"Se movía rápido, el viento pasaba a través de aquel extraño cabello, su sonrisa y sus mejillas rojas hacían que quisiera ver más de él, más de lo contento que se ponía estando conmigo. Pero yo no podía demostrar lo mismo, a pesar de que me sentía igual o mucho mejor estando con él, divirtiéndome con este tipo de carreras absurdas bajo el clima adecuado... No podía y ni siquiera lograba que viera lo bien que me sentía a su lado"
Escuchaba el viento, las hojas de los árboles que al pasar rápidamente por encima de ellos se iban con el viento, veía lo mínimo de su rostro, cualquier gesto que hacia, lado a lado en esta carrera, el como sus puños se apretaban mostrando las venas de sus delgadas manos, sus ojos fijos al frente, y aquel collar que le había regalado, estaba por romperse.
Estará bien si yo se lo quitaba. ¿Me lastimaría si yo estuviera frente a él en ese estado medio consciente?
No lo sabía. Pero quería hacerlo, quitarle ese peso en su espalda ese peso en su cuello que yo mismo le había obsequiado.
"Su cabello acariciando su cuello con el viento, su olor pasando a lado de mi, sus ojos brillantes tal cual oro bajo el sol del día, a pesar de que se despeinaba con la rapidez a la que íbamos, se veía demasiado perfecto ante mis ojos, podía sentir como mi gabardina pesaba en cada momento, aunque era ligeramente delgada, pues sentía el frío pasar a través de ella. Quería demostrarle cuánto lo quería, cuánto me gustaba. Y cuánto estaba dispuesto a dar por él.
Y simplemente por qué era Rayne quien estaba a mi lado, por qué era el de quién me había enamorado realmente."
Ambos jóvenes aterrizaron levantando algo de polvo, Shin había ganado por solamente unos cuantos centímetros.
Pero Rayne no estaba molesto, estaba intrigado de saber cuál sería aquella petición que sin negarse haría.
Shin— Bien~ solamente quiero tenerte de la mano... No quiero incomodarte, así que podría tomar tu mano cuando no haya tanta gente alrededor— Extendió su mano hasta Rayne— S-s-se que es algo muy... N-no encuentro la palabra, pero quisiera tomarte de la mano y sentir tu temperatura contratando con la mía.
Rayne— Acepto mi derrota, así que no tengo problema en tomarla —lentamente levanto su propia mano hasta llegar a tomar la contraria, la mano de Shin estaba fría, su calidez contra restaba perfectamente con el tacto frío de él— Está fría.
Shin— Leí por ahí que es por qué uno está nervioso... En fin, te parece si vamos a la calle Marchétte—Shin sonrió acercándose de más a Rayne—
Rayne— Bien. —Miro a otro lado, estaba nervioso, los latidos rápidos de su corazón lo delataban— Solo aléjate, necesito espacio personal idiota.
Shin— Jeje (Puedo escuchar los latidos de su corazón... Que lindo)
Sus manos se soltaron al adentrarse más a la calle, varios juegos y tiendas se apreciaban, las personas emocionadas por los premios por ganar, Shin estaba emocionado.
Con el sol aún iluminando la calle juntos fueron al primer juego, era el mismo juego del Koala que Shin había probado cuando vino con los otros.
Shin— Oh, hay más premios. —Mira a Rayne que tenía sus manos metidas en su sueter— Oye ¿Quieres intentarlo? —dijo mientras le pagaba al señor—
Rayne— . . . Bien. (Se ve interesante... Nunca había probado esto antes...)
Shin— ¡Lo harás bien! Si yo con mi tremenda puntería me costó trabajo, podría costarte más a- ....
— Vaya a la primera, elija el que quiera —dijo el señor al ver la gran puntuación del visionario—
Rayne— Miro detrás de él a Shin incrédulo por lo que veia— Ha, fue muy facil~ —Por primera vez, Shin veía una sonrisa de burla en Rayne, estaba seguro de que le estaba presumiendo su logro— Ese peluche de gato por favor.
— Seguro—le da el gran peluche, era un gato negro con algunas mechas blancas— Gracias.
Rayne— Gracias. —Camina hasta Shin y le da el peluche— Tu antes me diste uno, además, tiene tu cara de idiota.
Shin— Voy a tomarlo, pero me ofende muchísimo. —agarra al peluche y ambos comienzan a caminar a los demás puestos—
En algún momento del día Shin se separó de Rayne, este estaba en una banca comiendo una manzana acaramelada que Shin le había comprado, y aunque no le gustará mucho el dulce, admitía que la manzana estaba muy rica.
Rayne miraba a los niños jugar, le recordaban a su hermano, se sentía algo culpable por dejarlo a su suerte, pero el sabía que lo hacía por su bien.
Recordaba el como Finn y Shin jugaban juntos, el como Shin hacia de todo para comprar que comer y darle a Finn y a él.
Hasta que Shin había desaparecido por una semana, recuerda que cuando llegó lo había agarrado a golpes por preocuparlo, pero después lo había abrazado mientras lloraba.
Incluso recuerda como Shin los defendía de algunos monstruos o personas, poniendo su seguridad antes que la de él.
Por eso prometió ser un visionario, quería protegerlo tan bien como Shin lo protege.
Rayne— (Prometió vivir por mi. Y una promesa no se rompe Shin...) —Levanto la mirada del suelo, Shin venía con demasiados peluches y bolsas en brazos— ¿Que mierda?... ¿A donde fuiste? —se levantó de la banca ayudándolo con varias cosas—
Shin— Ah, es que, más allá vi un puesto y tenían un peluche super grande de un conejo blanco, y como te encantan fui a ganarmelo, me gaste casi todo mi dinero, y después fui a comprar comida por qué se que la manzana no te va a llenar, descubrí que en la noche lanzarán luces. —se sienta en la banca— Y por eso tardé .
>pero, más o menos todo lo de aquí es para ti —sonrió cerrando los ojos, era un pequeño tic que tenía cuando se estaba de Rayne—
Rayne— ¿Todo esto? ¿No es mucho? —mira las bolsas en el suelo— Además, la mayoría son peluches.
Shin— Y en otras hay ropa.
Rayne— Ah~ —se pega en la frente aún sin creerlo— ¿Por qué lo haces? —murmuro, pero Shin que sacaba su varita no le había puesto atencion—
Shin— Puedo hacer pequeño todo si quieres, así cada quien tendría una bolsa —apunta a las bolsas en el suelo con su varita— "Reducio"
Las cosas se comenzaron a hacer pequeñas, incluso aquel peluche del tamaño de Shin estaba pequeño, el más alto guardo las cosas en dos bolsas y comenzó a reír.
Rayne— Se hace tarde. —mira el cielo, sus colores naranjas avisaban que se haría pronto de noche— Tenemos toque de queda, recuerdas.
Shin— Exacto, y por eso te llevaré a un último lugar, no te preocupes prefecto~ ni se darán cuenta a qué hora llegaremos, además venimos en escoba. —Toma la mano de Rayne, podía escuchar sus quejas al ver qué la gente los miraba pero aún así a Shin no le importo—
Las personas que conocían a Shin sabía que tramaba, lo conocían lo suficiente para saber que a él siempre le atrajeron los chicos, que siempre halagaba a los hombres guapos, y que la persona más importante para el era Rayne, además de Finn.
Así que no los miraron con desagrado, estaban felices de verlo tan contento de la mano de la persona que amaba.
Por qué si. Todos sabían que Shin amaba a Rayne.
Un mirador.
Que tan lejos lo había llevado Shin para encontrar este mirador, además de que habían conejos por los lares.
Estaba seguro que esté sería su nuevo lugar favorito.
Shin— Lo encontré en una misión que me encargaron en el Buró de Magia. —Mira a lo lejos— Así que pensé que te gustaría...
Rayne— Mira al conejo que tenía en manos— Es lindo y tranquilo. ¿Por qué me trajiste?
Shin— Por qué de aquí podremos ver las luces... Y encender una si quieres, también la compré cuando me dijeron~ —alza aquella lámpara aún apagada— La podemos elevar con magia después de encenderla, además Innocent Zero no podrá quitarnos esto... Aprovechemos estos momentos de paz.
Rayne sonrió, sus sonrisas siempre eran dirigidas a Shin, era la única persona que podía verlo reír, llorar, o enojarse, siempre se descargo con Shin, siempre se desahogo.
Y se dio cuenta que Shin. Era un gran mejor amigo por siempre estar para el.
Rayne— Eres un gran amigo Shin...
Shin— A-ah, por supuesto... Amigo.
El silencio se volvió algo tenso, aunque Rayne no era bueno para leer a Shin, sabía que algo de lo que dijo lo había hecho sentir mal.
Abrió levemente sus labios para hablar, pero algo en su garganta se lo impidió, algo que le advertía que si decía algo todo terminaría mal.
Así que guardo silencio.
Shin— ¡Mira, mira, está comenzando!
Varias luces empezaban a elevarse en distintas partes, Shin miró a Rayne, estaba ensimismado mirando la linda vista, eran hermosas. Se acercó hasta estar a su lado, puso la lámpara en las manos de Rayne, y con su varita la encendió iluminando su rostro, sus mejillas rosadas que solamente Shin tenía el privilegio de verlas.
Shin— Solo hay que elevarla, puedes hacerlo con tu magia Rayne...
Y haciendo caso a Shin, se levantó del suelo limpiando de paso su pantalón, y con su varita la elevó al cielo viendo como cada vez se alejaba.
Shin miró su calmado rostro, su corazón latió y dejando de lado su vergüenza, se levanto.
Shin— Sabes que... —tomo la mano fría de Rayne— Quiero decirte todo de una vez. —comenzaba a acercarse más y mas—
Su voz que siempre temblaba al tratarse de Rayne, no tembló, sus mejillas rojas, y sus ojos brillantes en la oscuridad. Pero Rayne podía verlos, aquel azul de sus ojos que le gustaba.
Shin— No... No puedo... —solto su mano y se alejo hasta las escobas agarrando las y dándole la suya a Rayne— Esperaré... Hasta que tú sientas lo mismo. No quiero apresurarte. Vamonos—sonrio, se volteo para que Rayne no viera lo cobarde que era, que no viera las pequeñas lágrimas de dolor que salían—
Rayne— Tienes razón —mira al cielo, quería ignorar que realmente quería saber lo que Shin estaba a punto de decirle, que no le dolió cuando separó su mano— Ya es tarde. —se sube a su escoba, despeinó el cabello de Shin y se adelantó— Te veo allá, durmamos juntos si me alcanzas—
Shin— jajajaja Seguro! —se subió a su escoba y limpiando sus lágrimas y guardando nuevamente sus sentimientos, fue detrás de Rayne—
Voy a fingir que no
me dolió. 🕴️👍
Di lo mejor de mi para
poner algo bonito.
No se si me quedo, pero
para mí, quedo decente.
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Gracias por seguir leyendo y comentando. 😭💞💞
5k lecturas, es que no me lo creo hahaha