—URSS... URSS!
El nombrado elevó una ceja buscando esa voz, era USA, pero no lo veía
—Aquí —susurró
Elevó su mirada y encontró una pequeña abertura en el sistema de ventilación
—... Qué haces en el techo?
—Recuerdas el sonido que dijiste que no escuchabas?
—Hum... Sí?
—Era un gato. Lo tengo aquí
—Baja de ahí, América
—Claro que no. Sabes lo que pasará si alguno de tus hijos ve al gato?
—Buen punto
—Necesito ideas rápido. Tengo que salir con el pelotón en diez minutos —USA seguía hablando bajito por precaución
—Dame al animal.
—No le hagas nada
—Solo le buscaré un buen hogar. Ahora baja. Te caerás
—No soy tan torpe
—Lo eres a veces —URSS suspiró—. Solo salta y te atrapó aquí
—No... No quiero
—Y ahora cuál es el problema?
—Siempre quise hacer ese drama de la princesa que se escapa por la ventana
—De qué...
—Iré por el lado sur. Es mi oportunidad de una salida dramática —sonrió
—América, solo baja de ahí!
—Nos vemos allá
—América!
Pero USA no le hizo caso y se arrastró con el gatito dentro de su abrigo hasta que halló el acceso a un cuarto, trepó por la ventana, saltó sobre el tejado y usó un árbol para bajar
Fue pan comido. Un deseo menos que cumplir.
Aunque a URSS no le hizo gracia.