Love-Pucca Y Garu

By Snoopfranny

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Pucca... ama a Garu, divertido amor... Pues divertido sería para Pucca pero no para el joven Ninja Garu S... More

Nota Autora. ♡⸝⸝
Synopsis
Capítulo I.
Capítulo II
Capítulo III
Capítulo V.
Capítulo Ⅳ
Capítulo Ⅶ
Capítulo ⅦⅠ
Capítulo ⅠⅩ.
Capítulo Ⅹ.
Capítulo ⅩⅠ
Capítulo ⅩⅠⅠ
Capítulo ⅩⅠⅠⅠ
Capítulo ⅩⅠⅤ
Capítulo ⅩⅤ
Capítulo ⅩⅤⅠ
Capítulo ⅩⅤⅠⅠ
Capítulo ⅩⅤⅠⅠⅠ
Capítulo ⅩⅠⅩ
Capítulo ⅩⅩ
Capítulo ⅩⅩⅠ
⩩¡Nota final!
PARTE DOS DEL FIC.✧₊⁺

Epílogo.

448 29 15
By Snoopfranny

︵‿︵‿୨ ୧‿︵‿︵‿

El comienzo de nuevas aventuras.

Narradora.

CUATRO AÑOS DESPÚES

Pucca había logrado graduarse, estaba tan feliz que sentía como las lágrimas recorrían sus mejillas rojas por todo lo que ha sollozado.

—Felicidades Pucca, te has graduado estamos orgullosos de ti.- le abrazan sus tíos y su amiga Ching contentos por su gran logro.

A Pucca le había costado re integrarse luego de su año "sabático" y congelamiento de sus estudios, pero algún día debería retomarlos, ese día ya paso, y ahora era toda una docente de la educación.

¿Cómo se sentía al respecto? su cara irradiaba alegría, estaba orgullosa de su propia hazaña y claramente añoraba sus días siendo una adolescente, sin problemas pero era consciente que era ya una adulta, y que sus problemas o se agrandarían, o se disminuirían.

—Muchas gracias.- agradece, todos se habían levantado de las sillas que ponían su nombre, pero logro ver como la silla que ponía el nombre de "Garu Samada" y que ella había puesto por si Garu aparecía, estaba vacía. S

Sus ojos se comenzaron a aguar y todos lo notaron, esperaba aunque sea que él asistiese, sabia lo importante que eran sus estudios desde siempre. Según oyó, Garu se estaba quedando en un pueblo llamado Arari, pero se iba por las mañanas hacia otro lugar, por lo que envió la carta al único lugar de correros de por allá, esperaba que aunque sea él la leyese y el enviara algo de vuelta, pero eso no ocurrió.

No sabia nada de él desde hace cuatro años, hasta una vez pensó que había fallecido quizás y por eso no le hablaba, pero sus teorías no eran ciertas y aquel muchacho estaba rehaciendo su vida en quien sabe qué.

Ella no es nadie para impedirle cumplir sus sueños, y lo sabe... pero, aún así le atormentaba que estuviese tan lejos de la muchacha.

—No te preocupes Pucca, de seguro donde quiera que este, sé entero de tu graduación, fuiste la mejor de toda tu universidad, saliste en los periódicos. Seguro leyó algo referente a ti y debe estar tan contento como nosotros- le intenta animar Dumpling. Pucca asiente y se van de la gran sala para ir a celebrar a un buen lugar.

—No te angusties Pucca, seguramente él leyó algo sobre ti en los periódicos y no pude venir, ya sabes fuiste una estudiaste destacada.- intento animar Dumpling, y tenia razón Pucca había dedicado su tiempo en los estudios, cada tarde del fin de semana salía con Ching a repasar sus materias en un restaurante específicamente para estudiar.

DOS AÑOS DESPÚES DE LA GRADUACIÓN.

Pucca había logrado salir adelante luego de la despedida de Garu, estaba vez no se hundía en su dolor sino que aprendía a vivir con ello, cada día era una experiencia distinta, una situación en la que ella tenia que aprender a ser más fuerte.

Desde que Garu no asistió a su graduación se resigno completamente a la idea de que él volviese, asique debía aprender a vivir con el dolor, y continuar dándole cara a la vida.

Desde que Garu no se presento a su graduación, se resigno a la idea que él volviese, por lo que debía comenzar a soltar esos recuerdos que le atormentaban la cabeza. Comenzó a aprender con el dolor, y continuando dándole cara a los problemas de la vida misma.

Y aquella le sonreía de nuevo, el fruto de su dolor era el más jugoso, ya había terminado su carrera y era maestra de primaria, ayudaba y enseñaba a los niños pequeños diversas actividades.

Procuraba que el abuso escolar y el bullying no rondará en la primaria, y que fuese un lugar para ser felices y disfrutar, no para sufrir mucho menos un lugar al cual detestes asistir.

Ching; su mejor amiga, comenzó a trabajar de psicóloga en esa misma escuela, y por cosas del destino ... aquella jovencita que apoyo a Pucca cuando más lo necesitaba, tuvo un hermoso bebé que tan solo tiene tres meses de nacimiento recién cumplido. Sí, muchos creerían que Ching era muy joven, que apenas había comenzado a ejercer su carrera dos años, pero la de trenzas estaba tan enamorada de su actual esposo, Abyo y soñaba con formar una familia lo más pronto posible.

Ella con Abyo solucionaron las cosas... él se arrepintió tanto, que terminaron volviendo, todo un drama que jamás lo hicieron público, pero según se dice, el joven Abyo había tenido un desliz, y por amenazas de aquella chica tuvo que continuar esa relación.... todo un chisme bastante contundente. Ching tenia un gran corazón, y al ver el arrepentimiento de su ex pareja le perdono.

Muchos la considerarían "tonta" o simplemente fácil de engañar, pero ella tenia la consciencia tranquila de que no lo era.

—Me iré yendo al trabajo, procura cuidar de la bebé y dale la comida a sus horas adecuadas.— recuerda mientras gira las llaves del auto, —por la tarde iré al show de los enamorados, y no creo que regresé pronto ya que tengo mucho trabajo, no me esperes despierto.

Ching abre la puerta pero al no oír respuesta de su marido se voltea a ver que estaba haciendo.

—Lo que digas, cariño...— murmura de mala gana, su esposa ya comprendiendo porque esa falta e humor se devuelve y le planta un beso en la mejilla.

Ching siempre fue conocida por su pasión a las bodas, y todo lo relacionado con una familia, incluso su meta en la vida era casarse, asique ya lo había cumplido, solo le faltaba un bebé que fuera acogido por sus brazos protectores y su cálida sonrisa.

La vida de todos parecía rondar excelentemente bien, con a veces problemas pero fuera de eso todos estaban felices.

Oh... excepto unos personajes, que creo que ya supondremos quienes son.

Supongo que todos recordamos a Li Chang, el hombre atractivo y gentil que decía ser. El chico atractivo, con cabello reluciente mirada profunda como el mar, y un cuerpo de gimnasio atractivo y varonil.

Él, su "abuelo" y Dong King, fueron presos por fraude por toda Corea. A la semana de irse Garu se formalizo su detención y de una vez por todas ese hombre dejo en paz al «Goh rong

Al final, Garu termino salvando a la familia de Pucca de sufrir una de las estafas más grandes en toda Sooga, y a muchas personas más que en algún futuro iban a terminar igual o peor que las anteriores victimas.

Ring Ring por su parte jamás se tomo de buena forma que por culpa de Garu su padre había ido preso, pero con el tiempo comprendió y maduro, no era nada más que una niña mimada, solo necesitaba tiempo para mejorar y ser mejor persona, o algo que se pareciese.

Ahora no hacia de las suyas, o bueno tampoco es que se pueda cambiar de la noche a la mañana pero dejo de ser esa niñita privilegiada, al ver que ahora era de la misma clase social que los demás.

Oh... creo que hemos hablado mucho sobre que fue de sus vidas, volvamos al presente. Pucca se encuentra por los pasillos de su primaria, con un montón de papeles de permisos de los apoderados para la salida escolar.

—¡Pucca!- le llama Ching desde la sala de docentes y asistentes, —ven, mira este video que me envió Abyo de la bebé.

La de vestido rojo se acerca y sonríe tiernamente al ver la tierna cara de la pequeña jugando con su papilla.

—¡Pero que linda que esta! igual a la madre, nada de Abyo.- ríen las dos mientras ven las fotografías.

—Con la comida no se juega mijita. En mis tiempos las mamás obligaban a los bebés a comer, enséñele a su hijo que no se juega con eso.- dice la señora de la limpieza que caminaba curiosamente por el lugar para luego irse.

Ambas se observan extrañadas para luego reírse.

—Aún no creo que Abyo haya decidido quedarse como dueño de casa, es decir él decía una cosa totalmente distinta cuando éramos niños, se suponía que iba a ser el galán de los galanes, el Brad Pitt de Sooga, pero al parecer la vida tenia otros planes para él.

—Las vueltas que da la vida. Aunque ser ama de casa también me hubiera gustado ser, pero alguien debe pagar las cuentas.- ambas continúan carcajeando.

—En eso te encuentro razón. Además hay que ganar el dinero de forma honrada como dijo Bruce la otra vez. A todo esto, ¿esta feliz con ser abuelo?- Le pregunta mientras acomoda unos papeles en unos archivadores.

—¡Claro! cada día va a la casa según me cuenta Abyo, y le enseña a la pequeña Bon-hwa a defenderse, me alegro tanto tener una familia tan feliz y bien constituida, mi sueño hecho realidad.— dice contenta dejando a su amiga pensativa.

—Sí... me alegro.- dice feliz por su amiga, pero recordando la falta del amor en su vida, la falta de Garu en aquella. Su vida era hermosa, maravillosa pero aún así soñaba con encontrar a alguien con el que compartiese sus logros, sus vivencias, su vida.

• • •

En el salón de clases, Pucca lo mantenía bien decorado, figuritas y secciones para todo, para historia y geografía, literatura y artes. Ya que ella era maestra de Primaria tenia que hacer todas esas materias a su curso, por lo que lo sentía como un hogar.

-Bueno niños, hoy iremos al parque para la inauguración de la feria de San Valentín.- comunica Pucca a los pequeños con una sonrisa,-recuerden ir con su pareja de la mano, para no perderse. No se quiten sus pulseras para que así sepamos donde están.

Todos asintieron y se comenzaron a dividir en parejas, ya todos tenían pareja menos una pequeña de dos coletas observando confundida a quien tomarle la mano.

—Maestra, yo no tengo con quien ir.-dice la rubia algo preocupada,-no tengo muchos amigos y no queda ningún niño... ¿no podre ir?

Pucca sorprendida por haber calculado mal la asistencia y no percatarse que una pequeña quedaría sola se mantiene pensando en que hacer, pero en breve de segundos da su respuesta.

—Si podrás ir pequeña, irás conmigo, luego cuando lleguemos te sentarás junto a la señorita Ching, ¿está bien Soo-yuk?- la pequeña asiente entusiasmada y todos salen del aula para ir al parque en el autobús escolar.

Cada san Valentín la escuela de Sooga iba al gran evento a ver los juegos que se armaban, y los regalos secretos, solamente que era para los cursos mayores, ya que los consideraban "responsables" mientras que los pequeños se quedaban con las ganas de asistir.

Pucca había logrado convencer al director de dejarle llevar este año a su curso y enseñarles lo importante que es el amor en nuestras vidas, aunque todos sabemos que ni siquiera la misma maestra aplica aquello en su vida personal.

• • •

Al llegar al parque se sientan en unas sillas todos, Ching estaba allí con un asiento a su costado listo para Pucca, ella había ido en su auto, ya que el autobús no era lo suficientemente grande para que ella entrará.

—Ching, ¿podrías cuidarle? tengo que ir a hacer los demás pendientes y terminar los regalos para los pequeños.- le susurra al oído, Ching alza su dedo pulgar y Pucca sale disparada a las bambalinas, debía terminar todo rápido.

—¡señorita Pucca!, ¿Qué necesita?- le pregunta un señor del lugar, —¿ocurre algo?

—Ohm, no. Solo vengo a ver si todo esta listo, ya traje a mi clase y me gustaría saber si las cartas y obsequios están preparados.— pregunta con ademanes, el hombre niega con la cabeza y señala el montón de cajas apunto ser llevabas al escenario tranquilizando a Pucca.

Ella como maestra quiso hacerles obsequios a sus pequeños por parte suya, para que san Valentín les sea mucho más bonito y no se queden con un recuerdo de que nada les llego.

—Si esta todo, no se preocupe, puede volver a su clase.

Pucca se retira del lugar y acompaña parada a su clase, el lugar estaba repleto de gente, algunos enamorados y demás. Pucca recordaba con nostalgia que por estas fechas, iba a ser su aniversario con Garu...

—Pucca, ¿estás bien?— le pregunta su amiga ya sabiendo que le ocurría, —sé que estas fechas te deben recordar muchas cosas... pero no te desanimes, todo estará bien.

Pucca asiente con una sonrisa para luego continuar viendo el show, pero al instante que su amiga voltea la cabeza se apena nuevamente conteniendo las ganas de llorar. ¿Por cuanto tiempo tendría ese dolor guardado en su pecho de que algo le faltaba?

El tiempo iba corriendo y todos estaban recibiendo sus regalos, hasta los pequeños recibieron cartas de amor que se escribían entre ellos. Mientras que Pucca se mantenía pensativa sobre donde se encontraría Samada.

Para estas fechas quizás . . . que estoy diciendo, ni siquiera le debe importar. Nunca le ha gustado San Valentín, seguramente es un día normal como siempre para él.

—Y este regalo es para... ¡Ching!— lee el maestro Soo. Todos aplauden y Ching sube al escenario ya suponiendo de quien se trataba con una amplia sonrisa, —parece que a Abyo no se le han olvidado estos detalles románticos, pese a ya tener una familia aún parecen como la primera vez.

—¡eso veo!- observa ilusionada Ching mientras abre el regalo, era un peluche de Abyo, Pucca comienza a recordar el peluche que le llego de Garu hace ya años.

—¡awww!- recita el publico. Ching baja del escenario abrazando el peluche, algunos pequeños querían tomarlo pero ella niega con una sonrisa.

—este regalo es de mi esposo, por lo que lo debo cuidar. Lo mismo deben hacer ustedes con sus cartas.- señala las cartas que todos llevaban en sus manos, todos asienten mientras comienzan a reír por lo mal cosido que estaba el peluche, pareciera que fue hecho a mano.

—El siguiente regalo es para... ¿Pucca?- interrumpe las risas el maestro Soo, dejando a Ching sorprendida.

—¿Para Pucca? quien se lo enviaría- murmura pensativo Hoo entre la multitud hablando con sus hermanos.

—Quizás Garu.— opina Dumpling,—aunque es poco probable ...

—No creo, ese muchacho ya se fue de Sooga, no sabemos si esta siquiera vivo, no ha dado señales de vida hace años.—responde Linguini sinceramente, los dos le observan fijamente serios, —¿Qué? ¡solo di mi opinión! ¿acaso eso es penado por la ley?

—no digas eso ni en broma Linguini, Pucca seguramente se sentiría mal si te oye decir eso.— le reprende Hoo.

—Vaya... ¿de quien será esto Pucca?- le entrega la caja el maestro.

—No lo sé...- responde sin tener idea de quien podría darle esto.

Pucca un poco nerviosa la abre, quita los listones rojos que cubrían la caja de color negro y mientras quita la tapa, había un collar de perlas, un pergamino y una rosa roja

—Qué es esto...- murmura mientras lo observa detenidamente, -¿de quien es?

—No sabemos Pucca, esta en anónimo nuevamente.- le responde revisando la lista de entregas.

  Cada año a Pucca le llegaban regalos anónimos, el año pasado le llego un vestido rojo, el antepasado un set de maquillaje.  Los catorce de Febrero recibía regalos de algún admirador secreto, durante cinco largos años, al principio creía que podría haber sido Li Chang volviendo a hacer de las suyas, pero él estaba en prisión de ninguna manera podría enviarle aquello.

Pucca baja del escenario para continuar viendo el show, como siempre no había señal de quien podría haberle enviado esto.

• • •

  La azabache estaba caminando por la calle con su regalo en la mano, ya había terminado su jornada y como no tenia vehículo ella se iba caminando a su departamento.

Mientras caminaba se quedaba pensativa sobre los regalos de los últimos años, cinco años en los que alguien se había dado el tiempo de darle algo, debía ser alguien con un gran corazón, en la casa vería mejor sobre que decía el pergamino, tenia tanta curiosidad que sentía como sus pies iban más rápido cada vez.

Al llegar, suelta su bolso y se dirige a su mesa ya ansiosa de ver el contenido, al abrir deja el collar de perlas al costado.

—¿Un collar?...- se le viene a la mente el regalo navideño de Garu hace unos años atrás, —Nah, no puede ser él que cosas locas que estoy diciendo- Se convence a si misma mientras continua viendo que era, el vestido era largo, uno tan largo pero con una abertura en el costado, no muy escotado sino con encaje bonito como de muñeca de porcelana.

Luego, llego al pergamino, lo abre delicadamente y logra leer el texto.

Hola Pucca, sé que quizá estés enfadada conmigo.

Que probablemente cuando te enteres quien te ha enviado esto me detestes más de lo que lo hacías, pero quiero y deseo hablar contigo.

¿Te parece hoy luego de la fiesta de San Valentín, bajo el árbol de amor cerca de la colina de frutos?

Pucca alza las cejas sin entender nada, ¿hoy en la colina? ¿enfadada? a que se refería, no sabia ni siquiera quien era.

Pensó un poco si asistir o no, quizás era un asesino en serie que planeaba su asesinato desde hace años, o quizás un secuestró, hasta podrían ser alienígenas que querían su cerebro para intercambiarlo por uno de ellos . . . esta bien, Pucca veía muchas películas.

Sale de su casa para encaminarse hacia el árbol que le mencionaba, durante el camino solo pensaba en una cosa «¿Será Garu?»

Aunque era una idea que claramente le seria maravilloso que se cumpliese, probablemente no. No debía hacerse falsas expectativas, y alimentar su subconsciente, ya que la realidad le golpearía de peor manera. Al llegar, logra ver un mantel de cuadros a la distancia de color rojo, y una canasta sobre el, de pronto siente un leve deja vu de la situación.

Se sienta en el mantel esperando ver de quien se trataba esta sorpresa. Revisa su teléfono para ver la hora, era de noche, hace no muy poco había atardecido, ojala no fuese una broma.

El tiempo va pasando, un minuto se transformo en dos y así había estado esperando treinta minutos y no había nadie, estaba apunto de irse cuando alguien le toma el hombro.

—¿Ah?- se voltea y sorprendida logra ver de quien se trataba,—¿Garu?- Pucca con una sonrisa en el rostro no podía creer a quien estaba viendo, logra notar unas heridas en su cuello, —¡Por Dios! ¿estás bien?

—Pucca...—  se lanza a sus brazos para   abrazarle dulcemente, Pucca lo aleja un poco y él parece confundido.

—¿Qué haces aquí? ¿Cómo has estado?— le pregunta,—Oh y oye, un saludito primero, no?

—Oh, si. Hola Pucca, estoy bien, ¿y tú?

—Exacto, la educación primero.—bromea,—bueno sentémonos—, ambos se sientan con las piernas cruzadas sobre el mantel de cuadros rojo, ahora la colina estaba rodeado con muchos árboles, al parecer ahora era un lugar turístico para pareja. Embobada Pucca por el cambio del lugar no nota que Garu toma bastante aire para luego comenzar a hablar.

—No tengo mucho tiempo, me debo ir pronto. Por lo que recitaré algunas palabras que escogí perfectamente para está ocasión:  «Desde que me fui sentí que no te había expresado todo lo que sentía. Que terminé dejando cosas inconclusas y cada día que despertaba me arrepentía por eso, quizás no fui lo suficientemente valiente, o quizás termine resignándome pero me arrepiento».- lee lo que estaba escrito en su brazo torpemente.

—Garu... ¿Qué estas diciendo? ¡más lento velocista! mi pequeño cerebro no logró comprender palabra.— Pide pero su petición no es escuchada y Garu continua su argumento.

—Yo, cada catorce de febrero me arrepentía, me sentía culpable de tu actual dolor, el cual era causado por mi.— habla como si estuviera rapeando, solo le faltaba el sombrero hacia al costado.

—Garu...

—¿Sabes quien te enviaba regalos cada año? Era yo, cada año trataba de remediar los años que estuvimos juntos con obsequios, de que regalos infantiles no solucionaran nada, pero aún me siento culpable.— continua leyendo ahora con voz de poeta.

—Garu...

—Planeé estas palabras durante semanas por lo que por favor no me interrumpas, lo que decía... me siento tan arrepentido por todo Pucca que cada noche sentía que el mundo..— continua su larga charla, Pucca comprende lo que decía luego de asimilar cada silaba, y niega con la cabeza renegando sobre la opinión de él.

—Garu, nuestra separación fue hace años, no creo que sea momento recordar eso, pero si insistes, no eres culpable de nada, al contrario, si buscamos a algún culpable, aunque me duela, fui yo.— intenta aliviarle interrumpiéndole, mientras señala su pecho echándose la culpa,— yo fui quien no dejo su orgullo de lado y te termino apartando, sabiendo como te sentías y lo arrepentido que estabas, no te di otra oportunidad cuando tuve que hacerlo.

—No Pucca, por favor no eres culpable de nada, no tenias opción más que encerrarte a ti misma y alejar al resto...- Pucca abre los ojos aún más. Ella estaba apunto de arremeter contra lo que dijo, pero asiente ya comprendiendo su punto.

—Bueno para que no entremos en discordia, fue culpa de ambos y no hay porque lamentarnos de algo que ambos estamos de acuerdo—dice finalmente con una sonrisa, Garu coloca un mechón negro que tapaba su cara detrás de la oreja de Pucca con una sonrisa en su pálido rostro.

Recordaba como aquella vez la conoció en la escuela, una chica sola, solitaria... que lo único que le hacia feliz en la vida era su familia, como en la escuela era un dolor de cabeza cada día. Aquella chica de ojos brillantes que ocultaban la pena más grande, no tener a sus padres y sufrir cada día por un grupo de chicas ignorantes.

Aún recuerda como le enseñaba a defenderse cada tarde, hasta que ambos terminaron embobándose del otro, un chico y una chica que se amaban. Pero eran unos niños, y la adolescencia trae tantos problemas que no esperaban que aquello los separaría por completo.

Sus procesos eran distintos, uno debía aprender a dejar de dañar al resto y otra a no dañarse a si misma. El tiempo al parecer había logrado hacer que ambos se construyesen a si mismos.

—Por lo que... quise venir este año, a verte.

—Yo también quería verte, no me esperaba que fueses tú el que me enviaba los regalos, sentía una corazonada pero creía que eran delirios míos.- ríe al final, mientras lo mira detenidamente, —Oye Garu, una pregunta. ¿Por qué cuando lo nuestro acabo, tú me decías que aún me querías? ¿de verdad me querías o solo era por lastima? sé que no hay que recordar cosas del pasado a estas instancias de la vida, pero me parece el momento apropiado.

—Lastima.— responde sin pensar.

Pucca alza sus cejas confundida, 

—¡no malinterpretes!, sentía lastima si, pero por tu dolor pero al mismo tiempo era porque yo... Ash siento que lo arruiné — frota su frente tratando de hallar palabras para arreglar lo que dijo.

—Ya déjalo, no deberías sentir lastima de nuevo por mi, Garu.- dice indignada mientras se levanta. Garu la detiene tomando su brazo.

—Pucca, no te vayas... esperé tanto tiempo para verte, por favor.- le pide, ella repiensa un poco y accede, también le quería ver y no cometería ese mismo error de hace años.

—Esta bien.- murmura mientras se sienta, hace una mueca mientras observa cómo tímidamente Gary reparte los sándwiches y le deja uno frente a ella.

—De jamón, cómo te gusta...

—No puedo creer que aún te recuerdes.- le dice maravillada.

—No olvidaría los gustos de la persona que fue mi novia, mejor amiga y compañera... me hace feliz poder charlar contigo, Pucca.— sonríe mientras mueve su cabeza ligeramente.

—Sobre eso Garu,— habla con comida en la boca,— no quiero arruinar el momento, pero quiero saber. ¿Qué quieres hablar?

—Sigues comiendo cómo un animal.— bromea mientras sorbe el agua de su botella.

-¡oye! Yo soy una señorita, no sé a qué te refieres.

—Lo que tú digas- ríe un poco, pero su alegría se freno y baja la cabeza preocupando a Pucca,—Sabes, estos años en los que me fui a Fengarí, cómo jefe del clan ninja de la zona...no sé si sabias que para eso fui, cada día que el sol entraba por mi ventana, pensaba «¿Será que pasaré este día?» y aún recuerdo esa incertidumbre jamás la pude dejar, ya que creía que si no pasaba el día, nunca podría decirte como me sentía-confiesa mientras observa las estrellas en el cielo obscuro, Pucca le observaba delicadamente, tratando de comprender lo que él sentía.

—Garu... No me imagino lo doloroso que habrá sido para ti, y lamento no haber estado disponible para tu sufrimiento... Si me hubieses dicho desde el principio que te ibas seguramente hubieras evitado aquello, Gary aún no captó ¿Por qué te fuiste sin avisar? Aunque podría haberme dejado una carta- pregunta Pucca sin entender, la luz de la luna hacia que el brillo en sus ojos se notase más, y la densa brisa movía su cabello, Garu tartamudea un poco antes de responder.

—Creí que si te decía, te iba a causar más dolor. Pensé que creerías que fue por tu culpa, cuando no lo fue... Pensé que era la mejor forma y la más adecuada.

Pucca indignada niega con su cabeza y golpea el mantel, ¿Cómo pensaría eso?

—No digas idioteces Garu.

—Pero Pucca, es la verdad. Gracias a mi decision te ahorre mucho dolor...— murmura un poco nervioso al notar la reaccion de Pucca.

—¿Sabes lo preocupada que estaba por tu seguridad? ¡Eso fue mucho pero que la culpa que sentía en mis hombros! Trataba cada noche de autoconvencerse que tú partida no tuvo que ver por mi culpa, que simplemente estabas bien, hasta llegué a pensar que todo era una mentira y habías...

—¿Muerto?- interrumpe.

—exacto... Creí que podrías estar muerto y no puedes imaginar el dolor que sentí.- explica mientras su voz se comienza a quebrar, —la culpa de haberte dejado ir sin decirte que también te quería aún, me carcomía por dentro...

—Pucca, yo... no sabía...— se acerca y toma su mejilla mientras le limpia una lágrima de aquella redonda cara. Pucca rié un poco tratando de aliviar el momento.

—Ya, ya, no pasa nada. Ahora estás aquí que es lo que importa, ¿no?

—De igual forma... lamento haberte causado eso, no sabia lo que estaba haciendo, fui un inmaduro— murmura mientras se acerca aún más y estaban a un centímetro de sus labios, pero Pucca le empuja levemente.

—¿Cómo que hace calor no?—estira el cuello de su abrigo mientras silba nerviosamente.

—Si, bastante...— dice mientras sus mejillas se ruborizaban a la par.

• • •

El rato paso, ya habían acabado de atragantarse la comida, pareciese que no comían en siglos, y los dos jóvenes se encontraban apoyados sobre el árbol que ambos plantaron de niños. El mismo lugar en el que su aniversario se vio arruinado, el lugar en el que Pucca espero tanto rato que su amado llegase.

—Oye Garu, sé que no debo entrometerme en lo que es tu vida ahora, pero aún no me has dicho a qué te referías con que tenías que irte pronto. ¿no viniste para quedarte?

—No, tengo un contrato ahora. Ya terminé mi labor en Fengarí pero me contrataron en otro pueblo por mi excelencia, por lo que tengo que ir sino quiero recibir una multa millonaria, pero de todas formas estoy orgulloso de mi desempeño y no quiero dejarlo

—Aunque sea con esas condiciones pareces feliz de lo que haces.

—creo que por fin conseguí un trabajo que me hace feliz...

—Me alegra oír eso.— comparte la emoción junto a é, Garu gira la cabeza para obsérvala detenidamente, nada de ella había cambiado, su sonrisa, su negro cabello y sus ojos de venado estaban tal cual como se imaginaba.

Su figura curvilínea le provocaba querer abrazarle y apapacharle todo el tiempo, pero sentía que hacerlo seria de mal gusto de todas formas, no eran los mismos de hace seis años que actuaban sin pensar.

—Pucca...— Ella gira la cabeza y gira la cabeza curiosa, —sabes... decidí venir a hablar contigo, a esta colina, porque... ¿recuerdas la vez que fue nuestro aniversario de cinco años de noviazgo? seguro no lo recuerdas pero...

—Como olvidarlo, esa vez me dejaste plantada..— interrumpe un poco nostálgica. Se complace Garu regalándole una mirada alegre.

—Sobre eso, sentí que tenia el deber de recompensarte esa vez trayéndote y terminando la cita a la cuál yo no... asistí.

—Bueno, eso lo supuse desde el inicio,— Garu alzo las cejas y titubeo un poco,— es obvio Garu, el mismo lugar, hasta un picnic como yo te dije esa vez. No soy tontita Samada.— se burla mientras coloca su dedo índice en la frente de él, pero parecía embobado en su risa, que solo sonreía bobamente, —¿Garu?

De pronto, Garu la tomo por las caderas y la acerco a él, para rozar sus labios y formar un dulce y tierno beso. Pucca salto sobre su propio cuerpo asimilando que estaba pasando. Sus mejillas se ruborizaron y el calor en sus labios se movía al compas de sus cuerpos. Garu estaba apunto de separarse al ver que el beso no era reciproco, cuando la azabache le acerca mas, dando a entender que deseaba ese beso tanto como él, Garu colocaba su mano sobre la mejilla de ella, delicadamente. Pronto por la falta de aire, ambos se separaron lentamente para luego mirarse entre ellos.

—Te seré franco, más que por el remordimiento, vine para ver si tenia oportunidad contigo Pucca. No somos niños y estas formalidades de cita tras cita, creo que no es lo mío por lo qué ¿tengo oportunidad contigo Pucca?— confesó, Pucca sonríe pícaramente y asiente con la cabeza un par de veces muy alegre.

—Claro que la tienes bobito.

—Pucca...— besa su frente y rodea su cuello con su antebrazo para luego estar a unos centímetros de sus labios, —Donde quiera que esté, siempre te protegeré, Pucca. Te amo.

—Y yo a ti, Garu... pero primero, ¿comiste ajo? ¡hueles mal!

Y al final, dos jóvenes que no sabían como amar, solo necesitan mejorar por su cuenta para que al final la misma vida los terminase juntando, estando preparados para ser la otra mitad del otro, y ser con quien apoyen su hombro cada que el otro lo necesite.

El primer amor suele ser complicado, pero cuando deseas que resulte, funcionará. A veces el problema no es el otro, en situaciones suele ser que aún no estamos listos emocionalmente, y solo necesitamos madurar para contemplar una vida juntos.

¿Qué aventuras les esperaran a estos dos jovencitos?

Pues quédense con la duda, porque esta historia no tendrá continuación!!! no sean flojos y hagan sus propios fanfics ╰(‵□′)╯

Asique saltémonos a los créditos rapidito.

Y colorín colorado, estos enamorados se han besado, ¡ja! toma eso Gabriela Mistral, una nueva poeta esta apunto de quitarte el podio. 

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