El Mejor Amigo De Mi Padre.

Por maarlpzz

967K 43.2K 4.7K

¿Como algo que era incorrecto, algo que estaba mal podía sentirse tan bien? sabíamos que era un error, pero n... Más

Reparto.
Prólogo.
Capítulo 1.
Capítulo 2.
Capítulo 3.
Capítulo 4.
Capítulo 5.
Capítulo 6.
Capítulo 7.
Capítulo 8.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 11.
Capítulo 12.
Capítulo 13.
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
Capítulo 17.
Capítulo 18.
Capítulo 19.
Capítulo 20.
Capítulo 22.
Capítulo 23.
Capítulo 24.
Capítulo 25.
Capítulo 26.
Capítulo 27.
Capítulo 28.
Capítulo 29.
Capítulo 30.
Capítulo 31.
Capítulo 32.
Capítulo 33.
Capítulo 34.
Capítulo 35.
Breaking News.
Capítulo 36.
Capítulo 37.
Capítulo 38.
Capítulo 39.
Capítulo 40.
Capítulo 41.
Capítulo 42.
Capítulo 43.
Capítulo 44.
Capítulo 45.
Epílogo.
II.
Extra I.

Capítulo 21.

16K 706 93
Por maarlpzz

Capítulo 21| The Hangover, 3/3.

Antonella Cavalcante:

—Mi nombre es Randy.

—Hola, Randy— decimos a coro.

—Los traje a tatuarse— dice Max y él la mira con cara de "No me digas".

—Claro Max, desde que nos vio entrar pensó que veníamos a comprar leche— ironiza Eleanor y me hace reír.

Chocamos los cinco.

—Locas— oímos que susurra.

—No trabajo a estas horas, Maxandra— le dice.

—Somos familia, creo que podrías hacerme un pequeño favor.

—¿Son familia?— pregunta Bash.

—Primos— le responde Randy—¿Quienes se van a tatuar?— pregunta luego, al parecer aburrido de vivir.

—Pues nosotros— nos señala Will con obviedad.

—¿Todos?

—¿Ya qué? estamos todos aquí— me alzo de hombros.

—Yo no me voy a tatuar— se espanta mi hermano.

—No seas marica, Nathaniel— bufa Bash.

—Quien sea el primero que pase ya.

Sebastian es quien se ofrece en ir primero, eligiendo un lobo en su pierna derecha. Mi hermano se tatúa el brazo con un gran dragón, Eleanor la espalda con un hada al igual que yo y Max. El último es Will, quien le dice lo que quiere con exactitud a Randy, la tipografía, el tamaño y se lo tatúa en el brazo.

Me inclino a besarlo cuando las palabras quedan escritas en su piel y le pido a Randy que me tatúe algo más; un círculo alrededor de mi dedo anular, para así recordar el anillo que me dio este día y su promesa. A mi novio le brillaban los ojos mientras me miraba. ¿Decían que tatuarse por una pareja era un error? basura, si algún día Will y yo dejásemos de estar juntos, miraría mi tatuaje y sonreiría al recordarle.

—¿Verdad o reto, Willy?— dice Seb de un pronto cuando ya me están dando los últimos retoques. Nate ríe mientras niega.

Todos miran hacia él, hasta Randy se desconcentra por un segundo.

Estos dos habían estado susurrándose desde que entramos por la puerta del local, así que los miro con una ceja alzada y una clara amenaza en mi expresión.

—¿De que mierda están hablando ahora?— suelto.

—¿Quieres jugar verdad o reto ahora?— Will parece confundido.

—Sí, venga anímate— lo alienta— ¿Verdad o reto?

Will se lo piensa.

—Reto.

Los chicos ríen y yo niego.

—No lo mandes a hacer nada extraño, Sebastian— lo amenazo. Randy termina conmigo— O te la verás conmigo y con mi puño.

—Calma, fiera— alza las manos en son de paz y con diversión le ladro.

—Con mi chico no— le advierto una vez más.

—Solo es un estúpido juego— me dice mi hermano. —Te reto a hacerte un piercing...

Will bufa.

—No está tan mal como pensé...

—En el pene— termina Nate.

Will se escandaliza.

—¿Se han tragado el pene del otro en esa orgía o qué?— espeta y yo me divierto— No voy a hacerme un piercing y menos en el pene, desquiciados.

—¡Ya deja de recordar la puta orgía!— chilla Eleanor sin poder mirar a Bash y a Max a la cara.

Me divierto aún más y cuando nos pase el dichosos efecto del brownie se lo recordaré hasta el fin de mi existencia.

—¿Por que no?— continúa Nate en su plan de convencer a Will— Randall hace piercings, ¿no es así Randall?— Bash se tambalea un poco y Max logra estabilizarlo.

—¿Tienes los pies de gelatina? estabilízate un poquito— oímos que le reprende.

—Mi nombre es Randy.

—Randall, Randy, Renné es lo mismo, ¿no es así?— le resta importancia— ¿Haces piercings o no?

Randy se remueve incómodo y asiente.

—¡Ves!— señala— Hagámoslo.

Nate es quien entra en pánico ahora.

—¿Hagámoslo quienes? y espero que a mi no me estés incluyendo.

—¡Oh, vamos! las chicas se hicieron tatus matching.

—¿Y de todo lo que podemos elegir para estar matching eliges un piercing en el pene?— le cuestiona Will— Puedo estar viendo unicornios ahora mismo, volando por el espacio y no lo haré.

—Oh, venga...— Bash lo mira con sonrisa maliciosa.

—¡No hay ninguna forma de que me convenzas de hacer esto!— grita Nate.

Una hora y media más tarde, eran las dos de la mañana y deambulábamos por las calles de Puerto Rico. Los chicos con un dolor en su parte baja y nosotras con dolor de cabeza por aún no entender por qué lo hicieron. Venían quejándose todo el camino, hablando sandeces y sobre todo tirando de sus pantalones.

Beso la espalda de mi novio cuando lo veo hacer una mueca de dolor y tira de su pantalón cuando le molesta la tela. Nos detenemos en una playa cuando vemos una pequeña fogata y personas integradas a ella, sin importarnos qué en casa hayan más de cien desconocidos que probablemente estén arruinando todo.

Cuanto más nos acercamos nos dábamos cuenta de que era una pequeña fiesta, fiesta que en menos de dos minutos terminó en una pelea por que alguien le había roto una botella de cerveza en la cabeza a otro.

—¿Pero que demonios...?

Pienso en el chico vomitón y miro a Will, quien ya me estaba mirando con diversión y nos echamos a reír.

—¿Y ustedes por que se ríen?

Como personas con 0 sentido común, nos vamos acercando más hasta ver bien de qué se trata todo, absorbiendo el chisme y las images que teníamos en frente. Hay más personas de las que pudimos ver antes, chicas y chicos. Nos ven llegar, claro que nos notan y algunos cuantos se acercan a nosotros para hablar.

—¡Rocko, deja al chaval o lo vas a matar!— grita uno pero en vez de sonar preocupado se está riendo a carcajadas.

—¿Pero que se ha metido esta gente?— suelta mi hermano— están matando a ese chico.

—Que no se te ocurra dártelas de héroe— lo amenaza su novia y él como un cachorro se queda quieto.

—¡Pobrecito!— grita una chica con falsa preocupación y me repugna.

Van a matar a ese pobre chico.

—Chicos— los llamo— ¿Esto es real?

Will me pellizca y jadeo, luego me acaricia la zona y me besa. 

—Muy real, Antonella— dice.

Asiento.

—¡Oye Rocko!— grito.

—¡SHHHHHHH!— me intenta callar mi hermano.

—¿Que haces maldita loca?— me pregunta Bash.

—¡Deja al chico en paz, buen imbécil!

—Estamos muertos— dice Eleanor— es que este día no pudo haber salido peor.

¡¿Peor?! ¡Si yo me la estaba pasando bomba!

—Cállate un poco, Antonella, por fa— suplica Max.

Pero Rocko y su pandilla estaban frente a nosotros antes de que pudiésemos echarnos a correr sin que nos atraparan.

—No te conozco— me dice.

—Claramente— digo con obviedad.

Bufa.

—¿Y entonces que te hace creer que puedes meterte en mis asuntos?

Me cruzo de brazos.

—Está la vida de una persona en juego.

—La vida de una persona en mi juego, mamacita— espeta— el chaval accedió.

—No veo por que accedería a morir en las manos de una persona que tiene nombre de perro— suelto y inmediatamente esas palabras salen de mi boca me arrepiento.

Pero mucho más lejos de ofenderse, Rocko ríe y la chica a su lado truena el cuello.

—¿Que pasa, mami, quieres que te parta la cara?— me amenaza y yo alzo una ceja.

—No se a ti, pero a mi, mi cara me sirve para mucho más que conseguir acostones— espeto.

—¡Antonella!— exclama Max con horror.

—¡Jueputa, que chica más boca alegre!— ríe Rocko— Oye mami, ¿te das una vuelta conmigo?

Will gruñe detrás de mi.

—Por supuesto que no, tengo novio y si no lo tuviera tampoco me iría con alguien que no conozco.

Él mira a la chica a su lado.

—Toma nota— se burla y eso hace que se enfurezca— ¿Que hacen aquí?

—Nos estábamos tatuando cerca y los chicos se perforaron el pene— cuento y las demás chicas de la pandilla silban.

—¡Déjennos ver!

—¡Que ricura!

—¡Me apetece!

—Antonella, creo que deberíamos irnos— me dice Nate.

Lo hago esperar.

—¿Quieren quedarse para la fiesta...?

Es cuando las sirenas de policías se escuchan y todos tienen que echar a correr en distintas direcciones.

—¡Mamacita, no te quedes ahí o pasarás la noche lejos de tu castillo!— grita Rocko a lo lejos y procedo a echar a correr junto a mis amigos fuera de la playa.

Una lastima que Eleanor sea muy mala corredora y Max y yo tuviésemos que ayudarla cuando se quedó atrás, pero un alivio por que la policía no nos logró agarrar ya que nos fuimos por una atajo.

Pero, ya que nunca algo puede salir tan bien, cuando estamos esperando a los chicos por quince minutos; media hora y estos no llegan, empezamos a preocuparnos.

Llamábamos a su móvil, Max estaba apunto de llorar por que creía que los pandilleros se los habían llevado y ahora nos harían extorsión. 

Eleanor tenía los ojos cristalizados por que creía que si no hubiese hecho esa orgía hoy no tendría la mierda hasta el cuello.

Y yo solo podía mantener mi móvil afuera en caso de que...

—¡Me están llamando!— reacciono y la tomo— ¿Bueno?

—¡Juls, estamos en la comisaria!— grita Will y mis oídos palpitan— Tienes que venir a buscarnos, aquí hay gente muy rara.

—Pásamela...— escucho la voz de mi hermano— Antonella ven ya mismo, por favor, no nací para esta aquí y si papá se entera...

—¡ANTONELLAAAAA DILE A MAX QUE NO SE PREOCUPE!— grita Bash.

—¡Sin gritar!— escucho una voz desconocida.

—Antonella, dile a Max que no se preocupe...

—Ya vamos por ustedes.

¿Una fiesta, brownies, una orgía, anillos, tatuajes, piercings, pandilleros, botellazos, policía y comisaria? ¡Bomba! esto se lo contaría a mis hijos. 

—No es momento de que ninguna se desmaye, pero hay que buscar a los chicos en la comisaría.

Y sin duda alguna, Eleanor se desmaya.

—Abofetéala— le pido a Max.

Niega.

—Es tu mejor amiga, hazlo tú.

—Mejor amiga o no, tu deberías darme la mano en este momento.

—Le caerá mejor de ti que de mi.

Me alzo de hombros y la abofeteo.

—¡¿Que pasó?!

—¡Arriba, no tenemos tiempo que perder!— le grito como a un soldado y ella se ríe.

—Pero no me grites— se queja.

—¿Donde está el auto?— pregunto y Max me mira como si fuese tonta.

—¿No viste que llegamos en un Uber?

Fruncí el ceño.

—¿Llegaron en un Uber?

Eleanor asiente.

—Estás un poco perdidita, cariño.

—Muy a mi pesar.

—Nuestra única opción es la Motoneta.

Rápidamente me niego a esa idea pero de alguna manera Max me logra convencer.

—¡Somos como fideos, podemos caber!— me asegura ella.

Luego de una momento de batallar con respecto a cómo deberíamos subirnos, Max arranca de camino a la comisaría más cerca que ella conoce, lamentablemente un coche de patrullaje nos detiene en plena carretera, aún muy lejos de nuestro destino.

—El peor día de mi existencia— murmura Elle.

—¿Pasa algo, comisario?— pregunta Max con calma, pero se que por dentro está llorando y tragándose el cabello.

—Es un vehículo muy pequeño para que tres personas estén subidas en el y faltándoles un casco a las tres de la mañana.

—Sí, pero...

—Lamento decírselos, chicas, pero tendrán que venir conmigo y tendré que retener el vehículo.

Mi vespa de parís se siente triste.

Me indigno pero no es verdad que le hablare como a los pandilleros, el oficial podría hacerme algo peor que darme un buen puñetazo y es meterme tras rejas en una mugrosa celda.

Aunque eso pasaría de todas formas...

—Y tendrán que acompañarme por que en mi sistema no aparecen estas placas— va anotando.

—Puedo explicarle...— hago un intento.

—Vamos, vamos, súbanse al choche— indica— no me hagan repetirlo.

Subidas en el coche, con Eleanor más tranquila de la cuenta y una Max un poco alterada, el comisario arranca camino a la comisaría y para nuestra gran suerte, ahí están los chicos. Matamos dos pájaros de un tiro pero eso nos incluye a nosotras, así que no estamos muy alegres.

Nos abre la celda y los chicos caminan hacia nosotras confundidos.

—¡Era que nos sacaran, no que se unieran!— se queja Bash.

—¡SIN GRITAR!

—¡SHHHH!— le grita Bash de vuelta, rojo de rabia.

—Sorpresa, sorpresa, al parecer pesaremos la noche aquí con ustedes— me lanzo al cuello de Will.

—A menos de que llamemos a alguien para que pague la fianza.

—¿Que fue lo que hicieron?— interroga Nate.

—Eso no importa ahora— le digo.

—Tengo a alguien en mente para pagar la fianza...— se pasa una mano por la cara— pero creo que a ninguno va a gustarle.

—Ni se te ocurra decir que a papá...

—A papá— asiente mi hermano— llámalo tú por que a mi ya no me dejan llamar más.

—Nadie va a llamar a Thomas Cavalcante— se niega Eleanor.

—Coincido, va a odiarme más— se señala Bash a si mismo.

—No es manera de conocer a mi suegro...— Will hace una mueca.

—Chicos, es nuestra única opción.

—Tendremos que llamar a Thomas Bestia Cavalcante— suspira Elle.

—¿Bestia? demonio— corrige Nate.

Suelto un chillido y lo golpeo en el pecho. Llamo a un oficial cualquiera y le digo que haré mi llamada. Con el frío teléfono en la mano, me lo pienso dos, tres y hasta ocho veces antes de marcar al número que tengo en mente.

—¿Buenas?

Me muerdo el labio inferior con terror, pero bueno, lo que no me mata me hace más fuerte y si no me he muerto hasta ahora por algo será.

—Lionel, necesito tu ayuda.

•••

¡Hola! aquí termina el pequeño maratón <3, voten, comenten y compartan! ayuden a crecer.

¿Antonella que haces llamando a Lionel? :/

¿Les ha gustado el capítulo?

¿Cómo les cae Max?

¿Las fotos en multimedia las pueden ver?

Ya somos 4k

Eleanor Castro.

Seguir leyendo

También te gustarán

67.3K 4.5K 33
¿Has visto esas películas donde la chica inteligente, menos popular, casi invisible se enamora del chico más guapo y terminan siendo la pareja del añ...
239K 16.1K 33
[SEGUNDO LIBRO] Segundo libro de la Duología [Dominantes] Damon. Él hombre que era frío y calculador. Ese hombre, desapareció. O al menos lo hace cu...
109K 10K 60
Kate Laforêt agente especial de una de la mejores organizaciones de espías del mundo, la OEDEM. >Debes tener cuidado en quien confías, incluso los...
967K 43.1K 51
¿Como algo que era incorrecto, algo que estaba mal podía sentirse tan bien? sabíamos que era un error, pero no podíamos estar sin el otro, no podíamo...