solo por vos ; enzo vogrincic.

By f-fvcklove

113K 9.4K 2.6K

❝caminaba sin rumbo y terminé en tu vida.❞ More

― cero.
― uno.
― dos.
― tres.
― cuatro.
― cinco.
― seis.
― siete.
― ocho.
― nueve.
― diez.
― once.
― doce.

― trece.

5.9K 635 173
By f-fvcklove



una piba como vos viejas locas. 


que bueno que es estar con una piba como vos,

porque después de tanta violencia 

todos necesitamos un poco de amor,

que bueno que ese amor me lo des vos.

que bueno es que hoy esté con vos,

porque en la bolsa del amor

es el único negocio en el que invierto yo.

que bueno es que hoy invierta en vos. 






mayo de 2022.

granada, españa.



enzo.



Los ojos de Julia se iluminan al escucharme decir sus palabras mágicas. El te amo es algo especial para ella y lo supe desde la primera vez que se lo dije. 

Mi madre dice que no está bien vivir de recuerdos, que lo mejor es ir creando memorias nuevas y guardar aquellas que distan mucho en el tiempo. ¿Pero cómo podía yo olvidarme de esos ojos que me miraron casi con devoción?

No recuerdo que otra persona me haya mirado así en la vida.

Era más que amor lo que ella sentía por mí, y aún no logro descifrar si eso ha cambiado. 

―Yo también te amo, En. ―sonrío y me muerdo el labio inferior mientras niego con la cabeza. ¿Cómo es posible que ponga mi mundo de cabeza y aun así me sienta más feliz que nunca? Me descoloca su frescura pero me abrazo a ella como un niño a su peluche favorito, conservando por ahora el miedo de que todo sea una simple ilusión mía, producto de extrañarla como un loco. ―Te traje algo. ―me dice, metiéndose la mano en el bolsillo. Sigo cada uno de sus movimientos como si fueran la cosa más maravillosa del mundo, intentando recuperar el tiempo perdido aunque sé que nunca lo haré.

―¿Si? ―pregunto con asombro, ella asiente y levanta la mirada, es ahí donde me percato de que tiene las mejillas sonrojadas.

―Mjm. ―dice. Entre sus manos sostiene un papel que tiene detrás algo escrito, pero no llego a leer qué dice con exactitud hasta que me lo da. Y es algo muy especial, porque refleja su esencia pura.

"Por todas las lunas que me vieron extrañarte", escrito de puño y letra detrás de una foto mía mirando la luna al final del rodaje. No puedo asegurar cuándo me la sacó pero sé que guarda un sentimiento especial.

¿Puede una foto transmitir tanto amor? Creía que no, hasta este preciso instante. A pesar de que parece una foto espontánea, sé que Julia cuida todo hasta el más mínimo detalle, por eso sé lo especial que es. 

―¿Te dije ya que te amo? ―pregunto, agarrándola de la nuca. Ella ríe, risueña, robándose lo que queda de mi corazón. 

―Me lo dijiste hace menos de cinco minutos. ―responde y junta sus labios sonrientes.

―Bueno, te lo voy a decir toda la vida. ―digo, y sé con certeza que no miento. ―Te amo, Julia. Te amo como nunca amé ni voy a amar a nadie en este mundo. ―su mirada arde sobre mí.

―Te amo. ―murmura con dulzura. ―Tengo muchos "te amo" guardados para vos. ―y eso termina de enloquecer a mi corazón.

―Ojalá tengas muchísimos así nunca se terminan. ―guardo la foto en el bolsillo trasero de mi pantalón, teniendo en mente que tendré que ser cuidadoso para no arruinarla, pero mis manos tienen un único propósito esta tarde: abrazarla tanto y con tanta fuerza que sienta que nadie en el mundo va a volver a abrazarla así.

Junto mis manos detrás de su espalda, haciendo que nuestros torsos queden pegados y nuestros pecho al borde del contacto. Maldigo a la poca distancia que nos separa porque me gustaría sentir su corazón latir contra mi pecho y que ella sienta el mío, que está volviéndose loco ante su presencia.

―Nunca se van a terminar. ―me dice. El tono meloso que usa para hablar solo conmigo me arruina. Sé que es sólo para mí, porque presto mucha atención cuando la escucho hablar con los demás; pone ese tono amiguero, divertido, distinto a la forma que tiene de hablar conmigo.

A mí me habla con amor.

―¿Del uno al diez cuánto me amas? ―le pregunto. Ella tira la cabeza para atrás, riéndose con aquella carcajada tan única, capaz de revivir mis recuerdos más felices a su lado.

―Mirá las preguntas básicas que haces, Enzo. ―dice. Yo hago un chasquido con la lengua.

―Dale, es un número nada más, decime. ―insisto. Julia revolea los ojos.

―Nueve. ―dice segura. ―Porque si te digo diez te la vas a creer y yo quiero que me sigas trayendo chocolates con notitas todas las mañanas para que te ame hasta el diez. ―su ingenio me hace reír.

―Sos una viva bárbara vos. Mirá las cosas que haces por un chocolate...

―Lo hago por las notitas. ―dice, cruzando sus brazos detrás de mi cuello y acercándose un poco más a mí. ―Me gustan tus corazoncitos disparejos y tu letra indescifrable.

Me muero de amor ante esa confesión y pienso en la importancia de los detalles. Es increíble como pueden cambiarle el día a una persona. Pienso en la importancia que tiene el café matutino para Agustín, o los caramelitos de miel para Fran que suele sufrir mucho el dolor de garganta, o los abrazos esporádicos a Felipe...

―¿Te gustó la foto? ―pregunta, entrometiéndose en mis pensamientos y adueñándose de ellos como hace desde que la conozco. 

―Si, hermosa. Es preciosa, muy linda, como todo lo que haces. ―respondo. ―¿Cuando me la sacaste?

―La noche que se olvidaron de nosotros. ―murmura, acomodándome el pelo atrás de la oreja. ―Pasé, te vi y el atardecer estaba hermosísimo. No me resistí. Aparte sentía que iba a tener una oportunidad para dártela.

―Oportunidades no van a faltarte, amor mío. ―digo. ―Cuando llegue a casa voy a ponerla en un cuadrito...

―¿Tenés? ―pregunta.

―No, pero hay un par con fotos que ya no me gustan... ―murmuro, pero al instante me arrepiento de haber dicho eso. No quiero que piense que no me importa. ―No... mejor vayamos a comprar otro. Uno más lindo. Los que tengo son todos feos, no se merecen una foto tan bonita.

La sonrisa que se dibuja en sus labios es impagable. Yo dejo de abrazarla para entrelazar nuestros dedos y empezar a caminar. Ella me dice que hay una feria de artesanías que vió en el camino y yo lo único que hago es seguirla.

―¿Mañana a qué hora? ―pregunta en medio de la caminata, llevando sus ojos a los míos.

―A las ocho. ―bufo y niego con la cabeza. ―No sabés lo que me está costando salir de la cama últimamente.

―Y eso que no dormís conmigo...

―Probemos. ―con su mano libre hace un montoncito y yo me río. ―¿Qué? Capaz que en una de esas me levanto más rápido.

―Sos un ventajista vos, atrevido. ―suelto una carcajada y separo nuestras manos para abrazarla por el cuello y acercarla a mí. Al instante, le doy un beso en la cabeza.

―Bueno. Pero no me dijiste si sí o si no.

La caminata cesa y ella se para frente a mí.

―Pero cocinas vos.

¿Eso es un sí?

―¿Entonces sí? ―una risa brota de sus labios y se pone de puntitas de pie para darme un beso suave.

―Sólo si cocinas. ―dice, manteniendo la cercanía.

―Lo que quieras, mi amor. Te cocino lo que quieras.





...





Un tuquito, un paquete de fideos hervidos y medio kilo de queso rallado después, ambos estamos frente al espejo del baño lavándonos los dientes. Ella hace caras graciosas para hacerme reír pero, lejos de eso, lo único que logra hacer es matarme de amor.

Me da ternura lo diminuta que se ve con mi camiseta de Batman puesta para dormir y el cuadro que compramos en la feria entre sus manos, con la foto que me sacó ya puesta en él. 

―¿Querés un chocolatito antes de acostarnos? ―pregunto, secándome la boca con la toalla pero niega con la cabeza mientras apoya el cuadrito en la mesa de luz. 

―No, porque no lo podemos compartir.

Y hago un chasquido con la lengua. Tuve que comer una porción muy reducida de pastas para no pasarme de la cantidad permitida por día y, claramente, comer un chocolate sería excederme demasiado.

No puedo hacerlo.

―No me molesta que lo comas vos sola, gorda. ―vuelve a negar con la cabeza. ―Bueno ¿querés algo antes de acostarnos? ¿Un vaso de agua, jugo...?

―Agua. ―pide.

―Acostate que ahora te traigo. ―le doy un beso en el cachete con ruidito y camino hasta la cocina para servirle un vaso de agua y llevárselo. Me muero de amor al verla sentada en el medio de mi cama, porque parece más chiquitita de lo que ya es y se me hace imposible evitar que mi corazón se llene de ternura.

La primera vez que dormí con Julia sentí que entre mis brazos descansaba el cielo estrellado más hermoso del mundo, su rostro angelado parecía un de las pinturas más vistas en los museos, de esas en las que la gente hace fila para verlas un poquito más de cerca, y esos ojos maravillosos se tomaban un recreo de una ciudad que no merecía ser observada por esa mujer.

―¿De qué lado dormís vos? ―pregunta, agarrando el vaso de agua que le paso.

―En cualquiera, Ju. Me da igual, ponete vos donde te sientas más cómoda. ―digo, sacándome la remera.

―¡Estás muy flaquito! ―grita casi que impresionada. Yo me río.

―Y... con lo poco que como... ―murmuro. Me siento en la cama con cuidado de no tirar su vaso y me acuesto en el espacio que ella me deja, soltando un suspiro cuando mi espalda toca el colchón. Tengo un cansancio inexplicable encima pero no quiero dormirme, quiero seguir escuchando su voz durante un rato más.

Cierro los ojos y relajo la respiración, pero me sobresalto cuando siento la cabeza de Julia apoyarse sobre mi pecho. Sus uñas largas acarician mi piel, haciéndome sonreír y dando todo de mí para no temblar bajo su tacto. 

―Me haces cosquillitas. ―digo. Llevo mi mano a su pelo para acariciarlo y la escucho suspirar por lo bajo. ¿Cómo es posible que algo tan simple me haga sentir tan realizado?

―¿Cuánto bajaste? ―pregunta mientras me acaricia el pecho.

―No sé, cinco o seis más o menos. ―murmuro. Ella suelta un quejido.

―Yo no podría vivir así, restringiéndome con la comida... deja, renuncio. ―dice medio enojada y me hace reír.

―Lo que hace uno por amor al arte ¿viste, chiquita? ―un bostezo se me escapa sin querer. ―¿Vos a qué hora arrancas mañana?

―A media mañana me dijeron. ―dice. ―Como a las nueve, algo así.

―Ah, podés dormir hasta tarde, morsa. ―cruzo mi brazo sobre su panza, dejando descansar mi mano sobre su cintura, y ella se acurruca más contra mi cuerpo. Nos quedamos un rato en silencio, tanta es la paz que se respira en la habitación que siento que voy cayendo rendido de a poco, pero no quiero que este día termine sin que ella sepa algo realmente importante para mí. ―¿Ju?

―¿Si, amor? ―pregunta en casi un susurro que hace que todos mis sentidos se despierten como locos de un momento a otro. Miro de reojo la punta de su nariz, sus pestañas relajadas sobre sus mejillas, el rastro de algunas pecas que están desapareciendo en el puente de su nariz y sus labios reposando en una suave línea.

Me siento el hombre más afortunado del mundo teniéndola descansando sobre mi pecho. Ya no quedan en mí rastros de ese Enzo que no supo valorarla por ahogarse en un vaso de agua. Este Enzo está seguro de que va a cuidarla y amarla pase lo que pase y cueste lo que cueste, sorteando todos los obstáculos que la vida nos ponga en el camino.

Porque ahora sé que ningunas buenas noches serán tan buenas como las que tengo con Julia. 

―Te prometo que me voy a quedar a tu lado siempre. Así ninguna luna más te ve extrañarme. 

Continue Reading

You'll Also Like

52.7K 4.5K 17
"No, claro que no, es obvio que no me gusta Bradley, el es mi enemigo y... Maldito idiota, sal de mi mente, haces que mi corazón se acelere." Max es...
54.8K 3.6K 42
Malachi Barton Madelaine Lee
139K 15.4K 37
⠀⠀⠀⠀ ⠀★ jeongguk es un ⠀⠀⠀⠀⠀⠀famoso actor porno ⠀⠀⠀⠀⠀⠀y taehyung un lindo ⠀⠀⠀⠀⠀⠀chico que disfruta de ⠀⠀⠀⠀⠀⠀public...
625K 90.7K 88
Toda su vida fue visto de menos y tratado mal por las personas que decían ser su familia, estaba cansado de que todas las noches llorara por aunque s...