Las palabras dichas por Jeonghan se quedaron grabadas en el corazón de Joshua como las palabras pronunciadas en el confesionario de un padre de iglesia.
A lo lejos en la isla desierta a la cual habían viajado para grabar el último episodio de Going Seventeen, el omega de aroma a malvaviscos observaba como Jeonghan y Seungcheol conversaban animadamente mientras sobre una manta disfrutaban de un picnic, Jisoo se sentía como un niño pequeño, tolerando aquello cuando lo correcto sería aceptarlo.
──Shua hyung.── La dulce voz de Seokmin lo sacó de las musarañas. ──¿No es un precioso día?
A penas Joshua le había prestado atención al hermoso día que le daba la bienvenida, estaba tan ocupado centrándose en Jeonghan y Seungcheol que había olvidado que debía disfrutar de cada pequeño momento que la vida le regalaba, quitando cada espina dolorosa al hacer florecer en su corazón una rosa.
──Deberíamos recorrer la isla.── Traviesamente propuso el omega tomando la mano de su amigo animándole a correr junto a él, dejando abandonadas sobre la arena sus pertenencias.
Seokmin veía los fuegos artificiales cada vez que Joshua sonreía, sintiéndose dichoso de que esta vez Jisoo sonriese a su lado, aunque fuera sólo un amigo lanzaría todo a un lado por volver a ver a Joshua brillar bajo la lluvia, se aferraría a esos momentos.
Ambos jugaron en la playa cercana, riendo como niños perdidos en su infancia, era febrero , pero el beta de piel morena se sentía en pleno agosto, en ese momento podía tener a su pedacito de Sol junto a él, aunque sabía que Joshua nunca fue suyo.
Quererlo no era suficiente, y tristemente él no era la medicina que el corazón de Joshua quería, sin embargo, por esos instantes deseó imaginar que las cosas cambiarían para bien, atesorando en sus manos el invisible verano que nunca llegó en pleno invierno.
《♥︎》
──¿No hacen una linda pareja?── Seungcheol le mencionaba al alfa de aroma a almendras señalando en dirección a donde Joshua jugaba con Seokmin.
Jeonghan ignoró la pregunta centrándose en freír la carne en la hornilla portátil.
──Seokmin es perfecto para Joshua, se ven muy lindos, parecen una pareja sacada de un libro.── Continuaba parloteando sin recibir ni una respuesta por parte de Yoon quien prefería centrarse en cocinar antes de morir de celos al ver la escena descrita por el alfa de aroma a cerezas.
──Jeonghan.── Cheol llamó irritado al aludido quien de mala gana hizo lo indirectamente exhortado, mas, los ojos del alfa pelirrojo no se centraron en la playa sino en el cuello del alfa frente a él el cual lucía irritado, y algo inflamado con un alarmante color rojo.
Como si pudiera sentir la mirada de Yoon sobre la zona donde se localizaban sus glándulas de olor, Seungcheol rascó nerviosamente su cuello, no prestando atención cuando la prótesis cayó sobre la manta, sin darle tiempo a ocultarla.
Su desnudo cuello se expuso ante los ojos del alfa quien no entendía que demonios sucedía alcanzando rápidamente la prótesis y tomándola entre sus manos.
La rabia invadía cada célula de Jeonghan al imaginarse lo que podía ser aquel objeto, todo ese tiempo había sido engañado, todo ese tiempo había sido obligado a malgastar los días de su vida ocultando sus sentimientos, sintiéndose culpable, enterrando su amor por Joshua.
──¿¡Era jodidamente necesario que utilizaras esta basura!?── Jeonghan gritaba, causando que los camarógrafos que rodeaban a la pareja se alejaran del lugar. ──¿¡Pensabas que me engañarías por toda la vida Seungcheol!?
──Lo hice porque te amaba.── El mayor contestó atropelladamente, abrázandose a sí mismo. ──Y no pediré disculpas por ello, era necesario, tú y yo teníamos que ser una pareja para lograr mayor apoyo de los fanes y de la empresa. Mira a donde llegamos juntos.
──Estás demente. Estás loco.── Las palabras de Yoon provocaron que corriera a tomar la mano del otro alfa quien rechazó su toque como si este fuera puro veneno.
──Arruinaste todo, pensé que eras mi amigo a pesar de todo.
──Lo soy.── Seuncheol gritaba deseperadamente entre sollozos.
──Nunca lo fuiste. Solo fuiste una estúpida e ilusa marioneta de la empresa.
Por más que doliera, esa afirmación no podía refutarla de ninguna manera, Seungcheol supo desde siempre que inmiscuirse entre Yoon y Hong, era un problema, sin embargo el caminó por este, dejando a un lado su vergüenza, conociendo sitios en los cuales su mente nunca había estado.
──Lo más triste es que no sabes amar. Nunca me amaste, nunca amaste a nadie.── Espetó Yoon levantándose listo para marcharse de aquel envenenado sitio.
Seungcheol sujetó una de las piernas del alfa intentando detenerle, aferrándose a esta mientras rogaba perdón a los pies del de angelicales facciones.
──Fui un idiota al caer en tus bajezas.── Apartándose del mayor, con desdén safó el agarre que Seungcheol mantenía sobre él. ──Lo peor es que perdí a Joshua. Al único al cual verdaderamente he amado. Todo porque la maldita empresa quería una pareja que vender.
Seungcheol agitaba su cabeza frenéticamente, sus lágrimas bañaban sus pómulos.
──No tenía opción. Nunca me amarías a mí.── Gritó el mayor intentando volver a acercarse al pelirrojo quien por inercia retrocedió.
──Seungcheol.── Jeonghan calmó su errática respiración meditando la locura que deseaba decir, prefiriendo quedarse callado.
En el duro suelo que antes era suave arena Seungcheol se rompía, lloraba , y vendaba sus heridas sin haber colocado bálsamo sobre estas.
Todo ardía en sí no de rabia, sino de dolor. Lo que comenzaba como un problema siempre terminaría siendo uno, y eso fue Jeonghan para su corazón.
《♥︎》
Joshua salía del baño, colocándose una simple camisa disfrutando de la sensación del aceite de lavanda sobre su cuerpo, sin lugar a dudas Junhui sabía de productos de belleza.
Sobre la cama del omega descansaban un set de cuencas para fabricar pulsos artesanales, su nuevo pasatiempo por esos días. Se sentó cuidadosamente en su cama tomando uno de los sobres que tenía meticulosamente organizados teniendo en cuenta la forma o el color. Un dije de elefante llamó su atención sosteniéndolo en sus manos mientras lo giraba lentamente haciendo que la luz se reflejara a través de dije plateado.
Dos toques en su puerta provocaron que regrese el diminuto objeto a su sitio original.
Con parsimonia se levanta a abrir, no encontrando a alguien, miró en ambas direcciones del pasillo, nada de nada. De seguro uno de los miembros debía estarle jugando una broma.
Justo cuando iba a cerrar la puerta sus ojos se posan en una cesta la cual contenía un peluche que sostenía un cartel que decía "no me dejes solito", Joshua era débil ante los peluches y el ver a Eevee , su Pokemon favorito, en aquella cesta le hizo querer abrazarlo. Además de eso, habían algunas chucherías y una carta.
¿ Qué rayos? Jisoo no tenía idea de lo que pasaba simplemente tomó en sus manos el curioso regalo cerrando la puerta para avanzar a su cama y comenzar a leer tranquilamente el mensaje enviado.
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𑁍
Querido Joshua, no me arriesgo a saludarte de una manera personal, porque sé que eso me delataría, soy un cobarde refugiándose en simples palabras. Me siento como loco todas las noches, deseando poder decir algo, sin embargo no tengo el valor para realizarlo, así que regreso a casa, a tu corazón. Todas las noches me doy cuenta de que no deseo vivir toda la vida , sabiendo que viviré en dolor, solo quiero seguir llamándote hasta que voltees a mirarme. No soy bueno con las palabras, pero he estado examinando todos los espacios de la noche , cayendo en la locura, te veo siempre rodeado de personas, algunas conocidas y otras son rostros vacíos.
Sabes que te adoro y enloquesco por ti desde que tenía dieciséis, eras la gloria americana. Nadie fue a tu rescate, estuve contando los días y las noches para poder verte. Sé que ha pasado un buen tiempo pero en mi mente somos sólo nosotros dos, es mi mundo entero, todos por los pasillos susurran que no soy tu mejor candidato, somo tu y yo, no hay nada como eso un chico americano y un enamorado sin esperanzas.
Con amor,
quien te ama eternamente.
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La caligrafía le resultaba familiar, sin embargo tenía la certeza de que el autor había modificado sus trazos con tal de no ser identificado, era alguno de los miembros ¿ Pero cuál?
Temía arriesgarse e ir a lo desconocido, a luchar en una guerra donde nadie ganaría al regresar a casa.
Pero algo le decía que el remitente parecía decidido a no dejarle ir, valía la pena luchar por aquello, algún día tal vez saldría ganando.
《♥︎》
Las cartas y los regalos continuaban arribando con el pasar de los meses, eran tantas que había perdido la cuenta de cuantas había recibido. Sus teorías lo llevaron hacia una persona, Lee Seokmin, recordando como hace algunos años el beta le regaló un set de adorables peluches mientras lucía las mejillas sonrojadas y una tímida sonrisa, eran bellos gestos que aunque no pudiera enamorarse de otra persona, quería agradecer al conocido desconocido que le enviaba preciosos mensajes.
Por otro lado, Jeonghan no dejaba de visitarlo tras haberse mudado el grupo a un nuevo edificio. Cada tarde el alfa de perezosos ojos traía comida para llevar o compraba los ingredientes para cocinar juntos los platos favoritos de ambos.
La noche pasada, trajo un par de platillos pertenecientes a la cocina americana y Joshua casi llora al ver las hamburguesas y el paquete de galletas dulces frente a sus ojos. El mayor sugirió ver algun k-drama en emisión y contento el omega aceptó. Allí no terminaron los detalles, el alfa insistió en acariciar con su nariz el cuello del menor, alegando que no podía dejar al de felinos ojos, sin no haberlo impregnado antes.
Una parte de él gritaba emocionada, parecía que habían regresado a sus días de romance, cada roce de sus manos era eléctrico, el júbilo de la margarita que florecía lo hacia sentirse emocionado por una desconocida razón.
Sonriendo como un niño pequeño, comenzó a sacar los ingredientes para preparar una pizza, comida favorita de Seokmin, quien también durante esos meses se había hecho un huequito en el corazón del omega de aroma a malvaviscos para grabar su nombre en este.
La cálida y melódica voz del vocalista principal del grupo se escuchó por todo el apartamento, avisando la llegada del beta.
──Seokminie ve cocinando la salsa yo prepararé la masa.── Jisoo animadamente le indicó señalando a las repisas.
Seokmin traviesamente después tomar la lata de puré de tomate se acercó al mayor depositando un fugaz beso en la mejilla de este.
El rojo envolvió las mejillas de Joshua como el brazo del beta la cintura del omega.
El peliazul se apartó del toque del menor discretamente , sujetando la mano de Lee que anteriormente lo tocaba entre las suyas.
──Ya hablamos de esto, deberías dejarme ir Minie.── Suavemente el omega le recordó.
Dokyeom miró al suelo, apenado por ser tan evidente.
──Eres encantador, amable, cualquiera desearía tener tu amor.
──Tú no lo deseas.── El beta de piel morena puntualizó en un susurro.
Era devastador observar a alguien tan brillante como el mismísimo sol y tan delicado como los girasoles sufrir de un mal de amores, y aún más saber que él era causante al no poder corresponder a los sentiríamos Lee.
A pesar de que doliera, no podía mentirle, al beta, nadie merecía eso.
──Hyung, dame una oportunidad.── Rogó Lee. Joshua movió su cabeza de un lado a otro
──Seokmin, deberías dejar de enviarme cartas y regalos.── El mayor sugirió interrumpiendo las súplicas del menor.
La palabra carta hizo que el aludido levantara su cabeza confundido. Seokmin no tenía ni la menor idea de lo que Jisoo mencionaba.
──Shua hyung, el autor de esas cartas es Jeonghan hyung.── Dolía rendirse de aquella manera, sin atreverse a luchar en aquella guerra perdida. El corazón de Jisoo nunca había sido suyo, y por más que le doliera estaba perdiendo al mayor sin haberlo tenido en sus brazos.
Con una sonrisa cansada que surgió de las cenizas de su herido corazón decidió revelar la verdad.
──Vi a Jeonghan dejando regalos en tu puerta la semana pasada y ... ayer.
Con la mención del nombre del alfa de aroma a almendras, Joshua no pudo esconder el rubor que se expandía por sus pómulos, no pasando este detalle desapercibido a los ojos de Seokmin.
El mayor yacía congelado en su lugar no creyendo lo escuchado, el de angelicales facciones no había vuelto a confesarse desde aquella noche en el hospita.
El sonido de la puerta de su apartamento siendo abierta le hizo casi correr hacia la entrada.
Allí con sus cabellos teñidos de color lavanda y su sonrisa de James Dean, Jeonghan regresaba a su casa, esperándole en el umbral de la entrada.
Los ojos de Joshua viajaron de Jeonghan a Seokmin quien le sonrió con sinceridad antes de despedirse pasando al lado del mayor de los presentes no sin antes de tocar el hombro del alpha captando la atención de este.
──Espero que lo ames en cada minuto.
Jeonghan le sonrió calidamente a su dongsaeng.
──Lo haré hasta el último de mis días.
Afirmó y con ello el beta soltó una nostálgica risa, querer a Jisoo no era suficiente, nunca fue de él, él estaba destinado a perder a su hyung de felinos ojos.
Joshua fue su Agosto, uno al cual se aferró con todas sus esperanzas, pero como los meses del año pasaría.