1 de septiembre de 1971
La plataforma 9 ¾ era tan fascinante como le habían dicho sus primas y Lucius, se podía ver a todas las distintas familias, padres acompañando a sus hijos, lechuzas volando y lo más importante la brillante locomotora.
—¡Fascinante!
Alphard rió al ver a su hija tan entusiasmada —Vamos Sev, busquemos donde guardar tus cosas— Ya guardado el baúl en el tren, Alphard sonrió dulcemente y se arrodilló para darle un fuerte abrazo a su bebé —Oh mi niña...— mi voz temblaba en cada palabra —Nunca pensé que este día llegaría tan rápido.
—Pues así fue Alphard.
Sev y yo volteamos la cabeza y vimos a Orión y Walburga junto a sus hijos, Sirius y Regulus.
—Hermana— Walburga se acercó a Severin y acomodo su uniforme, el cual yo le había puesto gracias a un hechizo de cambio de ropa.
—Espero grandes cosas de ti Severin— voltee donde estaba Sirius —De ambos.
Sirius se veía nervioso y enojado a la vez, parece que tuvo otra pelea con la tía Walburga.
—Pórtate bien sobrina.
—Lo haré tío Orión.
—Recuerden, ambos forman parte de la antigua y majestuosa casa de la familia Black, honren a la familia siguiendo las tradiciones— esto último lo dije con una mirada desafiante a Sirius.
—Será mejor que suban.
—Espera, papá, ¿cuidaras bien de Hades, verdad?
—Claro que sí cariño, Hades va a estar bien, los elfos lo cuidaran bien— Severin solo sonrió y me dio el último abrazo antes de subir al tren.
Los dos niños subieron y buscaron el primer compartimiento vacío, mientras afuera los tres adultos y el pequeño Regulus veían como la enorme locomotora iba avanzando lentamente para luego ir tomando más velocidad y alejarse de la estación dejando a varios adultos llorando por alejarse de sus preciados hijos.
—Este está vacío— murmuró Sirius al abrir una puerta —Entremos.
Severin tomó asiento mientras Sirius miraba algo afuera en el pasillo.
—¿Pasa algo Sirius?— le dije un poco preocupada.
—Si... no te preocupes... ah... iré a buscar a Narcissa... no tardó...
Sirius salió corriendo casi igual cuando ambos escapábamos de la tía Walburga. Al rato de veinte minutos él no aparecía y cuando pensaba que me había abandonado la puesta del compartimiento se abrió lentamente dejando ver a una chica y un chico, ambos de cabello rubio.
—Parece que está ocupado Pandora, será mejor irnos— el chico estaba dispuesto a irse otra vez pero la chica lo detuvo.
—No seas pesimista Evan— regañó la chica a su compañero —Disculpa, ¿podemos sentarnos contigo?, el tren está lleno.
—¡Por supuesto!— conteste con una radiante sonrisa y vi que la chica se sentaba enfrente mío mientras arrastraba a su compañero —Soy Severin Black, un gusto en conocerlos.
Ambos chicos se me quedaron viendo por un minuto sorprendidos y luego el chico habló —Oh... perdóneme, donde están mis modales, mi nombre es Evan Rosier— el se señalo así mismo —Y ella es mi hermana Pandora Rosier— señalo a la chica.
Los tres niños hablaron de muchas cosas, desde las diferentes clases que venían siendo "defensa contra las artes oscuras" la favorita de los tres, de las diferentes casas y sobre las demás actividades que podría realizar.
Al llegar a la estación los niños se bajaron del tren y comenzaron a caminar hacia un enorme semigigante que los llamaba.
—¡¿Qué cosa es esa?!
—¡Silencio Evan!, te va a escuchar— los hermanos empezaron una pequeña discusión entre ellos sin prestar atención a su alrededor.
—¡Severin!— el grito puso atentos a los tres niños y voltearon para ver a cuatro niños aproximarse —Al Fin te encuentro— luego de dejar a mi prima en ese compartimiento pensé que podría ser buena idea buscar otro lugar para pensar, en uno de esos lugares conocí a James Potter, un chico de familia sangre pura considerada traidores de sangre, a Peter Pettigrew un mestizo con ascendientes muggles y por supuesto ahí estaba el chico mestizo que estaba en la heladería con mi prima, Remus Lupin.
—Ah, hola Sirius— dije sin ánimo y enojada, después de todo... ¡me dejo sola sin ninguna explicación!
—¡Vamos, no se queden atrás, suban a los botes!— el hombre semigigante nos avisó y todos nos subimos, obvio cada grupo en un bote.
Ya en el castillo una profesora nos dio unos avisos antes de entrar en el gran comedor, ya adentro pude ver a todos los estudiantes, los profesores y al director, Albus Dumbledor. La profesora Minerva Mcgonagall apareció con un sombrero en mano.
—Los llamaré, y ustedes tomarán asiento aquí— dijo —El sombrero decidirá a cuál casa enviarlo según las cualidades que vea en ustedes.
Vi a la mesa de Slytherin y ahí estaban Narcissa y Lucius; Cissi estaba cursando actualmente su sexto año y Lucius ya estaba en su último año, ambos parecían susurrar secretos y no pude dejar de pensar lo que una vez Bellatrix me dijo.
"—Cuando llegues a hogwarts trata que Narcissa sea la próxima señora de Lucius Malfoy—"
Eso sería fantástico, nadie es mejor que mi prima favorita para ser la futura señora Malfoy.
—Potter James— Vi al chico que estaba con Sirius en el tren, tenía una sonrisa arrogante típica de sangre pura.
—¡GRYFFINDOR!— gritó el sombrero seleccionador.
—Lupin Remus— está vez fue el turno de Remus.
—¡GRYFFINDOR!— volvió a gritar el sombrero seleccionador.
Así pasó los minutos, algunos estudiantes fueron Slytherin, otros a Gryffindor, Pandora Rosier fue seleccionada a Ravenclaw y su hermano a Slytherin.
—Black Sirius— era el turno de Sirius, solo le rezaba a Merlín para que no fuera hacer una locura.
—¡GRYFFINDOR!— sólo se escuchó el murmullo por gran parte de los estudiantes de slytherin, nadie pensaba que un miembro de la casa Black fuera hacer gran descaro de no seguir la tradición de su familia.
—Black Severin— me sobresalte al escuchar mi nombre, el rechazo de Sirius a la tradición me dejó en shock. Subí al alto taburete y espere la decisión del sombrero.
El tiempo pasaba y el sombrero demoró casi cinco minutos en elegir donde enviarme, quería llorar cuando lo escuche.
—¡SLYTHERIN!— después que la profesora me quitara el sombrero salté del taburete y fui a sentarme entre Narcissa y Lucius, al frente estaba Evan Rosier.
En la mesa de los leones se podía ver a un afligido Sirius ver hacia la mesa de las serpientes.
—Sirius... ¿estás bien?— dijo Peter Pettigrew a su nuevo amigo.
—Déjalo Peter, seguramente está así porque su prima terminó como una serpiente rastrera— dijo James Potter mientras masticaba un pernil de pollo.
—En primera James, mastica con la boca cerrada— el nombrado rodó los ojos —En segunda, Sevi no es igual al resto de estirados que hay en slytherin, ella es diferente.
—Estoy de acuerdo con Sirius— murmuró Remus —Yo tuve el privilegio de entablar una buena charla con ella y no parecía incómoda o que le desagrada el hecho de que soy mestizo, incluso hablo con mi mamá y ella es muggle.
Este último dato dejó desconcertados a James y a Peter, ya que ambos sabían por parte de sus padres que las familias de sangre pura mas antiguas odiaban a los muggle, squib, mestizos y a los nacidos de muggle.
Cuando la cena se terminó el director pidió a todos los prefectos llevar a los de primer año hacia sus respectivas salas comunes y explicarles todo lo que necesitan saber.
—Muy bien jóvenes de primer año, por aquí— dijo uno de los prefectos.
Llegamos al frente de un gran muro de piedra la cual era la entrada a la sala común de slytherin.
—Muy bien, la contraseña de la sala común es la siguiente, pongan atención, "sangre pura"
El muro tembló y una serpiente abrió el paso a la sala común.
—¡Bienvenidos a la sala común de slytherin!, muy pronto conocerán al jefe de nuestra casa, su nombre es Horace Slughorn, el es un hombre muy serio y comprometido con su trabajo, por eso debemos dar lo mejor para que al final del año escolar slytherin sea el ganador de la copa de las casas.
Terminada la presentación de los prefectos, la entrega de los horarios, el repaso del reglamento estudiantil y todo lo demás, los estudiantes fueron dispersando hacia sus habitaciones, por suerte algunos estudiantes tenían la suerte de tener habitación propia, este era el caso de Severin.
La noche pasó tan rápido que nadie se dio cuenta hasta que era la hora de desayunar.
—Buenos días Severin— dijo con gracia y amabilidad Narcissa hacia su prima.
—Buenos días Cissa, ¿dónde está Lucius?— le respondió mirando hacia toda la sala común buscando a su amigo prefecto —Pensé que estaría contigo— la miro picaramente.
Esta se sonrojo por lo dicho por su prima —No... no se donde estará Lucius ahora...
Después de esa pequeña charla las dos Black se dirigieron al gran comedor, allí las esperaba Evan Rosier que se levantó para recibir a ambas damas.
—Ve con tu amigo Sev, yo te veré después.
—Muy bien— me acerque donde Evan y él me presentó a los amigos que hizo en los dormitorios.
—Severin, quiero presentarte a mis nuevos amigos— señale a uno de los chicos para que se presente.
—Soy Rabastan Lestrange— me presente cordialmente.
—Mi nombre es Edmund Mulciber— salude a la bella dama.
—Un gusto, soy Bruce Avery.
—Es un placer conocerlos, tal vez ya me conozcan pero igual me quiero presentar, yo soy Severin Black.
Los niños desayunaron calladamente y cuando todos terminaron se pusieron hablar de sus vidas, Severin se enteró de muchas cosas interesantes que sus nuevos amigos le contaron pero luego el gran comedor se empezó a llenar y el tema fue evitado cuando las lechuzas llegaron a repartir las cartas.
Ese día el desayuno fue el más interesante de todos, a Sirius Black le llegó un vociferador de su madre.
—¡¿CÓMO ES POSIBLE QUE TERMINARAS EN GRYFFINDOR?!, ¡ERES UNA DESHONRA SIRIUS ORION BLACK!, ¡SABÍA QUE ALGO HABÍA MAL EN TI CUANDO TE TUVE EN MIS BRAZOS!— todo tipo de insultos fueron gritados a viva voz por todo el gran comedor, los estudiantes y profesores quedaron petrificados del miedo al escuchar a Walburga Black, el vociferador giro viendo hacia la mesa de slytherin —Severin, sobrina mía, ¡estoy muy orgullosa de que si respetaras la tradición de la familia!, Narcissa cuidala mucho, las quiero— seguido a eso la carta se destruyó dejando solo pedazos y a un gran comedor en silencio.
Severin trato de ignorar lo ocurrido pero los cuchicheo de los estudiantes no ayudaban por lo que se levantó y se fue al jardín a leer las otras dos cartas que tenía en su mano. Abrió la primera carta que tenía el sello de los Prince...
"Hola Severin, te escribo esta carta porque no podré decírtelo en persona pero lo que ocurre es que... ¡VOY A SER MAMÁ!... el centro de adopción mágico al que fui me dio la autorización de adoptar... tus abuelos estaban un poco molestos por no haberles dicho con tiempo para organizar el cuarto del niño, porque si sobrina querida, es un varón, su nombre es Eiran... Eiran Prince, ¿no suena divino?, ya quiero que sea navidad para que vengas y lo conozcas, Cordialmente, tu tía, Esther Prince"
Ok... jamás pensó que su primera mañana en Hogwarts fuera así. Tomo la otra carta y la abrió solo que a diferencia de la otra está hablo como si fuera un vociferador.
—¡La honorable casa de los Black y los Lestranges tienen el honor de invitarla a la boda de Rodolphus Lestrange y Bellatrix Black, la boda se realizara el día 20 de octubre en la mansión del lord Cygnus Black y lady Druella Black— escuché un jadeo de sorpresa y voltee para ver a Rabastan.
—¿Mi hermano se va a casar?— sabía que había algo raro cuando me llegó una carta de mi hermano —¡Si se va a casar!— esta vez salté de alegría, al fin mi hermano consiguió una buena mujer para sentar cabeza y era la prima de la niña más bonita que haya conocido —¿Estás feliz por tu prima, verdad Severin?
—Claro que estoy feliz por ella, no puedo esperar para el día de su boda— sonreí un poco al imaginar a Bella con su vestido blanco por lo que imagine... ¿Cómo sería el día de mi boda?
Mientras la pequeña Severin pensaba esto un solitario hombre que jugaba con un cachorro sintió la necesidad de matar a cada chico que quisiera pretender a su pequeña bebita.
Después del desayuno llegó la parte más interesante para algunos estudiantes pero para otros la más estresante... las clases... su primera clase sería pociones con Gryffindor por lo que podría estar con Sirius, Remus y sus nuevos amigos de Slytherin.
—Bienvenidos, Bienvenidos— murmuró el profesor a sus estudiantes de primer año —Hoy comenzarán su camino en el arte de la elaboración de pociones, aprenderán bastantes cosas, y... estoy seguro que cada uno dará lo mejor en la clase— aseguro.
Severin se sentía un poco nerviosa por realizar su primera poción de toda su vida, recordaba como antes que su madre muriera ella solía enseñarle algunas cosas.
—Muy bien... por el momento solo nos enfocaremos en la teoría— mencionó a sus estudiantes —Abran su libro en la página cinco— pidió amablemente.
Esto decepcionó a Severin quien volteo a ver a Sirius pero este estaba mas entretenido con el chico Potter por lo que miro disimuladamente a su compañero de mesa el cual era un Gryffindor, Peter Pettigrew, el cual estaba buscando desesperada mente su libro en su bolso pero al parecer no lo trajo.
—¿Todo bien?— aunque Sirius se encargó de presentarme a todos sus nuevos amigos antes de entrar a clase aun se me hace un poco extraño hablar con ellos.
—Si... yo solo...— como pude ser tan idiota de olvidarme el libro de pociones.
—Si gustas podemos compartir mi libro por hoy— le dije al Gryffindor y este me vio con ojos de agradecimiento.
—Si por favor, muchas gracias.
Abrí el libro en la página correspondiente y ambos leímos mientras el profesor explica más detalladamente en la pizarra. Severin se tomó la tarea de escribir en un pergamino todos los detalles de lo que su profesor les explicaba, algunas cosas ya se las sabía gracias a su mamá y a los libros que leyó en la mansión de sus abuelos maternos.
Fueron dos largas horas de lectura, dos horas que tuvo que ayudar a Pettigrew a no perderse en clase, el profesor Slughorn prometió que la próxima clase se harían una poción sencilla.
—Genial...— se estiró en el patio para luego sentarse en el césped —Una hora de descanso y luego clase de... ¿qué clase tenemos después chicos?— pregunté a mis amigos de Slytherin.
—La siguiente clase es vuelo con Hufflepuff— mencionó Avery a su compañera de casa.
—Al menos será entretenido ver a esos inútiles tejones subirse a una escoba— dijo con risa Mulciber y el resto de los chicos se rieron. Severin no veía el chiste por lo que solo se mantuvo callada.
—Iré al baño, nos vemos en clase— me despedí de mis amigos, cuando iba a entrar al castillo los escuché discutir sobre quien entraría al equipo de quidditch el próximo año, si papá viera que solo he hecho amigos varones... Me reí de mi propio pensamiento cuando escuché una fuerte discusión cruzando el pasillo, me asomé para ver qué pasaba y vi a tres niños de Gryffindor molestar a un niño de Hufflepuff.
—¡Oigan ustedes!— los tres niños se tensaron pero no se voltearon y echaron a correr aun dándome la espalda —¡Regresen cobardes!— voltee a ver al niño recoger sus libros que estaban en el piso —¿Estas bien?
—Si...— levanté mi cara para ver a mi salvadora pero en vez de eso vi a un ángel, una ángel de cabello negro y ojos tan negros como el ónix que papá lleva a veces a casa después de trabajar en la mina —Gracias... soy Amos...Amos Diggory.
—Un gusto conocerte Amos, yo soy Severin Black.
—¿Black?, como...¿Sirius Black?— pregunte temeroso.
—Si, es mi primo— dije —Pero... ¿por que preguntas?
—Black... fue uno de los chicos que me estaban molestando, él junto a sus amigos Potter y Pettigrew.
Espera... Sirius... ¿un bullying?, No me creo eso por lo que me despedí educada mente y me dirigí a mi destino original, los baños.
—¡Al fin llegue!— después de buscar como por media hora los baños tuve que preguntarle a unas chicas de Ravenclaw de tercer año en donde estaban los baños más próximos, por suerte estas chicas fueron de lo más amables y me acompañaron.
Una vez terminadas mis necesidades y de lavarme las manos fui a salir para no llegar tarde a la clase de vuelo pero la puerta no se abría, golpeé lo más fuerte por si alguien me escuchaba.
—Eso es inútil— me asuste y voltee para ver a una chica fantasma —Esas chicas de Ravenclaw cerraron la puerta con magia— no puedo creerlo, justo lo que me faltaba, fui tan ingenua al pensar que esas chicas serian amables con alguien de diferente casa, y más si ese alguien es una Slytherin.
Las horas pasaban en ese baño, solo se escuchaba las gotas de agua cayendo por los grifos, Myrtle, la niña fantasma que habitaba ese baño trató de buscar ayuda pero por culpa de una maldición que alguien le puso no se le permitía alejarse tanto del lugar en el que murió.
—Perdona por no ser más de ayuda.
—No te preocupes Myrtle, hiciste lo que pudiste— la fantasma desapareció por el drenaje lloriqueando.
Solo esperaba que alguien la encontrara antes de la cena porque ya estaba muriendo de hambre.
Mientras en otro lugar de Hogwarts, ya terminada la clase de vuelo un grupo de slytherin se preguntaban dónde estaba su amiga pelinegra.
—¿Dónde creen que estará Sev?
—Esto es raro, ella no parece ser de las que no va a clases.
—Y si no iba a venir creo que nos lo hubiera dicho.
—Tal vez... ¿se quedó dormida en su cuarto?
bueno... no le darían más vueltas al asunto y mejor esperarían a la hora de la comida para preguntarle personalmente.
Mientras en la sala común de Ravenclaw las tres chicas cuyos nombres eran Aurora Forest, Clarice Benson y Melinda Torres se estaban riendo de la broma que acababan de hacer.
—¿No creen que fuimos muy duras?— dijo Aurora mientras se arreglaba el maquillaje.
—¿Bromeas?, esas serpientes rastreras se merecen eso y mucho más— respondió Clarice que estaba cepillando el cabello de su amiga Melinda.
—¿Incluso si es de primer año?— volvió a preguntar .
—Una serpiente es una serpiente, además... ella es una Black— las otras dos chicas se quedaron calladas, ya sabían del problema que tenía la familia de su amiga Melinda con la familia Black, después de todo el abuelo de ella fue despedido de su puesto en el ministerio por culpa de un miembro de esa familia.
Las tres chicas siguieron burlándose sin percatarse que una chica de primer año llamada Pandora Rosier había escuchado toda la conversación y que salió de la sala común sin ser percibida para ir a buscar a su hermano a la sala común de Slytherin.
En la sala común de Slytherin estaban sentados Evan Rosier y Rabastan Lestrange, ambos estaban esperando a sus otros dos amigos Edmund Mulciber y Bruce Avery ya que estos habían sido sorprendidos hechizando a un estudiante Gryffindor de segundo año que los había retado a un combate mágico.
—Disculpa Rosier— Evan vio al chico mayor que lo llamó, este chico parecía ser de séptimo año —Afuera hay una niña de Ravenclaw que dice ser tu hermana.
—Gracias, voy enseguida— deje a Lestrange en el sillón y salí para encontrarme con Pandora —¿Que quieres?
—También me alegra verte hermano— Me crucé de brazos molesta por el "lindo" recibimiento de mi hermano —Como sea... ¿sabes dónde está Severin?
Negué rápidamente —No... tampoco fue a la segunda clase, de hecho la última vez que la vi dijo que iba al baño.
—Bien... creo saber dónde está, pero necesitamos la ayuda de los profesores.
—Te escucho— Pandora me contó todo lo que había escuchado de esas chicas en su sala común, me sentí más que molesto por lo que esas chicas le hicieron a Severin, cuando terminó de contarme todo ella se fue a buscar al profesor Flitwick mientras yo iba por el profesor Slughorn.
Afuera del baño se podía escuchar las pisadas de los estudiantes que por ahí transitaban, Severin trato de llamar la atención de alguno pero era imposible, al parecer esas Ravenclaw no les vasto dejarla encerrada sino también lanzar un hechizo para que nadie escuchara sus golpes y gritos.
—¿Señorita Black?— ese es... —Señorita Black, si se encuentra cerca de la puerta aléjese— si es.
Vi como la puerta se abrió y cuatro figuras se veían en el pasillo —Profesor Slughorn... Profesor Flickwick... Pandora... Evan...
Los profesores me pidieron que les explicara lo que había sucedido, al parecer Pandora y Evan ya les habían mencionado sus versiones por lo que les detalle mi versión de los hechos y le describí al profesor Flickwick a las tres chicas de Ravenclaw que me encerraron, Pandora válido diciendo que ella las escucho cuando estaban en la sala común.