Capitulo 24
Gatito asustado.
[MATTHEO]
Ni siquiera sé que estoy haciendo.
Tal vez era una manera de disculparme por irme esa mañana de su cuarto. ¿Por qué intentaba disculparme? Lo que había hecho estaba bien, no podía quedarme.
Aun pensando eso seguía parado en frente de esa puerta, esperándola.
Me apoye en la pared y saque un cigarrillo de mi bolsillo, me lo puse en la boca y estaba a punto de prenderlo cuando un grupo de chicas paso por en frente mío. Por un momento no le di importancia, hasta que una de ellas se acercó a mí. La miré por un segundo y me di cuenta de quien era.
Cho Chang.
—Hola Riddle, qué casualidad encontrarte por aquí.—Se acercó a mí amablemente con una sonrisa.
—Hola Chang.
—¿Qué haces por aquí?
—No mucho, solo espero a alguien.
—Adivino, ¿a tu noviecita Potter?—Se acercó mucho más a mí y yo solté una sonrisa amarga al oír eso.
—¿Celosa que no sea tu lugar?
—¿Entonces los rumores si son ciertos?
—Deja de aparentar Chang. Sé que tú esparciste ese rumor.
—Si lo hice fue por qué estaba enojada contigo, ¿O no recuerdas que estábamos haciendo tú y yo antes de que me encontrara con ella en tu cuarto?—Su tono se sentía molesto.
—Sí, lo recuerdo. De todas formas no te daba el derecho de decir eso sobre Lu.
—¿Lu?—Pregunto alzando una ceja y con una sonrisa sarcástica.— Por favor Riddle, no me hagas reír. Esa niña te tiene agarrado de los cojones, ¿no es así?
—Es mi puto problema, no tuyo. No debería importarte.
—Pues me importa.—Veo como su rostro se acerca lentamente al mío, intenta juntar sus labios con los míos, pero le corro la cara al instante.— Ya veo... ¿Entonces así será?
No respondí y me quede observando su rostro.
—Búscame cuando te canses de jugar con la hermanita de Potter.—Me dijo en voz baja, a centímetros de mi rostro. Luego se separó y se alejó un poco quedando a algunos metros.— Aunque te entiendo, no sé muy bien que tienen los Potter, pero son especiales.
—¿Intentas follarte a su hermano?
—¿Qué? ¿Ahora solo tú puedes divertirte con un Potter?—Pregunto con una sonrisa maliciosa en la cara.
Luego de eso se fue.
Ja, menuda puta.
La puerta del salón se abrió y me enderecé rápidamente. De ella salió la persona a la que estaba esperando desde hace 20 minutos. Se notaba que estaba nerviosa, salió tan rápido de ese lugar que al principio no se dio cuenta de que estaba ahí. Cuando por fin lo hizo me observo por unos segundos sorprendida.
[LUCRECIA]
Ya había terminado el examen. Mire el horario y me levante para entregárselo al profesor Snape. Me recibió con su misma cara y humor de siempre.
Tome mis cosas y me largué de ahí lo más rápido posible. Lo peor no era hacer el examen, lo peor era esperar la nota.
Los nervios se habían apoderado de mí.
Abrí la puerta del salón pero al salir levante la cabeza al frente y vi a alguien en el pasillo apoyado justo en la pared de frente.
¿Me estaba esperando?
Y después dice que yo soy la acosadora.
—¿Y yo soy la acosadora?—Pregunté alzando las cejas mientras él me observaba.
Soltó una pequeña sonrisa y agachó la cabeza poniendo sus manos en sus bolsillos.
—Solo quería saber como te fue en el examen.
—Bien, bueno, eso espero. Snape aún no me dio la nota.—Respondí y me acerqué un poco a él.
Seguía con su mirada puesta en el piso, por un momento no dijo nada, pero luego levanto la cabeza y me miro a los ojos.
Sus ojos cafés estaban de vuelta.
—¿Cómo está tu herida?—Pregunté tratando de desviar la mirada.
—Mucho mejor, por suerte mi enferma personal siempre está para mí.—Bromeó.
—Tal vez lo estaría, si su paciente no se fuera sin siquiera decirle un gracias.
—¿Te molesto que no me quedara a dormir contigo?—Su tono pícaro hizo que mis nervios aumenten más.
—Solo digo que un gracias hubiera estado bien.
Lo observé un momento esperando una respuesta, luego de un segundo me miro fijamente y dijo:
—Gracias.
—De nada.
Se despegó de la pared y se acercó a mí lentamente. Esta vez no di ni un ningún paso atrás, me mantuve en mi lugar.
—La próxima juro que me quedo.—Dijo con el mismo tono coqueto de siempre.
—No habrá próxima.
—¿Como estás tan segura?
—Porque sé que si lo hay, va a suceder exactamente lo mismo. Te vas a ir, como un gatito asustado.
—No estoy asustado y no soy un gatito.
—¿De verdad? ¿Y entonces por qué no puedes decirme lo que sientes sin una gota de alcohol en la sangre?
Mi pregunta lo dejo sin saber qué responder. Que no dijera absolutamente nada me decepciono un poco.
—Eso creí.—Lo miré por última vez a los ojos y di un paso para irme de ahí.
Pero antes de que pudiera hacerlo me tomo de los brazos y me acorralo contra la pared. Quise irme, pero me encerró y me fue imposible salir de ahí.
Su mirada está puesta en mis ojos, pero noté como bajaba lentamente hacia mis labios.
Lo observé un poco asustada.
Él soltó un suspiro y noté como sus músculos se relajaron un poco.
—Tienes razón, tal vez si estoy asustado.
Pensé que iba a besarme. ¡Por Merlín era yo la que quería que me bese!
¿Cómo es que llegué a este punto?
Su rostro lastimado estaba a unos pocos centímetros del mío. Podía sentir su respiración en mí. Se notaba que se estaba resistiendo a algo, como si quisiera hacerlo, pero a la vez no podía.
—Lo que dijiste en la torre de astronomía…
—Cada palabra es verdad, yo no miento Lily.—Me interrumpió antes de que pudiera terminar.
Por alguna razón sentía que estaba hablando con sinceridad.
—Al carajo, ya estoy harto.
—¿De qué?
—De no poder besarte cuando quiero.
Fue entonces cuando vi como sus labios se acercaban al tal punto que podía sentir que estaban muy cerca de juntarse.
Cerré los ojos esperando a que por fin se junten con los míos, pero en cuanto lo hice un ruido muy fuerte hizo que los abriera de inmediato. Como si de una puerta cerrándose se tratase.
Mattheo me miro extrañado y se separó un poco de mí. Hasta que una voz hizo que se diera vuelta.
—Esos comportamientos están estrictamente prohibidos.
Reconocí ese tono serio y agrio al instante.
Mattheo se separó de mí y ambos quedamos en silencio mirando al profesor Snape. Su rostro estaba completamente neutro, sin ninguna expresión.
—Su examen.—Me entregó la hoja y luego de eso se retiró.
Mire la hoja y…
—¡¿Reprobé?!—Solté en un grito de sorpresa.
¡No podía ser! ¡Las respuestas estaban bien! ¡¿Por qué me reprobó?!
—¡Profesor!—Grite, mientras trataba de caminar lo más rápido posible para seguirlo.
Snape no paro en ningún instante, siguió caminando como si nada.
—Quisiera saber por qué me reprobó, las respuestas estás bien.—Le mostré la hoja en donde marcaba las respuestas.
—Sí, lo están.
—No entiendo… ¡Porque me reprobó!
Él frenó de repente y yo hice lo mismo.
—Su comportamiento.
—¡¿Mi qué?!
—Tal vez sus respuestas estén bien, pero en mi clase no solo vale una buena nota. Si no también el comportamiento fuera de ella, ¿Usted cree que voy a aprobarla luego de ver su comportamiento con el joven Riddle?
—Lo siento. Sé que estuvo mal pero… ¡No puede reprobarme por eso!— Mi tono de voz empezó a ser más fuerte, ya estaba empezando a enojarme de verdad.
—Sí, si puedo y agradezca que no la castigue.—Termino de decir y volvió a irse.
La rabia y él enojó que tenía dentro de mi cuerpo no pudo contenerse más, así que solté mi odio.
—¡Maldito viejo!
—¿Disculpe?
Mierda, no creí que lo había dicho tan fuerte.
Me observo esperando una respuesta y procedí a sacar mi cara angelical.
—Nada, profesor.—Snape me miro con desconfianza, pero no le dio tanta importancia y siguió con lo suyo.
Solté un suspiro largo y pesado. Me quedé mirando esa maldita hoja con el reprobado en letra roja.
Sentí una mano en mi hombro y me di vuelta totalmente asustada. Me tranquilicé al ver el rostro de Mattheo en frente mío.
Me había olvidado que estaba con él.
—Hey tranquila, Snape es solo un viejo malhumorado.
—Es que tú no lo entiendes, me odia. Toda la vida me ha odiado y lo seguirá haciendo hasta que se muera.
—No creo que te odie.
—¡Claro que lo hace! Pero tranquilo, el odio es mutuo.—Dije mientras entrecerraba los ojos y miraba con rabia en la dirección por donde se había ido.
Mattheo soltó una pequeña risa. Lo observé seriamente y el borro su sonrisa de inmediato.
—¿Qué? ¿Qué es lo gracioso? ¡Cuenta el chiste así nos reímos todos!
—Tranquila fiera, no estés a la defensiva.
—¡No estoy a la defensiva!
—¡Está bien, está bien! Cálmate.
—Lo siento, es solo que no estoy de buen de humor.—Solté en el final de un suspiro.
—Lo sé, pero ve el lado bueno.—Dijo mientras se acercaba a mí.
—¿Cuál es el lado bueno?—Pregunté mirándolo con el ceño fruncido.
—Que me tienes a mí.—Tomó mi mano y me acerco a él.
Su cuerpo y el mío quedaron demasiado pegados. Podía sentir los latidos de su corazón, al igual que su mano en mi cintura.
—No creo que eso me ayude en este momento.—Admití con una sonrisa tonta en el rostro.
—¿Estás segura?
Lo miré extrañada y él me observo con una sonrisa maliciosa. Acerco lentamente su rostro a mi oído.
—Créeme que me encantaría seguir con lo que no pudimos terminar, pero tengo que irme.—Me susurró.
Luego de eso se alejó de mí.
—Nos vemos, Lu.—Se despidió de mí, de la misma forma de siempre.
Me quede un segundo asimilando todo lo que había pasado en esos minutos.
En fin, mi único deseo era: Snape ojalá te caigas de las escaleras como yo en 2do año.
[MATTHEO]
Prendí un cigarrillo. Sabía que eso le molestaba.
—Sin fumar.
No le di importancia y seguí caminando hasta acercarme a él.
El salón en donde estaba se encontraba completamente vacío. Mire en dirección a su mesa, había muchos exámenes aun sin corregir.
Snape levantó la cabeza y observo un momento.
—Joven Riddle, ¿Qué lo trae por aquí?
Me acerque un poco más a él y quede en frente de la mesa, cuando lo hice solté el cigarrillo y lo aplaste en el piso.
—Eso le costará puntos.
—Me importa una mierda.
—Que hermoso vocabulario, creí que su Bella lo había educado mejor.—Siguió diciendo sin sacar la mirada de las hojas que estaba corrigiendo.
—¿Por qué reprobó a la señorita Potter?
Un silencio se formó en ese enorme salón. Su mirada fue directa hacia mí, seria y fría.
—Ya le di las explicaciones a la señorita Potter de por qué su nota.
—¿Me las podría dar a mí?
—No es de su incumbencia.
—Aprobó el examen, es injusto que desapruebe la materia.
—¿Con qué mucho interés en ella?—Volvió a mirarme a los ojos. Desvíe la mirada de inmediato.— ¿Su padre y hermano están enterados?
—¿Mi padre ya está enterado de los tratos con Dumbledore?—Por primera vez en años, vi algo de miedo en su expresión.—O mejor aún, ¿Dumbledore ya está enterado del trato con mi padre?
Snape se levantó de su silla y alzo su varita cerrando la puerta con fuerza. Se acercó con un odio total en sus ojos.
—¿Sabes por qué todavía no estás muerto niño? Porque Bellatrix me pidió que los protegiera a ti y a tu hermano.
Lo miré fijamente y él siguió acercándose, di un paso atrás con algo de nervios.
—Mi padre sabía que alguien lo traicionaría, ¿Por qué crees que Tom y yo estamos aquí? Solo es una excusa para vigilarte.
—¿Seguro que es a mí al que están vigilando?—Su pregunta me confundió un poco.— Creí que eras más listo que esto muchacho.
Mi silencio hizo que él volviera a hablar.
—Después de todo tu padre tenía razón, no era con Tom, sino contigo.
—¿De qué estás hablando?
—Tu vínculo con Potter es algo más fuerte de lo que crees.—Por alguna razón esas palabras generaron que mi piel se erice.
—Algo que llevara la destrucción de tu padre.
Mi cuerpo se quedó inmóvil, sin saber qué decir o hacer. Su mirada seguía clavada en mí hasta que luego se alejó con total normalidad.
—La señorita Potter es muy inteligente, audaz, segura, y sabe defenderse de quién la toma por estúpida.
Eso era cierto. Lu es todo eso y más.
—Pero también es torpe, arrogante y muy haragán.—Remarcó mientras ponía los ojos en blanco.
Pude escuchar como logro decir entre dientes: “Igual que su padre”
—¿A qué quiere llegar?
Se dio la vuelta y me miro nuevamente a los ojos.
—Escucha muchacho, eres mejor esto. Tu hermano Tom es muy aplicado y es un peón perfecto para tu padre, pero tú.—Me señalo con el dedo.— Tú eres el que puede llegar a destruir o acabar con todo esto. Elegí en que bando quieres estar, pero no te arrepientas de tu decisión.
Aún no entendía por qué me estaba diciendo todo esto.
—Potter está aprobada. Con una condición.
—¿Cuál?
—No le digas a absolutamente nadie lo que te acabo de decir ¿Oíste? Y toma mi consejo, eres mejor que esto.
Alzo su varita y abrió la puerta.
—Ya puedes irte.
Y me fui de ahí.
Con muchas, demasiadas jodidas preguntas y ninguna respuesta.
Tal vez Lu si tenia razón, solo soy un gatito asustado.
¡Gracias por leer! Los quiero muchoo♡
Mar.