Invierno de colores✓

Oleh Mari_p08

187K 15K 6.2K

LIBRO 3. SAGA «COX» Ethan es el prototipo de chico tímido que por lo general no tiene muchos amigos. Mack es... Lebih Banyak

SINOPSIS.
UNO
DOS
TRES
CUATRO
CINCO
SEIS
SIETE
OCHO
NUEVE
DIEZ
ONCE
DOCE
TRECE
CATORCE
QUINCE
DIECISEIS
DIECISIETE
DIECIOCHO
DIECINUEVE
VEINTE
VEINTIUNO
VEINTIDOS
VEINTITRES
VEINTICUATRO
VEINTICINCO
VEINTISÉIS
VEINTISIETE
VEINTIOCHO
VEINTINUEVE
TREINTA Y UNO
TREINTA Y DOS
TREINTA Y TRES
TREINTA Y CUATRO
TREINTA Y CINCO
EPÍLOGO

TREINTA

3.3K 299 70
Oleh Mari_p08

30. Habla conmigo

Fue completamente sorpresivo para todos. En realidad, cuando vimos aquella noticia en ese pequeño televisor, Mack pareció entrar en una especie de estado de shock del que no pude sacarla. Pasó todo en cámara demasiado lenta, Mike sacó su teléfono, marcó demasiadas veces al número de su madre sin respuesta.

No entendí en un inicio.

Pero en las noticias dijeron que habían logrado sacar a una mujer y un niño de aproximadamente siete años del auto. Inconscientes, con información confidencial de ahí en adelante.

Entonces, pude comprender mejor la situación.

Maldita. Sea.

La tormenta había cesado por completo, de manera que pudimos salir de la cafetería que Wendy terminó cerrando rápidamente. Abordamos su auto en medio de un silencio que no era muy cómodo. Le puse a Mack su abrigo, ella no había dicho nada y ni siquiera sabía si era consciente de hacia dónde íbamos.

Simplemente estaba... ida.

Su mente no había podido asimilarlo.

Mike si lo hizo.

—Necesito... —balbuceó un par de veces—. Tengo que llamar a mi padre. Lo más probable es que no me responda. Pero tengo que hablarle, él no sabe... no creo que...

—Cariño, cálmate —la chica tomó su mano, conduciendo—. No vas a ganar nada si te alteras, tienes que respirar hondo.

—No puedo concentrarme en respirar. Mi madre y mi hermano tuvieron un maldito accidente. ¿Viste las imágenes? Debió haber sido... ambos deben estar...

—No digas eso —lo cortó, rápidamente—. No lo sabes, quizás... b-bueno, tal vez no pasó a mayores. Tenemos que ser positivos, estoy condiciendo rápido, llegaremos al hospital antes de que lo notes.

Pasé saliva. Sostenía la mano de mi novia con firmeza, estaba fría, su piel estaba pálida y aunque miraba de lado a lado, no parecía muy concentrada

—Mack —sujeté su rostro, hablándole suavemente—. Necesito que vuelvas a mí, ¿sí? ¿Puedes escucharme?

No me contestó. Movió su cabeza en un asentimiento

—Todo va a estar bien —besé su frente

Ella pareció considerarlo

—Tengo que llamar a papá —susurró, hablando consigo misma—. Tengo que decirle, no responde el teléfono, o al menos no a mí, no recibe mensajes, hay que ir a su oficina, sí. Él sabrá que hacer, siempre sabe qué hacer. No importa si no quiere verme. Yo... Mike y yo lo necesitamos.

La rodeé con mis brazos. Repitió lo mismo un par de veces. Me devolvió el gesto, permitiéndose refugiarse en mí como si fuese lo único que necesitaba para volver en sí.

Acaricié su mejilla, limpiando una de sus lágrimas

Dios, Mack.

¿Cómo demonios terminamos en esto?

Cuando llegamos, sujeté la mano de mi novia y bajé junto a ella, guiándola por donde Wendy y Mike entraron rápidamente. El hospital parecía un revoltijo de personas por todos lados, muchas llamando, otras golpeadas en las salas de espera, aguardando noticias.

Había sido una fuerte tormenta, después de todo.

Parecía que la cifra total de accidentes había aumentado considerablemente a diferencia de todos los días del año.

Joder.

Nos acercamos a la recepción, el rubio se apresuró

—Martha y Jonas Blythe, vimos las noticias, debieron haber llegado hace unos minutos. Accidente de auto.

Sabía perfectamente qué decir.

La chica pareció teclear algo

—Sí, acabamos de recibirlos, ¿son familiares?

—Sí, sus hijos.

—De acuerdo —asintió—. Pueden ir a la sala de espera.

—¿Qué...? Pero... ¿no nos dirá nada? ¿No sabe...?

—Están en urgencias, la mayor parte del personal del hospital está con ellos en este momento. Cuando tenga información se lo diré.

—¿Por qué dice que la mayor parte del personal?

Esta presionó sus labios en una línea

—Fue... muy grave.

Mack se zafó de mis brazos. Confundido, la seguí, mientras Mike y Wendy se quedaron. Ella caminó sin un rumbo fijo. La llamé un par de veces, sin respuesta de su parte. Y justamente cuando llegamos a un pasillo más alejado, se detuvo.

Molestó el cuello de su jersey con desesperación

—Mack —volví a llamar, me paré en frente—. Mack...

—Esto no puede... yo no puedo... —contuvo las lágrimas—. No sé qué sucede. No puedo respirar. No consigo...

—Está bien, vas a estar bien —sujeté sus hombros, mirándola—. Necesito que cierres tus ojos, e intentes inhalar, despacio.

Me hizo caso. Le indiqué poco a poco lo que debía hacer. Y aunque le costó, no dejó de intentarlo. Me quedé a su lado, acompañándola segundo a segundo con tal de que se concentrara únicamente en respirar. Pareció que por un momento había dejado de hacerlo.

Poco a poco, segundo a segundo, sus pulmones volvieron a sus funciones habituales, me mantuve en la misma posición hasta que no me aseguré de que estaba bien.

Abrazó mi torso con fuerza. Le correspondí, soltando un suspiro

—Ellos no van a morir, ¿cierto? —hipó

—No —respondí de inmediato—. No, no van a morir. No pienses en eso. Eso no es cierto.

Sorbió su nariz

—Tengo miedo.

Mi corazón se partió al oírla pronunciar esas palabras

De una forma... desgarradora.

—Todo estará bien —no sabía qué otra cosa podría decirle. Besé su cabello—. Lo estará.

Y tampoco sabía si eso era cierto.

❄️

Habían pasado varias horas ya. Ninguno nos habíamos movido de la silla en la que estábamos sentados, nadie había dicho nada, y mucho menos habíamos recibido información al respecto.

Creo que en eso tardarían un poco más.

Sin embargo, cuando la noche llegó, pude convencer a Mack de llamar a su padre. No había querido hacerlo porque no sabía si le respondería, y también porque tanto Mike como ella estaban enojados con él.

Por eso no pensaron en hacerlo. De todas formas, era algo que requería su presencia aquí, por lo que, fue mi novia quien se puso en pie con su teléfono en manos y marcó el número demasiadas veces, caminando de lado a lado.

Mientras ella hacía eso, Wendy se sentó a mi lado

—Joder, no quiero ni pensar en lo que están pasando —murmuró—. Espero que todo salga bien.

—Saldrá bien —no dejé de mirarla

La chica frotó sus manos entre sí

—No sólo es la familia de mi novio, ¿okey? También es la mía. Amo a Jonas como un hermano, y la señora Blythe ha sido tan buena conmigo, todo el tiempo.

Esbocé una pequeña sonrisa

—Entiendo —suspiré—. Bueno, yo... creo que debo llamar a mi casa y decirles a mis abuelos que no llegaré a dormir. No quiero dejar a Mack, y también estoy ansioso porque nos digan qué fue lo que pasó.

—Yo llamé a mi madre —comentó—. Intentará averiguar lo mejor que pueda.

La miré con extrañeza, ella leyó la pregunta en mi mente

—Es que es enfermera... en este hospital —aclaró como respuesta—. Es por eso que Mike se queda en mi casa casi todas las noches, ella tiene turnos nocturnos, y él no quiere dejarme sola. El lado bueno, es que como trabaja aquí, puede decirme todo lo que consiga averiguar. Bueno, mientras tanto.

—Es una buena idea —asentí

Asintió igual, dándome una sonrisa de labios sellados

—Mack no lo demuestra mucho, pero es muy sensible. Siempre llora cuando ve alguna injusticia. Ahora mismo, es importante que te tenga, le haces mucho bien.

No supe qué responder a eso.

—Bueno, iré con Mike —indicó cómo última medida, para entonces ir hacia la otra banca donde se encontraba el rubio. Colocó su cabeza en sus piernas, abrazándolo

Algo de ternura me dio el asunto

Y el que nadie supiera nada se me hizo riesgoso.

Mack seguía intentando comunicarse con su padre. Parecía concentrada en una esquina de la estancia, de manera que, decidí comunicarme con las personas que me esperaban. Me puse de pie y me encaminé hacia la ventana más cercana, sacando mi móvil para marcar

Escuché unos cuantos tonos detrás de la línea

Hasta que pudieron responder

—¿Ethan? Dime que eres tú.

—Lo soy, abuela —murmuré, de inmediato oí un suspiro de su parte—. Ya sé lo que vas a decir, y no tienes nada de qué preocuparte.

—¿Cómo no quieres que me preocupe? Saliste temprano en la tarde y ya son las diez de la noche y no llegas. Con lo de la tormenta, pensé que te habías quedado encerrado en alguna parte.

Dejé mi frente pegada al vidrio

—Estoy en el hospital. La señora Blythe y Jonas tuvieron un accidente.

Hubo un corto silencio

Lo sabemos.

—¿Cómo lo saben? —mi ceño se arrugó

Bueno, vemos más noticias que tú. Pero no estábamos seguros. En parte comprendí por qué no llegabas, así que esperamos hasta que John llegó de su trabajo y le preguntamos. Pareció... bastante afectado.

—¿Ah sí? —miré a Mack—. Por aquí no ha llegado. No responde llamadas.

—A nosotros no nos dijo nada. Consideramos ir al hospital, pero tu abuelo tiene una terrible tos y no quiero que se resfríe más de lo que está. La brisa de la noche puede ponerlo peor. Sabes que no le gusta estar sólo.

—No, sí, yo lo entiendo, no te preocupes. Es mejor que no vengan, quizás mañana.

Claro, mañana estaremos a primera hora. Llevaremos algo de comer, ¿vale? Dicen que la comida de hospital es horrible.

—Gracias, abuela —susurré

Ella soltó una bocanada de aire

Hijo, tienen que ser positivos, ¿de acuerdo? Puedes mantenernos al tanto de lo que digan, por favor. Oh, y dale a Mack y a Mike un abrazo de parte nuestra.

Asentí, lentamente

—Está bien.

—Suerte.

Dicho eso, bajé el aparato y le colgué

Al guardarlo en mi bolsillo, volví a ver dónde nos encontrábamos sentados antes y pude darme cuenta de que Mack estaba sola, con sus codos sobre sus rodillas y sus ojos cerrados. Me apresuré hacia ella, arrodillándome en frente para poder verla

Acaricié suavemente su mejilla

—Habla conmigo —pedí

—No me responde —negó—. No puedo creer que siga con su orgullo después de lo que pasó. No puedo creer que no esté aquí.

Recordé las palabras de mi abuela

—Mack, no pienses eso. Seguramente... viene en camino.

No me respondió

—¿Estás bien? —le pregunté

Ella me brindó una leve sonrisa

—Bien, sí.

—¿Quieres comer algo?

—No, gracias. Tengo el estómago revuelto. Si pruebo algo lo vomitaré.

No respondí a eso. Volvió a mirarme, tomando mi mano entre la suya

—Puedes ir a comer tú —propuso—. Han pasado muchas horas.

—Tampoco tengo hambre —negué—. Y no quiero dejarte.

—Estaré bien...

Presioné mis labios, pasando saliva

—No lo estás —aseguré en un susurro

Como respuesta, sus ojos volvieron a llenarse de lágrimas. Me senté a su lado, atrayendo su cuerpo a mi costado, rodeándola con mis brazos al mismo tiempo que ponía su cabeza suavemente en mi pecho. Respiré hondo, y dejé un beso en su frente

—Intenta dormir —propuse

—No creo que pueda

—Inténtalo —repetí, acariciando su cabello de arriba abajo. Consideré que quizás con eso pudiera conciliar el sueño al menos por unos minutos—. Estaré aquí cuando despiertes.

Me sonrió desde su posición

—Eso me anima más a no querer soltarte.

—Entonces no lo hagas.

Con mis palabras, vi como sus párpados se iban cerrando poco a poco. Quizás no tenía sueño, pero si lo intentaba probablemente funcionaría. La acomodé mejor, para entonces quedarme quieto cuando lo conseguí.

Miré un momento hacia donde se encontraban Wendy y Mike, el rubio al parecer se había quedado dormido en la posición en la que estaba, así que la chica le acariciaba el cabello y de alguna forma... lo cuidaba.

Volví a mirar hacia el frente, recosté mi cabeza en la pared y solté una profunda exhalación. Mientras estuve así, no hubo enfermeras o médicos que se acercaran a dar información.

Y no lo hicieron, los minutos que pasaron antes de que el cansancio me venciera, dejándome rendido en el asiento.

❄️

Soñé muchas cosas en ese transcurso de tiempo que sentí como cinco minutos solamente.

En uno de ellos, yo estaba en un enorme acantilado y por alguna extraña razón, lo había escalado únicamente con un arnés en mi cintura y guantes en mis manos. En definitiva, era un sueño, y cuando el piso bajo mis pies se llenó de grietas, y luego se derrumbó, llevándome consigo, me causó un respingo brusco que me hizo despertar.

Todo seguía igual. Mack dormida en mis brazos, Wendy y Mike en las mismas condiciones, nadie pasando por ese pasillo, así que volví a cerrar mis ojos.

En esta ocasión, estaba recolectando lingotes de oro de alguna cueva en la que me había metido. Y sí, cuando vi un duende intentando robarse mi oro, volví a comprender que era un sueño, por lo que esta vez no desperté, y simplemente le hice caso a lo que sucedió.

Aun así, al cabo de unos minutos más, mi cuello comenzó a enviarme un tironazo por toda mi columna vertebral, algo tan punzante y molesto, que no tuve más opción que abrir los ojos.

Pestañeé un par de veces, y moví mi cabeza de lado a lado en una especie de estiramiento para que dejara de dolerme. Aunque sabía que tardaría en irse. Consideré que era momento de levantarme del todo, así que miré a mi alrededor.

En esta ocasión, Mack siguiera dormida y ya sentía hormigas caminando por mi brazo. A pesar de que no quería soltarla, no pude evitar querer hacerlo al ver cómo una mujer hablaba con Wendy en una esquina. Mike estaba a su lado, completamente despierto, por lo que me apresuré.

Con mucho cuidado, moví a mi novia delicadamente. Me puse de pie y la dejé acostada sobre la parte más cómoda de las sillas. Me quité mi abrigo se lo puse como almohada, arropándola con el suyo. Apenas volvió a acomodarse, pude suspirar tranquilo.

Caminé hacia ellos, frotándome los ojos que ya los sentía pesados. Alcancé a oír algo mientras me acercaba, algo que se hizo más claro en el momento en el que llegué

—Es lo único que averigüé —finalizó la mujer

—Está bien, mamá —le respondió Wendy—. Gracias.

—No te preocupes —esta tocó el brazo de Mike delicadamente—. Se hará todo lo que se pueda hacer. Ten fe en que saldrá bien.

El rubio asintió con distracción. Una vez la enfermera partió por donde vino, las miradas se ambos recayeron en mí

—¿Y? —presioné

La chica soltó un suspiro

—Mi mamá dice que Jonas tiene heridas menos graves que la señora Blythe. Está en cirugía ahora mismo. En cuanto salga nos darán noticias sobre ambos.

Asentí, un poco distraído

—¿Y sobre su madre? —seguí preguntando

—Está en cuidados intensivos —apretó sus labios, negando

Eso no me da buena espina. Mike no ha dicho nada por un momento y eso me hace saber que sus pensamientos no son del todo positivos en este instante. Sus ojos recaen en Mack, quien duerme profundamente sin saber cómo.

Solté una bocanada de aire

¿Cuánto tiempo había pasado?

No sé, pero el hecho de que el señor Blythe no haya llegado aún me tiene algo inquieto. No quiero que ni Mike ni mi novia se sientan solos en una situación tan difícil. Puedo acompañarla, aunque lo cierto es que solo pensará que las cosas se pondrán bien si es su padre quien se lo dice.

El rubio pareció pensar igual que yo.

—Creo que lo vi —murmuró—. Entró y salió.

—Quizás a preguntar —Wendy acarició su mano—. No pienses cosas negativas.

—Es imposible con él.

Nadie respondió nada por un segundo.

—Ahm... —carraspeé—. Despertaré a Mack.

—No, aún no —me pidió el chico—. Hace días que no duerme bien.

Eso llamó por completo mi atención

—¿Por qué lo dices? —mi ceño se frunció

—Por nuestra disfuncional familia —ironizó—. Mack sobre piensa las cosas. Y ahora mismo, está ansiosa por su futuro, eso le causa insomnio.

La miré

¿Por qué razón no me lo diría?

Sí, se me hizo raro que me llamara para que fuese a dormir con ella a la mitad de la noche, pero... no pensé que estuviera pasando por un mal momento. Es decir, la vi tan decidida que quise golpearme por ello. Sólo finge.

Y que no lo haya notado a la primera me hace sentir como un estúpido.

—Vamos a comer algo —me dice Wendy, causando que vuelva a verlos—. Cuando Mack despierte convéncela de que también lo haga. Al menos mientras esperamos.

Asentí, sin respuesta

Una vez ambos se van, mis pasos son lentos a medida que me acerco a la linda rubia. Al parecer está muy cómoda porque no hace amague alguno de despertar. Eso en parte me alivia, que a pesar de todo consiga dormir un poco. Mike tiene razón al decir que no podemos despertarla.

Y no lo hice. De manera que, levanté su cabeza con sumo cuidado y me senté en mi lugar para acomodarla en mi regazo. Se removió un poco, para entonces seguir durmiendo. Hice mimos en su cabello, dándole un poco de paz.

Eso, hasta que unos pasos captaron mi mirada.

El señor Blythe terminó de ingresar a la sala. Me miró, miró a su hija y luego pasó a las sillas frente a nosotros, las que ya estaban vacías. Al volver a mí, lo dudó un poco, sin embargo, sus pies se movieron por sí solos hasta que ocupó el asiento a un lado de donde Mack tenía sus piernas recogidas.

Era la primera vez que lo veía y no usaba su ropa usual del trabajo. Más bien tenía ropa deportiva, con la mirada un tanto perdida

Por un momento no dije nada, titubeé, sin saber exactamente cómo podría intentarlo. Al percibir que no tenía el deseo de hablarme, me adelanté a hacerlo yo.

—¿Hace cuánto llegó? —pregunté

—Desde que me enteré.

Abrí y cerré mi boca, pensando

—¿Habló con mis abuelos? ¿Desde ese momento?

—Sí.

—¿Y por qué...?

—Estaba preguntando por todos lados. Les di sus documentos, los registré, esperé a que me dijeran algo, les di indicaciones, yo... pagaré lo que sea con tal de que sean prioridad en este hospital. Cuando terminé todo eso... vine aquí, estaban dormidos así que no lo notaron.

Me quedé un momento en silencio

—Mack estuvo llamándolo.

—Lo sé.

—No creo que lo sepa —negué—. Digo, son sus hijos y de alguna forma necesitan saber que cuentan con usted en este momento tan difícil.

—Claro que cuentan conmigo, yo pagué...

—No hablo del dinero.

Volteó a mirarme, con la misma seria expresión

—¿Hablas de la... unión familiar? —su tono de voz me hizo saber que no le daba importancia a algo como eso. Aun así, antes de que le respondiera, este se me adelantó—. Llamé a Jasmine. Está tomando un vuelo hacia aquí.

Mi ceño se arrugó

—Tienes razón —continuó diciendo—. Por eso pensé que ella tenía que saberlo. Y por eso fui yo quien se lo dijo.

Asentí, sin saber que más decir

—Bueno... eso está bien —murmuré, algo contrariado

—Puedes ir a descansar, ya pasó la media noche.

—No voy a dejar a Mack.

No me dijo que no, así que lo tomé como un sí. Y como un «no somos amigos así que no exageres y aléjate de mí». Por eso, volví mi vista al frente en los próximos minutos. Porque después, sentí como la chica se removía, abriendo sus párpados poco a poco.

Mis caricias en su cabello se detuvieron en el momento en el que se empezó a incorporar con rapidez. Pareció un poco desorientada. Hasta que pudo caer en cuenta. Al acomodarse, se topó de lleno con su padre.

—Llegaste —murmuró

—Sí, lo siento, yo... estaba intentando afrontarlo —la miró al responder—. No te preocupes, ¿okey? Ambos se pondrán bien.

—Hubiese querido que me lo dijeras antes de que tuviera que dejarte diez mensajes de voz.

—Mack...

—Ya, no importa —se apegó a mí, dejando su cabeza en mi hombro. Tomé su fría mano, enlazándola a la mía con seguridad. Dejé un beso en su frente

—No tienes que ser tan dura —susurré para los dos

—Yo creo que sí.

Suspiré, acariciando su mejilla

—La única que sale afectada eres tú.

—Al menos quiero que le duela —murmuró, en voz más alta. Sabía que su padre nos oía—. Jonas y mi madre ahora sufren las consecuencias de su actitud. Esto no tendría que estar pasando.

—Ven aquí —la tomé entre mis brazos. Le permití refugiarse en mí, porque sabía que quizás no era lo que necesitaba, pero sí lo que esperaba. Y si estaba en mis manos, no la soltaría otra vez

El señor Blythe sabía que no tenía justificación para sus acciones y por eso supongo fue que se mantuvo en silencio. Soportando el hecho de que su familia se había desbaratado en un instante. No podía negarlo, la situación me importaba y no solo por Mack, sino porque el resto de personas en esa casa se habían convertido también en quienes que me habían acogido.

Menos él, claro.

Y supongo que ahora le pesaba más que antes.

Cuando Mike y Wendy volvieron al cabo de unos veinte minutos más o menos, el chico miró a su padre y, aunque este le devolvió la mirada, no pensó siquiera en acercarse. Por lo que el silencio fue incómodo.

Bastante.

—¿Quieres comer? —le pregunté a ella

—No.

—Algo debes querer —insistí—. Quizás una galleta o una golosina o...

—Dije que no.

Apreté mis labios, quedándome en silencio. Mack elevó su rostro hacia mí. Pareció arrepentida por su tono de voz, así que dejó un suave beso en mis labios

—Quizás más tarde, ¿sí?

—Okey —le di una sonrisa de boca cerrada

—Gracias por preocuparte —volvió a acomodarse

—No es nada.

Fue en ese preciso momento, en el que del pasillo terminó de llegar un hombre vestido con bata de hospital, usando un uniforme color azul marino junto con un gorro y guantes. Bajó su tapabocas hasta su mentón, y nos miró al uno y al otro

—¿Son familiares de Jonas Blythe? —preguntó

Todos nos pusimos de pie

—Así es —se adelantó su padre—. ¿Cómo está?

—Acaba de salir de cirugía, tuvimos que introducir una barra de metal en su pierna derecha, debido a que el hueso se rompió en el accidente. Por suerte, fue un niño muy valiente, y se pondrá bien. Está en urgencias mientras despierta. Tiene raspones, algunos moretones, usará un cuello ortopédico por unas semanas, no hubo daño en los pulmones ni hemorragias. Se pondrá bien, lo trasladaremos a una habitación cuando nos aseguremos de que está completamente fuera de peligro.

Mack agarró mi mano, dándome un fuerte apretón

—Es una buena noticia —continuó el señor—. ¿Y mi esposa?

El doctor negó

—Les daré información cuando tengamos algo. —se limitó a decir

No nos quedó de otra que seguir esperando.

Al menos el niño se pondría bien, y aunque no tuviéramos noticias de los dos, el hecho de que el pequeño Jonas estuviera fuera de peligro fue un consuelo.

El señor Blythe carraspeó

—Iré a ver qué consigo averiguar, no me quedaré sólo con eso.

—¿Por qué te vas? —ironizó Mike—. Ah ya sé, quizás porque no puedes pasar más de media hora con tus dos decepciones, ¿verdad?

—Mike —Wendy le habló con suavidad

—Es más, me sorprende que esté aquí sentado, creí que preferiría quedarse afuera.

—No vine a discutir —sólo eso respondió

—No, tu nunca vienes a eso. Pero inevitablemente siempre lo haces.

—No creo que sea lo correcto entrar en guerra en estos momentos —me atreví a decir—. Quieran o no... se necesitan el uno al otro.

Después de mis palabras, Mack agarró mi mano

—Ven, acompáñame —me arrastró fuera de la sala, hacia la esquina, pasando por otro pasillo donde se detuvo. Me miró—. No puedo fingir que me alegra verlo.

—No lo hagas por ti, Mack. Tu madre querría que estuvieran juntos.

—No quiero pensar en lo que querría, Ethan —negó—. No quiero pensar en que no volveré a verla.

—Eso no va a pasar, las cosas se pondrán bien, ya verás —sujeté su rostro entre mis manos. Acaricié sus mejillas—. Tienes que ser fuerte ahora. Esperaremos lo que haga falta y verás que las noticias serán buenas. Si no quieres estar con tu padre, lo entiendo, y no voy a justificarlo. Lo que tú decidas hacer con su presencia está bien.

Se relamió sus labios

—¿Significa que si lo ignoro no crees que sea algo malo?

—Pienso que estás en tu derecho.

Eso logró sacarle una corta sonrisa.

Pensé en algo que pudiera hacer que sus pensamientos dejaran de ser negativos cada dos segundos, en algo que lograra distraerla al menos por el momento, y no quisiera sólo quedarse en aquella silla.

Por eso, tomé su mano, llevándola conmigo unos pasos más allá donde encontré una máquina expendedora que usé para pedir una barra de chocolate y unas galletas. Luego de poner el código, esperé hasta que bajara

—Pensé que querías algo más —murmuró—. No lo sé, como un sándwich o algo así.

—No me gustan mucho —mentí

—A mí sí. Con mucho queso.

Recogí las dos cosas que pedí, dándole las galletas. Las tomó, aunque no las abrió

—Imagina que es un sándwich —le dije—. Y que tiene mucho queso.

—No es lo mismo.

—Pues... podríamos ir a la cafetería y ver si tienen uno. Puedes probarlo por mí, si saben bien... me convencerías de pedir uno.

—¿Y si saben mal?

—Imaginas que son unas galletas.

Ella me sonrió otro poco

—Eso no suena muy inteligente.

—¿Con qué más te gusta comerlo?

—Con... no lo sé, algún jugo.

—¿De qué tipo?

—De manzana me gusta mucho. O de mora.

—Creo que esos sí son deliciosos porque vienen en empaques. Aunque... podrías beberlo y probar si funciona bien con el sándwich o las galletas.

—Si me sabe bien, ¿te convenzo de comprar uno?

—Sí. —me encogí de hombros

Ella terminó moviendo su cabeza en un asentimiento

—Vale —cedió—. Pero sólo para que veas que fue una pésima idea y que nos arrepentiremos más adelante.

—Como digas —la arrastré conmigo hacia el elevador

Al menos terminó comiendo algo, por más que insistía en que no tenía hambre. Y yo terminé más tranquilo al ver que, a pesar de las circunstancias, eso había logrado mi objetivo.

Darle unos segundos de tranquilidad.

❄️

Para cuando volvimos hacia la sala de espera, Mack ya había comido algo. No lo suficiente como me gustaría, pero, estuvimos de acuerdo en que el sándwich no fue la mejor opción. Terminó comiendo medio y dejándome el resto a mí. Bebió su jugo, y completó su comida con las galletas.

En parte eso me alivió.

La distracción funcionó perfectamente. Por un instante dejó de pensar en la presencia nociva de su padre y solo hablamos, y hablamos y hablamos. Por al menos una hora, hasta que me presionó para volver.

En esta ocasión, no había sólo tres personas, sino cuatro.

Reconocí a una chica castaña charlando con Mike, y al notar el parecido y el color de sus ojos, comprendí que se trataba de Jasmine, la mayor de los hermanos. Mack se apresuró a ir hacia ella. Me quedé unos pasos atrás, permitiéndoles que se saludaran y hablaran entre ellos, en privacidad.

Sin embargo, ni siquiera pude pensar en darles espacio. Porque, en menos de lo que pensé, mi novia vino a mí y me hizo unirme al círculo

—Jasmine —le dijo—. Él es mi novio Ethan.

La chica me miró y me sonrió

—Hola, Ethan. Es un gusto conocerte al fin, considerando que mi dulce hermana no deja de hablar de ti y de lo perfecto que eres.

—Lo es —dejó un beso en mi mejilla

Sentí estas enrojeciendo ligeramente

—También es un gusto conocerte —murmuré

—Es más lindo en persona —susurró

—Lo sé —Mack habló en el mismo tono

Mike negó con su cabeza, esbozando una leve sonrisa

—Siguen siendo las mismas —canturreó

Eso causó un pequeño silencio

—¿Y bien? —preguntó Jasmine—. ¿Noticias? ¿Algo?

—Sobre Jonas, sí, ya salió de cirugía y está fuera de peligro —le contestó la rubia—. Se rompió una pierna.

Esta puso una mueca

—Joder, Jonas —soltó con desgano—. Y yo que pensaba llevarlo a patinar como en los viejos tiempos. Tendré que decírselo para que vea de lo que se ha perdido.

—Lo más probable es que se vuelva loco.

La chica lo pensó por un momento

—¿Y mamá?

Mike negó

—Nada aún.

—Bueno, eso no importa —se encogió de hombros—. Significa que las noticias serán buenas, hay que confiar en eso. Vi muchos accidentes por la tormenta. Tuve que hacer maravillas para poder llegar.

—Eso es cierto —asintió Mack—. ¿Cómo llegaste tan rápido?

—Ahm... digamos que me prestaron un jet privado y me trajo en la mitad del tiempo. O... mucho menos que eso.

—¿Te prestaron un jet privado?

—Sí. Y... conocerás al causante de ello.

—Vaya.

Pareció ser un asunto interno, por lo que no interferí de ningún modo. De hecho, no soy bueno haciendo conversación, si no hubiese sido por Mack, lo más probable es que estaría sentado junto al señor Blythe.

Hablando de él, Jasmine le dio una mirada

—No luce bien —murmuró

—¿Te refieres a que no actúa con normalidad? —preguntó Mike—. No te preocupes, a lo más mínimo volverá a ser como antes. Ya me preparé para que vuelva la ley del hielo.

—No digas eso —habló su novia—. Yo creo que esto le afecta mucho. Y no... no creo que vuelva a ser el mismo de antes. Es su hijo más pequeño y su esposa.

Nadie le respondió

—Creo que Wendy tiene razón —decidí decir—. Si alguien puede hacer que él cambie es la señora Blythe. Deberían estar juntos ahora, los cuatro.

Jasmine suspiró, asintiendo

—Sí, él me llamó y me avisó. Creo que eso era precisamente lo que pretendía cuando lo hizo.

—No puedo correr a sus brazos —negó Mack

—Yo menos —completó Mike

Otro silencio

No justifico al hombre, de hecho, no soy nadie para meterme en este asunto. Sin embargo, no puedo evitar sentir algo de compasión, de verdad luce distraído. Es la primera vez que no lo veo con un teléfono en sus manos.

Esto es lo que más le importa ahora.

Y espero que no sea tarde cuando note que debe cambiar.

La conversación pareció cortarse en ese momento. Y lo hizo todavía más, cuando pudimos ver de nuevo al mismo doctor asomándose a la estancia. Esta vez ni siquiera tuvo que decir nada, porque antes de que lo hiciera, todos nos aproximamos hacia él.

Jasmine fue quien preguntó

—¿Noticias sobre mi madre? ¿Está bien?

La expresión que puso, no nos dio buena espina

Y puedo decir con certeza, que ninguno de los presentes, estábamos preparados para lo que salió de su boca entonces.

— La señora Martha tuvo lesión cerebral traumática. Lamento decirles que no les tengo buenas noticias. El impacto del golpe contra el vehículo comprometió ciertas áreas del cerebro. Ella... está en estado de coma indefinido.


*

Cinco caps para el final:)

¡Gracias por leer!
Instagram: mar_.watt

<3

Lanjutkan Membaca

Kamu Akan Menyukai Ini

5.6K 311 11
-¿¡8 pecados!?, no eran ¿7? - no, se unió uno más, más bien dicho una más. es la más fuerte de los 8, tenemos que encerrarla - capitán pero si es m...
6.3K 1K 17
𝗖𝗵𝗮𝗻𝗴𝗲 𝘁𝗵𝗲 𝗲𝗻𝗱𝗶𝗻𝗴 ▎Cambiar el final ² Todos sabemos que el 'hubiera' no existe, pero para alguien que vieja en el tiempo sabe que el h...
59.6M 1.1M 13
Sinopsis Kaethennis ha disfrutado de los placeres de la vida, mucho, casi se puede decir que demasiado. Un alma libre, al menos así se definiría el...
1.5K 122 16
¿Imaginas que el chico con el que has discutido por meses en Twitter sea el guitarrista de la banda más famosa del país? Elizabeth sabe muy bien que...