Corazones en llamas ©

By emmaaabooks_

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Thiago es un chico de 22 años que vive solo con su hermana pequeña. Sus padres lo abandonaron y él tuvo que c... More

Dedicatoria + Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Epílogo
Agradecimientos

Capítulo 47

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By emmaaabooks_

Thiago

Apenas me desperté, miré la hora en mi teléfono y vi que eran las ocho de la mañana. Era muy pronto para despertarme. Intenté volver a dormirme, pero no conseguía cerrar los ojos y volver a dormir plácidamente. Así que me levanté, porque no iba a conseguir nada dando vueltas en la cama. Al contrario que yo, mi hermana y Daniela seguían profundamente dormidas, entonces para no despertarlas bajé al salón y me puse a ver la televisión. Me estaba empezando a aburrir y decidí cocinar algún postre para hacer algo entretenido y de paso que las dormilonas lo probarán después.

Busqué en la nevera y en los armarios los ingredientes que tenía y con los que pudiera hacer algún postre. Cómo no había muchos alimentos de repostería y no iba a ir a comprar porque no estaban abiertos los supermercados a esta hora, me apañe con lo que tenía en casa.

No me iba a complicar mucho, así que haría una tarta de chocolate con galletas. Rompí un par de huevos en un bol, eché leche, harina, azúcar y lo integré todo bien. Una vez que tenía la base para hacer un pastel, derretí un poco de chocolate y lo vertí al bol. Lo mezclé todo bien y empecé a verter un poco de masa en un recipiente rectangular. Después empecé a poner una capa de galletas y seguí esa serie hasta que metí el recipiente en el horno para qué se cocinará.

Controlé el tiempo desde mi teléfono y mientras esperaba que la tarta se cocinará volví al salón a esperar en el sofá. Estaba viendo un partido de fútbol en la televisión y escuché unos pasos a mi espalda acercarse. Daniela me tapo los ojos con sus manos y acerco su boca a mi oreja para darme los buenos días. Retiré sus manos de mis ojos, la agarré de la cintura, y la empujé hacia al sofá haciendo que diera una voltereta y la senté en mi regazo.

—¿Tú me quieres matar a plena mañana?—me preguntó molesta

—¿Yo? Para nada—le respondí sonriendo

—Déjame sentarme en el sofá cómo una persona normal—me pidió

—No me apetece—ladeé mi cabeza

—Pues a mí me apetece lanzarte un cojín. ¿Me sueltas?—preparó el cojín entre sus manos

—Solo porque no me gusta recibir cojines en la cara—me rendí

La alarma de mi teléfono sonó minutos más tarde y me levanté para sacar la tarta del horno y dejarla enfriar en el horno. Daniela me siguió y me esbozó una sonrisa señalando el postre.

—¿Cocinaste para nosotras? Qué considerado

—A ti sería la última persona que le cocinaría

—Ya

—Pero si quieres pruébalo, quizás llevaba veneno para que dejes de ser tan irritante

—Eres tan amargado

—¿Me lo debería tomar como un cumplido?

—Tómatelo como quieras

Escuché a mi hermana despertarse y me llamó para que subiera. Entré a la habitación, me acerqué al borde de la cama y saltó a mis brazos. La abracé y le di un beso en la mejilla a modo de buenos días.

Bajé al salón con Mar en mi espalda subida a caballito y la dejé de pie en el sofá. Como siempre, se alegró al ver a Daniela y fue corriendo hacía ella. Yo me alejé a la cocina y contesté una llamada de mi médico.

En unas horas tenía cita porque a pesar de que me encontraba bien de la caída que tuve en el partido hace unos días, quería que me revisará un especialista, ya que salí del campo como si nada.

Las chicas desayunaron y después acompañé a Daniela a su casa porque quería hablar con mi mejor amigo. Entramos en su casa y me sorprendí al ver a Kevin. Daniela corrió a sus brazos y empezaron a besarse e hice unas muecas de desagrado. Gabriel se rió al ver mi reacción y yo me enfadé porque al final era verdad que se había olvidado de mí. Ahora mismo yo era como un desconocido.

Entré con mi mejor amigo a su casa y me senté en el sofá mientras le explicaba que iba a ir al médico para revisarme. Él se ofreció para acompañarme, aunque en realidad creo que lo hizo porque estaba preocupado y quería asegurarse de lo que me decía el doctor.

También le conté la razón por la que me fui ayer. Necesitaba despejarme para pensar. Me habían vuelto a ofrecer de volver al equipo de la ciudad, pero yo ahora estaba jugando en uno de Francia y sinceramente me iba bastante bien. En estos momentos, estaba muy indeciso y por eso me tuve que ir. Por eso dormía tan poco.

—No sé si debería quedarme en el equipo de ahora o volver al anterior—le comenté dubitativo

—Yo creo que deberías quedarte en el que estés más cómodo y que tengas más oportunidades de triunfar o al menos que te paguen bastante para que puedas cuidar de tu hermana—me aconsejó mi amigo

—Es difícil. Me fui porque ficharon a Ryan y estar en el mismo equipo de él era muy incómodo

—Ryan ya no sigue jugando en ese equipo, se fue hace unos meses

Primera noticia del día. No sé en qué planeta vivía, pero hasta ahora no me había enterado de esta noticia. Lo miré sorprendido y empecé a hacerle miles de preguntas.

—¿Por qué se ha ido del equipo?—pregunté sorprendido y a la vez curioso

—Sinceramente, no lo sé. Pero creo que la causante ha tenido que ser Jessica—mi amiga era tan convincente que no dudo que haya sido la responsable de que Ryan se fuera del equipo

—Seguro que le ha lavado el cerebro—comenté y nos reímos a la vez

Estaba por levantarme, ya que se estaba acercando la hora de ir al médico y de repente aparecieron en el salón Daniela y Kevin y se me sumaron las ganas de irme inmediatamente.

Le di la mano a mi hermana y Gabriel se levantó para acompañarme. Cuando pasamos por el lado de ellos, Daniela se dio cuenta de mi presencia, pero la verdad que no estaba de humor para hablar con ella.

—¿A dónde vas con tanta prisa?—me preguntó

—¿Acaso te importa?—le contesté malhumorado

—Pues la verdad que sí, si no no te lo preguntaría, arrogante

—No es nada importante. Tampoco debería preocuparte porque ni siquiera somos amigos

No dejé que me reprochará nada. Salí directamente a la calle, Gabriel me seguía callado hasta que rompió el incómodo silencio.

—¿Qué fue eso?—me preguntó mi amigo alzando una ceja

—Solo dije lo que pensaba—le respondí sin darle importancia

—Thiago, estabas celoso—me recordó

—Uf, es que odio que haya tenido que venir Kevin para que tu hermana me aparte a un lado. Solo me ha estado utilizando y lo peor es que me advirtió que me lastimaría—le fui sincero

—¿Ha ocurrido algo entre vosotros que no me hayas contado?—me preguntó y dio en el clavo

—Puede—me miró esperando una respuesta—Ayer, tu hermana y yo nos besamos

—¿Qué?—dijo sin poder creerlo

—Bueno, fue algo más que un beso

—Madre mía, por una parte, me alegro, pero por otra estáis en un buen lío como se entere Kevin—me advirtió

—Eso no va a pasar porque le dije a tu hermana que olvidaríamos lo que hubiera pasado entre nosotros—le expliqué

—¿Entonces cuál es el problema?

—Que sí cuando estuvo con Mateo no conseguí desenamorarme de ella mucho menos lo voy a poder hacer ahora

—Conociendo a mi hermana dudo que vaya a olvidar lo que ocurrió entre vosotros. Estás a unos pasos de recuperarla y aunque Kevin no se merezca nada de esto, vosotros dos siempre estuvisteis destinados a estar juntos

Llegamos al centro médico y el doctor me hizo unas cuantas pruebas y después de varias horas me dijo que estaba bien, que no tenía nada grave, pero que tuviera cuidado.

—Oye Thiago, ¿quieres venir a ver el combate que tiene hoy mi hermana?—me preguntó Gabriel y no estaba de humor para verla

—No me apetece

—Yo quiero ir—dijo mi hermana y negué con la cabeza—Por favor, Thiago déjame ir

—Yo puedo cuidar de ella—intervino mi mejor amigo

Al final me rendí y dejé que Gabriel se ocupará de vigilar a mi hermana en el combate. Si ella quería ver a Daniela, la dejaría. Después de todo, le gustaba.

—El combate es contra la boxeadora que entrena el hermano de Santiago. Créeme estará entretenido. Si cambias de idea, te espero ahí—me dijo Gabriel

De camino a casa paré en una cafetería. Me senté en una mesa alejado de todas las personas. Tomé un café mientras contestaba los mensajes de mi teléfono y de repente levanté mi cabeza y vi a una chica sentada enfrente de mí con sus otras dos amigas a su lado.

—¿Perdona, te conozco?—le pregunté a la chica que tenía enfrente

—No, pero sí hay alguien en común que los dos conocemos—me respondió y centré mi atención en ella—Por cierto, soy Clarisse

—Yo soy Thiago—le ofrecí mi mano y la aceptó—Te escucho

—¿Conoces a Samuel, el hermano de Santiago, cierto?

—Por desgracia

—Bueno, quiero proponerte un trato

—¿Qué trato?

—Samuel es mi ex y digamos que hoy va a intentar derrotar a Daniela, por eso te ofrezco que finjamos ser novios solo hasta que acabé el combate para distraerlo

—No sé si es una buena idea. No me apetece ir a ese combate

—Thiago, creo que no lo entiendes. Lo que te pido no es solo por mí y para vengarme de él, sino que es por el bien de Daniela

—¿Qué quieres decir?

—¿Recuerdas la entrevista que dio Daniela sobre una persona que le bajaba siempre de los campeonatos?—me preguntó y asentí—Pues esa persona era Samuel y ahora mismo deben de estar haciendo un acuerdo

—¿Qué acuerdo?

—Si tu amada Daniela gana, Samuel dejará de molestarla y se retirará, pero si gana él, Daniela tendrá que dejar el boxeo

—¿Qué estás diciendo? Eso no puede pasar, el boxeo es su vida

—Por eso necesito que aceptes. En estos momentos ella va perdiendo y su contrincante la está derrotando

—Ella nunca pierde

—Pero lo está haciendo y es porque tú no estás ahí. Este combate es el más importante para ella y no importa si estás enfadado con ella. Te necesita y no puedes fallarle

—De acuerdo, vayamos a ese combate

En mi vida había hecho muchas estupideces cómo alejarme de ella. Y con el tiempo fui aprendiendo de los errores. Pero esta vez no pensaba defraudarla. Si me necesitaba, estaría ahí. Por mucho que estuviera molesto con ella no iba a dejarla sola en un momento tan importante. No iba a ser tan injusto. Todos sabíamos a la perfección que por mucho que tuviera el apoyo de sus padres, sus amigos, su hermano y hasta de su novio, necesitaba el mío. Yo había estado siempre a su lado, yo era una persona incondicional para ella.

Una vez llegamos al recinto, los señores que estaban en las puertas nos dejaron pasar. Nada más al entrar escuchamos muchos gritos. Nos adentramos hasta llegar a la zona donde estaban mis amigos, al lado de Jay. Gabriel se alegró al verme, pero se sorprendió al igual que los demás, al verme con Clarisse.

Les presenté rápidamente a Clarisse a todos mis amigos. No di muchas explicaciones de quién era, ni qué hacía aquí. Mientras menos supieran mejor. Nos sentamos a ver el combate y recé por qué fuera mejorando.

No era por ofender, pero ahora mismo Daniela estaba teniendo el peor combate de la historia. Cada movimiento de su contrincante, recibía un golpe. No estaba para nada concentrada, tenía la cabeza en otro lado. Si seguía así, iba a mandar el deporte que más le gustaba a la mierda.

—Está muy desconcentrada. Va a perder—le comenté a Clarisse

—Vas a tener que hablar con ella—me sugirió

—¿Cómo hago eso?

—En el tiempo de descanso que debe ser dentro de poco

Unos minutos más tarde, la contrincante de Daniela le dio un puñetazo en la cara y cayó al suelo. En ese momento, el árbitro dio el tiempo para el descanso y me levanté para acercarme a Jay y poder hablar con ella.

Me acerqué al ring y apoyé mis brazos en las cuerdas observando a Daniela. Se quitó el protector de la boca y se limpió el sudor y los rastros de sangre que tenía por los golpes.

Chasqueé mis dedos y se giró para verme sorprendida. Estaba claro que no se esperaba que estuviera aquí.

—¿Qué haces aquí?—me preguntó sorprendida

—No me iba a perder un combate tan importante—le respondí

—Gracias por venir

—No me las des

—¿Qué?

—Daniela, vas perdiendo. Te está matando. Nunca te había visto tan indefensa, ni tan desconcentrada. Tienes que intentar remontar.

—No es tan fácil cómo tú crees. Me estoy jugando mi carrera

—Lo sé, ¿vale? Me enteré, pero sé que eres mejor que esa otra boxeadora. Bloquea tus pensamientos y trata de reventarle la cara

—¿Te estás escuchando?

—Sí. Y más te vale que ganes porque si no tú y yo tendremos problemas

—¿Me estás amenazando, Thiago?

—Solo te estoy advirtiendo, Daniela

Le di un abrazo y me separé para que se levantara y se volviera a poner la protección bocal para salir de nuevo al ring. Volví al lado de Clarisse y me senté cuando el árbitro dio la entrada a la siguiente ronda.

Esta vez Daniela fue la que empezó a soltar un golpe y le dio directo en el estómago haciendo que su contrincante retrocediera un par de pasos. Se tapó la cara cuando la otra intentó darle un puñetazo en la cara. Esta ronda estaba siendo bastante intensa e interesante. Después de la mini charla que le di, dejó de estar tan desconcentrada y lo agradecí.

Pero de golpe cuando la otra boxeadora intentó golpearla de nuevo, ella dio un paso hacia atrás, pero perdió el equilibrio y cayó al suelo del ring. Daniela quiso levantarse, pero la otra no le dejaba porque le dio otro puñetazo hasta que el árbitro le separó.

Entonces cuando me miró de reojo me hizo una seña señalando su pie y diciéndome que no podía seguir. Estaba claro que al retroceder había pisado mal y se había torcido el pie. Volví a levantarme frustrado y me quedé al lado de Jay que estaba cerca de Daniela lo que significaba que me podría leer los labios.

A la mierda todo. No me importaba nada más que ella. Avancé hasta que estuve a su altura y se levantó cojeando un poco y traté de convencerla, pero no sé si lo logré. Iba a tener que buscar otra salida para que no se rindiera y le reventará la cara de una vez por todas y se acabará este estúpido combate.

—Escúchame Daniela, no he visto ni una sola vez que te hayas rendido y esta no será la primera. Vas a volver ahí y no importa las heridas ni los golpes que recibas. Vas a tener que buscar una estrategia para tumbarla de una vez por todas y al fin borrarle esa sonrisa de los labios al estúpido de Samuel

—¿Tanta fe me tienes?

—No te tengo fe. Creo en ti y estoy completamente seguro de lo que eres capaz. Vine porque sabía que me necesitabas y no me voy a mover de ese asiento hasta que ganes este maldito combate. Así que sal ahí y demuestra porque te convertiste en una de las mejores boxeadoras

Las próximas dos rondas estuvieron mejor. Creo que había hecho el intentó de seguir mis palabras. Aunque le doliera el pie porque seguramente se hizo un esguince, le soltó unos cuantos golpes que le dieron por completo, pero no fueron lo suficiente fuerte como para dejarla en el suelo.

Me estaba estresando demasiado, no dejaba de ver a la otra boxeadora y a Samuel con una sonrisita en los labios al ver lo débil que estaba Daniela. No sabía qué más hacer ni decir para qué aplicará sus defensas en el ring.

—¿Clarisse, te acuerdas del trato?—le pregunté y asintió—Pues es hora de que lo pongamos a prueba

—¿A qué te refieres?

—Me vas a besar para que tu ex dejé de estar tan contento y para que Daniela enfurezca y reparta ostias a su contrincante

—Espero que sea un buen plan

Ella y yo nos levantamos a la vez y esperé el siguiente golpe que recibió Daniela para que volviera a caer al suelo y girará su cabeza hacía mi lado otra vez. Justo en ese momento fue cuando posicioné a Clarisse frente a mí y la besé.

Cuando nos separamos mis amigos ya me miraban boquiabiertos y Samuel se dio cuenta y me miraba como si me quisiera matar, pero la persona en la que más me centré fue Daniela que apretaba sus puños y la mandíbula. Estaba seguro de que la furia hervía por su interior, estaba muy celosa y lo podía notar hasta a mil kilómetros de distancia.

Fue en ese instante en el que me di cuenta de que ponerla celosa había valido la pena. Se levantó furiosa y se posicionó para atacar. Le lanzó un par de golpes suaves y esquivó los que ella le soltaba y cuando sus celos sobrepasaban su autocontrol, le soltó un golpe a su contrincante con tanta fuerza que la hizo caer rendida al suelo del ring. El árbitro contó los tiempos y cómo no se levantó declaró a Daniela como ganadora.

—Maravilloso plan—me dijo

Se despidió de mí porque nuestro trato ya había llegado a nuestro fin. Ella había conseguido ver a su ex derrotado y era suficiente para vengarse de él. Yo me quedé de brazos cruzados y le esbocé una sonrisa a Samuel que lo hizo enfurecer más. Se acercó hacia mí y me soltó un puñetazo en plena cara. Quise abalanzarme encima suyo, pero estaba mi hermana y no iba a caer tan bajo como él. Con suerte llegó Daniela que seguía cabreada conmigo por besarme con Clarisse, pero me defendió.

—¡No le pongas un dedo encima!—le gritó Daniela

—¿A ti qué te pasa?—le preguntó

—Teníamos un acuerdo—le recordó

—Sí, pero en ese no entraba que tu amiguito se besará con mi ex—me señaló

—Tío, supéralo. Es tu ex y solo fue un beso—le dije sonriendo

—¿Quieres que te reviente la cara?

—¿Quieres que me vuelva a besar con tu ex en tu cara?

—A ver, gané el trato así que lo cumplirás y Thiago no se volverá a acercar a tu ex—intervino Daniela

—¿Perdona?—alcé una ceja

—Lo que escuchas—me dijo

Odiaba que ella pudiera estar con su novio y que yo no le reprochará nada y que cuando yo lo hacía me alejará de todos. Salí del recinto molesto, apartando a la gente y ella me alcanzó.

—¿Se puede saber de qué coño vas?—me preguntó enfadada

—¿Qué pasa? ¿Tú puedes besarte con tu noviecito y yo no puedo besarme con otra chica que no seas tú?

—Estás celoso

—Tú también. No creas que no me di cuenta de que la golpeaste tan fuerte porque los celos te cegaron

—¿Tú ves normal animarme y que después te beses con otra chica enfrente de mi cara?

—En vez de quejarte y de estar celosa cuando tienes novio, deberías agradecerme

—¿Por qué te tendría que agradecer?

—Porque si no fuera por el beso y tus celos ahora mismo estarías derrotada y habrías perdido el deporte que tanto te gusta

—No hubiera perdido...

—Muy bien. Engáñate todo lo que quieras

Seguí mi camino con mi hermana a mi lado, pero ella me volvió a llamar y aunque quería seguir mi camino y no prestar mi atención en ella, no lo hice. Exhausto me giré para que me dijera lo que sea que tuviera que decirme.

—¿A dónde vas?—me preguntó

—Al monte—le dije irónicamente—A mi casa ¿a dónde quieres que vaya?

—¿Por qué no dejas que te cure esa herida?—señalo mi labio y mi moflete

—Puedo hacerlo yo solo. Sé cuidarme—le contesté

Retomé mi camino y cuando llegué a casa, acosté a mi hermana en mi cama y fui al lavabo a limpiarme la herida. Después salí y mi hermana estaba por dormirse, me estiré a su lado y la abracé hasta que se durmió por completo.


Hola, ¿cómo están?

Ya poco a poco se acerca el final de está novela que sano mi corazón. Espero que disfruten de los últimos capítulos, pero sobre todo espero que hayan estado disfrutando la historia. ❤️‍🩹😭😍

¿Qué les pareció el capítulo? 👀

Espero que lo hayan disfrutado!! Gracias por apoyarme desde el primer momento. Los quiero mucho y no me cansaré de decirlo. ❤️

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