Probabilidades implícitas

By NocturnaIV

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Fuck Up the Friendship
Lover & a Fighter
You Make It Feel Like Christmas
Shot
Mirror
Crimson
Limits
Feral
New York
Film
Shadow
Escape
Dance
Nightmare
Defiance
Afterlife

Tie

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By NocturnaIV

La risa de Husk llenó su oficina y en cualquier otra circunstancia encontraría eso reconfortante.

―¡No es gracioso! ―Angel mordisqueó la soga en un intento inútil de soltarse―. ¡Voy a matarlo! Y cuando Molly me pregunte por él le daré una mula terca y le diré «¿Qué dices? Es Niss» ¡Y no podrá notar la diferencia! ―Él maldijo.

―No, no lo harás. ―Husk se rio con más fuerza, dando un paso en su dirección.

―Oh, lo haré ¡Claro que lo haré! Desde que podemos revivir, la venganza entre hermanos no tiene límites. Voy a matarlo y conseguir una mula que llamaré Niss, ―Angel juró y dejó caer su cabeza hacia un lado.

―¿Ya...?

―...jódete.

―Malcriado.

Angel le sacó la lengua, su corazón calmándose cuando notó lo relajado que lucía Husk en todo eso. Era contagioso. Le gustaba que lo mirase con una ceja levantada y las manos enterradas en los bolsillos de su pantalón. Era como si Angel no fuese un Overlord, ni hubiese hecho cosas atroces. Él solo era Angel, sufriendo las consecuencias de ser hermano mayor.

―Ayúdame, Husky.

―¿No dijiste que me joda?

―¡Podemos hacer eso después de que me sueltes! ―Angel dio una patada al suelo con frustración, pero sintió sus labios estirarse en una sonrisa al oír la ronca risa de su pareja.

―¿Qué pasó? ―El felino se acercó lentamente.

―¿Tú que crees? ¡Arackniss me amarró! ―Él agitó su mano para mostrar la obvia soga que iba de su muñeca hasta la pata de su pesado escritorio de madera sólida.

―Eso puedo ver, pero ¿por qué? ―Husk pidió, sentándose cómodamente frente a él en lugar de ponerse a trabajar.

Perezoso gato.

Con novios así, ¿para qué enemigos?

―Porque es un idiota.

Husk levantó sus cejas.

―...porque es un idiota y terco que cree que puede decidir sobre mí.

La sonrisa en los labios de Husk se hizo más burlona.

―¿Sabes por qué me amarró? Porque hace un tiempo decidí vengarme de mi padre quitándole a sus hijos a ver si eso le dolía. Claro, con Molly fue fácil, ella es comprensiva y amable, pero ¿Niss? ―Él giró los ojos―. Más fácil reconectaba con el Don que convencer a Niss de que se deje ayudar. Toda su actitud de «Debo cargar con el peso de mis responsabilidades y protegerlos a ustedes» es una mierda ¿Quién puede ir por la vida amargado y creyendo que no tiene derecho a tener una familia y a ser feliz? ¿Quién? ―Él notó como Husk iba a responder y él lo apuntó con una de sus manos libres―. Ni se te ocurra responder si es que quieres que te siga deseando sexualmente, porque sí, acabo de oírme ¡A o que voy! Soy un jodido Overlord ¿y qué hace Niss? Protegerme ¿Y sabes cuál es la conclusión? ―No esperó respuesta―. Nunca intentes vengarte de tu papá porque tu hermano puede querer ir por la vida queriendo salvarte a ti ¡A pesar de que tú eres el jodido Overlord!

―Una moraleja muy específica. ―Husk respondió, recogiendo su pierna para apoyar su mentón sobre su rodilla―. Así que estás molesto porque tu hermano te amarró a la pata de la mesa para protegerte.

―...sí...

―Podías haberte soltado fácilmente.

Ni que lo diga.

El hecho de que no hubiese pensado en eso... era diferente.

―¿Y de qué quería protegerte él?

Angel cerró sus ojos y dejó caer sus hombros, su mano aferrándose a la soga como si fuese un salvavidas.

―...quería protegerme de mí mismo...

Desde que Arackniss lo había buscado intentando protegerlo y enseñándole información sobre Sophie, él se había sentido una basura. Su hermano, a su horrible manera, siempre lo había estado cuidando.

―¿Eso como conecta con el hecho de que estés amarrado a la pata de tu escritorio?

―¡En mucho! ―Angel acusó, pero le lanzó una mirada―. Mira, cuando Niss me dijo que quería cortar vínculos con papá pensé que estaba soñando. El viejo tiene un agarre sobre él como si poseyera su alma. No, peor, Niss siempre ha actuado como si tuviese que quedarse con papá. Pero, al parecer, por fin su condena llegó a su final. Aunque yo creo que encontró a alguien, ¿sabes? Y bien por él, solo Dios y Asmodeus saben que a Arackniss le hace falta relajarse un poco. ―Él giró los ojos―. Pero papá no va a dejarlo ir fácilmente, así que le ofrecí protección. En especial si es que en verdad tiene a alguien, el Don es conocido por usar todo lo que amas en tu contra. Pero Niss siendo Niss me dijo que eso haría que me gane la enemistad del Don Henroin. ¿Primero tomé a su hija y ahora a su primogénito? ―Angel soltó una carcajada sarcástica―. ¿Y qué? ¿Qué importa si Don Henroin se enoja conmigo y quiere matarme? ¡No es nada nuevo! ―Él deslizó una de sus manos por su cabello y jaló con más fuerza la soga. Estúpido Niss, ¿quién se creía para hacerle eso?― Así que le dije que podía ir directo donde papá y patear su enorme trasero, ofrecerles contratos a sus mejores hombres y ver su pequeña organización derrumbarse en cuestión de segundos. Pero no, ―sus ojos cayeron en su mano atada―. Niss insistió en que eso provocaría la venganza de papá y nosotros debíamos proteger a los nuestros, no ganarnos más enemigos...

La mano de Husk acunó su rostro y él se relajó. La sonrisa burlona se había ido del rostro felino y en su lugar había comprensión. Por supuesto que la había. Husk sabía lo terco que podía ser Angel y lo impulsivo que podía ser cuando estaba molesto. Niss también sabía eso, por eso su hermano ni siquiera se había enojado cuando Angel se sintió ofendido. Siempre calculador y frío. Siempre activo y resuelto.

Una patada de mula, eso era Niss.

―Y bien, lo admito, me puse tonto y creí que Arackniss estaba insinuando que le tenía miedo a la ira de papá. Así que mi brillante idea fue decirle que iba a arreglar el problema en ese instante. ―Angel sacudió su cabeza―. Niss dijo que necesitaba calmarme y antes de darme cuenta el muy maldito me noqueó y desperté amarrado.

No iba a admitir que en realidad sí dio pelea. Aún no entendía cómo su hermano podía ser tan rápido y había logrado sacarlo del juego tan rápido. Pero eso no era algo que Husk necesitaba saber. En su lugar, el felino probó la fuerza de la soga y luego revisó los nudos. Uno corredizo en la pata del escritorio y uno estático para atrapar la muñeca de Angel, dándole suficiente espacio para no cortar su circulación. Husk enmarcó una ceja y lo miró entretenido, pero él desvió la mirada.

―No te quiero oír halagando los nudos de mi hermano.

―Solo iba a decir que al parecer hay gustos de familia.

―¡Husky!

Y el desgraciado de su novio lanzó su cabeza hacia atrás y soltó una carcajada ronca y entretenida. Ni siquiera podía enojarse con él cuando sonaba así.

―Solo diré que las arañas conocemos de nuestros nudos ¿entendido? ―Angel se resignó y se estiró lo suficiente para poder apoyarse contra Husk quien se acomodó mejor a su costado―. ¿Sinceramente...? Lo que más me molesta es que Niss me hace sentir como un niño. Él sigue tratándome como si tuviese que aconsejarme y decirme qué hacer.

―Creo que eso es lo que hacen los hermanos mayores.

―...eso es lo que hacen los papás y él no es el mío. El que tengo es un bastardo desgraciado que forzó a Arackniss a encargarse de mi desde que tenía 4 años. ―Angel corrigió―. Lo peor es que me dice que soy impulsivo y temperamental pero cada vez que quiero probarle lo contrario termino siendo exactamente eso.

Sus ojos se clavaron en la simple soga que lo retenía y se estremeció. Nada de eso era culpa de Niss, pero cuando se sentía así, tonto y regañado, las palabras de Valentino venían a su mente como un enjambre. Angel no podía admitir que antes de que Husk llegase había estado controlando un ataque de pánico porque por un momento, al despertarse atado y atrapado, su mente le hizo creer que estaba de vuelta al estudio. A Valentino le encantaba encadenarlo a la cama de su habitación y dejarlo ahí por días.

Por eso se había tardado en darse cuenta de que sí, él pudo soltarse en cualquier momento. Siempre pudo hacerlo, como pecador y mucho más ahora que era Overlord. Niss no lo había dejado solo e indefenso y no era culpa de su hermano desconocer toda la mierda que Angel había vivido y prefería no compartir.

―Bueno, sospecho que ya no planeas iniciar una guerra con Don Henroin. ―Husk comentó, enganchando su garra en el espacio entre su muñeca y la soga.

―No. ―Angel lo detuvo y en su lugar comenzó a jugar con los dedos de largas garras, hipnotizado por lo letal y grande que era el otro pecador―. No las quites.

―Piernas, pude notar lo ansioso que estabas cuando entré. El hecho de que te distrajera no significa que no me haya percatado de lo tenso que estabas. ―Husk le recordó.

Una parte de él sintió calma al saber que no importaba cuánto fingiera, Husk podía ver a través de cada máscara.

―Pero es diferente contigo. Sé que tú me desatarás si te lo pido. Ahora sé que puedo desatarme, pero tú lo harías por mí. ―Angel explicó y se encogió de hombros―. Hay algo reconfortante en estar atado y contigo.

Husk movió su cabeza con resignación, pero lo tomó por la cintura, levantándolo fácilmente del suelo para acomodarse más cerca y sentar a Angel entre sus piernas. Brazos lo envolvieron y alas lo cubrieron como un ligero manto. El suave ronroneo vibró a través de su espalda, llevándolo de vuelta al mundo en donde solo eran ellos dos.

―Me gusta estar atado y contigo. ―Angel confesó y apoyó sus manos sobre los brazos de Husk buscando que no lo soltara―. Lo cual es estúpido, porque sé lo malo que es estar atado. Lo ridículo que es―

―Yo mejor que nadie entiendo cómo esa misma cadena puede sentirse como un salvavidas o lo único que evita que no caigas al abismo. ―Husk besó su espalda, justo sobre su columna y respiró su esencia―. No es estúpido.

No por primera vez Angel se preguntó si había ocasiones en las que Husk se sentía afortunado de su contrato con Alastor. No por él, sino por Crymini, por la protección que esta tenía. El Infierno podía caerse, todos ellos podían desaparecer, excepto ella.

―Si estamos confesando cosas, debo admitir que hay algo atractivo en tenerte atrapado. ―Husk confesó y dientes ascendieron hasta llegar a su nuca―. Sabes que nunca te haría nada―

―Husky... ―Él se presionó más contra él, su voz casi suplicante―. No necesitas recordarme lo correcto y bueno que eres. Quiero oírte ser egoísta y posesivo por una vez. ―Angel jaló su mano, demostrándole lo firme de la soga―. No voy a ir a ningún lado.

―Angel... ―La voz gruesa dijo su nombre como una maldición contra su cuello―. Atrapado y sin huir, no eres una presa que cazar, sino un juguete con el cual puedo venir y entretenerme cuando quiera contigo.

―¿Tuyo...? ―Él jadeó, aferrándose la soga, temiendo que esta se soltara.

Husk rio roncamente y asintió.

―¿Te gustaría eso?

Era como estar de vuelta en MoonGold, pero sin las pulseras, las reglas y las habitaciones. Eran ellos dos, deslizándose suavemente en sus roles y él contuvo su aliento.

―Sí, señor.

Angel cerró los ojos cuando dientes mordieron su nuca. Ese instinto animalístico lo estaba volviendo loco y sabía que empujar sus caderas para que Husk lo alineara con él haciéndolo estremecer más. Quería más. Necesitaba más.

―Claro que, en lugar de una simple soga, necesitarías algo más bonito y que te de movilidad para meterte debajo del escritorio, ¿no crees? ―Husk susurró contra su oído, mientras trabajaba sus garras para meterse dentro de su camisa y acariciar todo su torso con sus grandes manos.

Era su oficina. Angel era el Overlord. Pero maldita sea, la idea sonaba tentadora.

―¿Un arnés rojo con correa, señor? ―Su voz sonó suplicante y se arqueó más para Husk―. Con... adornos colgando de algunas partes y que suenen como cascabeles cada vez que me mueva...

―Creativo... ―las garras se cerraron en su pecho― Aquí corazones y picas... ―los dedos descendieron y envolvieron sus caderas―. Y aquí abajo diamantes y tréboles. Un arnés rojo y negro, ¿qué dices?

―Por favor. ―Él susurró y se giró, besándolo con tanta desesperación que terminó tumbándolo en el suelo.

―Me gusta el entusiasmo, pero cuidado con las alas. ―Husk le recordó, acomodándose mejor en el suelo.

Angel respiró hondo, aferrándose a Husk ahí donde podía. Todos sus brazos estaban afuera y no recordaba en qué momento había pasado, pero necesitaba tocarlo. Sentirlo. Hundirse en él para olvidarse de todo lo que estaba ocurriendo afuera. Husk lo tomó por la cadera, guiándolo para que se pusiera sobre su cuerpo y lo recorrió con sus ojos lentamente, admirándolo.

¿Habían cerrado con seguro la oficina?

Angel ni siquiera regreso a ver, su cuerpo se frotó contra Husk, tomando iniciativa.

―No me culpes, los juguetes debemos entretener. ―Él sonrió astutamente y se acomodó mejor para lucirse―. Además, quiero ganarme ese arnés, señor.

Husk lanzó su cabeza hacia atrás con una carcajada larga, pero una de sus garras le hizo un gesto para que se acercara. La cuerda se había soltado en un punto, pero no importaba. Angel iba a ser el mejor juguete de todos.

Porque era un juego.

Porque era Husk.

Porque confiaba en él.

Porque en serio le gustaba la idea del arnés.

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