Fatma paseo por el harem tratando de averiguar los chismes más escandalosos de Hürrem y de Nükhet, pero para su sorpresa ninguna criada hablaba mal de ambas, todo era maravilloso y bueno.
Su enojo aumento, al salir al pueblo escucho como Nükhet era alabada por todos, caritativa, despreocupada y amorosa.
—¿Acaso esa mujer no tiene nada malo?
—Debe de haber algo sultana - su criada de confianza hablo —Nadie es perfecto.
—Sigue buscando su punto débil, debe de tener algo malo, debemos deshacernos de ella para poner a Mustafa en el trono.
—Lo haré sultana.
Los gritos se escucharon en medio de la noche, aunque intentaron ayudar les fue imposible, las llamas aumentaron con el pasar de los segundos y sin poder gritar ayuda una mujer murió entre el fuego.
Dos horas antes.
Fatma hatun miraba su reflejo en el espejo, su belleza solo aumentaba con los años, aunque había perdido a dos hijos seguía siendo una favorita, era amada y eso era lo único que importaba.
Repentinamente un llanto se escucho a lo lejos, era similar al llanto de su amado Süleyman, su desesperación comenzó a crecer ysu pecho dolía.
Por instinto trato de salir de sus aposentos, debía de encontrar a su hijo, debía de acurrucarlo y cantarle una nana, pero la puerta jamás se abrió.
Los llantos cesaron y luego de unos minutos de duro silencio se escucho una dulce voz llamar a un niño, Ümut decía entre susurros.
Su ansiedad aumento, había dejado de escuchar aquel nombre, había dejado de pensar en aquel suceso y ahora su mayor miedo se escuchaba entre susurros cantarines.
Pero eso no fue lo peor, las luces de las velas se apagaron y de las ventanas se vio un luz y luego una sombra, un niño de la edad del difunto Ümut.
En esa vista se miraba como era estrangulado y luego arrojado al suelo.
Los ojos de Fatma se cerraron con horror, recordaba vividamente aquel suceso, Ümut había muerto mediante la asfixia y luego había sido lanzado a la fuente.
—¡No lo hice! ¡aléjate! - la sombra pasó a otra ventana y luego a la tercera, el nombre de Ümut dejo de ser susurrado y paso a ser gritado, gritos de auxilio, de dolor y sufrimiento.
Fatma toco su pecho varias veces, sentía que el aire le faltaba.
Las luces finalmente se apagaron y un silencio sepulcral se escucho, Fatma trato de abrir las puertas varias veces sin tener éxito hasta que finalmente estas se abrieron.
Pero antes de salir corriendo un cuerpo obstruyo su pasada, aunque estaba oscuro pudo verlo bien.
Era Mustafa el cual estaba colgado en la entrada de su puerta.
Su cuerpo cayo hacia el suelo y retrocedió hasta estar en un rincón, ahí abrazo sus piernas gritando por el dolor de la pérdida.
—¡Ayuda! ¡No lo hice sola! ¡No! ¡No lo hice! -la puerta se cerró de golpe y se abrió por segunda vez, de ahí ingreso Nükhet con una enorme sonrisa. —Por favor sultana salveme, le prometo que pagaré, pero no me mate ¡Haré lo que sea
—Mmm ¿Lo que sea? -Fatma asintió y beso el dobladillo de su vestido.
—No hagas eso, es asqueroso que me toques Fatma - Nükhet se alejo y le lanzó dos hojas.
—¿Qué es eso?
—Una es la carta de tu familia en Bosnia, la otra es una carta aceptando que Mustafa te obligó a matar a Ümut.
—¿Qué? ¿Mi familia?
—Los busque durante años, estan todos bien, pero lo estarán más si aceptas firmar la carta culpando a Mustafa, si no lo haces verás el cuerpo de tu familia ser regado por todo el palacio en partes -Fatma dudo.
—No puedo hacer eso, ¿Moriré?
—Si tu firmas esto no morirás -se agacho y acaricio su mejilla —Tu familia vivirá orgullosamente por el resto de sus vidas y tu serás la favorita de su alteza por siempre, puedo deshacerme de Rümeysa... ¿Te parece?
—Lo haré, solo no revele que fui yo.
—Se que Mustafa te confío su sello, ponlo en esta carta -Fatma se arrastro hasta uno de sus baúles y sacó el famoso sello, si Nükhet hubiera sabido desde antes que ella poseía el sello en un lugar tan predecible, lo hubiera tomado hace años.
—¿No me matará?
—No Fatma, aunque mataste a Ümut no es a ti a quien quiero muerta - Fatma asintió y dejo plasmado el sello en la carta. —Gracias querida Fatma, aunque podría llevarme el sello no lo haré, en cambio te daré un último consejo. -se acercó a la puerta, Fatma tomó la carta de su familia y la leyó con rapidez —Nunca confíes en mi, ¿mataste a mi hijo y creíste que te salvaría? estúpida.
Nükhet salió y la puerta se cerró de golpe, Fatma brinco en su lugar y arrojo la carta con furia, no era de su familia, debió de leerla antes de poner el sello, no debió confiar.
—¡Şehzade Mustafa! - sus gritos se escucharon por todo el harén, repentinamente el fuego comenzó a salir de una de las ventanas, pronto la habitación entera se lleno de fuego y los gritos por Mustafa se convirtieron en gritos de dolor y terror.
El día siguiente fue caos total, todos en el harén habían corrido a socorrer a Fatma y a tratar de apagar las llamas para que no se extendiera.
Nükhet observo la carta con una enorme sonrisa, Fatma fue un mal menor pero le gusto escuchar sus gritos de sufrimiento.
—Están investigando.
—¿La carta?
—Fue encontrada a su lado, todos chismosean lo mismo, suicidio, con una favorita embarazada ella se sintió sola y mal.
—Fue estúpida ¿Por qué no leer antes de firmar algo? Tonta.
—Eso no importa ahora, la sultana Fatma esta buscando secretos sobre usted - Nürhan trenzo su cabello —Ha ido con todas sus criadas.
—Veremos que quiere con el tiempo, ha ido a buscar a Mihrimah y a Mahşa, dejemos que ellas se encarguen por ahora.
A pesar del funeral de Fatma nadie vistió de luto, Nükhet se puso un vestido rojo llamativo, con piedras de alta calidad y un maquillaje cargado, vistió su mejor corona y salió a dar un paseo por el harem mientras que Mahidevran sufría una perdida hipócrita.
—Hipócrita, Fatma jamás le importo, solo quería los nietos que ella podía darle.
—Así son algunas aquí. - Nükhet asintió y siguió su camino.
—Apesar de que estamos de luto la esposa de su majestad viste tan vistoso - Fatma la detuvo, Nükhet sonrió.
—No es mi perdida, no me duele a mi - Fatma borro su sonrisa —Pueden llorarle a alguien que no querían, no seré hipócrita con la asesina de mi hijo - Nükhet siguió su camino.
—¿Por que le dijo eso?
—Es bueno que encuentre el hilo del asunto, esto la llevará a querer saber más y entre más sepa yo puedo deshacerme de ella.
—Bien pensado - Nükhet sonrió y siguió su camino.
Gizem siguió ordenando las tiaras de Kelebek, se asombraba con cada belleza que veía, cada tiara era diferente a la otra y lo que más amo fueron las enormes coronas, finas y de alta calidad, en otra vida deseaba ser Kelebek, con bonitas joyas.
—¿Te gustan?
—Su alteza - Se reverencio rápidamente. —Solo las limpiaba.
—Toma la que quieras - Gizem alzó la vista —Hazlo.
—No puedo...
—¿Por qué no? Es mi regalo, mientras yo te lo de puedes usarlo, toma algunos vestidos también, hay tantos que dudo ponermelos todos.
—Su alteza es muy alto, me quedarán largos.
—Mmm entonces toma algunas telas y haz algunas.
—Es mucho alteza, solo tomare la tiara - Kelebek sonrió y asintió, Gizem salió de ahí con una pequeña y sencilla tiara.
—Mahpare ven aquí. - una joven se acercó a ella —Toma esa fila de tiaras y toma dos baúles con telas, que la costurera haga vestidos para Gizem, que sean bonito y sexys, si eso.
Fatma hatun fuera.
¿Quien sigue?
Mis redes.