Para cuando SeokJin despertó pudo escuchar perfectamente la voz de su hermano gritando mientras discutía con alguien al otro lado de la puerta de la habitación de hospital donde lo habían dejado. Le tomó un par de minutos llegar a ser consiente de la situación y el motivo de la fuerza con la que BeomGyu lo defendía.
-¡Me importa tres hectáreas de mierda que seas un Alfa y mayor que yo! ¡Si te digo que te calles, por respeto a mi Hyung, lo haces! ¡No sois los únicos, ni ellos ni tú, que estáis sufriendo por Kook Hyung!
Su última declaración lo derrumbó. Llorando en silencio, tapando su propio rostro, se incorporó en la camilla temblando como cachorro desamparado. Pero así se estaba sintiendo, como un cachorro sin su Alfa. JungKook y él no se habían enlazado por obvias razones para ambos, sin embargo, tanto él como su Omega, sentían que JungKook era su Alfa.
-Respira profundo, por favor. -Una gran mano, helada pero fuerte, comenzó a darle caricias circulares en su espalda que se sacudía con el llanto. Entre las lágrimas, al descubrir su rostro, vio un pañuelo que no dudó en tomar. -¿Estás mareado? -A su lado, de pie y seguramente allí un buen rato pero no lo hacía visto, HyunJin lucía preocupado.
-No. -Murmuró con la voz ronca. El pelinegro de cabello largo siguió acariciando su espalda hasta que SeokJin se pudo relajar relativamente. -¿Qué ha pasado después de que me desmayara?
Tu hermano se ha vuelto loco hasta que te ha atendido un médico, ahora mismo discute con YoonGi Hyung. -La sonrisa ladeada en el mayor hizo a HyunJin fruncir el ceño.
-Kookie siempre dice que si ellos se llegaran a conocer podrían matarse. -Explicó con pena en su mirar. -¿Con quién está Kookie?
-Kook está con Tae y el maganer. -HyunJin miró a otro lado. -Alguien del personal del hospital ha revelado a la prensa que eres su marido y llevan tres horas, desde que te has desmayado, debatiendo qué hacer.
SeokJin giró en la cama hasta apoyar sus pies en el suelo, HyunJin le acercó sus zapatillas y le ayudó a ponérselas. Su camisa, siempre perfectamente lisa, parecía un giñapo arrugada.
-Eres tal y como dice Kookie. -Sonrió con cariño. Un cariño extraño que nace por alguien cuando ni si quiera lo conoces, pero te hablan tanto de él que lo consideras alguien de tu vida. -Dale un poco de tiempo a Felix, seguro caerá por ti.
HyunJin se quedó de piedra viendo al mayor dirigirse a la puerta. En cuestión de minutos había dicho lo suficiente como para que creyera todo de él, como para que su lobo le gritara que debía cuidar al compañero de uno de sus mejores amigos.
-SeokJin Hyung. -Lo llamó, este se giró a verlo. -Kook te sigue amando aunque ahora mismo no lo pueda recordar. -SeokJin tomó una bocanada de aire incompleta. -El sentimiento no se olvida, ten fe. -Pidió dulce el menor, recibiendo un apretón en su brazo cuando se acercó al contrario. -Su lobo fue listo en decidir olvidarte a ti.
-¿Por qué dices eso? -Preguntó a penas audible.
-Porque sabe que lo amas lo suficiente como para esperarlo. -La mueca de SeokJin no pasó desapercibida, aún así ambos se encaminaron juntos hacia la habitación del cantante de Golden.
En el pasillo, BeomGyu y YoonGi, dejaron su discusión cuando los vieron llegar. TaeHyun, que seguía allí y a un lado sabiendo que BeonGyu era más que capaz de defenderse y hacerse respetar, tomó la libertad de abrir la puerta al cuarto de Jeon.
BangChan y TaeHyung dejaron de hablar cuando irrumpieron, ambos viendo al Omega adulto y destruido ante ellos. JungKook lucía más dañado por momentos, más que hace unas horas, pues los moretones habían comenzado a cobrar el color característico de ellos.
Su manager y su mejor amigo le habían explicado todo con detalles y cuidado. Se negó a crearlos, diciendo que aquella broma no tenía gracia ni pies ni cabeza. Ante la sublime insistencia, calló aceptando cruelmente que su realidad no era la que recordaba. Ahora, con el Omega de nuevo ante él, seguía creyendo que la locura había llegado más pronto que nunca a su vida.
Las drogas y el alcohol le habían hecho efecto a su cansado cuerpo. Él no podía haber abandonado la vida de Alfa atractivo y exitoso, que podía tener un Omega difente cada noche y cada cual más bello y sexy, por ese señor. Obviamente era mayor a él, vale, lucía joven, pero no de su edad. Tampoco era su estilo o agrado. A él que siempre le llamaron la atención gente tatuada como él, vestidos ceñidos, marcando curvas imposibles, estaba casado con un mojigato vestido de traje y bonito nada más.
-No pienso hacer eso. -La ruda respuesta del Omega le hizo volver al presente y ver a su alrededor.
Al parecer le habían explicado la situación. Habían sido descubiertos y puesto en boca de todos con la rapidez de Internet. Así que, muy a su pesar, BangChan había recomendado que debían fingir ser el matrimonio feliz que SeokJin juraba eran para evitar más conflictos. JungKook también se había negado, pero cuando le recordaron que al fin estaban a nada del comeback, uno que sus fans habían esperado y era ansiado tras su servicio comunitario ya acabado, no sintió que debiera negarse. Además, no irse con SeokJin, podría causar más interés y que se revelara de algún modo que había perdido parte de su memoria.
-No lo estás entendiendo, es lo que debes hacer. -La altanería con la que SeokJin hinchó su pecho y elevó su mentón ante BangChan, aún siendo este un Alfa, causó una pizca de curiosidad en JungKook.
-El que no lo entiende aquí eres tú. -Lo señaló con desdén. -Puede que tú te estés jugando tu trabajo, vosotros la fama. -Señaló al resto de Golden a su alrededor. -Pero yo me estoy jugando la felicidad de mi esposo. -La pequeña finura de una aguja se clavó en su pecho. -Lo que no puedes pretender es que yo, hoy, que he perdido al amor de mi vida, sin perderlo realmente, me vea obligado a convivir con él como si nuestra vida fuera un teatro o un circo, cuando justamente nunca se reveló por ese motivo. -Las grandes manos palidas, con multiples cortes en sus dedos, abrazaron su propio pecho. SeokJin parecía querer relajar a su lobo. -Me mataría en vida a mí también. Abre los malditos ojos y date cuenta, que si él nunca me nombró y me ocultó de vosotros cuando al revés jamás ha pasado, pues sé quienes sois e incluso cómo sois, es porque capaz el problema es vuestro y no mío. -La valentía y soberbia del Omega no encajaba con su aspecto y voz dulce, sin embargo alli tenía a todos callados y asombrados. JungKook, con dolores horribles en su cuerpo y cabeza, lo miraba como un descubrimiento insólito. -Yo siempre le he dado opciones, siempre le he dejado escoger, vosotros le mandáis como si fuera un cachorro. -Levantó sus manos al aire y dramatizó. -¡Oh, sorpresa, Jeon JungKook ya no es un cachorro!
-SeokJin. -El nombrado de calló de golpe y volteó a ver a su esposo por primera vez desde que había vuelto a entrar al cuarto. Parecía temer hacerlo y JungKook lo confirmó cuando sus labios temblaron. -¿Me dejas escoger, no? -SeokJin asintió debilmente, el corazón roto se reflejaba en sus orves. -Escojo no cargarme lo que supuestamente este año he logrado y no recuerdo. Necesito a mis fans de vuelta y para eso debo seguir siendo perfecto. -Su siguiente declaración prendió llamas de hira en la mirada triste del mayor. -Y si para ello debo fingir que te amo ante todos eso voy a hacer.
-¡Pero es que no quiero que finjas nada! -La sinceridad con la que el Omega hablaba, junto a la insistencia de ponerlo a él primero casi hace que se arrepienta de todo. Su Alfa estaba luchando por tomar el control, JungKook lo mantuvo callado y dejó, a cambio, su lengua mordaz como siempre fue.
-¡Pues es lo que hay, SeokJin! -El Omega no soportaba escuchar su nombre en esa voz. Había dejado de hacerlo hace mucho tiempo, ahora dolía.
-Kookie, escucha a Hyung... -Trató de tomar sus manos. El Alfa las apartó con rapidez y recelo, el deaprecio en sus ojos que SeokJin solo recordaba brillantes de amor.
-¿Quieres el divorcio? -Espetó dejando el silencio solo adornado de repsiraciones fuertes. -¿Es eso? ¿Cuánto ganas con él? -TaeHyung, e incluso de nuevo BeomGyu, iba a interrumpir. Mas SeokJin se mostró sumiso y relajado de nuevo, lágrimas profundas bajaron por sus mejillas sonrojadas y negó mientras mordía su labio inferior.
-Vuelves a ser el mismo idiota que conocí. -Lo miró por última vez antes de marcharse de allí. -Y sí, me sigue dando pena que gente como tú exista.
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