capitulo uno. ✿ forever and always
HERIDAS QUE AUN NO CIERRAN
El frecuente contacto entre las huellas del castaño en la espalda, específicamente en los hombros de Emily, encendían miles de sensaciones encontradas en el cuerpo de la susodicha.
El muchacho le generaba armonía, tranquilidad.
El viento atormenta en sus piernas, provocando que un pequeño suspiro se escape de sus labios rosados, arropándose más al pecho firme del hombre, tratando de encontrar calor.
Felipe, por inercia, suelta una sonrisa de satisfacción, generando aun mas contacto entre sus pieles friolentas.
Emily no se consideraba amante del templado frío y mucho menos del invierno, sin embargo, atesora la suave brisa veraniega en su persona.
Le generaba un sentimiento cálido, a pesar de los escalofríos que se empezaban a formar en las distintas zonas de su cuerpo.
El viento había sido un gran factor de la vida que la ayudaba a tranquilizarse y pensar adecuadamente. Adoraba asomarse a su balcón y observar la edificación de la ciudad de Buenos Aires. Su cabeza se encontraba llena de pensamientos y dudas que surgían a medida que pasaban las horas.
Los razonamientos la atormentaban día y noche sin parar. Desconfiaba de sí misma, no se creía capaz de vencer a su propia mente. Se sentía débil, frágil, probablemente en algún momento caería hasta romperse.
Matías no ha dejado su mente desde ese encuentro en la habitación. Todo le recuerda a el, cada rincón, cada pisada, cada momento compartido en esta casa. No ha sabido del peli negro en dos meses, ha decidido dejarlo atrás mediante las redes sociales, dejándolo de seguir en todas estas, a la vez que borrando fotos de ambos. Estaba enojada, no con el, sino con ella. Sabía que Matías no la había dejado por alguna razón sin sentido.
Ella se castigaba, insinuando que algún mal podría haberle causado a su ex pareja, pero se lamentaba al no recordar cual había sido el hecho. Solo deseaba poder volver el tiempo atrás, y arreglar el supuesto daño que había causado. Lo extrañaba tanto.
─En una semana empiezan las grabaciones en Sierra Nevada.
Emily expira de sus pensamientos observando al castaño ojiazul. Los chicos debían marchar a España para empezar la grabación de la nueva película de Netflix dirigida por J.A Bayona.
Emily se encontraba extremadamente entusiasmada por su mejor amigo, sabía que hace ya años soñaba con un proyecto grande como lo es este. Le atormentaba saber que se encontraría lejos del mismo por varios meses, y no sabría si podia lidiar con eso. En estos momentos en especial, que el no ha abandonado su lado desde la ruptura con Matías.
Nunca había estado a una distancia tan larga de Felipe.
─Ven con nosotros. — responde felipe al notar la expresión facial de preocupación en el rostro de Emily. El la leía tan bien.
Suspirando levemente su cara se transforma en una mueca. No se sentía capaz de viajar con ellos, no solo porque tenía deberes y estudios que finalizar en Argentina, sino que, no se sentía lo suficientemente fuerte como para enfrentar al peli negro nuevamente.
─No lo se Pipe, yo...
─Por favor Ems, te necesito.
Una leve sonrisa aparece en los labios de la antes mencionada. Sabía lo duro que iba a ser para le castaño el rodaje de la película lejos de casa. Felipe siempre ha sido muy familiar, muy cariñoso, necesitaba estar rodeado de gente querida.
Por otro lado, Felipe la comprendía.
Solo el sabe lo que sufrió Emily estando con el corazón roto. Quiso asesinar a Matías por provocarle sufrimiento. Para Felipe, Emily se merecía todo en este mundo, menos dolor y tristeza, no toleraba verla dañada, no podía permitir que sufriera.
A pesar del odio a su compañero de rodaje, entendía la circunstancia por la que estaba pasando, y en varios momentos ha logrado sacarlo del vacío en el que se encontraba.
Felipe es consciente de la grieta que deja un ser querido al irse al cielo. Entendía a Matías y se lamentaba por el varias veces, sin embargo, el resentimiento hacia el mismo nunca lo abandonaba. Porque el sabía que, Emily, su Emily, estaba ante todo lo demás, y cuando el mundo de ella se venía abajo el estaría siempre ahí para no dejarla caer, restándole importancia a cualquier acontecimiento relevante que suceda en ese momento.
Emily era todo para Felipe. Aun lo es.
El joven adoraba a la castaña por su sencillez. Amaba lo inocente que podía llegar a ser, lo simpática, lo radiante. Emily es un angel, pensó. No puede estar mas agradecido con su mejor amiga, y sabe que no sería la persona que es hoy, sino fuese por ella.
Un fuerte ruido sonoro descoloca al castaño de sus pensamientos. Emily había depositado, suavemente, un delicado beso en la mejilla de su mejor amigo, en símbolo de cariño.
─Lo pensaré.
El filoso cuchillo atravesó el pequeño dedo meñique de la castaña, provocando que derrame sangre fuera de este. Suspira fuertemente a la vez que cierra sus ojos para procurar la calma.
Emily tenía la profecía de que ella era causante de sus propias heridas, y que con el paso del tiempo se cicatrizaban, hasta lograr cerrarse. Pero ella era consciente que solo cuando utilizara el mismo cuchillo, se abriría de nuevo.
Ese era su mayor temor.
Sin embargo, lo mas doloroso de una herida puede ser el contacto que tienes con esta, ya que si te le acercas demasiado, puede llegar a infectarse, causando mas sufrimiento que el que ha causado el corte.
Por mas vendas, protectores o vanditas elásticas que utilize para recubrirlas y sanar el dolor, sabía a la perfección que nada curaría esos tajos internos.
No podía escapar de sus pensamientos. La perseguían día y noche como si de una especie de sombra se tratase. Rebuscando respuesta concreta a sus dudas. Pensaba tanto que creía que la cabeza le explotaría. Estaba cegada por fantasmas, llenándole el cerebro con cosas hirientes de su persona, desenfocándola del mundo real, haciéndole ver una realidad paralela.
Se había perdido, esa noche en su departamento, junto a Matías, se había perdido. No sabía como volver a casa.
No obstante, sino fuera por su gran compañero en esta vida, ella no estaría de pie hoy. Felipe ha traído alegría a sus días, ha borrado las nubes y ha despejado el cielo. Para Emily, su mejor amigo era una luz, la luz que iluminaba su camino, y que en la oscuridad no podría avanzar sin el.
Felipe es el cable a la tierra de la joven Polidori, agradece ser tan querida por alguien tan especial, porque es verdad, Felipe la adora, y ella lo ve en sus ojos. Sabe que haría todo por ella. No era un hombre de palabra, sino de acciones. El joven cumpliría cualquier deseo por la castaña, ella era su mundo.
Y Emily no lo merecía, ella creía.
A lo lejos, se puede escuchar los escandalosos ruidos provenientes del pequeño monitor encontrado en la habitación de Blas. Allí jugaban su mejor amigo y su hermano en la pantalla, riéndose y gritando en cada oportunidad.
En distancia, la puerta del mayor se encontraba entre abierta dando un plano directo, a la habitación. A paso lento, la castaña se dirige, observándolos desde el objeto de madera.
La habitación de Blas siempre había sido mas grande, gozaba de privilegios solo por ser considerado el hermano mayor.
Totalmente ridículo, pensó Emily.
Estaban reunidos con algunos de sus compañeros laborales. En el televisor se observaba una diminuta pestaña con distintas caras que pudo reconocer al instante. Entre ellos pudo distinguir a Juan Ignacio, uno de los mejores amigos de los chicos.
Se encontraban tan cautivados en el video juego que no fue hasta que Emily golpeó la puerta fuertemente provocando un gran susto en ambos niños.
─¡Puta madre Emiliana!
Blas suspira tratando de calmar su desesperación.
─Vengan a comer, que se enfría la comida.
Ambos muchachos, luego de despedir chistosamente a sus amigos, abandonan la habitación para ir directo a la cocina. Luego de acomodar los variados utensilios y platos, se disponen a servir la cena del día de hoy, pastas.
A la vez que acomoda su mechón de pelo, traga el liquido encontrado en el vaso. ─Estaba pensando que mañana podríamos salir.
─¿Salir? ¿A donde a la esquina?
─Dale no te hagas la boluda, Emily. Hace ya varios meses que no salís, tenes que soltarte un poco.
Emily no se consideraba una persona fiestera y mucho menos amante de la noche. Ella siempre le han fascinado las mañanas productivas y organizadas. Pese a lo cual, detestaba salir y tener que madrugar. Eso no exceptuaba, que en alguna que otra ocasión, no haya pasado un buen tiempo en fiestas junto a sus amigas.
Para nada en absoluto había dejado de salir por su ex pareja. Blas asegura que ese era el motivo por el cual había abandonado la noche. ¿Por que rayos sería por ese inútil? Pensó.
─Amigo, déjala sabes que no se siente cómoda.
Emily agradece a su mejor amigo mediante una sonrisa de labios cerrados, adoraba ver como la conocía y la respetaba tanto. Ella podría vivir doscientas mil vidas y nunca merecer a ese chico.
Por otro lado Felipe, entendía su postura y no dudaba en apoyarla en su decisión, a la vez que agradecía su posición, ya que le quemaba la cabeza la idea de ver a Emily con otro chico.
Cansado de la situación repetitiva, Blas rueda sus ojos. ─Deja de defenderla un segundo, cabezon. Esta chica no se puede quedar acá como si estuviese en una jaula, hace años no sabe lo que es una buena fiesta. ─Emily larga una risa falsa. ─Mañana salimos, nosotros tres y no se discute. Como hermano mayor, es una orden.
Emily estaba por protestar pero es interrumpida nuevamente por el mayor.
─Pedí helado hoy, así que no tenes derecho a contradecir.
La castaña refunfuña, sabiendo que ha perdido la batalla, y su hermano había usado la carta maestra, utilizando su debilidad en contra.
En símbolo de derrota, suspira. ─Esta bien. Mas te vale haber pedido dulce de leche granizado, sino considérate hombre muerto.
ANNE'S NOTE 🌟
¡bienvenidos al capitulo uno! bastante aburrido, pero con el calor no puedo pensar. la historia avanza a paso lento, emily se tiene que recuperar de su pasado, y eso lleva tiempo.
por favor necesito a felipe otaño, dios el verdadero que dolor no ser tu mujer (yo cada vez que lo veo con la gorra para atrás y la remera de argentina). ¡me enamore de una fifa lpm!
espero que les guste, los quiero loquitos. ﾟ･ ☆
𖥻 voten y comenten
﹫𝐬𝐚𝐢𝐧𝐳𝐚𝐧𝐧𝐞 ┃ © 𝟐𝟎𝟐𝟒