El Mejor Amigo De Mi Padre.

By maarlpzz

948K 42.2K 4.5K

¿Como algo que era incorrecto, algo que estaba mal podía sentirse tan bien? sabíamos que era un error, pero n... More

Reparto.
Prólogo.
Capítulo 1.
Capítulo 2.
Capítulo 3.
Capítulo 4.
Capítulo 5.
Capítulo 6.
Capítulo 7.
Capítulo 8.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 11.
Capítulo 12.
Capítulo 13.
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
Capítulo 17.
Capítulo 18.
Capítulo 19.
Capítulo 20.
Capítulo 21.
Capítulo 22.
Capítulo 23.
Capítulo 24.
Capítulo 25.
Capítulo 26.
Capítulo 27.
Capítulo 28.
Capítulo 30.
Capítulo 31.
Capítulo 32.
Capítulo 33.
Capítulo 34.
Capítulo 35.
Breaking News.
Capítulo 36.
Capítulo 37.
Capítulo 38.
Capítulo 39.
Capítulo 40.
Capítulo 41.
Capítulo 42.
Capítulo 43.
Capítulo 44.
Capítulo 45.
Epílogo.

Capítulo 29.

13K 677 41
By maarlpzz

Capítulo 29| La última vez que me
tocaste.

Antonella Cavalcante:


—¿Que es lo que quieres de mi?— me espetó desde el otro lado de la isla.

Su tono de voz me hizo estremecer.

—Quiero que me digas que es lo que te pasa últimamente— igualo su tono de voz por que menos que él no soy.

—He estado diciéndote estas últimas semanas que no me pasa nada.

—¡Y se que me estás mintiendo!

—¡Deja de pensar que todo el mundo te miente, Antonella!

—¡No todo el mundo, Tú!— le recalco— ¿Que es lo que va mal? dímelo y lo resolveremos juntos.

Mira la hora en su móvil.

—Tengo que ir yendo.

Claro, se iba a alemania a pasar el fin de año.

—No saldrás por esa puerta hasta que me digas lo que está mal con nosotros.

Suspira, irritado.

—No va nada mal con nosotros, mi madres es la que me tiene estresado.

—¡Entonces no vayas!

—No es tan fácil cómo decirlo, Antonella— me hace saber y pasa por mi lado arrastrado su maleta— Nos vemos en un mes.

—En un mes pueden pasar muchas cosas.

Me mira con el ceño fruncido.

—¿Que quieres decir?

—Que si te vas ahora no sé si cuando vuelvas me seguirás teniendo aquí.

Me tiembla la voz, las manos, toda yo estoy temblado. Will me mira sin decir nada y se pasa una mano por el cabello.

—Haz lo que te dé la gana.

︿

Cuatro días y sin llamadas de él. No sabía como aquello me hacía sentir, así que solo estaba ignorándolo lo más que podía. Estábamos en un momento extraño en nuestra relación y no sabría decir si tenía arreglo o no.

Esa tarde, las 1 exactamente, me preparaba para ir a comprar algunas cosas que me hacían falta en el supermercado. Eleanor y Max pasarían por aquí más tarde y me harían compañía hasta el día siguiente.

Me miro en el espejo antes de dejar caer mi cabello como una cascada detrás de mi espalda, abotonarme los jeans y ponerme un gorro de lana blanco. Agarro mi bolso con las cosas necesarias ya dentro y salgo de la habitación tras darle una mirada a la cama que siento vacía. Extrañaba a Will, no iba a mentir.

Cuando me dirijo a la entrada, escucho los toques en la puerta suavemente y luego el timbre es escuchado por toda la estancia. Frunzo el ceño, confundida por que aún no es hora de que mis amigas estén aquí y yo no estaba esperando a nadie más que a ellas.

¿Mi hermano quizás? ¿Bash? abro la puerta con una sonrisa cordial, la cual se borra al instante al ver al hombre parado frente a mi con una postura nauseabunda.

—¿Que haces aquí? márchate ahora mismo— le ordeno pero Lionel balbucea algunas palabras que no logro captar. Está borracho, aparte de lo que estoy viendo, también lo huelo.

—Pequeña...— susurra.

—Apestas a alcohol— le recrimino por que nunca me ha gustado que bebiese en exceso y él sonríe descaradamente— ¿Que haces aquí?— le pregunto una vez más.

—Estaba cerca y quise pasar a verte.

Enarco una ceja, viéndole la diversión en los ojos y la mentira acaba de salir de sus labios.

—No seas embustero, ¿Que tan cerca?

No ha dejado de sonreír.

—Cerca a una hora cerca— agarra un mechón de mi cabello y lo enrosca entre sus dedos— Estaba en la otra punta de la cuidad y me ha dado ganas de verte.

—Pues quítese las ganas, señor Herrán y márchese a otro lugar.

Niega mirándome desde arriba.

—Pero si con lo que me quiero quitar las ganas está justo y frente a mi.

Rompe a reír un minuto después, al parecer por mi expresión.

—¡Lárgate!— me irrito.

—¿No vas a dejarme pasar? me siento un poco insultado ya que a todos les has dado un pequeño tour y a mi no.

Me aferro a la manija de la puerta, nerviosa y con todas las neuronas alteradas. Tengo dos opciones: Le cierro la puerta en la cara y me encierro en el departamento hasta que se vaya o cerrarle la puerta en la cara e irme al súper.

—No te lo voy a volver a repetir.

—¿Cual es el miedo? no va a pasar nada.— Me hace a un lado y pasa de mi. Lo escucho silbar— Si que te has lucido con este lugar, Antonella.

—Joder— susurro tras su espalda y cierro la puerta— Will...

Me mira.

—Will no va a enterarse de que estuve aquí si eso es lo que te preocupa— me corta de mala gana— ¿Te prohíbe verme, hablarme y te hace mudar de lugar por esas mismas razones? ¿que le ves?

—Trata de cuidarme.

—Trata de controlarte— sisea— y también es un hipócrita.

Suspiro.

—No te metas en mi relación.

—Tu relación es una mierda.

—La tuya no es que sea tan correcta.

Me mira de soslayo y yo camino hacia él para empezar a empujarlo del pecho hacia la puerta. Mi simple toque parece encantarle, aunque le estaba golpeando.

—A Will no le gustaría que estuvieses aquí y yo respeto a mi novio.

—Así que por eso debo irme— me mira aborrecido por que le haya dicho aquello y me coge de las muñecas para apartarme de él. Se tambalea hacia el sofá y se deja caer allí— Solo he venido a pasar un tiempo contigo, Antonella.

—¿Pero quien te dijo a ti que yo quiero pasar un solo minuto de mi día contigo?— espeto, a la defensiva.

—Se te nota en la cara— sonríe y palmea a su lado— deja de ser tan necia y ven a sentarte conmigo, Will está en alemania por lo que se y no piensa llamarte... por lo que se.

Me quedo callada con los brazos cruzados.

—Estás preciosa, ¿a donde ibas cuando llegue?

—A un casino a ver si me busco a un hombre mayor, el que tenia ya me hartó— casi le gruño allí mismo.

No se ríe, al parecer no le fue divertido.

—¿Esperabas a que fuese gracioso?— espeta.

—Puede ser.

—No vuelvas a decir una cosa así.

—¿Por que? ¿crees que seré tu juguete por siempre? pues fíjate que ya eso acabó.

—Sí, ya somos amigos— dice entre dientes y puedo ver lo mucho que aquello le molestó.

—No podemos ser amigos...

—Cierto, mi hijo te lo prohibió— asiente— deberías decirme que otras cosas te prohibió, aunque ya me las imagino ya que todas tienen que ver conmigo. ¿Hacemos una lista?

Sonreí con diversión.

—Que no te afecte a tal punto de ponerte a llorar en mi sofá, es nuevo y caro.

—Te puedo comprar miles de sofás como este, Antonella.

Termino por sentarme a su lado, por que se que no va a moverse de aquí por un buen tiempo.

—Entonces te dejo llorar por mi en él— lo aliento.

—Puedo seguir viéndote las veces que quiera, así que no tengo por qué llorar.

—¿Tu esposa, madre de tu futuro hijo sabe que estás aquí?

Lo veo cerrar los ojos y gruñir.

—No he venido para hablar de mi esposa.

—Por supuesto que no— ironizo— ¿A que has venido entonces?

—A verte, a pasarme aunque sean diez minutos contigo por que no me siento igual con ella como lo hago contigo— se sincera y el palpitar de mi corazón acelera.

—¿A que ha venido eso?

—A que me ha dado la gana de decirte la verdad— recuesta su cabeza del sofá y me mira, su mirada cargada de una intensidad exquisita— contigo nunca tengo que fingir nada.

—Solo que me amabas– digo con amargura y aquello, aunque así no lo quiera, logra afectarme.

Me observa, en silencio, como si acabara de decir la mayor de las estupideces que ha escuchado a lo largo de su vida.

—Yo nunca he fingido que te amo— tuerce los labios– ¿De donde viene ese delirio tuyo a que todos te mienten? ¿a que todos fingen aprecio hacia ti?

«A que todos me mienten» me lo guardo para mi pero Lionel nota que oculto algo, se endereza y se acerca más a mi, totalmente serio.

—Te conozco, algo está pasándote.

—Nada está pasándome.

—Antonella.

—Lionel— suplico— no quiero hablar de ello, he tenido muchos problemitas últimamente.

—¿Cuales problemas?— cuestiona.

—No tienes que ver con ello.

—Tengo que ver con todo lo que a ti respecta y aquí estaré para cuando me lo quieras contar, aunque te tomen seis años.

—¿Aunque estes en un hospicio?

Me mira con horror.

—Que nadie se atreva a ingresarme a mi en ningún hospicio.

Río suavemente y eso al fin parece relajar el ambiente. Últimamente estoy tensa a su alrededor, mientras que él está feliz y encantado. Alarga su mano para intentar tomar la mía pero se detiene al segundo.

«Hazlo» suplica mi voz interior.

—¿Te cuento un secreto?— su tono ahora es más suave, más íntimo. El tono que siempre le he escuchado por que es el que usa para dirigirse hacia mi.

Asiento, embelesada.

—Irene y yo no compartimos habitación por que temía a que tu olor desapareciera de mis sábanas y el suyo tomara su lugar— cuenta y me estremezco ante esta nueva información. Sus ojos azules brillaban como diamantes preciosos y buscaban algo dentro de los míos— pero aún así tu olor ha desaparecido y no he podido dormir desde entonces. Es algo que me molesta o más bien me enfurece, por que al menos tenía tu olor cuando a ti ya no te tenía.

Se estaba confesando ante mi y yo no sabia que decir o cómo reaccionar, toda esta nueva información me hacía temblar completamente y hacía punzar mi corazón. Mi alma se sentía atrayente a la suya, mis manos querían tocarlo y mis labios querían besarlo. Pero no me lo podía permitir, así que tenía que volver a encerrar mis sentimientos por él en aquella jaula que había estado reforzando.

—No quiero que digas nada, solo quería que lo supieses— interrumpe mis pensamientos y noto su mano moverse lentamente hasta mi mejilla para acariciarla. Su toque, su cálido y suave toque hace que cierre los ojos y me pierda en la tranquilidad que él me hace sentir— y que aún te amo.

—No puedes decirme estas cosas y creer que no sentiré nada.

Cuando abro los ojos nuevamente su sonrisa es la que me recibe.

—Dime que sigues siendo mía, amore.

Me negaba a hacerlo o una parte de mi lo hacía, mientras que la otra, ansiosa, me pedía a gritos que se lo confirmara. Y la verdad era que mi corazón era suyo tanto como lo era mi alma. Cuanto más me tocaba, más enloquecía. Mi corazón enloquecía, todos mis sentidos enloquecían.

Recordaba la última vez que me tocó y las otras veces en las que se reprimía en hacerlo, yo rogando por dentro a que no lo hiciera. Sus ojos absorbían cada detalle de mi cara, su mano aún no se había separado de mi mejilla cuando yo susurré un ligero «sí» que le dio paso a la destrucción de todo.

Las paredes que había construido específicamente para él y mis defensas cayeron al momento justo en el que Lionel Herrán me besó. Solté un jadeo de inesperada sorpresa y sentí lo que uno siente cuando prueba ese sabor de helado que tenía mucho tiempo sin probar y era tu favorito.

Hice que mi cuerpo se aferrase al suyo mientras Lionel me comía la boca con ímpetu. Lo recordaba así, así de acelerado, así de bueno y así de extasiado. Entonces una de sus manos fue a parar en mi cabello, tras quitarme el gorrito de lana y tiró de mi cabeza hacia atrás para perderse en mi cuello. Lamió, chupó y mordisqueó esa zona que sabía me volvía loca.

Pero la realidad era otra y me golpeó fuertemente cuando una llamada entrante nos interrumpió. Acalorada, saque el móvil de mis bolsillos y al ver el nombre de Will en la pantalla, palidecí.

Mire a su padre con temor pero él me miraba con descaro mientras se relamía los labios.

—Contéstale.

• • •

Hola!! somos 12k y estoy muy feliz <3 gracias, gracias! espero que les esté gustando.

Se que el capítulo de hoy fue corto, pero se vienen muchas cosas y espero que estén preparadxs para ello. 👀

En el próximo capítulo narra Lionel!

besos,

gabi 💗

Continue Reading

You'll Also Like

1M 89.9K 69
Arabelle es forzada a comprar un esclavo vampiro, incluso cuando ella detesta tener esclavos. Esto es lo qué pasa cuando tienes un esclavo vampiro y...
116K 6.5K 9
Haley vive en Phoenix, lleva una vida tranquila aunque la tranquilidad no quiere decir que sea feliz, muy pronto comienza a sentir el extraño sentimi...
948K 42.2K 49
¿Como algo que era incorrecto, algo que estaba mal podía sentirse tan bien? sabíamos que era un error, pero no podíamos estar sin el otro, no podíamo...
92.8K 8.9K 59
Prem es estéril, o eso es lo que cree. Es comparado y maltratado por su familia, y es expulsado de Nonthaburi. Él decide comenzar su vida en la capit...