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Por soobinista

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donde park serim, ma allen, seo woobin y koo jungmo son estudiantes de último año y para poder graduarse, deb... Mais

01: ¿bibliotecarios?
02: primera semana
03: segunda semana
04: tercera semana
05: cuarta semana
06: quinta semana
07: sexta semana
08: penúltima semana
09: última semana o tal vez no
11: un poco confuso
12: confesiones y secretos
13: escándalo
14: problemas y soluciones
15: heridas
16: te perdono
17: reparo de los daño
18: nuevos comienzos
19: última semana
final: legado eterno
epílogo: 10 años luego

10: un sábado caótico

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Por soobinista


taeyoung apretó su puño y se giró, mirando a minhee.

minhee le devolvió la mirada y se rascó el brazo, nervioso.

ambos miraban la casa de kim jiwoong, uno de los más populares del colegio y compañero de jungmo y woobin. la fiesta sería en dicho lugar y solo los estudiantes de último año podían entrar, claro que habían algunas excepciones como ellos.

—¿entramos o nos vamos?

taeyoung negó, quería irse y salir corriendo.

—tae.

—¡vámonos!

minhee lo tomó de la mano y negó.

—ya estamos aquí... considero que sería estúpido irse. supongo que deberíamos entrar, no sé.

—me da mucho pánico, minhee.

minhee observó a su amigo, quien sudaba y respiraba con cierta dificultad.

—tae, tranquilo... estaré contigo, ¿si?

—no lo sé, no lo sé...

—ven, vamos.

minhee lo animó a dar un par de pasos hasta que comenzaron a caminar juntos, tomados de las manos. taeyoung sudaba y sentía vergüenza ya que mojaba la mano de minhee, pero a su amigo no le podía importar menos.

minhee tocó la puerta la cual fue abierta en cuestión de segundos, siendo recibidos por xiaoting: la líder del equipo de porristas.

—¡hola!, ¿sus nombres?

—kang minhee y kim taeyoung.

xiaoting asintió y revisó una lista en las notas de su celular.

—bien, bienvenidos. anda, adelante.

minhee y taeyoung entraron tímidamente a la enorme casa de jiwoong, sus ojos se abrieron de par en par al encontrarse con un ambiente completamente distinto al que estaban acostumbrados. la música resonaba fuerte, haciendo vibrar las paredes y escuchándose incluso desde la entrada. las luces parpadeantes y coloridas iluminaban la sala, creando un ambiente de fiesta absoluta.

la multitud de estudiantes de último años y algunos invitados extras, se movían al ritmo de la música, algunos en grupos bailaban en el centro de la pista improvisada en la sala de estar, mientras que otros se encontraban en los rincones conversando y riendo a carcajadas. el humo del vape y los cigarrillos llenaba el aire, mezclándose con el olor a alcohol que se percibía en el ambiente.

en un rincón, un grupo de jóvenes con vasos en las manos se reían alborotadamente, disfrutando de las bebidas alcohólicas que habían traído consigo. algunos parecían tener dificultades para mantenerse en pie, evidenciando los efectos de una borrachera.

minhee notó cómo algunos chicos y chicas, entre abrazos y risas tímidas, se alejaban del grupo principal y se adentraban en las habitaciones. no era difícil adivinar lo que ocurría allí, pues los gemidos y susurros ahogados se colaban por las puertas entreabiertas. los brazos de minhee se erizaron ante tal escena, hacía tiempo que había dejado de ser un niño e incluso ya ni siquiera era virgen, pero nunca fue testigo de algo así de cerca.

taeyoung, por su parte, estaba visiblemente ansioso y nervioso. la acumulación de gente desconocida y el ambiente frenético parecían abrumarlo. sus ojos buscaban sin descanso a woobin, pero solo encontraba caras desconocidas y ajenas a él. minhee notó su incomodidad y apretó su mano, llevándolo hasta la mesa de comida.

allí se encontraba una enorme variedad de alimentos: bocadillos, pizzas, tartaletas y todo tipo de aperitivos, dispuestos en bandejas y platos para aquellos que desearan comer algo entre risas y bailes. minhee tomó un plato y con cuidado comenzó a llenarlo de distintas opciones, tratando de distraer a taeyoung de la multitud bulliciosa y los comportamientos más arriesgados que se desplegaban a su alrededor.

mientras se alejaban de la mesa de comida, minhee le susurró al oído a taeyoung:

—solo encontremos un lugar tranquilo para estar, puedo entender que esto sea abrumador para ti.

taeyoung asintió con gratitud, sintiéndose reconfortado por el apoyo de su amigo en ese ambiente caótico.

minhee estaba comenzando a arrepentirse, no le gustaba ver a su amigo así.

juntos, encontraron un rincón más apartado, fuera del alcance de las miradas indiscretas y el bullicio desenfrenado: el jardín de jiwoong, al parecer nadie le estaba prestando atención a ese lugar.

—¿dónde estará woobin?

—no tengo ni la menor idea... tampoco sé dónde está jungmo.

minhee suspiró y le dio un sorbo a su bebida, negando.

taeyoung miró la hora en su celular y tomó aire, la noche apenas estaba empezando y sabía que esas fiestas eran larguísimas.

se mantuvieron en el jardín durante una hora, hasta que se les acabó la comida y no les quedó más remedio que volver a entrar, dándose cuenta que habían muchas más personas y el espacio parecía tan reducido.

taeyoung tomó con fuerza el brazo de minhee mientras temblaba y atravesaron el mar de gente hasta llegar a su destino, tomando la comida.

—dios, ya me quiero ir... se supone que tendría mi primer cita con jungmo en este chiquero pero ni siquiera lo he visto.

—es una mierda.

—total.

minhee comenzó a colocar en el plato de plástico algunos aperitivos y una vez terminó, sujetó de nuevo a taeyoung para repetir lo hecho anteriormente.

caminaron entre la multitud y las luces se apagaron, creando un sentimiento de confusión entre ambos. repentinamente, las personas comenzaron a saltar y a encender las linternas de sus celulares una y otra vez, al parecer era una especie de espectáculo o vaya a saber qué.

en medio del desastre, minhee se separó de taeyoung.

—¡taeyoung!

gritó minhee, buscándolo con la mirada y sin darse cuenta, alguien arrojó una pequeña pastilla en su vaso. bebió un poco, estaba nervioso y entre tantas personas, sumándole a eso la oscuridad, no veía por ningún lado a taeyoung.

caminaba en círculos, no podía salir de la multitud y se estaba comenzando a sofocar.

por su parte, taeyoung sentía cómo la ansiedad se apoderaba de su cuerpo. el sonido molesto de la música y las luces brillantes de los celulares solo amplificaban su angustia. empezó a buscar frenéticamente a minhee entre la multitud, empujando su manera a través de los cuerpos que bailaban y charlaban.

sin embargo, a medida que pasaban los minutos y su búsqueda se volvía más desesperada, taeyoung comenzó a sentir como su mente se nublaba y su respiración se aceleraba. sus piernas temblaban y su pecho se apretaba, dejándolo sin aliento mientras los síntomas de un ataque de pánico se apoderaban de él.

la mirada de taeyoung se volvió cada vez más desesperada, sus ojos llenos de lágrimas que se mezclaban con el sudor en su rostro. la claustrofobia de la multitud se intensificó, envolviéndolo en una jaula invisible de miedo y confusión.

finalmente, cuando taeyoung estaba al borde del colapso, woobin lo vio desde la distancia. sus ojos se encontraron y woobin inmediatamente comprendió la desesperación en la mirada de taeyoung. empujándose a través de la multitud, woobin corrió hacia taeyoung y lo agarró por los hombros, transmitiéndole una sensación de seguridad y apoyo en aquel momento oscuro.

—taeyoung, estoy aquí contigo. respira lentamente —susurró woobin con calma, sus palabras resonaban en los oídos aterrados de taeyoung—. ¿qué ocurrió? salgamos de aquí.

woobin con mucho cuidado, lo llevó hasta la cocina y le ofreció un vaso de agua, taeyoung lo tomó mientras sus manos temblaban.

lentamente, taeyoung comenzó a enfocarse en la presencia tranquilizadora de su amigo y comenzó a tomar respiraciones profundas.

con cada inhalación, el corazón de taeyoung empezó a desacelerar, los pensamientos oscuros se desvanecieron y lo invadió una sensación de alivio. woobin no lo soltó en ningún momento, brindándole la seguridad que necesitaba.

finalmente, taeyoung recuperó el control de su cuerpo y mente, su mirada todavía vidriosa pero llena de gratitud hacia woobin, le debía tanto.

—¿desde hace cuánto tiempo estás aquí?, ¿por qué no me dijiste?

—yo...

—taeyoung, ¿hay algo que no me estás diciendo?

taeyoung apretó sus labios y asintió.

—¿qué es?

—woobin, yo aprecio todo lo que haces y sigues haciendo por mí... pero estos ambientes me dan ansiedad. vine con minhee pero aún así no he dejado de sentirme mal e incómodo, quería hacerlo por ti y para que sepas que realmente valoro nuestra amistad pero no puedo —explicó, con lágrimas en los ojos—. quise intentarlo por ti, porque quería que supieras cuánto te aprecio pero... me siento muy angustiado. perdí a minhee en medio de la multitud y eso fue el colmo, no puedo con esto y debo salir de aquí.

woobin sintió pesar, la culpa lo invadió.

—taeyoung, debiste decirme... no te hubiera insistido tanto.

—no quería decepcionarte.

woobin sonrió un poco y dejó un par de palmadas sobre su espalda.

—no lo hiciste, ¿bueno? ahora, me gustaría que saliéramos de aquí.

—pero... esto es importante para ti.

—tú eres más importante para mí, taeyoung. vámonos, veamos películas en mi casa y tengamos un plan más tranquilo.

taeyoung sonrió, definitivamente woobin era un ángel y no dejaría de agradecerle nunca.

—pero encontremos a minhee primero, no lo dejaré.

—bien, busquemos a minhee.

por mientras, en una atmósfera ruidosa y bulliciosa, minhee se movía sin sentido en la fiesta, sosteniendo su vaso con mano temblorosa. estaba completamente adormecido y ligeramente mareado. la urgencia por vomitar se apoderó de él, pero su cuerpo se negaba a cooperar. en aquel momento de desesperación, su única misión era encontrar a taeyoung.

—tae... ¡tae! —susurró.

en medio de su confusión, una mano se posó firme en su brazo, haciendo girar a minhee en un espasmo de temor. pero a los segundos, se dio cuenta de que era jungmo, mirándolo con preocupación.

—¡mogu!

—minhee... ¿qué te pasa?, ¿desde hace cuánto estás aquí?

—uh... estaba con tae y de repente todo se fue a la mierda y no sé, solo quiero dormir...

—¿qué?, ¿qué tomaste?

—solo he tomado refresco... me siento mal.

el desconcierto reinaba en los ojos de minhee, quien no lograba explicar lo que le estaba sucediendo debido a su estado somnoliento y angustioso. fue entonces cuando jungmo, comprendiendo la urgencia de la situación, decidió sacarlo de allí.

—camina, amor. vámonos, no estás bien. ¿qué te pusieron? agh.

—¡no! mogu... —dijo—íbamos a tener nuestra cita, ¿no recuerdas?

—así no, mini.

—¡antes de irme debo encontrar a tae!

—mini, debo sacarte de aquí. por favor, colabora.

jungmo lo tomó con fuerza, ignorando todas sus protestas y reclamos e incluso se tomó el atrevimiento de lanzar el vaso lejos, no quería que minhee siguiera bebiendo de esa cosa.

jungmo guiaba a minhee fuera del caos, luchando contra el peso del adormecimiento que lo envolvía. aunque sus pasos eran inciertos y vacilantes, jungmo lo sostenía con firmeza, sintiéndose responsable de proteger a su chico en aquellos momentos de vulnerabilidad tal y como minhee lo hizo cuando lo golpearon. juntos salieron de la casa de jiwoong y se adentraron en la tranquilidad de la noche, tratando de dejar atrás la peligrosa situación que ocurrió.

—¡jungmo!

woobin miró a su amigo, quien venía con taeyoung.

—¡tae!

minhee intento alcanzarlo pero casi pierde el equilibrio, así que jungmo lo sostuvo.

—¿qué te pasó, minhee?

taeyoung estaba preocupado, miró a jungmo en busca de respuestas.

—al parecer pusieron algo en su vaso. vámonos de aquí, no es un lugar seguro para él.

—ni me lo digas... —susurró woobin—ya vámonos a la mierda. de todos modos, la fiesta estaba aburrida.

—iré a encender mi auto —avisó jungmo—, cuiden de minhee.

jungmo se alejó y taeyoung se aferró a minhee.

esa noche le habían quedado dos cosas en claro a taeyoung.

1. jamás volvería a asistir a una fiesta.

2. woobin era un ser humano increíble.

—¡seongmin, ven acá!

seongmin rodó los ojos, ni siquiera podía hacer tareas tranquilo. seguramente sus padres querían realizar algún rezo o algo así, no le quedaba más remedio que asistir a la sala sin chistar.

seongmin salió de su habitación y se sorprendió al ver a allen junto a su padre.

—¡seongmin, allen ha venido a pasar la noche contigo! —dijo su madre, entrando a la sala—¿por qué no nos dijiste que lo habías invitado y que eran amiguitos?

—uh...

—en realidad, hablamos más en la escuela —respondió allen—. y bueno... yo me invité solo. ¿no es una molestia para ustedes?

—¡para nada! —respondió su padre—. el hijo de nuestro pastor siempre será bien recibido en nuestro hogar, siéntete como si fuera el tuyo.

allen sonrió.

—muchas gracias. vamos a tu habitación, seongmin... he traído un par de videojuegos para jugar un rato.

allen lo tomó del brazo y se dirigió hacia la habitación de seongmin.

seongmin cerró la puerta, confundido y habló:

—¿qué te pasa?

—seongmin, déjame ayudarte.

—no necesito ayuda de nadie.

—¡si la necesitas! no es normal llorar en los salones de la escuela —seongmin se quedó en silencio—. mira, sé que no te agrado pero... déjame intentar ser tu amigo y darte mi mano, por favor.

—¿por qué haces esto?, ¿acaso no quieres que le diga la verdad a tu padre sobre tu relación con woobin?

—él lo sabe...

seongmin se paralizó.

—¿qué?

—sí. seongmin, de verdad... déjame ayudarte y ser tu amigo.

seongmin lo pensó, pero sin más terminó cediendo a su petición.

—si me fallas una vez, olvídate de esto.

—¡te prometo que no te fallare! ahora... ¿estás listo para tener un fin de semana diferente?

—¿eso creo?...

—¡así me gusta!

hyeongjun se encontraba de pie frente al espejo, su semblante abatido reflejaba su descontento con su apariencia. su rostro parecía reflejar una tristeza profunda y a pesar de todos los consejos y el apoyo que había recibido de allen, sus padres y la nutricionista, aún no conseguía encontrar la tranquilidad en su imagen reflejada.

lentamente, sintió cómo la ira y la frustración se apoderaban de él, recordando todos esos apodos denigrantes como "cerdito", "vaca", "bola de grasa", entre otros. sin soportar lo que veía, sus puños se cerraron y se golpeó suavemente el rostro, como si buscara deshacerse de los pensamientos negativos que lo invadían. la desesperación, lo invadió y corrió hacia el baño, donde las lágrimas comenzaron a inundar sus ojos.

en un acto impulsivo, buscó alivio y validación a través de provocarse el vómito. forzó sus dedos en su garganta, desencadenando el vómito en un intento desesperado de sentirse aliviado y, en cierta medida, más aceptable para sí mismo.

el sonido del retrete y la sensación de vacío que lo invadió le dieron un momento de alivio fugaz. pero rápidamente, sintió una mezcla de culpa y vergüenza por haber recurrido a eso de nuevo.

¿qué pensarían allen y sus padres si lo ven?, ¿si se enteran que recayó?

su mente estaba plagada de emociones turbulentas mientras luchaba por reconciliarse consigo mismo y encontrar una forma más sana de amarse a sí mismo, pero sentía que era imposible.

se vio nuevamente en el espejo y después miró su celular, reflejando en la pantalla una foto de yohan junto a su novio de toda la vida, cha junho.

junho era alto, apuesto, delgado, simpático y amistoso.

las lágrimas brotaron de sus ojos otra vez y vio de nuevo su reflejo, sintiéndose miserable.

—¿ahora si seré bonito para ti, yohan?... ¿o seguiré siendo tu juguete con el cual te das placer cuando junho está enojado contigo?

golpeó levemente la mesa que sujetaba el lavamanos, sintiendo una mezcla entre impotencia, asco y rabia.

¿algún día podría amarse a si mismo sin necesitar la validación de los demás o mejor dicho, de yohan?

serim salió del baño, con las manos limpias y se adentró de nuevo en la bulliciosa fiesta. fue entonces cuando se encontró con gaeul, quien parecía haberlo estado buscando incansablemente. un sentimiento extraño y confuso se apoderó de serim en ese momento; aunque sabía que sentía algo por gaeul, no podía evitar que su mente se viera invadida por pensamientos acerca de wonjin.

a decir verdad, estaba dudando de sus sentimientos.

¿y si solo era una confusión?

aquel día que durmió junto a wonjin por primera vez, se repetía una y otra vez en su cabeza. ese día estaba seguro de que le gustaba wonjin, ¿pero qué hay de gaeul?

quizás solo era una confusión momentánea y se apresuró en afirmar que le gustaba wonjin.

—hola, rim.

—hola, gaeul.

serim sonrió y la chica le devolvió la sonrisa.

—te he estado buscando toda la noche.

—¿y eso?

—me interesa únicamente pasar la noche contigo, serim.

para serim, la situación era totalmente nueva y confusa. a lo largo de su vida, siempre le habían atraído las mujeres y nunca antes había experimentado algo así hacia otro hombre. aquello lo estaba afectando profundamente y se sentía decepcionado consigo mismo por no poder comprender sus propios sentimientos.

¡espero durante tanto tiempo para tener una oportunidad con gaeul y ahora que la tenía, la dejaba ir! era un caso perdido.

—rim... no puedo dejar de pensar en ti. solo vine porque tú venías, sabes que no me gusta este ambiente.

—¿por mí?

—sí, por ti... quiero pasar toda la fiesta a tu lado, rim.

el coqueteo descarado de gaeul revolvió aún más los sentimientos encontrados de serim, haciéndolo sentirse tentado a dejarse llevar por el deseo que ambos compartían en ese momento. sin embargo, justo cuando serim tomaba ligeramente a gaeul de la cintura y sus labios estaban a punto de unirse en un apasionado beso, su celular sonó inesperadamente con una llamada entrante de wonjin.

el timbre insistente del teléfono interrumpió el fugaz momento entre serim y gaeul, creando frustración y confusión en ambas partes.

—debo contestar.

—no lo hagas, solo déjalo sonar... céntrate en mí.

—puede ser importante.

—rim.

gaeul insistió en que serim debía ignorar la llamada y seguir adelante con lo que estaban a punto de hacer, pero la mente preocupada de serim no podía permitirse pasar por alto la posibilidad de que algo importante pudiera haber ocurrido.

a pesar de los deseos y las miradas irritadas de gaeul, serim no pudo resistirse a contestar la llamada.

—hola, jin... ¿pasa algo?

—¡serim! —dijo él—¿dónde estás?

—en una fiesta.

—oh, entonces no te molesto.

—¡no, no! tú dime. eres más importante en este momento, créeme.

gaeul vio a serim frustrada, no podía creer sus palabras.

—es que... me siento solo y quería saber si estás disponible pero ya veo que no. descuida, dormiré.

—¡no! estoy disponible. ¿qué quieres hacer?

—¿puedo ir a tu casa? esta vez llevaré mi ropa.

—¿y que hay de tu padrastro?

—me escaparé.

—¡wonjin! eso puede ser peligroso.

—ya lo he hecho antes, tranquilo.

serim suspiró, no podía negarse.

—está bien. nos vemos allá, te espero.

—¡va!

wonjin colgó y serim miró a gaeul, quien lo abrazó.

—¿dónde estábamos?

—gae, debo irme.

—pero...

—te veo después.

serim salió casi corriendo de la fiesta, encendió su auto y manejó lo más rápido que pudo ya que no quería dejar a wonjin esperando tanto tiempo en la fría noche. una vez llegó, se dio cuenta que el chico se encontraba esperándolo sentado sobre la acera.

se bajó del auto y gritó:

—¡wonjin!

—¡hola, serim!

wonjin sonrió y serim sintió su pecho doler.

¿qué era ese sentimiento?

—¿llevas mucho tiempo esperando?

—nah. unos... ¿5 minutos?

—dios, disculpa —dijo, abriendo la puerta y haciéndolo entrar—. ya sabes a donde ir, bonito.

—lo sé.

wonjin se dirigió a la habitación de serim, se recostó sobre la cama como de costumbre y sonrió al sentir el olor del chico sobre las cobijas.

wonjin traía su pijama puesto, al parecer no le daba vergüenza andar así por la calle.

serim entró y cerró la puerta, abrió su clóset y buscó su pijama.

—me cambiaré, ¿no te molesta?

wonjin lo vio, nervioso y negó.

—¡para nada!

—va.

serim se quitó la camisa y wonjin se mordió el labio, tenía un cuerpo de infarto. su mente era demasiado creativa y ya se había imaginado con serim en un montón de escenarios bastante... obscenos.

serim se colocó la pijama y una vez terminó, miró a wonjin.

—¿ocurre algo? estás rojo.

—¡no!... nada. mejor ven, abrázame.

wonjin abrió los brazos y serim se acercó a él, dejándose envolver por los brazos de ham y consentir al mismo tiempo por el chico.

—¿quieres ver una película? podemos ver los juegos del hambre.

—me parece, está bien por mí.

serim alzó un poco la mirada, observando el rostro de wonjin.

era hermoso.

—¿qué me ves?

—no, nada.

wonjin sintió como su respiración se aceleraba ligeramente, aquella cercanía y lo intimidado que se sentía por la mirada de serim lo volvía un caos.

—serim... ¿si hago algo tú me perdonarías?

—depende de que sea.

—algo... que quizás no te guste.

—¿y cómo sabes que no me va a gustar?

—porque no es tu estilo.

serim no comprendía mucho, así que se separó del abrazo y se sentó sobre la cama, apoyando sus manos en el colchón.

—¿a qué te refieres?

—a esto.

wonjin gateo un poco hasta quedar frente a su rostro, tragó saliva y dejó un corto beso sobre sus labios para después bajar la mirada.

serim no supo como reaccionar, fue tan rápido y fugaz que apenas lo sintió.

pero quería más.

—si vas a besarme... procura hacerlo bien.

esta vez fue serim quien se acercó, tomando el mentón de wonjin y juntando sus labios en un beso.

en el pecho de wonjin existían un montón de fuegos artificiales explotando, no podía creer lo que estaba ocurriendo.

los labios de serim eran tal y como se los imagino.

debido al nerviosismo, apenas se movió y se sintió vacío cuando sus labios se alejaron.

—serim...

—¿si?

—dame otro.

serim sonrió.

—los que quieras, bonito.

serim se dejó llevar por la intensidad de sus sentimientos y volvió a unir sus labios con los de wonjin. esta vez, decidió subir el nivel y con su lengua, pidió cierto permiso antes de adentrarse a la boca de wonjin. ham, con cierto nerviosismo abrió su boca poco a poco y dejó que la lengua de serim se hiciera paso y juguetera con la suya.

ambos estaban llenos de un deseo ardiente y una conexión profunda. cada uno sumergió su alma en ese beso, sin detenerse ni un momento.

serim exploró cada rincón de la boca de wonjin con su lengua, mientras su corazón latía con fuerza en su pecho. sin previo aviso, serim lo recostó sobre el colchón y continuó besándolo, sin apartarse de él. wonjin aprovechó que serim se encontraba sobre él, rodeando el cuello del chico con sus brazos, acercándolo aún más a él. se entregaron al beso sin restricciones ni reservas, permitiendo que la pasión los guiara hacia un éxtasis compartido.

perdidos en el placer del contacto entre sus bocas, continuaron besándose hasta que poco a poco se fueron sumergiendo en el sueño. sin previo aviso, quedaron rendidos por el intenso amor y la entrega mutua.

a la mañana siguiente, serim despertó y como de costumbre sus padres estarían en la iglesia, asistían todos los domingos ya que eran católicos.

serim no tenía alguna creencia, a decir verdad.

se estiró y vio a wonjin dormir a su lado, sonrió y acarició su rostro. recordó lo ocurrido durante la noche y su corazón latió con fuerza.

jungmo tenía razón, un beso cambiaba todo y ahora estaba seguro de que le gustaba wonjin.

—wonjin, debes despertar...

serim lo sacudió y wonjin se quejó.

—5 minutos más...

—¡vamos, arriba!

wonjin se despertó de mala gana y se rascó los ojos.

—¿qué hora es?

—las 9:30.

—¡es muy temprano!

—no lo es... anda, vamos a hacer el desayuno.

wonjin asintió y se dirigieron a la cocina una vez estuvieron despiertos del todo. ninguno dijo nada sobre lo de anoche, por ahora preferirían ignorar ese tema.

el timbre sonó, por ende serim fue a abrir y se sorprendió cuando vio a gaeul.

—gae...

—¡rim! ¿te desperté?

—no. ¿qué haces aquí?

—es que cuando te fuiste ayer... me quedé preocupada y quería saber si estabas bien. ¿puedo pasar?

—emh...

—rim, ¿quién es? —wonjin se acercó y apenas vio a gaeul se congeló.

—¿quién es él, rim?

—es wonjin... un amigo. wonjin, ella es gaeul.

—un gusto.

—un gusto —gaeul sonrió—, soy la futura novia de serim y espero nos llevemos bien.

el corazón de wonjin se rompió en ese instante.

—¿si? felicidades.

—¡gracias! aunque ayer nos interrumpiste, eh. aunque entiendo que los amigos son importantes, sí.

wonjin vio a serim, quien no decía nada y solo parecía estar desconcertado.

—sí, lo son... los dejaré a solas. rim, gracias por recibirme pero ya me voy.

—¡wonjin, n-

—nos vemos.

wonjin se fue sin siquiera darle tiempo de decir algo más, dejándolo frustrado.

¡maldita sea!

minhee abrió los ojos y se asustó.

¿dónde estaba?

—ya despertaste.

jungmo se sentó sobre la cama y minhee suspiró, aliviado.

—¿cómo terminé aquí?...

—te pusieron algo en la bebida.

—no... ¿y tae?

—pasó la noche con woobin, tranquilo.

minhee asintió, al menos algo bueno.

—mogu... arruiné nuestra cita.

—no, fue mi culpa... no debí llevarte a una cita en un lugar así.

minhee realizó un pequeño puchero y jungmo apretó su mejilla.

—ya no estés triste, ¿si?

—pero arruiné todo... como siempre.

—¡no, no! minhee, no saldría bien de ninguna manera y es mi culpa.

—¿no tendremos cita?

—la tendremos, pero en otro momento. te prometo que te daré la mejor cita del mundo, lo juro.

minhee sonrió y besó sus labios.

—está bien.

—¿estás bien, te sientes mejor?

—sí, eso creo...

—te cuidaré toda la tarde si es necesario, solo quiero que estés bien.

—¿tutor y enfermero?

—y todo lo que tú me pidas.

jungmo unió sus labios en un largo beso y minhee no podía estar más contento, todo rastro de la tristeza desapareció.

quién lo diría, al fin y al cabo si era cierto el dicho de los opuestos se atraen.

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