Apego :: KookNam ⭒❃.✮:▹

By agusdd_

1.9K 124 6

― ¿Qué es esto, Jungkook? ― Una carta de divorcio. Lo siento, Namjoon, pero ya no te amo. [🚨¡¡𝐈𝐌𝐏𝐎𝐑𝐓𝐀... More

⭒❃. φɾóӀօցօ ✮:▹
⭒❃. OO1 ✮:▹
⭒❃. OO2 ✮:▹
⭒❃. OO3 ✮:▹
⭒❃. OO4 ✮:▹
⭒❃. OO5 ✮:▹
⭒❃. OO6 ✮:▹
⭒❃. OO7 ✮:▹
⭒❃. OO8 ✮:▹
⭒❃. OO9 ✮:▹
⭒❃. O1O ✮:▹

⭒❃. ƐքíӀօցօ ✮:▹

151 15 0
By agusdd_

Según una creencia tradicional oriental, todos nacemos atados a un hilo rojo, el cual nos conecta al amor de nuestras vidas. 

Este hilo puede estirarse, acortarse, doblarse y dar la vuelta al mundo, pero jamás se corta. Esta bonita manera de gráficar el destino de nuestras vidas, nos explica qué tan fuerte son los poderes del amor. 

Dos personas entrelazadas por el destino, llámese hilo rojo o no, siempre terminarán encontrándose y permanecerán ligadas para siempre.

La primavera estaba llegando cuando ingresó a la cafetería con una expresión de cansancio, estornudando contra su bufanda mientras soltaba un quejido bajo.

A pesar de que hubiera sol, se seguía sintiendo un viento helado que obligaba a todas las personas a salir abrigados para no terminar con un resfrío, y él no iba a ser la excepción. Siempre tuvo un sistema de salud algo delicado; por otro lado, no podía enfermarse porque tenía que seguir trabajando, no le gustaba dejar sus cosas tiradas por algo tan mínimo como un resfriado.

Odiaba esos primeros días de primavera, cuando eran una mezcla de calor y frío imposibles de combatir.

―¿Qué va a querer, señor? ―preguntó la cajera.

―Un capuchino de vainilla para llevar ―pidió, extendiendo los billetes para pagar.

―Lo llamaremos cuando esté listo, ¿cuál es su nombre?

― Jeon Jungkook.

La chica asintió y Jungkook caminó para sentarse en la barra, mirando por el ventanal hacia la calle.

El día anterior, Jimin le envió un mensaje diciéndole que ya no podía seguir en una relación con él, así que Jungkook volvía a estar, "oficialmente" soltero, aunque si era honesto con todo el mundo, tampoco es como si hubiera tenido una relación profunda luego de su fallido matrimonio, cinco años atrás.

Cinco años desde la última vez que vio a Namjoon, llorando en la puerta, cerrándola para luego sólo existir el silencio.

Una vez Namjoon se marchó, Jungkook terminó su relación con Taehyung, que le miró con una frialdad enorme y desprecio en sus ojos, pero a Jungkook no podía importarle menos, no cuando se sentía perdido y vacío por dentro, como si algo no estuviera bien a su alrededor.

Vivió por cerca de trece años con la presencia constante de Namjoon a su lado, ya fuera como amigo, novio o esposo, y las cosas sin él se sentían extrañas, dolorosas, pero por sobre todo, desconocidas.

Después de eso no tardó en ir a la oficina del gerente de la empresa, presentando su carta de renuncia y, días más tarde, vender el departamento en donde vivió con Namjoon por diez años. Se mudó a un lugar mucho más pequeño, con una cama individual donde no sintiera esa constante soledad que le invadió los últimos días desde que Namjoon se marchó sin mirar atrás, y fue contratado en menos de un mes en una pequeña empresa mobiliaria, donde nadie le conocía ni juzgaría.

Aunque eso no evitó que rompiera a llorar cuando estaba guardando las cajas y encontró ciertos papeles que Namjoon abandonó: eran esos papeles de adopción que nunca le mostró a Jungkook, porque cuando lo iba a hacer, comenzó el principio del fin.

Jungkook lloró, desesperado, leyendo los trámites, recordando todas esas veces que hablaron sobre adoptar, sintiéndose más miserable que nunca por no haber pensado un poco más en el corazón de Namjoon. Luego, guardó los papeles al fondo del cajón, prometiéndose que, algún día, los volvería a leer.

De esa forma comenzó una nueva y solitaria vida como soltero, aunque siendo sincero, nunca se quitó el anillo de matrimonio a pesar de que las actas de divorcio ya estaban firmadas, así como Namjoon lo quiso.

Hubo un breve instante donde pensó no seguir llevando a cabo el divorcio, después de todo, Namjoon se marchó, ¿cómo iba a saber él que esos trámites nunca se llevaron a cabo? Así, si Namjoon volvía, podría volver a insistir en ello, podría...

Pero ese breve pensamiento desapareció cuando, un día, mientras cruzaba por el parque, se encontró con ese hombre al que Namjoon buscó cuando se olvidó de su cumpleaños, jugando con su hijo en el parque.

Yoongi no le vio, demasiado concentrado en cuidar de su pequeño hijo, y pensó que, un día, Namjoon podría encontrar a alguien que le amara, a una persona que nunca le haría lo que él le hizo, alguien con quién querría compartir el resto de su vida, y Namjoon querría casarse, descubriendo que el divorcio nunca se llevó a cabo.

Y Jungkook no podría soportar verlo volver para exigir la separación, buscando compartir su vida con otro hombre que no fuera él.

Así que llevó a cabo todos los trámites al día siguiente, sin necesidad de que Namjoon estuviera presente porque los papeles ya estaban firmados.

Dos años después, se encontró a Taehyung a lo lejos, saliendo con otro trabajador de la empresa donde trabajó, ambos hombres tomados de la mano con bolsas de compras, riéndose, metidos en su propia burbuja. Si mal no recordaba, se llamaba Hyung Sik.

También perdió contacto con HyunBin y SeokJin, lo normal, considerando que el mejor amigo de Namjoon trató de golpearlo con un palo cuando Nam se marchó, siendo sólo detenido por su novio. Sabía, porque también los veía a veces (pero se ignoraban mutuamente, tensión floreciendo apenas se acercaban), que ahora estaban casados y Yoona tenía un hermanito menor de cuatro años que adoptaron, Kim Jungwoo.

Hoseok fue otro en contraer matrimonio, pero contrario a lo que todos esperaban, no fue con Wendy (su relación terminó meses después), sino con otra chica llamada Park SooHye. Contrajeron matrimonio unas semanas atrás, así que en ese instante estaban en luna de miel, disfrutando de su nueva vida juntos.

El único que parecía haberse quedado estancado fue Jungkook, que nunca pudo lograr mantener otra relación más allá de unos meses, donde lo principal siempre fue lo carnal y no lo sentimental: nadie lograba causar aquel revuelo en su corazón como lo hizo otra persona de años atrás, nadie podía provocar que las palabras salieran de su boca en alguna conversación profunda que ayudaría a que los sentimientos florecieran, nadie causaba que de su garganta lograra salir un simple Te quiero, y todos se alejaban porque podían notar el distanciamiento entre ellos.

Jungkook no los retenía, ¿para qué iba a hacerlo? Nunca fue capaz de forzar sus propios sentimientos para sentir algo por personas que le eran, tristemente, indiferentes.

Durante mucho tiempo, también, pensó en volver a buscar a Namjoon, pero siempre descartaba aquel pensamiento cuando recordaba que si Namjoon se marchó, fue por cuenta propia, y si deseaba volver también lo haría por su deseo personal. Aprendió, con el pasar de los días, de las semanas, de los meses, que Namjoon tenía razón sobre sus sentimientos: era momento de repararlos, de construirlos otra vez, de no seguir presionando, o habrían terminado rotos, odiándose por no ser capaces de sentir lo que al principio los unió con tanta fuerza.

Pero eso no significaba que no le iba a extrañar, porque era mentira si lo decía: Jeon Jungkook seguía extrañando un montón a Kim Namjoon, tanto como el primer día que se marchó.

―Jeon Jungkook ―llamó una de las chicas que atendía en la barra.

Jungkook se puso de pie, suspirando y tomando el vaso de capuchino. Salió de la tienda a paso apresurado, pensando en las compras que debía hacer ese día para la semana.

Había avanzado una cuadra cuando escuchó un grito lejano, alguien pronunciando su nombre, pero pensó que se confundieron porque, ¿quién lo iba a llamar para hablar con él?

No, sólo cuando una voz conocida lo llamó, tomándolo del hombro, se detuvo.

―Jungkook, Jungkook, ¿eres tú?

Apenas consciente de sí mismo se giró, encontrándose con esos tiernos, amables ojos que tanto amó.

Kim Namjoon le observaba frente a él, sonriendo enormemente, su cabello teñido de rojo oculto bajo un gorro de lana.

―¿Namjoon? ―preguntó con la voz titubeante.

―¡Jungkook! ―saludó Namjoon sin dejar de sonreír, abrazándolo de golpe―. ¡Ha pasado mucho tiempo, ¿no crees?!

Asintió, aunque sabía que Namjoon no tuvo que haberlo visto, así que se obligó a aclarar su garganta.

―Sí, cinco años, para ser exactos... ―contestó, humedeciendo sus labios.

―¡Te llamé en la cafetería, pero no me notaste! ―habló Namjoon, haciendo un puchero―. ¿Cómo has estado? ¿Es mi idea, o has crecido unos centímetros?

Sin poder evitarlo soltó un bufido, rodando los ojos.

―Vaya, eres tan divertido ―gruñó con ironía, causando que la sonrisa de Namjoon aumentara un poco más―. Bien, ¿y tú?

―¡Maravillosamente bien! ―contestó Namjoon con entusiasmo.

Jungkook le observó en silencio, notando su cabello brillante, sus ojos sonrientes, sus hoyuelos hermosos marcándose, su sonrisa mostrando sus dientes. Podía notar su piel un poco más oscura, pero sana también, y le era imposible no rememorar la última vez que le vio, todo lloroso y encorvado, pálido, ojeroso, quebrado.

Pensar en eso provocó un estremecimiento poco notable, porque no pudo evitar culparse por haber destrozado a esa hermosa persona frente a él.

Namjoon seguía hablándole, así que se obligó a escucharlo:

―... ¡estuve viajando por muchas partes! Hace un año estaba en la India, ¡¿puedes creerlo?! Luego decidí hacer un tour por Europa, ¡vi un montón de cosas hermosas! Dios, ¡me habría encantado llevarte conmigo!

Asintió, sonriendo y no pudiendo evitar sentir su estómago contraerse cuando la mirada de Namjoon se suavizó.

―¿Estás de paso, entonces? ―preguntó Jungkook titubeante.

Deseaba invitarlo a un café, a su departamento pequeño, a la plaza, a algún lugar donde pudieran hablar con calma, donde pudiera estar a su lado sin que nadie les molestara, donde pudiera decirle todo lo que no pudo decirle cinco años atrás.

―Sí, vine a ver a mi hermana y a mamá ―contestó Namjoon―, la siguiente semana partiré a recorrer América, ¡ya lo estoy ansiando!

Volvió a asentir, su garganta apretándose mientras trataba de forzar a las palabras a salir.

―Tú... uh... ¿tú... querrías...? ―Namjoon le miró, inquisitivo, y deseaba hacerse pequeñito, desaparecer de allí―. ¿Eres feliz?

A último minuto no pudo evitar cambiar su pregunta, sintiendo ganas de llorar porque Namjoon se veía tan contento, tan satisfecho, que sintió que él no hacía falta en su vida, ya no más.

Después de todo, él fue el culpable de romperle su corazón, de quebrarlo, de destrozar sus sueños.

¿Cómo podía volver a pedirle otra oportunidad cuando se comportó de esa forma con Namjoon?

El más alto, frente a él, lucía un poco decepcionado.

―Lo soy ―afirmó Namjoon.

Entonces estaba bien. Si Namjoon era feliz, todo estaba bien.

―Me alegro por ti ―contestó Jungkook educadamente―. Ya debo irme, Namjoon-ah, tengo cosas que hacer y...

―No te preocupes ―asintió Namjoon, retrocediendo―, debo volver a la cafetería, ¡dejé al esposo de Soomi solo! Noona me matará si se entera de eso ―Namjoon hizo amago de inclinarse para darle un beso, pero pareció pensarlo mejor porque se echó hacia atrás, su sonrisa titubeando―. ¡Fue un gusto verte, hyung! ¡Espero que estés muy bien!

Jungkook asintió, forzándose a sonreír.

―Espero que tú también, Namu.

Se giró, dando unos pasos, su alma cayendo a sus pies mientras se forzaba para no romper a llorar mientras caminaba. Trató de no girar para gritarle a Namjoon que le quería, que no le dejara, que le perdonara, pero sabía que todo fue dicho años atrás, que Namjoon era ahora feliz y eso era lo único que bastaba.

¿Qué le importaba su propia infelicidad si Namjoon por fin logró ser feliz? A nadie, ni siquiera a él.

Ni siquiera–

―¡Jungkook!

Namjoon le giró, agitado, sus mejillas coloradas, y se inclinó, dándole un beso fugaz en la mejilla antes de tomarle la mano libre, sintiendo una pequeña hoja de papel contra su piel.

Le miró, perdido, enamorado de esos ojos tan hermosos y dulces.

―Te dejé mi número de teléfono ―balbuceó Namjoon avergonzado y alejándose, sin perder el rubor de su rostro―, sí... sí quieres, mañana podemos salir por un café y... y bueno...

―Me encantaría ―dijo, y sin poder evitarlo, sonrió también, sus dientes mostrando sus encías, sus ojos convirtiéndose en dos medialunas.

Namjoon le correspondió su sonrisa, agitando su mano mientras comenzaba a correr.

―¡Espero tu llamada, Jungkook hyung!

Por primera vez en su vida, Jeon Jungkook sintió que esos primeros días de primavera no eran tan malos como pensó al principio.


⭒❃.✮:▹ FIN⭒❃.✮:▹

⭒❃.✮:▹ Fic Original: @Hobibuba⭒❃.✮:▹

⭒❃.✮:▹ Portada: @Gummipink⭒❃.✮:▹

Muchas gracias por haber llegado hasta el final de esta historia, llena de sentimiento encontrados por todos los sucesos y acciones de los personajes.

Espero leernos en otra historia.

Con amor, agusdd_ 💕

Continue Reading

You'll Also Like

15.8K 604 32
Ellos son una pareja de 7 dónde el amor sobraba pero nunca faltaba Si quieres saber más de esta pareja entra y lo descubrirás :) ✷        ·   ˚ *...
395K 26K 97
Todas las personas se cansan. Junior lo sabía y aun así continuó lastimando a quien estaba seguro que era el amor de su vida.
54.8K 2.7K 10
Ahora que estoy junto a ti, puedo ver al fin el lado bueno de las cosas -No copias o adaptaciones sin autorización -Adaptaciones cada cierto tiempo...
168K 4.5K 30
la tipica historia de universos viendo otros universos atraves de pantallas flotantes que aparecerán en sus mundos aunque también agregare otras cosa...