actualización, lxs extrañé un montón. <3

Con los respaldos ya hechos estoy un poco más tranquilo, aunque si que me estresa bastante no tener tiempo (o inspiración) para actualizar seguido.
Aún así soy felíz de escribir para ustedes aunque sea una vez al mes jjj

Espero leernos pronto.

¡Lxs amo! <3

Lanjutkan Membaca

Kamu Akan Menyukai Ini

7.1K 655 14
Los dos estaban de acuerdo, no pensaron que importaría...realmente no pensaron que lo hiciera.
140K 3.7K 30
la tipica historia de universos viendo otros universos atraves de pantallas flotantes que aparecerán en sus mundos aunque también agregare otras cosa...
45.5K 1.3K 3
Su empresa naviera ha sido perjudicada, alguien ha dejado una bomba en uno de sus barcos y la pérdida es bastante considerable, por lo que Thomas Fre...
7.1K 709 18
―¿𝘊𝘰𝘯𝘰𝘤𝘦𝘴 𝘦𝘭 𝘴𝘦𝘹𝘰 𝘴𝘶𝘢𝘷𝘦?... Robin era una gélida alfa como temida y Nami sólo una bolita revoltosa que la hizo caer en sus encantos...