Después de todo el drama me fui a dormir de nuevo, toda esta basura me tiene arta de verdad. Un poco ma ser esto y explotó.
Sentí que algo no andaba bien y desperté de mi sueño, mire la hora y era tarde, baje y note que ni había nadie en la casa.
Ay no... rápidamente coji un abrigo y me teletransporte.
Al llegar ví como los dueños estaban atados a sillas y como Dean, Sam y Bobby observanban a La muerte y Castiel hablar, como unos idiotas.
—La próxima vez que vayan hacer otra cosa tan estúpida como atar o invocar a la muerte me avisan —dije rápidamente.
—Astra...
—Ahorrate tus comentarios, Dean —dije y lo mire—. ¿En serio?, soy más joven que ustedes y han hecho más cosas estúpidas que Alastair en sus tiempos.
—Astra, que gusto verte —me saludos la muerte.
—Hola abuelo... —dije algo avergonzada.
—¡¿Qué?! ¡¿Qué?¡ —sobresalto Dean rápidamente.
—Abue- ¿Abuelo? —pregunto Sam tartamudeando.
Bobby solo pudo observarme con la boca abierta sin palabras y en cuanto a Castiel solo estaba pensativo.
—Larga historia, olviden esto, ¿si?
—Hablaremos en casa —me dijeron Sam y Dean al mismo tiempo.
Yo solo supiera y Cass empezó a hablar—. Estoy limpiando un desastre tras otro con desinterés.
—Ay que humanitario —dijo la muerte con ironía.
—¿Que eres tú realmente? Un matamoscas —respondio Castiel.
—Destinado a aplastarte, creo yo.
—Si no te mato primero.
—Este se trajo su propio prensa. Por favor, Cass... Yo conozco a Dios. Y usted, señor, no es Dios. —dijo la muerte y todos notamos como Castiel se estaba enojado bastante.
—Muy bien, ya vasta de juegos, los dos —dijo Dean tratando de tranquilizar el ambiente—. Llámalo como quieras, pero mátalo ahora.
Castiel se volteo hacia Dean sin ninguna expresión.
—Bueno, está bien... —la muerte iba a tocarlo pero rápidamente Cass trono los dedos haciendo que las cadenas que tenía se desvanecieran.
—Gracias. ¿Peleamos ahora? —dijo y se hacerco a un sillón para luego sentarse—. Tengo la impresión de que me llevaré a alguien, muy, muy pronto —miro a los que dueños que estaban atados—. Descuiden a ustedes no.
Castiel se desvaneció retiatonse de la habitación.
Le hice unas señas a Dean para que le diga algo a la muerte, Dean estaba a punto de hablar pero el lo interrumpio
—Cierra la boca, Dean. No te atare los zapatos cada vez que te tropieces. —Hizo una pausa—. ¿Te advertí sobre esas almas hace cuánto? Lo suficiente para que pararas a ese tonto. Y aquí estamos de nuevo con tu planeta al borde de la inmolación —dijo parándose se el sillón.
—Pues lo siento, ¿si? He tratado de salvar este planeta. Deberías buscar a alguien más para hacerlo.
—Tal vez debería gastar mis esfuerzos en un mejor planeta —soltó con ironía—. Bueno, fue divertido.
—Espera, espera, espera, debe importarte un poco lo que pasa con nosotros —comentó Sam, antes de que el se fuera.
—Creo que en realidad no. Pero sí encuentro arrogante a ese ángel.
—Bueno, usemos eso —agrego Dean rápidamente.
—Su única esperanza es que regrese todo al purgatorio. Rápido.
—Necesitamos un portal —dijo Sam.
—Tiene lo que necesitan en el laboratorio. Hagan que regrese ahí y oblíguenlo a devolver al poder.
—¿Oblíguenlo? —soltó Dean con ironía.
—Resuélvanlo.
—Pero la puerta solo se abre en el eclipse. Y ya pasó —dijo Bobby mostrando respeto.
—Yo haré otro. 3:59, domingo en la madrugada. Antes del amanecer. Sean puntuales. No me agradezcan. Limpien su desorden —dijo firme, se iba a ir pero se dió la vuelta—. Traten de atarme otra vez y morirán antes de empezar.
Dean, Sam y Bobby aún estaban algo aturdidos por todo y solo se quedaron viendo.
—Fabuloso... —solto Dean con las manos en la cabeza.
—Y Astra... Protege a estos muchachos, se que los aprecias mucho.
Rápidamente los tome a todos y nos teletransporte a casa.
—Espera vine en mi auto —dijo Dean preocupado.
—Tranquilo está afuera.
—Bueno, tenemos que irnos. ¿Cómo vamos a llevar a Cass a ese lugar a las 3:59 a.m.? —pregunto Sam confundido.
—No lo haremos —dije sentandome en el sofá.
—¿Cómo que no lo haremos?
—No podemos llevar ese caballo al agua y no podemos hacerlo beber, es cierto ¿Para que engañarnos? —dijo Dean.
—Astra, Dean, escuchen. Se que creen que Cass no existe. El sigue ahí dentro. Yo lo sé.
—No es cierto —dijimos al mismo tiempo.
Sam suspiro—. No, no sé. Pero mira, yo también estaba muy lejos a veces y nunca me di por vencido.
—Si y resulta que tú eres el mismo libro abierto de siempre —dijo Dean con ironía—. ¿Alucinaciones? ¿En serio? ¿Tuve que saberlo por la muerte?
Ay no, porque siempre estoy acaba en discusión.
—¿Que debía haber hecho?
—¿Qué tal no mentir? ¿Qué tal decirme que ves cosas de locura en tu cabeza?
—¿Por qué? No puedes ayudar. Tienes muchas cosas en tu cabeza también. Y pensé... ¿Por qué arruinar la única esperanza que tienes? Está bajo control.
—¿Qué? ¿Qué es lo que está bajo control?
—Se lo que es real y lo que no...
—Sam... —dijo Dean mirando al techo.
—Dean, Sam, podemos debatir esto después de Cass. ¿Por favor? —les pregunté a ambos—. No quiero más peleas.
—Estoy con ella —me apoyo Bobby apuntandome.
—¿Sabes lo que voy hacer? Voy a cerrar mi bocota, voy a beber. Y voy a ver una caricatura porno y actuar como si el mundo fuera a explotar, porque así será —puso su basó de whisky a un lado y miro la computadora—. Tiene que ser una broma.
Rápidamente todos nos acercamos y miramos para ver qué pasaba.
—Hay imágenes de seguridad y videos sueltos de Cass masacrando a todos.
—Bueno, creo que acudir a Cass está fuera de discusión —solté y me alejé de la computadora.
—Exacto, estoy con ella —dijo Dean mientras tomaba un sorbo de whisky.
Quise ir a fuera un momento a respirar, todo estoy si soy sincera es una mierda, nunca había sentido tanto estrés en una dimensión como en esta.
Al estar afuera unos minutos, ví como Sam salió de la casa e intento llamar a Castiel. Y estaba siendo muy amable... El le decía que no sabe si alguna parte de él le interesa ayudarnos, y que un creé que es de los nuestros, muy, muy en el fondo pero que aún tiene el amanecer para parar todo esto. Que nos deje ayudar.
Rápidamente entre a la casa y me senté junto a Dean, como si nada hubiese pasado y unos minutos después también entro el.
Sin preangulos Castiel apareció, estaba cubierto de sangre y se le veía demasiado débil.
—Sam... Te escuche —comento débilmente, y casi se cae pero se sostuvo de la pared—. Tienen que ayudarme.
★★★
Nos en encontrábamos en el edificio donde Castiel y Crowley habían hecho sus negocios.
—Necesitamos la sangre correcta. Hay un frasco. En el pasillo, en el armario.
—Entiendo.
Rápidamente Sam fue a buscarlo.
—Dean...
—¿Qué, necesitas algo más?
—No. Estoy arrepentido. Contigo y por lo que le hice a sam.
—¿Si? Pues deberías.
—Si hubiera tiempo, si tuviera las fuerzas, lo arreglaría ahora. Quisiera hacer enmiendas antes de morir.
—Esta bien —dijo Dean algo pensativo.
—¿Está funcionando? —pregunto Cass.
—¿Eso te hace sentir mejor?
—No. ¿A ti?
—Ni un poco.
Solo pude observarlos a ambos.
Sabía que aunque Castiel nos traicionado pues Dean lo perdonaría después de todo, pues él es su protector y es su amigo, familia...
Al pasar el rato todos notamos que Sam estaba demorando mucho con el asunto de la sangre.
—Voy a ir a buscarlo —dije mirando a Dean.
—Ire contigo.
—No, Dean. Quédate con Cass.
Dean me miró algo preocupado.
—Tranquilo estaremos bien, confía.
Dije y salí a buscar a Sam por el pasillo se el edificio.
Al caminar note que el frasco con la sangre que buscaba Sam estaba en el suelo.
—¿Sam? —coji el frasco del suelo y mire hacia delante—. Maldición.
Regresé porque ya era tarde, al llegar empecé a dibujar el símbolo en la pared.
—Muy bien. Ponte de pie, Cass —dijo Bobby mientras lo ayudaba a pararse y ponerlo frente al símbolo.
Me moví junto a Dean y Bobby empezó a pronunciar las palabras. Rápidamente Cass se calló al suelo débil pero Dean y yo lo ayudamos a levantarse.
Luego se empezó a abrír el portal al pulgatorio y Cass se volteo a nosotros.
—Lo siento.
Lo miramos confundidos y al Bobby terminar se abrió por completo el portal a pulgatorio, rápidamente una luz salió de Castiel haciendo que todas las almas que se había llabado pudieran regresar.
Después de que salieron todas y cada una de ellas, Castiel cayó al suelo.
—¿Cass?
Se acerco a el y lo movió. Bobby puso una de sus manos en su cuello.
—Esta frío.
—¿Respira? —pregunto Dean —. Tal vez los angeles no respiran.
—Esta muerto, Dean —dijo Bobby mirándolo con tristeza.
—Maldición... —soltó Dean levantándose—. Cass, idiota. ¿Por qué no me escuchaste?
—No está muerto —dije mirando a Cass.
Rápidamente las heridas que Cass tenía en el cuerpo se desvaneciron, y despertó.
—¿Cass?
Bobby y Dean lo ayudaron a parse—. Eso fue desagradable —dijo el—. Estoy vivo.
—Asi parece, muchacho.
—Gracias, a ambos.
—Aunque básicamente tratabamos de salvar el mundo —siguio Bobby.
—Estoy avergonzado.
Rápidamente Cass se empezó a retorcer y se sostuvo de una mesa.
—Se quedaron dentro de mi, Los Leviatanes.
Cass se empezó a calmar y sobresaltó.
—Cass, ya no está. Está muerto —agarro a Dean y lo lanzo a la pared con fuerza, luego miro a Bobby y lo lanzo después a el.
Trato de acercarse a mi pero noto lo que era y mejor no me tocó. Me quedé muy tranquila en mi lugar, pues... Su recipiente va a explotar.
Mire a Dean y a Bobby con una sonrisa y les dije a través de la mente que no sé preocuparan.
El Leviatan se empezó a alejar de nosotros y desapareció mientras caminaba débilmente.
Rápidamente tome a Dean y a Bobby y nos teletransporte a dónde estaba Sam, quien se encontraba alucinado.
—¡Sam, Sammy! —le grito Dean—¿Estás bien?
Luego de que volvió a la realidad, salimos del edición.