Una enfermiza obsesión +21

By Amyboock

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En este pueblo nada es lo que parece, su llegada trajo un sinfín de problemas, pero no me arrepiento de conoc... More

Sinópsis
capitulo 1
capitulo 2
capitulo 3
capitulo 4
capitulo 5
capitulo 6
capitulo 7
capitulo 8
capitulo 10
capitulo 11
capitulo 12
capitulo 13
capitulo 14
capitulo 15
capitulo 16
capitulo 17
capitulo 18
capitulo 19
capitulo 20
capitulo 21
Capitulo 21 II parte.
capitulo 22
capitulo 23
capitulo 24
capitulo 25
Capitulo 26
Capitulo 27
Capitulo 28
Capitulo 29
Capitulo 30

capitulo 9

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By Amyboock

Adrián Cross 💛

¡Carajo!- fue lo primero que pensé al verla firme con los labios carnosos entreabiertos mirando con mala cara a mi hermano.

Es hermosa.

No existen palabras para describir a un ser tan extremadamente cautivador como ella, sus curvas, su cabello, sus facciones.

¡Mierda! Su rostro.

Sentía como mi pecho subía y bajaba a una velocidad increíble.

Siempre he sido alguien inestable con respecto a los sentimientos, a veces siento demás y para algunas personas resultaría alentador, emocionante, cautivador pero no para mí.

No soy un chico normal.

Ser un hombre lobo magnífica tus defectos o encantos, la mayoría es así.

El mayor defecto que tenemos.

«El orgullo, la soberbia y la muestra de poder»

No existen otros tres, ¿saben acerca del mito sobre ,eso de que los lobos, pelean por Territorio?

Es totalmente cierto, ¿Cómo lo sé?

Es nuestra naturaleza, para mí , perder el control no es algo fuera de lo común, mis sentimientos están más agudos que el de de los demás.

Y desde que llegué a esta maldita ratonera del demonio, me sentía terriblemente mal.

No solo era mi humor, sino todo, mi cuerpo, mi mente.

Dos veces....

Dos malditas veces........

He perdido el puto control.......

Setenta y dos horas desde que llegamos.

Y me transforme de la peor forma posible justo en la parte trasera de la mansión.

Agradezco que tengamos un bosque detrás.

Cada vez ha Sido más liberador, mi cuerpo se relaja luego de transformarme.

Pero la frustración volvía.

En la mañana.....

- Quiero que me digas que aquí, todo será diferente - escucho la voz de mi hermano mayor.

Mantengo la vista fija en la carretera, me siento raro muy distinto, y nada de esta sensación me está gustando en lo absoluto.

Aunque quería arrancarle las garras y mandarle a la mierda, íbamos a llegar tarde al primer día de instituto.

Todo por su maldita culpa, y ese sentimiento de obsesión por el puto control, ya estaba comenzando a desbordarse en mi cabeza.

Sentí como hacía una mueca al escucharme dar un gruñido profundo, hice que mis ojos brillarán, enviándole una clara señal de que me transformaría y íbamos a pelear cuando no se callara.

El dolor de cabeza, desde que llegué era insoportable.

Y él solo empeoraba toda esta mierda.

- Oye no te enojes - me da unas palmaditas, intentando calmar las cosas.

Estaría mejor si papá le hubiera enviado a aquel internado en Irlanda, pero no siempre tengo esa suerte.

- Tú solo conduce, que apenas son las siete de la mañana y ya me tienes harto - deje que el vacío se apoderara de mi cerebro por segunda vez en la mañana.

Verán, mi hermano Aiden, tiene cierta forma extraña de estar preocupado, siempre se la pasa divertido de un lado a otro, con las chicas principalmente.

Así es él.

Y vamos que su jodido don es joderme la existencia.

- Adrián - menciono mi nombre con calma llamando mi atención.

Él sabe cómo soy, no expresó nada, es mi naturaleza vivir en el fondo de mi mente.

Papá siempre le ha explicado que es mejor hacerme salir de mi mente, mientras más me guarde las cosas que pienso sera peor la transformación.

Porque vamos no es divertido que todos los huesos de tu cuerpo se rompan de manera involuntaria, cuando el lobo dentro de tí quiere salir y tú yo humano solo quiere que desaparezca el enojo.

La irá es el detonante y es lo peor que puede suceder a alguien e nuestra especie.

Perder el control.

-¿Qué coño quieres?, me estás rayando, así que deja de dar la lata.

Se por donde venía toda esta conversación matutina, cree que no me doy cuenta o que no le escuché hablar con papá.

Aiden y Aaron no tienen la mejor de las relaciones con él, yo por otro lado todo lo que soy y todo lo que he progresado para regresar al mundo real ha sido gracias a Cristian Cross, mi padre.

Estoy seguro que mis transformaciónes desde que llegué no han sido silenciosas, una de ellas fue a voluntad propia, pero la rara sensación que siento en esta mierda de pueblo.

Me hace estremecerme de pies a cabeza, sé que a mí hermano le importa poco lo que me suceda, sin embargo no está para reclamos, así ha sido toda una vida.

Ser mi niñera.

- ¿Está vez será diferente? - pregunta bajando la voz con cuidado.

La última vez fue un desastre, algo de lo cual no me acuerdo en parte, pero él sí y desde ese entonces no me ha dejado vivir en paz.

Estaba cansado de su falsa preocupación, no sabía si este lugar me estaba afectando solo a mí o a ellos también.

- ¿Te refieres a sí explotare y tendrás que limpiar mi desastre? - mi tono de voz burlón desapareció, remplazado por uno totalmente enojado - Pues no lo sé joder, pero créeme que te mataré cuando sigas haciéndote el hermano mayor.

Él estaba acostumbrado a tomarse todo como una broma, vivir la vida al máximo como lo llama, poco después de lo que sucedió hace apenas dos años le tiene paranoico.

Ya que por mi culpa tuvimos que mudarnos desde ese entonces, no hemos tenido un lugar al cuál llamar hogar.

- Soy el mayor gilipollas, así que vete haciendo a la idea - su voz se alza de momento poniéndome de peor humor.

- Si claro, yo soy el desastre y tú don perfecto.

- Quieres callarte, ¿Qué coño te sucede?- pregunta al ver como me voy entregando más y más al otro lado.

Ese al cuál, nuestra especie le tiene miedo.

- No lo sé Joder - le gritó con frustración - Siento algo, estoy vibrando Aiden, siento como si me presionarán el pecho con fuerza.

Mi confesión le cerró la boca de un momento a otro, desde mi puesto podía ver los engranajes de su cerebro trabajar por encontrar la explicación de por qué, al parecer no era el único que lo sentía.

También le ví en la madrugada, le escuché entrar aún en su forma animal, iba a ver qué ruidos raros eran esos en la cocina, hasta que le encontré.

No sé por cuánto tiempo estuvo de pie apenas desnudo observando hacia el bosque detrás de casa.

Pero tal vez, jamás se percató de mi presencia, así que cree que nadie sabe hacer de sus transformaciónes.

Aunque papá estaba más que enojado con él, ya que tengo un cerebrito de hermano mayor, así que dejo todas las huellas en el suelo de la cocina, manchando todo.

A Cristian quería darle un jodido infarto en la mañana, sino fuera porque es humano, estoy seguro de que en ese instante cambiaría e iría detrás de Aidan a darle unas cuántos mordidas.

Siento la sangre bombear con fuerza hasta parte de mi cuerpo, mi temperatura corporal está a punto de reventar, sin mencionar que para este lado del Norte y ser un pueblo apartado, las temperaturas son más frías para los humanos.

Nuestro sistema está acostumbrado a las bajas temperaturas, no es un problema estar desnudo con este clima y apenas es septiembre.

Lo que sí era un fastidio tremendo, llevar sudaderas como si fuéramos personas normales.

El silencio se instala en nosotros de forma incómoda.

Hasta que ocurre.

Lo sentí, mi cuerpo estaba vibrando.

Le observó asustado, pensando que está volviendo a tomar el control sobre mí, pero no solo soy yo, él está igual, sus ojos brillan, siento como las garras intentan salir, los colmillos.

«La bestia quiere salir a jugar» -es el pensamiento que se instala en mi mente en ese segundo.

Estoy sofocado, el aire no me llega a los pulmones, es como si tuviera un ataque de asma, nada de esto es aparte de la transformación.

Un fuerte dolor de cabeza arrasa con fuerza, una luz fuerte y cegadora llega de momento seguido de un ruido que me hace querer gritar de dolor.

Las alertas de Aiden sobre saltaron al instante luego del impacto producido por  otro auto.

Hasta que ocurrió......el sonido agudo, el brillo insesante en mis ojos.

Su presencia.

- Maldita sea Aiden, haz que pare - me retuerzo con fuerza, con ambas manos en los oídos.

El ruido están ensordecedor que siento como los oídos me sangran con fuerza.

¡Maldición!

-¿Qué cojones? - el pelinegro aferra sus manos al volante, intentando mantener el control.

Siempre ha Sido mejor manteniendo todo a ralla, yo por otro lado no lo consigo por más que lo intente es imposible.

Seguía intentando mantener la calma, pero era inútil, mis garras y colmillos queriendo salir, sintiendo toda la fuerza en mí interior.

Estamos perdiendo el control.

Los gruñidos no se hicieron esperar, estaba perdiendo el control, sintiendo todo mi organismo vibrar con fuerza.

De un segundo a otro, el ruido se detiene de manera abrupta, y siento como soy arrastrado por la corriente de un río sin rumbo, uno al cuál terminó en el fondo muy en el fondo.

Mi cuerpo no reacciona, me quedo quieto observando, inspiró profundo y mis sentidos captan una ligera fragancia, una la cuál pone mis sentidos en alerta.

La sed de sangre se instala dentro de mi estómago, pero no soy yo, este no soy yo.

Volverá.

Lo siento, está ahí intentando salir, acechando.

Vuelvo a la realidad cuando siento las garras de Aiden, clavarse en mi pierna.

- ¡Mierda! - gruño por lo bajo, sacudiendo la cabeza varias veces intento regresar.

- Tenía que hacerte volver - explica más rápido de lo normal antes de que le entierre vivo.

Observó como pocas gotas de sangre intentan manchar el pantalón oscuro que me he colocado está mañana.

Coloco mi mano encima de la herida y gruño al sentir el leve ardor en mi piel, dura poco, comienza a cerrarse luego de unos minutos.

Sé que las peleas con Aiden siempre me ponen de mal humor, pero esto era distinto no era un ataque de irá o enojo lo cuál era el principal detonante de la mayoría de mis transformaciónes.

Fue diferente.

No tome conciencia de que mi hermano había abandonado el auto en un abrir y cerrar de garras....de un momento a otro mi respiración se calmó cuando la ví.

Sentí como mis dedos picaban con fuerza y mis ojos la deslumbraban como si fuera lo más asombroso que podía observar.

Y eso hice.....la observé, por unos instantes aún sin creerme todo lo que estaba sintiendo.

Hasta que el agudo dolor rompió mi cabeza en dos y observé el reloj de mi muñeca.

Conociendo a mi hermano estaría siendo todo un indeseable con la chica.

Desde acá podía escuchar su discusión, era como un disturbio,como si estuviera en una llamada con mala recepción.

Una de las destrezas de ser lobo, es la audición, la vista, el olfato, y algunos más dependiendo de nosotros mismo.

La mayoría desarrolla otro sentidos, así como dones especiales, que les vuelven únicos en nuestra especie, todo ronda atra vez de la sangre.

Así se remonta de generación en generación, cada generación es más fuerte que la anterior, más velocidad, fuerza, cada uno con destrezas desarrolladas.

Cada uno encuentra el suyo al llegar a los 12 años, cuando llegas a la adolescencia la luna es nuestro mayor factor, ella nos da el "rito de iniciación” dónde adquirimos a lo que los humanos llaman “poderes".

No sé por cuántos minutos estuve embobado observándola.

¿Recuerdan eso de qué los lobos somos territoriales?

Yo era el claro ejemplo.

Toda mi vida he tenido que compartir, debido a la imprudencia de mi hermano, tiene un don para que le guste la misma chica o al menos tener los mismos gustos.

Así que aquí estoy, bajando con la peor de las hostias.

Mi cerebro no razona, sino la parte animal, dónde el quiero lejos de aquella chica.

- Cuando llegue tarde por tú culpa, te juro que acabo contigo - el tono burlón no abandona mis cuerdas vocales.

Juró que creí tener una mejor presentación, pero era lo que había.

La chica se queda alternando la mirada entre mi hermano y yo, era de esperarse somos tan opuestos en la apariencia.

Tiene las facciones de una muñeca.

Me quedo perdido al igual que ella al observar dos ojos azul eléctrico recorrerme de arriba a bajo.

Hago lo mismo, tiene una melena negra sedosa que cae en cascada por su espalda, resaltando su tez clara y suave.

Sus ojos azules brillan como zafiros en contraste con su cabello oscuro, capturando la luz y revelando una mirada profunda y cautivadora.

Su rostro es delicado, con pómulos suavemente definidos y labios rosados y bien formados que dibujan una interrogante silenciosa en su expresión. Su nariz es pequeña y respingona, añadiendo un toque de coquetería a su mirada penetrante.

Su figura es esbelta y elegante, pero carece de altura, lo cuál me está volviendo loco en este momento, con curvas suaves que resaltan su feminidad.

Sus hombros delicados y su cuello esbelto le dan un aire de gracia y elegancia.

Su apariencia cautivadora que no pasa desapercibida, es el tipo de chica que te hace quedar atrapado en las finas líneas de su belleza.

- Quieres dejar las amenazas, mira como tiemblo de miedo - murmura con sarcasmo mi hermano.

Llamando mi atención, la cuál no consigue ya que todos mis sentidos están puestos en la chica.

Siento como nuestra presencia la afecta, mi hermano sigue hablando sin parar tal vez intentando saber por qué he bajado del auto, si estaba fuera de control hace unos instantes.

- Mientras más rápido me deshaga de está, estaré a tu disposición hermanito - siento como la chica infla sus mejillas indignada.

Sé lo que está haciendo, la hace enojar a propósito y tengo que admitir que jamás he visto a una chica tan mona estando enojada.

Hasta que la he visto.

- ¡Hey idiotas! - exclamo llamando la atención de ambos.

Nos dimos una mirada burlona entre los dos y luego la observamos, era tan pequeña y tan enojona.

-- Casi me matas, y piensas que te irás de rositas, ni una mierda, casi muero - se exaspera.

- No morirías, sí aprendieras a ver a ambos lados - está vez llame su atención.

Mis ojos se quedarán clavados en los suyos por una eternidad.

- Es una novata apenas sabe conducir - Aiden me sigue el rollo al escuchar mi mal comentario contra ella.

La vemos tomar un color carmesín en sus mejillas.

- Sino recuerdo mal, aquí los nuevos son ustedes - escupe de mala gana cruzando sus brazos de forma amenazante.

Adorable.

- Qué inteligente, ¿ósea que nos haz estado observando demás? - pregunto con una sonrisa burlona.

Veo como abre y cierra la boca repetidas veces, intentando ocultar mi descaro al insinuar que no ha dejado de suspirar desde que nos ha visto.

- En tus sueños idiota- me saca el dedo del medio, apartando la vista de mí.

Siento su mirada pesada de nuevo en mí, intenta disimular pero es algo que no le sale bien.

- Ufff, esa boquita - le digo con burla - Acabo de perderme después de idiota.

Estaba jodido, ¿Cómo era posible que no pudiera apartar mis ojos de ella, en solo 10 minutos de conocerla?

Diez minutos, fue lo único que hizo falta para enloquecer mi cuerpo.

Rueda los ojos y vuelve apartar la mirada con las mejillas encendidas.

Observa a mi hermano con mala cara, y él siendo un encanto la hace enojar más.

- ¿Esperas una invitación?, porque te estás tardando en irte - le dice con burla.

- Ustedes son unos animales, unos muy molestos.

Mis músculos se tensaron por completo, el retumbar de mi corazón en mis oídos se hacía agudo. No lo pude evitar mi expresión cayó por completo a una dónde sentí que sus ojos acababan con toda la mierda que llevo dentro.

- Cierto, no lo niego, ¿Algo más?

- Sí - chilla como si fuera una niña pequeña - Mi auto - señalo la parte dañada del auto.

Genial, primera chica que quiero devorarme por completo y le chocamos el auto.

Simplemente genial.

- Aprende a conducir - se encogió de hombros el pelinegro.

- Debería - le apoyé al ver la cara de indignación de la chica.

- Aprende a ser menos idiota - está vez se refiere a mí con mala cara.

- Ahora me estás ofendiendo - me alzó en toda mi estatura dejándola más pequeña en su lugar.

No logra sostener mi mirada, así que la aparta a toda prisa, como si le costará horrores despegar la vista de mis ojos, los cuales no pueden dejar de verla.

- Lo siento nena, dañe tus sentimientos - le habla a mi hermano, bate sus pestañas con inocencia- A tí te faltó cromosoma Xy a decir verdad.

Era una chica lista, lo podía notar, era testaruda y alguien a la cuál era mejor no enojar.

Ambos soltamos un sonido burlón.

Aiden se acercó hasta ella despacio en cuestión de segundos.

- Lo que no tengo yo, lo tiene mi hermano - susurra contra mí oído de manera divertida y vuelve a alejarse de ella.

Sentía el doble sentido de sus palabras, era mi hermano le conocía y no me hacía mucha falta saber que estaba loco por follarsela.

Yo estaba igual.

- Pervertido - le gritó maldiciendo.

-¿Qué pensaste?, me refería a que mi hermano es mejor chico que yo - le enarcó una de sus cejas - ¿Por qué tan pervertida preciosa?

Grabé error hermosa, acabas de caer.

Sé notaba que estaba internado morder su lengua, tanto tiempo como le fue posible.

- Vete a la mierda - mascullo de mala gana.

- Encantado, después de que aprendas a conducir - le responde mi hermano.

- ¡Capullo!

- ¡Pervertida!

- ¡Imbécil!

- ¡Tonta!

Observé a alguien detrás de ella, era una chica rubia con una expresión nerviosa, observando la hora.

Íbamos a llegar tarde.

Pero al parecer a la pelinegra no le interesó demasiado, ya que seguía en su trabajo monumental de acabar con la vida de mi hermano a base se insultos.

- Niñata! - escuché decir por último a mi hermano con una sonrisa burlona.

- ¡Hey! - grito la rubia detrás de ella, se mantenía con una expresión cansada.

Aunque yo estaba igual con su jodida pelea.

Ninguno de los dos hizo caso a la chica, resoplo frustrada y volvió a chillar, está vez bien fuerte con intensión de molestar hasta los extraterrestres.

- ¿Qué? - gritaron los dos al mismo tiempo, girando a ver con mala cara a la chica.

Está se sobresalto un poco por la sincronización de ambos.

- Son las 8:06 AM- informo la chica.

Y mis ganas de morir aumentaban.

- Al menos me debes una disculpa - dijo seria, está vez hablando con los dos.

- Uy qué carácter - me burle curvando mis labios y esperando su mala respuesta.

- ¿Siempre están así de conectados?- pregunto la chica, cuyo nombre seguía siendo la incógnita a todas mi preguntas esa mañana.

- ¿Conectados? - dijo Aiden.

Arruga el ceño ligeramente, observándola con rareza, sin entender muy bien sus palabras.

- ¿Conectados? - repetí como un idiota detrás de mí hermano.

- Sí, esa conexión de ser idiotas los dos - rodó los ojos.

- Por lo que más quieras, vámonos ahora - chilla la rubia con desespero.

- Vete preciosa, así me dejas el camino libre - observamos por encima de su hombro a la otra chica.

- Me voy porque me da la gana imbécil, tú no me mandas - le saca el dedo del medio a Aiden.

Con la clara intensión de largarse de ahí lo más pronto posible.

- Ya quisieras que te mandará preciosa - le contesto el pelinegro.

- Te voy a matar, cuando vuelvas a decir preciosa - le amenazó y sentí como mis labios querían besarle los pies con tal carácter llegaría lejos.

Rodea su auto, estaba más que irritada, así que cerro de un portazo.

- Por cierto.... - Aiden hizo una pequeña pausa observandome- Bonitas bragas preciosa.

Desde el primer instante las había visto encima del retrovisor, cómo llegaron ahí, no lo sabía, pero la diversión curso  mis facciones después de mucho tiempo estando en las tinieblas de mi soledad.

Frunce el ceño, sin saber de qué nos reímos, hasta que ve a su amiga aguantando la risa y observando el retrovisor.

Sus mejillas se tornan rojas creando un contraste perfecto en su piel.

Con toda la dignidad que logro reunir, arranco el auto de manera rápida sin importarle si nos mataba o no en el proceso.

Aiden sonrió divertido.

- Después de todo, este pueblo no estará mal - su sonrisa torcida me daba a entender a dónde quería llegar.

- ¿Tú punto es?- mi mal humor había regresado.

- ¿Te la tiras tú o yo?- de por sí no era alguien que expresará mis sentimientos y menos con el imbécil que tenía por hermano.

Era algo solo mío, solo yo podía llegar a ellos y encontrar la manera retorcida de amar, si es que eso fuera posible.

- ¿Como sé llama?- le gruñí cuando intento darme unas palmaditas en la espalda.

Su teléfono vibro en su bolsillo, alejo su vista de mí y se concentro en el mensaje.

Creí que eran malas noticias al ver sus cejas juntas, pero luego observó la carretera por dónde se había ido la chica y sonrió con cinismo.

- ¿Adivina, adivina? - pregunto con burla - Cristián esta de paseo por el pueblo, lleva solo media mañana y ya tenemos cena.

Siempre era así, Aiden no era fan de papá, así que la cena no le venia para nada bien, sentí como suspiró recordando algo.

- ¿Quieres ir a cenar con la vecina y su dulce e indomable hija?

Me tiene que estar jodiendo.

¿Es la vecina?

No sé si será interesante o que, porque la mirada divertida de mi hermano solo me da a entender que no planea nada bueno.

- ¿Cómo se llama?- volví a repetir con el mal humor sobrepasando los límites.

- ¿Qué, ya te puso correa?, ahora solo le sonríes a la vecina a la cuál solo llevas cinco minutos conociendo su existencia.

Una palabra para describir a mi hermano Irritante no existe otra, su pasatiempo favorito joder mi existencia.

- Se llama Jade - dijo después de que mis oscuros ojos le atravesarán como dagas.

Jade, precioso nombre.

- Bien, llévame al instituto o te parto el culo - le amanece comenzando a andar hasta el auto.

A este paso, Aaron ya habría llegado al instituto a por los papeles.

Aunque Cristian no era el padre del año y Aaron no le soportaba en lo absoluto, era el mayor su deber era ser nuestro Canguro, así que no tuvo más remedio cuando el rector le envío a buscar para una firma la cuál concretaría nuestra matrícula en el instituto.

- ¿Compartimos gruñón?- preguntó con inocencia.

- ¿Por qué, coño te tiene que gustar las mismas que a mí?

No era la primera vez, chica que beso, chica que Aiden se coge, me importa muy poco la mayoría solo intentan pasar un buen rato con él y bueno..... él y yo con ellas.

Pero esta vez fue más raro.

- ¿Por qué tenemos los mismos gustos creo? - dijo con una risita nerviosa - Yo la Vi primero - declara.

- No te aguanto - declaré dándome por vencido, le conocía no iba a parar hasta saber todo sobre esa chica.

- ¿Eso es un sí?

Me estremecí por completo sintiendo ese terrible cosquilleo instalarse en mi estómago.

- Sí - dije simple asintiendo.

- Espero que no ocurra lo de la última vez - dijo casi en un murmullo.

Fue algo bajo para él, recordarme lo que llevaba más presente que mi nombre y apellido, pero sé que no lo hizo con esa intención, así que me obligué a responderle de la manera más egocéntrica, tal como lo haría él o Aaron.

- Descuida, no pienso enamorarme, eso es más de tú tipo- cerró la boca de golpe apretando las manos en el volante.

Jade.

¿Querrás jugar este juego enfermizo hermosa?

Adrián Cross.

«La luz que brilla en la oscuridad, no siempre es la solución a los problemas»




Hola chicos, espero que disfruten la lectura, es un capítulo bastante largo, pero ta-da todos son así.

Yo no sé ustedes pero a mí me encantan estos chicos.

Me pase de coqueta escribiendo lo c.

Porfavor comenten, voten y recomienden la historia.

Un besito a todas.

Dejen sus preguntas y teorías en los comentarios.

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