Arleth
Quiero dejar de pensar en lo que dijo Ethan, pero no puedo cuando literalmente, soy quien más sabe de lo que pasó con Valentin.
Estoy con los nervios al mil por hora. Mi corazón no me deja escuchar nada que no sea su retumbar. De verdad necesito algo que me distraiga, porque estoy por colapsar.
Las noticia de mi supuesta relación con Floyd llegan de todos lados aún. Dudo que el rumor se calme, haciendo que hasta mi padre se enoje cuando lo llamen queriendo una entrevista para hablar de qué es tener al boxeador como yerno.
Le suplico no intervenir en lo que Tim hace algo para no dañar mi carrera con un escándalo mayor. Tal vez me estoy viendo como una idiota, pero de verdad, necesito solo enfocarme en una cosa de todo lo que me está ocurriendo.
Veo como pasan a noticias más complejas para ellos, recalcando que la muerte de Valentin no puede quedar impune, pues su padre movilizará a todo lo que pueda para hacer justicia.
Me estreso más, con cada minuto, llegando a preguntar si fui quien ofendió a Jesús cuando vino a la tierra, porque no es normal que me pase de todo. Necesito un escape, necesito salir corriendo, pero tal cosa no me es posible cuando me avisan que debo asistir a la integración de las candidatas que faltaban.
Aún tengo tiempo, pero debo hacerlo.
Froto mi cara y casi grito, frustrada y enfadada por el tipo sin vida propia, que cree que agarrándose de mi fama atraerá mas público para su ya tan hablada pelea.
Desayuno enojada. Me baño enojada y reitero que debo haber hecho algo en mi vida pasada porque no le encuentro lógica a que la policía se presente a mi casa sin previo aviso.
__ Solo es una serie de preguntas de rutina. - explica el oficial, quien me mira con sospecha. Aparto la mirada con la excusa de que mi padre viene bajando con su imagen impecable, mientras estoy con ropa de vagabundo.
No sé cómo no desconfían que sea hija suya.
El oficial no deja de verme. Empiezo a pensar que tengo algo en la cara, pero simulo no darme cuenta de nada.
__ ¿Preguntas para qué? - le cuestiona Ethan arreglando sus mangas, luego de darle la mano al oficial.
__ Es por lo del cuerpo encontrado recientemente en la zona. - nos explica. - Las pandillas están más activas y la policía teme por la seguridad de todos. - sigue viéndome. - No es nada contra usted o su familia, solo para descartar que hayan interactuado con la víctima o el asesino.
El asesino. La palabra me pega mas fuerte al oírla de alguien diferente.
__ Bien. Puede hacerme las preguntas que necesite. - mi papá se muestra amable con él y muy colaborativo, dejando claro que algo así aquí no sucedía jamás. Manteniendo el control, aunque cada vez que la mención de Valentin se da, lo veo con el rostro tenso.
Sé cuan rencoroso es y así esté muerto, de seguro piensa en como desquitarse.
El oficial me ve a cada nada, evado su mirada con excusas no tan obvias, estando sentada en el reposabrazos, con mi papá dando las respuestas que le pide, hasta que terminan y el oficial se despide.
__ Ya recuerdo donde la vi. - se refiere a mí y pongo mi mejor sonrisa para no dejar a la vista mis nervios. - El día del incidente en el club "Cosmo", ¿recuerda?
Arleth, busca una roca donde meter tu cabeza.
__ No, no lo recuerdo. - comenzamos mal.
__ Sí. Es usted. La que atacó el tipo... - Ethan presta atención a cada palabra que dice, yo, quiero que me caiga un meteorito encima. - ¿Como se llamaba? El sujeto que después descubrimos que era un chef. - no se calla en lo que estoy pensando donde encuentro una papa para meterla en su boca. - Espere, creo que aun tengo su nombre en mi...
__ Sí, soy yo. - ya me humilló lo suficiente. También tengo un límite. - Era mi amigo. Un gran amigo de...
__ ¿No que era su atacante?
__ Sí, también. - Arleth traga tu lengua. - Es muy confuso. ¿No quiere una papa?
Me mira raro. Mueve la cabeza con una negativa, a la vez indicando su confusión.
__ Digo para que deje de ha...¿seguro que no? - vuelve a negar. - Me la comeré por usted.
¿Que?
__ Muchas gracias, oficial. - le dice mi papá y yo corro a la cocina cuando los veo despedirse. Tomo lo primero que encuentro.
Para mi mala suerte es un pepino que corto en dos y comienzo a comer a toda prisa. Ni siquiera lo mastico o saboreo, trago y vuelvo a morder.
Sabe raro, pero miro hacia la puerta del refrigerador, evadiendolo.
__ ¿Incidente en el Cosmo con un chef? - pregunta con los ojos entrecerrados.
Le muestro que tengo la boca llena. Mastico con naturalidad aunque el sabor raro me hace arrugar la cara por un momento y él solo cruza los brazos bajo su pecho, sin quitarme los ojos de encima.
__ Arleth... - se detiene. - ¿Sabes que? No haré más preguntas. - exhala. - Algo me dice que si pregunto todo lo que ha pasado entre ustedes...es mejor no saber.
Paso lo que tengo en la boca, mordiendo de nuevo. Aunque no sabe mal, no me sabe a...
__ Te tocará conseguir otros calabacines para la cena. - me dice mi madre entrando a la cocina, besa a mi padre en lo que yo observo lo que tengo en las manos. Con razón no sabe a pepino. - ¿Vendrás a la cena?
Mi papá se la lleva y yo escupo todo lo que estaba comiendo en el cesto de la basura. Esto me pasa por no querer explicar a mi papá lo que ocurre entre el socio de mi tío y yo.
Tomo limonada para luego regresar a mi dormitorio, me preparo para salir y en menos de nada ya estoy en la puerta. Me despido de mi madre a la distancia, con la excusa que iré a casa de Erick.
Ni siquiera me ha invitado, pero Santa es un amor y no me lanzará a la calle. Espero.
Me encuentro a Leandro en la salida quien abre los brazos como si me fuese a abrazar, pero solo giro los ojos, desatando su risa.
__ Llévame a casa de Erick. - le pido mirando el auto de los guardas.
__ ¿Me viste uniforme de chófer? - me reclama con la llave en la mano.
__ No,solo de mi primo favorito. El que se ofreció a ir conmigo a pescar al lago hace cinco años. - tiro de su mano.
__ Ese fue Elien. - declara. - Y no se ofreció. Lo obligaron.
__ Pero casi fuiste tú. - contesto de inmediato.
__ ¿Te han dicho que eres muy creativa con las mentiras? - termina por caminar por sí solo.
__ Sí, te daré entrada VIP a mi casa si me llevas. - trato de negociar.
__ Es la casa de mi tío Ethan. He entrado hasta el sótano. - me recuerda.
__ ¿Ves? Cumplo mi palabra incluso antes de darla. - me defiendo y no me vuelve a contestar. Sabe que sacaré mas argumentos y cada uno se volverá más difícil de responder que la anterior.
Ordeno desde el celular los calabacines que desperdicié y comida que le pido a mi mamá guardarme. No le sorprende que lo haya hecho, pero si reitera que estoy a nada de volver calvo a Ethan.
Le prometo comprar bloqueador para su cabeza si llega a suceder. Sabe que no es mentira. Por ello no me lleva la contraria.
Desde que bajo del auto Leandro ya está diciendo cuanto me costará el viaje de ida y regreso.
__ ¿No le pierdes? - le pregunto sarcástica.
__ Te estoy cobrando los servicios de chófer privado, el cual sirvió de DJ y un...
__ Arleth, vienes como caída del cielo. - me dice Santa siendo ayudada por uno de los tipos de seguridad.
__ El último que me dijo eso, luego dijo que estamos en una relación. - le digo golpeando a Leandro por un comentario sobre la cifra que debo pagar. - Si dices eso, será otro escándalo para Erick con...
__ Me encantaría escuchar tu repertorio de respuestas, corazón. Pero se me rompió la fuente. - me dice dando una exhalación profunda.
__ Conozco a alguien que puede realizar unas mucho más bonitas y llamativas que la que había. - menciona Leandro sacando su teléfono.
Me quedo inmóvil en mi puesto, mirando si lo que dice es verdad o solo nos está tomando el pelo. Pero pasa dos segundos concentrado en su móvil antes de levantar la mirada.
__ ¿La fuente? - pregunta de nuevo y si no fuera una emergencia le rompo mi morral en su cabeza. - Maldición. Hay que avisarle a Erick. Debemos llevarte a la clínica...
__ Erick está con unos inversores, suele apagar el teléfono para evitar interrupciones. - alega Santa en lo que la ayudo a caminar al vehículo. - Arleth, ve tú por él, por favor.
__ No puedo dejarte sola. - la subo al vehículo mientras el chófer sube una maleta con sus cosas.
__ Llamé a Ethan. Viene en camino, llévalo a la clínica y evita que conduzca. - me suplica aguantando una contracción. - Puede descarrilarse.
__ Y con tu historial, tú menos. - añade mi primo, ganando que lo acribille con la mirada. - Vamos, te llevaré.
Le aseguro a mi cuñada que todo estará bien y pese a no saber ni por qué lo digo, me agradece para luego marcharse. Leandro y yo retomamos el camino viendo todo el trafico que hay.
Tendrá que suceder un milagro si queremos atravesar las calles sin morir en el intento.
Pero decido dejarlo para después y solo enfocarnos en subir a la empresa de mi hermano, saludo a Karina fugazmente, casi corriendo por el pasillo. Llego a la sala de juntas, viéndolo ocupado con sus ojos puestos en lo que tiene en las manos.
__ Arriba futuro padre. - me voy contra él para tomarlo de la corbata. Todos me miran y sonrío como si nada. - Hola a todos. Nunca cambien.
Saludo con la mano y solo un par me devuelven el gesto. Maleducados.
Arrastro a mi hconmigo hasta afuera, oyendo sus protestas por la forma, pero no quiero verlo desmayado frente a todos los que ahora me ven a mí como una loca.
__ Santa está camino al hospital. Tu hijo está a punto de nacer. - le hago ver. - Vamonos.
__ Me ha hecho esa broma cinco veces esta semana. - contesta Erick arreglando su corbata. - Hace dos días me envió hasta la fotografía de una sala de parto. Es muy creativa cuando...
__ Ahora le metió mas producción porque incluso hizo que se le rompiera la fuente. - le digo empujándolo, pero es un muro de titanio el tonto. Comer tanto apio le hace bien.
__ ¿Es verdad? - quiere asegurar.
__ Que sí, idiota. - lo golpeo, su secretaria me ve y me convenzo que mas ridículos he hecho, aunque en realidad no quiera sentirme peor, por el numerito de violenta que estoy montando, cuando no es así.
Soy un ser de luz. Casi merezco una canonización en vida.
Santa Arleth, suena bien.
__ Carajo, seré papá. - sonríe al fin. Quiero matarlo, pero termino por enternecerme del tipo que ahora camina por sí mismo hasta el ascensor.
__ Cancela sus citas. - le digo a la asistente con una sonrisa, entrando apenas a la caja metálica.
Ahora el problema es como cruzar el tráfico sin que nos den mil multas. Erick no respetaría ningún semáforo, Leandro es mas cuerdo, pero de seguro nos quedaremos estancados en cualquier lugar.
__ Se ve demasiado ansioso. - murmura mi primo en mi oreja. - ¿Cuántas calles crees que sobreviva?
__ Ni siquiera saldrá del edificio. - contestó quitandole las llaves a mi hermano. - Leandro nos llevará.
El mencionado asiente y mi hermano sube de copiloto, mientras lo hago en la parte trasera, pensando si es buena idea lo que quiero hacer.
Pero es una emergencia. Se trata de mi sobrino, me repito antes de enviar el mensaje a Gavrel.
"No puedo hacer eso. Es contra las reglas"
Siento que es el padre Roberto el que está hablando.
"Solo es un favor. Si lo haces te doy el privilegio de obtener un sí de mi parte a lo que quieras"
"¿A lo que quiera?" Quiere asegurar. Le contesto con un "Sí " sumado a un sticker de alguien bebiendo un cóctel.
Me estoy metiendo en un juego peligroso. Pero mi sobrino está por nacer y mi cuñada necesita a Erick con ella.
Tarda tres minutos para pedirme la ruta que llevo, le envío mi ubicación real y en menos de dos minutos el semáforo frente a nosotros cambia dejándonos pasar a todos.
Suspiro al ver que podemos avanzar, pues el helicóptero esta ocupado y de aquí a que consigan otro, se desmaya Erick o me desmayo yo.
La movilidad de los vehículos se puede ver en nuestro recorrido, el cual se despeja con rapidez dejándonos la calle libre en menos de nada. Agradezco al imbécil en un murmuro. Me importa poco la culpa, solo quiero llegar al hospital del tío Sebastian, la cual nos recibe minutos más tarde.
Ni siquiera estamos estacionados cuando Erick se baja del auto, lo sigo para pedir disculpas por la forma en la que camina. Unas enfermeras comprenden el por qué de su actitud, la señora de intendencia dice que le da ternura y un doctor solo me pide que compre algo para sus nervios, porque se pondrá peor.
Si eso no es lo peor al que se refiere, no sé que será.
__ Detente, tonto. - lo sigo cuando corre despavorido. - ¡No me pagan para esto, Erick!
Cierro la boca cuando veo que las enfermeras me ven extraño y hasta el doctor Amir Lahsen se da cuenta cuando paso a su lado.
En cuanto llegamos veo a mis padres juntos, a Katia y Cristal a unos pasos de ellas, dejándome respirar al fin cuando una enfermera ya está esperando por mi hermano.
Para los que dicen que ser tía es fácil, es mentira. Es un trabajo que deberían pagar, porque con el primer día, ya quiero renunciar.
Me toca quedarme junto a mi madre, mientras esperamos noticias de lo que está sucediendo. Todos quieren saber si nació, pero nadie sale a decirnos nada, poniéndonos estresados a todos.
Me duele el culo de estar en el mismo lugar, por lo que me levanto de mi silla, viendo los mensajes de Gavrel.
"Misión cumplida. Me encanta saber a qué debes responder ese sí"
No sé por qué presiento que le acabo de firmar un documento en blanco, que me terminará por quitar la estabilidad que ya me estaba costando conservar.
Eso me pasa por no pensar bien lo que digo. Debería hacerlo.
__ Connor, ¿que tal el brazo? - le dice Leandro a un sujeto que se nos acerca. De aspecto impecable. Un estilo muy sofisticado, aún con el cabestrillo en donde tiene su brazo y el saco que le cubre los hombros.
Es el socio del tío Matt, asistí a la cena para festejarlo.
La anécdota de Cristal viene a mi cabeza, pero la creo imposible hasta que ella evade su mirada abiertamente, mientras este tiene cara de haberse comido el fruto prohibido antes de que la serpiente lo insinuara.
__ Dos semanas con esta cosa por culpa de un imbécil. - contesta, saludando a mi padre también. - Pero eso no me impide realizar ninguna de mis actividades favoritas. - comenta mirando con disimulo a Cristal.
__ Sólo te falta ir al gimnasio con eso puesto. - bromea Leandro.
__ Para hacer cardio tengo otras formas. - se limita a decir, en lo que avanzo hasta Katia y Cristal, quienes permanecen en silencio. Me piden disimular, pero todo se torna difícil cuando el doctor Amir Lahsen viene de frente.
Katia se gira, quedando de frente hacia mí, Cristal mira a Katia y yo...bien, gracias.
__ Esto es raro. - les digo al vernos en una fila dispareja y Katia se ríe, Cristal pega su frente a mi hombro. - Katia mira a la derecha y Cristal conmigo a la izquierda.
Hacemos lo que propuse y en menos de nada la incomodidad se nos va. Pues Amir es muy amable cuando nos saluda, Katia se une a la conversación d mi papá con Leandro y el socio de mi tío Matt.
Evadiendo de esa manera lo que sea que tienen con ellos. Menos mal lo mío con Gavrel ya está resuelto. Creo.
Las horas transcurren y el doctor Lahsen nos averigua que ya nació. Elien llega a tiempo junto al resto para oír la grandiosa noticia.
Sebastian es quien más comentarios cuerdos hace porque mi tío Marcus es un parlanchin totalmente.
Todos festejamos la llegada del nuevo integrante de la familia, pero más mi padre, el cual se enorgullece de haberse convertido en abuelo.
Se emociona al igual que mi mamá, quienes sonríen todo el tiempo por dicha noticia. Mis tías charlan sobre el nombre que elegirán, pero por lo que sé ni ellos lo han elegido aún.
__ Las canas ya las tienes. - lo molesto cuando deja de abrazar a mi mamá. Por primera vez no se enoja, sino que solo me abraza como si no creyera que ahora somos adultos.
Queremos ir a los cuneros, pero nos aseguran que aún no es tiempo, por lo que esperamos un poco más, hasta que Erick aparece.
Trae cara de volver a ganarse los Clio's. Todas las estatuillas. Mas feliz de lo que jamás se le ha visto.
__ Soy papá. - nos dice y todos estallamos en aplausos. Lo abrazo y esta vez no hay molestia por ninguno de los dos.
__ Seré su tía favorita. - me jacto.
__ Claro que será así. - contesta con una enorme y auténtica sonrisa.
__ Un abuelo oficialmente - suspira mi padre sin soltar a Stephanie, ni a mí. - Al fin, tengo a un pequeño de nuevo. - puedo percibir su emoción. - Quiero verlo.
__ Ah no. Soy la tía. ¡Única de línea directa! - refuto ante su idea.
__ En términos de...
__ No estoy preguntando términos de nada. Además, fui por Erick a su oficina. Merezco ser la primera en verlo. - le doy mi propia defensa contra Elien, voltea los ojos, pero no pienso discutir en el nacimiento de mi sobrino.
__ ¿Por cierto, como llegaste tan rápido? - pregunta Leandro, lo miro mal, porque no es momento de querer averiguar lo que hice.
Estaba conmigo, pero solo le dije donde ir, y obviamente levantó sospechas.
__ Volé. - rasco mi nariz.
__ En escoba. - estoy por romper su nariz, sin embargo, logro contenerme.
__ Este día no diré nada. No voy a pelear contigo, ni nadie porque soy tía oficialmente. - carraspeo simulando arreglarmi corbata. - Erick, llevame con mi sobrino.
__ Que sea todos juntos. Que Arleth esté enojada con su...
__ Está bien. Solo porque estoy feliz dejaré que vengan conmigo. - me como con los ojos a mi prima. Intento disimular con los Bosch, porque no pienso exhibirme con la familia de mi cuñada.
__ ¿Su qué, Arleth? - Ethan me cuestiona como si quisiera solo confirmar.
Exhalo con tranquilidad.
__ Hace un día increíble. Va a llover, nació mi sobrino ¿Que más le puedo pedir a la vida?
__ Arleth. - me habla mi papá, pero estoy tan enfrascada en mi evasiva que no le presto atención a su alegato. Después de todo, seguro ya lo sabe.
Todos nos dirigimos a los cuneros, en donde no escondo cuanto me asombra ver a alguien tan diminuto, movilizar a tanta gente.
Todos los Ambrosetti están aquí solo por conocerlo. Es hermoso..
Es simplemente una bella imagen a la que fotografío, pidiendo permiso a mi hermano para publicarlas en mis redes.
Lo hago, pero consigo solo mostrar sus pies diminutos, indicando mi felicidad por convertirme en tía de la criatura mas hermosa que he visto hasta el momento.
Tal alegría se ve nublada por el boxeador que me comenta con corazones y unas iniciales que todos los que le contestan deducen que es señalandose como tío también.
Es un maldito. Quiero matarlo, pero ya tengo suficiente con que los padres de Valentin lleguen a mi casa por la noche cuando regreso.
__ Fuiste su gran amiga. - me dice Carlotta, su madre. - Siempre tuvo mucho aprecio por tí.
Solo muevo la cabeza.
__ ¿No te gustaría decir unas palabras para él en su funeral? - me pregunta y me quedo en blanco. - Le hubiese gustado mucho.
Quiero decir que no, pero se vería mal. Tampoco puedo decir que sí, porque no me sentiría bien.
__ Arleth no se encuentra bien de salud, lamento tu pérdida, pero sabes como yo que solo cuidamos de nuestros hijos. - interviene Stephanie por mí. - Harías lo mismo por tu hija.
__ Lo entiendo. - la mujer me mira por un instante, pero me recuerdo las palabras de quienes saben lo que sucedió. Solo son tres, sin embargo todos están de acuerdo en algo.
No debo sentir culpa por haberme defendido. Él me atacó, yo solo actué en defensa propia.
Subo a mi dormitorio en cuanto se marcha, consiguiendo dormir un poco, evitando darles libertad a mis culpas. No puedo anteponer a otros, no quienes no valen la pena.
Despierto y salgo a correr, pero esta vez no salgo de la zona que más cerca de casa está. Los tipos que mi padre contrató me siguen y Emilio está del otro lado de la calle. Solo así me siento totalmente protegida.
Como si tuviera que haber algo de Gavrel para sentirme bien.
Regreso a tiempo para prepararme en la presentación de las últimas candidatas. Erick está de salida de la clinica con mi cuñada y en lugar de ir con ellos, debo cumplir con algo que acepté hacer.
Tim me está esperando, en lo que por videocámara observo una vez mas a mi sobrino. Tomas Ambrosetti, un bebé que ya amo solo por ser quien es.
Santa le acerca la cámara mostrando su diminuto rostro, su poco cabello, y en eso me enfoco, mientras la peinadora está trabajando con mi cabello.
__ Suerte en tu presentación. - me dice cuando me despido de ella para irme.
Quiero ir con mi sobrino, pero tengo obligaciones y esas escapadas para escondernos y poder hacer o deshacer no se pagarán solas.
Sonrío, pues no quiero dejar a la vista mis nervios. Aunque sea algo protocolario, no está de más tener cuidado con cada acción, ya que después de todo, todo cuenta en la final.
El vestido celeste tirando a un verde esmeralda, delinea mi figura, el cabello me cae en ondas en la espalda. Porto un abrigo sobre los hombros y podría decir que me veo hermosa, pero esa no es la palabra que viene a mi mente cuando me veo en el espejo.
Soy una arrogante, jamás lo he negado. Lo tengo en la sangre y con mi reflejo queda demostrado que la belleza no se me negó.
__ Hermosa criatura del inframundo es hora de irnos. - Tim me coloca la corona de modo de prueba y sonrío cuando veo todo a la perfección.
__ No me la he ganado. - recuerdo.
__ Pero estamos ensayando. Las coronas te pertenecen, preciosa. - la aleja de mí y niego. - Vamos a visualizarte como la reina que eres.
Sus palabras siempre me dan ese escalofrío porque si no tener confianza es un problema, él también lo resuelve.
La limusina me espera, mi madre me da un beso en la frente, mi padre me lleva del brazo hasta el auto y ahí me rodea con sus fuertes brazos, deseandome suerte.
Son eventos a los que no puede ir más que los implicados y como representante de mi hermano, quien es mi patrocinador, ya esta Karina. Ella me acompaña en el auto, hablando por teléfono con su esposo. El jugador que la tiene más enamorada cada día.
__ Tienes que ir del brazo de Floyd Garner. - me dice Tim haciendo mala cara cuando lee el correo que le enviaron. - ¿Estos tipos creen que eres mercancía o qué?
__ No pienso ir de la mano del patrocinador de Lisa. - refuto.
__ Lo sé. Espera, hablaré con uno de los ejecutivos. - exclama llevándose el teléfono a la oreja, elevando la voz cuando el otro sujeto le dice que es algo que no se puede cambiar.
Necesitan que vaya de su brazo, porque eso levantará mas revuelo y la publicidad se hará sola.
__ No, Arleth no está en el lugar que tiene por bendecir las carreras de otros. - responde enojado. - Si lo que quieren es publicidad, pongan un presupuesto para ello, no me vengan a mí con exigencias que claramente en el contrato no están.
Les corta la llamada, toma una bocanada de aire y lo rodeo con mis brazos. Es de las pocas personas que están conmigo en las buenas y las malas, no dice algo que no hará, ni me ha dado la espalda.
__ No te forzarán a nada que no quieras, si lo hacen les corto las bolas. - advierte cuando lo suelto. - No irás de su brazo.
__ Te lo agradezco. - lo beso y hace mala cara cuando le muestro que le dejé una pequeña marca de labial.
Por eso lo hago siempre. Cuando se enoja estando en nuestro trabajo, es mas divertido.
Nos detenemos y observo la entrada del lugar. Lisa está hasta arriba de las escaleras, dando entrevistas, las demas candidatas solo pasan de largo. Mientras el chófer abre la puerta para Karina, quien me da ánimo antes de retomar su camino siguiendo la fila de los patrocinadores, siendo atacada de inmediato por los fotógrafos.
Espero el momento y en cuanto la puerta se abre, la mayoría se vienen sobre mí. Capturan la imagen de mi rostro en todo momento. Me preguntan cosas que no quiero responder, por ello evado y camino, lo más rápido que me lo permiten.
Los flashes iluminan todo nuestro entorno. Quiero salir corriendo, pero entorpecen mi camino, no me dejan avanzar, la seguridad no es suficiente para todos los que quieren capturar mi imagen.
Tim me cuida en todo momento. Camino y soy sostenida de la mano que me doy cuenta es de Floyd. Quiero soltarme, pero no me lo permite comenzando a maltratar mis dedos.
Sin hacer escándalo fuerzo el agarre, él se pega más a mi cuerpo. Sonríe para las cámaras, se detiene y ya mis dedos están aplastados. Mi corazón está acelerado, todos nos ven. La presión en el aire me sofoca.
Todo me da vueltas de un momento a otro con tantos reflectores sobre mí. No me ayuda, distorsionando más mi vista.
No puedo respirar cuando nos rodean porque no me deja avanzar sola, Tim da algunas declaraciones, dándome tiempo de escapar, pero no es suficiente. No me logro liberar de su mano.
__ ¿Es la confirmación de los rumores? - la pregunta me hace abrir la boca para decir la verdad de una vez, sin embargo, alguien me toma de la cintura arrancandome del agarre del boxeador.
Su colonia golpea mi nariz, a la vez que me lleva con él. Me gira y por instinto me sujeto de su cuello, cuando casi une nuestras bocas, siendo el posesivo maldito que me deja sin aliento, causando que ahora las preguntas cambien en otra dirección.
__ ¿Ellos son pareja? - se preguntan unos a otros. Nadie responde, yo solo observo a Gavrel a punto de tomar mi boca.
__ ¿No era novia de Floyd? - pregunta de nuevo el mismo sujeto.
__ ¡Es Gavrel Mikhailov! - lo reconocen y él solo se ríe.
__ ¿Que me prometiste? - su pregunta me hace probar su aliento. Es demasiado para mi limite. Su loción, su mirada, su contacto, todo de él me deja sin armas en su contra.
__ No esto.
__ ¿Acaso la modelito se está echando para atrás? - me desafía desatando lo que no debería saber, pero igual lo hace el maldito, tomando mi barbilla.
__ ¿Me devuelves a mi acompañante de esta noche? - le dice Floyd con cierta tensión y verguenza al ver que lo están fotografiando. - No creo que vaya a ser la segunda que me quites a mi amada.
__ Jamás te he quitado nada, porque ni siquiera sé quién eres. - medio lo observa de reojo, pues sus ojos me enfocan solamente a mí.
__ Todos conocen a Floyd Garner. - se jacta el boxeador para no quedar en ridículo.
__ No soy todos. - reitera sin más, desatando la burla de algunos que intentan disimular, pero lo ven como descartable, siendo nosotros el foco de su atención.
__ Arleth, unas palabras para tus fans. - me pide un sujeto.
__ Arleth, ¿Quien de estos caballeros es tu pareja esta noche? - quieren saber todos.
__ ¿O pareja sentimental? - juega otro con la pregunta que me tiene con el pulso disparado.
__ Viene conmigo. - declara Floyd con una enorme sonrisa.
__ Ella sabe con quien está. - Gavrel no me suelta. Arleth no lo hagas. No lo hagas.
Es un infeliz que sabe como ponerme al límite.
Aún con los tacones debo alzar mis pies para alcanzar sus labios, uniéndolos con un casto beso, causando el revuelo y flashes que capturan el instante.
Espero que me reproche lo que hice, me detalla un segundo sin decir ni hacer nada.
Su mirada lanza perversión, satisfacción y me encierra en la cápsula en la cuál me pierdo a causa de esa mirada que me pide saber que piensa.
Maldición. Arleth, corre.
__ Esto será interesante. - sonríe siniestro. En lugar de correr, mis labios cosquillean.
Sus ojos brillan, sus comisuras suben y antes de que pueda preverlo, estrella sus labios contra los míos. Se adueña de ellos, dejándome indefensa ante su tacto.
El tatuaje en su mano, me acaricia la mejilla con suavidad, en tanto su boca se apodera hasta de mi alma. No puedo levantar mis defensas, limitarme o tan solo esquivar lo que siento, porque el muy maldito sabe lo que debe hacer para hundirme en lo que sucede entre los dos.
Dejo de oír, de moverme y me dedico a disfrutar del beso que no pasa a lo grotesco, sino a uno dulce que pone a suspirar a todos, cuando regreso a mi realidad.
__ ¿Ustedes son pareja? Queremos oírlo. - preguntan y solo exhalo al saber lo que hice. Gavrel solo espera a que sea quien conteste, pero estoy en una encrucijada porque lo prometí y al dar la respuesta acabaré peor que al negarme.
__ Sí.
Me trago lo demás. Todos dispersan su sorpresa. Él sonríe y me toca la nariz con la yema de su dedo, mientras estoy a punto de desmayarme.
Acepto que me gusta, acepto que me enamoré, acepto que estoy perdida por él, pero ese es mi miedo. No saber si esto solo es estrategia de su parte o...
__ Odio los rumores. Mas cuando te implican con otra persona que no soy yo. - camino junto a él, quien logra que despejen el camino en un segundo, yendo a mi lado, mirando al frente, en lo que yo aún no sé cómo debo respirar.
No entiendo como mis pies funcionan o si esto solo es un sueño absurdo de mi parte. Lo que sí sé, es que me gusta, me gusta que me deje presumirlo ante todos.
Aún cuando lo que quiero es matarlo por obligarme a hacer algo sin charlarlo antes. Sin embargo, puedo esperar.
Puedo esperar un poco y disfrutar de este desenfreno emocional.