Mi Luna

By Nereyta01

397K 22.7K 2.5K

Kenzo Parker se niega a creer que Jade, la hermana de su mejor amigo, sea su mate y destinada. Piensa que la... More

Sinopsis/Advertencia
Personajes.
Capítulo 1.
Capítulo 2.
Capítulo 3.
Capítulo 4.
Capítulo 5.
Capítulo 6.
Capítulo 7.
Capítulo 8.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 11.
Capítulo 12.
Capítulo 13.
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
Capítulo 17.
Capítulo 18.
Capítulo 19.
Capítulo 20.
Capítulo 21.
Capítulo 22.
Capítulo 23.
Capítulo 24.
Capítulo 25.
Capítulo 26.
Capítulo 27.
Capítulo 28.
Capítulo 29.
Capítulo 30.
Capítulo 31.
Capítulo 32.
Capítulo 33.
Capítulo 34.
Capítulo 35.
Capítulo 36.
Capítulo 37.
Capítulo 38.
Capítulo 39.
Capítulo 40.
Capítulo 41.
Capítulo 42.
Capítulo 44.
Capítulo 45.
Capítulo 46.
Capítulo 47.
Capítulo 48.
Capítulo 49.
Capítulo 50.
Capítulo 51.
Capítulo 52.
Capítulo 53.
Capítulo 54.
Capítulo 55.
Capítulo 56.
Capítulo 57.
Capítulo 58.
Capítulo 59.
Capítulo 60.
Capítulo 61.
Capítulo 62.
Capítulo 63.
Capítulo 64.
Capítulo 65.
Capítulo 66.
Capítulo 67.
Capítulo 68.
Capítulo 69.
Capítulo 70.
Capítulo 71.
Capítulo 72.
Capítulo 73.
Capítulo 74.
Capítulo 75.
Capítulo 76.
Capítulo 77.
Capítulo 78.
Capítulo 79.
Capítulo 80.
Capítulo 81.
Capítulo 82.
Capítulo 83.
Capítulo 84.
Capítulo 85.
Capítulo 86.
Extra 1.

Capítulo 43.

4K 231 29
By Nereyta01

Jade

Despierto al sentir la boca de mi hombre en mis pechos y gimo gustosa al notar como calma el dolor que tengo.

—Buenos días, mi Luna — succiona y pellizca mis pechos — ¿cómo te encuentras hoy?

—Buenos días, mi Alfa. Estoy mejor — respondo pasando una mano por su cabello suave.

Se queda con mi pezón en la boca como si fuese un chupete y sin dejar de pasar su mano por mi barriga.

—Me encantaría quedarme aquí, Kenzo, pero tengo que seguir con las clases. Llevo dos atrasadas.

Gruñe y siento la vibración en la zona. Se da la vuelta quedando boca arriba y veo su erección. Trago saliva al recordar lo que hice ayer. Por la Diosa, probé su semilla.

—Kenzo.

—Mmm

—Yo... yo quiero — tartamudeo y me mira con una ceja alzada.

—Dime que quieres, cariño. No tengas vergüenza.

—Quiero sentir lo de ayer. Alivió mi dolor.

Me da una sonrisa lobuna y lo tengo encima en un segundo dejando besos en mi cuello hasta bajar a mis pechos.

—Solo tienes que decirlo, cariño.

Me quita las bragas y veo que apenas estoy manchando. Es raro, ya que siempre me dura unos cuatros días y solo llevo dos.

—Quiero lo de ayer.

Me besa mientras se quita su única prenda y abre mis piernas para dejarlas en su cintura.

Por la Diosa. ¿Piensa meterla? No digo nada y dejo que haga lo que quiera.

—Quiero que la sienta esta vez, Jade — pega su dura erección en mis pliegues y tiemblo — Quiero que me uses y te des placer ti misma.

Nos da la vuelta dejándome arriba y me quedo en blanco sin saber como seguir. ¿Qué hago ahora?

Lo mismo que lees en tus libros, hazlo — me habla mi loba.

Lo miro, trago saliva y me muevo un poco, su erección está entre mis pliegues tocando directamente mi clítoris. Muevo mis caderas en un vaivén lento hacia adelante y luego hacia atrás, probando como funciona esto. Él gruñe y miro hacia abajo donde dejo pequeñas manchas de sangre.

Agarra mi mentón y me hace mirar su cara.

—Es tu sangre, no me da asco, cariño. Te comería el coño si me dejases.

Gimo al escucharlo hablar así de sucio, me encanta y él no tiene filtros.

—Oh, por la Diosa — susurro moviéndome más rápido y él pasa sus manos a mis nalgas para ayudarme.

—Diosa no, Kenzo, cariño — me dice el maldito.

—Sigue, por favor.

Me muevo más rápido y lleva su mano a mis pechos para darles atención. Siento me derrito bajo su toque, es tan delicioso sentir estas cosas con mi hombre.

—No pares, Jade — ordena con esa voz ronca y siento que estoy a punto de llegar.

—No puedo.

Él me mueve más rápido y el orgasmo me golpea, dejándome en su pecho temblando por los espasmos.

—Déjame intentar algo, cariño — pide y lo miro asintiendo.

Vuelvo a estar bajo su cuerpo y veo como me abre más las piernas para pasar su punta por toda mi hendidura. Tiemblo y jadeo al estar tan sensible.

Posiciona la punta en mi entrada y lo miro con un poco de miedo por descubrir algo nuevo.

—Relájate, te prometo que no la voy a meter entera, mi Luna.

Asiento pidiendo que me bese. Lo hace y entonces noto como su cabeza hace presión para entrar en mi interior.

—Dioses... no entra, Kenzo.

—Solo relájate, cariño, estás muy estrecha.

Siento que mete su cabeza entera y sollozo, esto arde. Gimoteo cuando él me besa para calmarme

—Relájate, mi Luna — susurra en mis labios y lo miro a los ojos — eso es, siento como me aprietas.

—Duele.

—Solo un momento, mi Luna.

Respiro para relajarme cuando deja besos por toda mi cara sin moverse abajo. Cuando siento que me he acostumbrado, levanto mis caderas. Necesito algo no se el qué.

—No te muevas, cariño. Créeme que va a dolerte mucho — su voz sale ahoga y sé que él necesita su orgasmo.

—Hazlo un poquito, pero no metas más, por favor. Duele.

Su iris ocupa casi todo su ojo, está muy excitado al igual que yo. Jamás sentí esto.

Disfruta y deja de pensar — me regaña Frodi.

Mueve su cintura un poco y jadeo al sentir como sale y vuelve a entrar muy despacio. Y solo es su cabeza.

Toca mi clítoris al mismo tiempo y solo hace falta cuatro pequeños empujes para que yo tenga otro orgasmo, sintiendo como mis paredes se aferran a él y gime.

Diosa... nunca había escuchado a un hombre gemir. Es el sonido más excitante.

—Mi Luna — gruñe cuando llega al orgasmo y sale de mi interior para dejar caer su semilla en mi barriga.

Me quedo paralizada observando como se descarga. Él...

No quiere cachorros, no quiere que los tengamos — le digo a mi loba, pero ella no me responde.

Me quedo con la mirada perdida. Mi cabeza es un lío y yo soy una ingenua.

—Cariño, ¿qué pasa? — me habla sujetando mi rostro — ¿te hice daño?

No le respondo y me doy la vuelta. No quiere cachorros conmigo, me mintió, pienso mientras lloro más y siento como mi mundo se viene abajo de nuevo.

Otra vez me ha mentido, otra vez me hizo daño. ¿Es que acaso disfruta al verme así?

Escúchalo antes de juzgar, cariño — habla mi loba.

—Jade, por favor, responde, ¿te hice daño? — siento su miedo y la angustia en su voz.

—No me quieres, me has mentido — le digo sin poder ocultar mi voz rota.

—¿Por qué dices eso? No te entiendo. Habla conmigo — me da la vuelta y limpia las lágrimas de mi cara.

No sirve de nada, ya que siguen saliendo sin control. Estoy muy sensible con la menstruación y lloro demasiado.

—Tú has acabado fuera, no lo hiciste dentro y dijiste que querías cachorros conmigo, pero has derramado tu semilla fuera — le reclamo mientras lloro como una niña de cinco años cuando pierde su muñeca.

Lo escucho reír y soltar un suspiro aliviado. ¿Tiene el descaro de reírse?

—Jade, cariño, ¿no sabes lo que es el nudo, verdad? — pregunta con una sonrisa sin dejar de mirarme.

—No se de qué hablas — respondo a la defensiva. No voy a dejar que se ría de mí.

—Cuando mi polla esté dentro de ti, el nudo sale para pasarte mi semilla y que no se escape, pero no puedo darte mi nudo sin antes haberte acostumbrado. Puedo desgarrar tu interior, por esa razón salí — me besa y dejo de llorar.

Nunca he hablado con nadie sobre este tema. ¿Con quién iba a hacerlo, con nana? Por la Diosa, que vergüenza. ¿Con Sinnia? Mucho menos, podría haberle dicho a mi hermano que andaba de curiosa por la vida. Y ni pensar en mi hermano.

—Yo no sabía eso — sollozo dándome la vuelta y me lanzo a sus brazos necesitando su calor.

—Lo sé, cariño, pero quiero que sepas que si te quiero, Jade. Eres mi mundo.

Deja un beso en mi frente y nos levanta para ir al baño. Me recojo el cabello antes de darnos una ducha rápida y veo que su semilla ahora baja por mi pierna, con sangre en mi interior.

Bajamos a la cocina después de vestirnos y vemos a nana y Sinnia.

—Buenos días — las saludo con una sonrisa.

—Buenos días, cariño. ¿Te sientes mejor? — me pregunta nana y siento como se me calientan las mejillas.

No me duele nada porque he tenido unos cuantos orgasmos y eso parece que ayuda.

—Sí, ya no me duele apenas — abro mi silla para sentarme y desayunar.

Sinnia me mira fijamente sonriendo de lado. Maldición, ella lo sabe. Sabe lo que hago con Kenzo.

—Imagino que esa bolsa hace bien su trabajo — habla con diversión y no hace falta ser muy listo para saber que no habla de la bolsa térmica.

Carraspero poniendo los ojos en mi plato para desayunar. Escucho como se ríen y las miro con las cejas juntas. Seguro estoy haciendo una mueca con mi cara.

—No se rían de mí.

—No nos reímos de ti, cariño. Eres muy valiosa para nosotras, mi dulce niña — habla nana mirándome con amor.

Continue Reading

You'll Also Like

51.6K 2.7K 24
Con el tiempo aprendí que puedes conocer a diferentes personas, personas que pueden amarte, desearte, protegerte o simplemente odiarte; también que n...
266K 15.7K 24
YA ESTA DISPONIBLE COMPLETA - EN CORRECCIÓN Ella fue criada para ser la mate sustituta del Alpha, pero que pasa si este la engaña. Ella esta dispue...
865K 44.3K 44
Samantha García nunca imaginó que la mudanza que la aparto de lo que ella consideraba su hogar sería lo mejor que le pudiese haber pasado. Jason Ben...
557K 26.4K 20
Mi nombre es Adelaide. No solía creer en criaturas místicas, hasta que conocí a Aaron, y mi vida se vio influenciada bajo las normas del lobo, a ser...