Hoy era lunes, y eso significaba una sola cosa. Clases.
Tipo yo no era de esa realidad, y obvio iba a estar más perdida que nada, pero bueno, perdida pero en Hogwarts.
Me termine de maquillar y me puse mi uniforme de Slytherin. Al salir de mi cuarto estaba Mattheo esperándome en el pasillo.
–Grindelwald.
–Riddle, ¿Que haces aquí?.
–Te espero para que vayamos juntos al gran comedor– dijo y yo sonreí.
Llegamos al gran comedor y fuimos a la mesa de Slytherin en donde estaban los demás.
–¿Estas nerviosa por tu primer día de clases? –pregunto Theo.
–Tal vez–respondí comiendo mi desayuno.
–Por lo que se tenemos las mismas clases– dijo Theo con una sonrisa– estere contigo en todo momento.
–Que obsesivo sonó eso Nott–dijo Mattheo a lado de mi.
Yo sonreí por lo bajo, y cuando estaba por decir algo, una presencia se sentó enfrente de mi.
Levante la vista y era Tom el amor de mi vida Riddle, que me miraba como si yo fuera basura.
Continúe con mi desayuno bajo su mirada penetrante.
–Tom, no te había visto por aqui ¿En donde te escondiste? – pregunto Pansy.
–No le preguntes Pansy, seguramente se estuvo follando a medio Hogwarts todo el fin de semana– respondió Blaise con una sonrisa.
–Que suerte tienen algunos– dijo Theo.
–Callate Nott, como si no supiéramos todos aquí que después de la fiesta– Theo le metió una fresa a la boca de Mattheo para callarlo.
Mattheo trago la fresa y sonrió.
–Al parecer no todos aquí lo saben– dijo Mattheo sonriente.
–¿Saber que? – pregunto Blaise.
–Nada– respondimos Theo, Mattheo y yo al unisono, es que somos estúpidos.
Pansy nos miro a los tres con una mirada inquisidora, pero no dijo nada.
Tom por su parte solo me miraba a mi, oye que me encanta que Tom Riddle me mire, pero me miraba con odio.
Pero bueno, un enemies to lovers será.
Las clases no se las cuento, porque que flojera, nada del otro mundo.
Nott cumplió y estuvo a mi lado todo el tiempo, en donde nos conocimos mejor. Aveces se nos unían los otros Slytherin, exceptuando a Tom claro.
Estábamos saliendo de una clase y ahora estaba sola con Mattheo caminando hacia la sala común. Y le tuve que preguntar.
–¿Por que Tom me mira como si quisiera lanzarme un avada kedavra?– pregunte y Mattheo se tenso un poco.
–Tom mira a todos de esa manera.
–Yo creo que le gustó– dije y el rio.
– Estas muy alucinada hermosa, le puedes gustar a todos los Slytherin incluyendome, pero no a Tom, le puedes gustar a medio Hogwarts pero no a Tom, creeme.
¿Qué es lo que escucho? ¿Un reto?
–¿Por que no? – pregunte a la defensiva, oye que mi ego sufre por su respuesta.
–No me malentiendas eres jodidamente caliente y cualquiera daría lo que fuera por un poco de tu atención, pero a Tom, como decirlo, no le agradas.
–¿No le agrado?, pero si ni siquiera me conoce.
–No intentes conocerlo, es mi hermano y se lo que te digo– dijo y dio por finalizada la conversación.
Pero yo se que ahí había algo más, había algo por lo que Tom no se me acercaba. Y yo iba a descubrirlo.